Prólogo


Ha pasado cerca de unas tres semanas desde que se suspendió el torneo de shamanes. Todos han vuelto a sus hogares. Recuerdo ese día, recuerdo el día en el que vencí a Hao. Pero recuerdo con mayor agrado la noche de ese mismo día. Después de despedirnos de todos, Anna y yo nos quedamos en la pensión, solos, estábamos rendidos, incluso Anna aunque claro, ella no lo admitió.
Subí el equipaje a nuestras recámaras, pues Anna me obligó a subir su maleta. Preparé la cena y nos sentamos a comer. Nadie dijo nada durante la cena, a mí en lo personal no se me hizo raro en sí, pues Anna no era de palabras, pero algo había en el ambiente que me extrañaba mucho. Voltee a ver a Anna y ella solo me estaba mirando fijamente. Le pregunte si pasaba algo y oí lo más tierno que ella me había dicho, me dijo que me había extrañado mientras no estuve, sé que ella se refería al momento donde Hao se llevó mi alma; yo también la extrañe lo cual no es raro. La amo.

Me acerqué a ella y la abracé, y después de tantos años de silencio tomé valor y le confesé mis sentimientos, creo que por la emoción lo grité, le dije que la amaba como jamás había amado a nadie, que ella era la dueña de mi corazón, y todas las cosas que por años me había guardado.

Ella solo me miró atónita y no dijo nada, por un momento me aterre pues por mi mente pasó que ella no sentía lo mismo, pasaron segundos, minutos, horas, no lo sé, solo sé que para mí fue una eternidad, pero cuando ella me dijo que ella igual me amaba, me sentí el hombre más feliz del mundo.

Desde ese día Anna y yo dejamos de ocultar nuestros sentimientos. Yo la besaba en la mejilla casi todo el tiempo y oportunidad que tenía, un día intenté besarla en los labios pero ella se tensó y me dijo que era muy anticipado, que deberíamos ir lento, decidí no presionarla. Pasó alrededor de unas tres semanas, terminaron las clases, entramos a las vacaciones de verano. Eso me agradó mucho pues pasaría más tiempo con Anna, mi Annita. Todo estaba muy bien, hasta que una llamada de la abuela me preocupo. Sabía que cuando mi abuela llamaba a la pensión era para decirle a Anna que la necesitaba, eso me molestaba pues Anna se iba por un tiempo a Izumo y yo me quedaba solo, sin Anna; pero esta vez dijo que los dos tendríamos que ir a Izumo, nos dijo que no podía explicarnos nada por teléfono, debía ser en persona. Pidió, o más bien ordenó que partiéramos lo más pronto posible, y eso significaba que tendría que ser al día siguiente. Y así fue. Partimos al día siguiente hacia Izumo, durante el viaje nadie dijo nada, pues para mi desgracia a mi Annita y a mí nos había tocado compartir el vagón del tren con dos chicos de unos 15 años maso menos los cuales no dejaban de ver a Anna. Se la comían con la mirada, Anna ya tenía el cuerpo desarrollado, era guapa y tenía unos atributos muy generosos, pero yo solo tenía el derecho que fijarme en eso. Ella era mi prometida. Les mandé una mirada gélida a ese par, pero no funcionó, no dejaban de verla. Anna solo veía por la ventana sin darse cuenta de las miraditas que le mandaban, entonces recordé algo que me dijo Horohoro, era algo así como Marcar tu territorio y decidí hacerle caso. Tomé la mano de Anna y le deposite un beso para así conseguir su atención, Anna volteo a verme, y ella se ruborizó, ese lindo rubor apareció en sus mejillas pálidas. Yo la jalé de su mano derecha y la atraje hacía mí, pase un brazo por sus hombros, Anna se recargó en mi hombro y suspiró, hacía frío, y eso que era verano. Sonreí victorioso no solo porque abrazaba a Anna, sino porque esos dos chicos se mostraban enfadados, ahora al que miraban era a mí con odio quizás, pensé que ellos se habían dado cuenta de que Anna era mi novia. Sin querer solté una risita y Anna no lo pasó desapercibido, al escucharla me miró alzando una ceja como si estuviera esperando una explicación y solo agite la cabeza en forma de negación haciendo que ella asintiera y se volviera a recargar en mi hombro, claro no sin antes darle un beso en su mejilla.

Uno de los chicos tosió, pero fue la tos más falsa que haya escuchado. Lo miré y me miraba fijamente, yo le sostuve la mirada con una expresión fría; a los pocos segundos él bajó la mirada. Gané, Anna es mía, pensé mientras me deleitaba con el aroma de su cabello. Por un momento pensé sobre lo que la abuela querría decirnos, pero todo eso quedó en el olvido cuando uno de los chicos pronunció unas palabras mientras miraba a Anna. Estaba claro que iban dirigidas a ella, que descaro. Y antes de que Anna contestara él chico volvió a repetir las mismas palabras…

-¿Cómo te llamas amiga?


Jejeje Hola, mi nombre es Christal pero todos me dicen Christa. Bueno mi amiga Anna me pidió que siguiera su historia, desde que ella me mostró su primer capítulo sentí que le faltaba la chispa. Creo que ella me alaba mucho, he ganado los concursos de literatura en la primaria, secundaria y preparatoria, quizás soy buena, pero no tanto. Eso ustedes lo juzgarán. Bueno mi reto es que por cada capítulo tenga por lo menos 3 reviews. ¿Sería mucho pedir? Jajajaja Okno.

Al final de cada capítulo pondré las preguntas que se contestarán en el sig. Capítulo

¿Qué hará Yoh ante esa atrevida pregunta? ¿Anna escuchó la pregunta? ¿Quiénes son esos dos chicos? ¿Qué querrá la abuela Kino? Que tierno es Yoh, esperará a Anna….(esa no es una pregunta pero ¡Vamos! Tenía que ponerlo xD)

Hasta el siguiente capítulo (-.-)7

PD: Mi forma de trabajar será más formal, yo subiré capítulo cada jueves, viernes y sábado. Promesa del dedito pequeño (~*-*)7