"NOTICIAS NUEVAS"
Yoh se encontraba dentro de la habitación de Anna. Le estaba secando el cabello. Habían pasado cuatro horas desde el incidente. Ya estaba anocheciendo
FLASH BACK
Después de haber llevado cargando a su prometida en brazos hasta su casa entró. Su abuela casi lo mata a bastonazos al sentir el poco furyoku de Anna, además de que Yohmei le había dicho cómo estaba Anna toda golpeada. Yoh tuvo que decir que no sabía nada, pero que luego hablaría con Hao sobre el entrenamiento de Anna. Kino no aceptó y empezó a regañar a Yoh, pero a él no le importó y se encerró con Anna en el cuarto de ella.
La sentó en una silla mientras desdoblaba el futón. Cuando estuvo listo la acostó en el futón y comenzó a secarla. Empezó por sus pies, luego fue subiendo hasta que se encontró con su entrepierna. Había pensado en secarle o no ahí. Pero pues después de todo era su prometida y algún día se iban a casar ¿no? Tenían que dejar descendencia. Y eso implicaba que ellos tenían que….bueno….tenían que tener relaciones. Yoh pensaba en eso sin darse cuenta del enorme sonrojo que tenían en su cara. Empezó a imaginar su boda, y sobre todo su luna de miel, él quería llevar a Anna a un lugar muy bonito y que sobre todo le gustara a ella. Todo iba muy bien hasta que empezó a pensar en su noche de bodas y el sonrojo se triplicó. Al darse cuenta de lo que estaba pensando se regañó internamente y decidió secarle el cabello.
Al hacerlo pudo notar que el cabello de Anna era muy suave y expedía un aroma muy dulce…Vainilla. Sí, el aroma que identificaba a Anna era la vainilla. Siempre le había encantado el olor que Anna expedía. Al mirarla inconsciente pudo verla mejor. Tenía una pequeña nariz, unos labios muy carnosos y bonitos…
Durante las tres semanas que habían pasado él y Anna, sí que había notado cómo Anna era hermosa. Lo traía loco esa rubia, y estaba consiente que no era el único. Desde los compañeros del equipo de futbol hasta su propio hermano. No sentía celos de su hermano, de hecho no lo culpaba, Anna era hermosa. Su hermano la respetaba así que no había problema. El problema era con los jugadores de futbol.
Yoh se quedaba a practicar por las tardes y Anna lo acompañaba. Le gustaba que Annita lo viera jugar, lo malo de esto, es que todos los jugadores la acosaban e invitaban a salir. Incluso en su cara, ellos sabían que eran novios, pues Anna había insistido en no revelar que eran prometidos, así que Yoh le dijo que iban a decir que eran novios.
Sí antes de que ellos revelaran su amor la perseguían cuando supieron que era la novia de Yoh Asakura no la dejaban en paz. Eso lo hacía ponerse muy celoso, hasta que salieron de clases, el ambiente entre Yoh y Anna se había vuelto pura tranquilidad. Claro, hasta la llamada de la señora Kino.
FIN FLASH BACK
"No lo entiendo. No creo que la abuela nos haya llamado para informarnos de la purga que hubo. Tampoco para hacer a Anna entrenar, se lo hubiera dicho por teléfono, y hubiera mandado a Hao con nosotros. Debe de haber algún otro motivo para habernos hecho venir hasta acá" pensaba Yoh mientras dejaba de lado la toalla mojada y se recostaba él en el futón, y encima recostaba a Anna. Podía sentir el vestido mojado de Anna. Debía hacer algo, pero le daba miedo o pena. Pero Anna se podría enfermar así que…
-Ni siquiera lo pienses- pronunció ella mientras mantenía los ojos cerrados
-¡Anna!- dijo Yoh mientras se levantaba del futón para poder mirar a Anna. Y cómo Anna estaba encima de él, los dos se levantaron y se sentaron al mismo tiempo
-Creo que debo cambiarme de ropa- sugirió la chica mientras abría los ojos y observaba su vestido mojado. Se puso de pie al igual que Yoh
-Sí Anna, no quiero que te enfermes jijiji- rió Yoh pero calló de inmediato al mirar a Anna
-¿Qué pasa?
-Tu frente- señaló Yoh la parte mencionada –Está sangrando
-¿Qué?- preguntó Anna mientras se tocaba la frente con su mano y esta se manchaba de sangre –Cierto, no es nada. Después la limpiaré
-Ahora vuelvo- pronunció Yoh al salir de la habitación sin decir nada más
Anna no dijo nada solo lo vio marcharse. Se metió en el baño de su cuarto y se miró al espejo. Vaya que estaba demacrada. Apartó su mirada del espejo y mejor se quitó el vestido. Buscó en su maleta algo que ponerse. Vio un par de shorts, eran blancos, cortos. Le llegaban mucho más arriba de la rodilla, eran algo…atrevidos, pero hacía calor así que se los puso. Sacó una blusa color rosa pastel. Le quedaba algo floja, pero se notaba su pecho ya maduro; no tenía mangas. Se la puso y se admiró al espejo, ya había una diferencia, bueno, eso sin contar su frente sangrando. Andaba descalza, pero eso no le importó. Así que se fue a acostar a su futón. Estaba agotada, fue muy difícil el entrenamiento.
"Maldito Hao, me las pagará. Estoy agotada, es un imbécil arrogante" pensaba Anna pero su mirada se centró en el castaño que acababa de entrar
-Te ves mejor
-¿A qué vienes?
-Quería ver cómo seguías
-Estoy mejor. Lárgate ahora Hao- pronunció Anna al momento de ponerse de pie
-Lo siento Anna- se disculpó Hao
-¿Por qué?
-Por haber sido tan duro contigo
-No soy débil
-No dije que lo seas, solo dije que fui muy duro contigo
-¿Por qué el gran Hao Asakura tendría que tenerme compasiones? –preguntó Anna con sarcasmo
-No es compasión. Solo me recuerdas a alguien, es todo- decía Hao mientras su mirada se tornaba triste
Anna sabía de alguna manera que tenía que ver con esa tal Layla. Así que lo mejor era averiguar todo sobre ella; Pues al parecer Hao sabía algo de esa chica o sabía quién era, no estaba segura. Al notar su cambio de mirar y lo que le había dicho que ella le recordaba a alguien era lógico que no eran coincidencias. Era algo más grade, mucho más grande…
-¿Quién es Layla?- preguntó Anna yendo al grano "Sus ojos…parece que ha llorado"
-Suponía que me lo preguntarías- afirmó Hao sonriendo melancólicamente –Layla fue una persona que vivió hace 500 años. Parece que ha reencarnado y piensan que eres tú
-¿Lo soy?
-No- mintió Hao. Hace un par de horas había encontrado la verdad y por eso es que tenía los ojos rojos, no había podido aguantar el llanto, la rabia de ese día había vuelto
-Entonces ¿Por qué has llorado?
-Creo que no se te escapa nada ¿Verdad? –preguntaba Hao con un poco de ironía
-Contesta
-Hao Asakura no llora por nada Anna
-Pero sí por alguien ¿Me dirás?
-Para llorar se necesita tener sentimientos. Y yo no los tengo- dijo Hao mientras se daba media vuelta y caminaba hacia la puerta. Cuando se encontró en el lumbral siguió hablando de espaldas –Mañana antes de que amanezca entrenaremos. Te veo en el patio. Será mejor que duermas bien, lo necesitarás- y salió
"Hao" pensó Anna mientras veía el lumbral vacío
-¡¿QUÉ DIJO QUÉ?!- Gritaba un chico mientras miraba con rabia y odio a Bon
-Sí mi señor. Hao Asakura dijo eso
-¡ESE BASTARDO!- golpeó con su puño la pared, causando que en ésta se formara un hoyo muy profundo
-¿Qué quiere que haga mi señor?- preguntaba asustado Bon. Cuando el amo se ponía así era mejor huir
-Hay que mover la primera pieza
-Pero señor, es muy pronto
-No me importa. Hao no se saldrá con la suya- caminaba en círculos el amo mientras pensaba
-Sí mi señor. Ahora mismo me encargaré de ello
-Que sea lo más rápido posible y, Bon
-Dígame
-Asegúrate de que Miko Yamato siga el plan al pie de la letra
-Cómo diga- y se fue Bon de la habitación. Tenía mucho que hacer
-Esta vez no te saldrás con la tuya Hao Asakura. He vuelto para convertirme en el rey shaman, y ni tú, ni nadie podrá impedírmelo. Con Layla a mí lado, nadie me vencerá…
Se encontraba en su habitación, estaba acostado en su futón. Solo. Curiosamente la soledad comenzaba a irritarle. Siempre había estado solo, sus aliados eran solo eso. Aliados. Nadie había estado con él por voluntad propia, más que ella. Todo parecía una falacia. Era irreal. Pero muchas veces lo irreal llega a ser más real que la verdad. Se puso de pie y caminó hasta su balcón. Al llegar ahí se recargó en el barandal con la mirada al frente. Recordó todo lo que una vez se había prometido olvidar. La recordó a ella.
"Sé que enamoré. Duele reconocer, duele equivocarse y duele saber, que sin ti es mejor. Aunque al principio no. Irónico ¿no Hao? Con esas palabras te enamoraste. Te sentías el hombre más dichoso del mundo, pero duró tan poco. Te perdí hace 500 años. Fui un idiota, perdóname" pensaba Hao mientras una lágrima rebelde salía por su ojo derecho sin que él se diera cuenta
FLASH BACK
-¿De nuevo sola?- preguntó un castaño maduro mientras se acercaba a una linda chica que se encontraba mirando de pie el mar
-¿De nuevo me sigues?- contestó ella sarcásticamente. La chica era muy guapa, de tez blanca y delgada. Pero lo que más llamaba la atención de ella aparte de sus ojos color ámbar, era su cabello. Era un rojo muy intenso, se veía muy bien. Además de que era muy suave, o eso parecía
-Ya te lo he dicho. No te sigo. Te cuido- pronunció él con una sonrisa llena de amor
-No necesito que me cuides Hao
-Lo sé
-¿Entonces por qué haces esto?- preguntó ella mientras se volteaba a mirar al joven que desde hace 1 año la seguía a todas partes
-Porque puedo –respondió mientras se encogía de hombros
-Eres un idiota
-Tienes razón Layla. Desde que te conocí me he vuelto un idiota. Tú me has hecho un idiota
-Sabes que esto no puede ser- acortó ella sin sentimientos. Sabía a lo que Hao se refería
-Porque tú no quieres
-Porque no puedo. Yo debo seguir con él
-No lo entiendo
-Es complicado- suspiró ella
-Explícame entonces
-Por ahora no. Más adelante quizás. Por lo pronto no podemos estar juntos
-Te amo Layla. No sé porque no admites que igual me amas
-…- ella no dijo nada.
-Sé que sientes algo por mí. Y antes de que digas algo, no es odio. Es amor
-Sí que eres optimista
-Tú me haces serlo
-…-
-…-
-…-
-Yo…
-Ya va a amanecer- acotó ella mientras miraba el cielo que se empezaba a teñir de naranja –Debo irme
-Lo sé- sonrió él. Todas las madrugadas él salía y la encontraba a ella admirando el mar. Cuando amanecía ella se iba, era muy claro todo. Su marido no sabía que ella salía por las noches.
-¿Sabes algo? Me agrada platicar contigo por las mañanas- sonrió ella
-A mí igual
-Sé que duele Hao. Pero debes entender que por ahora no podem…- explicaba ella pero un beso de Hao le hizo callar. Hao la había sujetado de la cintura y de la nuca para evitar que ella escapara. La amaba, eso era obvio. Y tenía razón Layla. Dolía tener que fingir una sonrisa mientras veía a Layla y a su esposo estar juntos, verlos besarle era una apuñalada en su corazón. Layla no opuso resistencia al beso, al contrario, le correspondió. Ella igual lo quería. Solo que por ahora no podían estar juntos. Tenía que hacer algo antes de dejar a su pareja.
-Layla- suspiró él mientras se separaban
-Creo que a ti nadie puede decirte que no ¿verdad?- preguntaba con una sonrisa
-Solo tú. Pero sientes lo mismo que yo, es por eso que no te opones
-Tengo que marcharme
-Claro. Te amo y esperaré el tiempo que sea necesario- juraba Hao mientras la miraba como siempre la miraba. Lleno de amor
-No será mucho, te lo aseguro- y al acabar de decir esto se fue. Caminó directo a su casa. Perdiéndose entre los árboles y de la vista de Hao. Él solo sonrió por lo que ella había dicho. Eso significaba que sí tenía una esperanza
FIN FLASH BACK
"Que ciego fui. Debí llevarte conmigo cuando pude. Solo así hubieras seguido con vida" lagrimeaba Hao
-He vuelto Anna- pronunciaba Yoh mientras entraba con un recipiente lleno de agua y una cajita azul
-¿Qué tanto traes ahí?- cuestionó la rubia al verlo llegar con tantas cosas
-Son cosas para curarte- pronunció él una vez que había dejado todo en el piso
-Yoh…- decía Anna en forma de berrinche
-No Anna. Te voy a curar y no cambiaré de opinión- decía Yoh con una sonrisa mientras le sujetaba la mano a ella –Vamos- y la jaló hasta el futón para sentarla y luego sentarse él enfrente de ella
-No tienes por qué hacer esto Yoh
-Claro que sí. Te amo y lo sabes. Me duele saber que estás así. Hablaré con Hao sobre tu entrenamiento, fue muy duro
-Hao vino a disculparse
-¿Enserio? ¿Cuándo?- preguntaba Yoh mientras mojaba el trapo y con él limpiaba la frente de Anna
-Sí, hace un momento
-¿Y qué te dijo?
-Hablamos de esa tal Layla. No me quiso decir mucho, solo dijo que ella había vivido hace 500 años y que pensaban que había reencarnado en mí
-¿No te dijo más?- preguntaba Yoh mientras mojaba otra vez el trapo y hacía lo mismo
-No ¿Tú sabes algo?
-No, pero me pidió hablar- explicó Yoh mientras dejaba el trapo y untaba una especie de crema en la herida
-¡Ah!- gemía Anna, esa cosa ardía
-Lo siento jijiji- reía Yoh mientras ponía un vendaje discreto en la herida –Listo Annita
Anna iba a contestar algo, pero alguien tocó la puerta y entró.
-Anna ¿Lista para entrenar?- preguntó la señora Kino
-Sí sensei
-Entonces vámonos- pronunció la anciana mientras estaba parada ahí
-Abuela, Anna no está en condiciones de entrenar. Está herida y tiene que descansar
-Yo la veo bien. Anna es fuerte. Además estuvo inconsiente cuatro horas, ya descansó mucho. Vamos Anna, ya oscureció, así que es mejor aún. Sirve que no correrás bajo el sol Anna
-¿Correr?- preguntó Yoh sumamente asustado
-Así es ¿Anna nunca te contó como la entrenaba verdad?
-No
-Pues es muy sencillo- decía la señora Kino mirando a Yoh, pero luego su "mirada" se dirigió a Anna -Anna correrás 75 kilómetros, harás 200 lagartijas, 300 sentadillas, 500 abdominales y meditaras 3 horas
-¡¿QUÉ?! – Gritó Yoh -¡Estas demente! Es demasiado
-Nieto estúpido- dijo ella mientras le soltaba un bastonazo –Anna no se queja del entrenamiento, no veo porque tú si
-Anna no se quejaría si le pidieras que se aventara a un acantilado. Ella es así, ella es…- iba a decir Yoh pero Anna le ganó
-¿Una sumisa?- preguntó con una sonrisa dolida –Sé que lo soy Yoh, pero debes entender por qué lo hago. Tu abuela me recogió y entrenó cuando mis padres me abandonaron, ella es como una madre para mí. Si ella me pide que haga algo debo hacerlo, es por mí bien.
-Anna yo no dije que fueras una sumisa
-Pero lo pensaste
-No con esa intención
-Anna vamos. Y tú Yoh, ven conmigo. Necesito tu ayuda- ordenó Kino mientras salía de la habitación con Anna detrás de ella
Yoh solo miró a Anna y suspiró. Esa chica era increíble, la amaba, pero a veces era difícil entenderla.
Kino guio a Yoh y Anna a un armario, le pidió a Yoh que sacara unos zapatos de él. Pero Yoh se llevó una enorme sorpresa al ver que esos zapatos eran de cemento puro. Los intentó sacar pero pesaban mucho. Así que con las dos manos y mucha fuerza los sacó.
Cuando Yoh colocó los zapatos en el suelo se giró para ver a Anna, pero ella tenía la cabeza agachada, en ese momento su corazón se encogió. Sabía que Anna estaba así por su culpa, y eso era motivo suficiente para hacerlo sentir pésimo y el peor de los hombres.
En cambio Anna pensaba diferente. Al principio si le había dolido lo que Yoh había pensado de ella, pues era verdad, ella era una sumisa con la señora Kino. Pero sus motivos bastaban, Kino había sido una madre con ella. En fin, ella no estaba así por ese motivo, estaba así porque desde hace rato había percibido un sentimiento de tristeza, no era de la señora Kino o de su esposo, tampoco era de Yoh. Ellos eran los únicos que estaban en la casa, bueno, ellos y Hao. Claro que supo en cuanto sintió aquel sentimiento que le pertenecía a Hao, entró en shock, pues Hao no dejaba que nadie sintiera sus emociones y de la nada, se abre. Quizás se había abierto por accidente, aunque un sentimiento así nunca hubiera salido de Hao. Estaba segura de que en otra vida esa tal Layla había sido muy importante para Hao. Tenía que descubrir porqué.
-Kino- pronunció un anciano el cual acababa de entrar en la habitación
-¿Qué quieres Yohmei?- cuestionó Kino enojada
-La cena está lista
-Ahora vamos
-Está bien
El anciano se retiró dejando a los tres solos. Kino tocó los zapatos y sonrió, desde hace unos diez años ella había querido ocuparlos. Era una muy buena técnica de entrenamiento. Y por fin hoy era el día en el que los iba a ocupar...
-Anna póntelos- dijo Kino
-¿Qué dijiste abuela?- preguntó Yoh sorprendido –Creo que no escuché bien
-Póntelos Anna. Ahora- repitió Kino ignorando olímpicamente a Yoh –Yoh, no quiero oír tus reclamos ¿Entiendes?
-Si abuelita
-Bien. Anna cuando los tengas puestos quiero verte en el comedor
-Claro sensei- contestó Anna mientras hacía una reverencia
-Dense prisa, los esperaré en el comedor- ordenó Kino para después salir, dejando solos a Yoh y Anna
-¿Quieres que te ayude Annita?- preguntó Yoh sumamente nervioso
-No
-Vamos, te ayudo- rogaba Yoh, de alguna forma tenía que arreglar las cosas con Anna
-Que no
-No seas así Annita
-Que no, y no me digas así Yoh
-Déjame ayudarte Anna. Por favor
-Solo si te callas- decía Anna exasperada
-Sí Anna- decía Yoh sumamente feliz
-Entonces ven- decía Anna mientras se sentaba en una silla
-Está bien
Yoh tomó un zapato y con mucho cuidado se lo puso a su prometida. Por el peso del zapato el pie de Anna cayó al piso muy fuerte. Anna le lanzó una mirada fulminante a Yoh por lo ocurrido, pero Yoh ni lo notó.
-Madre, ¿De verdad tengo que ir al mercado ahora?- preguntaba a regañadientes un joven de 15 años, era alto y castaño. Era bien parecido (osea guapo), delgado y de tez blanca
-Sí, necesito varias cosas para la cena de esta noche
-¿Y por qué no las compraste antes?
-Te había dicho a ti que las compraras, pero no me prestaste atención
-¡Ah! Cierto, lo siento madre
-Ahora, deja de quejarte que pareces un niño de cinco años, y ve por las cosas
-Cómo digas madre- suspiraba el joven
-Vamos, no seas pesimista. Quizás hoy te ocurra algo muy interesante, tal vez encuentres a una chica bonita y te enamores de ella. Hoy podrías conocer al amor de tu vida hijo
-Sabes muy bien que no me interesa enamorarme. No sé porque tu esposo y tú siguen con lo mismo de querer que me case
-No le digas así, es tu padre- regañaba la señora
-Es tú esposo. Mi padre murió cuando yo era pequeño. Me molesta saber que intentas que ese señor ocupe su lugar
-Nadie ocupará el lugar de tu padre, solo intento hacer un hogar para ti
-Pues vaya hogar que has creado. Vives con miedo madre. Ese bastardo te golpea, deberías dejarlo. Deberías venir a vivir conmigo, con la herencia de mi padre nos bastaría para vivir
-Él no me golpea, solo está pasando por un momento difícil. Es todo
-Cómo sea madre, será mejor que me vaya. Muy pronto oscurecerá
-Claro hijo, vete- decía la señora melancólicamente, odiaba pelear con su hijo
-No me tardo
-Está bien y piensa en lo que te dije, por favor- suplicaba la madre
-Lo tendré en cuenta- decía el chico con una sonrisa muy falsa "Que basura, yo nunca me enamoraré. No después de ella…."
Y sin titubeos el chico tomó su coche el cual estaba estacionado afuera de la enorme casa. Se subió y comenzó su camino hacia el mercado, donde, probablemente –según su madre- conocería al amor de su vida. O quizás el destino cruel decida que es tiempo de volverlos a juntar…cómo cuando eran niños…
-Hao Asakura, quiero que me escuches muy bien porque solo lo diré una vez ¿Está claro?
-Si si, habla de una vez abuela- apuraba Hao
-Mocoso insolente. Deberías ser más educado con tus mayores
-Y vaya que sí son mayores- murmuraba Hao con una sonrisa burlona
-¡Cállate!- gritaba su abuela Kino
-Tranquila, ya me callé. Te escucho
-Más te vale que no quieras pasarte de listo con Anna. Hoy excediste sus límites en el entrenamiento, sí te deje a cargo de su entrenamiento fue porque pensé que ibas a ser maduro en este asunto. Pero veo que no es así. Sabes muy bien que Anna necesita esto, vendrán por ella.
-Ya lo sé
-Por tu actitud veo que ya sabes quién vendrá por ella. Está muy claro que lo recuerdas
-Claro que no recuerdo. Es imposible olvidar a alguien como él
-Pues si no quieres que Anna tenga el mismo destino que Layla te dejarás de estupideces y tomarás este asunto seriamente. ¿Entendido?
-Entendido- contestó Hao seriamente, ese había sido un golpe muy bajo para él. Su abuela lo sabía, estaba casi seguro que lo hizo apropósito. Era más que obvio que no quería que Anna sufriera lo que sufrió Layla, se volvería loco si eso pasara…
De verdad lamento no haber actualizado, pero estoy atareada de tarea u.u Ya no puedo más ¿Alguien sabe cómo balancear ecuaciones por el método de redox?
Ahorita son las 2:44 A.M no he dormido nada por hacer la bendita tarea, pero cómo me duele mi mano decidí acabar y subir el capítulo nuevo. Con este capítulo se abre el desarrollo de la historia. jejeje
Además no me dejan reviews Comenten si les gustó el capítulo o algo así, lo que sea pero comenten algo (menos groserías, cosas vulgares o algo parecido)
Contestación de reviews:
Kimiko Asakura: Jejeje gracias por la correción :D Gracias por haber comentado, me haces feliz. Kino y Yohmei planean hacer algo maloooo y suciooo xD okno. En el siguiente capítulo se verá que planean hacer. Te darás cuenta luego y lloraras, por lo trágico que será :'(
Anna Isabel: Gracias, gracias, gracias por todo. Pienso igual que tú. Y lo de Miko, cómo fuiste la única que comento acerca de eso, pues tu ganas xD Miko no será violento, será...explosivo..
Paola6: Jejeje gracias. Te juro que no abandonaré la historia hasta el final. Quizás tarde un poquito en actualizar, pero es por la tarea D: Si lo sé, he estado leyendo unas cuantas historias y casi ninguna está terminada, pero yo no seré así. La mía sí tendrá final, y uno muy bueno déjame presumir xD
Por cierto mis lectores, creo que mejor actualizaré cada sábado. Así no se me junta la tarea ni los capítulo ¿va? :D
Bueno, les dejo las preguntas del siguiente capítulo:
¿Quien era el chico que habló con su madre? ¿Quien es Miko Yamato? ¿Porque el jefe de la orden quiere que Miko sea parte de su plan? ¿Anna de verdad es Layla? ¿Por que es tan importante Anna para el "amo"? ¿Qué planea Kino y Yohmei? ¿Para qué entrena Anna? ¿El chico conocerá a alguien en el mercado? ¿Christal se tardará un año en actualizar? Probablemente xD
Soy Christal y te deseo una excelente semana :D Nos vemos en el siguiente capítulo (-.-)7 Bye
