Un día con Miko
(Parte 2)
-¿Estás bien?
-...-
-Miko...
-Anna, no me lo tomes a mal, pero no quiero hablar
-Está bien, yo solo...-
-Lo sé, solo quieres ayudar pero enserio, no quiero hablar- respondió el chico mientras conducía por el pueblo rumbo a la ciudad. Realmente no quería hablar sobre eso, había sido algo duro para él el haber escuchado como su madre le echaba la culpa de la muerte de su padre, se suponía que su padre había muerto por un infarto al corazón, o eso era lo que le habían dicho cuando era niño por eso era que no entendía que quería decir su madre cuando le dijo que era su culpa
-Lo siento- se disculpó ella mientras volteaba la cara fijando su vista en la ventanilla del automóvil, sabía lo que él estaba sintiendo, pues hacía poco a ella le habían hecho exactamente lo mismo. No era fácil el hecho de escuchar palabras tan frías de la boca de alguien a quien aprecias
-No te disculpes- le habló Miko mientras le tomaba la mano a ella y le daba un beso para llamar su atención. Él sabía que ella NUNCA se disculpaba y si lo hacía era porque de verdad lo sentía. No quería ser grosero con ella y mucho menos hacerla sentir mal pero él tenía que aclarar su mente primero
-...- Anna sonrió inesperadamente al recibir ese beso en su mano, Miko le hacía sentir muchas cosas, seguridad, protección, cariño, amistad y tan solo llevaba un día de conocerlo. Realmente le intrigaba mucho ese muchacho, ella sentía muy en el fondo que lo conocía desde hacía mucho tiempo pero por más que se esforzaba no lograba recordar si lo había visto antes, quizás por eso también aceptó pasar el día con él, necesitaba saber más sobre él, sobre su vida, su forma de pensar y de ver la vida.
-Me alegra que hayas aceptado venir conmigo
-Quería ver cómo te ganas la vida- respondió ella mientras se soltaba del agarre por parte del chico y lo miraba fijamente
-Jajaja bueno, espero no decepcionarte
-Eso depende
-¿De qué?
-Del tipo de trabajo que tengas, solo espero que no seas un striper -rió ella mientras miraba como Miko se sonrojaba y sonreía
-Jajaja no estas ni un poco cerca- contestó Miko mientras daba vuelta hacía la derecha rumbo a un gran edificio dorado
-Que alivio, ya me estaba preocupando de adonde me estabas llevando
-Tranquila, aunque no es malo ser un striper, no trabajo en eso. Mi trabajo es más formal, incluso podría decirse que es aburrido
-¿Por qué?
-Digamos que no es lo mío
-¿Entonces porque te dedicas a eso?- cuestionó ella
-Porque es lo correcto
-¿Lo correcto para quien?
-Para todos, no creo que lo entiendas Anna- respondió Miko seriamente mientras se detenía en un semáforo
Anna se quedó muda, eso le había dicho exactamente a Hao y curiosamente él le había respondido algo parecido. ¡Ella mejor que nadie lo entendía! pero no podía decírselo a él. No podía contarle acerca de su "familia" o acerca de su pasado, si lo hacía lo metería en serios problemas y él no se lo merecía.
Después de eso nadie dijo nada más durante el trayecto, ambos tenían mucho en qué pensar, ellos sabían que algo más que una simple casualidad los unía, quizás era el destino o quizás eran los grandes espíritus, pero dependía de ellos el seguir unidos o separarse. Cada uno tenía curiosidad acerca del otro. Anna quería saber porqué Miko le provocaba tantas emociones con apenas un día de conocerlo, en cambio Miko quería saber que había sido de Anna después de tanto tiempo de no verla. Ambos chicos sabían que esta era su oportunidad para poder indagar acerca del otro y ninguno la iba a desaprovechar.
-52..53..54..55..56..- contaba un chico castaño mientras hacía sentadillas -..59..¡Mierda! -gritó al darse cuenta de que se había equivocado...de nuevo. Era la quinta vez que contaba mal, ahora debía comenzar desde el principio
Luego de haber tenido esa plática con Hao, él salió enojado y frustrado de la casa en dirección a la cascada para hacer algo de ejercicio con la esperanza de distraerse un poco pero no lo logró. Cada minuto que pasaba se hacía más presente el recuerdo que tenía sobre la charla con Hao, no estaba tranquilo, su prometida corría gran peligro, la querían matar y a nadie le importaba.
-Te equivocas
-¿Por que lo dices?- gruñó Yoh mientras se sentaba a ver a la persona que había llegado
-Porque Anna sí me importa- le respondió Hao al momento de darle la espalda a su hermano y dirigirse hacía la cascada
-¿Entonces porque no haces nada?- le preguntó Yoh al momento de ponerse de pie y acercarse un poco a su hermano -¡Ella está allá afuera sola! ¡Está en peligro!
-Te equivocas Yoh
-Oh no, él no se equivoca- contestó una tercera persona la cual se había unido a la conversación sin avisar. Era un chico de al parecer 16 años, robusto, de pecho amplio, fornido, bien parecido, de pelo gris, estaba vestido con un traje negro junto con una camisa blancay unos zapatos negros bien lustrados -Ella se encuentra en peligro
-¿Qué haces aquí?- preguntó Hao con la cara seria mientras lo miraba fijamente
-He venido a saludarte- sonrió cínicamente aquel chico -Hace tanto tiempo que no nos hemos visto, ¿Cuanto ha pasado? ¿500 o 600 años?
-¿A qué has venido?
-Ya te lo dije, he venido a saludar a mi mejor amigo, ¿Acaso no puedo?- preguntó con burla él chico
-No soy tu mejor amigo- contestó Hao con una mueca de malestar muy notable. Yoh él cual era presente de aquella charla no entendía muy bien lo que estaba pasando, así que estaba con una cara neutral mientras miraba a aquel chico
-Jajaja lo sé- respondió el otro chico mientras se acercaba más a Hao -En realidad te he estado buscando
-...-
-Que fácil fue encontrarte...- explicaba el chico mientras se acercaba a Hao para quedar frente a él -...Hao
-No me escondía...- respondió Hao al chico, llamándolo por su nombre -...Grimm
Luego de unas calles más Miko se estacionó enfrente de una joyería, era la más prestigiosa de todo Izumo, sus joyas eran las más exquisitas, además de tener modelos únicos. Anna no entendía que hacía allí, pero al ver que Miko se bajó del coche y le abrió la puerta ella no tuvo opción más que bajarse del coche también.
-¿Qué hacemos aquí?
-Tu querías ver a qué me dedicaba ¿no?- respondió Miko antes de entrar a la tienda para luego abrir la puerta como señal hacía ella indicándole que entrara
-¿Eres empleado de aquí?- cuestionó ella luego de haber entrado a la lujosa tienda
-Algo así- respondió Miko mientras se rascaba la cabeza con algo de pena -En realidad soy el dueño
Anna se quedó muda, ella sabía que su familia tenía algo de dinero pues había visto su casa, pero nunca se imaginó de qué tan importante era el apellido Yamato en Izumo.
-Ven, sígueme- le pidió Miko mientras caminaba por la tienda hacia una puerta blanca ubicada en el fondo de la tienda
Ella no dijo nada y se limitó a seguirlo. En el trayecto pudo notar como todas las personas lo saludaban con un "Buenos días jefe" o "Buenos días señor", otras personas sonreían y le decían "Que gusto verlo señor" incluso algunas chicas descaradas le decían "Que bien se ve hoy señor" o "Hoy amaneció muy guapo señor", eso le provocaba un dolor estomacal tremendo a Anna. Al llegar a la puerta ambos entraron y ella pudo ver como varias personas se encontraban trabajando en distintas mesas, la habitación era blanca y muy espaciosa, al parecer todos estaban esperando a Miko pues en cuanto entró todo mundo volteó en dirección hacía él y suspiraron de alivio.
Al momento de cerrar la puerta un joven muy apuesto se acercó a Miko para decirle algo al oído mientras él asentía levemente. Luego de que Miko pronunciara un "ahora voy" se dio vuelta hacía Anna para decirle algo.
-Anna, debo atender un asunto urgente- le explicó Miko -Pero mientras tanto puedes caminar por toda la tienda si quieres, no seas tímida en pedir algo. ¡Elena! -gritó el chico para lo cual una chica joven apareciera en unos segundo junto a Miko
-¿Sí señor?- preguntó la chica
-Ella es Anna- le presentó el joven -Te la encargo mucho, estaré en mi oficina ocupado resolviendo algunos asuntos. Ella tiene permitido ir por toda la tienda y tomar todo lo que desee. Quiero que le muestres la tienda entera
-Claro señor, se hará como usted lo ordena- respondió Elena velozmente captando todas las instrucciones de su JEFE
-Anna, no tardaré, te lo prometo- sonrió Miko para luego tomar su mano y depositar un beso en ella para después retirarse a su oficina, dejando a Anna en manos de Elena
-Muy bien señorita, ¿A donde quisiera ir primero?
En ese momento Yoh Asakura entendió todo, delante de él se encontraba Grimm, el responsable de la muerte de las sacerdotizas, el responsable de querer matar a Anna. Al fin lo conocía, él había pensado que Grimm era más viejo, pero al parecer era de su edad. Ahora que lo pensaba debía matarlo, si él mataba a Grimm nadie lastimaría a Anna...era su oportunidad
-No lo hagas- susurró Hao, el cual había leido la mente de su hermano
-Esta es la oportunidad perfecta- contestó de igual manera Yoh sin perder de vista a Grimm
-Te matará si lo intestas- le explicó Hao
-¡Oh vamos! Déjalo Hao, si quiere matarme que lo intente- se burlo Grimm al oír su charla
-Te apuesto que no fallaré- le retó Yoh
-¿Entonces porque no lo intentas?- le respondió Grimm mientras extendía los brazos
-¿Qué quieres Grimm?
-Venía a agradecerte tu mensaje de la otra vez- explicaba Grimm -Claro que también quería venir personalmente a responder tu agradable mensaje
-..- Hao se quedó estático mientras Grimm caminaba hasta posarse junto a Hao con el motivo de susurrarle algo a él
-Tienes razón, ella nunca me amó- recordó el mensaje -Y fue por eso que la maté
Eso calentó a Hao más de lo que Grim esperaba, ya que sin darse cuenta Hao lo tomó del cuello mientras lo apretaba fuertemente y sus ojos mostraban toda su furia interna. Cualquiera en su lugar se hubiera asustado pero él no, Grimm solo soltó una carcajada.
-Tranquilo Hao- dijo Grimm -No he venido a pelear
-Hermano...- intentaba decir Yoh mientras ponía su mano en el hombro de Hao para evitar que su hermano hiciera algo de lo que luego pudiera arrepentirse -No lo hagas
-Deberías escuchar a tu hermano- decía Grimm al momento de soltarse del agarre de Hao
-No te la llevarás- afirmó Hao con la mandíbula bien apretada, revelando el motivo por el cual Grimm se encontraba allí
-Veo que aún posees el reishi- alagó falsamente Grimm a Hao -Ahora entiendo a Bon
-Pues sí, aún poseo el reishi es por eso que sé tus verdaderas intenciones
-¿Y qué? ¿Tu crees que porque sabes mis planes los podrás arruinar? Te equivocas Hao
-El equivocado eres tú- respondió Yoh con furia -No podrás llevartela
-Yoh Asakura- pronunció con burla Grimm para centrar su mirada en él -¿Y tú piensas impedírmelo? No me hagas reír. Ni siquiera sabes en donde se encuentra Layla
-Se llama Anna- replicó Yoh con cara seria
-No por mucho, muy pronto será Layla- sonrió con orgullo Grimm
-¿De que hablas?- preguntó Yoh -No podrás hacerlo
-¿Y quien te dijo que lo haría yo?- cuestionó Grimm a Yoh
-¿Entonces quien?
-Creo que ese deberías preguntárselo a tu hermano- le contestó a Yoh
-Hao no sería capaz de hacer algo así- negó Yoh frenéticamente defendiendo a su hermano
-Eres muy inocente- dijo Grimm para luego acercarse a Yoh -Dime ¿Nunca has pensado en porque Hao está ayudando a Anna?
-...- Yoh solo negó con la cabeza
-Pues es sencillo, él necesita que Anna sea fuerte...-
-¡CÁLLATE!- gritó Hao interrumpiendo a Grimm
-...para que él pueda...- seguía Grimm ignorando a Hao
-¡DIJE QUE TE CALLARÁS!- se exaltó Hao
-Traer de vuelta a Layla- finalizó Grimm para luego sonreír descaradamente
-Me da igual- respondió Anna mientras se encogía de hombros
-Si me permite recomendarle un lugar me agradaría llevarla a ver las joyas de colección- respondió Elena con suma educación
-¿Colección?- preguntó Anna
-Sí señorita, el joven Miko ha estado trabajando en una nueva colección, la cual saldrá a la venta muy pronto- sonrió orgullosa Elena
-Me gustaría verla
-Lo que usted diga señorita- pronunció Elena -Sigame
Anna solo asintió y se limitó a seguir a la empleada hacía el segundo piso. Elena guió a Anna hacía una habitación la cual se encontraba resguardada por dos guardaespaldas fornidos al igual que un sistema avanzado de seguridad.
-Seguro te preguntarás porque tenemos tanta seguridad ¿Verdad?- le preguntó Elena a Anna
-Me da igual
-Jejeje claro, pero de todas formas te lo explicaré. Lo que pasa es que el valor total de toda la colección esta alrededor de los treinta y siete mil millones de dólares y solo consta de ocho piezas en total ¿Es sorprendente verdad?
-La verdad un poco- le respondió Anna a la empleada
Elena sonrió y le dijo a los guardaespaldas que las dejaran pasar que era una orden directa del jefe. Sin objetar, el guardaespaldas numero uno abrió la puerta con su tarjeta de acceso y las dejó pasar para luego cerrar con llave la puerta de nuevo.
-Ven, te mostraré la colección
-Ok
La empleada sacó de una caja fuerte varios estuche, ocho para ser precisos. La colección constaba de tres collares, dos pulceras, un brazalete, un par de aretes y lo que más destacaba era un anillo. Cada joya era única y exquisita en realidad, todas fueron creadas y fabricadas en persona por Miko.
Anna fijó su vista en el anillos el cual se encontraba en su cajita, iba a tomar la caja pero Elena fue más rápida y la tomó primero.
-Esta creación de la corporación Yamato nos presenta un anillo de compromiso con los brazos del aro en forma de malla, con un diamante central a elegir entre tallas redondas o princesa- le dijo la empleada a Anna con un tono de vendedora mientras mostraba el anillo sin sacarlo de su caja -El brillante central del anillo tiene un peso mínimo de entre 25 y 20 quilates según elección, además de dos diamantes gemelos TMYSN en la base.
Anna miraba embelesada al anillo, era muy fino y exquisito, quería tocarlo pero Elena seguía explicando datos sobre el anillo.
-El brillante central puede elegirse en talla princesa y está disponible en oro blanco y platino- sonrió Elena muy orgullosa de su perfecta explicación -En verdad es una joya muy extravagante y altamente costosa
-¿Puedo probármelo?- preguntó Anna dejando de mirar el anillo para poder mirar a los ojos a Elena
-No, lo siento mucho- respondió Elena con algo de pena -Nadie tiene permitido tocar estas joyas, ni siquiera yo. Fueron órdenes del señor Yamato
-Pero él dijo que yo podía pedir lo que quisiera- respondió altaneramente Anna
-Lo sé, pero este anillo está prohibido tocarlo- repitió Elena seriamente -Ni siquiera tú chiquilla maleducada
-¿Quien te crees que eres para hablarme así?
-Soy Elena Wood, la mano DERECHA del señor Yamato- respondió Elena con mucho orgullo y arrogancia enfatizando la palabra "derecha"
-¿Y tú sabes quien soy yo?
-No, pero tengo una idea
-¿Así?- alzó una ceja Anna mientras se cruzaba de brazos
-Sí, sé que eres una vividora. Solo buscas la fortuna y el prestigio del Señor Yamato. He conocido a muchas de tu clase- escupió las últimas palabras Elena llenas de rencor y odio
-¿Mi clase? ¿Y cuál según tú es mi clase?
-La más baja por supuesto, solo eres una perra barata. incluso podría apostar a que eres una maldita put...-
-¡ELENA!- gritó fuertemente una persona parada en el marco de la puerta
-S-señoor M-MMiko- palideció Elena al ver a su jefe ahí parada con una cara seria
-¡¿Cómo te atreves a hablarle así a Anna?!- le gritó Miko mientras cerraba fuertemente los puños
-P-perdone señor, pero es que l-la señorita quería probarse el anillo y-y usted nos había ordenado que nadie podía tocarlo
-Con eso no respondes a mi pregunta Elena
-Es que ¡Señor! Ella tuvo la culpa, se cree que tiene derechos y no es nadie aquí
-Te equivocas- respondió Miko mientras se acercaba hacía Anna y se posicionaba junto a ella -Anna es mi prometida y para tu información ese anillo es especialmente para ella, es su anillo de compromiso
-...- Elena solo abrió completamente los ojos al igual que la boca
Anna en cambio seguía neutral pero solo por fuera, ya que por dentro estaba igual o incluso más sorprendida que Elena, ella sabía que no era cierto y también sabía que Miko lo hacía para darle una lección a esa maldita bastarda que osó llamarla perra barata, quizás por eso ella le siguió el juego.
-Lo siento mucho señor, yo no sabía, le pido una disculpa
-A mí no es a quien le debes una disculpa. Discúlpate con Anna
-Lo siento mucho señorita Anna- agachó la cabeza al momento de pedir disculpa
En ese mismo momento Anna se acercó hasta quedar cerca de ella para poder decirle algo.
-Ahora lárgate de mi maldita empresa- le dijo muy cerca del oído -Por que como sabes, soy la futura esposa de Miko por lo tanto soy la futura dueña de esta empresa. Así que lárgate y no vuelvas
Elena volteó a ver a Miko con la esperanza de que él dijera algo para ayudarla pero al ver la expresión de su jefe perdió totalmente la esperanza
-Está bien- y luego se retiró mientras le caía una lágrima por la mejilla
-¿Cómo te quedó el ojo Yoh?- preguntó Grimm luego de haberle confesado la verdad -Ahora dime ¿Quien es el malo de la historia?
-...- Yoh no dijo nada, solo se mantenía callado y con la cabeza hacía abajo
-Bueno, creo que mi trabajo está hecho, ahora me retiro, tengo cosas más importantes que hacer. Nos estaremos viendo- dijo Grimm para después darse vuelta y comenzar a caminar hasta que escuchó un grito el cual hizo que se detuviera
-¡Espera!- gritó Yoh aún sin alzar la cabeza -Gracias
-No lo hice por tí- respondió Grimm -Lo hice por mi hermana
-¿Tu hermana?- preguntó Yoh mientras alzaba su cabeza por semejante sorpresa
-Sí, Anna es mi hermana y, aunque no lo parezca yo la quiero- sonrió Grimm pero como estaba de espaldas ninguno de los Asakura pudo verlo -Por lo mismo no iba a dejar que ningún idiota le hiciera daño
-Gracias por abrirme los ojos, te prometo que yo cuidaré de Anna
-Más te vale hacerlo, porque si no lo haces su hermano mayor te romperá cada uno de tus huesos. Saluda a Anna de mi parte, nos vemos Hao- y sin decir más Grimm se fue en una nube hecha de humo color lila
Toda era un silencio incómodo, nadie hablaba. Ahora que Yoh sabía la verdad no iba a dejar nadie le pusiera una mano encima a su prometida, ni sus abuelos, ni Hao...ni siquiera Grimm. Él no se tragó ni si quiera una palabra de toda esa mierda que Grimm le dijo ¿Hermana? Mis calzones, él era el enemigo y seguiría siéndolo, le dijera lo que le dijera. Lo único que faltaba ahora era encontrar a Anna y llevársela lejos de todos y de todo.
-Eso no solucionará nada y lo sabes
-¿Cómo puedes hablarme después de todo esto?- preguntó Yoh completamente furioso
-Todo lo que ese idiota dijo es mentira- explicaba Hao
-Júralo- le retó Yoh al momento de voltear a mirar a su hermano -Mírame a los ojos y dime que todo lo que dijo Grimm era mentira
Hao lo miró a los ojos y durante una milésima de segundo pudo ver cómo Yoh le exigía con la mirada la verdad...y, la verdad no podía ser dicha aún, pues corría el riesgo de que si Yoh se enterara de la verdad querría participar causando que Grimm se enterara y su plan se fuera a la mierda. No, de este plan dependía la vida de Anna, todo estaba bien calculado y aunque le doliera no le podía decir a su hermano la verdad que tanto quería escuchar.
Su plan sí era traer de vuelta a Layla, pero no por el motivo que pensaba Yoh. Su motivo era uno que beneficiaría a todos, incluyendo a Anna, ya que aunque nadie supiera ni lo sospechara, Anna era algo más que una sacerdotiza, ella era una descendiente legítima de nada más y nada menos que la suprema. La suprema era la bruja más poderosa de todas, era la reina de entre las brujas. Por la sangre de Anna corría sangre real, era por eso que el la estaba entrenando. él sabía que Anna podría llegar a ser la siguiente suprema y así poder volverse aún más poderosa y poder era lo único que él necesitaba.
Cuando se enteró de que alguien estaba cazando a las sacerdotizas él pidió una sola cosa con tal de ayudar a Anna y los Asakura no dudaron en dársela, pero ¿Que había sido esa cosa? ¡Fácil! Él les había pedido un rosa blanca. Aunque sus abuelos lo tacharon de loco y psicópata se la concedieron, pero lo que no sabían era que esa rosa no era cualquier rosa, tenía un poder especial pero solo él lo sabía ya que fue él mismo el que plantó ese rosal en el patio de esa mansión hacía unos 500 años.
La mitad de su plan estaba hecho, ahora solo había que quitar a alguien del camino y ese alguien era su hermano.
-Te lo juro
