Perdiendo las esperanzas
-Miko
-Dime
-Ya nos habíamos visto antes ¿Verdad?
-¿Que..?
-Sí, tu y yo ya nos conocíamos desde antes
-Anna yo...-
-¿Es verdad o no?
-No- repondió Miko mientras seguía mirando el camino
-No mientas- frunció el ceño Anna
-No lo hago- en parte era cierto o eso pensaba Miko –No te conozco
-…- Anna no dijo nada más después de eso, solo se limitó a mirar por la ventana
"Miente" pronunció Layla
"Lo sé" respondió Anna "¿Cómo lo sabes tú?
"No te diré, eso afectaría el rumbo de las cosas"
"Ummh, entonces no me sirves para nada" se burló Anna mientras miraba de reojo a Miko
"Por ahora no deberías preocuparte de si te conoce o no, es un buen chico. Deberías dejar que las cosas fluyan entre ustedes dos" aconsejó Layla
"Eso es impensable"
"No lo pienses, solo hazlo"
-Quizás debería llamar a los chicos- soltó Yoh en voz alta mientras miraba el techo de aquel templo
Se encontraba en el templo donde cuando era niño Anna practicaba con su abuela. Era el único sitio en el que Hao no podía entrar, así que se encontraba seguro. Debía pensar, él odiaba pensar, nunca fue bueno en eso pero, las cosas habían cambiado. Ya no era el mismo chiquillo despreocupado de antes, si bien aún seguía siendo despreocupado o idiota como lo llamaría Anna pero solo era una máscara. Porque en realidad él se daba cuenta de las cosas que ocurrían a su alrededor.
En un mes todo cambiaría.
El torneo empezaría, debía dar lo mejor de él, debía sacar fuerzas inexistentes para ganar. No sería fácil, él lo sabía. Ahora sería diferente, corrían un gran peligro todos los participantes. Y ahora que Anna también participaría sería peor.
Anna.
Aún no podía creer que con cualquier movimiento en falso ella podría salir herida.
-Pero…no dejaré que nadie te lastime Annita- pronunció Yoh con voz firme
-Señor, lo están esperando los demás-
-Muy bien Bon- respondió Grimm mientras se daba la vuelta y salía a su pequeña "sala"
Y justo como decía Bon, allí se encontraba todos sus "aliados". Eran 5 para ser exactos.
La primera era Brenda, tenía la piel muy pálida, casi parecía muñeca de porcelana. Tenía el cabello negro y largo, casi a la altura de la cintura. Sus ojos también eran negros y pequeños, tenía la nariz muy fina, sus labios eran delicados, apenas y se veían. Tenía 17 años y medía 1.67m. Era muy guapa, vestía con unos jeans azules y una camisa negra junto con unos tenis blanco. A simple vista parecía normal.
El segundo se llamaba Miguel tenía a diferencia de Brenda 18 años, medía más de 1.70m, tenía el cabello naranja, ojos negros. Buena apariencia. Lo que más destacaba y llamaba la atención de este chico era que sus ojos eran grandes. Te atrapaban con la mirada, era musculoso y casi nunca sonreía, pero cuando lo hacía había que tener mucho cuidado. Él estaba vestido con un traje gris y negro, con zapatos negros bien lustrados.
Junto a él se encontraba otro chico. Él era Aris. Aris tenía el cabello morado, sus ojos eran Lilas. Éste chico era muy raro, nadie sabía en realidad porque era un aliado de Grimm. Casi nunca hablaba, y cuando lo hacía era solo para avisar que había cumplido con la tarea asignada. Él también tenía 17 años, medía cerca de 1.70. Era bien parecido pero él no lo sabía o, al menos no le importaba. Nunca sonreía, pero la única vez que lo hizo ellos pudieron darse cuenta que Aris tenía un par de lindos hoyuelos. Estaba vestido con un pantalón formal color negro junto con una camisa blanca pero ésta tenía las mangas remangadas. No se abrochó los dos últimos botones así que se veía un poco su pecho. Su cabello era largo, tenía un gracioso copete el cual le asentaba muy bien a pesar de tener una piel ligeramente bronceada.
Iris era la cuarta integrante del equipo de Grimm. Ella tenía pintado el cabello de un azul metálico. Medía cerca de 1.65 y tenía 18 años igual que Miguel. De ella no sabían más que el nombre porque era nueva. Su ropa consistía en un simple vestido blanco algo ajustado en la parte de la cintura. De largo era arriba de la rodilla. Siempre usaba vestidos blancos ¿La razón? A ella le gustaba ver como se manchaban se sangre.
El quinto y último integrante del dichoso clan era Darko.
-¿Nos mandó a llamar señor?- preguntó Brenda mientras lo miraba entrar por la puerta
-Así es Brenda, los necesito- afirmó Grimm
-Usted ordena- habló Miguel
-Como ya sabrán el torneo de shamanes pronto dará inicio- explicaba Grimm mientras todos permanecían atentos –Este año participaremos, así que será mejor que se preparen
-Como usted ordene señor- afirmó Iris con una sonrisa macabra
-Este año será muy diferente a cualquier otro, el torneo será más divertido, habrá más reglas y como saben a cada shaman se le impuso una condición para entrar. Por eso los cité, les diré a cada uno lo que deberá hacer a la brevedad posible- anunció Grimm mientras se acercaba más a ellos
-Bon, tu deberás dominar la posesión de almas de tercer grado
-Está bien señor- agachó la cabeza con pena al ver cómo los demás se burlaban de él
-Brenda, tú debes tomar una rosa sagrada del templo de los maestros de sur
-Mmh será divertido quitárselas- sonrió perversamente Brenda
-Miguel a ti te toca pelear con un apache, es fácil tu tarea- mustió Grimm con una mueca de asco
-Será muy fácil- respondió Miguel
-Iris, tú ya has cumplido con tu tarea, felicidades- sonrió Grimm
-Que aburrido fue hacerlo- respondió ella mientras se cruzaba de brazos, solo debía conseguir un poco de sangre inocente, y lo hizo. Le cortó el cuello a una niña de 5 años.
-Darko y Aris, quédense. Los demás ya pueden irse, eso es todo- pronunció Grimm
-Mi señor una cosa más- decía Brenda antes de irse –Durante el torneo, ¿Podremos matar a nuestros oponentes?
-Me alegra que lo preguntes- volvió a sonreír Grimm mientras se acercaba a ella y le acariciaba su mejilla –Podrán matar a quien quieran, solo no quiero que la toquen
-Sí señor- respondieron Brenda, Miguel, Iris y Bon al mismo tiempo
Después de eso los cuatro se retiraron de la habitación para poder cumplir con su meta, estaban ansiosos de poder participar en el torneo.
-Darko, te pedí que te quedarás porque tengo una tarea muy especial para ti
-Dígame en qué puedo servirle- sonrió Darko
-Debes convencer a un shaman a unirse a mí
-Será sencillo
-Su nombre es Miko Yamato. Es un oponente muy fuerte, te será difícil hacerlo. Debes tener mucho cuidado con él
-Disfrutaré convencerlo- decía Darko mientras sacaba una daga de su tobillo y la acariciaba lentamente
-No quiero que pelees con él, si lo haces no querrá unirse a mí. Deberás usar otro método, tienes dos días para lograrlo.
-Claro
-Una cosa, no quiero que toques a la chica rubia
-¿A quién?- preguntó Darko confundido
-Miko estará con una chica, no la toques. Hazlo y sufrirás las consecuencias- sentenció Grimm
-No lo haré- pronunció el chico antes de marcharse
Grimm miró como el chico salía por la ventana. Era un idiota, le encantaba salir y entrar dramáticamente pero era el único que podía convencer al estúpido de Yamato.
Ahora solo quedaba deshacerse del Asakura menor, y para eso estaba…
-Aris- pronunció Grimm al momento de voltear a verlo
-…- el chico no dijo nada, solo lo miró detenidamente
-Tengo un trabajo especial para ti
Hao se encontraba en la cascada donde Anna entrenaba cuando era joven. Estaba de pie mirando su reflejo. No sabía qué hacer, podría decirse que la frustración y la impotencia invadían su cuerpo aunque a simple vista estaba tranquilo. Si alguien lo miraba podría decir que estaba calmado a menos que viera el bosque detrás de él. Estaba totalmente carbonizado, estaba hecho cenizas.
No pudo evitarlo, la noticia le había caído como un balde de agua fría.
-¿A dónde vamos?- habló después de un rato de silencio
-Quiero que conozcas un lugar muy especial para mí- respondió Miko al momento de entrar a un estacionamiento subterráneo.
Anna no dijo nada más, se limitó a observar como Miko aparcaba el coche. Habían pasado varias horas desde que habían salido. Pudo observar que era un edificio blanco, parecía muy lujoso, esperaba que no pasara lo de la joyería. Ya no quería causarle más problemas a Miko.
Ya una vez adentro en el edificio Anna pudo admirar que el interior igual era blanco, había algunas pinturas colgadas en las paredes. Era más amplio de lo que se veía.
Miko la guio por un largo pasillo, abrió una puerta y le indicó que pasara; ella lo hizo y luego él.
Era una habitación color café claro, tenía un escritorio en una esquina, había una pequeña sala también, había muchas cosas en ese pequeño cuarto.
El chico se sentó en su escritorio mientras que la invitaba a sentarse en la sala.
-¿Qué es esto?- preguntó Anna
-Un sillón- contestó en forma de burla Miko
-No idiota- reprochó Anna -¿A dónde me trajiste?
-A mi estudio
-¿Estudio?
-Bueno, verás. Mi familia se desenvuelve no solo en el mundo shamánico, sino también en el económico. Durante muchas generaciones los integrantes de mi familia se han dedicado a construir un gran imperio. Como descendiente debo cuidar de todo eso. Mi padre me dejó todo lo que tenía cuando murió.
-¿A todo te refieres con…?
-Joyerías, empresas de alto prestigio, compañías de perfumes, fábricas, estudios de grabación, boutiques, etc…
"Vaya…" decía Layla que había estado escuchando "Este chico sí que te conviene"
"Cállate" respondía ella mentalmente
-Impresionante- admiró Anna
-Pero mi cosa favorita es la música- sonrió Miko –Por eso te traje a conocer al estudio de grabación
-¿Tú compones las canciones?- preguntó Anna mientras alzaba una ceja
-Algunas- se sonrojó Miko
-Y supongo que también las cantas
-Jeje a veces
-Quiero ver una- sentenció ella
Miko sonrió y se levantó de su escritorio, lo rodeó y del último cajón sacó una libreta algo gastada, tenía su pasta de piel color café.
-Toma- se lo ofreció
-¿Aquí escribes tus canciones?- preguntó ella al tomar la libreta
-Sí, algunas no están terminadas
-Mmmmh- Anna pasaba las páginas mientras buscaba algo que le llamara la atención, hasta que lo encontró –Este cuento no es eterno, debo salir, ponerle un fin, ser más fuerte…
-…- Miko no dijo nada, solo la miraba leyendo
-¿Por qué escribiste esto?- preguntó Anna alzando la vista
-Aún no está terminada, no sé cómo terminar la historia- se encogió de hombros Miko
-Es algo triste la historia- confesó Anna mientras seguía leyendo
-Eso creo
-Recuerdame…- había cambiado de página, ahora leía otra canción -¿Por qué todas son tristes?
-No lo son. Mis canciones hablan de la realidad, todo lo que dicen es real
-Mientes
-No
-Entonces ¿Me estas diciendo que son experiencias propias?
-Yo no dije eso
-Eso me diste a entender
-Entendiste mal- frunció el ceño Miko
-Como sea- roló los ojos Anna
-¿Quieres que cante una?- preguntó el chico para aligerar un poco el ambiente
-¿Cómo cuál?- preguntó ella mientras le ofrecía la libreta pero en lugar de tomarla, se acercó a ella
-Mmh ¿Te parece bien esta?- señaló Miko al momento de acercarse a la libreta y elegir una canción
-Perfecto- respondió ella con una sonrisa después de leer el título
-No se diga más y vamos- pronunció sonriente Miko mientras abría la puerta y le pedía que lo siguiera
Seguía recordando las palabras de Goldva
FLASH BACK
-¿Existe alguna cura?- preguntó Hao al momento de oír el relato de la anciana
-No
-¡Mientes!- gritó Hao mientras se levantaba con algo de brusquedad
-Hao
-¡CÁLLATE!- volvió a gritar Hao con más furia
-No hay forma de revertirlo- sentenció la anciana de manera fría
-…- Hao solo apretaba sus puños hasta tornar blancos sus nudillos
-Ella morirá
FIN FLASH BACK
Su única esperanza se había esfumado, Grimm lo había puesto entre la espada y la pared.
