REVENGE 9
~Capítulo 9~
Hikari observó alrededor del nuevo lugar donde era su cita con Takeru.
Bajó la mirada a su reloj de pulsera, llevaba más de una hora esperando y el rubio no aparecía.
¿Por qué demoraba?
Ya era tarde.
—¿Kari? — Una voz llamó su atención.
La joven al alzar la mirada se encontró con cierto chico moreno de ojos cafés.
—¿Daisuke? — Reconoció a su amigo.
El moreno observó a la chica e hizo una mueca, se veía hermosa con ese vestido celeste, tacones y su cabello suelto. Era una lastima que se arreglara de esa manera para salir con ese desconocido, en vez de aceptar una cita con él.
—Hola. —La saludó— Me sorprende verte aquí. No lo esperaba.
—Yo tampoco. —Comentó la castaña— ¿Qué haces aquí?
—Vine a comprar sushi. — Contestó el moreno— Verás, mis padres salieron a cenar y no quería cocinar. — Tomó asiento a su lado— ¿Y tú? ¿Qué haces aquí? Vestida de una forma tan linda y elegante.
—¿E? Vi-vine a…—Hikari bajó la mirada apenada— Una cita.
—¿Una cita?
—¿E? S-sí…—Respondió la castaña— Bu-bueno, se supone que tenía. —Hizo una mueca— Pero, creo que nuevamente se va a cancelar.
—¿Nuevamente? —Cuestionó el Motomiya— No me digas que esa cita era con ese chico rubio del otro día.
La chica hizo una mueca y asintió en silencio—Sí, era con él.
—¿Qué? — Preguntó Daisuke— Pero, Kari, él tejó plantada una vez ¿por qué aceptaste salir con él?
—¿Estupido no? Luego de ser plantada acepté de igual forma salir con él. — Se lamentó la Kanbara— Estas cosas solo me suceden a mi.
—No eres estúpida. — Habló el chico— Sin embargo, es un desconocido, acomodado…
—Que solo quiso jugar conmigo, lo sé. — Finalizó Hikari su frase— Sin embargo, eso no quitó que me interesara al menos conocerlo.
Pésimo error.
La chica tomó su cartera— Lo mejor será que me vaya.
—¿Irte?
Hikari asintió— Nuestra cita era hace una hora, dudo que llegue.
—Hey, no lo hagas. — Su amigo la tomó de la mano— Acompañame a comer sushi. — Comentó Daisuke— Yo invito.
—No es necesario que me invites o que sientas pena por mi. — Habló Hikari.
—No es pena, somos amigos ¿no? Podemos comer algo.
—Sí. — Respondió la castaña— Pero ya es tarde.
—No te preocupes, luego yo te acompaño a casa.
—No quiero molestar.
—No es una molestia, al contrario, para mi es un honor tu compañía.
Hikari sonrió ante esto— Bueno, entonces, acepto tu invitación a comer sushi.
Mientras tanto, Mimi se encontraba en la sala principal de su mansión tecleando en su laptop un correo muy interesante.
Akari, su ahijada, ingresó a la sala principal.
—Buenas noches madrina.
—Buenas noches.
La pelirroja se acercó a ella y tomó asiento— Pensé que te encontraría acostada, es tarde.
Mimi hizo una mueca— No tenía ganas de dormir, primero debo terminar esto.
¿Esto?
Akari observó la pantalla de la laptop de Mimi, había una fotografía en ella y al analizarla, algo llamó su atención, mejor dicho, una persona—¿Ella no es la hija menor de Yamato y Sora?
La castaña asintió.
—¿Y por qué tienes una imagen de ella?
—Porque me la encontré hoy.
—¿A sí? —Musitó la pelirroja— ¿Y cómo es? —Preguntó refiriéndose a su carácter y forma de ser, más allá de lo físico, porque ya sabía como era.
Mimi hizo una mueca— Igual a Yamato. — Respondió— Fría, seria, con un carácter difícil. Pero peor, es bastante caprichosa.
—¿Caprichosa?
La castaña asintió— Evidentemente le da problemas a Yamato. Estaba castigada, por algo que no sé, y se escapó a un lugar bastante inusual.
—¿Bastante inusual?
Mimi asintió.
—¿Y por qué tienes esa fotografía?
—Porque tengo un plan. —Comentó Mimi mientras tecleaba su laptop.
—¿Plan? —Preguntó Akari— ¿Para qué?
La castaña simplemente sonrió— Ya verás.
¿Ver qué?
Por alguna razón lo que estaba haciendo su madrina no le trajo buena espina a la joven.
Tuvo intenciones de decir algo, sin embargo, no fue posible, ya que en el lugar apareció Koushiro quién tenía caminando a pasos agigantados con una Tablet en sus manos.
—Mimi, Akari.
Ambas mujeres observaron al pelirrojo sorprendidas.
—¿Papá?
—¿Qué ocurre? — Preguntó Mimi.
—Tenemos un asaltante. —Declaró Koushiro.
—¿Asaltante? — Ambas musitaron desconcertadas.
Akari abrazó a su madrina aterrorizada—¿En dónde?
—Por la parte trasera, viene subiendo el cerco. —Respondió el pelirrojo.
—¿Quién? —Preguntó la castaña.
—¿Quién más? —Cuestionó Koushiro— Tu hermano, Ryo.
—¡Oh no! —Exclamó Akari horrorizada— ¡Otra vez ese sin vergüenza!
Mientras tanto en otro lado de la ciudad.
Takeru se encontraba en el restaurante donde citó a la prima de Takuya, esperando a que llegase para su cita. Sin embargo, el tiempo pasaba y ella no llegaba.
Observó su Iphone por milésima vez en esa noche.
23:40
Y su cita era a las 20:00.
¿Por qué no llegaba?
Una mesera se acercó al rubio—Disculpe joven. —Lo llamó— Pero estamos a minutos de cerrar.
El joven hizo una mueca— Por favor, espere. — Rogó—Solo unos minutos, estoy seguro que mi cita llegará.
—Pero, joven, usted lleva esperando casi dos horas, dudo que su cita llegue. — Musitó la mujer— Además, el restaurante se cierra a las cero horas, ni un minuto antes, ni un minuto después.
—Lo sé, pero, por favor, espere unos minutos más. — Rogó el oji-azul.
Era tarde, no obstante, aun quería creer que tenía una posibilidad de tener una cita con esa chica.
Por otro lado, totalmente ajeno a la situación anterior.
El hermano de Mimi se encontraba en una situación agobiante, escalando a duras penas el edificio donde vivía la elegante empresaria, Haruna Anderson.
Mientras ascendía con dificultad, su mente se llenaba de preguntas y preocupaciones. Se preguntaba qué estaría haciendo Haruna Anderson en ese momento, si estaría sola o acompañada, y si sería receptiva a escuchar sus problemas. La relación entre ellos era un enigma, una mezcla de conexión familiar algo completamente extraño.
La brisa nocturna le llevaba susurros de conversaciones lejanas, fragmentos de música y el ocasional claxon de un automóvil. A medida que se acercaba al piso de Haruna, el pulso le latía más rápido. No solo tenía que enfrentar la difícil tarea de revelar sus inquietudes, sino también la incertidumbre de cómo sería recibido.
Finalmente, Ryo llegó al balcón de la señorita Anderson totalmente agitado luego de haber escalado por un árbol junto a la casa.
Respiró profundo.
Jamás pensó que escalaría tanto, solo por ver a una mujer desconocida. Al paso que iba, se convertiría en Spiderman. Volteo en dirección a la gran ventada, giró la perilla y la abrió sigilosamente. Todo estaba oscuro. Hizo una mueca esperando no caer por la oscuridad. Sin esperar más ingresó sin hacer ruido al lugar, prácticamente en puntillas. Sin embargo, no habrá dado más de tres pasos cuando la luz de la habitación se prendió y ahí frente a él apareció aquella mujer de cabello castaño-anaranjado observándola con cara de pocos amigos.
—Pero ¡Qué rayos es esto!
El oji-azul hizo una mueca— Y-yo, lo siento señora Anderson, yo...
—¡Otra vez te escabulles en mi mansión! Primero fue en mi ausencia y ahora conmigo aquí ¿qué quieres que llame a la policía?
—No, no quiero eso.
—Entonces ¿por qué estás aquí?
—Po-porque yo...—Hizo una mueca— Quería verla.
—¿Verme?— Preguntó Haruna sorprendida.
El oji-azul asintió.
La castaña hizo una mueca y observó a su hermana de pies a cabeza, era increíble que aquel joven fuera aquel niño que corría a su habitación todas las noches cuando le tenía miedo a la oscuridad o a las tormetas para acostarse a su lado.
Ryo también examinó a la mujer de pies a cabeza. En verdad se parecía a su hermana, o al menos tenía algunos rasgos que le recordaban a ella. Piel pálida, ojos color miel. Sin embargo, su mirada no era similar, al contrario, parecía fría.
—¿Quién eres tú, jovencito?
—¿No me conoce señora?— Cuestionó el castaño.
—¿Debería?— Cuestionó la mujer con seriedad cruzándose de brazos— Creo que no es común conocer a los intrusos que se encabuyen sin permiso en mi habitación.
Buen punto.
Ryo hizo una mueca.
—Disculpe, yo…—Aclaró su garganta— Yo soy uno de los meseros que atendió en su fiesta.
—¿A sí? — Musitó Haruna— No me acordaba de ti.
Evidentemente no.
—Llevo días rogándole a Koushiro que me deje hablar con usted.
Sí, ella lo sabía.
Pero, estuvo de acuerdo con Izzy cuando este le dijo que mientras más lejos estuviera de Tomoko y Ryo, más seguros estarían.
—¿Por qué tanta insistencia en verme? — Preguntó Mimi.
—Po-porque usted…—Ryo no supo exactamente como hablar.
—¿Yo?
El oji-azul hizo una mueca— Me parece familiar.
¿Familiar?
¡Rayos!
—¿Familiar? — Cuestionó Mimi.
Ryo asintió— Es como si la hubiese visto antes.
—¿Antes? — Preguntó la castaña— Lo dudo chico, yo vengo desde muy lejos y dudo que tú hayas estado en ese lugar.
—¿Segura? — Cuestionó el Akiyama— ¿Nunca vivió aquí en Japón?
—De pequeña, cuando tenía once años me fui a Australia y luego a Estados Unidos, dudo que tú hayas estado ahí ¿no? — Habló Haruna con frialdad.
Ryo hizo una mueca ante esto, lamentablemente sí, el jamás vivió en esos lugares.
—Disculpe, pero usted me recuerda a alguen y por eso…—Bajó la mirada y suspiró— Pensé que era ella.
Haruna alzó una ceja— ¿A sí?
Ryo asintió.
—¿Puedo saber a quién te recuerdo? Luego de esta intromisión.
—A-a m-mi…—Ryo tragó saliva— A mi hermana, Mimi.
¡Rayos!
Nuevamente pensó.
—Mimi Tachikawa.
¿Qué?
Haruna literalmene sintió que su corazón saltaba ante esto.
No esperaba esto.
—Disculpe, pero la veo y cada vez se parece más a ella.
—¿Y quién era para ti esa tal Miriam Tachikawa?— Preguntó la mujer con frialdad.
Ryo hizo una mueca, aquella persona, Haruna Takahashi, inspiraba respeto con su presencia— Mimi.— Corrigió— Mimi Tachikawa.
—Esa misma.— Respondió la oji-miel— ¿Qué era para ti?
El rubio hizo una mueca— La mujer que más detesto en el mundo.
¿Qué?
Mimi ante esto no pudo evitar sorprenderse ante aquella declaración, ya que no la esperaba, al contrario.
—La más terrible y más hipócrita.— Continuó— Mi hermana.— Finalizó Ryo.
Esas palabras fueron como una puñalada en el corazón de Mimi. No esperaba que su hermano pensara eso de ella.
Ryo tomó asiento en el sofá y bajó la mirada.
—Vaya forma de referirse un chico a su propia sangre.— La castaña intentó hablar, aunque, el numero en su garganta era gigante. Estaba completamente shockeada y dolida por aquella declaración— ¿Por qué la odias tanto?
—Porque me prometió que siempre estaríamos juntos, pero...— El Akiyama apretó su puño— No fue así...—Se detuvo— Se volvió loca.
—¿Có-cómo puedes asegurar que se volvió loca?— Preguntó Mimi.
—Porque la vi.— Contestó el castaño— Cuando agonizaba.
—Ella es tu familia ¿no?— Comentó la castaña— ¿Enserio la odias tanto como para no confiar en su palabra?
—Viví una vida llena de humillaciones.— Corrigió Ryo— Crecí con mi madrina, solos, soportando esta vida, consecuencia del asesinato que cometió.
Harumi/Mimi tragó saliva— N-no sabía que había matado a alguien.
—A una persona.— Habló el castaño— A su suegra, Natsuko.— Suspiró— Luego se volvió loca.— Bajó la mirada— Y murió en un incendio.
Mimi tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para evitar que lágrimas brotaran de sus ojos. Solo tenía ganas de llorar en aquellos momentos, pero no debía, tenía que seguir en personaje, solo así disiparía toda duda de su identidad.
—Wow, que triste historia me cuentas.— Intentó sonar indiferente.
Ryo alzó la mirada y observó a los a aquella mujer intentando buscar la mirada amorosa de su hermana, que reflejaba la dulzura de su madre. Pero encontró nada más que una mirada fría como iceberg.
—Tanto la odias, entonces ¿qué haces conmigo si te la recuerdo tanto?
—No sé, desde el primer día en que la vi...—El castaño dudó en continuar hablando— Quería volver a verla y me dieron ganas de tenerla frente a frente, verla a los ojos y tal vez...—Tragó saliva— Abrazarla...—Unas lágrimas emanaron de sus ojos—Así como un día ella me abrazó. Porque sí, usted me recuerda mucho a mi hermana.
Un minuto de silencio se hizo presente.
—Disculpe señorita Anderson.— Habló Ryo y rápidamente secó una lágrima que asomó por su ojo derecho— Usted no tiene culpa de lo que me está pasando.— Aclaró su garganta— Pero yo tenía que venir para asegurarme que no era ella.
—¿Y te convenciste?— Preguntó la mujer seriamente.
El oji-azul asintió— Si.— Lamentablemente— Mi hermana tenía algo en los ojos. Cuando la veía podía saber lo que estaba pensado y sintiendo.— Habló— En cambio usted, nos mira a todos como si fueramos insignificantes y trasparentes.
—No te entiendo muchacho.— Habló Mimi— Hace poco me estabas diciendo que tu hermana era una hipócrita, una loca y una asesina.— Alzó una ceja— ¿Cómo lo que ella sentía?
—No lo sé.— Ryo se levantó de su lugar— Antes de conocerla, yo tenía claro quién era la miserable de Mimi Tachikawa, pero cuando la vi, me acordé de mi hermana.— Suspiró— Esa que me daba las buenas noches, que me daba un beso antes de ir a dormir, la que me hacia una cena deliciosa, pero a la vez extraña.— Su voz se quebró— Me acordé de ella y cuando me decía que...— Las lágrimas se hicieron presente en los ojos del chico y no pudo resistirlo más, se encontraba completamente débil frente a esa mujer, quién evidentemente no le interesaba en lo más mínimo saber la realidad de su miserable vida.
Sin decir una palabra más, volteo en dirección a la gran ventana y salió del lugar dejando sola, sin saberlo, a su propia madre. Quién al percatarse que su hijo no estaba no soportó más y las lágrimas cayeron como un diluvio abundante por su rostro.
—Eres mi milagro mi amor.— Mimi completó su frase, tragó saliva— Eso eras y lo sigues siendo...—Suspiró— Mis hijas y tú son mi razón de vivir.
~Al día siguiente~
Cuatro miembros de la familia Ishida se encontraba desayunando, como todas las mañanas en el comedor.
—¿Dónde está Nene?— Preguntó Yamato al no ver a su hija castaña.
—Está en su habitación.— Respondió Izumi.
—¿Aún no se despierta?— Cuestionó Sora.
—No lo sé.— Contestó la rubia— Escuché que la ducha sonaba, pero no sé porqué tarda.
—Si no baja pronto llegaremos tarde a la empresa.— Comentó el oji-azul.
—Esperemos unos minutos más, si no baja la iré a buscar.— Habló Zoe.
Yamato asintió— Está bien.
Fue así como cada quién continuo en lo suyo, hasta que cierto recuerdo pasó por la mente de la rubia.
—Cambiando de tema. Ayer me sorprendió verlos llegar temprano a casa.— Comentó la oji-verde— Pensé que por su aniversario tendrían una buena celebración.
—No tenemos tiempo es mitad de semana. — Habló la pelirroja— Estamos muy ocupados en trabajo.
—Sí, están ocupados, pero, eso no implica que no puedan celebrar.— Exclamó Izumi— Llevan mucho tiempo juntos. Además, son los jefes en sus respectivos trabajos, podían fácilmente darse un momento.
—Estar a la cabeza no significa darse atribuciones extras.— Comentó Yamato serio.
—Exacto. — Respondió Sora— Además ¿para qué celebrar si no ibas a estar tú?
Buen punto.
—Bueno, en el fin de semana podemos hacer algo ¿no?— Musitó la oji-verde.
No quería ser insistente, pero era inevitable celebrar una fecha tan importante.
Amaba celebrar a sus padres, eran el ejemplo de matrimonio que quería seguir cuando Kouji le propusiera matrimonio.
—Por cierto…—Yamato dirigió su mirada a su hija menor— ¿Por qué ayer desobedeciste mis órdenes y desapareciste de la empresa Rika?
—¿De-desaparecer? — Cuestionó la pelirroja.
El rubio asintió— No creas que por ir a mi junta con los rusos me iba a olvidar de ti. Dime ¿dónde estuviste?
—¿E? — Balbuceo Rika— A-ayer fui con el tío Takeru a dar unas vueltas. — Mintió— Verás, yo estaba de malhumor, así que, me sacó a pasear.
—¿Y por qué no me avisó? — Cuestionó el oji-azul.
—¿Desde cuando tenemos que avisarte que saldremos con nuestro tío? — Preguntó la pelirroja— Pensé que no era necesario.
—No lo es, pero tú estás castigada. — Respondió Yamato— Eso hace la diferencia.
La menor hizo una mueca.
—Lo siento ¿si?
El oji-azul no observó de buena manera a su hija.
Rika reconoció esa mirada desconfiada.
—Si no me crees pregúntale a mi tío, verás que no estoy mintiendo.
—¿De verdad?
La pelirroja asintió— Sí.
Pronto tendría que hablar con su tío para que la ayudase a mentir.
—No dudes que voy a hacerlo. — Habló el rubio.
—Bueno, él no te mentira.
—Ese es el problema. — Musitó Yamato— Cuando de ustedes se trata, desconfio de él…
Takeru era demasiado leal a sus sobrinas, capaz de ocultar todo.
Sora tomó a su esposo del brazo— Yama, por favor, finaliza esta conversación. — Rogó— Terminemos de desayunar en paz ¿sí? Luego tendrás tiempo para hablar con Tk.
Yamato cerró sus ojos y respiró profundo.
Verdaderamente le causaba desconfianza que su hija menor desapareciera sin previo aviso, últimamente hacia muchas cosas a sus espaldas. Eso no le gustaba. Sin embargo…
Su esposa tenía razón, lo mejor sería terminar el desayuno de buena manera para comenzar el día.
—Está bien.
Sora sonrió ante esto y Rika suspiró aliviada, no quería tener más problemas.
Yamato alzó su taza y le dio un sorbo a su té.
—¿Y Nene? —Preguntó— ¿Dónde está?
—Creo que continúa durmiendo. — Musitó Izumi— No le escuché levantarse.
—¡Te equivocas hermanita! — La voz de Nene se hizo presente en el lugar— ¡Aquí estoy!
Todos voltearon en dirección a la entrada del comedor, encontrándose con la castaña que lucía un elegante vestido negro con tirantes que tanto a Sora como a Izumi les gustó, todo lo contrario, a Yamato quién evidentemente no le gustó por lo ajustado que era y ¡corto! Nene utilizaba unos tacones gigantes que disminuía el corto del vestido.
—Nene…—Yamato llamó a su hija—¿Dónde vas así vestida?
—¿Así? — Cuestionó Nene— ¿Así cómo?
—¡Con ese vestido escotado, ajustado y corto! — Regañó Yamato.
¿Qué?
—Yamato, no seas exagerado. —Sora regañó a su esposo.
—¡No soy exagerado! —El rubio alzó la voz molesto— ¡Esa no es ropa que mi hija vaya a trabajar a la empresa!
—Claro que lo eres. — Respondió Nene— Me ropa es normal y elegante.
—¡Claro que no! — Exclamó el mayor— Ese vestido está muy ceñido al cuerpo.
¡Lucía toda su figura!
—Papá. — Nene le habló a Yamato— No seas anticuado.
—¡No lo soy!
—Claro que sí, este vestido no tiene algo malo.
—Claro que sí.
Él era hombre y sabía muy bien lo que ellos veían en las mujeres, que comentarios hacían, entre otras cosas.
Él no podía permitir que Nene se prestara para los comentarios de estos.
—¡No quiero que vayas vestida así a la empresa! — Declaró Yamato.
—No puedes impedirlo.
—¡Claro que sí!
—Claro que no ¡soy mayor de edad! —Declaró la castaña— Puedo hacer lo que yo quiera con mi vida.
—¡En tus sueños! No importa la edad que tengas, yo siempre seré tu padre y tendrás que obedecerme.
—¡No quiero!
—¡Pues lo harás! — Yamato se levantó de asiento molesto— Mientras vivas en mi casa y trabajes en mi empresa deberás obedecerme.
Nene rodó los ojos.
—Dime ¿quieres perder tu puesto en la empresa por algo tan pequeño?
La joven se cruzó de brazos—Tú no puedes expulsarme por esto.
—Claro que sí, en mi empresa hay protocolos con vestuario que se deben seguir y tú no los cumples vestida así.
—Claro que si lo cumplo.
—¡No! No los cumples.—Sentenció Yamato.
Nene frunció el ceño.
—Así que, si quieres conservar tu puesto en la empresa ¡Ve y ponte algo más decente! Al menos una blusa.
—¡Eres insoportable! — Regañó Nene.
—¡Nene! No le hables así a tu padre. — Sora regañó a su hija.
La castaña regañó entre dientes y volteo en dirección a las escaleras.
Yamato refunfuñó entre dientes y tomó asiento en su silla completamente enojado.
¡Gran forma de despertar!
¡Bip, bip!
El sonido de su móvil llamó su atención.
Fue así como introdujo su mano en el bolsillo de su chaqueta y sacó su Iphone.
—Yamato ¿qué dijimos sobre los celulares en la mesa?
—Lo siento Sora, pero me es inevitable. — Habló el rubio— Estar al frente de la empresa me obliga a estar al pendiente de mis redes sociales.
La menor rodó los ojos— Pensé que las reglas no tenían excepciones.
Yamato fulminó con su mirada a su hija menor.
—¡Rika no le faltes el respeto a tu padre! —Regañó Sora.
La pelirroja hizo una mueca—Solamente hice un comentario.
—Que puedes omitir. — Exclamó la hija Toshiko— Aprende de tu hermana Izumi, que se mantiene en silencio cuando Yamato y yo estamos conversando.
Este comentario molestó a la menor absolutamente.
—¿Sabes? No me sorprende tu comentario ¡Como siempre! Izumi ¡La hija perfecta! —Exclamó la pelirroja— ¡La inocente que no mata ni una mosca!
—¡Rika! — Yamato regañó a la menor— ¡No insultes a tu hermana!
—Entonces ¿por qué mi madre la nombra en la conversación? — Preguntó la oji-lila.
—Porque las buenas acciones se imitan. —Respondió el rubio— Y en este caso, no te haría mal seguir ese consejo. —Antes de desbloquear la pantalla de su Iphone y revisar la notificación que hace segundos quiso revisar.
Era un mensaje de Kiriha con un link archivado y un escrito a continuación.
"Están hablando de tu familia"
Alzó una ceja.
"Revisa el link"
No lo dudó ni un segundo y lo presionó encontrándose con una publicación.
—Pero ¡Qué rayos! — Exclamó el rubio llamando la atención de su esposa e hijas.
—¿Qué ocurre Yamato? — Preguntó Sora.
El Ishida frunció el ceño y dirigió su mirada a su hija menor—¿Qué es esto Rika? —Alzó su móvil.
La pelirroja observó el enunciado.
"La joven Ishida que desafía a su familia entre rap y drogas"
Pero ¿qué tonterías?
Rika tomó el Iphone entre sus manos— ¿Qué es esto?
—Eso mismo quiero saber. — Respondió Yamato— ¿Qué es esto?
Sora observó la noticia sorprendida e Izumi tambiém.
—¿E?— Balbuceo la Riba— Pa-padre, esto no es lo que crees.
—¡Claro que es!— Regañó Yamato—Entre drogas. — Leyó— ¡Te juntas con unos drogadictos!
—No, padre. — Musitó la pelirroja— Esa publicación está equivocada. Sacó una situación de contexto.
—Un minuto ¿esta no era la ropa que utilizaste ayer? — Cuestionó Sora.
¡Rayos!
Para cualquier persona pasaría desapercibido ese detalle, sin embargo, su madre siempre analizaba a las personas por su vestuario.
—Cla-claro que no.
—Claro que sí. — Respondió Sora.
—Bu-bueno...—Rika llevó una mano a su nuca— Sí, fui.
—¡Nos desobedeciste!
—Sí, pero padre, no debes creer todo lo que dicen en Internet. Yo no me drogo.— Respondió la pelirroja— Simplemente participo en los versus de baile, cántico, pero en especial de rap, nada más.
—Eso no dice aquí.— Contestó el rubio.
—Lo que dice en ese artículo no es verdad.
—Claro que puede serlo.— Habló Yamato— Ese lugar donde vas solo viven personas alcohólicas, drogadictas, narcotraficante que viven a base de sustancias y negocios ilegales.
Rika frunció el ceño— Eso es mentira.
—¡Es verdad!
—¡No puedes saberlo!
—¡Sé más que tú! — El rubio se levantó de su asiento golpeando con su puño la mesa.
Sora rápidamente se levantó y tomó su hombro— Yamato, por favor, tranquilízate.
—No puedo tranquilizarme. — Respondió el Ishida— No luego de ver que mi hija se arruina su vida en estupideces.
Rika se levantó de su asiento— No es una estupidez.
—Este artículo dice…
—No importa lo que diga ese artículo, lo importante es lo que te digo yo.—Habló la pelirroja—¿Acaso no confias en mí?
—¿Cómo quieres que confié si siempre me mientes?— Preguntó Yamato— Y te escapas de casa para ir a ese lugar. Prácticamente puedo pensar cualquier cosa.
—¡Bueno entonces piensa cualquier cosa! — Gritó Rika—Después de todo, yo no quiero vivir en esta burbuja en la cual mi madre y tú piensan en ustedes, y en el qué dirán, así como Toshiko e Hiroaki.
Sin saberlo esas palabras fueron como una daga en contra de Yamato y Sora, ya que sercomo ellos, era su peor pesadilla.
Koushiro observó atentamente a través de su Smartphone la publicación llamativa que sobresalía. Literalmente, no podía creerlo, cuando Mimi le mostró fabuloso "plan" literalmente quedó en shock.
En la fotografía apareció la pelirroja hija menor de Yamato, no estaba haciendo algo malo, sin embargo, el entorno se podía sacar de contexto y eso hizo la Tachikawa.
—¿Y? — Preguntó la castaña— ¿Qué te parece?
El Izumi hizo una mueca— ¿Qué cosa?
—¡Esto! — Respondió Mimi— ¿Es perfecto? ¿no?
—¿Perfecto? — Cuestionó Koushiro— ¿Cuándo me preguntas sobre eso te refieres a tu plan de destruir a los Ishida? ¿O la forma en qué quieres perjudicar a su hija?
—¿Por qué dices eso? — Preguntó la Tachikawa— ¿Acaso hay una diferencia?
—Pues claro que la hay.— Contestó el pelirrojo— ¿Acaso no lo ves?
—Suenas como si no te gustara lo que hice. — Musitó la castaña.
—¡Pues claro que no! — Respondió Koushiro— Pensé que eras más inteligente Mimi.
La Tachikawa alzó una ceja sorprendida— ¿Por qué dices eso?
—Porque esto que hiciste no estuvo bien. — Habló el pelirrojo— Perdiste tu tiempo haciendo algo sin sentido.
—¿Sin sentido? — Cuestionó Mimi.
—Mimi, sacaste una situación de contexto para fastidiar a esa familia ¡Eso no está bien!
—¿Cómo qué no está bien? — Preguntó Mimi— Simplemente hice lo que debía para arruinar la falsa felicidad de los Ishida.
—Si, pero no de esta forma.
—¡Claro que sí! — Gritó Mimi—¡Ellos también sacaron algo de contexto para fastidiarme!
Koushiro llevó una mano a su frente y suspiró— Mimi, esto traerá problemas.
—¿Y qué tanto? — Preguntó la Tachikawa— Ellos lo merecen, luego de todo lo que nos hicieron.
—Mimi, no te negaré que lo merecen. — Habló el pelirrojo— Pero no creo que esta sea la mejor forma. La hija menor de Yamato y Sora no tiene relación alguna con los problemas del pasado, no debes fastidiarla a ella para afectarlos a ellos.
—Tomoko, mi hermano, mi bebé y tu esposa tampoco tenían culpa, pero ellos no tuvieron piedad e igualmente los destruyeron. — Musitó Mimi.
—Pero ¡Nosotros nos somos como ellos! — Exclamó Koushiro— Si queremos poner las cosas en su lugar no debemos actuar de esta manera.
—¡Perdón! —Respondió Mimi— ¡Claro que sí! Sino lo hacemos nos volverán a destruir como hace años.
—Mimi, a diferencia de hacer años, sabemos muy bien con las personas que tratamos. Tenemos dinero, influencia. — Contestó Koushiro— Tu nombre "Haruna Anderson" suena en todos lados, no necesitamos realizar jugarretas como esta para hacer justicia.
¿Justicia?
Ella no quería justicia.
¡Ella quería venganza!
Por todo el daño que le hicieron.
—¡Claro que las debemos hacer! — Respondió Mimi— Es la única forma. Ellos tienen mucho poder, necesito derrocarlos ¿Cómo no lo ves?
—Lo veo, pero insisto, esta no es la mejor forma. —Musitó el pelirrojo.
—Yo no estoy buscando la mejor. — La Tachikawa se cruzó de brazos— Lo único quiero es hacerlos caer uno por uno al precio que sea y si tengo que hacer este tipo de cosas afectando a inocentes ¡Lo haré!
Koushiro negó con la cabeza.
Mientras tanto en casa de Tomoko Kimura y Ryo Akiyama. Ambos se encontraban tomando desayunando.
—¡Mmmm! — Exclamó el castaño al probar la deliciosa sopa que su madrina hizo— Está sopa está deliciosa.
—¿Te gustó? — Preguntó la oji-azul intrigada.
El chico asintió—Como siempre ¡Deliciosa tu comida!
—Gracias. — Contestó Tomoko con una sonrisa.
—¿Sabes? Si no fueras mi madrina y tuvieras veinte años menos, te declararía mi amor en este mismo instante. — Musitó el Akiyama.
—¿Veinte años menos?— La mujer tomó un mantel y golpeo levemente al castaño con él— ¿Me estás diciendo vieja?
—¡Hey! — Exclamó Ryo— No, no dije eso. Simplemente quise darte un piropo.
Tomoko rio— En vez de tirarme piropo mejor respóndeme ¿por qué llegaste anoche tan tarde anoche?
—¿Q-qué? — Balbuceo el Akiyama— ¿Tarde?
—¿Creíste que no te escuché llegar? — Preguntó la Kimura— Recuerda que tengo el sueño ligero.
Sí, lamentablemente lo tenía ¡Muy ligero! Despertaba con facilidad.
—Tu-tuve unos asuntos que resolver.
—¿Asuntos? — Preguntó Tomoko— No me digas que te involucraste en un problema.
—¿Pro-problema? — Cuestionó el castaño— No, claro que no.
—Entonces ¿por qué estás tan nervioso?
Ryo alzó las cejas— ¿Nervioso?
La Kimura asintió.
—Pe-pero ¡que tontería dices!
Tomoko observó detenidamente a su ahijado, quién intentaba evitar su mirada. Ella lo conocía bien y sabía cuando le ocultaba algo.
—¡Mírame! — Declaró sin más.
—¿Q-qué? — Balbuceo el Akiyama.
—¡Lo que escuchaste! —Habló la Kimura— ¡Mírame a los ojos!
—Pe-pero ¿por qué?
—Porque quiero saber que no me mientes. —Respondió Tomoko.
Ryo hizo una mueca—No es necesario mirarte a los ojos para que lo sepas.
—Tú bien sabes que sí. — Contestó la Kimura.
Sí, lamentablemente.
Tomoko era bruja, literalmente, sabía leerlo fácilmente. Como lo hacía su madre y luego Mimi.
El Akiyama apretó los dientes y suspiró.
Lo mejor sería decirle la verdad.
Fue así como respiró profundo y con dificultad volteo hacia la mujer de cabello negro.
—¿Y bien? —Preguntó Tomoko— ¿Qué pasó?
—Pu-pues…
¡Toc, toc!
¡Para su suerte la puerta sonó! Rápidamente se levantó de su asiento.
—Están tocando, iré a abrir. — Musitó Ryo.
Tomoko hizo una mueca—Salvado por la puerta. — Comentó— Esto no se quedará así.
—Yo creo que sí. — Pensó el Akiyama antes de llegar a la puerta y abrir.
Sin embargo, la felicidad que sentía en esos momentos por el golpe en la puerta cambió drásticamente al ver de quién trataba.
Nadie más y nadie menos que el hijo de Tomoko.
Rika ingresó a su habitación cerrando con un portazo.
¡Estaba enojada!
Furiosa
Decepcionada
¿Cómo rayos se filtró eso a la prensa? ¿Y cómo rayos la acusaban de estar tomando y drogándose? ¡Eso no era verdad!
Lo peor era ver que sus padres le creían a esa noticia ¡Antes que a ella! Era su hija ¿no? Debían creerle a ella y no a esa noticia.
Apretó su puño.
Odiaba este mundo ¡Odiaba esta vida! ¡ODIABA A TODO EL MUNDO!
—¿Qué hace aquí señora Takenouchi?
—Vine a hablar contigo. —Declaró Toshiko.
¡Oh no!
No necesitaba ser adivina para saber que la conversación no le gustaría.
Rika, aún llena de furia, se dejó caer pesadamente en su cama, sintiendo la rabia arder en su interior. El sonido del portazo aún resonaba en la habitación mientras luchaba por contener las lágrimas que amenazaban con escaparse. Se sentía completamente sola y incomprendida.
No habrá transcurrido mucho tiempo, cuando la puerta sonó.
¡Toc, toc!
—¡No quiero hablar con nadie!— Gritó Rika.
¡Toc, toc!
Nuevamente sonó.
—Ya dije que ¡No quiero hablar!— Nuevamente gritó la pelirroja.
No obstante, la persona ignoró su grito y la puerta se abrió.
—¡Pues a mí me tendrás que escuchar, niñita!— En el lugar apareció cierta mujer castaña de piel blanca, a quien Rika reconoció al instante.
¡Genial! ¡Lo que le faltaba!
La pelirroja se levantó de su lugar.
—¿Qué hace aquí señora Takenouchi?
—¿Qué no es obvio?— Preguntó Toshiko— Me enteré de todo lo que salió en las redes sociales de ti ¡Y como nos humillas frente a todos!
La adolescente tragó saliva, sabía lo que venía a continuación...
Otra humillación
—Como siempre, siendo el hazme reír de nuestra familia.— Habló la castaña molesta.
Rika simplemente bajó la mirada— Yo no quería que esto sucediera señora Takenouchi.
—Siempre dices lo mismo.— Musitó Toshiko— Nunca quieres dar problemas, pero de igual forma los das.
—Señora Takenouchi, es verdad esta vez, yo no quería dar problemas.— Respondió la pelirroja— Al contrario, yo simplemente quería cantar y estar con mis amigos. Nada más. Jamás me drogué.
—Claro que sí.
—No.
—Sí, lo dice el periódico.
—El periódico miente.— Insistió Rika— Yo jamás he probado las drogas, ni el alcohol.
—No es necesario que me mientas, niña, yo te conozco.
—No miento.
—Claro que lo haces.— Respondió Toshiko— Conozco muy bien a la gentuza como tú.
¿Gentuza?
La pelirroja apretó su puño.
¿Por qué se refería de esa forma a ella?
Era su nieta, pero la trataba como una desconocida.
—Usted no me conoce.
—Claro que sí.— Respondió la castaña— Eres tan poca cosa que es fácil saber qué clase de persona eres.
La mirada descalificadora de esa mujer era algo que lastimaba a Rika mucho más que las palabras, jamás entendería por qué su abuela materna la trataba de esa manera. Desde que ella era pequeña, Toshiko la hacía menos, no le interesaban sus sentimientos, solamente la miraba con asco.
—Lo que apareció en internet es falso.— Declaró la pelirroja— Y si usted no quiere creerlo, ya no es problema mío.
—¡No te atrevas a hablarme así!— Exigió Toshiko y bruscamente tomó a la adolescente del brazo.
La pelirroja apretó sus dientes ante el dolor que sintió por las uñas que aquella mujer clavaba en su brazo.
—No me interesa que sea un error, lo que me interesa es la imagen de esta familia y sí, ruega que esto sea un error, porque si trae consecuencias tú sufrirás.
¿Acaso la estaba amenazando?
—Aunque, ahora que lo pienso. Deberías probar esas sustancias y morir en una sobredosis.— Declaró Toshiko— Así dejas de darnos problemas de una buena vez.
La pelirroja simplemente apretó su puño. Odiaba a esa mujer con toda su vida.
Ryo observó molesto al chico frente a él, sin querer creer que fuese real que él estuviese ahí.
—Kouji. — Pronunció su nombre.
—Akiyama. — Saludó el hijo de Tomoko sin ninguna expresión en el rostro.
Las miradas de odio fueron inevitables por parte de ambos.
El hermano de Mimi se cruzó de brazos—¿Qué haces aquí Minamoto?
—¿Qué no es obvio?— Cuestionó Kouji— Vine a ver a mi madre.
—¿Obvio?—Ryo carcajeo— Poco vienes, así que, podría pensar cualquier cosa.
El Minamoto frunció el ceño a más no poder, verdaderamente era insoportable ese sujeto.
—Ryo ¿quién es? — La voz de Tomoko se escuchó en el lugar.
Ryo hizo una mueca y se hizo a un lado— Es Kouji.
—¡Hijo! — Tomoko se levantó de su asiento al ver a su hijo.
El pelinegro ingresó al lugar.
La mujer literalmente corrió hacia el joven— ¡Viniste!
—Hola madre. — Saludó el Minamoto.
—Mi niño.— La mujer abrazó al pelinegro— Mi bebé.— Tomó su rostro entre sus manos y besó su mejilla—Me alegra verte.
Kouji sonrió de lado— A mi también.
—Ven, siéntate. — La Kimura señaló el sofá junto a ellos.
El Minamoto obedeció.
—Mi niño ¡Que bueno que vienes a verme! — Tomoko tomó sus manos.
—¿Cómo estás madre? ¿Cómo te has sentido? ¿Las medicinas que te recetó el doctor han hecho efecto?
—Sí.— Respondió la oji-azul.
—¿Segura?— Cuestionó el Minamoto— ¿No te ocurrió como la última vez?— Que lamentablemente al cambiar de medicamentos no tuvo buena reacción.
—No, gracias al cielo.
—¿Segura?— Preguntó Kouji serio.
Tomoko hizo una mueca— Bueno, no te negaré que me he sentido un poco débil, pero a diferencia de la última vez he logrado sobrellevar todo mejor.— Tomó su mano— Sobre todo ahora, que viniste a verme me sentiré mucho mejor.
Su hijo era su mejor remedio.
—¿Y tú?— Cuestionó la Kimura— ¿Cómo has estado? ¿Cómo va la universidad?
—Bien.— Respondió Kouji.
—¿No has tenido problemas?
El Minamoto negó.
—¿Cómo va el proyecto que estás creando para la empresa de Yamato?
—Bastante bien. —Contestó el Minamoto— Aunque, todavía me falta para presentarlo.
Mientras madre e hijo compartían un momento emotivo, Ryo se mantenía a distancia, observando la escena con una mezcla de desagrado y desconfianza. La conversación entre Tomoko y Kouji continuaba, y la tensión en el aire no pasaba desapercibida para nadie.
Tomoko, ajena al conflicto entre sus dos hijos, continuó con el interrogatorio hacia Kouji, intentando mantener un tono ligero.
—Me alegra saber que estás bien, hijo. Siempre me preocupo por ti, aunque no me visites con frecuencia. — La mirada de Tomoko se desvió hacia Ryo por un momento, notando su expresión molesta, pero decidió no abordar el tema en ese momento.
Kouji asintió, intentando desviar la atención de la incomodidad que sentía por la presencia de Ryo.
—Mamá, no te preocupes por mí. Al contrario, debes cuidar tu salud.
Ryo resopló con sarcasmo desde su lugar, sin poder contener su desdén hacia Kouji. La tensión en la habitación era palpable, y el hermano de Mimi se preguntaba cuánto más podría soportar antes de expresar abiertamente sus sentimientos.
—Deberías quedarte un tiempo, Kouji. Me hace bien tenerte cerca. — Tomoko sonrió, intentando suavizar el ambiente.
—Espero que vuelvas a venir pronto mi niño, me hace feliz verte.— Acarició su mejilla.
Sí, lo sabía.
Pero lamentablemente debía mantener distancia, por su bien.
Ryo apretó los dientes, sintiendo la furia acumulándose. Tomoko, ajena a la creciente hostilidad entre ambos, se sumergió en una conversación más liviana con Kouji sobre sus planes y proyectos.
La situación en la habitación estaba lejos de ser ideal, y Ryo se preguntaba cuándo explotaría la confrontación que se avecinaba.
Después de unos minutos de charla, Kouji se puso de pie con un gesto de disculpa.
—Lo siento, mamá, pero debo irme. Tengo algunos asuntos pendientes que atender. Pero prometo volver pronto para pasar más tiempo contigo.
Tomoko asintió con una sonrisa, agradeciendo la breve visita de su hijo. Ryo, sin poder contenerse más, se acercó con paso decidido hacia Kouji.
—¿Asuntos pendientes, como siempre, ¿verdad? — Ryo soltó con sarcasmo, expresando abiertamente su descontento.
Kouji lo miró con calma, sin dejarse llevar por la provocación. — Tengo responsabilidades, Ryo. No todos podemos permitirnos estar aquí todo el tiempo.
—No todos, pero al menos algunos podrían hacer el esfuerzo de estar presentes cuando su familia los necesita. — Ryo apretó los puños, luchando contra la creciente frustración.
Tomoko, preocupada por el tono de la conversación, intervino. — Chicos, por favor, no empiecen...
—¿Y tú, Tomoko? ¿Cómo puedes estar tan tranquila cuando él aparece cada vez que se le antoja y luego se va sin más? — Ryo no podía contener su enojo. — ¿Te das cuenta de cuánto te afecta?
Kouji suspiró, sintiendo la tensión en el ambiente. — Ryo, no es el momento ni el lugar para esto.
—Nunca es el momento, ¿verdad? Siempre tienes algo más importante que hacer que estar con tu familia. — Ryo señaló hacia la puerta. — ¡Vete, entonces! Ve a cumplir con tus asuntos, como siempre.
Kouji hizo una mueca. Volteo hacia su madre ignorando al Akiyama y sacó de su maletín una bolsa blanca—Ten, vine a dejarte estas medicinas antes de irme a la universidad.
Ryo rodó los ojos molesto, su mandíbula tensa y el corazón latiendo con rabia contenida. La visita de ese chico solo había avivado las llamas de una larga disputa familiar que parecía lejos de resolverse.
—Permiso.— Fue lo único que dijo antes de salir.
No soportaba ver como Kouji trataba a Tomoko, literalmente la hacía menos, nada en comparación a lo que fue Koichi (su gemelo) cuando estaba vivo.
Abrió la puerta completamente airado, intentando calmar su enojo, aunque era difícil. Salió de su casa y apenas dio un paso a fuera se sorprendió al ver a cierto chico moreno parado frente a él.
—¿Takuya? — exclamó Ryo, deteniéndose abruptamente. Sus cejas se arquearon en sorpresa. — ¿Qué estás haciendo aquí?
Takuya, notando la reacción de Ryo, levantó la mano en un saludo casual. — Hola, Ryo. Justo te venía a buscar.
—¿A buscarme?
El moreno asintió— Verás, estaba en las redes sociales cuando apareció esto.— Alzó su móvil y dejó ver la imagen de una joven adolescente que Ryo reconoció al instante—¿Viste una publicación que está rodando en internet?— Cuestionó— ¿Esa chica pelirroja no es…
El moreno no continúo hablando, ya que frente a él apareció aquel chico de cabello negro y ojos azules, novio de Izumi— Pero ¿qué rayos hace él aquí?
¡Rayos!
Pensó Kouji al ver al Kanbara.
¡Toc, toc!
Izumi golpeo la puerta de la habitación de su hermana menor que estaba abierta e ingresó lugar— Rika. — La llamó—¿Puedo pasar?
—Ya estás adentro. — Respondió la pelirroja que se encontraba sentada en su cama abrazando sus rodillas, observando hacia la ventana.
La rubia se acercó a su hermana y tomó asiento a su lado.
—¿Cómo estás?
—¿Te interesa? — Preguntó la pelirroja.
—¡Claro! ¿Por qué no? — Cuestionó Izumi— Eres mi hermana.
Lamentablemente.
Pensó Rika.
Si no lo fueran no se sentiría tan menoscabada al ser comparada con ella.
—Me preocupo por ti, Rika. — Habló la rubia— Pero también por nuestros padres, quienes están tristes por esto. — Suspiró— Lo que hiciste no estuvo bien.
—Y según ella ¿Qúe hice?
—Escaparte. — Respondió la oji-verde— Ir a ese lugar y drogarte…
¿Drogarse?
—¿Lo ves? Ahí está el error. — Habló la pelirroja— Yo no me drogo.
—¿Segura?
—¡Segura! — Rika elevó su voz— Esa publicación es falsa, yo jamás he consumido una sustancia.
La rubia hizo una mueca—Bu-bueno, quizás, no lo hiciste, pero te escapaste, hiciste sentir mal a nuestros padres, dejaste en ridículo a nuestra familia en este artí…
—¿En ridículo? — Cuestionó la pelirroja.
Izumi observó el rostro de su amiga y recién fue consciente de que tal vez no usó el término apropiado.
—¡Disculpa por dejar en vergüenza la imagen de tu familia! — Exclamó Rika—Lamentablemente yo no soy la hija perfecta, así como tú.— Habló— Soy el hazme reír, la estúpida, idiota, cero perfecta. Todo lo contrario, a ti.
—Eso no me importa hermana, lo único que quiero es que estés bien. — Habló la oji-verde.
—¿Bien? ¿O que mantenga la imagen familiar?
—E-eso me importa, pe-pero no más que tú.
—Si ¿cómo no? — Rio Rika—¿Sabes? Estaría bien que dejarás de preocuparte por mi.—Musitó la pelirroja— Y preocúpate por tu vida. Ya que harta falta te hace, porque dependes de tu novio para ser feliz, vives con el vestido de novia en la cartera y solo piensas en vivir un cuento de hadas, porque tienes una vida resuelta, sabes de donde vives y no ves más allá de tus narices.
Zoe intentaba ser buena hermana, pero jamás fue consciente de sus actos, jamás vio su dolor, jamás fue consciente de todas las críticas y burlas que ella tuvo que recibir sin explicación alguna por parte de su misma familia ¡Siempre siendo comparada con ella!
—Rika, yo no quiero tener problemas contigo.
—No, pero de manera inconsciente los tienes. Porque está muy claro que no pertenezco a esta familia, ya que no soy perfecta como tú.
—Rika…
—¡Cállate! No quiero hablar contigo.— Fue así como la menor salió del lugar.
Izumi bajó su mirada triste, nunca pensó que su hermana le diría palabras tan fuertes, logró herirla.
Hiroaki observó a su hijo completamente decepcionado.
—Verdaderamente no puedo creer esto.— Alzó su móvil— La joven Ishida que desafía a su familia entre rap y drogas.
Yamato hizo una mueca.
—¿Cómo rayos no logras controlar a tu hija?— Preguntó el castaño— ¡Verdaderamente me decepcionas?
El rubio se mordió el labio inferior.
No le gustaba que su padre lo criticase por la forma en que él criaba a su hija, ya que Rika tenía su carácter y si cometía un error, eso no era responsabilidad de él.
—Esto será un problema para toda nuestra familia. —Habló Hiroaki— Todos ahora hablaran de nosotros.
—¿Eso es lo único que te interesa? —Preguntó Yamato— El qué dirán.
—¿Qué más debería importarme? —Cuestionó el castaño.
—Tienes razón, como siempre solo piensas en ti.
—¿Y tú, no?
—Pues no. — Respondió el oji-azul—Más que la imagen familia, a mí me preocupa mi hija y su crecimiento, que no corra peligro. —Habló— Quiero que sea una niña de bien.
—¿De bien? — Cuestionó el castaño y rió con ironía—Evidentemente no lo estás logrando.
Lamentablemente.
Porque Toshiko y él no contribuían en su crecimiento.
—Si ustedes ayudaran en criar a Rika y no fueran tan rudos con ella, yo creo que no daría "problemas" — Habló Yamato.
—¿Y por qué tendría que ser bueno con ella? —Habló Hiroaki— Finalmente, no es tu hija, por lo tanto, no tiene mi sangre y no es de mi familia.
Yamato apretó su puño enfadado ante esto—No sé por qué pierdo tiempo hablando contigo, después de todo, ni siquiera a tu familia "de sangre" tratas bien.
Él jamás pudo ser feliz, porque su padre jamás le permitió serlo. Y aunque sí, Mimi lo decepcionó, estaba seguro de que su padre (Y su madre, que estaba muerta) influenciaron bastante en esto.
Nene ingresó a su oficina padre completamente enfadada, enojada, frustrada, pero sobre todo ¡Ofendida! Su padre la trataba como si fuera una cualquiera por intentar vestir como adulta y no como niña. Por un simple escote la regañaba y la hacía sentir como una persona vulgar ¡Cuando no lo era!
Su ropa era elegante, simple, llamativa. Sí la hacía sentir sensual, pero no de manera exagerada.
Lo peor de todo era que su padre se centraba en criticarla por cosas simples: su ropa o querer estar en la empresa, perdiendo tiempo. Rika necesitaba más atención que ella, ya que hacía cosas peores y dejaba en vergüenza a su familia.
¡Algo que ella no hacía!
Al contrario, ella con sus logros académicos dejaba en alto el nombre de su familia.
¡Pero claro! Los celos y la sobreprotección de su padre era mayor.
Sin embargo, no se saldría con la suya.
Rápidamente desabotonó la blusa que se colocó antes de salir, la retiró de sus hombros y quedó en su vestido negro. Luego bajó su mirada hacia sus pies, retiró rápidamente sus zapatis y calcetines quedando descalza. Dirigió su mirada a su bolso, lo abrió y sacó sus altos zapatos con tacon que acomodó.
Se observó en el reflejo de su ventana y sonrió.
Se veía ¡Perfecta!
Lista para seducir a Kiriha.
¡Toc, toc!
La puerta de su oficina sonó.
Al instante Nene guardó su blusa y sus zapatos en su bolso para luego caminar en dirección a la puerta para abrir.
Grande fue su sorpresa al ver a la éxitosa accionista nueva de la empresa, Haruna Anderson.
—Buenos días, Nene.
La castaña alzó una ceja—¿Doña Anderson? —Preguntó— ¿Qué hace aquí?
—Quería saber como estabas. — Habló Haruna—Me enteré de que en internet salió una publicación sobre tu hermana.
¿Publicación?
¡Rayos!
¡Esa maldita publicación!
—Dime ¿cómo estás? ¿Cómo te sientes? — Preguntó la castaña— ¿Cómo está tu familia?
Nene alzó una ceja ante la preocupación de esa extraña.
—¿Le interesa?
—¡Pues claro! — Habló Haruna—Supongo que no debe ser un momento agradable, después de todo, esa publicación los ataca directamente.
—Lo hace, pero no quiero hablar de eso. — Nene hizo una mueca.
Después de todo, el problema era entre sus padres y Rika. No le interesaba.
Haruna hizo una mueca, Nene verdaderamente parecía una persona fría, actuaba distante.
Eso no le gustaba.
—Nene…—La mayor depositó su mano en hombro derecho de Nene— Quiero que sepas que estoy para ayudarles en lo que sea.
La Ishida observó esto, sin embargo, no tuvo la reacción que a la mujer "Anderson" le hubiese gustado, ya que este gesto evidentemente generó desconfianza en la joven, quién se alejó de ella.
—Gracias, pero no necesitamos ayuda externa, mi familia sabe muy bien lo que hace.
—Hey, tranquila, no dije lo contrario, simplemente quiero que sepas que pueden confiar en mi si algo ocurre. —Declaró la castaña.
—¿Confiar? — Cuestionó Nene— Usted es una desconocida para nosotros, recién comenzó a trabajar aquí y para variar, la única relación que existirá con usted será laboral, nada más.
Ella no confiaba fácilmente en las personas. Y debía saberlo.
Mimi sintió como si su hija la hubiese golpeado, no esperaba que reaccionara así. Ella simplemente quería hacerle saber que estaba para ella, y que no era una desconocida para ella. No obstante, esta acción le dejó en claro que su hija verdaderamente era una Ishida.
Influenciada por Toshiko.
—¡Vaya! Al parecer no estaba confundido cuando dije que tienes parientes en esta comuna.— Habló Takuya.
Kouji frunció el ceño molesto— Parientes tengo, pero no vivo aquí.
—Pero muy bien sabias de este lugar.— Musitó el moreno— Y aquí tu mamá ¿no?
¿Su mamá?
—Tomoko.
El Minamoto fulminó con su mirada al castaño— ¡Eso no es asunto tuyo! —Musitó antes de caminar en dirección a su auto azul: Subaru RBZ.
—¿Ya te vas? — El Akiyama le preguntó al Minamoto.
—¿No es obvio?
—Como siempre, vienes por un par de minutos y te vas.— Comentó Ryo— No duras ni una hora visitando a tu madre.
—Cállate idiota. — Kouji le respondió al Akiyama molesto— Y no te metas en mis asuntos. — Fue así como abrió la puerta de su auto, se subió en él y comenzó a andar para luego alejarse de ese lugar.
—Es un idiota. — Musitó Takuya— Es imposible creer que es hijo de tu madrina.
Ryo asintió—Lamentablemente lo es. —Suspiró— Pero actúa como si no lo fuera. Ya que, el dinero de su padre y madrastra, es más importante. —Hizo una mueca— Algunas veces incluso pienso que se avergüenza de su madre.
—No me sorprendería. — Comentó el primo de Hikari—El otro día lo negó frente a su novia que tenía relación alguna con este lugar.
Esto sorprendió al Akiyama.
—¿Su novia?
Takuya asintió—Izumi Ishida.
—¿La conoces?— Preguntó el oji-azul sorprendido.
—Sí. — Respondió el Kanbara— Trabaja conmigo en la empresa donde me contrataron como fotógrafo.
¿Qué? ¿Takuya, su amigo, trabajaba directamente con una de sus sobrinas?
—¿A-a sí? — Cuestionó Ryo— ¿Y-y cómo es?
—¿Por qué preguntas?
—Po-porque yo…—Intentó buscar una excusa— Tomoko no la conoce y yo tampoco. —Mintió— Pero supones que es igual que Kouji, caprichosa y creida.
—No te negaré esos detalles. — Musitó Takuya— Al principio la consideré una niña caprichosa y mimada ¡Tiene un carácter! — Exclamó— Era muy mandona.
"Carácter" "Mandona" Esas palabras le recordaron a su hermana.
—Lamentablemente, tuvimos algunos problemas.
—¿Problemas? — Preguntó el oji-azul— ¿Por qué?
—Por mi cadena, resulta que ella la tenía, lo que provocó que tuviéramos problemas. — Respondió el Kanbara— Pero, luego de discutir ella accedió a devolvérmela. —Continuo— Y últimamente nuestra relación ha mejorado, me agrada bastante. De a poco se me va quitando esa imagen de niña caprichosa que tenía.
—¿A sí? — Cuestionó Ryo— ¿Eso quiere decir que es buena onda?
Takuya asintió— Sí, un poco fresa, pero prima su simpatía ante todo.—Llevó una mano a su nuca— Incluso, la invite un día de estos a ver a la banda.
¿Qué?
Takuya invitó a su sobrina a ver tocar a su banda.
—Y sorprendentemente aceptó mi invitación, a pesar de que no somos un grupo muy "clásico" o del tipo de música que ella escucha.
Eso era…
Inesperado.
El mundo verdaderamente era un pañuelo.
—Es Buena niña. — Finalizó el moreno.
Era bueno escuchar eso.
Siempre su miedo fue que Izumi y Nene, al crecer lejos de ellos con su familia paterna se convirtieran en personas sin valores, mimadas, sin valores.
Sin embargo, que Takuya calificara a Izumi como "buena niña" significaba que algo de Mimi logró sacar.
Movió levemente su cabeza.
—Por cierto ¿qué haces aquí? — El Akiyama le preguntó al Kanbara— Me sorprende verte a estas horas de la mañana ¿no tienes que trabajar?
—Sí, tengo que ir. — Respondió el moreno— Pero antes necesitaba hablar contigo.
—¿Ocurrió algo?
—Sí, ocurrió algo. — Contestó el primo de Hikari— No grave, pero si importante.
Ryo alzó una ceja intrigado— ¿A sí? ¿Qué?
—Venía a pedirte que nos ayudaras con una amplificación, verás, con la banda tendremos una presentación en breve y necesitamos un ingeniero de sonido que nos ayuda. — Habló Takuya— ¿Podrías ayudarnos? Por favor.
—Claro. — Respondió el oji-azul— Pueden contar conmigo.
—¿Nos saldrá muy caro?
—¿Caro? — Cuestionó el Akiyama— A ustedes les saldrá gratis.
—¿De verdad?
El oji-azul asintió— Obvio, somos amigos ¿no? — Levantó su puño.
Takuya sonrió— ¡Claro!
Fue así como correspondió al gesto y ambos chocaron puños.
Yamato e Hiroaki ingresaron a la oficina de la empresa manteniendo la conversación acerca de Rika, conversación que tenía completamente cansado al rubio, ya que no le gustaba que Hiroaki lo calificara como "mal padre" por esta situación, cuando él tampoco era uno bueno.
—Esto nos traerá problemas, Yamato.
—Lo sé, me lo has repetido mil veces.—Contestó el rubio mientras depositaba su maletín en su escritorio.
—¿Y por qué estás tan calmado? Entonces.
Yamato rodó los ojos— Porque alterando no voy a solucionar algo.
—¡Pues deberías estarlo!— Gritó Hiroaki— Esto arruinará nuestra imagen.
¡Toc, toc!
La puerta sonó.
Y los dos hombres al voltear se encontraron con Haruna Anderson.
—Buenos días, señores Ishida.— Saludó— Disculpen la molestia.
—Haruna.—Yamato pronunció su nombre.
—¿Qué hace aquí señorita?
—Me llegó la publicación. — Habló Haruna— Bueno, en realidad mi asistente me la mostró. — Mintió, si, mintió— Supuse que estarían teniendo problemas, así que, vine rápido a la empresa para ofrecerlas mi ayuda.
¿Su ayuda?
Yamato observó sorprendido a la mujer, al igual que Hiroaki.
—¿E? No creo que sea necesario, esto es un tema familiar.— Comentó el rubio.
—Lo sé señor Ishida.— Contestó la castaña—Pero ahora somos socios y yo siempre buscó más que una relación laboral, a mi me gusta interiorizar con mis trabajadores o socios para hacer el trabajo más ameno.
Sí, buen discurso, sonaba como una verdadera "empresaria" Koushiro y Joe la prepararon bien para esto.
—Creo que será difícil hacer esto ameno, considerando la nefasta información que salió en internet.— Musitó Yamato señalando el diario.
—Bueno, yo tengo experiencia en esto y sí, se ve complejo solucionar todo esto, pero créame no es imposible.— Musitó Haruna— Todo está muy reciente, así que aun se puede hacer algo.
"Reciente"
—Buen punto, todo esto aún no se masifica, así que debemos actuar cuanto antes.— Habló Hiroaki—Nuestra prioridad será buscar quién rayos hizo esa publicación y en lo posible borrar cualquier extracto de internet.
—No se preocupe señor Ishida, yo me encargaré de eliminar esa publicación de internet y bloquear toda página que la haya masificado, para limpiar su imagen.— Comentó la mujer.
—¿Cómo?— Preguntó Yamato.
—Mi asistente personal Koushiro es habil en la computación.— Respondió Haruna.
¿Koushiro?
¡Claro! ¿Cómo no lo pensó antes? Ese chico era habil en todo lo que trataba de computación.
—Él es ingeniero en computación experto en estos casos, puede arreglar todo.
—Ojalá bastara con simplemente borrar la información de internet.— Musitó el padre de Yamato— Esto ya llamó la atención de la prensa, muchos han llamado a la empresa, no pasará mucho tiempo hasta que lleguen los reporteros hasta aquí.
—Será evitable si ustedes hacen algo antes.—Comentó la estadounidense— Y aclaran todo con anticipación.
—¿Aclarar todo con anticipación?— Preguntó Yamato— ¿Cómo?
—Existen muchas formas, pero lo más conveniente en estos momentos es que usted dé un comunicado.— Habló Haruna— Hablando que fue un error y una estrategia para arruinar su imagen. Dando una entrevista afrontando las cosas de frente, no dejando margen para que especulen cosas sin sentido.
Las casas televisivas iban a buscar a diestra y siniestra saber lo que ocurría, mientras más ocultos estuviera Rika y su familia, más especulaciones habría.
—¿Quiere que de una entrevista?
Haruna (Mimi) asintió.
—Podría ser buena idea.— Comentó Hiroaki— Tal vez, si ustedes y Rika dan una dejando ver que "todo está bien" dejaran de hacer especulaciones.
Yamato negó.
—No quiero hacerlo. Es un tema familiar.— Hablar directamente con la prensa sería como ventilar al mundo aquel problema con su hija que venía desde hace tiempo.
—Lamentablemente tendrá que hacerlo señor Ishida, yo sé cómo es esto.— Comentó la castaña— Solo basta en que usted hablé y todo rumor se disipará.— Hizo una mueca— Y para que sea creíble tendrá que incluir a su hija en aquel comunicado.
¿Qué?
—Olvídelo.— Respondió Yamato—No involucraré a mi hija en aquel comunicado.
—Ella se equivocó, es lo mínimo que puede hacer.— Musitó Hiroaki
El rubio apretó su puño— Pudo haberse equivocado, pero no dejaré que pase por eso frente a la prensa. Tú bien sabes que Rika odia aquello.
—Me da lo mismo lo que ella opine, a mi lo único que me importa es que nuestra imagen no se arruine.—Declaró Hiroaki— Así que, arréglalo cuanto antes.— Fue así como salió del lugar.
Yamato bajó su mirada completamente entristecido y con fuerza golpeo su puño contra la mesa, asustando a Haruna.
¿Por qué ocurría esto? ¿En verdad estaba haciendo un mal trabajo como padre?
—Lo siento señorita Anderson.— Musitó Yamato— Pero esta situación me tiene colapsado.
La castaña hizo una mueca.
—No quiero exponer a mi hija por algo que tal vez sea un error.
—Entiendo que no quiera, pero debe hacerlo, si no su imagen quedará muy mal frente a todos.
—Lo sé, lo sé, pero...—El rubio decidió callar, verdaderamente no sabía como describir lo que estaba sintiendo y toda esa situación.
Haruna Anderson, mejor dicho, Mimi Tachikawa, observó a su ex-esposo sin saber exactamente que sentir, verdaderamente se veía triste y no era para menos, la afectada fue su hija Rika en toda esta situación. No obstante, ella mucho tiempo esperó verlo sufrir de esta forma para que pagase todo el dolor que ella sufrió, sin embargo, no podía sentir feliz, aunque quisiera algo se lo impedía.
Suspiró.
Lo mejor sería entrar en personaje.
—Señor Ishida, yo sé que esto es difícil.— Habló la castaña— De seguro usted se está preguntando ¿qué hizo mal usted para que ocurra esto?— Bajó la mirada— Pero usted no debe olvidar que Rika es adolescente, es normal que cometa errores, pero eso no significa que usted esté haciendo mal trabajo como padre.
El rubio alzó una ceja sorprendido.
¿Acaso leyó sus pensamientos?
—¿Por qué dice eso?
—Porque es obvio. — Musitó la castaña— Lamentablemente las jóvenes a esa edad cometen erróres, pero eso jamás calificará a un padre, al contrario, tal vez yo no lo conozco mucho, pero Nene e Izumi son muy buenas personas, eso deja en claro que es buen padre. Por una de sus hijas, no voy a criticarlo como padre.
Yamato agradeció a Haruna con la mirada, sintiendo un respiro ante sus palabras de comprensión. Mientras ambos compartían ese breve momento de entendimiento, Haruna continuó, decidida a ofrecer más apoyo y perspectiva.
—Sabes, Yamato, todos cometemos errores como padres. No hay un manual que nos diga cómo manejar cada situación, y a veces, las circunstancias escapan de nuestro control. —Mimi alzó la mirada hacia él—. Lo más importante ahora es aprender de esto, apoyar a Rika y asegurarnos de que sepa que estamos aquí para ella, independientemente de lo que haya sucedido.
Yamato asintió, procesando las palabras sabias de la mujer. Se dio cuenta de que, aunque la situación actual era desafiante, también presentaba una oportunidad para fortalecer los lazos familiares.
—Tienes razón, Mimi. A veces olvido que soy humano y también puedo cometer errores. Pero estoy dispuesto a aprender de esto y hacer lo mejor para Rika.
Haruna le sonrió, reconociendo la sinceridad en las palabras de Yamato.
—Señor Ishida, no lo presionaré para que acepte la entrevista, pero me gustaría que lo piensi ¿sí? Esta idea es para ayudar a su hija y nada más. Pero si no quiere lo voy a entender.
Mientras tanto en la Universidad.
Kouji y Takeru se encontraban a las afueras de la Facultad de Economía y Finanzas.
—¿Fuiste a la primera clase? —El Minamoto le preguntó a su amigo, rubio.
Takeru negó— No.
¿Otra vez?
—¿Se volverá costumbre que cuando yo falté tú también lo harás? — Cuestionó el Kouji.
Hace poco ocurrió lo mismo.
—No tenía ánimos de venir a clases.
—Nunca tienes ánimos. — Respondió el Minamoto.
—Bueno, esta vez de verdad no los tenía. — Contestó Takeru molesto.
Kouji rodó los ojos—Tendré que pedirle apuntes al idiota de Thomas.
—No es necesario que te consigas los apuntes, por naturaleza eres inteligente y aprobarás el ramo. — Habló el rubio de manera cero amigable.
El Minamoto dirigió su mirada a su amigo— ¡Vaya! Verdaderamente estás de mal humor.
Eso era inusual en el Ishida.
—Nada que ver con tu carácter ayer. — Comentó Kouji—Dime ¿Por qué estás así?
—¿Te interesa?
El pelinegro rodó los ojos— Por algo te pregunto ¿no?
Tk hizo una mueca y suspiró.
Necesitaba soltarlo.
—Hikari no llegó a nuestra cita. —Declaró sin más.
—¿Qué? —Preguntó el Minamoto sorprendido— ¿Esa chica no llegó a su cita?
—Lo que escuchaste.— Respondió el rubio— ¡Me dejó plantado! Finalmente, me devolvió la plantada que le hice el otro día.
—¿Y por eso estás triste?
—¡Obvio! — Exclamó Takeru— ¿Cómo no lo voy a estar? ¡Estaba ilusionado! Tú lo sabes.
—¡Demasiado! — Musitó Kouji.
—Bastante.
—Estabas ilusionado sin sentido, te dije que esa chica no está a tu altura ¿qué más esperabas? — Cuestionó el Minamoto.
—No lo sé. — Respondió el rubio— Quizás, empezar una nueva historia en la cual pudiese querer a alguien y sin sufrir, algo totalmente diferente a…—Bajó la mirada— A lo que viví con Catherine.
El oji-azul hizo una mueca, inevitablemente se sentía triste por su amigo, después de todo, aunque no lo demostrase, si le preocupaba. Takeru era demasiado sensible, tenía sentimientos y fácilmente se unía a ellos. Todo lo contrario, a él, para su mala suerte, ya que si lograra aislarse de ellos triunfaría mejor en la vida.
—Sufriste bastante por ella ¿por qué entonces sufrir por esta simple mesera que apenas conoces? — Cuestionó el pelinegro.
—No lo sé. — Tk suspiró— Creo que estaba esperanzado.
—Estabas esperanzado, como dije antes, sin sentido. —Habló Kouji—¿Sabes? En vez de estar preocupado en eso deberías preocuparte por tu familia está siendo el hazme reír de internet y tú estás centrado en una cita fallida.
Esto sorprendió al rubio— ¿Hazme reír?
El Minamoto asintió.
—¿A qué te refieres?— Preguntó Takeru sin entender el comentario de su amigo.
Esto sorprendió al hijo de Kousei.
—¿Acaso no leíste tus redes sociales?— Preguntó Kouji.
—Esta mañana cuando desperté no tenía ánimos para abrir mis redes sociales.— Musitó Takeru antes de darle un sorbo a su café.
El Minamoto rodó los ojos— Eres idiota. — Fue así como sacó su Smartphone, lo desbloqueo, buscó la publicación y se la mostró al rubio— Esto pasó.
El hermano de Yamato recibió aquel aparato y observó la pantalla donde estaba aquel gran enunciado, que no esperaba y que lo hizo atragantarse con su capuccino.
La puerta se abrió y en el lugar apareció su compañera de trabajo (su superior) Izumi.
Takuya sonrió al verla—Hola rubia molestosa. —Saludó efusivo.
—Hola. — Respondió la rubia sin ánimos.
El moreno alzó una ceja sorprendido al ver a la chica, quién tenía una expresión apagada en el rostro, no emanaba su habitual alegría, sus ojos estaban tristes y no sonreía.
—¿Ya comenzaste la sesión de fotos?— Preguntó Zoe mientras depositaba sus cosas en el escritorio.
—¿E? N-no, te estaba esperando para eso.— Contestó el chico.
La chica curvó la comisura de sus labios, estaba triste, no tenía ganas de trabajar, pero aunque no quisiera debía continuar.
Takuya observó preocupado a la joven—Hey, Izumi ¿Qué te ocurre?— Se acercó a ella— ¿Por qué tienes esa cara?
—¿Cara?— Preguntó Zoe— ¿Qué cara?
—Cara triste.— Respondió el moreno— Como si te ocurriera algo.
—¿E?—Balbuceo la Ishida—N-no es nada.
—No digas que no, porque es evidente que sí.—Contestó Takuya—¿Acaso ayer tuviste muchos problemas con tu novio por mi culpa?
—¿Q-qué? — Balbuceo la rubia— ¿Con Kouji?
El moreno asintió.
—N-no. — Respondió la oji-verde— Con él solucionamos todo.
—Entonces ¿por qué estás así?— Preguntó el Kanbara y depositó una mano en su hombro.
Izumi suspiró triste, aunque quisiera disimularlo, no podía hacerlo, era muy predecible.
—¿Es muy grave?
La rubia negó— No es de vida o muerte, pero...—Suspiró— Es algo que me afecta.
—Cuentame ¿es muy urgente?— Preguntó Takuya— Sé que llevamos poco tiempo conociéndonos, pero debes saber que puedes contar conmigo, sobre todo si estas triste, dime ¿en qué puedo ayudarte?
La oji-verde sonrió de lado— Gracias, pero dudo que puedas hacerlo. Lamentablemente este es un problema familiar.
—¿Familiar?—Cuestionó el moreno.
Izumi asintió—Verás, lamentablemente, mi padre y mi hermana tuvieron una pelea muy fea.— Relató— Y me dejó mal, la verdad es que no me gusta que discutan. Rika se sintió mal, estaba enojada y yo quise ayudarla. —Suspiró— Pero no funcionó.
—¿Por qué no?
—Porque, ella es muy diferente a mí y pues, yo quise brindarle apoyo, pero no supe sobrellevar la situación sabiamente, ella terminó tomándose todo mal, desquitándose conmigo.— Comentó la rubia— Me grito cosas super feas.
—¿Por qué?— Preguntó Takuya—Intentabas ayudarla ¿no?
—Sí, pero no funcionó, como te dije, quise hacerlo, pero no supe ejecutar bien la situación.—Declaró la oji-verde— Ambas somos diferentes, desde pequeñas casi todo el mundo nos compara, lo que provoca que ella me odie, ya que todos me utilizan como "ejemplo" para sacarle en cara lo que ella hace "mal"—Suspiró— Y eso ocurrió hoy, mis padres la compararon conmigo lo que provocó que ella se enfadara.
—Pero, eso no es culpa tuya.
—Puede que no.—Respondió la rubia— Pero al intentar arreglar las cosas, las terminé empeorando. Lo cual es preocupante. Verás, siempre ocurre esto, siempre nos comparan, no obstante, yo no fui consciente de eso hasta que Nene, mi otra hermana, se fue a Estados Unidos. — Habló— Al quedar solo las dos, las presiones aumentaron y cuando quise tratar esta situación, Rika y yo estábamos muy distanciadas.
—Mira, me imagino que esa situación debe ser difícil.— Habló Takuya— Y no es para menos, después de todo, es tu hermana, pero no debes estar triste porque esto ocurra. Es malo sin duda, pero no es tu culpa. No debes recriminarte, mucho menos cuando solo intentabas arreglar la situación.
—Mi hermana es lo que más quiero en el mundo, pero ella me ve como su enemiga.
—No digas eso.— Respondió moreno.
—Hoy me quedó claro.
—Quizás, dijo todas esas cosas feas porque estaba con la cabeza caliente y no es para menos, luego de todo lo que me contaste.— Comentó Takuya— No obstante, eso no quiere decir que te odie, al contrario, siempre entre los hermanos habrán discusiones y problemas, pero eso no significa que no exista cariño.
Siempre pensó eso, o al menos sus padres siempre les dieron esa enseñanza, pero era difícil.
—¿Tú crees que sea eso cierto?— Preguntó la rubia— De aquí a un tiempo atrás siento que Rika y yo somos muy diferentes, estamos en etapas muy diferentes de nuestras vidas y cada vez estamos muy lejos.
—Son hermanas.— Musitó el chico— Es normal que sean diferentes, sino lo fueran sería aburrido ¿no crees? Los hermanos fueron creados para acompañarse, pero también para tener diferencias, no obstante, eso no significa que no exista cariño, al contrario, son familia y eso es lo que más importa.
—Bueno, es normal que las personas cambien y evolucionen a lo largo del tiempo. No todos van por el mismo camino ni experimentan las mismas cosas en el mismo momento. A veces, las diferencias pueden hacer que las personas se distancien, pero eso no significa que el lazo entre ustedes dos sea insalvable.
—Pero es que, cada vez que intento acercarme, termina en pelea. No sé cómo manejarlo.
—A veces, la comunicación es clave en estas situaciones. Tal vez necesitan sentarse y hablar con calma sobre cómo se sienten ambas, sin comparaciones ni reproches. Intenta entender su perspectiva y explícale la tuya. El hecho de que sean diferentes no significa que no puedan apoyarse mutuamente.
—Lo he intentado, pero ella se cierra y se pone a la defensiva.
—Quizás necesite tiempo. Las heridas emocionales también requieren su proceso de curación. Dale espacio, pero hazle saber que estás ahí para ella cuando esté lista para hablar. A veces, solo saber que alguien está dispuesto a escuchar puede marcar la diferencia.
—Pero me duele verla así. No quiero que piense que la estoy dejando sola.
—Entiendo, pero también necesitas cuidar de ti misma. No puedes ayudar a los demás si no te cuidas primero. Tal vez, en lugar de tratar de solucionar todos los problemas de una vez, puedes dar pequeños pasos. Un mensaje amable, una invitación a hacer algo juntas, algo que no genere presión pero que le haga saber que estás ahí.
—No sé, Takuya, esto es más complicado de lo que pensé.
—Lo sé, pero las relaciones familiares son así a veces. Lo importante es no rendirse y seguir intentándolo. Con el tiempo, las cosas pueden mejorar. Y recuerda, no estás sola en esto. Si necesitas apoyo, estoy aquí para ti.
La rubia asintió, agradeciendo la comprensión del moreno. Aunque la situación con su hermana era difícil, saber que contaba con alguien dispuesto a escuchar y apoyarla le daba un poco de consuelo en medio de la tormenta emocional que estaba enfrentando.
—Bueno, para subirte el ánimo te invito al ensayo de mi banda, hoy. —Declaró Takuya.
Izumi se sorprendió ante esto— ¿Al ensayo de tu banda?
El moreno asintió— Hoy tenemos ensayo ¿te gustaría ir?
—¿E? —Balbuceo la rubia
—Sé que no estás de buen humor. — Comentó el moreno— Pero, un poco de música mejora todo en la vida. O al menos eso yo he aprendido.
"Un poco de música mejora todo en la vida"
En verdad era su pasión la música, eso era evidente. Tal vez, por eso era alegre aquel joven.
Kiriha tecleaba atentamente su laptop, sin embargo, era inevitable para él dirigir una mirada hacia la hija de Yamato, Nene, quién este día vestía un ajustado vestido negro con un pronunciado, pero elegante, escote. Además, la altura de los tacones hermoseaba sus largas piernas y…
¡Rayos!
Movió su cabeza intentando alejar esos pensamientos de su cabeza.
Necesitaba concentrarse en su trabajo.
—¿E? Nene. —La llamó.
—¿Sí?
—Me gustaría que vieras este programa, nos serviría para la próxima reunión. — Señaló el rubio su pantalla.
La castaña ante esto se levantó de su lugar.
—A ver.—Nene se posicionó al lado del rubio y se dejó caer levemente sobre sí para ver la pantalla, otorgándole una mirada privilegiada a Kiriha.
¡Rayos!
—A mi me parece que está bien. — Comentó la castaña volteando su mirada hacie el rubio provocando que quedaran a escasos centímetros.
—¿E? —Balbuceo el Aonuma— Entonces, te enviaré el link para ingreses.
Nene asintió—Está bien. — Musitó antes de deslizar su mano sobre la mano del rubio.
—¿E? — El chico rápidamente se levantó de su lugar y se alejó de ella.
La castaña hizo una mueca.
—Kiriha ¿te puedo decir algo?
—Di-dime.— Habló el rubio alejándose de ella.
—Disculpa que sea tan metida, pero no sé, desde que trabajamos juntos te siento un poco extraño.
—¿Extraño? — Cuestionó el oji-azul.
Nene asintió— Es como si te colocaras nervioso con mi presencia, ansioso.
—¿Nervioso? — Kiriha custionó— ¡Ja! Claro que no.
—A mi me parece que sí.
—No lo es.
—Entonces ¿por qué actúas así?
—Por-porque…—Kiriha intentó inventar algo— Estoy un tanto estresado, verás, tengo mucho trabajo y me es inevitable estar ansioso. — Comentó antes de tomar asiento frente a su laptop.
Nene hizo una mueca y pasó su mano por el hombro del rubio de una manera bastante sensual que colocó al Aonuma mucho más nervioso—¿Sabes que puede ayudar a bajar el estrés?— Antes de acercándose a su oído— Una deliciosa noche de Affaire.
¿Qué?
Kiriha ante esto literalmente sintió un escalofrío en su espalda ¡Cómo nunca! Se supone que él secudía a las mujeres ¡No al revés!
Nuevamente se levantó de su asiento y se alejó de la castaña.
—¿E? Nene, no creo que sea buena idea.— Musitó el rubio.
—¿Por qué no?— Cuestionó la castaña— No estaría mal divertirnos un poco fuera del trabajo.— Se acercó a él— Para reforzar lazos.
El rubio se mordió el labio inferior.
Estaba más que claro que la castaña verdaderamente estaba interesada en él y lamentablemente no podía corresponderle. Si, lamentable, jamás le sucedió que una chica le atrayera y no pudiese tocarla. Siempre tuvo a la mano cualquier interés.
Mas, Nene era prohibida para él e inalcanzable, por culpa de Yamato.
—Disculpa, pero no creo que sea la mejor idea.
—¿Por qué no?
—Porque...—Tragó saliva, incrédulo de lo que diría a continuación— No creo que a mi novio le guste.
—¿Novio?
Kiriha asintió— Tengo pareja.
¿Qué?
¿Escuchó bien? Dijo ¿novio?
—¿Quieres que de una entrevista?— Cuestionó Rika.
Yamato asintió.
La pelirroja observó sorprendida a su padre, sabía que estaba molesto por la situación vivida. No solo él, también su madre, pero jamás pensó que quisiera exponerla así frente al mundo para arreglar este desafortunado suceso.
—No quiero hacer esto padre.
—Lo siento, pero esto no es algo que quieras o no, es algo que tendrás que hacer te guste o no.— Respondió Hiroaki Ishida—Necesitamos aclarar lo expuesto por esta publicación.
Rápidamente fulminó con su mirada a su supuesto "abuelo" Debió imaginar que querría limpiar su imagen de alguna forma, pero jamás que fuera de esta forma.
—¿Aclarar? ¿O limpiar la imagen de la burguesa familia?— Preguntó la pelirroja.
El castaño la fulminó con la mirada.
—¡Rika!— Sora regañó a su hija.
—¿Qué?— Preguntó la adolescente— ¿Vas a regañarme por decir la verdad?
La esposa de Yamato frunció el ceño molesta— No, pero quiero que te comportes.
Rika apretó su puño— ¡No quiero hacer esto! No quiero tener que exponerme frente a la prensa por algo que no hice.
—¡Es algo que hiciste!
—Simplemente fui a ese lugar, pero ¡No me drogué!— Contestó Rika.
—Eso no dice ese artículo.
—¡Ese artículo fue creado para molestar!—Gritó la pelirroja— Lo hizo una persona sin tener conocimiento, simplemente para molestar.
Mimi pasó su mirada por la adolescente y mordió su labio inferior intentando no hablar. Sí, debía admitir que de alguna forma se sentía culpable por haber hecho eso.
Sin embargo, no podía echarse para atrás. Lo hecho ya estaba y debía continuar con esto. Quería ganarse la confianza de los Ishida y así hacerlos caer. De alguna manera, esto la estaba ayudando, ya que tanto Yamato como Hiroaki escucharon su plan y les pareció acorde.
Ahora simplemente debía ejecutarlo.
Suspiró.
—¡No quiero hacerlo y es mi última palabra!— Rika se cruzó de brazos.
Yamato apretó su puño molesto, no le gustaba que su hija fuera tan rebelde.
—Querida...— Haruna llamó a Rika y se acercó a ella— Entiendo que esta situación sea difícil, pero usted señorita debe pensar que esto le ayudará a su familia en muchos sentidos.
—¿Y a usted quién le dio permiso para hablar?— Preguntó la adolescente—¡Esto no es tema suyo!
—¡Rika!— Sora reprendió a su hija.
—¡No me regañes!— Respondió la nombrada— Esta mujer es una extraña para mí y la raen aquí para solucionar un problema, supuestamente "familiar" ¿Por qué debería involucrarse?
La mujer Anderson apretó su puño, no le gustó ese tono de voz que tenía aquella chica, evidentemente era hija de Yamato, nieta de Hiroaki y Toshiko, al ser tan desagradable. Sin embargo, no se dejaría intimidar por esa niña.
—Porque quiero ayudarlos.— Respondió Haruna— Esta situación sin duda es triste y fea para usted, somos socios ahora, lo que ocurra con ustedes también me incluye.
—Esto no es un tema de negocios, señora.— Contestó Rika— Y aunque así fuera ¡No quiero dar esa entrevista! ¡Y es mi última palabra!
—Bienvenida a nuestro pequeño lugar de ensayo.— Musitó Takuya al ingresar al gran garaje donde su banda y él tenían sus ensayos a diario.
Izumi ingresó tras él. Al estar dentro, observó a su al rededor la habitación o mejor dicho garaje era bastante inusual, artístico y roquero, tenía un grafiti en la pared, los mismos instrumentos tenían grafitis, también había una gran pintura de un león muy colorido, esto impresionó a la rubia, era una verdadera obra artística callejera, pero a la vez bien hecha, jamás esperó ver algo así y que le gustara.
—Sé que este lugar no es tan fino y elegante como los lugares en que acostumbras a estar, pero ojalá te sientas cómoda.— Musitó el moreno.
—No te preocupes por eso.— Respondió Zoe— Este lugar es increíble, me gustan esas pinturas callejeras de la pared.
—¿De verdad?— Preguntó Takuya sorprendido.
La rubia asintió.
Les recordaban a unas pinturas que vio en Miami, cuando fue hace años atrás.
Justo en ese minuto otra puerta del lugar se abrió y en al garaje ingresaron unos chicos.
Izumi los observó atentamente, eran chicos con características muy diferentes que los hacía ser muy diferentes.
—Hola chicos.— Saludó el Kanbara.
—¡Hey! Takuya, llegaste temprano.—Musitó un chico moreno al igual que Takuya, pero con el cabello castaño-rojo. Ambos chocaron puños en señal de saludo.
—Eso es un extraño.—Exclamó un chico evidentemente menor, de piel pálida y ojos verdes.
—Ahora tiene sentido porque está pronosticado lluvia para hoy.— Bromeo un chico bastante robusto.
—Ja, ja, muy gracioso Jp.— Musitó con ironía saludandolo con su puño.
También había otro chico cabello negro-azache y ojos zafiro con cual Takuya chocó puños.
—Veo que vienes con compañía ¿e?—Comentó el chico moreno y todos dirigieron su mirada hacia la rubia.
¡Wow! ¿Ella no era la chica de la fiesta?
Pensó el manager de la banda.
—¿Nos vas a presentar a esta hermosa chica?—Preguntó Jp totalmente embobado.
—¿E? Sí.—Takuya se acercó a ella—Chicos, les presento a mi compañera de trabajo, Izumi Ishida.— Dirigió su mirada hacia la rubia— Izumi te presento a mis amigos y compañeros de banda, Daisuke.— Señaló al moreno— Ken.— Pasó al pelinegro— Tomoki.— Señaló al menor— Y finalmente, Jp.
—Mucho gusto en conocerte.— Exclamó el robusto.
—El gusto es mío.— Saludó la rubia.
Todo iba bien, sin embargo, no faltó el descarado que se acordó de tan desafortunado detalle.
—¡Un minuto!— Exclamó Daisuke— ¿Ella no es la chica insoportable y mandona que te robó la cadena?
¿Qué?
Izumi observó sorprendida al Kanbara.
—¿E?— Balbuceo Takuya.
—¿Insoportable y mandona?— Preguntó la rubia.
—¿E? Lo siento, eso era antes.— Respondió el moreno arrepentido y luego fulminó con su mirada a Daisuke— Lo que dije en el pasado ya no cuenta a ahora, verán, chicos todo el malentendido se arregló y ahora somos amigos.— Les explicó a sus compañeros de banda.
—¿Enserio?—Preguntó Daisuke sorprendido. Ya que luego de escuchar tantos días seguidos los reclamos de Takuya era sorprendente que la perdonase como si nada.
Izumi asintió— Ahora somos amigos.— Y sin dudarlo tomó al Kanbara del brazo.
Todos observaron sorprendidos esto.
—Y por eso, quise traerla a ver nuestro ensayo.— Comentó Takuya— Verán, le comenté que tengo una banda y le interesó a venir a escucharnos.
—¿De verdad?
—Sí, luego de la forma en que Takuya habló de ustedes me dio mucha curiosidad escuchar su música.— Comentó la rubia sonriendo.
Junpei instantáneamente correspondió con otra sonrisa—¡Claro! ¡Mis músicos son increíbles!— Exclamó— ¡Espero que te sientas bienvenida!
—Siéntete como en casa.— Musitó Tomoki.
Izumi sonrió —Gracias.
—¿Ryo aún no llega?— Preguntó Takuya.
Los chicos negaron.
—No.
Justo en ese minuto la puerta se abrió y todos voltearon esperanzados de que fuera el Akiyama, no obstante, no era él, sino una joven chica castaña, conocida por todos.
—Hikari.—Takuya pronunció el nombre de la chica.
La castaña observó el lugar con una sonrisa, sin embargo, se sorprendió al divisar a la rubia sobrina de Takeru en ese lugar— ¿E? Ho-hola chicos.— Saludó—...E Izumi.
—Hola Hikari.— Saludó la rubia.
La Kanbara se acercó a ellos.
—¿Qué haces aquí prima?— Preguntó Takuya—¿Vienes a ver nuestro ensayo?
Kari asintió— Sí, Daisuke me invitó.
El nombrado asintió— Que bueno que hayas podido venir, Hika.
La Kanbara sonrió y volvió su mirada hacia la rubia—¿E? Me sorprende ver a Izumi aquí.
—Sí, verás, ella no estaba bien y quise invitarla a ver el ensayo para subirle un poco el ánimo.—Declaró el moreno.
La rubia asintió.
—¡Que feo Takuya!— Hikari se cruzó de brazos— Te aprovechas del momento de debilidad de otros para promocionar tu banda.
—¿Qué? N-no ¿cómo crees?— Exclamó el moreno ofendido— Simplemente quería subirle el ánimo con música, nada más.
Izumi asintió— Él fue muy amable en invitarme a ver su banda, porque tenía curiosidad y justo hoy se dio la oportunidad. Nada más. No se aprovechó de mi debilidad ni nada, simplemente fue amable al querer subirme el ánimo.
—¿Segura?
La oji-verde asintió.
Hikari pasó su mirada por la chica y luego por su primo. Sonrió, sabía que Takuya era buen chico y sí, le gustaba hablar de su banda, pero más grande era su pasión por hacer sentir bien a la gente con su música.
Eso era una característica positiva del moreno, ayudaba a todos cuando lo necesitaban.
—Bueno, entonces si está aquí deberían apresurarse en tocar algo para ella.— Musitó Hikari.
—Claro.— Respondió el Kanbara ante la pregunta de su tía— Chicos ¿empezamos el ensayo?
—No podemos.— Comentó Daisuke— Ryo todavía no llega para probar el sonido, como sabes, él dijo que probaría sus nuevos equipos con nosotros.
—Él me acabó de llamar.— Habló Jp— Dijo que tardaría unos minutos más, porque se tardó en salir de universidad.
—Bueno, mientras él llega podríamos tocar algo ¿no?— Musitó Takuya— Digo, para calentar un poco las cuerdas vocales y ver si los instrumentos están bien afinados.
Los demás chicos asintieron y cada quien se posicionó en su lugar para comenzar a tocar.
(Circo de la vida - Sueña conmigo)
Takuya y Daisuke: Aprender a vivir, animarse a sentir
Es parte del circo de la vida
Reír hasta llorar, buscar hasta encontrar
Y el cielo azul nunca se termina
Takuya: Sin mirar atrás, sacarse el disfraz
Y juntos aprender a soñar
Todos: Todos los días se levanta el telón
Ríen los ángeles en cada función
Equilibristas de la realidad
Takuya: Magos y payasos de la libertad
Todos: Todos los sueños se pueden lograr
Búscate y seguro que te encontraras
Sentirás el vértigo de vivir sin red
Takuya: El circo de la vida
Takuya: Sin mirar atrás, sacarse el disfraz
Y juntos aprender a soñar
Todos: Todos los días se levanta el telón
Ríen los ángeles en cada función
Equilibristas de la realidad
Todos: Todos los sueños se pueden lograr
Búscate y seguro que te encontraras
Sentirás el vértigo de vivir sin red
Takuya: El circo de la vida
Rika se observó en el gran espejo de su habitación, su rostro que demostraba su frustración, enojo, furia...y a la vez tristeza. Verdaderamente odiaba decepcionar a su familia con sus acciones, en especial a su padre con sus acciones. Pero era imposible no hacerlo, nadie comprendía sus sueños y gustos. Ella no quería ser una dama de alta sociedad, refinada, dispuesta a vivir toda su vida en una empresa. Ella quería hacer música, pintar, bailar, hacer otras cosas, no le interesaba tener lo mejor, le bastaba con sobrevivir y ser feliz. No obstante, sus padres no entendían esto, para ellos el dinero era sinónimo de felicidad, al igual que sus hermanas, abuelos y todas las personas que la rodeaban.
¡Ya nada valía la pena!
La Ishida simplemente observó su reflejo sin emitir un solo ruido, como si estuviera buscando una respuesta en sus ojos, en su figura, no obstante, parecía estar cada vez más pérdida.
Estaba todo tranquilo en su habitación, sin embargo, su privacidad se vio invadida cuando de repente la puerta se abrió y en el lugar apareció cierta mujer de cabello castaño-anaranjado y ojos miel.
Rika reconoció al instante a esa mujer— ¿Qué rayos hace usted aquí?
La señora Anderson observó a la chica sorprendida—¡Ups! Disculpa, no quería molestar.
—Pero lo está haciendo.— Respondió la adolescente— Digame ¿qué hace aquí?
—Estaba buscando el baño.
—Como ya ve no es aquí.— Respondió la pelirroja molesta.
Haruna hizo una mueca— Disculpa que te moleste, pero no pareces estar bien.
—¿Por qué lo estaría?—Cuestionó Rika— ¿Acaso no vió el espectáculo de abajo?
La oji-miel se mordió el labio inferior un tanto molesta.
Evidentemente esa niña era hija de Yamato, tenía su mismo carácter cuando se enojaba. Ese carácter que provocaba un comportamiento grosero y mal educado, capaz de tratar mal a los demás.
Suspiró.
—Tranquila Mimi, tranquila.— Pensó para sí misma.
Debía ganarse la confianza de esa familia para ejecutar su venganza, sin levantar sospechas. Y Rika era parte de esa familia. Debía relacionarse con ella.
—Sí, lo vi.— Respondió finalmente la castaña— Y no te negaré que me causó cierta preocupación.
—¿Preocupación?—Cuestionó la pelirroja y rió— Si ¿cómo no?
—Lo digo de verdad.— Contestó la castaña acercándose a ella— Esa reacción fue demasiado abrupta, poco normal.
—Puede reservarse sus comentarios señora Anderson.— Regañó Rika antes de tomar asiento en su pequeño sofá frente a su cama.
¡Qué insoportable!
Haruna suspiró intentando calmarse—Rika, no quiero molestar, simplemente quiero que sepas que entiendo lo que te está ocurriendo y por eso me interesa ayudarte, a ti y tu fa...
—A usted no le interesa lo que ocurre conmigo.— Declaró la pelirroja interrumpiendo a la castaña— Ni siquiera me conoce.
—Sí, tienes razón, no te conozco.— Respondió la oji-miel— Pero esta situación que estás viviendo de difamación me recuerda a una que yo también viví hace años. Muchos me criticaron a pesar de que no era verdad. Me es inevitable querer ayudarte luego de haber escuchado de tu boca que no es verdad.
—No necesito ayuda.—Contestó Rika— Lo que necesito es acabar con esa maldita entrevista que mis padres quieren hacer.— Se cruzó de brazos— Simplemente para limpiar su imagen.
—¿Solo la suya?— Cuestionó la castaña— La tuya también.
—Claro que no.
—Claro que sí, tus padres quieren librarte de ser difamada por la gente.— Habló Haruna.
—A mi me da exactamente lo mismo ser difamada por la gente.— Musitó Rika.
—¿Por qué?
—Porque siempre he sido el hazme reír de esta familia.— Respondió la pelirroja— Desde pequeña. Serlo otra vez, me da exactamente lo mismo.— Declaró— Lo que me duele es ver que mis padres no me crean, pero parece que a nadie le importa eso.
Haruna alzó una ceja sorprendida ante esa declaración—Claro que te creen.
—¡No lo hacen! Por eso están enojados.— Contestó Rika— Porque confían más en esa publicación hecha por un extraño que en mí, lo cual es frustrante porque miles de veces les he dicho ¡No me drogo! Solo fui a ese lugar porque tengo amigos ahí, nada más.
—Lamentablemente para esa persona que hizo esa publicación fue fácil sacar todo de contexto, porque sabe que a la farándula y a la prensa le gustará saber más, básicamente le puso anzuelo para crear polémicas con respecto a tu familia. Y es entendible que estés decepcionada con tus padres por creerlo, pero no puedes enojarte con ellos.
—¿Por qué no?
—Porque tienen razones para hacerlo ¿no?— Comentó Haruna.
Rika se mordió el labio inferior.
—Sin embargo, creer en esa noticia no es sinónimo de no preocuparse por ti. Porque eso están haciendo al pedirte esta entrevista.— Habló la castaña— Quizás a ti no te importa tu imagen, pero a ellos sí, porque no quieren que sufras o que seas señalada por algo como esto. Es por eso que quieren aclarar las cosas. Por favor ¡Entiende! No es por ellos, es por ti. Ellos solo piensan en ti, porque te aman y quieren cuidarte. Por favor, no hagas oídos sordos a estas palabras o no busques ignorar esto como si nada.
La joven bajó su mirada y cerró sus ojos meditando en aquellas palabras. Estaba enfadada, sí, porque sus padres no confiaban en ella.
No obstante, la señora Anderson tenía razón, sus padres se preocupaban por ella y bastante, no solo por su imagen, sino porque era su hija. A pesar de que no siempre estuvieran con ella, intentaban darle lo mejor. No podía ser ingrata con ellos.
Tal vez no quería hacer esta entrevista por Hiroaki y Toshiko. Pero sí debía hacerla por sus padres, al menos.
Nuevamente la puerta se abrió y esta vez en el lugar apareció el padre de la adolescente.
—Disculpa Rika, yo...—Yamato quiso hablar, sin embargo, se detuvo ante la sorpresa de ver a la castaña en ese lugar— ¿Señorita Anderson? ¿Qué hace aquí?
Haruna volteo hacia el Ishida— Estaba hablando con su hija.
El rubio alzó una ceja sorprendido.
—Disculpe si fui muy entrometida.— Comentó la castaña— Pero sin querer llegué aquí e intercambiamos palabras. Verá, su hija verdaderamente está afectada por esta situación.
Yamato dirigió su mirada hacia la pelirroja quién tenía la mirada baja— Hija...—Se acercó a ella, no obstante, ella retrocedió.
—No te me acerques.— Declaró— No quiero hablar contigo.
El rubio hizo una mueca.
—Tú no confias en mi.
El rubio se mordió el labio inferior— Rika, no pienses eso.
—Me es imposible no pensarlo.—Respondió la pelirroja— Apenas esa noticia salió a la luz no me diste chance de explicar.
—No te dejé, porque lamentablemente es verdad que huyes apenas puedes a ese lugar.
—Sí.—Contestó la pelirroja— Lo hago, pero eso no significa que me drogue o tome alcohol. Yo jamás he hecho eso, simplemente voy a cantar, nada más.
—Lamentablemente no puedes culparme por desconfiar hija, haces cosas a mis espaldas.— Declaró el rubio— Es lógico ¿no?
—Acabaste de admitir que no confias en mi.
—¿Qué? No, hija, no quise decir eso.—Respondió Yamato— Pero, por favor, entiende mi situación, por favor, ver estas noticias y recibir reportes de tu preparatoria con tu mal comportamiento me da la facultad de pensar en cualquier cosa.
—No deberías hacerlo ¿sabes?
El rubio hizo una mueca, verdaderamente era difícil ser padre, sobre todo de ella. Rika a diferencia de Nene e Izumi era la más ruda, pero a la vez la más sensible, se dejaba llevar por sus emociones negativas más que por las positivas.
—Bueno, yo creo que para eso necesitan tener una conversación familiar.— Declaró Haruna— Abrirse y tratar este tema con cuidado. Sin presiones señor Ishida.— Se acercó a la joven y la tomó por los hombros— Ella necesita pensar y usted también.
"Sin presiones"
Era difícil, porque todo el entorno los presionaba a Sora y él a ser los padres "perfectos" centrados en la imagen de su familia antes que todo.
—Ya no soy una niña a la cual pueden mandonear como quieren.
—Puede que no, pero yo quiero tu bien hija.
—Ignorando lo que pienso será imposible.
—Bueno, tu también debes entender a tu padre Rika, él quiere hacerte un bien, no obstante, no sabe como hacerlo.—La castaña le habló a la pelirroja.
Justo en el clavo
Pensó Yamato.
Así era exactamente como se sentía.
—Hija.—Yamato llamó a la pelirroja— Mira, yo sé que esto es difícil y te prometo que intentaremos buscar una forma de solucionarla, pero ahora tenemos otro tema que tratar, como lo es la entrevista.
"La entrevista"
—Sobre eso, señor Ishida, creo que ella debería tomar la decisión si hacerla o no.—Comentó Haruna—Rika, si no quieres hacer la entrevista tus padres lo entenderán.— Habló— Pero, luego de lo que hablamos creo que quedó claro cuál es la principal razón y motivación para hacerla.
La pelirroja se mordió el labio inferior ante esto.
No esperaba que esas palabras resonaran tan fuertemente en su mente.
Sí, no quería darle el gusto a Hiroaki. Sin embargo, Haruna tenía razón.
Sus padres solo querían su bien. Debía hacerlo por ellos.
—Dime ¿quieres hacerla?— Preguntó la mujer— ¿O no?
Suspiró.
No quería, pero...por sus padres la haría.
—Está bien.— Musitó Rika— Haré la entrevista.
Esto sorprendió a Yamato.
Haruna sonrió— Muy bien.
—¡Wow! Estos chicos son talentosísimos.— Musitó Izumi emocionada.
Hikari asintió— Sí, todos tienen talento.— Habló— Pero sobre todo Takuya y ¡Ojo! No lo digo porque somos familia, sino porque él siempre fue un amante de la música. No teníamos edad para hablar y él ya tarareaba canciones.
La rubia alzó las cejas sorprendidas, no esperaba ese comentario.
—¡Bien, chicos! Creo que tendremos que hacer algunas correcciones en los instrumentos, principalmente en su afinación...—Takuya le habló a su banda ignorando la presencia de ambas chicas.
Fue así como el grupo de aglomeró al rededor del moreno.
—¿Y Takuya es su líder?— Preguntó la rubia.
—Algo así.— Musitó Hikari— La verdad es que no tienen a un líder, pero sí es el vocalista principal y el que comenzó con la idea de formar una banda.
—Comprendo.— Respondió oji-verde— Al parecer este chico es talentoso ¿e? Primero con las fotografías y luego con esto ¿acaso tiene otro don escondido?
—Le gusta jugar fútbol.— Contestó la Kanbara.
—¿De verdad?
Kari asintió— Y también lo hace bastante bien, pero no solo eso, también el tenis, basquetbol.
—¡Wow! Si le gusta el basquetbol, entonces le diré a mi tío Takeru que cuando quiera hacer una partido lo invite…
"Takeru"
Tan solo el nombre de ese rubio provocó que le cuerpo de la castaña se estremeciera.
—Verás, él es increíble en ese deporte. — Comentó Izumi sonriendo.
—¿A-a sí? — Hikari intentó no colocarse nerviosa, pero era inevitable sentir incomodidad ante esa situación.
La rubia asintió— Y hablando de eso, discúlpame si soy muy entrometida, pero me muero de curiosidad y no he visto a Takeru. —Volteo hacia la castaña—¿Cómo estuvo tu cita con mi tío?
Entre tantos líos familiares no tuvo oportunidad de hablar con Takeru.
¡Rayos!
Pensó Hikari ante esta pregunta.
—¿E? Pu-pues…— La castaña llevó una mano a su cabello y bajó su mirada.
Inevitable fue titubear para la Kanbara.
—Ve-veras…—Tragó saliva— No…
Izumi hizo una mueca al percatarse de su comportamiento— ¡Rayos! Disculpa si fui muy entrometida, no quise invadir su privacidad. — Se adelantó a decir— No debí preocupar, entiendo que sea algo de ustedes.
Hikari alzó la mirada— No te preocupes. — Respondió— No hiciste ninguna pregunta indebida…—Suspiró— Es solo que…
Se mordió el labio inferior, esto no sería fácil de decir o hablar, le daba mucha vergüenza por la humillación de pasó.
Pero, lo mejor sería aclarar las cosas cuanto antes.
Suspiró.
—Verás, querida. — Habló la castaño— Takeru y yo no tuvimos una cita.
—¿No?— Cuestionó la oji-verde— ¿Por qué?
—Porque…—Hikari hizo una mueca— Él no llegó.
¿Qué?
—Otra vez.— Finalizó la castaña.
Izumi la observó sorprendida, prácticamente incrédula de esto— E-eso no puede ser.— Habló— Takeru no pudo faltar. Él estaba emocionado por salir contigo.
—Al parecer no lo estaba.— Contestó la Kanbara— Porque no llegó.
—Pe-pero, yo lo vi salir de la casa de mi abuelo cuando iba a tu cita.— Comentó Zoe.
—Creo que no iba a otra cita, porque no llegó al restaurante donde me citó.— Musitó la castaña.
¿Qué? ¿Cómo rayos?
La rubia tuvo intenciones de responder, sin embargo, Takuya justo llegó en ese minuto interrumpiendo su conversación.
—¿Y, Zoe?—Preguntó el moreno—¿Te gustó nuestra canción?
—¿E?— Balbuceo la oji-verde y movió levemente su cabeza para dejar de lado, unos segundos, la conversación con Hikari— Sí, me gustó.
—¿Enserio?
Izumi asintió— ¡Me encantó!— Volteo hacia el moreno— Cantan increíble.
—Gracias.— Respondió Takuya— Pero aún nos falta arreglar algunos detalles, esta canción fue para calentar las gargantas. Aún falta la amplificación y otros detalles.
—¿Enserio lo dices?
El moreno asintió.
—¡Wow! Si cantan así sin haber calentado y sin amplificación, no me puedo imaginar lo maravilloso que debe sonar su banda con todo eso listo.— Musitó Zoe— De verdad, cantan increíble.— Depositó una mano en el hombro derecho del castaño.
Takuya sonrió ante esto—Espero haberte subido el ánimo.
—Créeme, ya lo lograste.— Izumi sonrió.
Eso era bueno.
—No lo logré yo.— Musitó el moreno— Es la música que logró hacerlo.
La rubia alzó las cejas sorprendida ante este comentario.
—Por eso es lo mejor del mundo.—Finalizó Takuya.
La Ishida observó al castaño un tanto conmovida, era increíble como hablaba de la música, evidentemente era su pasión.
—Y bien ¿quieres escuchar más?
Zoe asintió— Sí, me encantaría.
Bastó decir eso y la puerta literalmente al segundo se abrió y en lugar apareció una especie de carrito con ruedas con enormes parlantes y un amplificador gigante, tanto así que la persona que venía tirandolos no se veía.
—¡Hola a todos llegué!—Una voz masculina se escuchó en el lugar.
—¡Ya era hora!— Exclamó Daisuke.
—Por unos minutos pensamos en que no llegarías Akiyama.— Comentó Junpei.
—Disculpen, sé que les gusta la puntualidad, pero estos parlantes son gigantes y me demoré un mundo en llegar acá.— Habló el sujeto mientras empujaba el carro.
—¡Wow! Los instrumentos y las voces sonaran increíble con todo eso.— Musitó Ken antes de acercarse junto a los demás miembros de la banda a ayudar al Akiyama.
Fue así como los tres acomodaron el carro tras Hikari e Izumi y finalmente, el Akiyama alzó la mirada percatándose de la existencia de las dos chicas que estaban de espaldas.
—¡Vaya! Tienen público.
Hikari instantáneamente volteo su rostro— Hola Ryo.
—Hola Kari.— Respondió el oji-azul.
A continuación la chica junto a ella volteo la mirada, el Akiyama pasó su mirada por ella y literalmente quedó en shock, su alma escapó de su cuerpo al ver de quién trataba.
—Izumi.— Takuya le habló a su acompañante— Déjame presentarte a nuestro ingeniero de sonido.— Señaló al oji-azul— Él es Ryo Akiyama.
Zoe pasó su mirada por él y sonrió.
Takuya volteo a su amigo— Ryo, te presento a mi compañera de trabajo, Izumi Ishida.
+Aquí tenemos un nuevo capítulo, poco a poco voy uniendo las ideas, aunque no lo crean estos capítulos los tengo hace tiempo, sin embargo, me falta hilo para unir todo, entonces me doy un tiempo para esto.
TheBigParadox: ¡Holi! Tranqui, entiendo las exigencias y me alegra que te guste la historia, ojalá sigas leyendo y comentando, me gusta saber lo que opinan mis lectores. Espero que te guste este capítulo. Te mando un abrazo a la distancia.
