Capítulo 4:

Voy a destrozarle el coche

Lo tengo preparado, voy esta noche

Era LA noche.

Ron venía planeando esto con anticipación.

Con toda la euforia de Malfoy por la victoria de Slytherin contra Ravenclaw, el hurón había olvidado su escoba en los vestidores cerca al campo de Quidditch, o bueno, Ron le había obligado a olvidarla.

Las maravillas de un buen Confundus. JÁ.

Debajo de la capa, se escabulló hasta el campo de Quidditch. No fue difícil encontrar la Nimbus 2001 del hurón saltarín. Solo alguien tan presuntuoso como él podía mantener el mango de la escoba muy pulido y la cola estaba en buen estado.

Ron la destrozó.

Cuando Draco fue por su escoba, la encontró hecha trizas. El mango estaba roto en incontables partes, las cerdas que componían la cola estaban desperdigadas por el suelo, entre cortadas y quemadas.

Era un regalo de su padre, celebrando su ingreso al equipo luego de una ardua evaluación por parte de Marcus Flint, quien le había hecho dar volteretas, subir, bajar, bajar en un remolino, y todo sobre una de las viejas escobas que les proporcionaba la escuela.

Así fue como lo encontró Hermione, sentado en el suelo de los vestidores viendo lo que quedaba de su escoba.

–¿Qué pasó, amor? –preguntó, sentándose junto a él– Te estuve buscando y Theo me dijo que probablemente ya estaba

–No lo sé, ayer olvidé mi escoba, parece que el resto del equipo también, pero solo la mía está así de destruida.

Hermione tomó detalle de la estructura de la escoba desperdigada en varios pedazos, imposible de arreglar con magia. Y cómo un poco más allá un pedazo de pergamino.

"Debuelveme a mi chica, malfoy, O las pagharas"

No, Ron, otra vez no.

Guardó la nota sigilosamente en el bolsillo, mientras frotaba la espalda de su novio.

–Te lo dio tu padre, ¿cierto? –Draco solo asintió–. ¿Se molestará contigo?

–N…o –a Hermione le dolió oír su voz rota–. Solo me comprará otra, aún así, esto significaba mucho para mí. Con ella jugué mi primer partido, y la he cuidado tanto… qué. Le pedí una Saeta, y Padre me dijo que si cuidaba esta escoba, compraría la Saeta. Ya sabes qué pasó después y me quedé con esta todos esos años.

–Amor… –apoyó la cabeza en su hombro, por dentro maldecía a Ronald.

La chica vió una pieza de lo que solía ser el mango y con un hechizo, se le unieron varias cerdas de la cola hasta formar un versión pequeña de la Nimbus 2001. Levitó la mini escoba a las manos de Draco, provocando que el rubio le diera una sonrisa que decía más de mil gracias.


Draco llegó malhumorado al Gran Comedor a la hora del desayuno, algunos días después, sólo para encontrar a sus amigos viendo un paquete que estaba en su lugar.

–Esto es tuyo Draco, hemos evitado que cualquiera lo intente abrir –le dijo Pansy, dándole espacio para acomodarse frente a la mesa.

Lentamente, abrió el paquete para encontrarse con un modelo de…

–Una Saeta de Fuego, edición especial… –susurró asombrado.

–Y personalizado –completó Hermione colocándose detrás de él.

Exactamente, era un modelo personalizado. El mango era verde oscuro, su color favorito y en un lado tenía escrito su nombre en un elegante dorado. Draco M.

–Amor, es asombroso. ¿Cómo…

–¿Cómo la conseguí? Cariño, no me subestimes, sé que hay una lista de espera. Simplemente dije "Malfoy" y la respuesta fue automática, unos cuantos galeones más y la personalizaron para tí –la castaña dejó un beso en su mejilla–. Disfrútala.

Y regresó a su lugar.

Enfrente de Ron.

–Vuelves a intentar algo contra él, Ronald, y Draco no te pondrá un dedo encima; porque yo te habré destrozado como justo como hiciste con la escoba, pedazo a pedazo –siseó.

Y Ron únicamente pudo hervir en ira, otra vez.


N/A: Les dije, dos capítulos juntos. No olviden los reviews, gracias y un abrazo.