Nota de la traductora: hola! hola! Y muy feliz inicio de año! Les traigo esta historia que no es muy larga y espero les guste. Como siempre, nada me pertenece, los personajes pertenecen JKR y la historia fue escrita por la fantastica Letterhead a quien pueden encontrar en ao3, todos los créditos son para ella así como mi agradecimiento por permitirme traducir su historia.
Nota de la autora: Como siempre, nada me pertenece. A cualquiera de mis lectores habituales, no teman, esta no es mi manera tímida de decir que abandoné mis otros trabajos por este. Sigo trabajando incansablemente en ellos cuando puedo después del trabajo.
Era solo una cosa simple, apenas un hechizo en realidad. Garabateado como estaba en la parte inferior de un escritorio en el aula de Transformaciones. Hermione Granger, de once años, nunca lo habría visto si no hubiera dejado caer su pluma al salir de clase esa mañana. Sonaba tonto, la redacción infantil incluso para ella, y sin embargo, la empollona en ella exigía que lo supiera, lo memorizara, lo utilizara.
Un dedo pequeño trazó las letras en la veta de la madera. Estaba sola en el aula, todos habían salido sin ella. Ella podía... ella podía simplemente...
"Amor verdadero, amor verdadero, ¿no puedes dejar de extrañarme? Amor verdadero, amor verdadero, ¿no podrías venir a besarme?".
Pasó un momento. Todo era tan absolutamente tonto y las mejillas de Hermione se sonrojaron por su estupidez al creer que podría pasar algo. Se arrastró desde debajo del escritorio, pluma en mano, solo para dejarla caer una vez más al frío piso de losas. De pie en un halo de luz, justo allí, había un niño. Él miraba con una expresión igualmente incrédula, con los delgados labios abiertos.
Aturdida, Hermione caminó hacia el niño envuelto en luz, con una sonrisa floreciendo en su rostro. ¿Era este niño su verdadero amor? Se sentía demasiado extraño, pero ella siempre había esperado... siempre había soñado...
¿Y ahora un beso? Sus ojos se alejaron del niño con una timidez que nunca antes había sentido. Era demasiado. Sintió un suave, apenas perceptible toque en su mejilla. Al mirar hacia arriba, encontró el dedo del niño fantasmal tocándola suavemente. Hermione se rió entonces, y antes de que el niño pudiera reaccionar o ella pudiera convencerse de no hacerlo, se inclinó hacia el portal y lo besó castamente en los labios. Unos pocos segundos de tener los labios unidos se sintieron como una vida para la niña de primer año, y cuando finalmente se apartó pudo ver manchas definidas de color rojo en el rostro del niño. No hubo tiempo, descubrió Hermione, después de ese momento para estudiarlo, porque desapareció. Hermione dejó escapar un sonido de dolor cuando la imagen desapareció.
Más tarde, se pudo encontrar a Hermione Granger caminando por los pasillos con una sonrisa secreta en su rostro, con los dedos presionados contra sus labios. Fue solo en la cama esa noche que Hermione lamentó no haber pensado rápidamente y fijarse en su uniforme, si tenía uno, para ver si también era un estudiante de Hogwarts.
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Severus estaba rojo de ira, avergonzado y con la cara roja. Había pensado que Hogwarts sería el fin de su tormento, el hogar que siempre había querido, pero no lo era. No podía ser. Ni siquiera con Lily a unos pocos pisos de distancia. Estaba de pie en el pasillo, deseando en silencio que las lágrimas no cayeran mientras los chicos de Gryffindor se reían. Sus libros habían sido empujados fuera de su alcance, esparcidos por el piso polvoriento.
"¡Recógelos, pobretón!" se burló el mayor. La palabra no hirió profundamente, Severus sabía que era pobre, pero dolió de todos modos.
"¡Sí Snape, recoge tus libros!" rió otro. "¡O podríamos tirarlos!" El grupo comenzó a reírse de nuevo ante la idea, y Severus comenzó a entrar en pánico. Estos eran sus únicos libros, que le había dado en la noche su madre aterrorizada. ¡Eso era todo lo que le importaba!
"¡No!" gritó, corriendo para recogerlos. Malditos fueran, pero preferiría quedar como un tonto antes que dejar que se llevaran los libros. Potter, que se unió al grupo el último, cogió un libro de la pila y empezó a reírse a carcajadas por el título.
"¿Anécdotas de amor mágico? ¿Planeas hechizar a las chicas de la escuela? ¡Esa es la única forma en que podrías gustarle a una chica, Quejicus!"
El rostro de Severus se puso pálido mientras le arrebataba el libro a Potter. "¡Cállate, bastardo!" El grupo encontró su nuevo apodo el colmo del ingenio, y se deleitaron en burlarse de él mientras terminaba de recoger sus libros y salía corriendo.
En una alcoba aislada, finalmente se permitió respirar. Sin embargo, no para llorar, porque nunca lo hacía. Nunca se permitiría llorar, y no por un idiota como Potter diciendo alguna tontería. Severus giró el delgado volumen de color óxido en sus manos y jadeó. Qué peculiar, en realidad era un libro sobre el amor mágico. No sabía por qué su madre, casada con un muggle, tenía esto. Pero... se le encogió el corazón al pensar en Lily. Tal vez podría ayudarlo. Severus estaba seguro de que estaba enamorado de ella, o al menos pensó que podría estarlo. Recorrió rápidamente las páginas: filtros de amor, encantamientos de castidad, extrañas historias de consumación. Todo eso lo hizo sentir un poco mareado, en realidad, hasta la última página. Estaba escrito con bolígrafo en el margen, junto a una receta de té que prometía que el bebedor estaría dispuesto a... actividades para adultos. Se estremeció, pero se concentró en el garabato del borde. Una especie de poema que sonaba extraño.
"Amor verdadero, amor verdadero, ¿no puedes dejar de extrañarme? Amor verdadero, amor verdadero, ¿no podrías venir a besarme?".
Antes de que pudiera darse cuenta, Severus se estaba riendo en silencio para sí mismo. ¿Qué era esta basura? Alguna canción de patio de recreo o algo así. Al levantar la vista del libro, sintió que el aire se le escapaba de los pulmones cuando, de pie tan cerca que podía ver el escudo de león de su jersey de Gryffindor, una chica apareció ante él. Parecía un poco borrosa, azul y tenue como un fantasma, pero estaba escondida tras una especie de portal. Abrió la boca como un pez y sus ojos se posaron rápidamente en su rostro y sintió una punzada de pérdida. Definitivamente no era Lily Evans. ¿No era ella... su verdadero amor? Realmente había pensado...
La chica se acercó a él, su expresión tímida pero curiosa. Le hacía cosas en el estómago que no entendía del todo. Ella apartó la mirada de él, tal vez con disgusto. Al instante, Severus se sintió consciente de su ropa raída y su cabello mal cortado. Pobre chica, pensó, encontrar a su verdadero amor luciendo como un imbécil.
Una parte de Severus no lo creía, no creía que fuera real en absoluto. Sacó un dedo y jadeó cuando hizo un contacto brumoso con su suave mejilla. La sobresaltó de cualquier pensamiento que hubiera estado teniendo.
Volteó a verlo y con una sonrisa encantadora atravesó el portal y selló sus labios con los de él. Sus orejas se sintieron al instante al rojo vivo, ¡esta chica lo estaba besando! Sus labios eran suaves, nada asquerosos. Severus había pensado que besar a cualquier chica, aparte de Lily, por supuesto, sería horrible. Pero la chica que lo besaba en ese momento no era nada parecido a eso. Severus sintió que sus ojos amenazaban con cerrarse, la sensación de ser tocado era tan extraña y maravillosa, pero antes de que lo hicieran, la chica se balanceó sobre sus talones. Parecía... parecía bastante complacida consigo misma, y Severus se sintió terriblemente nervioso.
Entonces se fue. La chica, su verdadero amor, si eso podía creerse, se había ido. Descubrió que la extrañaba y deseaba haber podido saber su nombre. Y si tal vez le gustaban las Pociones.
Unos días después, Lily dijo que no llegaría a hacer su tarea con él en la biblioteca como había prometido, y Severus se encontró soportando bastante bien el desdén. Lily no era su verdadero amor, y aunque ese hecho todavía lo entristecía, en algún lugar, una chica con un uniforme de Gryffindor sí lo era. Y… ¿no era eso algo realmente especial?
Nota de la traductora: no les parecieron adorables los pequeños Severus y Hermione! Pero dejando la adorabilidad a un lado, habrá que ver como esta información (que hay alguien allá afuera que es su verdadero amor) impacta ambas vidas, sobre todo si tomamos en cuenta que lo descubren a muy temprana edad. Cuéntenme que les ha parecido este inicio.
