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Temporada 1


Capítulo 1x01: "Piloto."

Mystic Falls, Virginia 1861.

Era tarde en la noche y dado que no habia luna en el cielo, era muy difícil de ver, por lo menos para un ser humano. Ya que a pesar de que era un vampiro, podía ver tan claro como el día; ese era su momento favorito de la semana: cazar de noche. Cuando ya era de noche y ningún ser humano podía verla, cuando sólo podían oírla y el miedo corria por sus venas. Era el único momento en el que se permitía abrazar al demonio mortal que una vez fue, era la única vez que se sentía libre.

A medida que se alimentaba del hombre en sus brazos, su mente estaba en el dulce sabor de la sangre que caía sobre su garganta y en su sistema, nada más importaba. No los animales, no el único hilo de sangre que goteaba de la comisura de sus labios por la barbilla y tampoco lo hacia el otro ser humano que estaba a unos árboles de distancia, cuyo corazón latía de manera irregular.

Se alejó del hombre antes de secarlo por completo y lo miró directamente a los ojos. "Vete, no recordarás nada de lo que ha pasado, sólo que fuiste a dormir como todas las noches... Y mañana cubriras la herida que te hizo un animal en el cuello."

"La mordida de un animal." el hombre repitió dándole la certeza que su compulsión había funcionado. Miró al hombre darse la vuelta y alejarse sin mirar atrás, ella levantó una mano hasta la barbilla usándola para limpiar el hilo de sangre de su boca y la barbilla. Sus ojos se cerraron en el contenido cuando la última gota del líquido dulce alcanzó su garganta, calmando la omnipresente sed y el hambre que sentía. El más mínimo ingesto de aliento la hizo abrir los ojos, su cara cambió de nuevo a normal en milisegundos.

"¿Puedo preguntar que estás haciendo aquí?" preguntó a la figura humana que estaba detrás de un árbol cercano.

El joven dió un salto, alarmado antes de acercarse a ella. Sus claros ojos azules parecían un poco más oscuros y su cabello negro se fijaba a la perfección. Al verla en tal naturaleza le había sorprendido profundamente, nunca tuvo que imaginar que tan adorable criatura como ella podría ser un monstruo despiadado, magnífico e increíble.

"Mis disculpas, señorita Elizabeth, yo estaba..." empezó a decir, pero ella lo interrumpió.

"¿Qué te he dicho acerca de señorita? Cuando estamos sólos me puedes llamar como quieras, Damon." le dijo Elizabeth con frialdad tan fuera de lo normal para ella que él dió un paso atrás.

Sintiéndose un poco mal por haberlo asustado, Elizabeth le sostuvo la mirada por unos segundos más antes de darse la vuelta. Ambos empezaron a caminar de lado a lado pero él no podía dejar de mirarla.

"¿Por qué me miras de esa manera?" preguntó ella, desapareciendo la frialdad de sus ojos como si nunca hubiera estado allí.

"Te ves diferente, eso es todo." él murmuró.

"No es como si no me hubieras visto como un vampiro." Elizabeth rio, divertida. "Sé que me has estado siguiendo todo el tiempo."

"¿Cómo lo sabes?" preguntó Damon mirándola con los ojos muy abiertos.

"Tengo audiencia vampiro." ella rio de su ignorancia sacudiendo la cabeza. "Escuchamos con claridad todo lo que nos rodea."

"¿Cuántos años tienes? Te ves tan joven, pero pareciera que has visto el mundo entero." Damon le dijo después de un rato deteniendose, sin esperar a la pregunta.

Se volvieron a mirar el uno al otro demasiado cerca de ser considerado aceptable, pero ninguno se movió. La Luna había aparecido en el cielo, las nubes oscuras llevadas por la brisa fría, ahora se podían ver perfectamente.

Los ojos de Elizabeth brillaban más con la luz plateada de la Luna, por lo que su piel la hacia increíblemente blanca. "Tenía 15 años cuando me convertí... Yo creo que tienes razón en cierto modo, he visto todo y sin embargo, hay mucho más para ver."

"¿Cómo te convertiste?" preguntó Damon, curioso en cuanto a cómo la chica que estaba seguro se estaba enamorándo se había convertido en una criatura de la noche.

"No creo que deba decirtelo... No todavía." Elizabeth se negó. Él frunció el ceño, abriendo la boca para replicar más, pero ella lo hizo callar con una mirada. "Algun día te diré toda la verdad sobre mí... Pero no hoy, Damon."


(En la actualidad)

Bosque

En una noche bastante oscura, una joven pareja conducían su automóvil a altas horas de la madrugada por la sombría y solitaria carretera. Mientras lo hacían la muchacha llamada Brooke se movió para encender la radio esperando entretenerse en aquel largo y agotador viaje. Enseguida que colocó una de las emisoras su novio rodó los ojos con fastidio.

"Una hora en auto para escuchar esa basura." murmuró Darren con una mueca. "Ya sabes, ni siquiera era una banda... Un tipo con una guitarra... Una hora por trayecto."

"No era tan malo." replicó Brooke con una sonrisa divertida.

"Sonaba como James Blunt." dijo Darren cuando ella terminó cambiando la radio.

"¿Qué hay de malo en eso?" preguntó Brooke disfrutando de su incomodidad.

"Ya tenemos un James Blunt." respondió Darren rodando sus ojos. "Uno es todo lo que necesitamos."

Alzando una ceja Brooke lo enfrentó. "Entonces, ¿por qué viniste?"

Mirándola de refilón Darren le sonrió suavemente. "Porque te amo."

Regocijada con su respuesta Brooke asintió satisfecha. "Bien dicho." susurró antes de fruncir el ceño cuándo entraron dentro de una neblina tan densa y espesa que el camino no lograba distinguirse. "¿Qué pasa con toda esa niebla?"

Activando los limpia parabrisas para despejar la espesa niebla. "Se aclarará en un segundo." dijo con una sonrisa tranquiladora al girar en su dirección.

Brooke ladeo su cabeza para contestar, pero justo en ése momento divisaron la silueta de una persona en el medio de la carretera. "¡Cuidado!" alertó demasiado tarde, ya que el auto terminó atropellando al hombre quien del golpe chocó contra el parabrisas, rodó por encima del techo hasta caer al otro lado del camino.

Maniobrando lo mejor que pudo, Darren logró detener el auto en seco mientras con incredulidad y temor por lo que había pasado volteó brevemente hacia atrás notando el cuerpo del hombre arrollado. Negando con nerviosismo regresó su atención hacia su novia quien había comenzado a llorar. "¿Estás bien?"

"¡Acabamos de golpear a alguien!" chilló Brooke temblando por todas partes en pánico. "¡Oh Dios mío!"

Respirando rápidamente, Darren se quedó pensando por unos segundos antes de tomar la decisión de auxiliar al sujeto. "Pide ayuda." fue lo único que le dijo a la muchacha antes de bajarse temblorosamente del auto.

Con sus manos temblando sin parar, Brooke sacó su teléfono rogando internamente que diera alguna señal. "¡Vamos, vamos!" rogó al ver que estaba sin cobertura.

"Por favor, mantente vivo." pidió Darren en un susurro bajo mientras se acercaba al cuerpo caído del hombre. Al alcanzarlo se inclinó observándolo por unos segundos antes de extender su mano para agarrar su muñeca y notar para su horror que no tenía pulso. "Oh Dios mío."

Antes que pudiera hacer nada más, repentinamente para su consternación e incredulidad el hombre despertando bruscamente, de un movimiento rápido terminó mordiéndole profundamente el cuello.

Completamente distraída de lo que sucedía, Brooke sacudió su teléfono con rabia. "¡No hay señal!" gritó para que su novio la escuchara, pero al levantar la mirada se encontró con la ausencia tanto de él como del cuerpo del hombre que habían arrollado.

"¡Darren!" saliendo lentamente del auto miró nerviosamente a su alrededor esperando verlo. "¿Darren-?" su voz se cortó cuando un golpe seco detrás de ella la hizo volverse y ver con horror el cuerpo de su novio sobre el capo del auto con la garganta desgarrada. Con un grito ahogado dio media vuelta y corrió por el lado contrario de la carretera sin notar como algo se acercaba a una velocidad sorprendente detrás de ella.

Ese algo terminó atrapandola y arrastrandola hacia el cielo cubierto ahora de la misma espesa niebla de la carretera.


Ontario (Thunder bay-Canadá)

~~~~~ ~~~~~

"¡Te lo suplico por favor!"

Elizabeth lloraba en el suelo por el dolor en sus manos que se desangraban rapidamente. El hombre se acercó de nuevo y sin piedad clavó otra estaca ésa vez en la espalda de la muchacha que traspasó hacia adelante en su estómago.

"¡Elizabeth!" gritó su padre sintiendo que se le desgarraba el corazón y el alma al ver la horrible escena.

Por su parte paralizada por el dolor terrible que sentía, Elizabeth bajó su mirada un poco viendo el pedazo de madera que sobresalía de su estómago, antes de levantar la mirada hacia su padre, que lloraba abiertamente mientras la veía sufriendo dolor... Dejó escapar un quejido agudo cuando el vampiro sacó de nuevo la estaca sin piedad, haciendo que su herida sangrara más.

La visión de Elizabeth se tornó más opaca y su pecho dolía al no sentir el aire entrar a sus pulmones. Sabía que estaba muriendo y por los sollozos de su padre sabía que él también... Antes de que todo se oscureciera escuchó los gritos de su padre por última vez. "¡¡Te amo Elizabeth!! ¡¡Eres mi hija, no olvides nunca que te amo!!"

~~~~~ ~~~~~

Despertando con un sobresalto Elizabeth se sentó sobre la cama con su respiración agitada. Mirando a su alrededor cayó poco a poco en cuenta que se encontraba a salvo en su habitación. Soltando una exhalación levanto una mano hacia su cabello para peinarlo hacia atrás despejando las hebras esparcidas por su rostro. Respirando hondo para tranquilizarse llevó su mirada hacia la ventana de su habitación notando cómo los rayos del sol comenzaban a dar aparición dándole comienzo a un nuevo día. Otro día más lejos por más de varios siglos de donde creció, a millas de distancia de todo.

Donde creció, donde perdió a las personas que más había amado en toda su vida. Primeramente había perdido a sus padres, luego a un joven que había llegado a ser su primer amor, había sido todo para ella y por una mala desición lo había perdido todo. El peor período de su vida, el cual no habría soportado de no haber sido por Marcos, el hombre que la había acogido como una hija desde la muerte de sus padres. Desde entonces solo habían sido él y ella contra el mundo y quienes seguían persiguiendolos. 'Como dije: «persiguiendonos»' pensó con frustración. Ya había perdido la cuenta de cuánto tiempo habían pasado huyendo del pasado.

Muchas veces había pensado en simplemente detenerse y dejar que la atraparan y terminar así con aquella zozobra que parecía no querer terminar nunca. Estaba agotada de huir, de seguirse escondiéndo.

Con una mueca desganada quitó las sabanas de si antes de levantarse de la cama y caminar al baño para poder lavarse la cara y los dientes.

Regresando a su habitación se vistió y fue al tocador para arreglarse. Allí mientras se miraba al espejo se enfrentó a si misma como todas las mañanas encontrándose con una expresión hueca y vacía que se reflejaba en sus ojos.

Dándose una última mirada se encaminó hacia la salida de la habitación y como todas las mañanas entrar a la cocina donde se encontró con un Marcos quien al verla sonrió.

"Justo a tiempo para desayunar." dijo él acercándose para dejar un plato de tostadas frente a su asiento.

"Solo hace falta café." Elizabeth intentó bromear como siempre, aunque esa mañana en especial no pudo ocultar muy bien la frustración y tristeza que sentía.

"¿Estás bien?" preguntó Marcos menguando enseguida en su sonrisa.

"Nuevo día, todo nuevo." dijo Elizabeth con una mueca mientras centraba su mirada en sus tostadas. "Sin embargo para nosotros siempre es igual aunque pasen los días."

Entendiendo ahora el motivo de su actitud más apagada, Marcos extendió su mano sobre la mesa de la cocina para peinar un lado de su cabeza con cariño. "Sé cómo te sientes Elizabeth. Sé desde siempre como sufres internamente al no poder disfrutar lo que otros chicos de tu edad harían. Pero también sabes que es por tu bien." cuando ella apartó la mirada movió su mano para mover su rostro para que lo mirara. "Le prometí a tus padres que siempre cuidaría de ti, si algo te llegara a pasar jamás podría perdonarmelo." moviendo sus dedos secó algunas lágrimas que escaparon de sus ojos. "Tu seguridad es lo primordial, siempre."

"Lo sé." susurró Elizabeth temblorosamente, dándole una pequeña sonrisa en agradecimiento por sus palabras. "Pero, quisiera al menos tener un día donde pueda fingir que soy libre de hacer lo que quiera."

Mirándola en silencio por unos segundos, Marcos terminó soltando una exhalación ligada a una risa incrédula. "Espero no lamentar lo que estoy a punto de hacer." susurró en voz baja, ganándose una expresión confundida de su parte. "Podremos hacer que ese día sea hoy."

"¿De qué hablas?" preguntó Elizabeth mirándolo con cierto interés y curiosidad.

"Hablo de tomarnos un día libre, de hacernos a la idea que somos libres de hacer lo que queramos." explicó Marcos agrandando su sonrisa cuando por primera vez en mucho tiempo vio un brillo en su mirada. "¿Qué me dices? ¿Estás lista para arriesgarte a ser normal por unas horas?"

"Si." asintió Elizabeth sin demora alguna. "¡Estoy más que lista!" moviéndose con rapidez empezó a comerse las tostadas con ánimo ante la sola idea de salir de aquellas cuatro paredes. Su vida no era fácil, pero fingir por unos segundos que era alguien tan común como cualquier adolescente era todo lo que necesitaba para despejar su mente.

«Durante más de varios siglos he vivido en secreto; escondida en las sombras del mundo. Soy un vampiro. Y ésta es mi historia...»


Secundaria Mystic Falls/Cementerio

"Ahora regreso." le dijo Elena a Bonnie cuando vió a Jeremy su hermano entrar al baño de hombres, la dejó viendo al chico nuevo mientras caminaba al baño.

Cuando entró vio a su hermano ponerse unas gotas para los ojos, casi chocó con un chico cuando salía del baño. Acercándose tomó su rostro y lo miró fijamente. "Perfecto, es el primer día de clases y estás drogado." ironizo con molestia.

"No, no lo estoy." rio Jeremy como si fuera una broma.

"¿Dónde está?" preguntó Elena sin creerle, buscando al mismo tiempo en su chaqueta y sus bolsillos. "¿La traes contigo?"

"¡Detente, deja de buscar!" Jeremy terminó apartandole las manos con brusquedad. "Tienes que calmarte."

"¿Calmarme?" pregunto Elena irónica, antes de empezar a buscar de nuevo, pero el la detuvo una vez más.

"¡No traigo nada!" replicó Jeremy. "¡¿Estás loca?!"

"Tú aún no sabes que tan loca puedo llegar a ser." dijo Elena mirándolo fijamente. "No te dije nada en el verano porque pensé que lo superarías, pero ya me canse de ver como te destruyes." enseguida que él trató de levantarse, lo detuvo. "No, no, no, ¿sabes qué? Sigue haciéndolo, pero tienes que saber que aquí voy a estar vigilandote hasta que pares." justo en ése momento un chico saliendo del baño miró mal en su dirección mientras subía su ziper y bajaba el baño. Rodando sus ojos ella volvió su atención a Jeremy. "Jeremy sé quién eres y no eres ésto, así que deja de serlo."

"No necesito ésto." gruñe Jeremy colocándose lo más rápido que puede de pie antes de salir del baño de hombres dejándola sola.

Elena respirando hondo para tranquilizarse, también salió del baño mirando a su derecha para ver a donde se había ido, pero entonces chocó con alguien que la hizo alzar la vista y ver quien es. Enseguida se encontró con unos ojos verdes profundos.

"Lo siento." murmuró Stefan Salvatore, después de unos segundos de mirarla confundido. "¿Este no es el baño de hombres?"

Enseguida las mejillas de Elena se calentaron en la vergüenza. "Si, es solo que... yo solo..mmm, es una larga historia." balbuceó con él sonriéndole levemente. Negando se movió a un lado para seguir caminando al mismo tiempo que él se movió al mismo lado para dejarla pasar, rio levemente al igual que ella. Volvió a moverse al mismo tiempo que él para dejarla pasar y casi volvieron a chocar. Él sonrió divertido antes de hacerse a un lado para dejarla seguir caminando. Sintiendo sus mejillas mas calientes ella sin poder evitarlo antes de doblar en el pasillo volteó a verlo volviendo a encontrar sus ojos verdes por unos segundos.

* * *

"¿Estás bien?" le preguntó Stefan a la muchacha quien asintió tratando de recuperar el aliento.

"¿Estás siguiéndome?" preguntó Elena frunciendo el ceño.

"No, yo solo te vi caer." Stefan habló rápidamente.

"Claro y solo paseabas por el cementerio." Elena dijo con clara ironía.

"Estaba de visita." dijo Stefan en un susurro bajo. "Tengo familia aquí."

"Oh, claro... Yo lo siento." Elena sonrió apenada. "Que tonta soy. Es solo que había niebla y un cuervo y entonces tropeze y..." dejó de hablar al darse cuenta que nada de lo que decía tenía sentido. "Soy Elena." optó por presentarse correctamente.

"Yo soy Stefan." él sonrió.

"Lo sé, tenemos historia juntos." soltó Elena apenandose entonces por lo rápido que respondió y el interés que demostró en su voz.

"E Inglés y fraces." dijo Stefan a lo que ella asintió.

"Cierto." Elena sonrió levemente y él también quien luego de mirar hacia su cabello levantó su mano para quitar una hoja. Eso la hizo sonrojar un poco. "Gracias." susurró por lo bajo, mirando a su alrededor hasta que vió algo en su mano que llamó su atención. "Lindo anillo."

"Es de familia." dijo Stefan mirando el anillo en su mano antes de mirarla con una ceja levantada. "Raro, ¿no?"

"No, es solo que hay anillos y despues esta eso." bromeó Elena encogiendose de hombros.

Stefan trató de esconder su sonrisa, pero de repente su semblante cambió al oler sangre. "¿Te lastimaste?" preguntó nervioso.

Mirándose a su misma fue que Elena sintió dolor en su pierna. "No lo sé." dijo caminando hacia una piedra donde subiendo su pierna levantó su pantalón. "Oh, mira eso." exclamó al ver sangre de una pequeña herida. "No se ve bien." murmuró antes de notarlo que se volteó rápidamente dándole la espalda. "¿Estás bien?"

"Deberías irte y curar eso." dijo Stefan cerrando sus ojos con fuerza luchando contra su instinto depredador de lanzarse hacia ella.

Frunciendo el ceño Elena bajo su pantalón, notando que quizás a él no le gustaba la sangre y de allí su extraña actitud. "No, estoy bien." enseguida volteó a verlo pero para su sorpresa no estaba allí. Mirando a su alrededor espero encontrarlo, pero no lo vió por ningún lado. ¿Cómo se había ido tan rápido?


Mystic Grill

En el Grill luego de la escuela, Jeremy quien esperaba pacientemente en una de las mesas para poder hablar con la chica que le gustaba, sonrió tan pronto la vió acercarse para servirle a la mesa contigua a la suya. "Hola Vick." saludó.

"Estoy trabajando." fue lo único que Vicky le dijo antes de continuar hacia la mesa donde su hermano y amigo se encontraban esperando por sus bebidas.

"Gracias, Vick." dijo Matt cuando ella dejó las bebidas frente a ellos.

"¿Necesitan otra recarga?" preguntó ella mirando entre ambos.

"Me encantaría una." dijo Tyler con una sonrisa demasiado pícara que no pasó desapercibida por Matt mientras su hermana dejaba la mesa.

"Por favor, dime que no vas a salir con mi hermana." pidió Matt tan pronto ella estuvo fuera del alcance del oído.

"No voy a enrollarme con tu hermana." Tyler aclaró sin negar la primera opción.

Enseguida Matt lo golpeó en el brazo haciéndolo reír. "Eres un idiota."

Mientras tanto al otro lado del bar Jeremy cansado de esperar hablar con Vicky decidió acercarse a ella en su lugar. "Oye, ¿cuál es tu problema?" preguntó un poco molesto por su clara evasiva con él. "Quiero decir, en el verano actúas de una manera y luego comienza la escuela y eres otra."

Rodando los ojos Vicky dejó por un momento su bandeja en una de las mesas vacías para enfrentarlo. "Mira Jeremy, realmente aprecio todos los productos farmacéuticos, pero no puedes seguir siguiéndome como un cachorro perdido."

Mirándola por un segundo Jeremy alzó una de sus cejas. "¿Cuándo fue la última vez que tuviste sexo con un cachorro?"

"Oye, basta." Vicky miró a su alrededor esperando que nadie lo hubiera escuchado. "No quiero decirle a todo el mundo que desfloré al hermano menor de Elena."

"Si, completamente desflorado." acertó Jeremy.

"Nos liamos un par de veces en una neblina de drogas. Se acabó." dijo Vicky bruscamente. "Tienes que retroceder antes de que arruines las cosas entre Tyler y yo."

"Oh, vamos, el tipo es un idiota total." resopló Jeremy con resentimiento. "Él solo te quiere por tu trasero-"

"¿Sí?" Vicky lo interrumpió agarrando al mismo tiempo su bandeja. "¿Y tú para qué me quieres?" dejándolo con esa pregunta se alejó para continuar con su trabajo.


Pensión Salvatore

Entrando en la pensión, Stefan fue abordado por su sobrino lejano quien parecía bastante molesto con él.

"Lo prometiste." dijo Zach enfrentandolo mostrándole un artículo de periódico que señalaba la muerte de una pareja en condiciones extrañas y casi sin explicación.

Mirando el artículo por un momento, Stefan soltó una exhalación antes de mirarlo. "Este fue un ataque animal."

"¡No me vengas con eso!" Zach sacudió el periódico sobre la mesa con brusquedad. "¡Conozco el juego! ¡Los destrozas lo suficiente para siempre sospechen de un ataque animal!" negando se acercó unos pasos a él. "¡Dijiste que lo tenías bajo control!"

"Y lo hago." aseguró Stefan adentrándose más en la sala de estar.

"Por favor, tío Stefan." Zach lo siguió de cerca. "Mystic Falls es un lugar diferente ahora. Ha estado tranquilo durante años, pero hay gente que todavía lo recuerda... Y que estés aquí, solo va a agitar las cosas."

"No es mi intención." dijo Stefan dándole la espalda.

"¿Entonces qué es? ¿Por qué volviste?" preguntó Zach sin comprender. "Después de todo este tiempo, ¿por qué ahora?"

Stefan lo miro en silencio por unos segundos antes de volver a darle la espalda. "No tengo que darte explicaciones."

"Sé que no puedes cambiar lo que eres, pero ya no perteneces aquí." dijo Zach después de un tiempo en silencio.

Esto hizo que Stefan mirara en su dirección con una expresión contrariada. "¿A dónde pertenezco entonces?"

Negando sin tener la respuesta Zach se acercó unos pasos. "No puedo decirte qué hacer, pero volver aquí fue un error."


Ontario (Thunder bay-Canadá)

Elizabeth no cabia de la felicidad. Todo el día tanto ella como Marcos habían pasado el tiempo como dos personas normales. Habían visitado casi todos los locales de aquella ciudad, empezando por los locales de comida a petición claro de Marcos quien se inclinaba más por la comida que por otra cosa. Luego de allí se detuvieron en lo que parecía ser una feria donde jugaron y compitieron en todos los juegos. Así pasaron toda la tarde hasta que comenzó a caer la noche.

"Gracias por este día." dijo ella una vez se encontraron sentados en una banca, mirando a todo el que pasaba de un lado a otro disfrutando de la feria.

Extendiendo su mano a su lado Marcos palmeó su cabeza con cariño. "Te lo merecías." dijo, antes de mirarla con una expresión seria. "Pero ya deberíamos irnos."

Con su sonrisa esfumandose también, Elizabeth asintió sin ganas. "Lo sé." susurró mirando a su alrededor con lo que sabía sería por última vez en un tiempo.

Palmeando de nuevo su cabeza, Marcos miró alrededor sonriendo luego cuando su atención cayó en un puesto de batidos que sabía a ella desde siempre le gustaban mucho. Eso podría alegrarla un poco antes de volver a la triste realidad. "Espera aquí un momento, tengo algo que hacer antes de irnos." cuando ella lo miró confundida le dio un guiño mientras se colocaba de pie. "No te muevas de aquí."

Antes que Elizabeth preguntara para dónde iba él se alejó entremezclandose entre la multitud dejándola con una expresión confundida en su rostro. Encogiendose de hombros se dispuso a observar a la personas disfrutando hasta el último momento de su breve libertad.

Una vez que Marcos llegó al puesto de batidos le sonrió a la vendedora. "Buenas, ¿podría darme una explosión de mantequilla de maní con crema abajo?"

"¿Cómo dice?" la mujer frunció el ceño sorprendida por aquel pedido. "Es la primera vez que escucho algo como eso."

"Si, lo sé." Marcos asintió con diversión. "Pero, ¿que puedo decir? Son los gustos de alguien muy especial para mí." alegó con un encogimiento de hombros, sin notar como un hombre de una expresión seria y sospechosa se detenía a una pequeña distancia para escuchar la conversación.

"Ah, entiendo." la mujer sonrió mientras comenzaba a preparar el batido. "¿Su esposa?"

Ante eso Marcos soltó una risa. "No, por supuesto que no. No estoy casado." aclaró notando cómo la expresión de la mujer brilló con interés. "Es para una niña a la que quiero mucho. Es casi como mi hija."

"Oh." la mujer lo miró con admiración y agrado. "Eso es lindo, se nota que la quiere mucho."

Asintiendo, Marcos sonrió paternalmente. "No sabe cuánto."

"Bueno entonces, le pondremos más crema batida en el fondo." dijo la mujer preparando mucho mejor aquel pedido que otros que había servido ese día.

"Se lo agradezco." asintió Marcos dándole una sonrisa gallarda que la hizo sonrojar visiblemente.

"Ah... me llamo Mónica por cierto." se presentó la mujer con sus mejillas sonrojadas, sin mirarlo mientras terminaba de preparar el batido.

Sonriendo por su claro intento de coquetear con él, Marcos decidió por un momento seguirle la corriente. "Yo soy Marcos." se presentó con una ligera reverencia hacia ella.

Satisfecha con conocer su nombre, Mónica le tendió el batido. "Es un placer Marcos, y... aquí está tu batido especial."

"Gracias, Mónica." Marcos aceptó el batido, no sin antes darle una inclinación de cabeza. "También fue un placer y un agrado conocerte."

"Lo mismo digo." suspiró Mónica tan pronto él se dio la vuelta y comenzó a alejarse.

Enseguida el hombre que había escuchado la conversación en silencio se apresuró a alcanzar a Marcos, agarrándolo entonces de un brazo para hacerlo detenerse brevemente. "No hagas una escena." ordenó tan pronto lo sintió tensarse. "Hay muchas personas inocentes aquí que podrían pagar por una incensatez de tu parte Marcos Cooperman, aún más la joven que proteges con tu vida, ¿no crees?"

Tensandose aún más, Marcos tuvo que obligarse a caminar y dejarse guiar por aquel sujeto quien claramente era uno de los muchos que aún se encontraban persiguiendolos. "¿Qué es lo que quieres?" preguntó sabiendo la respuesta. "Sabes bien que puedo matarte en unos milisegundos si quiero."

"Lo sé." asintió el sujeto. "Por ello tomé las medidas necesarias para que no lo hagas." empujándolo lo guio hacia un callejón apartado en la feria. "Si intentas algo, cualquier cosa mataré a la muchacha."

"¡No te atrevas!" Marcos por instinto giro en su dirección con su rostro transformado en vampiro.

"¡¿O qué?!" el hombre rio divertido cuando justamente en ese momento más vampiros comenzaron a aparecer en el callejón acercándose hacia Marcos. "¡Somos más que tú!" extendiendo sus brazos a los lados sonrió con suficiencia. "¡¿Qué harás al respecto?! ¡Estás acabado Marcos!" alegó con seguridad. "¡Debo admitir que nos diste lucha para conseguirte, pero ésta tontería de hoy nos hizo encontrarte con facilidad!" riendo junto a los demás se acercó. "¡La debilidad que tienes por ese engendro te llevó a tu propia destrucción!"

Mirando entre los vampiros, Marcos se colocó en posición defensiva esperando cualquier ataque de parte de alguno. Su mente no paraba de correr con temor y pánico por la seguridad de Elizabeth. Estaba en peligro, lo sabía. Si llegaban a matarlo ella quedaría indefensa. Convirtiendo su rostro vampiro se preparó para la lucha que sabía ocurriría por la supervivencia.

* * *

Por su parte Elizabeth, cuando paso el tiempo y Marcos no hizo aparición por ningún lado no pudo evitar moverse de la banca que él le había ordenado que lo esperara para intentar buscarlo entre la multitud. Sospechaba que algo no andaba bien ya que él nunca la dejaba sola por tanto tiempo, siempre preocupado por su seguridad. Caminando entre las personas buscó por todas partes algún señal de él sin éxito. "¿Dónde estás Marcos?" se preguntó por lo bajo a si misma ahora comenzando a preocuparse de verdad. Mientras paseaba su mirada se topó con la presencia de un hombre extraño quien se encontraba mirándola fijamente. Eso la hizo incomodarse. Intento darse la vuelta para marcharse, pero su voz la detuvo brevemente.

"¿Necesitas ayuda?" preguntó el hombre dando un paso en su dirección. "¿Perdiste a alguien?"

"No." negó Elizabeth nerviosa por la mirada oscura de aquel sujeto que le daba mala espina. "Gracias, estoy bien." sin decirle nada dio media vuelta y se alejó lo más rápido que pudo sin llamar la atención de los humanos mientras pasaba en medio de ellos.

Sin embargo su corazón comenzó a latir con pánico cuando al mirar por un segundo hacia atrás notó que el hombre la seguía sin apartar su mirada de ella. Temerosa aceleró más el paso, rogando internamente encontrar a Marcos para irse de aquel lugar. Sospechaba que la breve paz que había sentido había terminado. Negando con frustración buscó rápidamente hacia la salida de la feria, esperando estar fuera del foco de los humanos para utilizar su velocidad vampiro y escapar de allí.

Sin ella saberlo un Marcos bastante maltrecho, con parte de su ropa rasgada y lleno de tierra debido a la ardua pelea que había tenido en el callejón apareció en ese momento en la banca donde había dejado a Elizabeth, pero para su pánico y temor no estaba allí. ¿Se la habían llevado mientras no estuvo? ¿La habían matado? Esas preguntas corrieron por su cabeza como clavos desgarrandolo profundamente ante la sola idea.

"¡¿Elizabeth?!" llamó mirando a su alrededor con desesperación. "¡Elizabeth!"

* * *

Con su respiración trabada en su pecho por el miedo, Elizabeth se alejó rápidamente de aquel hombre intentando perderlo entre la multitud. Sin embargo cuando llegó casi a la salida sintió como algo la aferró fuertemente del cabello y de un rápido movimiento la lanzaron hacia el otro lado de la calle directamente hacia una calle despejada de peatones que se encontraban disfrutando de la feria. Aturdida por el ataque repentino se colocó de pie lentamente levantando su mirada hacia el frente donde el mismo hombre de antes se acercaba con una sonrisa amenazante.

"No tiene sentido que corras." dijo el sujeto. "Es inútil."

"No te acerques." Elizabeth lo señaló con su mano, alejándose al mismo tiempo. "Soy más vieja que tú y más fuerte, lo sabes."

"Eso no será problema." el hombre sonrió satisfecho. "Hay muchas maneras de vencer a un vampiro mayor." con eso sacó lo que parecía ser una jeringa llena de verbena de su chaqueta y una estaca de madera. "¿Quieres que te lo demuestre?" con su rostro transformandose se abalanzó hacia ella.

Transformando también su rostro Elizabeth de un movimiento se centró en arrebatarle la jeringa de las manos, descuidando la estaca de madera la cual él aprovechó para clavarla en uno de sus hombros haciéndola sisear de dolor. Sin embargo omitiendo la punzada dolorosa con la misma jeringa la clavo en él en uno de sus brazos. Sorprendido se alejó siendo afectado por el veneno. "Créeme que te lo advertí." dijo ella con una mueca.

Justo en ése momento Marcos quien apareció detrás del vampiro enterró su mano detrás de su espalda sacándole así el corazón de un tajo, matándolo en el acto. Enseguida que el sujeto cayó al suelo se fijó en Elizabeth soltando entonces una exhalación aliviada de verla a salvo. "¿Estás bien?" preguntó acercándose al ver la estaca clavada en uno de sus hombros.

"Si." asintió Elizabeth, soltando un gemido de dolor cuando de un rápido movimiento sacó la estaca de madera de su hombro. "¿Y tú?" preguntó preocupada al ver su apariencia.

"Lo estaré cuando nos vayamos de aquí." dijo Marcos mirando atentamente a su alrededor, antes de aferrarla de uno de sus brazos. "Vamos."

Asintiendo, ambos desaparecieron a velocidad vampiro de allí.


Pensión Salvatore

Esa noche en Mystic Falls, un Stefan agotado y pensativo entró abruptamente a la pensión sobresaltado a su sobrino quien al verlo se tenso por su expresión seria.

"¿Qué está pasando?" preguntó Zach.

"Alguien más fue atacado esta noche Zach." dijo Stefan secamente. "Y no fui yo." aclarado aquello se movió rápidamente hacia las escaleras. Entrando a su dormitorio se quedó pensando por un momento en silencio hasta que la aparición de un cuervo que entró cruzando frente a su cara lo sacó por completo de concentración. Cuando por el rabillo del ojo notó la silueta de un hombre parado en el balcón giró lentamente hasta enfrentarlo. "Damon." susurró entre dientes al reconocer a su hermano.

La expresión seria de Damon se convirtió enseguida en una sonrisa maquiavélica. "Hola, hermano." saludó con satisfacción al notar la postura tensa en él.

"El cuervo fue demasiado, ¿no crees?" preguntó Stefan secamente.

Riendo Damon entró a la habitación. "Espera a ver lo que puedo hacer con la niebla."

"¿Cuándo llegaste aquí?" Stefan lo miró cautelosamente.

"Bueno, no podía perderme tu primer día en la escuela." aclaró Damon con un simple encogimiento de hombros. "Tu cabello es diferente." sonrió con orgullo fingido. "Me gusta."

Rodando los ojos Stefan soltó una exhalación. "Han pasado 15 años, Damon."

"Gracias a Dios." exclamó Damon adentrándose más en la habitación para revisar las cosas de su hermano. "No podía aguantar un día más de los noventa... ¿Ese horrible look grunge? No te convenía." dijo con una mueca en su dirección. "Recuerda Stefan, es importante mantenerse alejado de las modas pasajeras."

Cruzando sus brazos al frente Stefan lo observó por un tiempo mientras examinaba las cosas en su habitación. "¿Por qué estás aquí?" preguntó entonces. La relación entre ambos se había quebrado hace muchos años por lo que podría decirse que no se toleraban al otro desde entonces.

"Extraño a mi hermano pequeño." Damon respondió sin dejar de revisar ahora los cajones de la cómoda.

"Odias los pueblos pequeños." Stefan frunció el ceño, sabiendo que mentía. "Es aburrido... No hay nada que puedas hacer."

"Me las he arreglado para mantenerme ocupado." Damon se encogió de hombros solamente.

"Sabes, dejaste viva a esa chica ésta noche." dijo Stefan sabiendo muy bien que había sido por su culpa. "Eso fue muy torpe de tu parte."

Soltando un bufido divertido, Damon giro en su dirección. "Eso puede ser un problema... para ti." aclaró al final sonriendo grandemente.

Mirándolo con dagas en sus ojos, Stefan negó con impaciencia. "¿Por qué estás aquí ahora?"

"Podría hacerte la misma pregunta." Damon lo enfrentó esa vez por completo. "Sin embargo, estoy bastante seguro de que tu respuesta se puede resumir en una pequeña palabra." de nuevo una sonrisa maquiavélica apareció en su rostro. "Elena." como esperaba su hermano se tenso visiblemente. "Ella me dejó sin aliento. Es la viva imagen de Katherine." negando se acercó para comenzar a rodearlo. "¿Funciona Stefan? ¿Estar cerca de ella, estar en su mundo? ¿Te hace sentir vivo?"

"Ella no es Katherine." aseguró Stefan moviéndose para no quitar la mirada de él.

"Bueno, esperemos que no." Damon dijo sin dejar de rodearlo. "Ambos sabemos cómo terminó eso." deteniéndose frente a él ladeo su cabeza con curiosidad. "Dime algo, ¿cuándo fue la última vez que tuviste algo más fuerte que una ardilla?"

"Sé lo que estás haciendo, Damon." dijo Stefan cruzando sus brazos a la defensiva. "No funcionará."

"¿Ah sí?" Damon alzó una ceja tomándolo como un reto. "Vamos, ¿no te apetece un poco?" de un rápido movimiento golpeó a su hermano a un lado en la cabeza.

"Basta." Stefan se alejó.

"Hagámoslo juntos." ofreció Damon acercándose a él para seguir golpeándolo, buscando así sacarlo de sus casillas. "Vi un par de chicas por ahí... O simplemente, vayamos al grano, vayamos directamente por Elena."

"¡Basta!" molesto Stefan golpeó su brazo lejos de él.

"¡Imagina el sabor de su sangre!" Damon continuó, logrando que la cara de Stefan se transformara en vampiro. "Yo puedo-"

"¡Dije que te detuvieras!" con un gruñido furioso Stefan se lanzó hacia Damon, chocando con tanta fuerza contra él que terminaron arrojados por la ventana que se quebró en miles de pedazos, esparciendo vidrios rotos por todos lados cuando terminó aterrizando en el pavimento. Brevemente aturdido por el golpe, miró debajo de si para notar que su hermano no se encontraba allí.

"Estoy impresionado." Damon quién ahora se encontraba reclinado cerca de la fuente de la entrada, llamó su atención a él. "Le doy un seis." dijo con una mueca desdeñosa. "Falta estilo, pero me sorprendió gratamente... Muy bueno con toda la cara." ante eso hizo un gesto deforme con su cara para marcar su punto antes de sonreír. "Estuvo bien."

"Para ti todo es diversión y juegos, ¿no Damon?" preguntó Stefan colocándose lentamente de pie. "Pero a donde quiera que vayas, la gente muere."

"Eso es un hecho." asintió Damon sin soltar su sonrisa.

"No aquí." negó Stefan entre dientes. "No lo permitiré."

Ante eso Damon irguio su postura. "¿Lo tomo como una amenaza?" preguntó seriamente.

"Damon, por favor." Stefan murmuró con impaciencia. "Después de todos estos años, ¿no podemos simplemente descansar?"

Negando Damon soltó una risa irónica. "Te prometí una eternidad de miseria, así que solo cumplo mi palabra."

Exhalando con cansancio, Stefan le sostuvo entonces la mirada. "Solo aléjate de Elena."

Damon lo miró por unos segundos en silencio, antes de hacer un gesto hacia sus manos. "¿Dónde está tu anillo?" preguntó, mirando con diversión grata a su hermano mirar que su anillo de luz de día estaba asustente. Enseguida lo buscó con una mirada incierta e incrédula. "Oh, sí, el sol saldrá en un par de horas y, puf, cenizas a las cenizas." acotó disfrutando por unos momentos de su expresión temerosa. "Relájate." susurró extendiendo su mano para mostrarle el anillo en su palma abierta. "Está justo aquí."

Mirándolo con desconfianza, Stefan titubeó un poco mirando entre su anillo y su hermano quien tenía una expresión oscura y siniestra. Lentamente extendió su mano esperando que cerrara la suya, pero cuando no lo hizo terminó por agarrar su anillo y rápidamente colocarlo en su dedo.

Asintiendo con una última sonrisa en su dirección, Damon de un rápido movimiento lo agarró por el cuello y con violencia lo lanzó contra el garaje donde chocó con tal fuerza que terminó abollandolo grandemente. Cuando cayó de un golpe sordo al suelo se acercó lentamente a él. "Deberías saber mejor que no eres más fuerte que yo." dijo mirándolo desde su posición de pie. "Perdiste esa pelea cuando dejaste de alimentarte de personas... No lo intentaría de nuevo." ambos se sostuvieron la mirada con resentimiento, antes de que la luz en la pensión se encendiera y con ello una sonrisa apareciera en su rostro. "Creo que despertamos a Zach." mirándolo por última vez se dio la vuelta regresando de nuevo hacia la pensión decido a quedarse.


Ontario (Thunder bay-Canadá)

"¡Te dije que no te movieras de allí!" Marcos soltó entre la preocupación y lo enojado que se sentía de que lo hubiera desobedecido. "¡Si no hubiese llegado a tiempo-!"

Cuando dejó la frase sin terminar Elizabeth bajó la mirada al suelo. "Lo siento." susurró. "Como no aparecías me preocupé, y lo primero que pensé en hacer fue buscarte." mirándolo de nuevo negó con disculpa. "Sé que no estuvo bien, perdón."

Mirándola por un momento, Marcos negó desviando su atención a un lado con pesar y rabia consigo mismo. "Fue un error el haber permitido lo de hoy." susurró cerrando sus ojos con fuerza. "Nos costó casi la vida... Si algo te hubiera pasado-"

"Pero no pasó." Elizabeth lo interrumpió al notar y ver la culpa en su postura. "Como siempre me protegiste." acercándose buscó su mirada. "Aquí estoy, bien, gracias a ti."

Detallandola Marcos soltó una exhalación. "Mi error casi te costó la vida, Elizabeth." dijo con vergüenza de si mismo. "Y por ese error tendremos que irnos de la ciudad ésta misma noche."

Ante eso la expresión de Elizabeth se ensombrecio nuevamente, perdiendo cualquier brillo y signo de felicidad que había logrado en esas pocas horas de libertad. De nuevo comenzaría el ciclo de huida. "Está bien." susurró bajando la mirada cuando lágrimas comenzaron a aparecer en sus ojos. "Perdón, por ser solo una carga para ti Marcos... Lo siento."

"Elizabeth..." Marcos negó, acercándose para envolverla en un fuerte abrazo. "No, no digas eso." pidió apoyando su cabeza sobre la suya. "Tu nunca... escúchame bien..." alejándose brevemente aferró su rostro para sostener su mirada. "... nunca fuiste, eres, ni serás una carga para mí." negando movió sus dedos para secar sus lágrimas. "Al contrario... has sido una bendición para mí vida pequeña." sonriendo sintió lágrimas nublando su visión. "Te he visto desde que eras un bebé, te he visto crecer hasta convertirte en lo que eres hoy... Siempre te he querido como mi hija." con un sollozo ella se acercó para abrazarlo nuevamente. "Y por tanto como cualquier padre haría, te cuidare siempre." besando su cabeza asintió con seguridad. "Siempre."


Nota: Hola amigos, he vuelto despues de tanto tiempo desconectada de este medio... Estoy renovando y actualizando varias de mis historias incluyendo ésta del mundo de los vampiros. Les invito a seguirme y a dejar sus comentarios.