Capítulo 1x14
Habitación de motel
Elena despertó con la sensación de sentirse aturdida y sin saber dónde se encontraba. Mirando a su alrededor fue que se dio cuenta de que estaba en una especie de habitación de motel. Sus ojos escanearon el ambiente notando entonces a un tipo durmiendo en una silla en el extremo de la cama. Era Ben de la parrilla.
Con pánico enseguida se sentó con su corazón latiendo a mil por hora por el miedo. ¿Como había llegado allí? Girando la cabeza vió que la puerta no estaba vigilada, por lo que levantandose con cautela empezó a caminar hacia la salida. Ben siguió durmiendo como ella pasó a su alrededor y deslizó suavemente el pestillo para abrir la puerta. Girando la cerradura estuvo a punto de abrirla cuando escuchó una voz detrás de ella.
"Yo no haría eso." dijo Ben haciéndola girar de un sobresalto. "No trates de escapar, ni siquiera de moverte, ¿entiendes?"
Elena enseguida se dio cuenta que él estaba tratando de obligarla. Alguien claramente lo había convertido en vampiro. "Entiendo." dijo fingiendo captar la compulsión mientras regresaba a sentarse en la cama. Cuando él se alejó para conseguir una bolsa de sangre de la nevera, aprovecho esa oportunidad para tirar de la puerta abierta. Sin embargo se topó con una chica que al verla rápidamente la agarró por el cabello con tanta fuerza que la hizo gritar de dolor mientras la obligaba a regresar a la habitación, cerrando la puerta detrás de ellas.
"¿En serio?" Anna preguntó en dirección de Ben.
"Le dije que no se moviera." Ben comenzó a defenderse. "Hice esa cosa con los ojos que me enseñaste."
"Y olvidaste la lección sobre la verbena." dijo Anna rodando los ojos con fastidio. "Ella sale con un vampiro, Ben." fijándose de nuevo en Elena la empujó contra la pared mientras abría la puerta del baño.
"¿Quién eres tú?" preguntó Elena temblorosamente. "¿Qué quieres?"
"¿Acaso importa?" Anna se burló antes de empujarla hacia el baño y cerrar la puerta.
Encendiendo la luz, Elena miró a su alrededor por otra salida pero su atención se desvió cuando sus ojos se posaron en la bañera donde se encontraba una Bonnie inconciente. Acercándose rápidamente hacia ella buscó la manera de despertarla. "¿Bonnie?" susurró levantando su cabeza con cuidad, pero ella no se movió. "¡Oh, Dios mío!"
Pensión Salvatore
"¿Y dónde crees que Anna pudo llevarla?" Elizabeth le preguntó a Stefan luego de dejarlo regresar a su dormitorio después de vestirse para el día.
"No lo sé, solo la dejé sola unos segundos mientras buscaba una pastilla para su dolor de cabeza." explicó Stefan ansiosamente.
"¿Dónde podremos buscar?" preguntó Elizabeth pensativamente. Elena no era su persona más agradable pero, era la novia de Stefan y por él lo ayudaría a buscarla.
"No lo sé." negó Stefan preocupado. "Voy a buscarla en cada lugar posible y si no la encuentro entonces tendré que pedirle ayuda a Damon, él puede saber algo."
"Quizás deberías comenzar por preguntarle." Elizabeth le aconsejó. "Recuerda que la noche anterior él obligó a Jeremy a llevarlo al Grill para conocer a Anna."
"Tienes razón." Stefan asintió moviéndose hacia la puerta. "Debe saber algo que podría ayudar."
Moviéndose ambos bajaron hacia la planta principal, buscando al Salvatore mayor hasta que por fin lo encontraron en el estudio leyendo el grimorio de Emily. Tan pronto los sintió entrar levantó la mirada hacia ellos.
"Anna se llevó a Elena." fue lo primero que dijo Stefan con una mirada ansiosa en su rostro.
"Sí, los escuché hablando justamente hace cinco minutos." dijo Damon sin importancia alguna.
"Damon, durante toda la noche, estuve buscando en todas las calles de la ciudad." dijo Stefan cruzando la habitación hacia él. "¿Qué pasa si tu sangre no ha salido de su sistema?"
"Bueno, entonces al menos sabrás que la volverás a ver." dijo Damon con un encogimiento de hombros.
"Damon, por favor." Elizabeth intervino acercándose también. "Debes saber algo... Estuviste con Anna, debes saber dónde vive ella."
"Sólo dime dónde puedo encontrarla." pidió Stefan ahora.
"No." negó Damon mirando entre los dos con resentimiento. "De hecho pueden irse ya." ante eso regresó su atención al diario en sus manos.
"Sabes, todo lo que puedo recordar es odiarte." Stefan murmuró entre dientes, acercándose varios pasos más hacia él. "Pudo haber un momento en que eso fue diferente, pero tus elecciones han borrado todo lo bueno de ti." cuando su hermano dejó el grimorio sobre la mesa y le dió toda su atención, continuó. "Pero, también sé que tienes muchas razones para odiarme. Todo esto comenzó conmigo. Te quitaron a Katherine por mi culpa y lo siento."
Por unos segundos, Damon lo observó en silencio antes de asentir solamente. "Disculpa aceptada." dijo, pero con frialdad.
"Entonces, por favor, solo dime lo que sabes." pidió Stefan una vez más. "Es Elena, Damon... si sabes algo, dímelo."
Poniéndose de pie, Damon se enfrentó a la expresión ansiosa de su hermano. "Lo digo sinceramente." Stefan asintió claramente anticipando su respuesta. "Espero que Elena muera."
Sus palabras terminaron de quebrantar algún punto favorable que había pensado que él aún conservaba. La noche anterior se había esforzado por encontrar algo bueno en él, pero había arruinado aquello. Damon ahora era un monstruo. Nada más y nada menos definitivamente.
Damon pasó junto a su hermano saliendo de la habitación, sin mirar hacia ninguno de los dos. Enseguida que Stefan miró hacia Elizabeth dejando ver la preocupación y ansiedad en sus ojos ella tomó una desición. "Vamos." dijo encaminándose hacia la salida. "Iré contigo para buscarla en otro lado." cuando llegaron a la entrada recogió su chaqueta para ponérsela. "Quizás deberíamos averiguar en el Grill, o tal vez preguntarle a Jeremy-"
Justo en ese momento la puerta principal se abrió y Marcos entró mirando entre ambos con cautela al notar que claramente iban de salida. "Elizabeth." asintió hacia la muchacha. "¿Para dónde vas?"
"Ah... yo... bueno-" Elizabeth titubeó sin saber que mentira decirle. Si sabía lo que haría claramente no dudaría en detenerla.
Notando el ambiente tenso, Stefan decidió darles espacio a ambos para hablar. "Yo, te veré en el Grill." dijo solamente para Elizabeth quien asintió, dándole así la oportunidad de irse dejándolos solos.
"Ahora, ¿si vas a decirme a dónde vas?" preguntó Marcos alzando un ceja. "¿Por qué tanto misterio?"
"Voy a ayudar a Stefan a buscar a su novia... a Elena." aclaró Elizabeth cruzando sus brazos al frente. "Anoche desapareció de la nada y pues pensamos que pudo ser Anna quien al parecer quiere abrir la tumba dónde su madre está encerrada junto a otros vampiros-"
"¿Cómo Katherine, por ejemplo?" Marcos la interrumpió, ganándose que retirara su mirada a un lado. "Sabes que si ella sale puede que Damon no dude en irse con ella, ¿verdad?"
"Si." susurró Elizabeth aún sin mirarlo a los ojos. "Lo sé."
"Pues pareciese que no te importa si lo hace." Marcos frunció el ceño, antes de abrir sus ojos en entendimiento. "¿O será que piensas hacer algo contra ella una vez salga de la tumba?"
"Lo que sea que tenga pensado para ella, se lo tiene merecido." dijo Elizabeth mirándolo con total rabia en sus ojos. "No puedo dejar pasar ésta oportunidad de matarla, Marcos." negando se alejó para comenzar a pasearse frente a él. "He esperado demasiado tiempo para cobrarle todo lo que me ha hecho pasar."
"¿Y no has pensado que eso solo hará que Damon te odie para siempre?" Marcos alegó, notando su postura tensarse.
"Lo que pase con Damon, me tiene sin cuidado." dijo Elizabeth entre dientes, dándose la vuelta. "Ya no me importa si me odia o no." soltando una risa burlona, continuó. "El Damon humano que conocí, del que me enamoré profundamente... murió hace años en el año 1864. El fue reemplazado por éste nuevo ser a quien desconozco por completo." cerrando los ojos, negó con incredulidad. "No sabes lo diferente que es... Está lleno de tanto odio y hay tanta oscuridad en su alma que se refleja en sus ojos." girando se enfrentó de nuevo a Marcos con lágrimas retenidas. "Es un monstruo, Marcos. Damon es un monstruo como Katherine siempre lo fue. Ella lo convirtió en eso. Por eso aunque sé que él terminará odiandome toda su eternidad, no voy a permitir que Katherine termine de convertirlo en algo peor."
Negando Marcos se acercó a ella. "Elizabeth tienes que pensar primero en tu seguridad, no puedes basarte en una venganza que puede ponerte en riesgo-"
"¡Es que no es solo una venganza, Marcos!" Elizabeth se alejó. "¡Se trata de justicia!" con rabia se señaló a si misma. "¡Por culpa de esa mujer que fingió ser mi amiga, perdí al Damon que amé! ¡Por su culpa tuve que huir todos estos años sin parar en ningún lado! ¡Por su culpa no he podido tener un solo día de paz!" enojada se limpió las lágrimas de las mejillas. "¡Siempre corriendo, siempre huyendo, por su culpa! ¡Estoy harta de eso!"
"Elizabeth-" Marcos advirtió levantando una de sus manos para tranquilizarla cuando al mismo tiempo las luces en toda la casa comenzaron a titilar sin parar. Sin embargo ella continuó desahogandose.
"¡Si ésta es la única manera que tengo para hacerle pagar todo lo que me ha pasado por su culpa, entonces lo haré!" Elizabeth afirmó con desición. "¡Sin importar si mi vida depende de ello!" sabiendo que se estaba saliendo de control, tomó varias respiraciones para calmarse, antes de enfrentarlo nuevamente. "Lo siento, Marcos." susurró secando por completo las lágrimas. "Es algo que haré, con o sin tu permiso... Lo siento." utilizando su velocidad vampiro salió rápidamente de la pensión antes de que pudiera pensar en detenerla.
"¡Elizabeth!" Marcos llamó detrás de ella, pero fue inútil porque como esperaba, no regresó. "Me arrepiento de haberte traído aquí." susurró para sí mismo, negando con tristeza.
Plaza de la ciudad
"¿Entonces Jeremy no sabe nada de Anna?" preguntó Elizabeth mientras caminaba por la plaza del pueblo en compañía de Stefan quién ya había abordado a Jeremy con preguntas.
"No." negó Stefan más ansioso que nunca. "Dice que no la ve desde ayer en el Grill cuando Damon lo llevó."
"Las opciones se nos acaban." susurró Elizabeth para si misma, antes de que el llamado de su nombre la hizo volverse y ver a Jeremy correr en su dirección.
"¡Elizabeth!" Jeremy saludó con su mano en la distancia.
Mirando hacia Elizabeth, Stefan decidió dejarlos solos. "Ah, creo que te veré luego." dijo. "Intentaré buscar en otro lado y según lo que logre te llamo, ¿está bien?"
"Bien." Elizabeth asintió, al mismo tiempo que Stefan se alejó y Jeremy la alcanzó. "Hola." lo saludó con una pequeña sonrisa.
"Hola." Jeremy sonrió con su respiración un poco agitada por correr. "¿Qué te pasó anoche? Estuve esperando que regresaras para la revancha."
"Lo siento, pero tuve que irme." Elizabeth se excusó. "Le dije a tu hermana que te lo dijera."
"Es por eso, ¿o porque me fui con Anna?" Jeremy preguntó tentativamente, esperando que ella lo afirmara.
"¿Qué? No." Elizabeth negó enseguida. "Claro que no fue por eso, créeme." encogiendose de hombros continuó. "Jeremy, tú puedes salir con quien desees. Y ella es muy bonita, no te culparía si te llama la atención-"
"Si es muy bonita." asintió Jeremy sonrojandose un poco. "Pero no es como tú."
Ante eso Elizabeth se sintió brevemente nerviosa e incómoda. "Jeremy, ya hablamos de eso-"
"Lo sé, lo sé." Jeremy la interrumpió con un suspiro. "Solo podemos ser amigos, eso lo entiendo... ¿Pero puedes culparme por verte de otra manera?"
Soltando una exhalación, Elizabeth se encontró negando. "No, supongo que no." susurró mirándolo a los ojos. "Pero aún somos muy jóvenes Jeremy, hoy quizás me ves así porque no te has permitido ver a nadie más después de lo de tu ex novia. Eso que dices sentir por mí solo puede ser tus sentimientos hacia ella que los reflejaste en mí."
Mirándola por unos segundos en silencio, Jeremy se encontró negando con seguridad. "No, no lo creo así." murmuró, pero por el momento decidió dejar el tema para no discutir de nuevo con ella. "Pero cambiando de tema, ¿te gustaría ir a una fiesta ésta noche?" cuando notó su clara negativa habló enseguida. "Como amigos, lo prometo... Se dará en el bosque junto a ese viejo cementerio."
"¿Cementerio dijiste?" Elizabeth preguntó, sabiendo que Damon se estaría moviéndose esa noche para abrir la tumba que contenía a Katherine. "Lo siento, pero ésta noche tengo otras cosas que hacer." alejándose levantó sus manos en disculpa. "Perdón tengo que irme."
"¡De acuerdo!" Jeremy exclamó demasiado alegre, en un intento por no mostrar el dolor de su rechazo. "No te preocupes, todo está bien... ¿Te veré luego?"
"Si, claro." Elizabeth asintió antes de comenzar a alejarse con la mirada de él siguiéndola.
"Genial." murmuró Jeremy por lo bajo ahora mostrando su expresión entristecida.
"Una fiesta, justo al lado del antiguo cementerio." dijo Anna sentada al lado de Damon en uno de los bancos de la plaza donde habían estado observando el intercambio de Elizabeth y Jeremy con desagrado. "¿No es eso amable de ellos? Montones de cuerpos calientes para vampiros hambrientos."
"Te lo dije, yo trabajo solo." dijo Damon mirando a su alrededor.
"Sí, yo también." Anna se encogió de hombros. "Pero tú restas de una bruja y yo de un libro de hechizos... ¿Entonces que dices?"
"Stefan irá tras de ti, lo sabes." Damon le advirtió. "Por meterte con Elena."
Rodando los ojos Anna se levantó. "Entonces él no estará tan feliz si la mato cuando no obtengo lo que quiero."
A pesar de que Damon no podía soportar el pequeño romance de su hermano con Elena, algo lo hizo ponerse de pie. "¿Cuándo quieres hacer ésto?"
Sonriendo, Anna se dio la vuelta. "Dios, es como 1864 de nuevo." negando lo miró burlonamente. "Ustedes los Salvatores, son verdaderamente patéticos cuando se trata de mujeres." rodando los ojos, enserio su expresión enseguida. "Esta noche, después de la puesta del sol nos reuniremos en la iglesia." sin decir nada más simplemente se fue.
Pensión Salvatore
Luego de recibir la llamada de Stefan quién logró encontrar a Elena y a Bonnie, ambos quedaron en convencer a Damon de unirse a ellos para abrir la tumba, más sin embargo ella más guiada por su sentimiento de venganza hacia Katherine que por cualquier cosa se ofreció para hablar con él y tratar de convencerlo que esa vez si lo ayudarían.
Por ello tan pronto llegó a la pensión y entró, caminó por los pasillos buscandolo hasta que lo encontró en la biblioteca. En silencio lo observó ponerse su chaqueta antes de que volteara y la mirara sin decir nada por varios segundos.
"¿Encontraron a Elena?" preguntó Damon decidiendo romper el silencio.
"Si, Stefan la encontró." murmuró Elizabeth.
Sonriendo, Damon recogió el grimorio de Emily. "Mi pequeño hermano, siempre un caballero andante." ironizo con resentimiento en su voz.
Para Elizabeth estaba más que claro que no quería hablar con ella, por lo que sería directa con él. "Stefan y Elena convencieron a Bonnie de ayudarte."
"Lo dudo." respondió Damon secamente.
"Escucha Damon, ambos no nos toleramos... eso es cierto." dijo Elizabeth acercándose al borde del estudio hacia las escaleras, que conducía a la parte hundida de la habitación en su dirección. "Nos odiamos, y por eso no voy a decir que lamento haber buscado el grimorio sin ti anoche, porque en realidad no lo siento... Lo sabes."
"Bueno, al menos eres honesta." sonrió Damon fríamente.
"Así es." Elizabeth asintió bajando las escaleras hacia él. "Y por difícil que sea de entender, todos estamos del mismo lado, detrás de lo mismo."
"No me interesa." fue la respuesta seca de Damon quien enseguida caminó hacia la salida.
"Claro que sí." Elizabeth lo detuvo, agarrándolo instintivamente del brazo. "Ayer estabas dispuesto a trabajar con nosotros."
Mirando hacia el agarre en su brazo, Damon la miró molesto. "Me engañaron una vez, no más." quitando su mano de su brazo, siguió caminando.
"¡Damon!" Elizabeth llamó detrás de él con firmeza. Quizás el tono demandante en su voz fue el que lo hizo detenerse pero sin girar para mirarla. "A pesar de que nos odiamos tu y yo tenemos algo en común... de alguna manera nos entendemos. Por lo tanto quiero ayudarte." una mentira jamás se había sentido tan verdadera en su vida. "No sé los demás pero yo te ayudaré a recuperar a Katherine."
La expresión de Damon se volvió incierta, poco convencido de sus palabras. "Desearía poder creerte."
"El hacerlo o no es tu elección." dijo Elizabeth con un encogimiento de hombros. "Sin embargo puedo asegurarte que mi intención principal en todo ésto es para que te vayas lo más rápido que puedas de Mystic Falls."
"Por supuesto, eso también es lo que mi hermano quiere." murmuró Damon entre dientes, antes de soltar una exhalación. "Sabes que Anna no se detendrá, sin importar lo que haga."
"Creo que podremos ocuparnos de eso." Elizabeth aseguró, sabiendo que tenía una cuenta pendiente con ella también.
Damon la miró a los ojos por varios segundos, hasta que con un asentimiento extendió la mano en su dirección para estrecharla en un acuerdo. Sin embargo cuando ella le regresó el gesto él de un movimiento rápido aferró su mano con firmeza y la acercó lo más que pudo a su cuerpo con sus manos unidas frente a ellos. "Estoy confiando en ti." susurró mirándola profundamente a los ojos. "No hagas que me arrepienta."
"Está bien." Elizabeth aceptó luchando con todas sus fuerzas por no mostrar cuánto le estaba afectando esa cercanía. "Aunque ten en claro que esto es solo por hoy. Luego volveremos al mismo odio mutuo entre ambos, ¿está bien?"
Damon la miró en silencio bajando su atención hacia sus labios por un momento, antes de regresar a sus ojos azules y sonreír al notar por primera vez incertidumbre en su mirada. "Muy bien." aceptó, soltandola luego. "Ahora, vamos. Se hace tarde." enseguida se encaminó hacia la puerta principal, deteniéndose a mitad de camino para mirarla por sobre su hombro. "Y por cierto... no te odio. Solo no eres de mi agrado." con un guiño salió por completo dejándola aún aturdida por su cercanía con ella.
Colocando una mano temblorosa sobre su pecho, Elizabeth sintió su corazón latiendo a mil por hora. 'Te odio Damon Salvatore.' pensó con enojo. Lo odiaba por aún tener ese efecto en ella, por no poder olvidarlo, no poder odiarlo cómo quería y debería para que todo el dolor que sentía desapareciera. Con una exhalación sacó lentamente una estaca de madera que había llevado todo el día dentro de su chaqueta. Mirándola fijamente la aferró con firmeza antes de volver a guardarla y encaminarse a la puerta con determinación. Esa noche seguramente el odia saldría a florecer. Ella se encargaría de eso.
Ruinas de la iglesia
Tiempo después tanto Damon como Elizabeth se encaminaron directamente hacia las ruinas cerca de la tumba dónde visualizaron a los demás esperando claramente por ellos.
"Hermano, novia de mi hermano y brujas." saludó Damon pasando junto a ellos con el grimorio en sus manos directamente hacia la tumba dónde descendió las escaleras.
Enseguida Stefan y Elena se acercaron a Elizabeth.
"¿Todo bien?" preguntó Stefan al notar su expresión demasiado pensativa y seria.
"Solo quiero terminar con ésto." murmuró Elizabeth con desgano. "Ambos saben por qué."
"Esperemos que sea rápido." dijo Elena mirando hacia ambas brujas Bennett que se encontraban preparando todo para comenzar el hechizo del grimorio. "¡¿Estamos listos?!"
"Supongo que sí." dijo Bonnie acercándose a todos ellos, mirando desde la entrada a su abuela encender todas las antorchas en la tumba.
"Aire. Tierra. Fuego." Sheila enumeró, buscando luego a su nieta con la mirada.
"Agua." dijo Bonnie levantando una botella de agua, la cual su abuela agarró rociando su contenido en el suelo.
"¿Eso es todo?" preguntó Elizabeth sin poder ocultar su curiosidad por aquel hechizo. "¿Solo agua del grifo?"
"¿Por qué preguntas con tanto interés?" Sheila miró a la muchacha con curiosidad ahora. Había algo en ella que se sentía ligeramente extraño.
"Es solo que... pensé que tal vez se necesitaría algo más complicado." dijo Elizabeth un poco nerviosa por la atención en ella y la mirada escrutante de la mujer mayor. "Lo siento, continúe."
"¿Para qué es eso?" preguntó Stefan cuando vió a Damon sacar algo de su chaqueta.
"Es para Katherine." respondió Damon mostrándole una bolsa de sangre. "Tengo que tener algo para despertarla, a menos que tu novia esté ofreciendo una vena para pinchar." con eso miró a Elena, quien lo miró sin gracia. Inclinándose al oído de su hermano susurró la siguiente frase. "Admítelo, no puedes esperar para deshacerte de mí."
Rodando los ojos Stefan rio. "No puedo esperar para deshacerme de ti."
"Hmmm, no eres el único." Damon asintió hacia Elizabeth quien hizo una mueca en su dirección.
"Estamos listos." dijo Bonnie mirándolos desde el suelo. Levantandose se acercó a su abuela, tomándose entonces de las manos para cerrar sus ojos y comenzar a recitar un hechizo en un idioma que nadie más que Elizabeth, reconoció.
"¿Qué están diciendo?" Damon preguntó confundido por el extraño idioma.
"Suena latín." respondió Stefan con un encogimiento de hombros.
"No creo que sea latín." negó Elena.
"Definitivamente no es latín." confirmó Elizabeth con seguridad, entendiendo claramente el hechizo.
Justo en ese momento las llamas de la antorcha se elevaron, la puerta de piedra crujio y comenzó abrirse.
"Funcionó." murmuró Bonnie sonriendo.
"Por supuesto que funcionó." Sheila susurró impresionada.
"¿No tienes que hacer fogata?" Damon preguntó en dirección de su hermano.
"Voy por el combustible, volveré enseguida. dijo Stefan comenzando a alejarse.
"Voy contigo." Elizabeth se ofreció antes de ir con él fuera de la tumba.
Corriendo hacia la gasolina ambos comemzaron a recoger las latas en un breve silencio que Stefan cortó. "Lamento que tengas que hacer ésto." dijo ganando por un momento su atención.
"No importa." Elizabeth se encogió de hombros. "Vine con un propósito y pienso cumplirlo a cualquier precio." con un suspiro continuó recogiendo las latas. "Tu hermano me lo agradecerá algún día, o siglos, quien sabe." ambos rieron por ello. "Es la ventaja de ser un vampiro, ¿no?"
"Si que lo es." dijo una voz repentina que los volverse para ver a Ben McKittrick con un Jeremy inconciente a sus pies.
"Jeremy." susurró Elizabeth con preocupación.
"El está bien." Ben se encogió de hombros, antes de sonreír con malicia. "Por ahora." riendo hizo una seña hacia la tumba. "¿Esta oscuro ahí abajo?"
"Pensé decirte que te fueras." dijo Stefan colocándose de pie junto con Elizabeth.
"Lo consideré." Ben fingió pesar antes de negar con burla. "Entonces pensé: jódete."
"Hola, amigos." esa nueva voz los hizo volverse para ver a Anna detrás de ellos. "Voy a ir a buscar a mi madre."
"No podemos dejar que hagas eso." dijo Elizabeth entre dientes.
"Bueno, Ben está a punto de hacer un plato principal con tu enamorado." dijo Anna señalando hacia Jeremy. "Entonces, pueden detenerme a mí o a él... Es su elección." sin decir más desapareció a velocidad vampirica directamente hacia la tumba.
"¿De verdad crees que ella se preocupa por ti?" Stefan se centró en el vampiro. "Eres desechable."
"No me importa." Ben se encogió de hombros rodeando amenazantemente el cuerpo de Jeremy. "Ella ya me dio lo que quiero."
"¿Qué cosa? ¿Vida eterna?" Stefan bufó con burla. "¿De verdad eres tan estúpido?"
"Sabes, he oído hablar de ti." Ben se acercó amenazantemente a Stefan. "No te alimentas, no eres lo suficientemente fuerte para vencerme." enseguida se lanzó con la intención de atacarlo, pero a mitad de camino Elizabeth se interpuso agarrándolo fuertemente de una de sus manos cuando la lanzó cerrada en un puño. Un grito agónico salió de su boca cuando ella de un movimiento rompió su muñeca hacia atrás.
"Quizás él no sea suficientemente fuerte, pero yo sí." dijo Elizabeth altivamente, mirándolo desde su posición de pie al obligarlo a caer de rodillas ante ella. "Y créeme que no tolero la amenazas vanas de un bebé vampiro." apretando su dientes con rabia lo empujó tirándolo a una distancia de ellos.
Con una mueca, Ben colocó su muñeca en su lugar antes de levantarse y mirar hacia la muchacha con desdén. "¿Eso es todo lo que tienes?"
"Ella no." Stefan intervino recogiendo la manguera conectada a la lata de gasolina frente a él. "Pero yo, tengo ésto." encendiendo la antorcha le prendió fuego a Ben quien comenzó enseguida a gritar y agitarse, hasta finalmente después de unos segundos caer al suelo, muerto.
"Eso fue impresionante." una voz entrante los hizo volverse rápidamente, para ver a un Marcos de expresión neutra salir de entre los árboles captando la atención de ambos.
"¿Marcos?" Elizabeth se acercó confundida de verlo allí. "¿Qué haces aquí? ¿Cómo supiste dónde estaría-?"
"Déjame recordarte Elizabeth, que vivimos en la pensión... y por consiguiente escuché tu conversación con Damon hace unas horas atrás." Marcos explicó cruzando sus brazos al frente. "Así que decidí seguirlos."
"¿Y a para qué?" Elizabeth preguntó a la defensiva. "¿Vienes a detenerme? Porque si es así déjame decirte que-"
"No vengo a detenerte, Elizabeth." Marcos la interrumpió en tono firme. "Al contrario, vengo a apoyarte aunque no esté de acuerdo contigo y como sabes a cuidar que no termines metiéndote en problemas."
Asintiendo, Elizabeth lo miró con agradecimiento. "Gracias." susurró sinceramente. "De verdad, por apoyarme en ésto."
"Sabes que siempre lo haré." Marcos se acercó para palmear su hombro con suavidad. "Ahora vamos, terminemos con ésto para irnos lo más pronto de aquí."
"Estoy totalmente de acuerdo." asintió Stefan mirando entre ambos, antes de recoger latas de gasolina del suelo, a lo que los hicieron lo mismo. "Vamos."
Cuando regresaron a la tumba, Stefan enseguida miró a su alrededor buscando a Elena primeramente. "¿Dónde está Elena?" preguntó en dirección de las Bennett.
"Damon la llevó adentro." dijo Bonnie temblorosamente.
"¡¿Qué?!" Stefan enseguida corrió hacia la entrada de la tumba.
"¡Stefan, no!" Elizabeth gritó detrás de él, pero Sheila fue quien lo agarró del brazo deteniendolo.
"Stefan, si entras allí no saldrás." explicó la mujer mayor.
"¿Qué hiciste?" preguntó Stefan alejando su brazo de su agarre.
"Al abrir la puerta no se quitó el sello, solo se abrió la puerta." explicó Sheila con una exhalación.
"¿Cuál es el sello?" preguntó Elizabeth acercándose.
"Algunas evitan que los vampiros entren." Sheila explicó en su dirección. "Este evita que salgan."
"Elena es humana, ella podrá salir." Stefan murmuró mirando hacia la entrada. "Anna y Katherine no podrán..."
"Damon no podrá." susurró Elizabeth por lo bajo.
Stefan cruzó brevemente su mirada con ella, antes de fijarse en la bruja Bennett. "Nunca planeaste romper el hechizo, ¿verdad?"
"Te dije que protegeré a los míos." Sheila respondió negando con su cabeza. "Elena podrá salir y eso es todo lo que importa."
Antes que Stefan pudiera replicar, los gritos de Elena haciendo eco a través de la tumba lo impulsó a correr rápidamente hacia la misma.
"¡Stefan!" Elizabeth intentó perseguirlo, pero Marcos se interpuso aferrandola de los brazos para evitar que entrase. "¡Sueltame, tengo que ayudarlo!"
"¡No puedes entrar allí!" Marcos negó con firmeza. "¡Entiendelo!"
"¡No quiero entender nada!" Elizabeth se sacudió de su agarre con rabia, antes de mirar hacia la bruja mayor. "¡No puedes dejarlo allí!"
"¡Él tomó su decisión!" Sheila la enfrentó, notando levemente como extrañamente el ambiente a su alrededor se tornó tenso y pesado.
Negando, Elizabeth buscó a Bonnie con la mirada. "Bonnie, por favor."
La ansiedad y la súplica en los ojos de la muchacha, hicieron que Bonnie se inclinara para recoger el grimorio y mirar desesperadamente a su abuela. "Abuela, solo muéstrame qué hacer y lo haré."
"No somos lo suficientemente fuertes." negó Sheila. "Incluso si pudiéramos derribar el sello, no hay garantía de que podamos volver a levantarlo."
"Tú misma lo dijiste, muchas cosas pueden alimentar el poder de una bruja." Bonnie la contrarrestó con firmeza. "Ayúdame o lo haré sola."
Brevemente Elizabeth las observó en silencio, esperando ansiosamente porque alguna de ella dijera algo. Cuando lo hicieron soltó el aire que había estado conteniendo cuando la respuesta de la mujer mayor fue asentir aunque con reticencia.
Así ambas brujas se centraron en mirar el grimorio para buscar el hechizo de romper la barrera de la tumba. Mientras hacían eso, justo en ese instante Elena salió de la tumba.
"Elena." Bonnie sonrió aliviada de ver a su mejor amiga.
"¿Y Stefan?" Elizabeth se acercó.
"Está justo detrás de mí." dijo Elena dándose la vuelta hacia la entrada de la tumba para ver a Stefan de pie en la puerta. "Stefan." preocupada se acercó lentamente a él. "¿Qué sucede?"
"Todo va a estar bien." Bonnie intervino con seguridad. "Lo arreglaremos."
"¿Qué sucede?" preguntó Elena mirando a Stefan solamente.
"No puedo." Stefan negó con la cabeza.
"¿No puedes?" Elena lo miró confundida. "¿No puedes qué?"
"El hechizo sigue activo." Bonnie habló una vez más. "Todavía no podemos sacarlos."
"¿Entraste allí sin saber si podrías volver a salir?" Elena miró hacia su novio con incredulidad. Cuando él bajo la mirada, esa fue suficiente respuesta. "Oh, Dios mío."
"Te escuché gritar." dijo Stefan en voz baja, lo que provocó lágrimas en los ojos de Elena.
"No pueden dejar a Damon ahí." Elizabeth se acercó llamando la atención del Salvatore. "Fue una promesa, ¿recuerdas?"
"Lo sé." asintió Stefan.
"Incluso si somos capaces de romper el sello, no podremos mantenerlo por mucho tiempo." Sheila advirtió.
"Iré por Damon." dijo Stefan antes de desaparecer.
Enseguida Bonnie y su abuela comenzaron a recitar otro hechizo. Como la primera vez las llamas se elevaron.
"Creo que funcionó." murmuró Elena, mientras mirando hacia la entrada de la tumba vió a Anna salir con su madre Pearl quien aún se encontraba débil por la falta de sangre.
"Solo quería recuperar a mi madre." dijo Anna mirando a Elena. "Jeremy está bien, él está afuera... No lo tocaré." con eso tanto ella como su madre se fueron, al tiempo que las llamas empezaron a apagarse al igual que Bonnie.
"¡Bonnie, continúa!" Sheila le ordenó a su nieta, antes de mirar hacia Elena. "Será mejor que se den prisa."
"¡Stefan, no pueden aguantar mucho más!" Elena gritó con exasperación.
Con las antorchas empezando a apagarse solas y con Bonnie viéndose débil tanto como su abuela, Elizabeth miró con su respiración agitada hacia la tumba tomando una decisión determinada. Simplemente no podía dejar que Damon y Stefan quedasen atascados allí. Tenía que hacer algo, no había tiempo de pesar en posibles consecuencias. Por ello sin pensarlo dos veces corrió rápidamente dentro de la tumba con los gritos de Marcos detrás de ella.
"¡Elizabeth!" Marcos intentó detenerla pero ella logró zafarse de su agarre.
Llegando al final de la tumba, Elizabeth buscó a ambos hermano, hasta que por fin logró dar con ellos. Al primero que vió fue a Damon lanzando una bolsa de sangre contra la pared.
"¡Ella no está aquí!" gritó Damon con rabia.
"Damon, tenemos que salir de aquí." dijo Stefan al tiempo que Elizabeth apareció en la puerta.
"No tiene sentido." negó Damon con incredulidad. "La encerraron dentro."
"Si no nos vamos ahora, no saldremos." Stefan informó con impaciencia.
"¿Cómo es posible que ella no esté aquí?" murmuró Damon sin prestarle ninguna atención.
"No vale la pena pasar toda la eternidad aquí abajo." gruñó Stefan entre dientes. "¡Ella no vale la pena-!"
"¡No!" Damon lo empujó con fuerza hacia atrás, al tiempo que su atención cayó en la presencia de Elizabeth que se encontraba de pie en la puerta.
"Damon, por favor." Elizabeth lo miró con toda la calma que pudo reunir. "Tenemos que irnos." a pesar de que sus ojos están llenos de varias emociones, exhaló levemente con alivio cuando lo vió asentir ligeramente antes de acercarse a ella.
Esperando por Stefan los tres rápidamente se abrieron camino fuera de la tumba. Cuando finalmente llegaron al final Elena corrió a los brazos de Stefan, mientras ella fue recibida en un fuerte abrazo de Marcos.
Al mismo tiempo que la puerta de la tumba se cerró y las antorchas se apagaron, tanto Stefan como Elena corrieron hacia Jeremy que comenzaba a despertar.
"Esta bien." dijo Stefan al revisarlo con detenimiento.
"Debemos irnos." dijo Elena, a lo que todos asintiendo comenzaron a dirigirse a sus autos.
Mientras Elizabeth se quedó levemente resagada cuando vió a Damon alejarse de todos los demás con una expresión miserable.
"Ella no está dentro." murmuró Damon al sentirla a unos pasos detrás de él.
Limitando su impulso de acercarse para abrazarlo, Elizabeth solamente bajo la mirada. "Lo siento." susurró sintiendo empatía hacia él quien había perdido la única cosa que más quería en la vida y ella sabía exactamente lo que se sentía.
"Ella sabía." susurró Damon con rabia contenida.
"¿Qué?" Elizabeth frunció el ceño.
"Anna." aclaró Damon girando hacia ella con sus ojos llenos de ira. "Lo supo todo el tiempo."
"Damon-" Elizabeth intentó acercarse, pero antes de que pudiera decirle nada más él solo se fue a velocidad dejándola atrás. Por un momento sintió el impulso de seguirlo pero se contuvo. Aunque le dolía aceptarlo Damon amaba a Katherine, por lo tanto era justo para él estar enojado con Anna por utilizarlo de alguna manera. Aunque fuese por ese día y por su dolor, debía concederle el hecho de expresar cómo se sentía.
Residencia Gilbert
Horas después Elena llevó un vaso de agua y una aspirina a la habitación de Jeremy quien no había dicho nada desde que habían llegado a la casa.
"¿Cómo está tu cabeza?" preguntó con preocupación.
"Uh, está bien." Jeremy respondió sentándose en la cama. "Yo sólo... ojalá supiera cómo me desmayé." con una mueca la miró confundido. "No bebí tanto, lo juro."
"¿Y no recuerdas nada?" preguntó Elena tentativamente.
"Todo está bastante nublado." Jeremy se encogió de hombros. "Yo sólo, sé cómo se ve ésto." negó con irritación y frustración. "Yo... lo siento."
"No, Jeremy, no te arrepientas." Elena negó enseguida. "No hiciste nada, ¿de acuerdo?"
"Sí, está bien." asintió Jeremy solamente.
Inclinandose Elena lo besó en la frente ante de mirarlo. "Tengo que ir a casa de Bonnie por un rato, pero ¿hay algo que necesites?"
"No, solo... me voy a dormir." Jeremy se acomodó de nuevo en la cama.
"Vale, bueno, Jenna está aquí y volveré pronto." Elena dijo con una pequeña sonrisa, antes de irse.
Jeremy esperó por unos segundos, antes de levantarse de la cama e ir a su computadora. Tecleando escribió rápidamente en «Google» la palabra «Vampiro» antes de presionar el botón «Buscar»
Habitación de motel
Después de un siglo y medio Damon había tenido la oportunidad de ver a la mujer que amaba, pero ella no estuvo allí. Nunca estuvo allí y Anna lo había sabido.
Se encontraba en la habitación oscura del motel donde sabía se escondía Anna, esperando pacientemente, hasta que la puerta se abrió y la luz se encendió. "Sabías que Katherine no estaba allí." declaró viéndola sobresalatarse mientras sostenía el peso de su madre. Ella había conseguido a su madre de regreso. Merecía tener a Katherine de regreso.
"No me habrías ayudado." dijo Anna mirándolo ladear su cabeza desde su posición sentada en una silla en la esquina de la habitación. Soltó un jadeo cuando él repentinamente aceleró hacia su madre agarrándola por el cuello. "¡No!"
"¿Por qué tienes un final feliz?" preguntó Damon justo cuando Anna se precipitó hacia él.
"¡Damon, por favor!" pidió Anna luchando por detenerlo. "¡No me habrías ayudado, sabes que no lo habrías hecho!"
De un movimiento Damon la agarró de la mano restringiendo su movimiento. "¿Por qué tú lo entiendes y yo no?"
"El guardia." Pearl ahogó débilmente. "El de la iglesia. El que nos encerró. Ella prometió convertirlo." con una pequeña mueca continuó. "Estaba obsesionado con ella. Ella lo tenía bajo su hechizo, como todos los demás... Él la dejó ir."
Enseguida que Damon las liberó a ambas, Anna envolvió sus brazos alrededor de su madre antes de mirarlo. "La última vez que la vi fue en Chicago, 1983. Sabía dónde estabas, Damon." aclaró negando con cierto pesar. "A ella no le importaba." su expresión denotó lo herido que estaba por aquella nueva información. "Lo siento."
El corazón de Damon se rompió en mil pedazos. Su razón de existencia nunca se hubo preocupado en absoluto por él. Había luchado tantos años por nada. Sin querer decir nada más salió rápidamente de la habitación. Nunca en su vida había podido imaginar sentir un dolor tan horrible como el que estaba sintiendo en ése momento.
Ruinas de la iglesia
Mientras tanto abajo en la tumba, la bolsa de sangre que Damon había arrojado dentro de la misma goteaba desde la pared hacia un vampiro que se encontraba sentado debajo del charco de sangre en la pared.
Moviéndose de su lugar lentamente abrió la puerta de la tumba logrando salir de ella. Al hacerlo miró hacia el techo, notando que finalmente era libre.
