Capítulo 1x18/1x19: "Bajo Control/Señorita Mystic Falls."
Pensión Salvatore
Así que en algún lugar durante los terribles acontecimientos con los vampiros de tumbas, Elena dejó que Stefan se alimentara de ella para conseguir su fuerza. Damon tendría ahora que decirle que su hermano estaba tratando de actuar como que todo está bien, pero no lo estaba. Podía no ser el mejor hermano mayor, pero sabía bien cuando algo estaba pasando. Así entró en su habitación con un vaso de sangre en sus manos para verlo hacer flexiones en el suelo, con música a todo volumen.
"¡¿Podrías subirlo un poco?!" gritó por encima de la música. "¡Todavía no es molesto!"
"¡Lo siento!" gritó Stefan de regreso antes que su hermano se acercara para apagar la música.
"¿Cuándo vas a volver a la escuela?" preguntó Damon girando en su dirección.
"Pronto." respondió Stefan sin dejar de hacer flexiones.
"Vamos, sólo bebe ya." Damon lo urgió colocando el vaso de sangre junto a él para tentarlo. "Vamos, ésta autodesintoxicación no es natural."
"¿Puedes quitarme eso, por favor?" pidió Stefan luchando por ignorarlo.
"¿Cuánto tiempo te llevó destetarte la última vez que te entregaste?" preguntó Damon, pero su hermano lo ignoró continuando con sus flexiones. "Eso no es bueno."
"Estaré bien." Stefan aseguró. "Solo toma un poco de tiempo."
"No lo entiendo; ya sabes, no tienes que matar para sobrevivir. Para eso están los bancos de sangre." Damon alegó con un encogimiento de hombros. "No he cazado a un humano en... Dios, demasiado tiempo."
"Oh, estoy impresionado." exclamó Stefan con sarcasmo.
"Es completamente egoísta." Damon corrigió. "Estoy tratando de alejar a la ciudad del rastro de los vampiros, lo cual no es muy fácil teniendo en cuenta que hay una tumba entera de ellos dando vueltas."
Esto hizo que Stefan lo mirara con interés. "¿Qué planeamos hacer al respecto?"
"No haremos mucho si no tienes tu fuerza." aclaró Damon con seriedad. "No hay nada de malo en participar en una dieta saludable de sangre humana de un banco de sangre. En realidad no estás matando a nadie."
Rodando los ojos Stefan miró hacia un lado. "Tengo mis razones."
"Bueno, ¿cuáles son esas razones más santas que tú?" preguntó Damon acercándose para sentarse en el sofá. "En realidad nunca discutimos esto. Me encantaría escuchar ésta historia."
"Realmente estás disfrutando esto, ¿no es así?" Stefan cruzó sus brazos frente a él con una sonrisa falsa. "¿Mirándome luchar?"
"Mucho." Damon asintió sin dudarlo.
Stefan asintió, antes de alzar una de sus cejas. "Odio decírtelo, Damon, pero... en realidad lo tengo bajo completo control."
"¿De verdad?" Damon lo miró fingiendo estar impresionado. "Bueno, entonces deberías continuar haciendo que el resto de nosotros los vampiros quedemos mal." colocandose de pie dejó intencionalmente el vaso de sangre sobre la mesa. "Que tengas un gran día, Stefan." sabiendo que la sangre lo estaba matando fingió salir de la habitación, antes de regresar y verlo mirar fijamente el vaso. "Oh, casi olvido algo." con un guiño agarró el vaso y sin decir más se marchó bebiendo y deleitándose con el sabor de la sangre.
Mientras tanto en su habitación, Elizabeth se preparaba para el día empezando por secar la humedad de su cabello con una toalla mientras vestida con una bata de baño se acercó al armario para buscar que ropa ponerse. Sacando algunas camisas y pantalones giró para colocarlos encima de su cama, pero se sobresalto un poco cuando se topó con Damon en la entrada de la habitación.
"¿Qué quieres?" preguntó secamente.
"Tenemos que hablar." dijo Damon seriamente.
Ante eso Elizabeth lo miró confundida. "¿Y desde cuándo tú y yo hablamos?" preguntó sarcásticamente.
"Por favor, es importante." Damon insistió.
Soltando una exhalación, Elizabeth le sostuvo la mirada con molestia. "Está bien." aceptó entre dientes. "Pero primero déjame vestirme con tranquilidad."
"Claro, que despistado." exclamó Damon antes de desaparecer dejándola sola.
Tomando aire aliviada Elizabeth comenzó a quitarse la bata de baño, pero cuando miró al frente se encontró a Damon recostado encima de la cama, mirándola. "¡Damon!" gruñó con enojo, acomodando de nuevo su bata.
"Perdón, pero creo que tengo mejores vistas aquí." dijo Damon sonriendo con picardía. "Vamos, no te detengas, has como si yo no estuviera." incitó con un ademán de su mano.
"Eres imposible de verdad." murmuró Elizabeth cruzando sus brazos al frente a la defensiva. "¿Todo tiene que ser una broma para ti?"
"Un poco, sí." Damon asintió, antes de mirarla seriamente. "Aunque en éste momento con lo que está pasando pues no creo que ayude mucho." negando soltó por fin lo que lo aquejaba. "¿Sabías que Stefan a seguido bebiendo sangre humana?"
"¿Qué?" preguntó Elizabeth con preocupación. Se había enterado que Elena había tenido que darle de su sangre para fortalecerlo pero, pensó que aquello había quedado allí.
"Hace un mes me habría alegrado, pero con el consejo en guardia no es buen momento para que pierda el control." dijo Damon. "Ya no tiene idea de lo que es normal, su vida ya no es normal. Lo normal para un vampiro es beber sangre, pero lo ha negado toda su vida y ahora lo está controlando."
"¿Qué vamos a hacer?" preguntó Elizabeth dando un paso en su dirección.
"No creo que la deje por su cuenta, es como un adicto y lo que tenemos que hacer es llevarlo a rehabilitación." Damon alegó con un encogimiento de hombros. "Por eso vine a hablar contigo para pedirte que me ayudes... También porque debes saber que el tío de Elena ha estado dando con el Consejo del Fundador."
Rodando los ojos, Elizabeth soltó un resoplido. "Perfecto, sólo tendremos que añadirlo a la lista de todo lo que se está cayendo a pedazos alrededor." negando se centró en el problema que más le preocupaba. "Sin embargo, el ayudar a Stefan está en primer lugar. No podemos dejarlo recaer."
Con un suspiro Damon se colocó de pie para pasear por la habitación. "Como dije, tal vez el problema es que ha pasado demasiado tiempo sin ser él mismo." cuando comenzó a buscar en uno de los cajones sacó un brassier que Elizabeth le arrebató enseguida de las manos para regresarlo a su lugar. Divertido por su reacción decidió recoger un retrato de ella y Marcos. "Stefan siempre ha luchado contra su naturaleza a un nivel molesto, pero su parte, la parte que siempre ha querido surgir está allí."
Elizabeth se acercó para arrebatarle la imágen de las manos. "El no es como tú, ni de lejos." defendió sin dudarlo a Stefan.
"Bueno, él no quiere ser yo." corrigió Damon dando un paso más cerca de ella para sostenerle la mirada. "Eso no quiere decir que en el fondo no lo es." moviéndose hacia el armario sacó un vestido de color púrpura con detalles negros el cual colocó en la cama frente a ella a quien le guiño un ojo. "Tenemos que mantener un ojo en Stefan, por lo que aunque ambos lo odiemos lo mejor será que vayamos juntos a la celebración de hoy." sonriendo señaló hacia el vestido. "Este quedará bien con tu tono de piel." sin decir nada más salió de la habitación sin darle oportunidad de replicar.
Rodando los ojos con un suspiro, Elizabeth miró hacia el vestido con una pequeña sonrisa formándose en sus labios después de unos segundos.
Salón de los Fundadores
En la fiesta de lanzamiento del 150 aniversario del Día de los Fundadores, Elizabeth se encontró en compañía de los hermanos Salvatore. Desde que habían salido de la pensión, Damon no había dejado de criticar el vestido que había decidió llevar en lugar del que él le había propuesto. En lugar del vestido púrpura se había puesto uno de color azul.
"Ya déjame en paz." murmuró entre dientes. "Yo decido que ponerme y qué no."
Ante eso Damon levantó sus manos. "Solo digo que te hubiese quedado mejor el otro vestido."
"Déjala tranquila, Damon." Stefan intervino, dándole una sonrisa a la muchacha luego. "Te ves muy bonita." con una mueca por parte de Damon, miró a su alrededor con fastidio. "No debería estar aquí."
"Vamos, no te deprimas, es una fiesta para las familias fundadoras." Damon se encogió de hombros. "Eso somos nosotros y sería de mala educación omitirlo."
"Realmente me gustabas mucho más cuando odiabas a todo el mundo." replicó Stefan, ganándose una risa en acuerdo por parte de Elizabeth.
"Oh, todavía lo hago." Damon rio divertido. "Simplemente amo que me amen."
Rodando los ojos, Elizabeth se centró en el Salvatore menor. "¿Cómo te sientes?"
"Estoy bien, estoy bien." aseguró Stefan pero sin mirar a ninguno de los dos.
"¿Sin antojos? ¿Sin impulsos?" Damon preguntó con incredulidad. "¿Ese whisky que has estado bebiendo todo el día está haciendo su trabajo?" con la risa de su hermano, continuó. "Somos lo que somos Stefan, nada va a cambiar eso."
"¿Nada te hará más feliz que verme rendirme o si Damon?" preguntó Stefan después de un bufido.
"Lo que sea." Damon rodó los ojos. "Es inevitable."
"Bueno, voy a encontrar a Elena." Stefan asintió solamente, antes de empezar a alejarse.
"¡No me avergüences, jovencito!" Damon gritó detrás de él, para luego tomar un vaso de whisky, tirar la pajita, beberlo y dejar el vaso sobre la mesa.
"¿Por qué tienes que torturarlo así?" preguntó Elizabeth cuando quedó sola con el vampiro mayor.
"Sólo quiero que vea el monstruo que en realidad es." respondió Damon girando hacia ella.
"Damon, él no es un monstruo." Elizabeth aseguró antes de continuar su camino dentro de la celebración y ver que la mayor parte de la ciudad se encontraba allí. Incómoda por la multitud, caminó hacia la barra donde visualizó a Stefan en el otro lado con una copa en la mano, hablando con Elena.
"¿Por qué siempre eres tan rápida para defender a mi hermano?" Damon preguntó unos pasos detrás de Elizabeth, mirando a la misma dirección que ella hacia su hermano. "¿Te das cuenta de que él es el novio de Elena y no tuyo? ¿Por qué te importa tanto?"
"Porque si, Damon." Elizabeth respondió secamente. "¿Por qué siempre tú eres el que tienes que ponerlo en duda?"
"Quizás porque en ningún universo alternativo Stefan es divertido." dijo Damon señalando hacia Stefan y Elena ahora bailando juntos.
"¿Crees que estará bien?" preguntó Elizabeth en voz baja.
"Con el tiempo." suspiró Damon encogiéndose de hombros. "De una manera u otra." negando, su atención se desvió a la llegada de la Sheriff. "Disculpame, necesito hablar con el Sheriff."
Siguiendo su mirada Elizabeth visualizó a la madre de Caroline de pie en el Conner. Con solo un asentimiento, se quedó en la barra mientras Damon se alejaba dejándola sola. Mirando a su alrededor, se tensó cuando su mirada se topó con la de Jeremy que se encontraba al otro lado de la habitación claramente con la idea de acercarse a ella pero sin saber cómo. Mostrándole lo molesta que aún seguía con él por lo del día anterior apartó su mirada de la suya y se alejó lentamente ahora hacia la mesa de la merienda.
Paseando su mirada por la pista de baile, sonrió levemente cuando visualizó a Stefan bailando y riendo junto con Elena tan tranquilamente que no parecía tener problemas con beber sangre. Era tan relajante verlo así. Sin embargo su sonrisa se esfumó cuando en uno de los giros que Stefan le dio a Elena ella terminó chocando accidentalmente con otro hombre.
El hombre se dio la vuelta mirándola molesto. "Woah, ten cuidado."
"Lo siento, es mi culpa." Elena se disculpó enseguida. "Soy torpe."
Asintiendo el hombre rió por un momento antes de detenerse y mirarla con una expresión desagradable. "Entonces salte de la pista de baile."
"¿Perdón?" preguntó Elena sorprendida por su forma de hablarle.
Tensandose Stefan dio un paso delante de Elena para encarar al sujeto. "Esa no es manera de hablarle a una dama."
El hombre solo rió. "Lo que sea." murmuró antes de volverse para alejarse.
Stefan se lo impidió aferradolo de uno de sus brazos. "Creo que necesitas disculparte." dijo cuando se miraron a los ojos, utilizando la compulsión para obligarlo.
Unos segundos después el hombre se fijó en Elena. "Lo siento." susurró moviéndose para alejarse, pero de nuevo Stefan tiró de él hacia atrás por el brazo.
"Ahora dilo como si en verdad lo sintieras." le ordenó Stefan en un gruñido.
Asintiendo el hombre miró a los ojos a Elena. "De verdad lo siento mucho."
Elizabeth que había estado observando en silencio, se tensó cuando vió a Stefan apretar su agarre con más fuerza en el brazo del hombre, con sus ojos llenos de ira y hambre. Él estaba fuera de control en una fiesta llena de seres humanos, esa no era una buena combinación.
"Stefan, está bien." Elena intervino nerviosa por su extraña actitud.
Empujando al hombre lejos de ellos, Stefan se volvió hacia ella. "¿Estás bien?" preguntó acariciando su mejilla.
Sin responder Elena solo asintió con la cabeza, mirando con nerviosismo los ojos hambrientos en Stefan, algo que no era común y normal en él.
Apretando su mandíbula con determinación, Elizabeth desvió su camino de la mesa de la merienda hacia a barra donde había visualizado a Damon sentado bebiendo como de costumbre. Enseguida que lo alcanzó se sentó en el taburete junto a él. "¿Has notado lo que ha estado haciendo tu hermano?"
"No, he estado demasiado preocupado por el de Elena." murmuró Damon antes de beber de su vaso. Con un suspiro se explicó mejor al notar su expresión preocupada. "Jeremy ha estado haciendo preguntas sobre la muerte de Vicki Donovan. Creo que él sabe algo."
"El sabe que su muerte fue declarada una sobredosis." murmuró Elizabeth por lo bajo, tratando de ocultar su nerviosismo. Claramente él sabía sobre la existencia de los vampiros por su culpa, pero no podía decírselo a nadie, mucho menos a Damon.
"¿En serio?" Damon alzó una ceja con diversión, antes de comenzar a imitar la voz de Jeremy. "Oh, pero sheriff, alguien la enterró... ¿Quién haría eso?"
'Ay por Dios.' fue el pensamiento de Elizabeth, quien enseguida llamó la atención del barmans. "¿Puedes servirme algo fuerte por favor?" pidió a pesar de que odiaba tomar. Cuando él levantó las manos en el aire mostrando que no podía hacer eso, rodó los ojos molesta ya que tendría que pedir una bebida gaseosa. La desventaja de verse como una adolescente era esa exactamente.
"Algo fuerte, y que sea rápido." Damon intervino antes que ella pudiera dirigirse al barman.
Mirándolo de refilón, Elizabeth notó que había utilizado la compulsión en el hombre. "¿Por qué lo hiciste?" preguntó confusa. "¿Te regodeas ante el hecho de que puedes puedes pedir bebidas y yo no?"
"No te pongas a la defensiva." Damon se encogió de hombros. "Solo me siento generoso.
"
"Entonces, deberías sentirte «generoso» todo el tiempo." Elizabeth hizo comillas burlonas con sus manos.
"No tientes a la suerte cariño." Damon le sonrió falsamente. "Puedo fácilmente quitartelo y beberlo."
Rodando los ojos, Elizabeth levantó sus manos en una señal de rendición. "Bien, bien, dejemos el tema allí."
Riendo por lo bajo, Damon negó antes de continuar. "Por lo tanto, sobre Jeremy... Es decir, podría obligarlo, pero él lleva verbena."
"No, no quiero que lo obligues." replicó Elizabeth negando con la cabeza.
Damon levantó una ceja. "Si sigue haciendo preguntas-"
"Damon no, lo digo en serio." Elizabeth lo interrumpió. "No tienes que hacerlo pasar por eso, no está bien."
Con un encogimiento de hombros Damon sacó una rosa de un centro de flores encima del bar la cuál olió profundamente. "Está bien." susurró antes de entregarle la flor. "No digas que no te lo advertí."
Mirando la rosa titubeante, Elizabeth la aceptó en sus manos antes de mirarlo. Se sobresalto un poco cuando él se inclinó demasiado cerca de su rostro. Nerviosa trató de no mostrar cuánto le afectaba su cercanía.
Mirándola por unos segundos más, Damon sonrió un poco antes de bajarse de su taburete y sin decir nada más alejarse.
Cerrando los ojos, Elizabeth soltó una exhalación aliviada de que se hubiese marchado. Negando con frustración miró de nuevo hacia la rosa, quedándose así por un momento con su corazón latiendo sin control en su pecho. Sosteniendo la flor con cuidado trató de no dañarla, cuando bajándose del taburete se encaminó hacia el resto de la celebración sin saberlo con una sonrisa pegada a su rostro.
Tiempo después, Elizabeth quien se encontraba cerca de la barra admirando aún la rosa que Damon le había dado, se sobresalto cuando él apareció de la nada a su lado tomando un trago de su bourbon. Ella lo miró de refilón notando cierta postura demasiado... ¿alegre? podría decirse así. "¿A qué se debe esa sonrisa repentina?" preguntó con curiosidad al verlo sonreír con satisfacción.
Mirándola brevemente, Damon se encogió de hombros. "Simplemente porque me satisface cuando me salgo con la mía."
Esa respuesta evasiva a su pregunta, hizo que Elizabeth lo mirara fijamente por un momento. "No sé a qué te refieres, pero viniendo de ti no debe ser nada bueno." frunciendo el ceño regresó su atención a la pista de baile. "Pareces demasiado-"
"¿Caliente?" interrumpió Damon levantó una ceja con picardía. "¿Irresistible? ¿Por fin vas a aceptarlo en voz alta?" riendo le dio un guiño divertido cuando la vió rodar sus ojos.
"Demasiado feliz." Elizabeth aclaró, negando luego con anticipación. "Y como dije eso no es bueno viniendo de ti." seriamente giró un poco para mirarlo a los ojos. "¿Qué hiciste?"
"¿Por qué piensas que hice algo?" Damon alzó una ceja con incredulidad.
"Porque tú Damon Salvatore sólo sonríes así..." Elizabeth señaló hacia él para hacer ahínco en la sonrisa aún plasmada en su rostro. "... cuando le haces daño a alguien que no te agrada."
"Es impresionante como pareces conocerme." Damon soltó una pequeña risa en admiración por su habilidad en descubrirlo. "Creo que eso se merece otra copa, señorita Whitmore."
Rodando de nuevo los ojos, Elizabeth negó enseguida. "No quiero otra bebida, Damon... Quiero que me digas qué hiciste ésta vez."
"Solo si aceptas tomar otra ronda conmigo." Damon le dejó la condición, dándole un guiño antes de volverse hacia la barra.
Con una exhalación agotada, Elizabeth decidió dejar la discusión por el momento. Si Marcos la viera en ése momento estaba segura de que la encerraria en la pensión por tres décadas. Negando con resignación se limitó a mirar alrededor notando entonces la entrada de un hombre desde la puerta del balcón.
"Muy bien aquí va la ronda dos-" la voz de Damon se cortó abruptamente cuando al voltear también notó la presencia del hombre a quien exactamente media hora antes le había roto el cuello. "Tienes que estar bromeando."
Elizabeth frunció el ceño cuando John Gilbert quien sonreía y charlaba con un grupo de personas en todo el pasillo miró brevemente en su dirección y la de Damon, dándoles una sonrisa antes de regresar su atención a sus acompañantes. "Está bien, eso no es normal." susurró, girando luego hacia el vampiro a su lado quien había perdido la expresión alegre de su rostro. "¿Acaso tuviste un roce con John Gilbert?"
"Está bien." murmuró Damon con frustración, dejando ambas bebidas sobre la barra con más fuerza de la necesaria. "¿Quieres escuchar las malas noticias o la muy mala noticia? ¿O prefieres escuchar cómo el consejo está de vuelta en la caza de vampiros y cómo acabé de matar al tío de Elena?"
Los ojos de Elizabeth se abrieron con horror. "¿Qué?"
"Lo que oíste." Damon resopló haciendo una seña con su cara en dirección del hombre. "Lo maté, pero al parecer encontró una manera de volver a la vida."
Aturdida, Elizabeth estuvo a punto de seguir abordandolo con preguntas, pero justo en ése momento el alcalde encendió el micrófono de la plataforma, llamando la atención de toda la sala.
"Gracias a todos, gracias. Gracias a todos por acompañarnos esta noche." dijo el alcalde con una sonrisa de orgullo. "En pocos minutos comenzaremos oficialmente la cuenta regresiva para la celebración del día de nuestros Fundadores y será muy especial este año debido a los ciento cincuenta años que cumple nuestra ciudad. Me gustaría darle la bienvenida a uno de los hijos predilectos de nuestra ciudad para que tenga el honor de sonar nuestra campana oficial... John Gilbert, ¿podría por favor acercarse?"
Tanto Elizabeth como Damon cruzaron miradas cuando todo el mundo empezó a animar y aplaudir como John hizo su camino hacia la plataforma con el Alcalde.
"Ciento cincuenta años de la comunidad, la prosperidad, la familia." comenzó Jonh Gilbert mirando entre todos con una gran sonrisa. "Nos ocupamos por los demás, nos preocupamos por los demás, nos protegemos los unos a los otros." con eso ojos parpadearon hacia Damon. "Es bueno estar en casa."
De nuevo ante los aplausos de la multitud, Damon se inclina hacia Elizabeth. "Mira su mano derecha." susurró por lo bajo solo para su oído vampiro.
Elizabeth guió su mirada hacia la mano del hombre, notando en ella un anillo que le pareció ligeramente familiar. "Se parece al anillo del profesor de Elena." dijo en voz baja.
"Sí, y eso sería una gran coincidencia si no acabase de regresar de los muertos hace 5 minutos." murmuró Damon entre dientes. "¿Dónde conseguiría Alaric ese anillo?"
Elizabeth lo pensó por un momento, antes de mirarlo. "Creo que de Isobel, su esposa."
Damon asintió con la cabeza. "Quién dio a luz a Elena, bajo la atención médica del médico Greyson Gilbert, el hermano de Jonh."
"¿Crees que sepa de Isobel?" preguntó Elizabeth escrutando con su mirada al hombre desde la distancia.
"Creo que John sabe muchas cosas." Damon murmuró con preocupación, observando a John agarrar la campana de la ciudad, y darle la mano al Alcalde antes de bajarse de la plataforma y hacer su camino a través de la multitud, agitando las manos y sonriendo.
Pensión Salvatore
Horas más tarde Damon quien se encontraba sentado en el sofá frente al fuego con un vaso de sangre en la mano, pensando en el giro de la trama actual llamado John Gilbert, escuchó la puerta abierta. Enseguida supo que se trataba de su hermano.
"Tenemos un problema Stefan y cuando digo problema me refiero a una crisis global... Parece que el tío John tiene-" se interrumpió a si mismo cuando al volverse en su dirección lo notó mirar fijamente el vaso de sangre en sus manos con hambre clara en sus ojos. Eso lo hizo ladear su cabeza con curiosidad. "No te ves tan bien... Es diferente esta vez, ¿no es así?" ante eso sonrió sabiendo que todo ese tiempo había tenido la razón. "La necesidad es demasiado fuerte. Por supuesto que sería así después de todos estos años." moviéndose dejó el vaso de sangre sobre la mesa, antes de mirarlo brevemente y ponerse de pie. "Que tengas buenas noches hermano." palmeando sus hombros le dio una pequeña sonrisa antes de retirarse de la sala. Había sido su hermano el tiempo suficiente para saber que cedería y vaciaria el vaso antes de que incluso llegara arriba.
Tan pronto Stefan quedó solo en la habitación de pie junto a la chimenea, miró lentamente hacia el vaso medio lleno de sangre. Lo quería más que a nada. Su garganta y encías ardían. El hambre lo estaba volviendo loco, tengo que se sintió guiado hacia el vidrio, diciéndose mentalmente que estaba bien ceder. El monstruo dentro de él movió la mano hacia la mesa y levantó el vaso para llevarlo a sus labios. Mientras tragaba la sangre no sintió ningún remordimiento, sólo hambre. Y se sentía bien, mejor que nunca antes.
Pensión Salvatore
A la mañana siguiente Stefan quien había estado fuera toda la noche, se encontró en el sótano con una bolsa de sangre en sus manos. Negando con una exhalación abrió la nevera frente a él antes de esconder la bolsa de sangre junto con muchas otras más que había traído.
"Bueno, bueno." la voz repentina de Damon salió desde las sombras más alejadas en la habitación donde había estado escondido observándolo. "Eres un mentiroso y un ladrón." riendo divertido, se acercó lentamente. "¿Cuándo pensabas compartirlo?"
Con un suspiro Stefan hizo un gesto hacia el refrigerador. "Adelante, sirvete a ti mismo."
"No, no, no." Damon levantó una mano con una sonrisa. "Me refiero al hecho de que eres un adicto a la sangre de refrigerador."
"Estoy bebiendo sangre otra vez." Stefan rodó los ojos. "Tú eres el que me empujó a hacerlo, ¿cuál es tu problema? Lo tengo bajo control."
"¿Bajo control?" Damon alzó una ceja con incredulidad. "¡Robaste el hospital!"
Stefan se quedó en silencio por un momento, antes de encogerse de hombros. "¿Cuál es tu punto?"
Con un resoplido, Damon se alejó. "Bien, haz lo que quieras, bebe cuanto gustes... Solo recuerda que estamos tratando de mantener un perfil bajo." con molestia dejó en claro que estaba en desacuerdo con su actitud. "¿Por qué no te acercas a la sheriff Forbes y le pides que te ceda una vena?"
"¿Mis acciones te han impactado negativamente?" Stefan soltó una risa sorprendida. "No puedo imaginar cómo se debe sentir eso."
"Sí, ¿qué pensará Elena sobre el nuevo... tú?" preguntó Damon mirándolo de arriba abajo con desdén.
"Nada ha cambiado." dijo Stefan un poco tenso ante la mención de Elena. "Sigo siendo la misma persona-"
"Claramente." interrumpió Damon sarcásticamente.
"Elena no necesita saber nada todavía." Stefan replicó dando un paso adelante.
"Has estado fuera de lo humano durante años, Stefan." Damon dijo después de un breve silencio entre los dos. "Si tienes problemas para controlar-"
"No estoy teniendo problemas." interrumpió Stefan bruscamente.
"¿Con quién crees que estás hablando?" preguntó Damon con incredulidad. "Sé cómo es. Ese sentimiento de Jekyll y Hyde, ese interruptor, a veces se apaga y te rompes." con frustración se cruzó de brazos. "Ahora mismo no es un buen momento para que me preocupe de que te rompas."
Apartando la mirada a un lado, Stefan rehuyo de sus ojos. "Sé que te duele ver ésto pero estoy bien, ¿de acuerdo? Estoy bien." volviéndose agarró una de las bolsas de la nevera. "Así que por favor, hazme un favor y retrocede." con esa advertencia cerró el refrigerador y salió de la habitación sin decir nada más.
Cuando Stefan se dirigió hacia el estacionamiento de la pensión, se encontró en el camino con Elizabeth quien al verlo sonrió a modo de saludo.
"Hola." al notar su expresión tensa, Elizabeth se acercó un paso a él. "¿Todo bien?"
"Perfectamente." Stefan respondió con tanta brusquedad que él mismo se sorprendió y se sintió apenado por tratarla de esa manera. "Lo siento."
"Mmm, descuida." Elizabeth le dio una sonrisa tranquilizante. Ciertamente sabía que no estaba bien, era más que claro que Stefan se estaba cayendo a pedazos, sus arranques y postura tensa hablaban por si mismos. Sus ojos se abrieron cuando lo vió caminar hacia un viejo auto deportivo rojo que no lo había visto conducir. "Wao, bonito auto." dijo acercándose para admirarlo más de cerca. "Debo suponer que es tuyo, ¿cierto?"
Stefan asintió en respuesta. "Pensé que sería un desperdicio dejarlo en el garaje." respondió pasando su mano por el capó del auto. "Aprovecharé de pasearlo de camino a la escuela."
Elizabeth frunció el ceño confundida. "Pensé que no volverías hoy."
"Solo, desperté ésta mañana y como me sentía muy bien pensé que era el momento para volver a concentrarme en mis cosas." explicó Stefan con un encogimiento de hombros.
"¿Eso quiere decir que estás bien ahora, con todos los antojos de sangre?" preguntó Elizabeth vacilante.
"Ah, si." Stefan asintió sin mirarla, ocupándose de moverse para subir al auto. "Estoy bien." mintió lo mejor que pudo, dándole un guiño cuando volvió a mirarla. "Te veré más tarde."
"Bien." Elizabeth sonrió levemente. "Adiós."
"Adiós." Stefan se despidió antes de poner en marcha el motor y acelerar fuera del estacionamiento dejándola con una expresión de preocupación en su rostro mientras lo veía alejándose.
En ése momento Damon quien había escuchado la conversación en silencio, apareció detrás de Elizabeth mirando al igual que ella la figura de su hermano hacerse cada vez más pequeño en la distancia. "¿Le creíste algo de lo que dijo?"
Soltando una exhalación, Elizabeth se encontró negando con la cabeza. "Ni una palabra."
Sala de los Fundadores/Pensión Salvatore
Cuando Liz llamó a Damon al salón de los fundadores en una reunión secreta, se molestó mucho cuando John Gilbert hizo presencia. Todo lo que necesita era una palabra suya para que su mentira fuese descubierta.
"Hubo una perturbación en el banco de sangre del hospital anoche." comenzó Liz mirando entre los dos. "Algunas bolsas de sangre fueron comprometidas."
"¿Comprometidas?" preguntó Damon fingiendo enterarse en ése momento. "¿Quieres decir que robaron?"
"Así es." asintió Liz. "Los registros del inventario fueron alterados, pero cuando se le cuestionó al director de noche éste no tuvo ningún recuerdo de cambiarlas."
"Lo que significa que el vampiro que robó la sangre utilizó el control mental para ocultar el robo." John concluyó por la sheriff.
"Sé lo que quiere decir." murmuró Damon con frustración.
"No nos hubiésemos dado cuenta si John no nos huera alertado de lad últimas discrepancias en otros bancos de sangre de hospitales en el condado." explicó Liz con gran agradecimiento hacia el hombre.
Damon claramente debió haber sabido que habría una razón específica para que el Gilbert estuviera presente. "Qué suerte para nosotros que tenemos a John." sonrió con sarcasmo.
"Estamos intensificando la seguridad en el hospital, dándole verbena al guardia para evitar que ésto suceda de nuevo." continuó Liz haciendo caso omiso de la tensión.
"Sheriff, ¿puedo hacer una sugerencia?" intervino John por primera vez. "¿Por qué Damon y yo no nos unimos? Así podremos localizar a quien esté haciendo ésto."
Enseguida Damon lo miró con incredulidad. ¿Por qué diablos John estaba sugiriendo algo como eso? Claramente algo estaba tramando y no era nada bueno.
"A decir verdad, puedo usar las manos extra." asintió Liz antes de mirar hacia Damon. "¿Es algo que estarías dispuesto a hacer?"
"Por supuesto." Damon sonrió falsamente. "Si que ayudará."
"Creo que podríamos hacer un buen equipo, ¿no te parece Damon?" preguntó John con un toque de burla en su voz.
Damon se obligó a conservar la sonrisa en su cara. "John, haré lo que sea para ayudar a mantener a ésta ciudad segura; incluso si eso significa pasar tiempo contigo." ambos se sonrieron el uno al otro con clara falsedad y resentimiento escondido.
Tan pronto como Damon regresó a la pensión fue abordado por Elizabeth quien seguía preocupada por Stefan. Cuando él la puso al día con lo sucedido en la reunión, se puso peor paseandose de un lado a otro por la habitación mientras hablaba.
"Tenemos que ayudar a Stefan de alguna manera." dijo Elizabeth. "Un tal concurso de Miss Mystic Falls es mañana y Elena estará participando. Eso significa que Stefan probablemente será su acompañante, por lo tanto probablemente deberías estar allí para mantener un ojo sobre él."
"Suena como un plan." Damon asintió solamente.
En ése momento cuando sonó el timbre de la puerta, Elizabeth con una exhalación molesta por la interrupción caminó hacia la entrada. Al abrir la puerta se encontró cara a cara con Anna. "¿Qué haces aquí?" preguntó bruscamente.
Antes que la vampira pudiera abrir la boca para responder, Damon apareció en ése momento detrás de Elizabeth. "Supongo que debería estar agradecido que hayas aprendido cómo utilizar el timbre."
"Estoy aquí en nombre de mi madre." dijo Anna mirando entre los dos mientras se atrevía a pasar.
"¿Para qué?" preguntó Damon confundido.
Mirándolo titubeante, Anna suspiró profundamente. "Lamento lo que los vampiros le hicieron a Stefan." se disculpó sinceramente. "Secuestrarlo, torturarlo... no se suponía que sucediera algo por el estilo."
"Están jugando a la casita con la mitad de una tumba de vampiros muy enojados." murmuró Elizabeth dándose la vuelta para alejarse. "¿Qué les pareció que iba a pasar?"
"Mi madre está destrozada." Anna replicó mirando hacia Damon. "Trataron de echarla."
Damon asintió, mirándola pensativanente. "¿Por qué no está diciéndomelo ella misma aquí?"
Apartando la mirada Anna se cruzó de brazos. "Ella realmente no es de pedir disculpas."
"Bueno, esa es una coincidencia, porque yo no soy de dar perdón." dijo Damon con un tono de burla. "Será mejor que pases de largo." estuvo a punto de darse la vuelta cuando se acordó de decirle algo más. "Ah, y si vas a seguir jugando a las casitas con éstos pequeños animales domésticos vampiros, espero que se mantengan al margen."
"Ya no habrá problemas con eso Damon." Anna aseguró caminando de regreso hacia la salida. "Los demás vampiros ya se fueron."
"¿Se fueron?" Damon frunció el ceño. "¿A dónde?"
"No fueron hechos para esta ciudad." respondió Anna apoyando su mano en el marco de la puerta. "Después de lo sucedido con tu hermano, mi madre los echó y ellos se fueron. Solo quedamos nosotras y Harper ahora." con una última mirada salió cerrando la puerta detrás de ella.
"Bueno, eso sí que no lo esperaba." susurró Elizabeth por lo bajo, caminando de regreso hacia la sala.
Apretando su mandíbula con firmeza Damon giró para seguirla. "Me aferrare a tu plan." dijo pensativanente. "Con la condición de que tú vengas conmigo."
Ante eso Elizabeth giró enseguida en su dirección. "¿Qué?" preguntó antes de dar varios pasos atrás. "Oh no, no, no... me he metido demasiado en todo éste asunto Damon... Si Marcos se entera-"
"No lo hará." aseguró Damon acercándose otro paso a ella. "Si hacemos bien ésto, solo pensará que te invité a venir conmigo en necesidad de llevar a una acompañante."
Elizabeth soltó una risa incrédula. "Si, claro... Seguramente creerá que me invitaste por el cariño y la amistad que nos tenemos." negando se dio la vuelta para que no viera el nerviosismo en su rostro. ¿Por qué siempre sucedía algo que en lugar de alejarlo de ella, lo acercaba? "No lo creerá, él sabe que me odias."
"Yo no te odio." Damon aclaró levantando una mano en alto. "Solo no me agradas mucho." terminó encogiendose de hombros.
Elizabeth lo miró sobre su hombro, rodando sus ojos. "Como sea, es casi lo mismo."
"Vamos Elizabeth." Damon sonrió un poco divertido por su postura molesta. "Estamos en una tregua, ¿recuerdas? Como sabes Stefan necesita ayuda, podremos vigilarlo mejor si lo hacemos los dos juntos." su silencio lo hizo acelerar para quedar del otro lado frente a ella. "Vamos, no es como si te estuviera pidiendo ir a una cita o algo." rio divertido. "Después que todo ésto pase te prometo que volveremos a odiarnos mutuamente."
Elizabeth estuvo a punto de responderle cuando nuevamente sonó el timbre de la puerta. Rodando los ojos miró a Damon quien copiando su expresión, caminó de regreso hacia la puerta principal. Con un suspiro posó levemente su mano sobre su pecho donde su corazón desaceleraba sus latidos una vez más.
"¡Hola compañero!"
Ese saludo irreconocible, hizo que Elizabeth frunciendo el ceño con curiosidad se acercara al pasillo de la entrada donde para su asombro vió a John Gilbert de pie en la puerta.
"¿Qué quieres?" Damon le preguntó dejando claramente que no estaba en el estado de ánimo para soportar lo que tuviera que decir.
"No has devuelto ninguna de mis llamadas." dijo John solamente.
"La mayoría de la gente toma eso como un indicio." murmuró Damon entre dientes cuando John pasó más allá de él para entrar en la casa.
"¿Por dónde empezaremos a buscar vampiros?" preguntó John aún sin notar la presencia de Elizabeth al final del pasillo.
"¿Por qué actúas John?" Damon lo miró con incredulidad. "El hecho de que estés aquí hablando conmigo, deja claro que no te preocupa la captura de vampiros."
"En realidad, me importa mucho." John lo miró con una sonrisa.
"¿Y qué dice Isobel al respecto?" preguntó Damon burlonamente. "Es decir, teniendo en cuenta que es uno."
"Isobel y yo compartimos un interés común." respondió John, antes de notar a Elizabeth por primera vez. Enseguida que la vió le dio una gran sonrisa. "Oh mira, aquí tenemos a otra de ellos." detallando a la muchacha negó con incredulidad, ya que gracias a su apariencia de adolescente nadie sospecharía el monstruo que en realidad era. "¿Elizabeth Whitmore si no me equivoco?" cuando ella no respondió, le dio un guiño. "Es un placer... Disculpa pero es la primera vez que conozco a uno tan joven de ustedes. ¿A qué edad te transformaron? ¿Trece? ¿Quince-?"
"Ya déjala en paz." intervino Damon rodeando al otro hombre para ponerse en su línea de visión. "Mejor sincerate y dinos para qué estás aquí en realidad."
"Como dije Isobel y yo compartimos un interés común." John repitió adentrándose de nuevo en la conversación anterior. "El original Jonathan Gilbert tiene una invención que fue robada por un vampiro. Entonces ese vampiro fue quemado vivo en la iglesia de Fell, o eso pensó Jonathan y la invención se perdió para siempre. ¿Pero entonces fueron los vampiros no fueron muertos?" él mismo respondió su propia pregunta. "Estaban atrapados y ahora están libres, gracias a lo cual significa que la invención es la recuperación... Lo único que importa es que lo quiero de vuelta y me ayudarán a conseguirlo si quieren que su secreto esté seguro." con eso se fijó en la muchacha que se tensó visiblemente. "Sé que eso es lo que quieren, ¿me esquivoco?"
"¿A qué demonios te refieres, John?" preguntó Damon entre dientes. "No sé de lo que estás hablando y mucho menos quién lo tiene."
"¡Oh, vamos Damon!" John alzó un poco la voz. "Estuviste alrededor en ese entonces, sabes quiénes son estas personas, lo que parecen. Él fue amable con una mujer que resultó ser un vampiro... Se llamaba Pearl. ¿Te suena?"
Ante eso Damon giró hacia Elizabeth quien enseguida lo miró con reconocimiento en sus ojos. Claro que ambos conocían de Pearl, la madre de Anna. "No jugaré más." murmuró en voz baja, antes de mirar al humano. "Fuera."
"¿Perdón?" preguntó John confundido.
"He soportado todo éste chantaje tuyo porque pensé tú e Isobel me podrían dar alguna información sobre Katherine." explicó Damon, sin notar como Elizabeth lo miró con recelo y tristeza de que siguiera pendiente del paradero de Katherine. "Pero, ahora sé que no tienes ni idea de donde está Katherine, como tampoco sabes que tanto Katherine como Pearl eran las mejores amigas." la perplejidad en su rostro, lo hizo sonreír satisfecho. "Tú no lo sabes todo, ¿o me equivoco John?"
Apretando su mandíbula con rabia, John se atrevió a dar un paso amenazante. "Le diré a todo el consejo lo que eres."
"¡Hazlo!" Damon lo instó con una seña hacia la puerta. "Mataré a cada uno de ellos." amenazó con una expresión asesina. "Entonces arrancaré tu mano con todo y anillo en ella y te mataré también... ¿Entendiste?"
Pensión Salvatore/Salón de los Fundadores
Por fin el día del desfile llegó. A pesar de sentirse renuente en ir, Elizabeth aprovechando la ausencia de Marcos decidió aceptar la invitación de Damon. Rápidamente se acomodó para la ocasión, colocándose aquel vestido morado que Damon le había enseñado la vez anterior que efectivamente abrazaba su figura y sin saberlo resaltaba el color de sus ojos y su cabello ahora rizado ligeramente en las puntas. Estaba tan nerviosa de tener que ir en compañía de Damon, pero tenía que controlarse. Todo aquello lo estaba haciendo por Stefan, solo por él.
Sacudiendo su cabeza de aquellos pensamientos, terminó de arreglarse antes de salir de su habitación y bajar lentamente las escaleras hacia la planta baja.
En el camino un Damon de traje negro quien caminaba hacia la salida, se detuvo cuando la visualizó bajar notando enseguida la vestimenta que llevaba. "¿Entonces si decidiste acompañarme?"
Cuando llegó a la planta baja, Elizabeth se cruzó de brazos molesta. "No tuve otra elección, ¿o sí?" preguntó mostrando fastidio en lugar de los nervios que la estaban carcomiendo por dentro.
"Mmm, en realidad no." Damon asintió con una sonrisa caminando entonces hacia la salida con ella siguiéndolo a regañadientes. "Ah y por cierto." deteniendose giró para mirarla de refilón. "Te ves bien." con eso señaló el vestido morado, reconociéndolo. "No me equivoqué en decir que quedaba con tu tono de piel."
Luchando por no demostrarle cuánto le afectaban sus palabras, Elizabeth rodó los ojos moviéndose para caminar directamente hacia la salida. "Si, si, Damon el mejor consejero de moda de todos."
"Tu lo has dicho, no yo." Damon continuó para molestarla un poco más. Le divertía hacerle perder la paciencia.
Mirándolo por encima de su hombro, Elizabeth rodó los ojos. "Vámonos ya."
"Como tú digas jueza." Damon sonrió caminando hacia su auto estacionado en la entrada.
"No me digas así." Elizabeth murmuró entre dientes, moviéndose para subirse en el lado de pasajero.
"¿Por qué no?" Damon alzo una ceja. "Te queda bien."
"Ya basta, solo conduce." Elizabeth ordenó haciendo una seña hacia adelante con impaciencia. "Tenemos que llegar a tiempo, ¿recuerdas?"
Mirándola en silencio, Damon rio por lo bajo mientras encendía el motor del auto. "No quieres que te diga jueza, pero te escuchas como una." negando ignoró la mirada penetrante que le dio, poniendo en marcha el auto hacia el Salón de los fundadores.
El camino se hizo eterno e incómodo para Elizabeth. Con un suspiro giró en dirección de Damon estudiando su perfil mientras él conducía, preguntándose internamente qué clase de hombre era. En realidad no lo conocía bien como un vampiro antes de conocerlo como un ser humano. ¿Qué había cambiado en él y qué había permanecido igual?
En la superficie era fácil de encontrar las diferencias. La forma en que se movía, cómo se vestía, su colonia, su cabello. Ah, su cabello... echaba de menos la ligera curvatura que solía tener. ¿Cómo se habría deshecho de ello? Ese tipo de cosas no se limitaba a desaparecer durante la noche.
Sin poder evitarlo con sus ojos examinó el resto de su persona deteniéndose en la tela tumbada cómodamente contra su abdomen y los músculos definidos debajo.
"¿Por qué me miras?" preguntó Damon de repente mirando hacia ella desde el rabillo del ojo.
Sobresaltada, Elizabeth giró rápidamente la cabeza en la dirección opuesta. "No te estoy mirando."
"Bueno, parecía que en realidad estabas mirándome fijamente." Damon le replicó con descaro.
Elizabeth casi pudo oír la sonrisa tirando de sus labios. "Estás tan lleno de ti mismo, es increíble." dijo con calma, a pesar de que no hizo nada para disminuir su nerviosismo. Con impaciencia hizo un gesto abarcante a la zona a su alrededor. "Estaba mirando en esa dirección general, pero no estaba mirándote a ti."
"Lo que te ayude a dormir por la noche, dulzura..." bromeó Damon con un encogimiento de hombros.
Rodando los ojos Elizabeth ni siquiera se molestó en responder. En su lugar prestó atención adicional a los arbustos que pasaban en el camino.
Por supuesto.
Por supuesto que él la descubriría echándole un vistazo. Con eso negó con la cabeza un poco disgustada consigo misma. Claramente pudo también llevar un letrero que dijera: «Tengo un enamoramiento grande por ti»
Era embarazoso. Tenía que encontrar algo que decir para desviar la atención de lo que acababa de suceder. Mordiendo su labio con fuerza giró para mirarlo una vez más. "¿Tú te alisas el cabello?" preguntó sin preámbulos.
"¿Qué?" Damon la miró rápidamente tomado ligeramente por sorpresa. "¿Por qué me preguntas eso? O una mejor pregunta: ¿por qué siquiera pensaste en preguntarlo?"
Manteniendo con gran esfuerzo sus características neutras, Elizabeth le dio un pequeño encogimiento de hombros y eludió la pregunta. "¿Entonces es un sí?"
"¿Dónde recibiste esa información? ¿Stefan te dijo algo?" Damon entrecerró los ojos. "Fue Stefan, ¿verdad?"
La mandíbula de Elizabeth se aflojó ligeramente a medida que la verdad cayó en la cuenta. "Oh, Dios mío.. Damon... ¿realmente te alisas el cabello?"
"Se necesita, literalmente, dos segundos." espetó Damon con un gesto desdeñoso de su mano, mientras regresaba su atención hacia la calle.
"¿Todos los días?" Elizabeth preguntó apoyándose en el espacio entre ellos. "¿En serio?"
"¡Dos segundos!" replicó Damon mirandola de reojo.
Ligeramente divertida Elizabeth ladeó la cabeza. "¿Qué hay de malo con el cabello rizado?"
"Todo." dijo Damon despectivamente.
Elizabeth no pudo detener la risita que se le escapó. Risa que rápidamente se transformó en una expresión seria cuando notó la mirada curiosa que él le lanzó. Parecía estar viendo o intentando ver algo en ella, buscando algo en ella. Sin embargo luego de un parpadeo el momento pasó y ambos incómodos por ese intercambio volvieron a sus posiciones lejos del otro.
Ella soltó el aire que hubo contenido durante todo el resto del camino cuándo por fin llegaron al lugar. Enseguida que el auto se detuvo no dudó en bajarse del mismo sin ayuda. Dios, lo menos que necesitaba era a un Damon tan cerca de ella.
"Muy bien, hagamos ésto." Damon dijo tan pronto rodeó su auto para pararse a su lado. "¿Lista?"
"Sono nato pronto, Salvatore (Nací lista, Salvatore)" dijo Elizabeth en italiano, sin poder retenerse de bromear. Pasando por alto su expresión ligeramente sorprendida se adentró en el edificio.
"No sabía que hablabas italiano." Damon la alcanzó, mirándola entre sorprendido y divertido.
"Hay muchas cosas que no sabes de mí." Elizabeth aclaró paseando su mirada por todos los presentes en la habitación, antes de mirarlo. "Como por ejemplo que el italiano no es el único idioma que hablo."
"¿En serio?" Damon alzó una ceja con interés. "Pruébalo." la retó enseguida.
"Je suis Elizabeth Whitmore, et tu es un idiot (Soy Elizabeth Whitmore, y tu eres un idiota)" Elizabeth pronunció en francés, cruzando sus brazos con suficiencia y cierta emoción cuando notó cierta admiración en sus ojos.
"Mmm, debo admitir que no esperaba eso de ti." Damon sonrió antes de corregir sus palabras. "Y para aclarar, puede que sea un idiota, pero soy uno muy sexy, ¿no crees?"
"Pas vraiment (En realidad no)" Elizabeth respondió en francés nuevamente, ganándose una mirada molesta de su parte, antes de que por primera vez ambos compartieran una sonrisa amigable entre los dos.
Sin embargo aquel momento se rompió, cuando Anna se encontró con ellos en la entrada.
"¿Estás concursando para Miss Mystic Falls?" Damon preguntó con diversión, haciendo énfasis en su vestimenta formal.
"A veces tienes que usar tacones incómodos para pasar desapercibida." Anna respondió, mirando también el atuendo en Elizabeth. "Recuerdo este evento de 1864, se suponía que debía entrar antes de que todo pasara."
"Ah, la nostalgia es una basura." Damon se burló.
"Si solo te vas a burlar de mí, ¿puedes continuar adelante, por favor?" Anna hizo un gesto molesto hacia el resto del edificio.
Rodando los ojos, Elizabeth decidió decirle lo que estaba segura le interesaría. "Anna, John Gilbert cree que tu mamá le robó un artefacto a Jonathan padre en 1864."
Frunciendo el ceño, Anna miró entre ambos confundida. "¿Acaso son sus mensajeros?"
Negando Damon intervino. "No sabemos qué es, pero no quiero que él lo tenga."
Ante eso Anna asintió en comprensión. "Podría preguntarle, pero ya sabes, has dejado bastante claro que no confías en nosotros así que, ¿por qué debería molestarme?"
Al darse cuenta que Damon estaba luchando por encontrar una respuesta, Elizabeth decidió hablar por él. "Porque quieres quedarte en Mystic Falls y John Gilbert está en la ciudad, haciéndolo imposible." dijo del mismo modo sarcástico que Damon lo haría. De hecho creyó haberlo visto sonreír por el rabillo de su ojo. "Entonces, haznos un favor y averigua donde está." ordenó con toda la autoridad que sabía tenía sobre ella. "Cuando él se vaya podrás comprar una alfombra de bienvenida." con un exhalación decidió adentrarse más en la habitación. "Ahora si me permiten tengo otras cosas que hacer... Permiso."
Observandola alejarse, Anna no pudo evitar soltar una risa. "Vaya que no ha cambiado con los años." murmuró por lo bajo, ganándose la atención de Damon. "Sigue siendo tan mandona como siempre."
"¿Desde cuándo exactamente conoces a Elizabeth?" preguntó Damon con su curiosidad picando una vez más.
"Desde mucho antes de 1864." fue la única respuesta que Anna le dio antes de alejarse para mezclarse con las personas.
Damon ante aquella información nueva, se quedó perplejo por unos momentos asimilando que la verdadera edad de Elizabeth sobrepasaba por mucho la suya propia. Por lo fuerte que era sabía que era un vampiro más antiguo, pero no había pensado qué tanto. "Tienes muchas cosas por descubrir Elizabeth Whitmore." murmuró para si mismo antes de también moverse de su lugar.
Tiempo después mientras Elizabeth se encargaba de buscar alguna pista de Stefan, se distrajo cuando una voz conocida la llamó desde otra dirección del lugar. Buscando el sonido, se tensó cuando vió a Jeremy en compañía de un John mirándola escrutantemente desde lejos. Apartando su mirada de ellos continuó caminando.
"¡Elizabeth!" Jeremy alejándose de su tío corrió rápidamente detrás de ella.
"¿Qué quieres?" preguntó Elizabeth secamente, sin detener su caminar.
"Vamos, no seas así." pidió Jeremy, dándose cuenta que seguía molesta con él.
"¿Por qué no?" Elizabeth soltó un resoplido molesto. "Básicamente querías usarme para convertirte en un vampiro y así poder estar con Vicky."
"No." negó Jeremy. "No quería usarte-"
"¿De verdad?" Elizabeth se detuvo por fin para girarse en su dirección. "¿Cómo te gustaría definirlo entonces?"
"Mira, no creo que sea peor que decirte amiga mía cuando todo éste tiempo me ocultaste que eras un vampiro y que sabías que me obligaron a olvidar cosas." Jeremy replicó, cansado de seguirle suplicando.
Elizabeth enseguida se tensó. "¿Cómo sabes eso?" preguntó en voz baja.
Soltando una exhalación, Jeremy apartó la mirada a un lado. "No es importante-"
"Es en serio, Jeremy." Elizabeth lo interrumpió, obligándolo a mirarla a los ojos. "¿Qué es lo que sabes?"
"Todo." Jeremy soltó resentido. "Lo sé todo." mirando a su alrededor, se aseguró de no estar siendo escuchado antes de volver hacia ella. "Leí el diario de Elena y allí encontré toda la verdad que me han estado ocultando."
Antes que Elizabeth pudiera decir algo más para defenderse, el murmullo de la multitud los hizo desviar brevemente la atención de ambos hacia los escoltas del alcalde y el mismo alcalde quien debido a su aparición fue la señal para todos de que la celebración estaba dando inicio.
"La señorita Tina Fell, escoltada por Bartholomew Whitmore." el Alcalde Lockwood dio comienzo a la actividad, al tiempo que Tina con una sonrisa en su rostro hizo aparición bajando las escaleras lentamente con elegancia.
Mientras las presentaciones continuaban, Elizabeth desvió su mirada hacia Jeremy. "Te estás perdiendo la presentación de Elena."
"No me importa." respondió él bruscamente.
Mirándolo en silencio por un momento, Elizabeth pudo notar resentimiento de su parte hacia su propia hermana. Eso no era bueno. "¿Ella no tiene idea de que leíste su diario?"
Negando con la cabeza, Jeremy se encogió de hombros. "Si ella me oculta cosas, yo voy a ocultarle cosas."
"¿Qué vas a hacer ahora?" preguntó Elizabeth cruzando sus brazos al frente. "¿Ahora que sabes todo lo que te ha estado ocultando?"
"No lo sé." respondió Jeremy bajando la guardia con ella, aliviado al mismo tiempo de que estuviera aceptando hablarle de nuevo. "Hay una parte de mí que está tan enojada porque ella encubrió lo que le pasó a Vicky y borró mi memoria, pero también hay otra parte de mí que está contenta. Yo... no quiero recordar a Vicky así-"
"¿Como un monstruo?" Elizabeth acotó alzando una ceja.
"No." negó Jeremy. "Como alguien que quería hacerme daño."
Olvidándose de su molestia con él, Elizabeth extendió una de sus manos para posarla sobre su hombro. "Oye, sé cómo debes de sentirte en éste momento. Y sé que no fue justo que te ocultaramos la verdad... No es excusa pero de mi parte sentí que no me tocaba decírtelo. Además no quería que sufrirás por ello." encogiendose de hombros ladeo su cabeza para busca su mirada. "A pesar de las cosas, eres un amigo muy especial para mí Jeremy. Y... sabes que nunca haría nada para lastimarte, ¿verdad?"
"Sí, lo sé." Jeremy asintió con una pequeña sonrisa que ella correspondió enseguida. "También eres muy especial para mí." exhalando levemente, la miró dubitativo. "¿Eso quiere decir que estoy perdonado?"
"Solo si tú me perdonas a mí." Elizabeth contrarresto juguetonamente.
"Hecho." Jeremy sonrió grandemente.
Mientras ambos compartían una sonrisa, ninguno se dio cuenta de la presencia de John detrás de ellos quien había escuchado su conversación en silencio.
"La Srta. Elena Gilbert, escoltada por el Sr. Stefan Salvatore." proclamó el Alcalde Lockwood esa vez, llamando la atención de Elizabeth quien recordándo para qué había ido a esa celebración miró enseguida la parte superior de la escalera donde visualizó a Elena buscando desesperadamente a Stefan entre las personas de abajo. Levemente frunció el ceño cuando mientras Elena bajaba las escaleras vió que en vez de Stefan, Damon tomó el lugar de su hermano claramente para escoltarla. Algo no estaba bien, y sabía que era su turno de averiguar por qué y dónde estaba Stefan. Viendo a la pareja reunirse con las otras chicas y escoltas afuera, decidió aprovechar aquel momento en que todos estarían distraídos. "Ah, disculpa... tengo que ir al baño." dijo en dirección de Jeremy antes de tejer su camino a través de la multitud de personas sin darle tiempo a responderle. Tenía que encontrar a Stefan rápido.
Sala de los fundadores/Pensión Salvatore
Elizabeth no supo cuánto tiempo pasó buscando sin parar alrededor de todas las habitaciones del edificio sin lograr dar con algún indicio del paradero de Stefan. ¿Quizás se había marchado de la fiesta antes de tiempo?
Esa pregunta fue contestada cuando al salir al patio y sus ojos escanearon los autos aparcados en busca de cualquier rastro, escuchó un grito que la hizo entrecerrar su mirada y ver a una chica corriendo en la distancia por el estacionamiento. 'Ay no, no.' pensó con frenesí, moviéndose al mismo tiempo para correr hacia ella, pero se congeló cuando como sospechaba Stefan apareció delante de ella. Antes de que él notara su presencia se escondió detrás de uno de los autos para escuchar su conversación.
"¡Tú dijiste que corriera!" gritó la chica con miedo, deandole ver a Elizabeth que él había utilizado la compulsión para obligarla a obedecerle.
"Cambié de parecer." fue lo único que dijo Stefan antes de hundir sus dientes en el cuello de la muchacha.
"¡Stefan!" Elizabeth lo llamó saliendo de su escondite para enfrentarlo.
Sorprendido por la voz repentina, Stefan se apartó de la chica dejando que su cuerpo inerte cayera al suelo mientras se daba la vuelta con el goteo de la sangre en sus labios separados. Mirando hacia adelante se topó con la mirada incrédula de Elizabeth en él. "E-elizabeth... y-yo-"
En ése momento la atención de ambos se desvió hacia la llegada de Damon y Elena quienes se encontraron enseguida con aquella escena sangrienta.
"Stefan, vamos trata de mantener el control." murmuró Damon en voz baja, acercándose lentamente en dirección de su hermano. "Está bien." susurró con tranquilidad tan pronto lo alcanzó apoyando sus manos sobre sus hombros. "Está bien, respira profundamente."
Stefan intentó hacer lo que le pidió, pero luego de un momento inesperadamente reaccionó empujando con fuerza a Damon lejos de él haciéndolo tropezar al suelo.
Instintivamente Elizabeth se movió para intervenir, pero se detuvo cuando Damon quien se colocaba de pie nuevamente levantó una mano en señalización para que no se moviera.
"¡Stefan, basta!" gritó Elena cuando lo vió lanzarse en dirección de Damon, claramente con la intención de atacarlo.
Sin embargo antes de que pudiera alcanzarlo de repente se detuvo y comenzó a agarrarse la cabeza con agonía.
Viéndolo confundida, Elizabeth giró en la otra dirección para ver a Bonnie allí de pie con su barbilla levantada en el aire, sin mover su mirada furiosa de Stefan quien gruñó y gruñó de dolor hasta que finalmente se detuvo. Dejando caer sus manos de la cabeza, él miró hacia arriba con incredulidad cayendo lentamente de nuevo a sus sentidos dándose cuenta entonces de lo que había hecho. Mirando las expresiones de horror el todos y luego el cuerpo inconsciente de la chica en el suelo lo hizo dar un paso atrás con incredulidad y miedo de si mismo.
"Stefan, está bien." dijo Damon tranquilizadoramente "Stefan-"
Sin darle tiempo a terminar de hablar, Stefan dio otro paso atrás y escapó de todo, del cuerpo de la chica, de ellos, de la oscuridad que lo envolvía.
Soltando una exhalación silenciosa, Damon miró brevemente hacia Bonnie, Elizabeth y Elena antes de darse la vuelta y sacar su teléfono para llamar a la policía y la Sheriff.
Cuando llegó la policía todos se quedaron atrás viendo como la Sheriff ayudaba a la ambulancia con la chica herida. Después de unos momentos ésta despertó bien, sólo un poco confundida.
Liz palmeó el hombro de la chica antes de acercarse al grupo que esperaba de lejos. "Ella no recuerda lo que pasó."
"Que bueno que las chicas llegaron aquí antes que yo." murmuró Damon. "Perdió una gran cantidad de sangre."
Asintiendo la atención de Liz cambió hacia Elizabeth, Elena y Bonnie. "¿No vieron nada?"
Las tres negaron casi al unísono con la cabeza. Elena fue la que decidió explicarse mejor. "Sólo la encontramos y llamamos a Damon."
"¿Ella estará bien?" Bonnie le preguntó a la Sheriff.
"Parece que sí." Liz asintió para tranquilizarlas. "Por qué no mejor regresan a la fiesta, Damon y yo nos encargaremos desde aquí." con una pequeña sonrisa hacia las tres se dirigió de nuevo hacia la chica herida en la ambulancia.
Mientras Elena y Bonnie comenzaron a dirigirse de nuevo a los Lockwood, Elizabeth por su parte se resagó mirando hacia atrás por unos momentos hacia la ambulancia, a la chica ahora en compañía tanto de la sheriff cómo de Damon quienes hablaban entre sí claramente sobre lo sucedido. 'Marcos me matará si se entera de todo ésto.' pensó con frustración antes de desviar su camino del estacionamiento para regresar a la pensión. Había sido un día lleno de demasiadas emociones.
Caminando pensativanente, se detuvo abruptamente cuando Ana apareció de la nada delante de ella, cortándole el paso. "¿Qué quieres?" preguntó fríamente.
"Estamos aquí para hablar." dijo Ana, al tiempo que Pearl se acercó por detrás. "¿Dónde está Damon?"
"Ocupado por el momento." Elizabeth respondió sin darles más detalles. "Hoy no ha sido un día fácil así que, mejor díganme, ¿para qué lo necesitan?"
"Annabelle me dijo que Damon está buscando algo que robé de Jonathan Gilbert." dijo Pearl ganándose la atención de la muchacha como esperaba.
"Muy bien, las escucho." Elizabeth cruzó sus brazos, esperando que dijeran algo más, pero en su lugar le entregaron un dispositivo el cual miró con el ceño fruncido. "¿Qué es ésto?"
"Jonathan era un apasionado de sus invenciones." explicó Pearl. "Él me confió que había creado un dispositivo de detección destinado a rastrear a los vampiros de la ciudad."
"Parece un reloj de bolsillo." dijo Elizabeth al tomar el artefacto en sus manos para verlo mejor.
"Eso es lo que resultó ser sí, pero eso no es lo que me robaron." explicó Pearl con resentimiento. "Descubrí mi error cuando vi el reloj en la mano de Jonathan, la noche en que nos llevaron, esa cosa me señaló."
"Entonces, ¿qué es ésto?" preguntó Elizabeth pensativanente mirando de nuevo hacia el dispositivo, como si de verbena se tratara.
"No tengo idea." Pearl se encogió de hombros solamente. "Pero, ahora es problema de ustedes."
Mirando en su dirección, Elizabeth frunció el ceño. "¿Por qué nos lo das con tanta facilidad? ¿Cuál es el truco?"
"No hay truco." aseguró Pearl seriamente. "Así como tú, mi hija quiere quedarse aquí. Yo quiero quedarme aquí." explicó sinceramente. "Consideren ésto como una disculpa por todos los problemas ocasionados."
Aunque titubeante, Elizabeth regresó su atención al dispositivo en su mano. Necesitaba entregárselo a Damon cuanto antes.
