Capítulo 1x22: "Día de los Fundadores."

Calles de la Ciudad

Por fin el día del desfile del día del Fundador había llegado. Elizabeth que se había escapado un rato de la vigilancia de Marcos, decidió pasearse por las calles y simplemente disfrutar un poco del desfile.

La multitud comenzó a aplaudir y animar solidariamente como la carroza donde se encontraba Jeremy pasó al lado de la Sra. Lockwood quien señaló hacia ellos. "¡Y con un poco de la historia local, los estudiantes del Sr. Saltzman han recreado batalla de Willow Creek de Virginia!" ante su animación el flotador pasó con Jeremy y los otros muchachos, vestidos con la ropa rasgada y armas de fuego en sus manos, ganándose los vitoreos del pueblo mientras ellos sonreían y saludaban.

Elizabeth se unió a los aplausos, riendo libremente, mientras la Sra. Lockwood continuaba con la animación esa vez pasando hacia las concursantes del Miss Mystic Falls. "¡Damas y caballeros, denle la bienvenida a nuestra deslumbrante Miss Mystic Falls Court y a sus guapos acompañantes."

Tanto Elena, Stefan, Caroline, Matt, y el resto de la Corte de Mystic Falls y sus escoltas saludaron a la multitud cuando la carroza se detuvo brevemente.

"¡Esta es Caroline Forbes, señorita Mystic Falls!" la Sra. Lockwood sonrió, aplaudiendo también. "¡¿No son hermosos?!"

Elizabeth quien aplaudía saludando al mismo tiempo a Stefan quién sonrió al verla, se tensó cuando frente a ella apareció Damon tapándole la vista del desfile. Tan pronto como él giró en su dirección lo miró fríamente. "¿Qué haces aquí?" preguntó bruscamente.

"¿Por qué no iba a estar?" Damon la miró confundido. "Solo estoy viendo el desfile."

Rodando los ojos, Elizabeth se dio la vuelta para marcharse. Lo menos que quería ese día era una discusión tonta con Damon. Lo único que quería era pasar ese último día en aquella ciudad en paz. Y para poder hacerlo tendría que mantener su distancia de él.

"¡¿A dónde vas?!" preguntó Damon detrás de ella.

"Lejos de ti." respondió Elizabeth con un bufido.

Moviéndose para seguirla, Damon logró hacerla girarse en su dirección. "Quiero decirte algo."

"Déjame en paz, Damon." Elizabeth lo miró molesta. "No tengo ánimos para tus bromas-"

"Yo tampoco lo estoy." Damon la interrumpió con una sonrisa. "Vamos, solo quiero pedirte que tratemos de mantener la paz entre nosotros... Bonnie desactivó el artefacto Gilbert, Isobel se ha ido y es el Día del Fundador." alegremente le dio un guiño. "Estoy aquí para comer algodón de azúcar hasta reventar."

Frunciendo el ceño, Elizabeth lo miró espectante. "Te ves tenebrosamente feliz."

"Tengo motivos para estarlo." Damon asintió sin dejarse ofender de su tono hosco.

Mirándolo de nuevo en silencio, Elizabeth pensó por unos momentos antes de apartar la mirada a un lado. "¿Por qué siempre consigues que acepte de alguna manera?" murmuró para si misma con frustración, aunque él la escuchó claramente.

"Creo que es un don que tengo." respondió Damon a su pregunta, con una sonrisa pícara.

"El cual utilizas mal." Elizabeth rodó los ojos moviéndose para continuar mirando el desfile en silencio. Por el rabillo del ojo lo miró aguantar la risa claramente tratando de que no se diera cuenta, antes de que él mismo se centrara también en la celebración.

"¡Vamos a animar al equipo de fútbol de la escuela secundaria de Mystic Fall!" la Sra. Lockwood continuó ante los vitoreos más fuertes de la multitud. "¡Bien! ¡Mostrémosles nuestro apoyo, todos!"


Edificio abandonado

Mientras tanto a una distancia del desfile en la ciudad, los vampiros de la tumba se encontraban teniendo una reunión.

"¡Escuchen todos!" el líder llamó la atención de todos. "El plan sigue siendo el mismo." explicó señalando un mapa de Town Square. "Esperaremos hasta que comiencen los fuegos artificiales; hasta entonces, nos integraremos. Manténgase como parte de la celebración... así nunca nos verán venir." cambiando hacia un mapa de la plaza de Mystic Falls señaló varias hectáreas más. "Esta área aquí es el escenario... Aquí es donde van a estar las Familias Fundadoras." mirando hacia cada uno esperó pacientemente. "¿Alguna pregunta?"


Calles de Mystic Falls

Ya de noche, Elizabeth se reunió con Marcos a quien había convencido de hacerle compañía al menos en aquella última noche que pasarían allí en Mystic Falls. Ambos caminaron por la plaza a través de la multitud, antes que ella tomara una profunda respiración.

"Debo admitir que no pensé que aceptarías venir." dijo después de un tiempo mirándolo de refilón. La expresión seria de su rostro no le agradaba. Odiaba cuando se molestaba con ella.

"Estuve a punto de no hacerlo." murmuró Marcos.

Ladeando su cabeza, Elizabeth se detuvo obligándolo a hacer lo mismo. "Sé que sigues molesto conmigo por haberte ocultado lo que estaba pasando en la ciudad, pero aún así te agradezco que estés aquí." dijo con una pequeña sonrisa. "Hacer ésto es doloroso y lo sabes... Por eso es importante para mí el que estés aquí mientras me despido para siempre de ésta ciudad que fue tan importante en mi vida."

Mirándola en silencio, Marcos terminó negando con una pequeña sonrisa. "Por más que quiera estar molesto contigo, simplemente no puedo." susurró extendiendo su mano para frotar un lado de su cabeza. "Y por supuesto que no me perdería el estar en un momento tan difícil como éste, apoyándote." mirándola fijamente, continuó mientras notaba la tristeza clara reflejada en sus ojos. "Sé que en el fondo no quieres irte Elizabeth... por las razones que sean..." aclaró cuando la vió abrir la boca para replicar. "... pero es lo mejor, al menos hasta que pase todo ésto de la caza de vampiros."

"Lo sé." Elizabeth susurró alejándose para darle la espalda, mientras su mirada se paseaba por la multitud. "Y... aunque me duela dejar todo atrás nuevamente, sé que será lo mejor."

"¡Elizabeth!"

Esa voz repentina viniendo detrás de ellos los hizo volverse para ver a Ana acercándose rápidamente.

"¿Ana?" preguntó Elizabeth confundida. "¿Todavía estás por aquí?"

"Sólo estoy aquí porque hay algo que deben saber... Busque a Damon por todos lados pero no lo encontré." Ana respondió sacudiendo su mano a un lado. "Escucha, los vampiros de la tumba están planeando un ataque ésta noche."

Ante eso Marcos intervino en la conversación. "¿Cómo sabes eso?"

"Fui con ellos." respondió Ana mirando entre ambos con exasperacion. "Creen que estoy con ellos pero no es así. Quieren muertas a las Familias Fundadoras."

"¿Cuándo se supone que sucederá eso?" preguntó Elizabeth.

"Cuando empiecen los fuegos artificiales." dijo Ana mirando a su alrededor. "Busca a Damon y dile lo que está pasando."

Antes que Elizabeth pudiera decir algo ella desapareció a velocidad vampiro, dejandola a solas con Marcos una vez más. "Tengo que buscar a Damon." dijo en voz baja girandose para comenzar a buscarlo.

"Elizabeth-" Marcos negó moviéndose para seguirla.

"John Gilbert quiere usar ese invento en ellos." Elizabeth lo interrumpió sin detenerse.

"Entonces no podemos estar aquí." replicó Marcos moviéndose para interponerse en su camino. "Tenemos que irnos ya."

"¿Qué?" Elizabeth lo miró incrédula. "No pienso irme así como así... Damon y Stefan están entre las personas que me importan, si me voy sin advertirles puede pasar algo de lo que jamás podré perdonarme... ¡Tengo que hacer ésto!" en ése momento cuando visualizó a Stefan entre la multitud en compañía de Elena no dudó en rodear a Marcos para acercarse rápidamente a ellos. "¡Stefan!"

"¿Qué sucede?" preguntó Stefan con preocupación tan pronto como notó su postura rígida.

"Los vampiros de la tumba están aquí." dijo Elizabeth casi chocando con las palabras. "Las familias fundadoras son su objetivo... Tienes que sacar a Elena de aquí." con eso señaló hacia la muchacha. "¡Ahora!"

"Tenemos que decirle a Damon." Elena intervino.

Asintiendo Elizabeth se movió enseguida para irse. "Yo lo buscaré-"

"No." Marcos la retuvo de un brazo con firmeza, mirándola fijamente sin derecho a llevarle la contraria. "Iré yo." sin darle tiempo a replicar se fue a velocidad vampírica.

"Tenemos que irnos." Stefan dijo mirando entre ambas.

"Espera." Elena los detuvo, mirándose frenética. "Jeremy está por aquí en alguna parte."

"¡Vamos a buscarlo!" dijo Stefan, moviéndose rápidamente con ellas siguiéndolo de cerca. "¡Vamos!"

Mientras se entremezclaban con la multitud, la voz del alcalde Lockwood los distrajo brevemente cuando comenzó a dirigirse al pueblo. "Durante ciento cincuenta años, Mystic Falls ha sido el tipo de ciudad a la que todo el mundo quiere llamar hogar: segura, próspera y acogedora. Y tenemos que agradecer a los Fundadores por eso." con una sonrisa continuó. "Por eso me gustaría dedicar el espectáculo de fuegos artificiales de ésta noche a su legado." con los aplausos resonando a su alrededor no notó a los vampiros de la tumba entre la multitud mirándolo siniestramente. "¡Disfruten del espectáculo!"


Luego que Marcos encontrara a Damon y le repitiera la advertencia que Ana les había dejado, ambos se encontraron luego en la antigua oficina de Greyson Gilbert en la construcción de la familia Gilbert. No sabía cómo había decidido acompañar al joven vampiro... quizás se debía a los sentimientos que Elizabeth tenía por él y por lo tanto sabía que debía cuidar sus espaldas.

Tan pronto entraron vieron a John Gilbert está de pie delante de ellos preparando el dispositivo en sus manos.

"¿Tienes alguna idea de lo que has hecho?" preguntó Damon dando a conocer su presencia.

"Si, de hecho lo hago." John sonrió grandemente. Cuando ambos vampiros se balanzaron a él apretó el botón que enseguida activó el dispositivo. Satisfecho vió como de repente los vampiros cayeron al suelo, agarrando sus cabezas con gritos de dolor.


Al pasar por la multitud buscando alguna señal de Jeremy, el corazón de Elizabeth comenzó a correr con miedo, cuando los fuegos artificiales comenzaron a elevarse en el cielo, lo que indicaba el comienzo del ataque de los vampiros. Mientras seguía a Elena fuera de la multitud con Stefan a la cabeza, repentinamente antes de que pudiérab salir de la plaza un profundo y terrible dolor en su cabeza la hizo soltar un grito agónico antes de caer al suelo. Al igual que ella Stefan también cayó al pavimento aferrando su cabeza con fuerza.

"¡Stefan!" Elena se agachó enseguida a su lado, mirando de él hacia Elizabeth y de nuevo a él. "¡¿Qué les está pasando?!"

"Mi cabeza." Stefan gruñó en voz baja.

"¿Qué?" preguntó Elena entrando en pánico.

"¡Por favor, haz que se detenga!" el grito de Elizabeth resonó, mientras sentía como miles de cuchillos traspasaban de su cerebro hasta sus ojos, que sin saberlo se tornaron de un negro profundo. Al mismo tiempo varias de las luces en los faros empezaron a titilar como un reflejo del horrible dolor por el que estaba pasando.

Sin saber qué hacer, Elena miró hacia atrás cuando la voz de un diputado llamó su atención viéndolo acercarse rápidamente hacia ellos con algo en sus manos que parecían jeringas. Para su alivio Alaric apareció en ése momento interfiriendo en el camino del hombre. "Oye, me encargaré de éstos dos... Hay uno por ahí." hablando apresuradamente señaló hacia otra dirección. "¡Toma esto y vete!" ordenó pasándole una estaca de madera. "¡Vamos!"

Aunque titubeante, el diputado tomó la estaca antes de salir corriendo en la dirección opuesta.

Moviéndose con premura, Alaric ayudó a sostener casi todo el peso de Elizabeth, mientras Elena apoyaba a Stefan para levantarse del suelo y llevarlos hacia un callejón, en las sombras y fuera de la vista del público.

"No sé qué pasó, simplemente colapsaron." explicó Elena con malestar.

"Sí, ellos no son los únicos." murmuró Alaric en voz baja, notando por primera vez el titilar de las luces en los faros del callejón. "Los policías atraparon a todos los que habían caído inyectándoles verbena."

"¿Qué?" preguntó Elena.

"Si." Alaric asintió solamente, dejandola caer en cuenta de lo que estaba sucediendo en realidad.

Después de solo unos segundos, Elena jadeó por lo bajo cuando él entendimiento cayó poco a poco en ella. "Están reteniendo a los vampiros."

Después de unos minutos cuando Alaric salió del callejón para asegurarse que no vinieran más diputados, tanto Stefan como Elizabeth lentamente quitaron las manos de su cabeza, estabilizando al mismo tiempo sus respiraciones. Lo que fuese que les hubiese hecho daño hacia unos momentos claramente se había detenido.

"¿Estás bien?" Elena le preguntó a Stefan enseguida con preocupación.

Asintiendo, Stefan agarró un lado de su cabeza con un mohin. "Fue como agujas eran penetrantes en mi cráneo... Sin embargo repentinamente, solo se detuvieron."

"Vi al menos cinco vampiros caer." dijo Alaric entrando de regreso en el callejón. Enseguida miró a Elena. "Los llevarán al antiguo edificio de tu familia."

"Es el dispositivo Gilbert." dijo Elizabeth llamando la atención de todos. "Tiene que ser."

"¿Pero cómo hizo que funcionara?" preguntó Elena confundida. "Bonnie retiró el hechizo."

"No creo que lo haya hecho." dijo Elizabeth con una mueca al enderezar su postura.

"¡Lo hizo!" replicó Elena. "¡La vimos hacerlo!"

"¡Yo solo ví como hizo un «hechizo» más rápido de lo que normalmente se hacen!" Elizabeth alzó la voz con impaciencia. "Solo piénsalo por un momento, ¿quieres?" tranquilizandose levantó las manos para callarla cuando la vió intentar replicar de nuevo. "Le pidieron a Bonnie que desactivara un dispositivo que podría proteger a las personas contra los vampiros... Para proteger a Damon."

"Elizabeth tiene razón Elena." Stefan intervino poniéndose de pie. "Y en éste momento, tenemos que encontrar a Damon."

"A Marcos también." Elizabeth recordó dando un paso adelante con preocupación. "Recuerden que se ofreció a darle el aviso a Damon."

Asintiendo, Elena se volvió hacia Alaric. "¿Puedes buscar a mi hermano y llevarlo a casa?"

"Por supuesto." asintió Alaric solamente, antes de marcharse.

"Vamos." dijo Elizabeth hacia Stefan y Elena antes de que comenzaran a encaminarse hacia el edificio Gilbert. Adelantándose de ambos se detuvo abruptamente cuando captó algo que la hizo estremecerse internamente. "Espera, espera, espera... puedo escucharlos."

Utilizando también su oído vampiro, Stefan escuchó lo mismo que ella. "El edificio está en llamas."

"¿Qué?" Elena abrió los ojos con miedo.

"¡El edificio está en llamas!" Elizabeth repitió las palabras de Stefan con pánico, antes de mirar fijamente a Elena. "Elena, conoces el edificio... ¿Hay alguna otra forma de entrar?"

"Puerta de servicio, hay una a un lado." dijo Elena.

Moviéndose rápidamente, Elizabeth llegó a la parte trasera del edificio done pudo visualizar la puerta de servicio. Soltando una exhalación se encaminó hacia ella con determinación, pero fue retenida por Stefan quien apareció en ése momento.

"Elizabeth, no puedes entrar allí." Stefan replicó.

"¡Si lo haré!" Elizabeth se soltó de su agarre con frenesí. "¡Marcos está allí también! ¡Y-y Damon!" sintiendo su pánico aumentar más y tornandose descontrolado, negó varias veces. "¡No puedo permitir que mueran!"

"¡Si dan un paso más, alertare a los diputados que perdieron de vista a dos vampiros más!" esa amenaza repentina, vino acompañada de la presencia de John Gilbert quién apareció a la vuelta de la esquina.

"Te pido que no lo hagas." Elena enseguida lo encaró llamando su atención.

"Eso no significa nada para mí." murmuró John sin emoción.

"Como mi padre, debería." dijo Elena agarrándolo por sorpresa con aquella verdad.

"Ya lo sabes." susurró John con incredulidad.

"No estaba segura, ahora lo estoy." dijo Elena secamente, antes de mirar en dirección de Elizabeth y Stefan. "Sigan adelante."

Sin pensarlo dos veces Elizabeth corrió hacia la puerta de emergencia con Stefan siguiéndola de cerca. Agarrando la manija de la misma estuvo a punto de entrar pero una voz los hizo detenerse brevemente.

"¡Oigan, no pueden entrar ahí!" Bonnie gritó con pánico. "¡El fuego los matará!"

"¡¿Crees que eso nos importa?!" Elizabeth la abordó con su rostro transformandose en vampiro, lista para arrancarle la garganta.

"Elizabeth." Stefan la agarró de los brazos alejándola de Bonnie.

"¡Stefan!" la llegada de Elena hizo que la mirada nerviosa de la bruja se desviara hacia su mejor amiga.

"¡Elena, no puedes entrar ahí!" Bonnie intentó disuadirla ahora a ella.

"Bonnie, ¿qué estás haciendo?" preguntó Elena con rabia.

"Siento haberte mentido." se disculpó Bonnie con una mueca avergonzada, antes de contrar su propia voluntad agarrar el brazo de Elena y cerrar los ojos cuando comenzó a recitar un hechizo. "¡Ex spiritum intacullum, in terrum incendium, fes matos salvis adisdum!"

La atención de Elizabeth cayó en el edificio cuando notó cómo las llamas comenzaron a disminuir dándole la señal que necesitaba para entrar. Sin pensarlo dos veces se lanzó hacia la puerta abriéndola de un golpe. Mientras bajaba hacia el sótano escuchó los gritos de Stefan detrás de ella, pero lo ignoró. Solo corrio escaleras abajo sin pensar ni preocuparse por su propia vida, sólo quería salvar a Damon y a Marcos o verlos por última vez.

Buscando por toda la habitación, su corazón comenzó a trabarse en pánico cuando todo lo que encontró fueron cadáveres. Sin embargo casi se desplomó de alivio cuando primeramente vió a un Marcos claramente débil inclinado sobre un Damon tendido en el suelo en el medio de la habitación. "¡Marcos!" gritó con alegría.

Levantando débilmente los ojos hacia ella, Marcos se tensó visiblemente al verla correr entre las llamas hacia ellos. "Elizabeth, ¿qué haces?" preguntó entre dientes. "Sal de aquí-"

"No iré a ningún lado, no sin sacarlos de aquí primero." Elizabeth lo interrumpió con firmeza, antes de inclinarse para revisar a Damon quien apenas estaba despierto.

"¡Elizabeth!"

Para alivio de Elizabeth, Stefan apareció en ése momento esquivando las llamas hasta llegar a ellos, notando el estado de su hermano. "¡Damon!"

"El está bien." Elizabeth dijo para tranquilizarlo. "Solo está débil por la verbena." mirando a su alrededor notó el crujir de la madera comenzando a ceder sobre ellos. "Tenemos que salir de aquí, ¡ahora!"

Asintiendo Stefan se inclinó para tomar los hombros de su hermano y ayudarlo a levantarse del suelo con dificultad. Haciendo lo mismo, Elizabeth envolvió su brazo alrededor de Marcos antes de ponersebde pie, tirando de él con ella. Enseguida ambos utilizaron su velocidad vampiro para huir de regreso por las escalera y fuera de la puerta de emergencia topandose con la seguridad del aire fresco de la noche.

Enseguida a pesar de la debilidad en su cuerpo, Marcos se movió para envolver con fuerza a Elizabeth en sus brazos. "No vuelvas a hacer eso de nuevo." susurró enfadado.

Sin darle respuesta, Elizabeth solo le regresó el abrazo con la misma fuerza aliviada de que estuviera bien. Sinceramente no sabía que haría si él llegara a faltarle. La sola idea la aterraba. Marcos era la única familia que le quedaba. Alejándose le dio lo que esperaba fuese una sonrisa afirmativa a sus palabras, era lo único que podía darle, no podía simplemente prometerle algo que sabía no cumpliría. Su mirada se desvió en dirección de Damon quien mientras Stefan abrazaba a Elena, se encontró mirando al suelo respirando normalmente. "Ahora vuelvo." le susurró a Marcos, moviéndose entonces hacia el Salvatore quien poco después al sentir su presencia levantó la mirada encontrándose con la suya. "¿Estás bien?" preguntó, tratando de ocultar su preocupación de él.

"No puedo quejarme." asintió Damon con un encogimiento de hombros. Por unos segundos la miró en silencio casi de manera escrutante. "Es admirable lo que hiciste... Pudiste haber muerto ahí abajo."

Bajando la mirada hacia el suelo, Elizabeth se cruzó de brazos para que no viera cuánto le afectaba de manera agradable sus palabras. "La muerte es algo que en algún momento nos llegará a todos." dijo después de un tiempo, buscando luego su mirada. "Sin embargo no creo que sea el tiempo para ti o para Marcos."

Sonriendo levemente, Damon ladeo un poco su cabeza. "Creí que me odiabas."

"El hecho de que no me agrades no significa que te quiera muerto, Salvatore." fue lo único que dijo Elizabeth con un guiño divertido antes de regresarse con Marcos quien la recibió en otro abrazo, mientras la mirada de Damon permaneció por un tiempo prolongado en ella con una sonrisa pequeña en su rostro.


Residencia Gilbert

Mientras tanto, John se encontró en la cocina buscando algo de comida de la nevera después de una noche larga y estresante con Elena revelando que ella sabía que él era su padre y toda la captura de los vampiros. Cerrando la puerta de la nevera, se sobresalto cuando vió a Elena parada allí. "Me asustaste."

"Lo siento." murmuró Elena solamente, antes de dirigirse hacia la mesa y agarrar una taza de café vacía la cual acercó al fregadero.

"¿Jenna está en casa?" preguntó John detrás de ella, tratando de no dejar que la incomodidad lo embargara.

"Tenía que reunirse con el jefe de bomberos sobre el edificio." dijo Elena sin volverse. "Ella no sabe la verdad. Lo han oculto."

"Sí, lo sé." asintió John. "¿Cómo está Jeremy?"

Con un suspiro Elena lo miró de refilón. "Escondido en su habitación."

John la miró en silencio una vez más, antes de decidir tomar la iniciativa de hablarle sobre la verdad. "Sabes que, conocí a Isobel cuando era un adolescente." Elena se volvió hacia él con interés a medida que continuaba. "Me enamoré de ella al instante, aunque estoy bastante seguro de que nunca me quiso. Ella era especial. Una parte de por qué odio a los vampiros es por lo que se hizo, cómo arruinó su vida. Nunca la habría enviado a Damon si hubiera sabido que quería convertirse." mientras ella en silencio comenzó a guardar los cuchillos en los cajones, él prosiguió. "Es mi culpa. Te digo ésto porque esperaba que tal vez lo entenderías."

Mirándolo fijamente, Elena se encogió ligeramente de hombros. "Gracias."

Asintiendo con la cabeza John se acercó a ella. "¿Puedo ayudarte?"

Por un momento Elena no respondió, en su lugar bajó la mirada hacia el anillo que él llevaba. "Claro." aceptó entonces sin emoción.

Moviéndose John fue a ayudarla a guardar las cosas cuando repentinamente Elena giró hacia él con un cuchillo en la mano el cual clavó de golpe sobre la mesa, cortándole los dedos incluido el anillo... Un grito de dolor escapó de él al mismo tiempo que ella lo empujó contra el fregadero y lo sujetó por el cuello en su asimiento fuerte. "¡¿Katherine?!" susurró horrorizado.

Supo enseguida que aquella chica no era Elena cuando venas comenzaron a aparecer alrededor de sus ojos.

"Hola John." saludó Katherine con su voz dulce e inocente desvaneciéndose. "Adiós, John."

John la miró con miedo mientras ella con un movimiento rápido lo apuñaló en el estómago con el cuchillo haciéndolo gruñir de dolor. Cuando una ola de agonía picó en sus venas se dejó caer al suelo agarrando su herida sangrante... Aquella no era Elena. Era Katherine... Y ella... estaba de regreso.