Cómo terminaron así, iba más allá de la comprensión de Mimi. No esperen, sí sabía. Hace solo unos minutos estaban teniendo una pelea de almohadas con Yamato persiguiendo a Mimi que gritaba por toda la sala.

Cuando ambos soltaron sus almohadas, Mimi trató de tomar la más cercana pero antes de poder tocarla Yamato usó otro método - sus dedos.

Cuando los dedos de Yamato encontraron los sensibles lados, Mimi estalló en risas, colapsando sobre el suelo y curvándose con los brazos protectoramente envueltos alrededor de su cuerpo. Claro que no ayudaba para nada. Estaba a merced de Yamato, y solo tras minutos de cosquillas la dejó recuperar el aliento. Eso solo había durado medio minuto antes de que Mimi fuera atacada otra vez, pero ahora por hambrientos besos.

"¿Por qué sigues tentándome?" Yamato susurró, recorriendo su cuello con su nariz. "Sabes que no puedo resistir cuando luces así debajo de mí, con el rostro sonrojado, los ojos húmedos y los labios tan besables."

"¡No es mi culpa!" Mimi dijo, ligeramente avergonzada porque ahora que Yamato lo decía así, debía lucir casi obscena, como si tratara de seducir a su novio cuando en realidad ella solo estaba tratando de calmarse del ataque de cosquillas. Trató de empujar a Yamato, pero su novio se quedó ahí, con los labios mordiendo y lamiendo su cuello, dejando rastros que serían difíciles de esconder porque estaba depositando las marcas tan arriba que las prenda con cuello de tortuga no las cubrirían.

"Yamato," se quejó suavemente, tratando de marcar su punto, pero como siempre, cuando su novio estaba con ganas, era imparable. Mimi recordaba muy bien las veces que Yamato le había dado sexo oral mientras ella estaba conversando por videollamada con sus padres. Definitivamente no quería que eso volviera a pasar pero nadie podía predecir cuándo es que Yamato se excitaría la siguiente vez y Mimi, en cuanto la excitaba, cedía porque lo amaba - aunque también porque ella le hacía cosas similares a Yamato, aun cuando se negaba a creer que era tan desesperada y tenía tan poco control en sus hormonas; Mimi se enorgullecía en ser alguien que tenía buen control de sus deseos carnales.

"Lo siento, Mimi, no puedo esperar, solo hagámoslo aquí," Yamato musitó y así es como Mimi se encontró desnuda y sobre sus manos y rodillas, presentándose a Yamato con las caderas al aire para que la vea, admire y pellizque.

Mimi estaba gimiendo, anticipando lo que vendría, pero no era lo que había esperado.

"¡Dime que no acabas de morderme el trasero!" gruñó y giró la cabeza, tratando de dar una mirada seria. Lucía más bien graciosa y nada intimidante, porque Yamato estaba riéndose haciendo que el humor de Mimi se volviera agrio.

"Lo siento, no pude resistirlo. Tu bonito trasero luce tan delicioso." Dijo y le dio una nalgada. Si no fuera por la ternura que Mimi podía detectar en la voz de Yamato y la mano que acariciaba su muslo, puede que ella hubiera considerado detener todo ahí mismo, castigando a Yamato al no consentir nada más. Pero su novio era dulce, como siempre, y eso suavizó a Mimi.

"No vuelvas a hacerlo," dijo en advertencia y Yamato prometió que no lo haría. Mimi sabía que mantendría su promesa, aunque lo más probable era que solo no le mordería hoy. Yamato no había prometido que no volvería a hacerlo más.

"Mimi, quiero coger tus muslos hoy," dijo Yamato. "¿Está bien?"

Más que bien, Mimi pensó, porque su novio sabía que al día siguiente sería uno agotador ya que irían a una doble cita con Taichi y Sora. Si Mimi estaba adolorida mañana, el infierno le caería encima a Yamato.

Pero no le dijo nada, ningún sarcasmo para preguntar si de verdad eso era lo que quería o si sabía que era lo mejor en esa situación, considerando que mañana sería un día movido. Sin mencionar que ambos serían fastidiados si aparecían agotados.

De normal Sora no comentaba sobre eso, pero su novio era otra cosa - eso claro, en los momentos en los que no estaban besuqueándose.

Yamato no comentó nada tampoco. No hubo más espera, en lugar de ello, ya estaba empezando a embestir entre sus muslos, con ambas manos en las caderas de la menor para estabilizarla, mientras tanto Mimi daba lo mejor de sí para tener las piernas presionadas, creando fricción para su novio. Pero era algo pegajoso, el exceso de lubricante bajaba por sus muslos debido a que Yamato había sido generoso con ello. Además era el tipo de lubricante que Mimi odiaba más porque era del que se sentía cálido mientras más tiempo estaba sobre la piel. Lo odiaba, porque era algo insoportable, aunque hacía bien su trabajo, enviándola al clímax más rápido y haciendo su orgasmo más intenso. Pero en sus muslos...se sentía raro el contacto con el lubricante.

"¿Por qué no escogiste el de sabor a fresa?" Mimi preguntó, pero Yamato no respondió - a menos que Mimi interpretara ese gruñido como respuesta, pero no. Eso le hizo asumir que Yamato estaba demasiado perdido en su tarea ahora mismo como para prestarle atención a las palabras de Mimi.

"Estoy cerca..." Yamato musitó, inclinándose de modo que su pecho se presionó contra la espalda de Mimi, mordiendo el lóbulo de su oreja. Al mismo tiempo, una de las manos de Yamato aflojó su agarre para vagar, deslizándose entre las piernas de Mimi y moviendo los dedos en círculos.

"Corrámonos juntos," Yamato sugirió, y Mimi solo asintió en respuesta, cerrando fuerte los ojos y enfocándose en la sensación de tener la dureza de su novio embistiendo entre sus piernas, ocasionalmente rozando contra su entrada. Eso se agregaba a la fricción que Yamato creaba con su mano tocándola; y cuando el ritmo se volvió errático, Mimi se corrió. Él la siguió pronto, pintando los muslos de la menor con hilos blancos antes de retirarse, haciendo que Mimi hiciera un gesto porque se sintió pegajosa. Así que cuando se calmó, se irguió con temblorosas piernas para ir al baño, y Yamato la siguió de cerca.

"¿Lo hacemos en la ducha?" preguntó con una sonrisa que podría encandilar a cualquiera pero Mimi ya estaba acostumbrada a eso.

"Ya quisieras," suspiró y movió la cabeza, empujando a Yamato. "Puedes ir a tener sexo con tu mano derecha. Estoy segura que Doña Manuela está disponible." Sentenció haciendo que el rubio riera.

Fin


El día 20 llega de manera spicy~ 😈 creo que al fandom le viene bien tener algo así en sus filas 😈