Marte, un planeta cercano a la tierra, y ahora es el turno de Milo de visitarlo. Espero que este capítulo sea más corto que los anteriores pero no prometo nada Advertido y bienvenido seas. Los corchetes [] representan una canción.


[ (Opening:)

... Hay un gran sol ...
... Astros también ...
... De nuevo camino y me veo bien ...
... Una galaxia para explorar ...
... Aprender astronomía para variar ...
... [Whoa...] ..
... Este es un viaje especial ...
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...
... [Whoa... Es muy divertido] ..
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido

Misterio Marciano

Si, si, los he visto antes... Por lo que mencionas, fueron marcianos— El futuro profesor tiempo explicaba a los tres chicos mientras trabajaba en un nuevo inador.

¿Marcianos? ¿Como de Marte? — Preguntó Zack, que aún le asombraba que Doofenshmirtz pudiera estar relacionado con tantas cosas que suceden al rededor.

No, no, marcianos de la luna... Claro que marcianos de Marte, amigo de Milo, ¿En qué estás pensando? ¿Vacas?

—Hay vacas en la luna, Profesor D.

—Y un edificio gigante también— Agregaron Milo y Melissa.

—Como sea, el punto es que los marcianos raptaron a tu perro, niño, y por la tecnología que describes, parece ser que fue mi regreso-a-casa-desde-marte-inador lo que trajo a ese marciano a la tierra...

—¿Regreso-a-casa-desde-marte-inador?

—Si, fue una historia muy loca. Algún tonto hizo un portal a marte, se sobrecargó y yo terminé perdiendo la corona de marte contra un volcán de bicarbonato... —Los tres amigos se voltearon a ver entre sí, confundidos ante tantas palabras que no tenían sentido. Doofenshmirtz al percatarse de ello, fue directamente al grano en su historia. — Para regresar a la tierra yo tuve que construir mi regreso-a-casa-desde-marte-inador basándome en las piezas del portal original que también fue absorbido hacia marte... Recuerdo que cuándo abrí el portal y lo crucé hacia Danville me di cuenta que olvidé presionar el botón de auto-destrucción para prevenir que los marcianos llegaran a la tierra, pero en ese instante el portal se cerró tras de mi.

—¿Quiere decir que dejó una puerta de acceso a nuestro mundo desde marte a una sociedad de seres semidesarrollados? — La joven pelirroja no cabía en su sorpresa— De lujo... ¿Cree que podría hacer lo mismo pero al revés?

—¿Hablas de un volvamos-a-marte-otra-vez-inador? Si, supongo que podría, pero aún debo terminar este papafritainador que me pidió Dakota...

—Doctor D. Esto es importante, los marcianos tienen a mi perro...

—Bueno...


[...Si lo que buscas es sabor, el payaso es el mejor]

Vinnie Dakota jamás en su vida se imaginó que su carrera como viajero del tiempo terminaría en el Sr. Slushy. Todas esas aventuras que había vivido a lado de su mejor amigo Balthazar Cavendish finalmente parecían llegar a su fin, todo para vivir nuevas aburridas y difícilmente emocionantes aventuras de comida rápida junto a su mejor amigo Balthazar Cavendish...
Incluso ser recolectores de basura para una organización que buscaba cosas paranormales era mejor que lo que ahora hacían. Mínimo encontraba cosas locas como aparatos que convertían tus huesos en gelatina. Aunque por otra parte ya no debía preocuparse por la seguridad de su amigo. Con anterioridad había viajado por el tiempo evitando su muerte una cantidad excesiva de veces, creando accidentalmente un ejercito de Dakotas exiliados en una isla remota. Todo ese miedo de ser reemplazado por algún Dakota proveniente del futuro había llegado a su fin.

No pasaron ni doce segundos de que su mejor amigo entró al restaurante que un conducto de ventilación gigante le cayó encima, aplastándolo contra el piso.

¡Cavendish! ¡Noooooo!—Cerró sus ojos con una gran fuerza. No podía creer que esta vez estaba pasando realmente. No podía creer que ahora ya no tenía forma de restaurar la vida de su mejor amigo.

Entonces abrió los ojos...

Dakota, despierta.

Ver a su mejor amigo parado junto a él le había dado la mayor sensación de tranquilidad que jamás había sentido en su vida. Todo había sido un pequeño sueño.

Cavendish... ¿Qué sucede?

—¿Puedes atender el auto servicio un momento? Necesito salir a entregar esta orden.

—Claro.. ¿por qué no? — Tomó los audífonos del servicio y se acercó a la posición de su amigo —Bienvenidos a hamburguesas Slushy. ¿Puedo tomar su pedido?

—Queremos dos incompetentes para interrogatorio con papas a un lado...

—¿Las papas las van a querer con...? ¡¿BRICK Y SAVANNAH?!...


Un destello de color morado iluminó el suelo marciano, y de él emergieron dos chicos, uno con chaleco color tinto y mochila un poco grande para su edad y otro con playera amarilla y una pequeña caja con papas fritas que al parecer estaban recién preparadas.

No puedo creer que el doctor D. haya preferido terminar la máquina de papas antes de ayudarnos con el portal para rescatar a Diogee.

—No puedo creer que hables mal de las personas tan pronto te muevas a otro planeta, te recuerdo que el portal sigue abierto. — El acento peculiar de Doofenshmirtz enojado retumbaba a todos los presentes en ambas partes de la galaxia.

Melissa se dispuso a cruzar el portal para ayudar a sus amigos, pero Milo la detuvo.

Melissa, alto... Solamente en ti confío para que abras de nuevo el portal de regreso a casa cuándo recuperemos a Diogee.

El chico de piel morena se molestó ante tal comentario de su amigo. — ¿Disculpa? Estoy aquí

—Claro, tu irás conmigo... Cuándo estemos listos para regresar te llamaremos por medio del celular...

—Espera un momento Milo, estamos en Marte, dudo que aquí haya... —Sacó su teléfono y revisó la conexión—¿Cómo es que hay señal en marte?

Melissa entonces dio dos pasos hacia atrás y sonrió hacia ellos, cuándo se percató que la luz del sol detrás de ella perdía intensidad lentamente.

Dense prisa chicos, parece que va a llover y no quiero quedarme atrapada aquí con Doof...

—¡Oye!, ¡Te escuché!

El portal se cerró, dejando a ambos chicos a la mitad de suelo marciano. Se miraron al rostro esperando a que el otro dijera algo.

¿Quieres una? — Zack estiró su brazo, dispuesto a compartir sus papas fritas con su amigo.

No, gracias. Será mejor que nos demos prisa en buscar a Diogee...


Muy bien, Cavernicola y Dakabr...

—¡Oye oye! Es horario infantil...

Ambos sujetos se encontraban atados en el almacén del conserje del Sr. Slushy, con sus antiguos ex-compañeros de viajes en el tiempo apuntándoles a cada uno con un arma sónica.

La furia y el desconcierto del británico eran más que obvias —Me podrían decir en el nombre del profesor tiempo ¿Por qué rayos nos tienen atados aquí?

—Nosotros hacemos las preguntas aquí. Ahora explíquenos par de atolondrados...—Savannah apretó con más fuerza el mango de su arma, preparada para dejar inconscientes a ambos sujetos. — ¿Ahora que desastre temporal han causado?

—Dakota y yo no hemos hecho nada más que trabajar en un restaurante de comida rápida los últimos días. ¿Qué desastre sobrenatural podríamos haber causado?

—Así es, lo único raro es que recibimos una transmisión rara del señor Block y después de eso no pudimos volver a contactarlo...

El sujeto con el smoking bajó su arma, sorprendido por lo que acababa de escuchar. —¿Recibieron una transmisión extraña? Nosotros también.

—¡Brick!

—¿Savannah?

—No le cuentes nuestros secretos de espías a nuestros prisioneros...

—¿Desde cuándo una llamada es un secreto?


¿Sabes algo Milo? Estar atrapado en otro planeta, y varado en el espacio hace que caminar por suelo marciano en busca de tu mascota suene como pan comido.

—A mi me gusta explorar nuevos horizontes, me gusta estar aquí y admirar el paisaje, jamás veremos un cielo así en la tierra, o un terreno de roca tan peculiar como...

Sin embargo, su conversación debía ser interrumpida por la ley de Murphy. La bendita tendría que salir más seguido por cada capítulo ¿No creen?
Ignorando un poco la cuarta pared, el suelo que pisó Milo en ese momento comenzó a abrirse. Una enorme grieta que parecía expandirse hasta niveles insospechados. El chico de la mochila mágica quedó colgando de ambos brazos, a punto de caer al vacío hacia una muerte segura, con la tierra a su alrededor aún meciéndose con todas sus fuerzas. El sismo paró y de inmediato Zack sujetó al chico por ambos brazos y jaló usando todas sus fuerzas hasta que el chico subió y se puso a salvo.

Eso estuvo cerca, deberías tener mas cuidado Milo.

—¿Para qué? Si te tengo a ti cerca.

El más joven rodeó a su amigo con uno de sus brazos. Un pequeño sonrojo disimulado por su piel morena se sintió arder en sus mejillas al escuchar esas palabras. Si bien era cierto que aún existía cierta incomodidad entre ambos por su discusión previa, era obvio que su amigo recordaba lo inseguro que se sentía a su lado y cómo era el estar "a la sombra" de alguien, por lo que cualquier reafirmación positiva lo ponía un poco sentimental.

Bien, ahora debemos pensar como vamos a cruzar este repentino barranco... —Milo observó a su al rededor y se topó con una meseta de tamaño considerable que a sus pies tenía una formación de rocas con forma de "u".— Creo que tengo una idea, sígueme.

Ambos chicos caminaron hasta llegar a la meseta. Milo tomó una cuerda con gancho de su mochila, un par de cascos y dos pares de rodilleras y coderas. Le extendió ambos objetos a su acompañante que de inmediato se colocó los artilugios de seguridad.

Amárrate esto a la cintura. — Ordenó al tiempo que realizaba la misma acción en su respectiva cintura.

En cuánto terminaron su acción, Milo comenzó a girar el gancho desde la cuerda y lo arrojó hasta la punta de la meseta. El gancho quedó clavado de forma segura, por lo que ambos chicos comenzaron a trepar la densa roca.
Pasaron un par de minutos mientras los chicos escalaban cuándo de repente notaron que la orilla de la roca donde se encontraba el gancho comenzaba a ceder debido al peso de ambos combinado.

Milo... No creo que esto aguante... Nos vamos a caer...

—Tranquilo, ya casi llegamos a la cima, falta poco...

Siguieron subiendo, el cansancio en los brazos de Zack comenzaba a ser notorio, veía a su amigo que parecía no tener ningún problema con el esfuerzo físico que estaba realizando. Después de todo, todos los días cargaba con una inmensa y pesada mochila llena de objetos que podrían ser de utilidad.
Poco a poco el gancho parecía hundirse un poco más, debilitando la frágil estructura que lo sostenía.

¿Milo...?

—Solo un poco más...

Finalmente, sucedió...

.

.

.

.

.

Llegaron a la cima.

¿Ves? Te dije que no había problema.

—Creo que no debí dudar de ti. ¿Cuál es el plan? Capitán Doraemon.

Me alegra que preguntes. — Tomó una tapa de bote de basura y un paraguas desde el interior de su mochila y los sacó. Inmediatamente puso la tapa del bote de basura en el piso, cerca del borde del acantilado, y le dio a Zack su mochila. — Póntela y sube a mi espalda— Dio media vuelta y se preparó para recibir el peso del otro sujeto.

El moreno le lanzó una mirada de confusión, pero al final de cuentas el chico debía saber lo que hacía. ¿No? Obedeció, puso la mochila en su propia espalda y subió a la de su amigo. Se aferró con tantas fuerzas que por un segundo casi ahorca al otro chico.

Por su parte, él imán de desastres subió a la tapa, con todo y el peso de su amigo y la inclinó hacia adelante, haciendo que ambos se deslizaran por la orilla de la meseta a toda velocidad. Zack de inmediato cerró los ojos, mientras descendían a toda velocidad. Podía sentir el viento en el pelo y podía imaginarse las posibles fracturas que posiblemente podrían ocurrir. Hundió su cabeza en el hombro de su amigo, que, con toda determinación, estaba preparado para llegar a la formación de rocas que usaría como rampa.

Ambos chicos salieron volando por los aires como si de dos aves se tratara. Milo de inmediato accionó la sombrilla y la sujetó con todas sus fuerzas. Utilizándola como planeador improvisado. Su amigo se percató que su velocidad había disminuido, y la sensación de vacío en el estómago había desaparecido. Abrió los ojos para apreciar el suave descenso hacia el otro lado del barranco.

¡Lo vamos a lograr! ¡Lo vamos a lograr! ¡Este es el mejor día de mi vida! ¡Somos los reyes del mundo! ¡Wuuuhuuuu! ¡Ahhhhh!

Sin embargo no todo fue miel sobre hojuelas, pues una corriente de aire decidió que era buen momento para empujar a ambos chicos, haciendo que retrocedieran un poco.

Hay un soplador de hojas en mi mochila, podemos usarlo como propulsor.

Zack tiró un par de cosas antes de encontrar el soplador y de inmediato lo accionó, tal como dijo su amigo. El soplador con mucho trabajo los empujó hasta la orilla, cuándo se averió por el esfuerzo extra. Fue ahí que lo dejaron caer y se arrojaron a la orilla, a salvo de una fea caída.

Ambos se pusieron de pie y se limpiaron un poco el polvo que les quedaba. Milo recuperó su mochila, tomó una botella de agua que se encontraba en el interior y bebió de ella hasta dejarla a la mitad de su capacidad. Después se la extendió a su amigo para que hiciera lo mismo.


Así es, verán, nos encontrábamos viajando a través de la corriente del tiempo, desde él Siglo XIX, dispuestos a regresar a los cuarteles generales, cuándo de repente "Puff".

—¿Puff?

—La corriente temporal comenzó a presentar oscilaciones erráticas hasta que nos expulsó en esta época. Lo primero que hicimos obviamente fue intentar comunicarnos con el señor Block, sin embargo, en ese punto fue que las cosas se volvieron raras. Una risa malévola nos atendió. Sus ojos parecían unos remolinos de oscuridad. Finálmente el señor Block apareció en la pantalla, con una transmisión intermitente, de la cuál solo pudimos sacar unas palabras en limpio. "Tiempo", "Liarrem", "Ko", "Cavendish y Dakota", "Sello místico" y "Orgaluth". Eso fue aproximadamente hace cuatro semanas.

Dakota arqueó una ceja. —¿Cuatro semanas aproximadamente? Cavendish, fue cuándo fuimos al espacio en busca de Murphy.

—¡Silencio, compañero!

—¡¿Fueron al espacio?! ¿Ahora que hicieron?...


[(Jingle:) Doofenshmirtz estudia astronomía]

Si, si, como en el opening del fanfic... Que es de hecho una readaptación de la versión traducida del opening oficial de la serie.

—Doctor Doofenshmirtz... ¿Con quién habla?

—Oh, con nadie, amiga de Milo. Solo estoy rompiendo un poco la cuarta pared... — Doof se encontraba inspeccionando el espacio cercano a través de su telescopioinador — Verás, hay algo que no deja de inquietarme. La osa mayor y alpha centauri no se encuentran en donde deberían estar. Incluso Marte hace unos momentos se encontraba ahí y como por arte de magia desapareció.

—¿Qué? Déjeme ver eso... — Empujó al científico ex-malvado lejos de su propio telescopio... — No está... Solo espero... Que los chicos estén bien...

—Esto es muy extraño... Y parece que se está nublando aún más. Aunque el tarado del clima con peinado ridículo dijo que no llovería.

(Sitcom laughing intensifies)

Doctor D...

—¿Dime?

—¿Esos no son...?


Y eso fue exactamente todo lo qué pasó... Si existe algún suceso extranormal en el tiempo, Dakota y yo no tenemos nada que ver, ahora por favor desátenos.

—Así que esa tal Orgaluth del supuesto planeta al que viajaron tiene algo que ver con todos estos sucesos con la corriente temporal. — Savannah no creía del todo la historia de los dos individuos, había algo que no le estaban diciendo.

Si, pero como ya te dije, ella ya está curada, sus iones de probabilidad negativa fueron repartidos equitativamente entre cada uno de los habitantes de Octalia, ahora por favor déjanos ir.

Fue entonces que uno de sus brazaletes de espía temporal comenzó a parpadear y a emitir un sonido de alerta.

Tenemos problemas Brick. Algo está entrando erraticamente a la atmósfera del planeta

Ambos agentes abrieron de inmediato la puerta y fueron en búsqueda de alguna ventana para tener un mejor panorama de la situación.

No veo nada, parece ser que el objeto que detectó nuestro radar pudo ser un asteroide o un satélite que va rumbo a estrellarse en alguna otra parte del planeta. Volvamos al interrogatorio. Debemos asegurar a los prisioneros — Sin embargo, no estaban preparados para lo que vieron al regresar. — Cavendish... ¿Te convertiste en un ornitorrinco? Que asco

—De hecho yo soy Cavenrrinco, Cavendish y Dakota acaban de escapar y no estoy seguro de qué dirección tomaron...

—¡LA LIMUSINA DEL TIEMPO!


[Doo bee doo bee doo bah doo bee do bee do bah... ¡Agente P!]

La enorme pantalla que ocupaba la mitad de la pared dentro de la base secreta se encendió, mostrando a un hombre mayor, con cabello y bigote blanco con una gran nariz.

Agente P, nuestros sensores acaban de detectar a un objeto pequeño pero bastante solido entrar a la atmósfera del planeta y estrellarse en algún lugar de Danville. Sin embargo, al parecer dicho objeto tenía un sistema de camuflaje y nos es imposible localizarlo. Tienes que encontrarlo y averiguar a qué nos enfrentamos. Y si te sobra tiempo, podrías tratar de averiguar que sucedió con el agente canino, al parecer desapareció hace poco en un incidente no relacionado... Suerte Agente P, Monograma fuera.


Después de otro par de incidentes con la Ley de Murphy, que no analizaremos apropiadamente por aquí por cuestiones de tiempo, la mochila de Milo se encontraba semi vacía y aún no había señales de Diogee o los marcianos. El chico de la piel morena se adelantó un poco y comenzó a caminar de espaldas, mirando fijamente a su compañero.

¿Te digo algo extraño?... Siento que esta duna sobre la que caminamos tiene forma de un mono que usa peluca...

—¡Alto! ¡Agáchate!—Ambos chicos obedecieron a la indicación, Milo extrajo dos pares de binoculares desde su mochila, preparado para ver el panorama completo.

Pudo ver a lo lejos una estructura de piedra, casi expuesta a la intemperie, donde el pueblo marciano se encontraba celebrando una fiesta, utilizando sus acostumbradas partes del cuerpo como instrumentos musicales.

[Wuiuuuu wuiuuuuuu
Wuiuuuuu wuiuuuuuu
Wuiuuuuu wuiuuuuuuu]

En el centro de dicho refugio se encontraban, tanto Diogee como otro par de perros atados a un mástil con sogas, mientras que cerca de ellos un último marciano se disponía a encender fuego para cocinarlos.

Estas criaturas quieren usar a Diogee y a los otros perros como parte de un banquete de celebración... Mira, un volcán de bicarbonato con corona...

—No lo puedo creer por dos razones, en primer lugar, el doctor D. nos decía la verdad y en segunda, como pudo perder la corona de marte ante un volcán de bicarbonato.

Ambos chicos aún se encontraban viendo a través de los binoculares cuándo de repente su imagen fue repentinamente bloqueada por un par de piernas amarillas que se encontraba demasiado cerca de ellos.

WIUUUUU WIUUUUU

Su llamado alertó al resto de la población que se encontraba en medio de las preparaciones, por lo que de inmediato voltearon a ver a los intrusos y se enloquecieron al percatarse de su presencia. Todos dejaron lo que estaban haciendo para ir corriendo hacia ellos

—¡Nos descubrieron Milo! ¡CORREEEEEEE!

Ambos chicos dieron marcha atrás a toda velocidad, mientras el pueblo marciano a manera de multitud los perseguía por aquella duna gigante. Por fortuna no dejaron a nadie protegiendo a su banquete. Uno de los perros comenzó a mascar con todas sus fuerzas aquella dura cuerda que los mantenía prisioneros, su objetivo obviamente era aprovechar sus afilados dientes para así romper la soga. Diogee por su parte rodó sus ojos y se acercó como pudo al nudo principal, lo tomó con su hocico y tiró de él varias veces hasta que finalmente se deshizo, dejando libres a los tres canes.

El perro que intentaba mascar se paró sobre sus patas traseras y se colocó un sombrero que sacó... de algún lado. Utilizó su cola para arrojar tierra al fuego recién encendido para apagarlo y les hizo una seña a sus compañeros de cautiverio para que lo siguieran, quienes después de dudarlo un segundo decidieron hacerle caso.


Milo y Zack corrían desesperados por el suelo marciano. La turba de color verde estaba cerca de alcanzarlos y de atraparlos no estaban seguros sobre cuál podría ser su posible futuro. Quizá también intentarían cocinarlos para comerlos. El chico de la mala suerte no estaba seguro sobre cuales eran sus posibles opciones, pues en su mochila solo quedaba una cuerda de bungee y un frasco de jalea de fresa. Su mejor oportunidad era seguir corriendo y esperar a perderlos. Lo cuál también resultaba ser una mala idea, ya que de hacerlo, su mascota sería la cena. Sus piernas comenzaban a flaquear, el sudor en su frente se había hecho más que presente. Volteó a ver a su amigo que jadeaba y volteaba a ver a su retaguardia. Tenía que hacer algo para proteger al moreno, pero no estaba seguro de qué.

A lo lejos se notaba un pequeño pico de tierra que se elevaba un par metros, así que Milo ideó un plan perfecto en su cabeza, tomó su cuerda de bungee, y la sujetó a la camisa de su mejor amigo, entonces utilizó sus habilidades de lanzador y arrojó el otro extremo hacia el punto más alto de aquí pico de tierra, haciendo que su amigo se elevara por los aires por efecto de la inercia, dejándolo fuera del alcance de los marcianos. Por su parte, Milo continuó corriendo siendo perseguido por aquella tribu.

¡Zack! ¡Ve a rescatar a Diogee! ¡Nos veremos en el punto de reunión!

El chico intentó hacer algo para evitar alejarse de su amigo, sin embargo, no era capaz de alcanzar el gancho de la cuerda de Bungee, por lo que solo pudo quedarse con la impotencia de ver como su amigo aún era perseguido por aquellas criaturas, perdiéndose en el horizonte marciano.

Su camisa se rompió de la sección en la que estaba colgada, provocando que cayera de cara contra el suelo. A pesar de sentir un poco de dolor se puso inmediato de pie, y comenzó a correr siguiendo el rastro de las huellas de sus perseguidores en la dirección opuesta. Su deber era hacerle caso a su amigo, después de todo no era la primera vez que los dos eran perseguidos por alguien o por algo. Sin embargo, esta vez fue diferente. Las otras veces habían estado los dos juntos hasta que la ley de Murphy cesara. Esta vez Milo se enfocó en protegerlo antes que en ponerse a salvo juntos. No pudo evitar recordar su conflicto reciente y las palabras insensibles que había pronunciado. —«¿Será que Milo piensa que ya no quiero arriesgarme con él?»— Una pequeña preocupación se formó en su cabeza. Ahora su amigo estaba solo, huyendo de una especie desconocida, en un planeta desconocido, con su mochila casi vacía y seguramente ya estaba exhausto por toda su aventura en conjunto. Creía que no debía preocuparse. Era "Milo el Grande" de quién estaba hablando, un chico bastante fuerte y perspicaz, habilidoso con grandes talentos para salir de situaciones apretadas. Eso no era nada para él... ¿Verdad? Pero... ¿Y si esta vez ya no era capaz?

Sus ojos se iluminaron en pánico. No debió permitir que lo sacara de la ecuación. Debió darse cuenta lo que planeaba y evitarlo. Ahora estaba completamente solo. —«Debo hacer lo que me dijo que hiciera»— Aceleró su andar para encontrarse con las mascotas, ya vería después la forma de rescatarlo de sus marcianos. Y pensar que se encontraban ambos de vacaciones. A este ritmo necesitaría vacaciones de sus vacaciones.

Cuándo llegó al lugar donde habitaban los marcianos se llevó la sorpresa de que las mascotas ya no estaban atadas, y simplemente quedaban las cuerdas que solían aprisionarlas. Un ataque de pánico lo aquejó durante unos instantes. ¿Será que se los llevaron a otro lado para comerselos? Pero su preocupación desapareció al notar unas huellitas que iban en cierta dirección y al parecer, sin rastro de ningún marciano acompañándolas. Por lo que se dispuso a seguirlas de manera inmediata.


El agente canino tenía unos dotes de agente secreto impresionantes. Tanto que pudo captar el olor de ambos chicos a pesar de la enorme distancia que los había separado en ese pequeño encuentro que habían tenido anteriormente. Sin embargo, palidecía ante la capacidad de Diogee para encontrar a su dueño. Su conexión espiritual prácticamente le indicaba la ruta más óptima a seguir, sin embargo, habría que rodear un enorme barranco que acababa de aparecer. Los tres canes no sabían que estaban siendo seguidos por un chico de playera color amarillo pero tampoco era de mucha importancia. Lo único que era importante es que se reunieran todos una vez que se deshicieran de los marcianos.

El perro no identificado que viajaba con Diogee y el agente canino no era más que un ejemplar de la raza Shiba-Inu, con una sonrisa especial y unos ojos perdidos. En su collar lo único que se alcanzaba a apreciar era una letra "C" y una imagen de una hamburguesa con queso.

Debían darse prisa para encontrar a Milo, ya que la noche cada vez estaba más cerca.

Zack alcanzó a los animales unos cuantos metros antes de terminar de rodear el barranco. Dos de ellos se sintieron amenazados por la presencia de ese chico cerca de ellos, pero el tercero brinco sobre de él y comenzó a darle unos lenguetazos.

¡Diogee! Jajaja, basta... buen chico... Encontremos a Milo—

El chico de piel morena de alguna manera sabía que su mejor alternativa para esos momentos eran seguir los instintos de Diogee, ya que siempre era capaz de encontrarlo sin importarle la distancia o el acceso. Finalmente lo divisaron a lo lejos sentado, tranquilo, comiendo poco a poco de un bote de jalea de fresa. Al acercarse, se percató que su ropa estaba algo rasgada, su cabello desacomodado, portaba unos leves arañazos en ambos brazos y una seria cortada en la mejilla derecha.

¡Zack! ¡Diogee! Que bueno que ya llegaron... Les ofrecería un poco de jalea pero creo que le cayó un poco de sangre de mi mejilla... Ahm... ¿Otro animal con sombrero? Supongo que eres amigo del ornitorrinco.

—¿Estás bien amigo? ¿Que te pasó?

Zack posó delicadamente su mano sobre la mejilla de su amigo mirándolo con un poco de preocupación. Las yemas dedos rápidamente se tiñeron de un color escarlata proveniente de la sangre a mitad de coagulación proveniente de su amigo. Milo por su parte tomó la mano de su amigo con su propia mano y la alejó de su rostro.

Tranquilo, estaré bien, además de que tendré una cicatriz nueva que se verá bastante cool... Lo que pasó fue que los marcianos se fusionaron en una criatura gigante y me continuaron persiguiendo, sin embargo, la Ley de Murphy me salvó... casi, pues una tormenta de arena nos atacó cuándo estábamos a punto de llegar al barranco. Ellos me levantaron del suelo pero como no pudieron ver que se iban a caer debido a la arena, me terminaron arrojando hasta el otro lado del acantilado. Pero terminé estrellandome con la pared del barranco y rodando abajo un par de metros sobre una pequeña saliente. Solo tuve que trepar para salir de ahí.

Zack tomó una de sus mangas color blanco y dio un tirón con fuerza para romperla. Tomó el pedazo de tela con sus mano y lo puso sobre la mejilla de su amigo para detener un poco el sangrado.

—Te digo que estaré bien... No tenías que tomar tantas molestias.

—No es ninguna molestia. Ahora debemos hablarle a Melissa para que abra el portal.

—¿Podrías hacerlo tu? Perdí mi teléfono entre la confusión.

—Claro... no hay ningún problema...

"Usted está hablando al teléfono de Melissa Chase. Si no te has dado cuenta, estoy ocupada o no te quiero contestar, deja tu mensaje después del tono"...

—¡ARGH! Y así confiabas más en ella que en mi para el portal. Intentemos con Doofenshmirtz...

—"[(Jingle) Doofenshmirtz malvados y asociados]"

—Que extraño, ninguno de los dos contesta... ¿Ahora como le haremos para regresar a la tierra?.

—Hmmm... Podemos usar el portal que Doof dejó aquí, y de paso podríamos desactivarlo para prevenir que los marcianos regresen a la tierra.


Nuevamente tuvieron que regresar todos juntos hacia donde residían los marcianos, pero para su fortuna esta vez estaban inconscientes en el fondo de un barranco. Lo único que tenían que hacer era reactivar el portal que los llevaría a Danville y programar un temporizador como autodestrucción.

Luego de sobrevivir nuevamente a la larga caminata y al punto de casi llegar a la deshidratación, encontraron el portal marciano creado por Doof. Zack accionó la palanca para activarlo pero se topó con la sorpresa de que no encendió. Intentó hacer lo mismo otras tres veces pero no pudo. En una pequeña consola que se encontraba a un costado de la terminal se vislumbraba el letrero de error. El agente canino comenzó a presionar unas teclas en el aparato hasta que les otorgó más información. Milo se acercó para poder leer mejor.

Aquí dice que el portal no es capaz de encontrar la referencia dinámica de distancia entre la tierra y marte... En otras palabras, la tierra ya no está donde antes se encontraba.

—¿La tierra ya no está? ¿Significa que fue destruida?

—No creo que se refiera a eso, más bien, se movió de lugar... Quizá podamos hacer un flujo de rastreo de señales de radio electromagnéticas para encontrar a la tierra...

—¿No tienes idea de lo que dijiste verdad?

—Ni un poco.

El agente canino continuó presionando los botones de la consola hasta que finalmente una imagen clara del planeta tierra fue mostrada en la pantalla, lo que significaba que el portal iba a funcionar esta vez. Lo activaron y presionaron el botón de "Autodestruir en 20 segundos". Los dos humanos y los tres animales lo atravesaron hasta que se vieron frente a frente con una gran ciudad cubierta por lluvia.

¿Dónde estamos? — Preguntó Zack, desconcertado por la lluvia.

Veamos, lluvia, ciudad enorme, edificio con forma de aguja espacial... Estamos en Seattle y... Oh, no...

Milo volteó al cielo, tapizado completamente con nubes oscuras y truenos y en el tope, cientos de miles de objetos voladores no identificados rodeando todo el horizonte como si de una invasión se tratara... Era una invasión...

¿Una invasión alienígena? — Preguntó Zack

[(Outro) Mi Universo Es Divertido]...


[(Ending:)
¡La amistad es un tesoro sin igual!
Vamos juntos siempre hasta el final
Un milagro fue el que nos unió
No podrán vencernos
¡Alcanzando nuestro máximo poder!
Lanzaremos flechas de fulgor
Que acaben con las sombras y todo el mal
Para el futuro cambiar
~Vamos juntos hasta el cielo~
~Vamos juntos hasta el cielo~]


Si es que existe algún ser humano leyendo esto... Hay botón de fav ¿Saben? Pueden dejar Review... no cobro... creo... Les apuesto a que como en 10 capítulos aproximadamente los puedo hacer llorar. Milo Murphy y sus amigos regresarán en "Motivos para una travesía"