Too much?


[... Hay un gran sol ...

... Astros también ...

... De nuevo camino y me veo bien ...

... Una galaxia para explorar ...

... Aprender astronomía para variar ...

... (Whoa...) ..

... Este es un viaje especial ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...

... (Whoa... Es muy divertido) ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido

Navegantes de los aires

Es como mi papá siempre dice: salvar a unos desconocidos a veces implica una visita al doctor con doce puntadas— Comentó el chico del chaleco rosado a sus compañeros, mientras su amiga extraterrestre lo atendía. Uno de sus brazos estaba roto y su pierna estaba dislocada.

Melissa no había corrido con mejor suerte. Sus dedos se habían fracturado, y la turbulencia provocó que su cuello se contracturara, por lo que debía usar collarín. Sin embargo, ella estaba sumamente contenta de que su plan funcionara a la perfección, así que bebía victoriosa de una caja de jugo de uva. —Siempre me han gustado los dichos de tu papá...

Ambos chicos se encontraban en la zona que conectaba toda la nave, sobre el almacén, junto a los extraterrestres que viajaban con ellos en sus respectivos asientos. Después de que salieron del infierno que era ese planeta, se realizó un control de daños tanto a la nave como a su tripulación. Todos los que viajaban en la parte inferior salieron lesionados por el sobreesfuerzo. Así que cuándo despertaron, Shar les aplicó un tratamiento de aceleración de curación natural con sus poderes y regresó a entrenar solo con Zack, quién era el único que no había resultado lesionado de los tres. Aún les quedaba un día de viaje y planeaban reparar la nave una vez que llegaran al planeta Badeltus. La nave en ocasiones presentaba turbulencia debido al entrenamiento en el salón de usos múltiples.

No lo entiendo, el salón no se ve muy grande desde afuera... ¿Cómo le hacen para entrenar ahí?— Preguntó el ingeniero, acomodándose una bandita en la cabeza. Realmente estaba muy incrédulo de la situación.

Es un poco de ciencia ficción británica— Respondió Milo, a quién apenas terminaban de cambiarle las férula.

Fascinante...

Lo que es verdaderamente fascinante es que cuándo lleguemos al planeta estaremos curados completamente. — Añadió Melissa, con gran emoción — Sinceramente ya ansío tronarme los dedos...

Yo ansío regresar a mi vida como científico de innovación y desarrollo tecnológico... Y por supuesto que ofrezco mis servicios para la reparación de su nave espacial. Tómenlo como un agradecimiento por su esfuerzo por rescatarnos de este planeta...


Cavendish abrió los ojos, parpadeó un par de veces y notó su posición. Estaba atado de manos sobre su cabeza a un pilar enorme en una zona sin vigilancia. Apenas y podía recordar lo sucedido. Parpadeó un par de veces más y notó que sus anteojos habían desaparecido. Su sombrero no estaba y su traje de batalla tampoco. No portaba su chaleco ni tampoco su chaqueta. Simplemente usaba su camisa rutinaria y su corbata color lila. Suspiró y trató de zafarse de sus ataduras sin éxito. Su visión estaba demasiado borrosa y se le dificultaba respirar. Sentía un liquido resbalar por su oreja izquierda.

Tranquilo amigo— Le dijo una voz muy familiar. Su mejor amigo estaba atado en contraposición a él— Estamos en una de las cámaras de reuniones del buque enemigo... Nuestros artilleros... No lo lograron.

¿Qué pasó? — Preguntó el británico, muy impaciente, mientras seguía tratando de liberarse.

Pues... Justo cuándo entramos a la zona de los motores con nuestra nave sus escudos se restablecieron y cortaron nuestra nave a la mitad. Ahí fue donde perdimos a los artilleros. Chocamos contra el suelo de la nave. Tu te desmayaste y yo te saqué antes de que los restos explotaran... Luego llegaron cientos de tropas y nos capturaron. Si te sirve de consuelo, creo que completamos la misión. La explosión dañó los generadores de escudos y se averiaron los motores y el buque está inmóvil... Esperemos que sea suficiente...

Pero cuándo el plan de Doof para derribarlos funcione, todos los sistemas electrónicos en rango fallarán... ¡Eso incluye los sistemas vitales de la nave!

Si... Estamos condenados... Pero al menos salvamos a la resistencia...

No han salvado a nadie— Interrumpió un hombre en traje militar con gorro y anteojos —

¿Te importa? Estamos teniendo un momento serio de amistad... — Respondió el de cabello chino...

El hombre que los aprisionaba se acercó a Dakota, desde un punto en el que Cavendish no era capaz de observar— Su plan para detener este buque parece haber tenido éxito pero todo depende de la perspectiva... En unos minutos nuestros motores se reiniciarán y destruiremos toda la resistencia... Ahora díganme... ¿Qué creen que lograrían dañando los impulsores?

Pasaron unos horridos segundos de silencio, fueron suficientes para que el británico se percatara del aire frío que corría por la habitación. Al no recibir respuesta de ninguno de los dos, comenzó a golpear al más chaparro de los dos. A pesar de no verlo, se podía escuchar claramente el sufrimiento que su amigo recibía como tortura.

No me harás hablar— Dijo, y de inmediato escupió al suelo...

No intento que tu hables... Tu amigo por otra parte...

Cavendish cerró los ojos con furia y desesperación. Realmente no le gustaba escuchar lo que estaba escuchando. Sabía de sobremanera el valor de su silencio. Incontable cantidad de vidas que se salvarían. Incluso pensó que ese planeta podría ser la clave para ganar la guerra. Sin embargo, la impotencia de no poder hacer nada le ganaba.

¡Espera!— Gritó con lágrimas en los ojos. Abrió la boca una vez más pero fue interrumpido en ese instante.

¡Cavendish! ¡No!— Dijo el hombre con dificultad, mientras aún sangraba por la boca.

Ambos chicos cerraron los ojos, cada uno aguantándose el llanto como podía. Las acciones de ambos provocaron un estallido de ira en el hombrecillo militar que estaba ante ellos. Amagó con golpear de nueva cuenta al castaño pero este lo esquivó como pudo. El golpe retumbó por completo en el pilar en el que ambos estaban atados y le provocó al atacante un severo dolor en los nudillos.

Ya verás...— Sacó una macana eléctrica de su bolsillo y comenzó a electrocutar al hombre frente a si. Sus alaridos de dolor resonaban por toda la habitación, provocando un eco terrible, tanto físicamente, como para la conciencia del hombre británico...


En el planeta Badeltus las cosas se apreciaban por sus tonalidades de azul claro opaco. El cielo y las montañas apenas y se discernían entre sí debido a este efecto peculiar. Sin embargo, existía otra peculiaridad: Las civilizaciones existían únicamente en las cimas de las montañas más altas del planeta. Enormes ciudades que se construían en plataformas conectadas entre sí, al rededor de cada pico de cada montaña. ¿La razón? Debajo de ellas existía una condición climática bastante peculiar. El planeta estaba invadido por ciclones, remolinos, tornados, en fin, una infinidad de fenómenos atmosféricos relacionados con el viento, por lo que era necesario construir por encima del viento del planeta. La nave ingresó de forma brusca en el espacio aéreo del planeta, por lo que rápidamente llamaron la atención de las autoridades locales.

Atención a todos los tripulantes...— Habló la piloto con una voz preocupada sobre los comunicadores de la nave — Todos deben colocarse su cinturón de seguridad y sujetarse bien. El aterrizaje será un poco brusco

Apagó el comunicador y sujetó con firmeza los controles de la nave. Su copiloto aún tenía los dedos fracturados, así que en ella recaía la responsabilidad de aterrizar la nave a salvo. Comenzó a tirar de palancas y presionar botones, mientras observaba el par de naves que la escoltaban. Pronto se dio cuenta de que no eran autoridades como tal. Dos ganchos se clavaron en el exterior de su nave a través de unas cuerdas de acero. Un gancho por cada nave que los escoltaba. A pesar de la velocidad, unos hombres se engancharon a las cuerdas y brincaron desde su respectiva nave hasta hacer contacto por la parte superior de la cabina de mando. Uno de ellos portaba una capa rasgada, unos lentes de protección oscuros y una daga con una abertura en su punta. El hombre se arrodilló ante el fuselaje de la nave y presionó un botón sobre su daga, que empezó a emitir una chispa plateada de energía con la que comenzó a abrir un agujero en el techo.

Quorra se percató de inmediato de lo sucedido, así que activó la alarma de abordaje de la nave, provocando que Shar y Zack entraran corriendo a la cabina de mando.

¿Qué sucede?— Preguntó el chico con los guantes endurecidos.

Piratas. Intentan abordarnos... ¿Pueden...?— Pero antes de terminar la oración, el hombre del atuendo ceremonial estiró sus brazos a ambos costados. Emitió una leve aura y en el exterior de la nave dos haces de energía de buen tamaño aparecieron y se convirtieron en grandes cuchillas curveadas blancas que cortaron los cables que anclaban el transporte con las naves invasoras. Dicha acción provocó que todos los hombres en el exterior de la nave volaran sin control lejos de la nave mientras caían.

El intento de abordaje había provocado una reducción en la aceleración de la nave, pero al cortarse el contacto, la gravedad nuevamente comenzó a surtir efecto, acrecentando la dificultad de la piloto para aterrizar. Los piratas disparaban desde sus propios vehículos dañando aún más los maltratados impulsores, por lo que Shar, harto de la situación intervino una vez más lanzando dos esferas de energía gigantes que impactaron directamente en las máquinas enemigas, desviándolas hacia diferentes lugares del planeta. El hombre cayó arrodillado debido al sobreesfuerzo y Zack lo ayudó a reincorporarse y sentarse en una de las sillas de la cabina y corrió hacia el asiento del copiloto para ayudarle a Quorra.

Vamos a estrellarnos si no reducimos la velocidad...

Los impulsores principales no responden y los motores de emergencia fueron alcanzados por los rayos de esos piratas. Nuestra última esperanza es activar los elevadores verticales.

Zack presionó algunos botones en la consola. Después de observar de primera mano los viajes espaciales algún conocimiento había adquirido. Las ranuras de los estabilizadores verticales se abrieron y algunos restos de componentes cayeron entre las rendijas, sin embargo, funcionaron de manera gradual y la velocidad disminuía. Una luz roja comenzó a brillar en uno de los paneles que indicaba un intento de comunicación hacia la nave.

"Nave ingresante, identifíquese y rectifique su curso."

Quorra se preparó para contestar y en ese momento notó un detalle muy importante. —¿Cuál es el nombre de esta nave?— Preguntó muy inquieta ante la situación apremiante

¿Cómo que el nombre?

Todas las naves son bautizadas con un nombre.

Nunca habíamos pensado en eso... Ahm...

Quorra presionó el botón del comunicador — Yo soy la piloto del Azulejo... Sagrado. Transportamos sobrevivientes del planeta Velsistri y hemos perdido el control casi por completo de nuestra nave. Solicitamos permiso para aterrizar...

"Azulejo Sagrado, debe disminuir la velocidad. Habilitaremos la plataforma 19 para que aterricen..."

¿No hay otra manera de reducir más la velocidad?— Preguntó un Zack que comenzaba a desesperarse — Los elevadores verticales están a toda máquina y a punto de quemarse.

Volteó atrás, su pasajero con supuestos poderes increíbles estaba dormido sobre la silla. Sin importarle que posiblemente se estrellaran en el planeta. Miró a través del parabrisas y divisó a la distancia una plataforma iluminada en color amarillo cerca de la orilla exterior de la ciudad sobre la montaña. Adivinó que debían aterrizar en esa plataforma. A su costado estaba la cabeza de un remolino. Ambos tuvieron la misma mala idea al unísono. Se miraron por espacio de unos segundos y volvieron a la consola. Los estabilizadores verticales se apagaron y con el poco poder que le quedaba a los impulsores desviaron el curso.

"Azulejo Sagrado, su curso ha cambiado. Se dirige en picada hacia el mar ventoso. Rectifique su curso o no seremos capaces de rescatarlos"

Ninguno de los dos dudaba. Pero a la vez, ninguno de los dos estaba seguro. La nave continúo cayendo varios kilómetros por hora hasta que finalmente hizo contacto con el remolino. Los pasajeros en diferentes áreas comenzaban a resentir el movimiento circular. Algunos estaban mareados. Otros cayeron inconscientes. La cara de Milo se tornó verde por unos segundos, respiró hondo y tragó profundo. Algunas partes que estaban amarradas improvisadamente en el exterior se desprendieron. Quorra y Zack se miraron a los ojos brevemente, y volvieron a encender los motores y los elevadores. El poder resultante apenas fue capaz de elevar la nave unos cuantos metros encima del remolino hasta que una grúa del lugar los sujetó y dejó caer lo que quedaba de la nave en la plataforma indicada.

Shar abrió los ojos de nueva cuenta y notó que todo estaba más dañado de lo que recordaba. Incluso la nave estaba ladeada por el aterrizaje de emergencia. Sus instintos de lucha lo hicieron reincorporarse y adoptar su pose inicial de pelea hasta que se percató que no había peligro alguno.

Pensé que no dormías— Le dijo el moreno mientras comenzaba a caminar por la cabina.

Yo también...— Respondió el hombre, comenzando a frotar su cabeza con su mano izquierda


Doctora Borges... ¿Está segura de que esto funcionará?— Preguntó el general de las fuerzas de la resistencia al que le faltaba un ojo. El señor Block.

La mujer era una humana de cabello oscuro, no demasiado largo recogido, unos lentes en forma de diamante con vidrio gris que dejaba ver perfectamente sus ojos negros. Su mentón era cuadrado y tenía un cuello medianamente largo. Portaba una blusa color azul grisáceo y una falda color negro.

¿Sabe? Usted debería confiar en la última psiquiatra, neuróloga, ingeniera biomédica y masajista erótica de la raza humana...

Bueno... Creo que has demostrado que sabes lo que haces...— Respondió en un tono picarón.

Un hombre estaba atado de pies y manos... cintura, abdomen, cuello, frente, rodillas, espinillas, brazos, antebrazos y nuca. Varias ventosas con electrodos estaban colocadas al rededor de todo su cuerpo, sobre todo en la parte de la cara. Un casco con exceso de cables cubría su cabeza. La posición de su cuerpo estaba un poco inclinada hacia adelante lo cual era bastante incomodo para él. La doctora se acercó gentilmente hasta él.

Muy bien, Theseus... ¿Cómo te sientes?

Como si fueran a dividir mi personalidad en dos otra vez...— Respondió de una manera extremadamente calmada, para sorpresa de todos.

Una vez y te pedí disculpas... Escucha... Esta vez, queremos que tu y tu otra personalidad lleguen a un acuerdo en comunión... Este mecanismo sobrecargará tus terminales nerviosas y estimulará tu cerebro para que entres en trance inducido... En teoría... No sabemos que pasará cuándo llegue ese punto...

—Solo enciéndalo de una vez Doc. Y si me vuelvo un asesino sin moderación, será su culpa.

La doctora encendió el aparato. Theseus comenzó a sentir un cosquilleo en todo su cuerpo. Cerró los ojos un momento y los volvió a abrir. Todo a su al rededor le parecía surreal. Como si fuera una caricatura mal dibujada. Volvió a cerrar los ojos y al abrirlos ya no existía nada a su alrededor. Todo estaba bañado por un color blanco brillante, que poco a poco empezó a perder claridad hasta convertirse en un ambiente completamente oscuro. Comenzó a concentrarse. Ya no sentía sus ataduras. Trató de ver sus manos pero no pudo. Solo veía un negro infinito. Trató de hablar pero las palabras no le salían, solo podía "pensar"... Pero... ¿Eso era pensar? Como podía saberlo si ni siquiera sabía que estaba pasando. ¿Estaba muerto? No lo podía imaginar porque nunca le había pasado. No. No estaba muerto. Esa sensación la había sentido antes. Como si su cuerpo fuera un automóvil y él estuviera sentado en la parte de atrás... Ahora... ¿Quién manejaba? ¿Era todo una trampa para regresarlo a ser un extraño dócil con la mitad de sus habilidades? No... No lo era. Nunca se había cuestionado lo que era eso. ¿Tenía desorden de personalidades? No estaba seguro. Compartía los recuerdos con su otro yo. Generalmente las personas con TID no comparten recuerdos entre sí pero... ¿Que era eso exactamente?

¡Sáquenme de aquí!— De alguna manera logró gritar, no solamente pensarlo. Pero su espacio alrededor seguía completamente a oscuras y aún no se percibía a sí mismo. Ni siquiera estaba seguro de haber gritado, pudo ser solo un pensamiento realmente.

No lo pensaste, lo gritaste... Y demasiado fuerte, he de decir...— Respondió otra voz que compartía el mismo espacio a oscuras. Theseus no era capaz de verlo pero de alguna manera lo sentía. Alguien más compartía su mente. Y era capaz de leer su mente dentro de su mente.

¿Quién eres tu?

—Yo soy tú.. Soy el tú que siempre debimos ser... El bueno...

—No... Yo siempre debí ser yo. Toda mi vida fue así... Hasta que ellos te implantaron en mi mente... Ahora déjame salir de aquí...

—Espera... Tu entraste aquí... Yo no puedo sacarte...


Bueno, sabía que no seríamos recibidos como héroes de cualquier manera...— Dijo Zack con sarcasmo mientras bajaba de la semi arruinada nave espacial que los transportaba. Milo descendía detrás de él, apoyado por un bastón, observando el panorama. A pesar de ser un ambiente con tonos muy grises, lograba apreciar la belleza de estar ahí. Trás de sí estaban los rescatados del planeta, quienes descendían impacientes por reencontrarse con los de su especie. Un hombre con pinta de ser un embajador de la misma especie los recibió, indicándoles cuál sería el protocolo a seguir ahora que se encontraban en ese planeta.

¿Dónde está Melissa?— Preguntó el chico mientras se retiraba la escayola del brazo. Posteriormente dobló su bastón retráctil y lo guardó en su siempre confiable mochila.

Cambiándose de ropa— Respondió la chica extraterrestre que se abría paso entre toda la multitud de gente que se encontraba en la plataforma de aterrizaje— Dijo que no podía seguir enfrentando al mal en el universo en falda y bolero... ¿No les parece extraño el clima de este planeta?

Hay una enorme barrera física que mantiene los ventarrones por debajo de esta altura— Respondió Yae Wis quién se incorporaba a la conversación— Atención, terrícolas... y amiga... Tatuajes Beethovianos reales... Con que eres la princesa de Beethovia... ¿Cómo no me di cuenta antes?

Quorra se escandalizó al darse cuenta que las personas de la galaxia conocían la reputación de su planeta. — Yo no...

Tratamos de mantener el secreto— Interrumpió Milo, confiando en que su amigo ingeniero guardaría silencio.

Por favor discúlpenme...— Respondió el hombre mayor — Escuchen, como dije antes, estoy dispuesto a colaborar con la reparación de su nave, sin embargo, requerimos de algunas refacciones y no son baratas. Hablé con el embajador de Velsistri y no hay mucho que puedan hacer, tomando en cuenta que los Badeltianos ya nos otorgaron el asilo...

Milo observó una lista que el hombre le dio y notó los precios de todas las cosas.

Pero eso nos costará tres cuartas partes de lo que tenemos guardado en el cofre de los chicos...— Suspiró desanimado, pero su optimismo emergió de nueva cuenta— No hay problema, podemos solventar esos costos.

De pronto un ladrido muy fuerte comenzó a escucharse en el área. El ladrido comenzó a repetirse y Milo logró divisar a su perro descendiendo de la nave.

Diogee ¿Qué estás haciendo? Ve a la nave...— Sin embargo su ladrido no cesó y en lugar de ello comenzó a rodear la nave por una de los lados posteriores así que tuvo que perseguirlo— Diogee ¿Qué es lo qué...? ¿Pero quién es ese?

Un hombre estaba parado sobre un agujero en la parte posterior de la nave, donde se encontraba la bodega de suministros. El hombre portaba una bandana cubriendo su cabeza, una enorme cicatriz que recorría su ojo izquierdo. No usaba playera y su piel color gris estaba cubierto por tatuajes. El más llamativo representaba un cráneo de una criatura parecida a un capibara cubierto de llamas, con una serpiente atravesando ambos ojos. En sus brazos cargaba el cofre con las reservas de dinero del equipo.

¡Adiós, soperutanos!— Gritó a la vez que silbó una melodía parecida a un claxon. Un par de alas metálicas brotaron de su espalda, con cohetes en los extremos. Milo reaccionó de inmediato e invocó una de sus espadas y la arrojó hacia aquél hombre que comenzaba a flotar en el aire. Ese hombre con gran habilidad desenfundó su propia espada con el brazo derecho y rechazó el ataque del chico, quién estiró su brazo de nueva cuenta para atraer de regreso su espada como si de un boomeraang se tratara. Milo solo era capaz de observar como sus recursos se alejaban a gran velocidad sobre el mar ventoso.

¡Milo!— Gritó Zack quién se acercó corriendo a la zona — ¿Qué sucedió?

Piratas...— Respondió un hombre viejo, del mismo aspecto que los locales, quién apareció prácticamente de la nada — Desde hace generaciones surcan los mares ventosos entre las montañas. Roban todo lo que está a su disposición y como bestias hacen gala de su inmundicie en su escondite.

Se llevó todo, Zack... Ahora no podremos pagar las reparaciones de nuestra nave...

Odio a esos malditos piratas— Añadió la princesa que se integró a la conversación desde lo lejos...

¿Por qué tanto odio?— Preguntó el moreno y de inmediato se arrepintió de hacerlo, pues recordó la historia que la chica les había contado. — Oh, lo siento... Debió ser uno de los piratas que nos atacó cuándo intentábamos aterrizar. Se ancló a nuestra nave y esperó a que estuviéramos distraídos para robarnos...

¿Qué sucede?— Preguntó la recién incorporada pelinaranja, mostrando su cambio de look al grupo. Portaba una blusa térmica de manga larga color negro y cuello de tortuga. Encima de ella, usaba un chaleco grueso del mismo color que su bolero habitual. Dicho chaleco contaba con dos pares de bolsas para cada lado de la unión. En lugar de su falda habitual, portaba un pantalón largo del mismo color de su chaleco. Para sostener su pantalón portaba un cinturón táctico con varias utilidades y una hebilla con la letra "M" marcada en ella. Sus tenis habituales fueron reemplazados por unas botas de montaña color marrón poco llamativas y para completar el atuendo utilizaba unos guantes sin dedos color rosado. Finalmente había recogido su cabello para una mayor destreza. La chica sonreía esperando respuesta pero solo notaba a sus tres amigos atónitos observándola detenidamente — ¿Está todo bien?


[Doofenshmirtz futuro apocalíptico...]

—Todavía no disparen... Este truquito nos llevará mucha energía así que debemos asegurarnos de derribar la mayor cantidad posible de esos drones de combate...— Dijo el hombre de la bata blanca

—Profesor Tiempo...— Interrumpió el señor Block.

—Ah, hola... ¿Cómo va el tratamiento del loquito?

—Eso no importa ahora... Lo que ahora importa es ¿Qué pasará si Dakota y Cavendish no logran destruir sus sistemas de defensa? — Preguntó el más pequeño.

—Si logran reactivar sus escudos entonces apagaremos las naves más chicas, pero la nave madre seguirá y me imagino que tiene el poder de acabar con nosotros...

Una voz computarizada comenzó a hablar, indicando que la nave madre, como la había llamado el doctor Doofenshmirtz, aún no estaba en rango para el ataque y que sus escudos estaban bajos pero no caídos. Su plan era bastante sencillo, avanzar algunas tropas como distracción poco a poco mientras Cavendish y Dakota cumplían con su misión. Una vez completada, y con la nave en rango, inmóvil y serían capaces de lanzar un pulso cosmo-electromagnético desde las antenas de las tres estaciones espaciales sincronizadas y al unísono. Con un poco de suerte eso sería suficiente para derribar a todo el ejercito invasor enemigo.

¿Y qué pasará con ellos si no salen de esa nave antes de que impactemos?

—Entonces, creo que... Tendrán unos minutos con oxígeno dentro de la nave... Pero sin ningún sistema electrónico funcionando... Puede que no logren salir de ahí... solos

—No hemos recibido comunicaciones desde que impactaron... Nunca debimos mandarlos ahí...Pero estoy seguro que lograrán salvar sus pellejos como siempre. Después de todo... Gracias a que ustedes vinieron ahora tenemos una esperanza para ganar la guerra...

—Sobre eso... No estoy seguro de que las granadas sean "seguras"... Pero como decían en Gimmelshtump, hasta que no lo intentes, no sabrás si un ocelote será un buen sustituto de un padre...

—¿Quién dijo eso?

—Yo... Por cierto, en cuánto a Cavendish y Dakota, solamente deben permanecer con vida hasta que lancemos el ataque, ordené a tres escuadrones que estuvieran al pendiente para una misión de rescate...

—Espera ¿Ordenaste? ¿Como fue eso posible?— Preguntó con un tono de molestia.

—Soy el profesor tiempo, amigo... Todos parecen querer seguir mis instrucciones...

—Pero... No deberías... Solo estás... Como sea... ¿Sabes? Tu plan me recuerda mucho a una de las primeras batallas, en un planeta que ya no existe...


¡Ni de broma! Ya hemos perdido demasiado tiempo en estos planetas insignificantes. Con cada segundo que pasa, Liam se hace más poderoso ¡¿No lo entienden?!— El hombre con el atuendo ceremonial comenzaba a perder la paciencia.

No es como que tengamos opciones sin una nave espacial...— Respondió Zack, con un tono desafiante — Además, para alguien que se la pasa diciéndonos que nos concentremos en lo espiritual y lo místico no tienes nada de paciencia mi amigo.

Escuchen, nada de esto nos ayuda— Respondió Melissa, tratando de poner fin a la discusión pero notó la mirada de determinación del que fuera su maestro.

Mientras ustedes perderán el tiempo aquí, yo iré en busca del cristal ámbar. Parece que nuestros caminos se separan para siempre, terrícolas.

Un aura blanca resplandeciente lo rodeó y en un parpadeo salió volando del lugar con dirección al espacio exterior. Su velocidad era impresionante para estándares terrenales, pero dejaba mucho que desear para el poder que en ocasiones fanfarroneaba tener.

—Volverá en cuatro minutos.— Afirmó la pelinaranja mientras observaba a sus amigos regresar de hablar con el ingeniero.

Bueno, no fue fácil, pero logramos convencer al distribuidor que nos permitiera retrasar el pago de las refacciones...— Dijo Milo mientras se incorporaba en la conversación.

¿Cómo lo lograron?— Preguntó Zack, aún observando hacia el cielo, dónde el rastro de energía blanca desaparecía lentamente.

En caso de que no recuperemos el cofre, el distribuidor se quedará con nuestra nave reparada y todo lo que hay en su interior... Pero con la ayuda de Shar, no hay manera de no recuperar ese cofre... ¿A dónde fue Shar?

—Si, no iba a ser de mucha utilidad de cualquier forma— Respondió Melissa — ¿Cómo recuperaremos el cofre?

Hay tres sitios dónde se cree que los piratas se esconden en esta zona.— Sacó un mapa del lugar y empezó a señalar las ubicaciones— Rentaremos un flotador de viento para navegar los aires como hacen los piratas, nos infiltraremos y saldremos con el cofre...

—¿Flotador de viento?— La cara de Zack era todo un poema ante dichas palabras.

Hay dos maneras de trasladarse en este planeta... Tres si cuentas las naves espaciales. La primera es a través del corazón de las montañas en complejos sistemas de transporte entre túneles subterráneos que conectan cada una de las diferentes ciudades sobre las montañas. La segunda es a través de flotadores que aprovechan la energía de los ventarrones para trasladarse. Y ya que los bandidos no tienen acceso a los sistemas de transporte citadinos, solo nos queda navegar el mar de viento.— En ese momento Quorra se acercó a ellos para corroborar su plan mientras estaban en el planeta— Quorra... Lo siento, tendrás que quedarte en la nave...

—¿Por qué?— Preguntó la chica de la hermosa piel de obsidiana.

Necesito que ayudes al ingeniero a tener la nave lista lo más rápido posible, en dado caso que necesitemos un rescate aereo... Además, estoy seguro que has escuchado hablar del código de honor galáctico de los piratas...

—"Ninguna tripulación debe entrometerse en territorio ocupado por otro capitán de la cofradía"... "Toda información de interés deberá ser compartida por los altos miembros de la cofradía a través de un cuervo galáctico mensajero"...

—¿Eso que significa?— Cuestionó Zack, mientras observaba los vientos y tornados a los que lo iban a obligar a enfrentarse con suma preocupación.

Que si esos piratas están en este planeta, es porque su capitán forma parte de la misma cofradía de piratas que invadieron mi planeta. Y que si alguno de ellos me ve, dará alerta a los que están en Beethovia y asesinarán a mi madre...

—Es hora de partir amigos...—Milo sintió la presencia de un pequeño ser junto a su pie. — Oh, Diogee... Un mar de nubes infestado de bandidos es demasiado peligroso para un perro... Ve a la nave... Estaremos bien... Vámonos... Esperen... Aquí viene...

El hombre que hacía un rato salió volando de la zona aterrizó junto a ellos, levantando una pequeña capa de polvo, los tres chicos se quedaron mirándolo con una mirada mordaz al notar que no duró demasiado tiempo por su propia cuenta.

Acabo de sentir el cristal de ámbar... Está en este planeta... Lo tiene un hombre de cabello largo, barba grasienta, gafas oscuras y una pata de palo con un tatuaje de un cráneo envuelto en llamas con una serpiente...


Cavendish también había recibido un poco de tortura. Eso fue un golpe duro para el de cabello chino, pero de la misma manera en que su amigo se contuvo para no revelar nada, él también debió hacer lo mismo. Después de lo que pareció media hora el militar decidió retirarse. El más avejentado apenas y podía mantenerse consciente, cuándo de pronto notó que sobre sus ataduras existía una punta afilada en la columna, producto de uno de los golpes que se dio de forma directa sobre el pilar, entonces su mente comenzó a trabajar y se dispuso a cortar sus ataduras, acción que le llevó unos cuántos minutos, pero finalmente logró liberarse. Vokteó en ambas direcciones para asegurarse de que no hubiera nadie. Tomo un cuchillo dentro de uno de los cajones del lugar y fue directamente con su amigo, llevándose una sorpresa al verlo, pues su cara estaba completamente hinchada por los golpes, con rastros de sangre en varias partes. Sus pantalones estaban desgarrados, no portaba su característica chaqueta deportiva, y una parte de su brazo estaba quedama. Incluso sus lentes oscuros estaban rotos. No dudó ni un segundo más y cortó sus ataduras. Tomó el brazo sano y lo puso sobre su propio cuello y con un poco de esfuerzo lo ayudó a caminar. Ambos salieron de la habitación solo para darse cuenta de su precaria situación. No sabían exactamente a dónde ir pero al menos no había guardias cerca. Caminaron discretamente por los pasillos hasta que notaron que habían llegado a una zona de las orillas de la nave. Un enorme ventanal dejaba ver la posición en la que se encontraba, no obstante, una alarma comenzó a sonar, lo que los alertó de inmediato. Notaron un conducto de ventilación cerca de ellos y no dudaron en entrar y esconderse. Al cabo de unos segundos, unos cuántos drones armados entraron a la zona.

¿Qué sucede?— Preguntó uno de los mecánicos

Los prisioneros escaparon... Es prioridad encontrarlos.— Contestó otro con una voz demasiado tétrica.

Su situación era imposible, no sabían como salir de ese lugar y más importante aún, debían regresar a la sala de los generadores y terminar su propia misión. Aún escondidos en la ventilación se les ocurrió que podían utilizarlos discretamente como una navegación secreta. Se arrastraron en ellos como pudieron, pues no eran de un tamaño decente, sin embargo, su tarea era titánica. Estaban en una zona un tanto retirada del cuarto de máquinas y a esa velocidad no cumplirían con su objetivo. Para mayor desventaja, los generadores entraron en funcionamiento otra vez y tanto los impulsores como los escudos se reactivaron. Ahora tenían una cantidad menor de tiempo para cumplir su cometido.

Muy bien ¿Ahora qué?— Preguntó murmurando el más herido de los dos.

Creo que tengo una idea...— Respondió su amigo — Cada tres estaciones de ventilación existe un alternador eléctrico que distribuye energía a los sectores y que opera gracias a un tanque de combustible... Esos alternadores son los encienden a los distribuidores de oxígeno. Si podemos romper el tanque de combustible y hacer un mechero, haremos una bomba y volará la mayor parte de esta área.

—Si y a nosotros con ella.— Le contestó con amargura.

—No si cerráramos las persianas metálicas entre estaciones y rezamos para que aguanten una detonación de esas. Si lo logramos, podemos usar la explosión como distracción para llegar a los generadores...

—¿Y una vez ahí?

—Te lo diré si sucede...

Se arrastraron rápidamente hasta el siguiente alternador eléctrico. Cavendish trató de buscar un encendedor en los bolsillos de su s, acocuándo recordó que su saco ya no existía más. Desesperado comenzó a revisar los bolsillos de su pantalón, cuándo recordó que en su camisa también tenía unos fósforos en su bolsillo del pecho. Tomó la caja y se percató de que solo quedaba uno. Tomó los pantalones de su amigo y les arrancó el elástico. Quebró una parte del tanque de combustible con el cuchillo que había tomado y parte del líquido se comenzó a derramar por un agujero. Introdujo el elástico de cordel por ese agujero lo que disminuyó el flujo de la fuga. Se retiraron del lugar lo máximo que el cordel les permitía. Cavendish se límpio los restos de combustible de sus manos lo mejor que pudo y tomó su último fósforo.

No respires— Le murmuró su amigo, quién se comenzó a alejar del lugar hacia la siguiente zona.

Encendió el fósforo y tan rápido como pudo comenzó a quemar el cordel, que al parecer tenía una combustión elevada, pues la chispa recorría rápidamente la longitud del lazo. Cavendish se arrastró lo más rápido que pudo hasta donde estaba su amigo, la tensión era enorme. El cordel ya había llegado al combustible derramado encendiéndolo. Cavendish se arrojó a la siguiente sección y su amigo cerró las cortinas metálicas. El minitanque provocó una explosión la cuál se acrecentó gracias al exceso de oxígeno distribuído por la zona. Irónicamente, la explosión provocó una reacción en cadena inesperada que provocó que varios alternadores explotaran de la misma manera, provocando un caos en la nave espacial. La cortinilla metálica aguantó lo suficiente para protegerlos de las ondas expansivas, pero el movimiento provocado por las explosiones rompió el suelo debajo de ellos, cayendo en un pasillo vacío. Corrieron en sentido opuesto, pues había explosiones por todos lados, de pronto, dieron giro en un lugar incorrecto, pues de un momento a otro estaban rodeados tanto por drones armados como por el militar que los había torturado.

Vaya, vaya, vaya... ¿Qué tenemos aquí?— Comentó con picardía, mientras les apuntaba con un arma. Las explosiones cesaron después de unos segundos, y él hombre se dispuso a ponerlos bajo custodia, cuándo de pronto, una de las paredes de la habitación comenzó a resquebrajarse, y todos los presentes se giraron para verla, completamente asustados, pues esa pared conectaba directamente con el casco del buque de guerra. El militar regresó su mirada al frente, cuándo notó que los hombres a los que les había apuntado apenas un segundo atrás ya no estaban, pues acababan de entrar en la habitación contigua. También se percato que bloquearon esa puerta desde el otro lado, dejándolos encerrados... — Como los odio...

La fisura terminó por romperse y tanto los drones como aquél hombre salieron disparados de la nave al espacio exterior infinito. Los chicos continuaron corriendo por los pasillos, de manera un poco más discreta, evitando llamar la atención de los guardias androides, hasta que finalmente lograron llegar al cuarto de los generados, que a pesar de estar funcionando, aún habían drones trabajadores arreglándolos. Dakota se acercó a una de las terminales, sin ser notado por ellos y comenzó a presionar botones en ella. La pantalla que mostraba los niveles de energía comenzó a cambiar sus colores de azul a rojo. Las barras indicadores se llenaron a tope y los generadores comenzaron a emitir chispas eléctricas, mismas que deshabilitaron a todos los drones presentes del lugar. Ambos hombres tomaron cada quién un arma, proveniente de los robots caídos y comenzaron a dispararle a todo lo que hubiese en el lugar. Los disparos láser finalmente provocaron explosiones de las que apenas pudieron salir bien librados. El escudo del buque cayó completamente y sus impulsores se desactivaron. El daño fue tan severo que tan majestuosa nave perdió la estabilidad y su punta se comenzó a hundir. Dakota entonces tomó un reloj que estaba escondido en su ropa interior y lo encendió, activando las comunicaciones.

Habla el teniente Dakota... La misión fue un éxito... Procedemos a evacuar el lugar...

Una voz a través del radio con acento alemán le contestó

"Dakota ¿Eres tu? Hola Dakota. Soy yo, tu viejo amigo Doof..."

—Doctor D... ¿Qué onda?...

—"El buque está en rango para atacarnos. Tenemos que activar el pulso ya... ¡Salgan de ahí!"

—Ya no hay tiempo... Disparen de una vez... Nosotros nos las arreglaremos a partir de ahora...

—"Escuchen, cuándo dispare, todos los sistemas de la nave se apagaran, incluyendo el oxígeno... Así que tendrán solo unos minutos para salir de ahí..."— Les dijo con cierta preocupación en su tono de voz, así que se dirigió a su equipo de rescate— "Escuadrones, en cuanto el pulso se apague deben aterrizar y realizar la estracción..."

Las tres estaciones espaciales alinearon sus antenas, que acababan de terminar de sincronizarse y reconfigurarse para hacer el pulso cosmo electromagnético de Doof. Los cañones del buque de guerra estaban listos para disparar a la resistencia, a pesar de su estado deplorable. El resto de naves enemigas acababan de realizar una formación alrededor de la nave madre para protegerla, sin sospechar del plan. En cambio, todas las naves de la resistencia se alejaron del rango de ataque. Eso fue tomado como una señal de rendición ingenuamente. Unos incomodos seguntos pasaron, cuándo las tres antenas emitieron una luz de color azul, formaron un triangulo entre cada una y dicho triángulo de luz fue disparado en dirección a todas las naves del ejército invasor... De un segundo a otro, su armada se había convertido en un basurero espacial de chatarra inservible...

Rayos, el comunicador también se dañó por el pulso— Comentó Dakota, quién había dejado de correr al notar que las luces se apagaron, estaban dentro del hangar más cercano a los generadores, por lo que la puerta metálica que protegía perdió todo su torque, abriendo una brecha al vacío. Dicha brecha comenzó a succionar todo lo que había al espacio exterior. Ambos hombres se sujetaron a una columna del lugar, pues el vacío del espacio estaba listo para absorverlos... Estaban preparados para despedirse el uno del otro, cuándo de pronto una nave de rescate se introdujo al hangar a toda velocidad y se ancló al suelo. Un hombre de la resistencia bajó corriendo con un traje espacial conectado a la nave por una cuerda. Sus suelas eran adheribles al piso y de esa manera lograba avanzar en el hangar. Tomó de la mano a Cavendish quién poco a poco se soltó y se sujetó del cable que conectaba aquél hombre con la nave hasta ingresar en ella. Mientras tanto, el hombre agarró a Dakota en brazos, pues era el más lastimado de los dos y lo ayudó a ingresar a la nave. La rampa de acceso se cerró y la nave de rescate salió del buque enemigo sana y salva.

—Los tenemos... Naves de rescate, pueden dejar de buscar... Misión cumplida...


Los tres chicos terrícolas y el extraterrestre navegaban por el viento con suma dificultad. Usaban el traje que parecía haberse adaptado a las condiciones del clima, otorgándoles apariencias más parecidas a los marineros, incluso su casco parecía una gorra. Los flotadores de ese planeta tenían un diseño un tanto arcaico y poco práctico para hacer una navegación firme, sin embargo eso era parte del lugar. La brújula junto al timón era un tanto extraña, ya que no apuntaba directamente hacia el norte magnético del planeta, si no, a la ciudad más cercana, eso gracias a su constitución de metal lipo, un material exclusivo de ese planeta y del que estaban hechas las bases plataformas de cada una de las ciudades.

Si eres capaz de sentir los cristales ¿Por qué no simplemente vamos hacia dónde sientas el cristal ámbar? De seguro ahí está también el cofre de nuestro dinero...— Preguntó Melissa, quién estaba a cargo de la navegación en este sistema tan complicado.

Ojala pudiera. Hay un problema con ese cristal. Parece que algo está provocando que su energía emane un bloqueo que me impide localizarlo...

Perfecto— Interrumpió Zack — Justo cuándo más te necesitamos...

—¡Veo algo!— Gritó Milo, interrumpiendo de manera irónica a su amigo.

El flotador se acercó a una pequeña montaña que sobresalía del mar de vientos, no era tan inmensa como las que formaban las ciudades, pero era lo suficientemente grande para albergar a alguien en su interior. Su color era un rosado pálido y tenía una cueva enorme a la que los chicos entraron. Dentro tenía un sin fin de barriles, pero la mayoría de ellos estaban vacíos, otros tenían otra clase de licores y explosivos en su interior. Había un número escrito en color verde y por el estado de todo parecía haber sido abandonada hace tiempo. Al notar que no estaban los piratas en ese lugar, subieron de nueva cuenta a su flotador y partieron a la segunda locación, les llevó un par de horas pero al arribar, se encontraron con un depósito de restos de flotadores, todos colocados encima de una plataforma, que se mantenía sobre el aire gracias a unas helices que giraban en su interior. El color del flotador más grande, que sobresalía del resto era azul pálido y desde lejos se podía ver un grabado en el timón del barco. Milo sacó unos ganchos enrollados de su mochila que se desenvolvieron hasta formar una escalera. Con cuidado la utilizó para subir al flotador. Activó el intercomunicador de su traje desde su brazalete izquierdo.

Parece que estas cosas han estado abandonadas aquí desde hace un tiempo... Es como si las tuvieran aquí para usarlas como refacciones... Es un cementerio de naves...

Siguió avanzando hasta toparse con el timón del barco. Nuevamente notó que estaban grabados unos números sobre el timón en un interesante color rosado. Tomo foto a través de la cámara de su traje y la mandó a sus amigos.

¿Qué significarán esos números?— Preguntó Melissa a través del comunicador.

No lo sé, pero lo mejor será que salga de aquí.

Se preparó para abandonar el área, pero en ese momento una de las columnas del flotador más grande comenzó a desprenderse de su base y golpeo el timón, provocando que el flotador se activara y comenzara a girar sin control, golpeando toda superficie en el cementerio de naves, causando movimientos erráticos. Milo desenfundó sus espadas y comenzó a cortar todo objeto que se atravesara en su camino. Su escalera se soltó por el movimiento y cayó sin control al mar de viento. El movimiento errático comenzó a alterar el flotador en el que Zack, Melissa y Shar se encontraban, así que comenzaron a alejarse de manera inconsciente del lugar. La base de la plataforma no aguantó por mucho tiempo y se rompió en dos partes, por lo que todo en su interior comenzaba a caer sobre una nube debajo de ellos. Milo corrió a través de otro de los mástiles que se hundían y brincó en dirección a su propio flotador, sin embargo la fuerza del salto no fue suficiente, por lo que comenzó a caer. Desesperado apuntó con sus dos espadas hacia abajo y un chorro de energía emanó de ellas, propulsándolo unos breves momentos en el aire. El impulso no fue suficiente para llegar a su flotador, pero fue capaz de usar uno de los disparadores de ganchos que lo conectó directamente con el estribor de su vehículo. Sus amigos rápidamente halaron del cable para subirlo de vuelta y ponerlo a salvo.

Estuvo cerca...— Dijo el del cabello negro, antes de regresar al timón y poner en curso el viaje hasta el último lugar, al cual también tardaron un poco en llegar.

Que bueno que los días aquí duran 39 horas...

Llegaron a la última zona conocida, pero solamente encontraron una cantidad enorme de estacas de madera gigantes, que parecían provenir del suelo hundido del planeta. Era bastante impresionante, pues debían medir kilómetros de alto. Al acercarse a ellas notaron que eran de un color verde. También notaron que había cadáveres atados a ellos.

Los piratas usan este lugar como zona de ejecución. Dejan colgadas a las personas aquí para que mueran de hambre...— Explicó Milo, con un tono de melancolía e impotencia.

El olor que emanaba del lugar era insoportable, así que tuvieron que activar la careta de sus cascos y el sistema de filtrado de aire. Por el estado de los cuerpos, era obvio que llevaban años ahí colgados, descomponiéndose. Milo se acercó a una de las estacas y notó un gravado en color azul pálido: Otros números. Las nubes que estaban por debajo de ellos comenzaron a subir en forma de un remolino que se tornaba en un color muy oscuro.

Creo que las almas de este lugar no nos quieren aquí—Dijo Melissa, con una voz muy temblorosa...

Por favor, no me digas que tú más que nadie...

Sin embargo, el moreno fue interrumpido por el de la túnica ceremonial —De hecho, yo también soy capaz de sentir una vibra de rabia y un aura de descontento de parte de los que ya no están... Creo que deberíamos...

La nube comenzó a aumentar su tamaño. Milo brincó sujetándose entre las estacas con gran habilidad hasta que llegó a la que tenía el grabado y le tomó foto con su traje. Saltó de regreso hasta su flotador y la nube gigante que se había formado los arrojó a larga distancia. Gritaron por la velocidad, con miedo a volcarse en las nubes, sin embargo, a unos cuántos kilómetros se detuvieron por fin y recuperaron el aliento.

Bien, solo nos faltaba agregar muerte y fantasmas a la lista de este viaje— Comentó con angustia el moreno mientras se reincorporaba — El viaje ha sido un completo fracaso. No encontramos a los piratas en ninguno de los lugares a los qué...

Cuándo se dio la media vuelta, notó que los otros tres tripulantes estaban sobre el suelo, observando el mapa, junto con las fotografías que tomaron a los números.

La cueva rosa tenía un número de color verde, la estaca verde tenía un número color azul y el barco azul tenía un número de color rosa, no puede ser una coincidencia.— Exclamó la pelinaranja mientras hacia unos apuntes sobre su mapa. Tomó un compás y con una calculadora su brazalete comenzó a hacer unas variaciones con los números.

¿Qué haces? Melissa — Preguntó el chico mientras se acercaba al lugar.

Creo que son distancias... Si el color representa el lugar y su distancia... Y se necesitan únicamente tres puntos para triangular su ubicación creo que... ¡Lo tengo!

Marcó tres semi círculos sobre el mapa, tomando los números como distancias y aplicando una escala cuidadosa sobre el papel. Logró encontrar una zona en la que los semicírculos formaban un triángulo de aristas redondas. El triángulo marcaba una zona que en el mapa aparecía dentro de una mancha oscura color gris que destacaba del resto. Sin embargo, en ese instante, un flotador de tamaño considerable se dirigió a ellos desde el horizonte. Portaba el símbolo que el embajador llevaba sobre su uniforme por lo que asumieron que se trataba de una autoridad local. Melissa fue bastante astuta y logró ocultar el mapa en la mochila de su amigo mientras ellos trataban de ponerse en rango. Se colocó el collar y les hizo una seña para ocultar sus armas. Los guantes de Zack pasaron desapercibidos al igual que el collar. Las espadas de su amigo se reformaron en su forma de simples agarraderas y las escondió bajo sus hombreras. Un hombre se acercó a la orilla de su flotador y se dirigió a ellos a través de un megáfono.

Atención flotador T10235919, operaba a exceso de velocidad sobre un sector restringido... Prepárese para ser abordado.

Los militares colocaron una rampa entre ambas naves y varias de sus tropas descendieron hasta la nave más pequeña. Un hombre, cuyo uniforme delataba su cargo descendió y fue presentado por uno de sus hombres. Al igual que la mayoría de los locales, su piel era gris pálida y su complexión era parecida a la de un humano escuálido. Sin embargo, los de ese planeta eran conocidos por la densidad de su cuerpo, por lo que los músculos no eran un atributo suyo. Sus ojos eran completamente redondos y de un color azul brillante, lo cual difería con el resto de sus compañeros, quienes tenían ojos más parecidos a los humanos.

Reciban con ustedes al comandante Trickett de las fuerzas planetarias de Badeltus...

—Gracias soldado... — Dio un pequeño vistazo a los chicos y abrió los ojos de manera sorprendida y regresó a la normalidad — ¿Qué es lo que veo? Parece que ustedes no son de este planeta... Me temo que están en muchos problemas muchachitos...

El Wan notó lo extraño de la situación y del modo de hablar del hombre, así que decidió tomar control de la situación. — Por favor, le ruego que nos disculpe... Nuestra nave sufrió un desperfecto lo que provocó el exceso de la velocidad...

—Es un delito grave manejar un flotador dañado...

—Es rentado, no sabíamos que estaba dañado...

—Bien, usualmente tendría que ponerlos bajo custodia y llevarlos hasta el tribunal... Pero parece que eso no será posible el día de hoy. ¿De qué ciudad vienen?

—De la ciudad de Alk. Dónde está la embajada que recibe a los refugiados de Velsistri...

—Ya veo... Si prometen regresar a Alk de forma inmediata estoy dispuesto a olvidar que este incidente ocurrió... Y les recomiendo que tengan mucho cuidado. Hemos estado navegando durante semanas tratando de atrapar a los piratas, que se han vuelto una gran molestia para todos... ¿Será que ustedes tienen información al respecto? — Miró a Milo detenidamente, pero este sin cambiar su semblante negó con la cabeza.

En realidad nos vendría bien un poco de ayuda para regresar a Alk, ya que con el desperfecto perdimos la noción de nuestra ubicación...— Dijo la chica, quién hizo uso de su mirada para conseguir su objetivo

—Su brújula está apuntando directamente a la ciudad de Dusk. Coloquen la punta a 133 grados y eventualmente entrarán en la zona de rastreo de Alk... ¿Tienen un mapa?

—Se nos perdió con el desperfecto... ¿Podrían regalarnos uno?

—Seguro, niña...— Extendió su mano hasta uno de sus subordinados que le entregó un mapa pequeño y posteriormente se lo entregó a la niña— Aquí tienen...

—Oh espera, ¿Qué es esta mancha gris de ahí?

El comandante arqueó la ceja ante la pregunta de la chica terrícola. Gesto que fue advertido por los cuatro, quienes trataron de no realizar ninguna acción comprometedora. — Esa es una zona dónde es común que exista una bruma extrema que no permite a la gente navegar... Traten de no acercarse ahí... Bueno, hora de partir... Pero antes de irnos... Estamos en medio de una operación para capturar o exterminar todo acto de piratería que acontece por estos lugares... Es de suma importancia que toda la información pertinente relacionada al tema se nos sea entregada... E involucrarse en estos asuntos también está prohibido. ¿Saben algo al respecto?

Zack y Milo se miraron acusatoriamente por unos segundos, pero recobraron la compostura y negaron con la cabeza. Sin embargo, dicho acto fue captado por el comandante, quién se dio la media vuelta, asintió a sus tropas con la cabeza y abandonaron la zona.

Sin más que decir, los hombres regresaron a su propia nave y esperaron a que los terrícolas partieran en la dirección indicada, cosa que tuvieron que hacer a regañadientes para evitar levantar sospechas, hasta que finalmente ambos flotadores salieron del alcance visual del otro. Sin embargo, no tenían manera de saber su propia ubicación, pues lo único que se les fue otorgado fue una manera de regresar a Alk.

No podemos navegar así... Tendremos que regresar hasta la zona de Alk averiguar nuestra posición, ya que no sabemos el punto exacto sobre el cual la brújula nos marcará...

No es necesario, niña naranja... — El hombre levanto un dedo y un pequeño rayo de luz color azul se disparó hasta desaparecer a lo lejos de la nave — Ese rayo de luz nos marca la posición del cristal de zafiro que se encuentra guardado dentro de la nave en reparación. ¿Crees poder ubicarnos con esa información?

—Si. La zona restringida se puede ver en el mapa, y creo que vi unas formaciones rocosas en ella... Vamos hacia la guarida de los piratas...


¿Entonces a qué acuerdo pretendes llegar? ¡¿Yo me quedo con el cuerpo Lunes, Miércoles y Viernes. Tu te lo quedas Martes, Jueves y Sábado.?! ¡Ah! ¿Y qué crees? ¡Descansamos los Domingos!

—Sabes, empiezo a sospechar que te gusta mucho usar sarcasmo...

—¡¿Ves?! Ese es el punto. Tu no eres para nada como yo. ¡Eres demasiado tonto! Ahora, déjame salir... De mi propia mente, supongo...

—¿Por qué no me dejas salir tu a mi? Tengo tanto derecho como tu de usar el cuerpo. Yo también soy Theseus...

—Tu... eres... un... experimento... fallido... en mi mente. No eres más que una criatura ponzoñosa...

—Oye, yo no soy al que llaman alacrán...

—No me llames así...

—¿Realmente crees que fueron ellos los que me crearon? Si es así ¿Por qué tengo los recuerdos de nuestros padres? ¿Por qué tengo todas tus capacidades?

—Tu no eres capaz de manipular los iones de probabilidad negativa...

—¿Tú crees que no? Sé perfectamente como manipular la EHLM al igual que tu. Pero a diferencia de ti, jamás la utilicé como un arma. Jamás quise ser un arma y ambos lo sabemos. Tu tampoco querías... Por eso no he dado indicios de poder manipular la ley de...

—Tu y yo no nos parecemos...

—Te equivocas... Yo soy una parte de ti desde siempre... Yo soy una faceta tuya y tu eres una faceta mía... No somos personalidades distintas. Somos la misma personalidad dividida en dos...

—Jamás reconoceré que tu y yo seamos la misma persona...

—Comienzo a sospechar que esa es la clave para salir de aquí...


El flotador llegó hasta una zona cubierta completamente por una bruma muy intensa, que no dejaba ver que ocultaba dentro de si. Si ese no era un buen lugar para ocultar a un grupo de piratas y sus naves entonces podrían estar en cualquier parte del planeta. La navegación se hacía completamente a ciegas, pues ningún sentido tenía sentido en ese lugar. Solo se escuchaban los vientos del planeta por debajo de ellos. Ver más allá de unos metros era imposible. Y sus sentidos extendidos por el entrenamiento estaban nublados de alguna manera. Avanzaron lentamente durante minutos agobiantes hasta que un sensor de proximidad de la nave comenzó a parpadear... Al cabo de unos tres segundos salieron de manera abrupta de la bruma y observaron a su alrededor. No lo podían creer, parecía un puerto marítimo hecho completamente de plataformas que levitaban. Dicho puerto estaba rodeado artificialmente por la bruma que habían atravesado gracias a unas máquinas que mantenían el humo fuera del puerto. En la base de algunas plataformas estaba la calavera que los hombres llevaban tatuadas en alguna parte de su cuerpo.

Ya entiendo, la mejor manera de ocultar un escondite pirata es a plena vista, con un poco de naturaleza...—Dijo la chica, mientras sus compañeros anexaban su pequeño flotador hasta uno de los muelles.

Shar no estaba de buen humor para andar con rodeos. Comenzó a levitar en posición de loto y una espera de energía blanca sólida se formó a su alrededor. Dicha esfera se expandió a toda velocidad por todas las plataformas hasta que finalmente se desvaneció en el aire.

No hay nadie— Dijo con frustración en su voz —Solo hay más contenedores con licor y algunos suministros alimenticios pútridos. Es como si esta base estuviera abandonada.

—Se acabó, no tenemos más pistas...— El moreno se sentó sobre el piso, contagiado por el desánimo de su maestro.

Tienen razón en algo... Se acabó...— Exclamó con firmeza una voz desconocida proveniente desde el exterior. — Hora de que ustedes, atrevidos paguen por invadir una propiedad privada...

Del mismo lugar del que habían arribado, un pequeño flotador, un poco más grande que el que ellos poseían llegó al lugar. Tenía el mismo diseño que el de la armada del planeta, pero en versión compacta. El hombre que habían conocido, el comandante Trickett estaba sobre el flotador junto con un par de sus hombres, quienes dirigían la nave.

—Comandante Trickett... Espere... ¿Qué está haciendo aquí?— Preguntó Melissa, confundida por el comportamiento del hombre.

Sabía que ustedes vendrían para acá. Violaron la ley al negar la información a la armada del planeta y su castigo será la muerte...

—Quiero ver que lo intentes— Contestó el hombre de la ropa ceremonial... Quién empezó a emitir un aura ante la amenaza. El militar se percató de la energía que lo rodeaba así que no dudó dos veces en hacer su movida. Bajo su manga portaba un brazalete con un disparador y lanzó tres cargas casi al mismo punto, con dirección a Shar. Las tres cargas eran esferas. La primera esfera fue rápidamente percibida por el hombre, quién comenzó a realizar movimientos circulares con sus manos para dirigir su propia energía. Una cuchilla emanó desde la punta de sus dedos y golpeó la primer esfera. Sin embargo, esa era la intención de Trickett, pues al golpear la esfera, esta estalló como si de una granada de luz se tratará provocando una luz cegadora demasiado potente, junto con un sonido ensordecedor qué dejó al pobre hombre aturdido por varios segundos. La segunda esfera golpeó su pecho directamente y una gran carga eléctrica recorrió su cuerpo completo, paralizándolo y noqueándolo en un instante. La última esfera golpeó el piso de la plataforma sobre la que reposaba, explotando en un instante y haciendo que cayera directamente al mar ventoso que envolvía el planeta entero a través de un agujero enorme. La primera esfera también aturdió a los chicos en menor medida por unos instantes, mismos que aprovechó el comandante para lanzar una cuarta esfera con dirección a su flotador, destruyéndolo en el proceso.

¡No se saldrán con la suya!— Gritó Milo, desenfundando sus empuñaduras que de inmediato se convirtieron en espadas, emanando su característica luz amarilla. Zack apretó los puños mostrando sus guantes que emanaron una luz verde. Sin embargo, Melissa únicamente se sentó en el suelo para meditar con su collar colgado sobre su cuello. Los soldados al notar la amenaza desenfundaron sus propias espadas, cuya hoja mostraba un reflejo perfecto por el material metálico del cuál estaban hechas.

Así que quieren pelear— Trickett sonrió, mientras decía eso. Aflojó sus brazaletes y los dejó caer al piso mientras el mismo desenfundaba su propia espada. —Esto será divertido.

Zack... Encárgate de ellos. Yo voy por él...

El moreno golpeó el piso debajo de él y salió volando hacia otra plataforma en la que aterrizó perfectamente. Los soldados corrieron hacia él, temiendo que escapara pero el estaba perfectamente listo para pelear. Mientras tanto, Milo miraba de frente a su oponente. Su sable defensivo reposaba sobre su mano derecha y su sable ofensivo sobre su mano izquierda. Ambos esperaron unos segundos hasta que la pelea comenzó. Milo había progresado demasiado en su entrenamiento de pelea con espada, pues en un inicio sus movimientos fueron espectaculares. Trickett era un hombre perfectamente entrenado en ámbitos militares con años de experiencia y aún así se veía empatado únicamente por las habilidades de esgrima de un chico de otro planeta. El chico prefería no usar las habilidades de su arma aún, pues quería dejarlas como una sorpresa en caso de ser necesario que las usara. El hombre más alto se desesperó por unos instantes y se arrepintió de quitarse sus brazaletes, aún así tenía más artimañas en mente. De su cinturón descolgó una granada, la activó y la dejó caer cerca del chico, quién al verla dio un salto hacia atrás y se arrojó hacia otra de las plataformas. Mientras la plataforma sobre la que estaban peleando comenzaba a desplomarse hasta un tornado por debajo de ella. Tomó algo de su mochila y se acercó corriendo hacia al hombre. Si se valían las artimañas el también tenía unas cuantas. Corrió en círculos al rededor de su oponente y le arrojó un paquete. El hombre al verlo lo golpeó con su espada y este se rompió liberando una nube de harina que nublaba su vista. El castaño aprovechó la oportunidad para arrojarle un gancho atado a una cuerda y envolver su brazos, pero en un ágil movimiento el hombre se liberó cortando la cuerda con su espada. Fue entonces que el adolescente se abalanzó sobre él con sus espadas, las cuales estuvieron a punto de impactar al hombre quién apenas alcanzó a cubrirse.

Me impresionas, chico. Tienes una destreza desarrollada, pero te falta mucho si piensas ganarme...

—No conoces ni la mitad de mis capacidades...

Mientras tanto, Zack ya había deshabilitado plataformas del lugar, las cuales cayeron en el mar ventoso, perdiéndose para siempre. Trataba de mantener la distancia entre los hombres que lo perseguían y él. En el combate de espadas era una enorme desventaja no portar una. Cada vez que ellos se acercaban demasiado el joven usaba su agilidad obtenida por su afición a la danza interpretativa y esquivaba las estocadas con gran maestría. Con ayuda de sus guantes, rompía secciones del suelo y las arrojaba contra sus atacantes con gran ferocidad, quienes apenas y lograban esquivarlas o desviarlas con sus espadas, pues la velocidad que manejaban era enorme. En ocasiones también era imposible esquivarlos directamente, por lo que recibían el golpe. En un punto el chico se vio acorralado contra uno de los edificios que estaban en el lugar, por lo que tuvo que romper su pared de un puñetazo e ingresar en él abruptamente. Los hombres lo siguieron con apremio. Se le ocurrió improvisar un movimiento y aplaudió con todas sus fuerzas con dirección hacia donde ellos estaban, provocando que unas ondas expansivas con forma de anillos de energía color verde los golpeara y los expulsara a través de las paredes del edificio. Aprovechó que su ataque los dejó incapacitados por un momento para ir corriendo con ellos y asestarles un buen golpe a cada uno, haciéndolos perder sus espadas en el proceso y volar de nueva cuenta, esta vez con dirección a su superior. Volvió a impactar el suelo para propulsarse por los aires y unirse de nueva cuenta a la batalla junto a su compañero castaño. Trickett sostenía su sable con una mano y con la otra desenfundó un machete que colgaba de su cinturón. Los guantes de Zack se endurecieron de nueva cuenta, adoptando una apariencia similar al acero y la batalla se reanudó de inmediato. Los soldados estaban levemente heridos e incapacitados así que la pelea se había vuelto un dos contra uno momentáneo. Zack golpeó con el puño la espada de Trickett, quién la sujetó con todas sus fuerzas en una pose defensiva, sin embargo el esfuerzo solo le provocó un pequeño malestar a ambos.

Wow, ¿De qué está hecha esa espada?— Preguntó, mientras trataba de asestar otro golpe.

Los soldados se reincorporaron a la acción, sin sus espadas, ambos rompieron una valla metálica que estaba por la zona para armarse con unos tubos de fierro. La pelea volvió a dividirse en dos partes cuándo Milo recibió un golpe directo por la empuñadura de la espada de Trickett que lo mandó a volar varios metros, todo esto gracias a un gas lacrimógeno que distrajo al chico por unos instantes. Zack trató de ir en su rescate, pero los hombres lo empezaron a atacar. Dio un puñetazo justo en el estómago de uno, que comenzó a sofocarse y de alguna manera inexplicable logró dar una patada giratoria voladora desarmando a su segundo oponente quién se resignó a pelear mano a guante contra el chico. Milo, quién ya se había enfadado de los trucos de su oponente comenzó a usar los poderes imbuidos en sus espadas. Clavó su espada defensiva en el piso, activando su campo de fuerza que golpeó en el rostro al militar. Al desactivar el campo comenzó a girar su otra espada en sus manos con movimientos muy hábiles, lo que arrojó olas de corte hacia el pobre hombre que apenas y lograba esquivarlas, perdiendo parte de su equipamiento en el proceso. Hasta ese momento, había peleado únicamente con sus destrezas de espada para hacer la pelea más justa, sin embargo, Trickett se había pasado de la raya con todos sus trucos. Sacó un bláster enfundado en su pierna y disparó contra el chico, quién logró casi esquivar el disparo, pero el fuego impactó en la correa de su mochila, rompiendo uno de sus agarres. La mochila cayó al piso al tiempo que Milo apuntó con su espada ofensiva al hombre y de la punta emitió una llamarada parecida al fuego, despojándolo de su bláster. El moreno notó el cambio en la actitud de su compañero, así que comenzó a pelear en serio él también, golpeando por tercera ocasión el suelo para provocar una onda expansiva que arrojó a sus enemigos unos metros a la redonda. Los tres marinos se reunieron de nueva cuenta, regresando a su lugar inicial, dónde su flotador aguardaba por ellos. Los dos terrícolas se acercaron caminando, pues estaban del lado opuesto de la plataforma, sin embargo, Melissa, que hasta hacía unos instantes estaba sentada en el piso meditando, emanando energía a mansalva, cayó del cielo a una distancia más cercana de ellos. Mientras su collar brillaba con intensidad ella emitió una energía blanca desde la punta de sus manos, de manera similar a como Shar lo realizaba, esta acción dejó sorprendido a sus compañeros, pues usualmente la energía provenía de su collar y no de ella. La energía formó un anillo de considerable tamaño que la cubría como si la estuviera orbitando y ella lo controlaba realizando movimientos circulares con las manos. Dos anillos más pequeños se desprendieron del mayor y capturaron a los dos soldados de menor rango como si de cuerdas se trataran. Su superior se abalanzó sobre la chica con la espada, y comenzaron a intercambiar estocadas entre espada y energía. Después de unos segundos, Melissa expandió su energía hacia Trickett, quién se cubrió usando la espada, pero el anillo lo empujó hasta el borde de la plataforma, por detrás de sus soldados. Los otros dos chicos cayeron a su costado para reunir al equipo, mientras notaban sus posiciones.

¡Se acabó, Trickett!— Le gritó el pelinegro —Te vencimos a ti y a tus amiguitos...

—¿Por qué nos comenzaste a atacar? ¿Y como sabías donde estábamos?— Preguntó el chico de la piel pálida.

¿Tu también eres un pirata, no es así?— Cuestionó la chica, mientras amenazaba a los dos hombres frente a ella con una esfera de energía en sus manos, pues comenzaron a ponerse de pie de nueva cuenta aún con sus ataduras.

Los soldados se miraron entre sí, ante tal afirmación. Sorprendidos, su mente comenzó a atar cabos en cuestión de segundos, mientras trataban de girar para juzgar a su líder por sus acciones. Sin embargo, en ese instante, de manera inadvertida por todos, se había lanzado sobre sus propios soldados, atravesando la espalda de uno con su espada y el cuello del otro con su machete. Los tres adolescentes no podían creer lo que acababan de ver. Hasta ese momento, hubieran jurado que esos hombres le eran leales por su posición de poder, pues hasta ese momento lo eran, pero al final eso no importó para nada. Los cuerpos de los dos soldados cayeron al piso y en ese instante los tres terrícolas se pusieron en alerta máxima, en posición de pelea, de la misma manera que lo hizo Trickett...

No queremos que esto lo sepan las fuerzas militares locales ¿o sí?...— Dijo con un tono de morbosidad en su voz...

Sabía que eras un pirata. Peleas como uno y sabías exactamente la locación de su escondite.

—Mi nombre es Jordan Trickett. Soy hijo del pirata Garfón, quién gobierna este planeta y por consiguiente esta zona de la galaxia. Mi trabajo es asegurarme que las ratas no lo encuentren, ni tampoco su rastro. Eso usualmente incluye a la marina del planeta, y uno que otro pirata renegado pero hoy los incluye a ustedes.

¡Ríndete!— Le gritó el Murphy — No puedes ganar. Somos más. Somos más poderosos. Y por tus artimañas te quedaste solo.

—Sucede qué... No tengo que ganar... Se quedaron sin forma de salir de aquí, terrícolas...— Arrojó una de sus esferas al suelo lo que levantó una cortina muy densa de humo. Melissa arrojó su esfera de energía, Zack realizó su aplauso y Milo disparó su llamarada con su espada, sin embargo, ningún ataque resultó efecto, pues en un santiamén, el flotador del pirata ya se encontraba alejándose del muelle con dirección a la bruma artificial. Gritó con todos sus pulmones mientras reía, pues al final de cuentas había ganado. O eso creían todos, pues de un momento a otro su flotador se partió en dos pedazos, pues un objeto demasiado borroso gracias a su velocidad lo atravesó desde el oceano de vientos hacia el cielo, sujetando al pirata por el cuello mientras volaba de regreso hasta el muello. Su actuar era un poco dudosa, pues acababa de perder un medio de transporte.

¡Estuve cayendo... por cinco minutos!— Le gritó al hombre que sujetaba por el cuello.

La figura se acercó, mientras su ropa ceremonial rasgada se ondulaba por el movimiento.

Me preguntaba cuándo aparecerías, Maestro... Me pregunto que haríamos sin ti— Le dijo la chica con un tono irónico.

Gracias, niña naranja— Le respondió de manera honesta mientras seguía flotando y llevando a su enemigo — En cuanto a ti. Pequeño gusano... Vas a decirme exactamente dónde encontrar a los demás piratas...

Sin embargo, un dardo golpeó al traidor, mientras comenzaba a retorcerse. El dardo estaba envenenado, por lo que el cuerpo del sujeto comenzó a tornarse de un color gris bastante oscuro muy distante a su color natural de piel. Sus labios comenzaron a secarse y sus ojos se tornaron rojos durante varios agobiantes segundos hasta que finalmente murió en brazos de Shar, quién arrojó su cuerpo a la plataforma, asqueado por lo que acababa de ver. Los presentes se voltearon al percatarse que había otro hombre, parado sobre uno de los techos de las plataformas con edificio del lugar. El hombre parecía estar en un estado mental confuso. Su cuerpo parecía haber tenido mejor forma en el pasado, pero en estos momentos estaba un poco desnutrido. Portaba una bandana rota sobre su cuello, un sombrero clasico de pirata. Ropas un poco rasgadas. Su bigote y barba estaban cortos pero de alguna manera descuidados y sus parecían tatuados en su borde. Su brazo izquierdo estaba descubierto, mostrando su tatuaje de calavera con la diferencia que había una cicatriz en forma de cruz sobre ella.

La escoria siempre será escoria chicos...— Les dijo el hombre entre balbuceos, y después procedio a arrojarse desde el techo, golpeandose un poco en el proceso. Caminaba tambaleante hacia ellos y no parecía tener intenciones hostiles.

—¡Ya estoy un harto de los piratas!— Gritó el más viejo de todos mientras emitía un aura amenazadora, sin embargo, el bandido que acababa de aparecer nisiquiera se inmutaba.

Oye, tu... brujo... raro espacial... Yo no soy cualquier pirata, yo soy Yonfer Diprow...

Mientras más se acercaba, más podían notar el aroma que emanaba, que concordaba con el estado en el que hablaba y caminaba.

Oye amigo, estás ebrio— Le dijo Zack, mientras bajaba un poco la guardia.

Es la mejor manera de sobrellevar la vida, pequeño amigo...—Se detuvo frente a ellos, entrecerró los ojos y los observo detenidamente, examinando a cada uno— A lo que entendí están cazando a mis piratas...

—Estás en lo cierto...

—Pues no me parece que sean muy buenos. Llevan horas y solo lograron atrapar al hijo de uno... Son patéticos... Necesitan dirección... Disciplina... Rectitud... Un guía... Y un poco de licor... Ah, y lo más importante... Un transporte

—Sinceramente no creo que tu seas capaz de dar alguna de esas opciones. ¿Por qué deberíamos creer que sabes lo que haces?

—Porqué ustedes no saben pensar como un pirata... Yo si... Soy uno... Me presento... Capitán Yonfer Diprow.

—Eso ya lo dijiste... Pero dinos ¿Y cómo piensas llevarnos hasta ellos?

—Para atrapar a un pirata debes pensar como pirata... Yo puedo pensar como pirata... Tengo un flotador extra escondido en este lugar y a ustedes les falta transporte y guía así que bueno... Vámonos

—¿Y como sabes a donde ir? Parece que has estado abandonado aquí mucho tiempo— Preguntó Zack, quién seguía pensando que el hombre estaba chiflado.

Me alegra que preguntes...— El hombre sacó una pipa de aspecto muy extraño. La encendió con un poco de fuego y aspiró profundamente. Arrojó el humo frente a sí mismo mientras daba un giro de 360 grados. La mayor parte del humo se disipó en el aire, sin embargo, un pequeño arco se mantuvo por varios segundos flotando en el aire — Es por allá— Dijo con una tonta sonrísa en el rostro mientras señalaba con dirección al arco, pero notó como nadie en el equipo le ponía confianza ni entusiasmo a la misión — Escuchen, o vienen conmigo o mañana mismo llegará un cuervo mensajero hasta Beethovia informando que su princesa fue vista en Badeltus...


La pequeña embarcación aérea estaba marchando a todo lo que daba, con dos ventiladores enormes en su base, que giraban produciendo un sonido molesto. Milo viajaba sentado sobre la aleta trasera, pues el espacio era demasiado reducido. Su zona de asientos era tan reducida que recordaba una canoa para dos personas. El chico remendaba la correa de su siempre confiable mochila con un kit de costura que guardaba en una de las bolsas superiores. Melissa viajaba junto con Shar en el asiento trasero mientras que Zack tuvo la mala suerte de viajar junto al pirata, teniendo que aguantar su hedor.

¿Por qué nos ayudas? Pensé que tu también eras uno de ellos... ¿Y cómo sabes acerca de Quorra?— Preguntó para tratar de distraer sus sentidos.

—Los observé desde qué llegaron al puerto y fueron robados... ¡Jaja! ¡Fueron muy torpes!... Por cierto, al final del día díganle a su amiga que tengo información relevante para compartirla con ella... En cuánto a la otra pregunta fuí el pirata en jefe de esta zona mucho tiempo. Pero ese... tonto de Garfón creyó que se podría deshacer de mi en nuestra antigua base, llevarse todas mis cosas y dejarme ahí a morir... Jamás pensó que yo tendría una manera de "seguir navegando con clase"...

En ese momento uno de sus motores falló por unos segundos y de inmediato se arregló.

Pensé que los piratas debían seguir sus códigos...— Comentó Milo, mientras reforzaba una puntada que acababa de darle a su mochila.

Si, no estoy dispuesto a morir por un tonto código que beneficia a los locos que están en sector más privilegiados que el mío. Mi padre murió por culpa de ese estúpido código. Además no me interesan esas porquerías flotadoras, no me interesan las joyas, los tesoros, o los otros piratas, tampoco la cofradía... Yo solo quiero mi nave de vuelta...

—¿Tú nave?

—Un galeón espacial, muchacha... Enorme, elegante y resistente. Lo llamamos "El Gran Canino" Creemos que su diseño data de los primeros ocho mil millones de años del universo... Con ella podré viajar al planeta Flem 37 y rescatar a mi hermano, quién fue abandonado ahí por otros piratas, junto al resto de los disidentes... Por cierto, me parece que es lo que buscamos en este momento... Todo lo relacionado con piratas está en esa nave en estos momentos...

—¿En el espacio?— Preguntó Milo, mientras se colocaba de nueva cuenta su mochila sobre su espalda y esta vez la cubría con la funda de su traje espacial.

Cerca... Sobrevuela a una gran altitud, aprovechando la situación actual...— Sacó una botella de una de sus mangas y le dio un gran trago, la guardó y notó el silencio espectante de los que lo rodeaban así que comenzó a explicar de nueva cuenta — La mayor parte del ejercito espacial de este planeta está peleando ahora, así que no tienen mucho tiempo para nosotros. Al parecer están en un planeta que se encuentra en este mismo sistema en una especie de guerra galáctica del bien contra el mal...

—Liarrem— Murmuró Shar, mientras abría los ojos saliendo de su meditación.

¿Qué es eso?— Preguntó mientras trataba de dar otra aspirada a su pipa, pero en esta ocasión se percató que el material en su interior había terminado de quemarse... — Oh oh...

—Oh oh... ¿Cómo que oh oh?

Se me acabaron las piezas del Canino que llevaba conmigo y sin ellas no se puede rastrear usando la pipa...

—¿Qué? ¿Cómo funciona eso? — El hombre que hasta hacía unos momentos meditaba se la arrebató de las manos...

Es magia de la buena mis chavos... Llévenla llévenla... Es capaz de rastrear a una persona, siempre y cuándo se tenga un objeto de ella...

—Pero rastreábamos una nave...— Respondió la chica.

—Para mi es como una persona y muy querida...

Shar separó sus manos y en el centro levitaba la pipa mientras este le imbuía energía de color blanco proveniente de su propia aura. La pipa comenzaba a reaccionar ante la energía y giraba en el aire. Sus brazos comenzaron a realizar movimientos circulares al rededor de ella, mientras seguía moviéndose erráticamente.

Muy bien, si usas tu magia, quizás puedas hacer funcionar esta cosa...— Le dijo el Moreno.

—No es magia... Mi especialidad es el misticismo... La energía de la vida y esas cosas. Aunque la magia es energía de otras dimensiones, y no está demasiado lejos... Pero no logro detectar el equilibrio...— Esforzó sus poderes una vez más pero no fue capaz de conseguir un avance...

Fue un buen intento...

—Bien, ahora intentaré con un poco de magia que aprendí en mis siglos encerrado...— De pronto una partícula de energía color anaranjado apareció frente a él. La tomó con su índice y pulgar y dibujó un círculo al rededor de la pipa. Un aura del mismo color comenzó a emanar de la pipa, mientras un pequeño humo salía de su escape.

¿Por qué siento que esto es una referencia forzada?— Preguntó la chica del cabello rizado, y en ese momento escucharon un grito proveniente del cielo, voltearon y como si de un vidrio se tratara, un fragmento del cielo se rompió, mostrando a lo que parecía un hombre de espaldas, cuya vestimenta era en mayor medida de color rojo, con forma de una cobija que cubría casi toda su visión. Parecía sostener a algo entre brazos, cuándo de pronto, en su trayectoria, otro pedazo del cielo se rompió ante su paso, haciendo desaparecer a esa misteriosa presencia. El cielo regresó a la normalidad mientras unos pequeños relámpagos quedaban como prueba de lo acontecido, desvaneciéndose poco a poco...

¿Qué acaba de pasar?— Preguntó Zack incrédulo, mientras todos se miraban el uno al otro... En ese momento la pipa emitió un poco de humo y dicho humo se disparó como una cuerda a unos cientos de metros de distancia por los aires hasta que chocó contra una nave gigante que era claramente visible desde su ubicación. — ¿Cómo es que no vimos eso antes?

Shar salió volando a toda velocidad hacia la nave, mientras dejaba al resto de su equipo atrás, sin oportunidad de seguirlo...

¡Oye!— Le gritó Melissa con un gran odio en su voz— ¡¿Por qué nos dejas aquí varados?! — Volteó con sus compañeros —¿Y ahora como llegaremos hasta allá si no podemos volar?

Yo tengo una idea, Melissa— Le contestó su amigo castaño. — Amárrame con una cuerda de energía a la cintura.

La chica tocó su collar con ambas manos por un momento y las extendió hasta su amigo, quién era rodeado por una cuerda de energía blanca. Milo volteó con Zack, asintió con la cabeza mientras sonreía de manera confiada y el chico entendió el mensaje. Golpeó la aleta sobre la que su compañero estaba parado utilizando sus guantes y la sujetó con todo y su compañero. Estaba asombrado que los guantes aumentaran de esa manera su propia fuerza física.

Oigan escuincles este deslizador es propiedad privada...— Les recriminó el pirata.

Zack arrojó sobre el aire la aleta con todo y su amigo unos cuántos decímetros. Respiró profundo y golpeó la base con todo su poder, de la misma manera que hacía cuándo golpeaba el suelo para impulsarse. Melissa corrió y creó una esfera de energía al rededor de los tres tripulantes que quedaban sobre la nave y la conectó a la cuerda que amarraba a su amigo. Como una bala, el chico salió disparado con dirección al Galeón, mientras sus compañeros eran remolcados con él por los aires. Tomó sus empuñaduras que de inmediato se transformaron en sus confiables espadas, y aunque en un momento parecía que no iban a llegar, él las utilizó apuntando hacia abajo para propulsarse. Ese impulso extra les bastó para llegar a la parte inferior de la nave, dónde Milo clavó una de sus espadas para que no cayeran al vacío.

Oye niño ¡Cuidado con mi nave!

El chico lo ignoró y comenzó a usar sus espadas para escalar, como si fueran picas de alpinista, hasta que llegaron al tope, dónde ya los estaban esperando. El fuselaje superior de la nave funcionaba como si fuera un barco mientras estaban dentro de una atmósfera, pues muchos estaban sobre él mientras amenazaban a los recién llegados, junto a su maestro y a su polizón. Pronto los piratas rodearon a los cinco individuos. Quienes se prepararon para pelear. Yonfer desenfundó su propia espada mientras el resto estaba preparado para usar sus poderes, hasta que el capitán de la nave apareció junto a su protegido. Una figura con casco que era muy familiar para ellos.

Vaya vaya ¿Qué tenemos aquí? Una reunión de la cofradía con uno de sus antiguos jefes...— Dijo el hombre, quién, los chicos inferían era Garfón, pues era tal y como se los había descrito Shar y sus ojos eran idénticos a los de su occiso hijo. —¿Ya conocieron a mi protegido? Me dijeron que se llama Nevy...

Aquél sujeto extraño con apariencia de cazarrecompensas que los llevaba persiguiendo desde Amazort, probablemente desde antes y que los había mandado a Velsistri estaba de compañero con sus nuevos enemigos. Su brazo imbuido con Campo Oscuro, la energía maligna usada por de los seguidores de Liam, palpitaba repetidamente mientras observaba al chico de la mala suerte.

—¡Maldito!— Yonfer se adelantó y amagó con atacar a su rival, pero el resto de la tripulación le impedía el paso con sus propias espadas. Garfón no pudo evitar reír ante la situación, pues ahora él tenía todas las cartas a su favor. En el pasado, siempre fue la sombra de ese hombre, pero ahora él era claramente superior. Sacó su propia espada y para sorpresa de todos, su hoja estaba completamente hecha de campo oscuro. Al hacerlo, su esclera se tornó de manera inmediata color morado, al igual que con todos los que tenían contacto con el campo oscuro.

¿Les gusta mi espada? Junto con este pequeño de aquí, me los gané con tal de mantener mi más reciente adquisición ahí.— Señalo la punta del nivel sobre el que estaban parados, ya que sobre uno de los barandales estaba levitando el cristal de Ámbar, emitiendo su luz naranja y siendo contenido por una esfera de color oscuro que todos infirieron que estaba hecha por una habilidad generada por el campo oscuro. Shar entonces se percató que ese escudo de contención era la interferencia que le impedía sentir su ubicación

El ambiente se tensó en ese momento. El equipo terrícola estaba un poco nervioso. Era obvio que una pelea estaba por comenzar. Todos estaban preparados. Los enemigos superaban en cantidad pero se suponía que ellos tenían la ventaja en habilidad y poder. La ansiedad de todos era palpable en el aire. Uno de los piratas tosió y la pelea había comenzado. Shar estiró sus brazos con dirección al líder y a su protegido y lanzó una gran ráfaga de energía que tenía similitud a una ráfaga de aire. Ambos se cubrieron usando su propio campo oscuro, sin embargo, fueron arrojados por la intensidad de la ráfaga, siendo Garfón el más afectado, pues terminó en una sección diferente de la nave. Esquivó unas estocadas por parte del resto de la tripulación gracias a su velocidad y se lanzó a la batalla en contra suya. Diprow, al ver esto, corrió en la misma dirección para alcanzarlos y tener su venganza. Durante el proceso, tuvo que abrirse paso entre los hombres que lo rodeaban, eliminando a la mayoría de ellos, sin mucho esfuerzo, ya sea empalándolos, cortándolos y haciendo otras cosas de piratas. Los chicos por su parte, usaban sus poderes para únicamente noquear al ejército de hombres que los estaban atacando. Zack golpeándolos con cierta delicadeza y cubriéndose de las cuchilladas con sus palmas endurecidas. Milo disparando ráfagas de energía y usando su otra espada como un pequeño escudo de mano y Melissa de nueva cuenta había formado un anillo de energía a su alrededor y lo usaba tanto para cubrirse como para atacar.

Esta es la revancha que he estado esperando...— Dijo Milo, al ver que Nevy poco a poco se recuperaba del ataque que acababa de recibir. Se abrió paso entre los piratas mientras sus compañeros se quedaron combatiéndolos. Trató de dar una doble estocada desde arriba a su oponente, pero este se cubrió usando su poderoso brazo color negro. Milo se sorprendió ante la solidez de este, al ver que no podía cortarlo. Sobre todo porque el campo oscuro era una especie de energía parecida al fango. Al parecer podía tomar una forma muy sólida. El sujeto de la armadura trató de repetir su estrategia utilizada en Claudssy: Atacar el flanco izquierdo de su rival, dónde Milo se enfocaba más en la ofensa que en la defensa. Sin embargo, en esta ocasión, Milo desvió su golpe al formar un filo gigante de poder sobre el propio filo de su espada. Al golpearlo toda su mano de tamaño aumentado se despedazó, quedando únicamente el brazo con la punta marcada. Nevy retrocedió ante la sorpresa, mientras su mano se regeneraba desde el campo oscuro y el chico frente a él le guiñó el ojo. — Esta vez no caeré en ese truco tan barato, Nevy. Esa vez yo pensaba que mis espadas eran únicamente para su propósito: Ofensa y Defensa. Pero hoy sé, que a veces una buena ofensa es una buena defensa... Y también sé... ¡QUE UNA BUENA DEFENSA ES TAMBIÉN UNA BUENA OFENSA!— Clavó su espada en el piso y su cúpula de energía se formó al rededor suyo, el repentino incremento de tamaño de dicho escudo golpeó a su atacante, arrojándolo unos cuantos metros.

Mientras tanto, Garfón combatía tanto a Shar como a Yonfer en diferentes lapsos. Las habilidades del campo oscuro de su espada permitían cambiarla de forma a un mazo, un hacha o incluso un escudo. Contra Yonfer usaba mayormente la forma de espada, dando uno de los mejores duelos de esgrima que alguna vez se hayan visto. Cada vez que lograba apartarlo, Shar se entrometía lanzando docenas de ataques de energía que eran difíciles de esquivar o cubrirse. La dupla de hombres acababa de demostrar su superioridad, pues ya habían hecho retroceder al malvado hombre aún peleando individualmente. Fue entonces que su paciencia se acabó y decidieron atacar al mismo tiempo. Shar lanzó una enorme cantidad de esferas de energía a su oponente obligándolo a usar su espada para cubrirse de ellas en diferentes posiciones, agotándolo de sobremanera. Yonfer aprovechó la oportunidad para encararlo con su propia espada y en un hábil movimiento circular desarmó a su oponente. Un aura muy poderosa rodeaba el puño de Shar, quién golpeó el piso cerca de él y varias rocas de color blanco emergieron de el, como si fueran enormes estalactitas. Fueron en dirección del pirata quién no alcanzó a reaccionar a tiempo y fue impactado por ese ataque, que lo tumbó en el piso.

Por su parte, Zack y Melissa lucían grandemente agotados. Habían noqueado a docenas de piratas pero parecía que seguían saliendo de debajo de las piedras. Suponiendo que hubiera piedras en ese lugar. Uno de ellos logró patear a la chica justo en el abdomen incapacitándola momentáneamente pero ella seguía aferrada a atacar. Zack se deshizo de una oleada de maleantes golpeando al piso provocando una onda expansiva pero de inmediato fue golpeado por un contenedor arrojado a la distancia, cayendo unos metros de distancia. Al reincorporarse estaba espalda con espalda junto con su querida amiga.

Veo que te diviertes tanto como yo— Le dijo el chico. Ella, por su parte, se dio por vencida de seguir peleando en ese momento. Elevó su anillo de energía por encima de sus cabezas y lo transformó en una cúpula tipo campo de fuerza que los piratas no dudaron en comenzar a golpear de inmediato — Resiste, Melissa. Tienes que aguantar hasta que alguien venga en nuestro auxilio.

La pelea de Milo realmente estaba demasiado igualada. Cualquier daño que ambos recibían era mínimo y sus movimientos concordaban. Sin embargo, la ventaja seguía siendo para el hombre bajo el casco, pues su armadura aún tenía muchos aditamentos que podía utilizar en contra del castaño. Notó que el pirata líder cayó y presionó un botón en una de sus muñequeras. En ese instante una risa estruendosa sonó por los aires y algo golpeó uno de los motores de la nave, que comenzó a girar sobre su eje horizontal y a descender lentamente. Mientras caía, la esfera que contenía el cristal de ambar ascendió al cielo con una velocidad impresionante, hasta que llegó a otra figura que les resultó familiar. Yonfer al notar lo que sucedía, ingresó de inmediato al puente de mando.

¡Vissarión!— Gritó Shar, con gran rabia. No lo dudó dos veces y se dispuso a atacarlo. Dio medio giro y un remolino de energía blanca se formó a sus pies. Este remolino lo propulsó hacia su enemigo mientras aumentaba su tamaño e intensidad. Los ojos del hombre tornado comenzaron a brillar en blanco pero con poca intensidad. Toda la energía se reunió desde sus pies hasta sus manos y la lanzó hacia el villano frente a sí, adoptando la forma de diversos rayos que acompañaban un relámpago gigante. Con mucha dificultad, el pequeño hombre malvado logró esquivar esos ataques, pero a final de cuentas evitó todo el daño. Fue entonces cuándo emitió un aura muy macabra color púrpura y apuntó con sus dedos índice y medio hacia el Wan, quién solo podía ver desde abajo lo que sucedía. Desde su ropa ceremonial, específicamente el pecho, una luz color esmeralda brilló con gran intensidad. Vissarión arqueó la ceja ante dicho suceso. Shar cruzó ambos brazos y los separó en un instante y un rayo láser enorme de dicho color se disparó en dirección a su oponente, quién en lugar de esquivarlo, interpuso el cristal de Ambar, que absorbió dicho disparo.

¡Shar Cos! ¡Ingenuo! ¡No puedes usar el poder de los cristales en su contra!— Le gritó mientras empezaba a reír maniáticamente. Nuevamente colocó sus manos en forma de "pistolas" y le lanzó un poderoso ataque hecho de campo oscuro. —{Double Deagle]— El ataque impactó directamente el pecho del maestro del misticismo, provocando un severo dolor que a su vez, causó que cayera hasta impactar con la nave, que aún descendía. Vissarión estaba impresionado, pues su objetivo era realmente atravesar el pecho ajeno, sin embargo, activó su plan de reserva, pues aún había un exceso de campo oscuro pegado en el pecho del Wan y lo usó para arrebatarle el cristal esmeralda del pecho y halarlo hacia él.

Al notar lo que pasaba, Nevy, quién seguía peleando contra Milo, agigantó su mano prostética, sujetó el cuerpo completo del chico y lo estrelló contra la superficie de la nave, mientras usaba los artilugios de su traje para salir volando y reunirse con su mentor. Al empezar a volar, sin saberlo, recibió una esfera pequeña de energía mística por parte del Wan que se ocultó en su mochila cohete. Nevy llegó hasta donde estaba su maestro, quién activó el collar que poseía con la forma de Marex y ambos salieron volando de ahí con dirección al espacio exterior.

La nave siguió desplomándose por unos instantes, mientras el motor impactado comenzaba a tener más explosiones internas. Estaban cerca de estrellarse en la ciudad en la que Quorra aguardaba con su nave. El impulsor dañado se soltó y terminó de explotar en medio del aire, con una explosión tan poderosa que hubiera destruido toda la nave. Yonfer sabía que ese impulsor no tenía arregló, así que lo dejó caer y activó los motores de emergencia. Tomó el control de la nave y se acercó a la ciudad de Alk. Una nave de tal tamaño no pasaría desapercibida, ni mucho menos podría aterrizar en una plataforma. No obstante, su plan en realidad no era ese. Pasó por encima de la ciudad, a unos cuántos decámetros y dio un giro de 180° sobre una de las plataformas. Todos los presentes gritaron al unísono pues todo lo que estaba por encima de la nave cayó exactamente sobre esa plataforma: Milo, Melissa, Zack, Shar y también Garfón y sus hombres. El galeón espacial dio la vuelta de nueva cuenta y salió de la atmósfera planetaria a toda velocidad... Obviamente todos los presentes estaban aturdidos por la caída.

De pronto, un grupo de autoridades locales rodearon la zona, acompañados de una muy entusiasta Quorra, quién se cubría el rostro con su casco.

¿Qué tal su viaje, Chicos?— Les preguntó la Beethoviana inocentemente...

[(Outro:) Mi Universo Es Divertido]...


[(Ending:)

(Es muy divertido)
¡Vamos ya al espacio si!
Muy bien, muchas gracias.
Sigan con la entrenación.
¡Vamos ya al espacio si!
Woah... Woah...
No voy a estar viendo pasar
los mundos, dar un hípersalto
pido...
¡Vamos ya al espacio si!
Es mi universo muy divertido

]


Por si no lo entendieron, Melissa se puso a meditar durante la pelea para rescatar a Shar mientras caía por el mar de vientos. Ah y por cierto, se estrena The Multiverse of Madness a que no captaron la conexión.