...Bruuuhhhh


[... Hay un gran sol ...

... Astros también ...

... De nuevo camino y me veo bien ...

... Una galaxia para explorar ...

... Aprender astronomía para variar ...

... (Whoa...) ..

... Este es un viaje especial ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...

... (Whoa... Es muy divertido) ...

... Y yo sigo sin estar aburrido ...

... Mi universo es divertido ...]


Es mi universo muy divertido

Expulsando a los invasores

—Por favor, detente— Dijo Milo, casi suplicando.

"Eres demasiado débil..."— Respondió la voz en su cabeza.

Todo era demasiado confuso. Podía sentir su propia presión arterial incrementándose. Podía sentir su mente sobrecargándose. La gente usualmente habla de migrañas que harían estallar su cabeza. En el caso del chico, de verdad sentía como si su cabeza fuera a estallar. Podía escuchar más voces en su cabeza, sin estar seguro a quién le pertenecían. «Sería más seguro estar ahí... O tal vez hasta allá...», «Eso de tu suerte no será mala suerte ¿O sí?», «¡Murphy!», «Debería usar sus gafas protectoras y dar un paso atrás», «Milo Murphy...», «Me voy a alejar de ti... Sin ofender... Pero yo no puedo seguir con todo esto», «Es culpa de ese chico Murphy», «¡Milo!», «Milo Murphy», «La ley de Murphy», «¡La ley de Murphy!», «¡Ley de Murphy!», «¡Fenómeno de pandora!»... Abrió los ojos, y notó dónde estaba. Había un gran acantilado frente suyo, junto con un camino hecho para descenderlo. «Qué bien, estoy en el cañón de Danville» pensó para sus adentros, se acercó a la orilla y esta se quebró, dejándolo caer a su suerte, mientras caía, notó que un chico pequeño caía junto con él.

¿Donnie? ¿Donnie Hudson?— Preguntó mientras seguía cayendo. Volteó para abajo y se percató que caerían sobre las aspas giratorias de un helicóptero... —¡Donnie!... ¡No! ¡Sujétate de mi!

"Ese humano no es importante. ¿Por qué piensas tanto en él?"— Dijo la misma voz hostil dentro de su cabeza, mientras el paisaje cambiaba. Mostrando ahora el parque de diversiones de manteca, en plena invasión pistachiana.

Yo recuerdo esto... ¿Por qué estamos aquí?— Preguntó, mientras observaba el lugar. —Fue cuándo derrotamos a Derek...

—«¡Mis padres! ¡Sara!» — Gritó otra versión de Milo, dentro de un traje gigante.

«¡Isabella también!»— Añadió un muy preocupado Phineas, quién también estaba dentro del traje, mientras los presentes observaban horrorizados un ejército de hombres planta, acercándose para atacar.

"Muy bien, esto es muy alarmante hasta para mi"—Dijo de nuevo aquella voz dentro de su cabeza.— "Pero, al parecer... Tienes miedo de perder a tus seres queridos... Wow, tus amigos hechos planta se ven letales..."

El entorno volvió a cambiar, esta vez estaba Milo sobre el planeta Wengar, en la explanada de un edificio, frente a un barandal. Esta vez, solo estaban él y Amanda, hablando con rostro de tristeza por parte de cada uno.

«Milo, no puedes culparte por lo que pasó. »

—«Yo le prometí al general que cuidaríamos a su hijo, y no pudimos hacerlo... »

—«Fue su decisión seguir peleando cuándo ya habían encontrado a su hermano y a su madre. El noqueó a su propia familia. El quería pelear por su planeta y así lo hizo. »

—«Y pagó las consecuencias por ello. Yo sabía que Nevy estaba cerca. Sentí que su ataque venía unos segundos antes. Tenía preparada mi defensa, pero fui lento. No pensé que Courash me fuera a sacar del camino. Por mi culpa fue atacado. Por mi error está...»— Detuvo esa frase en seco—«Por mi culpa Brad sigue desaparecido... ¿Quién sabe si sigue vivo? Por mi culpa ustedes fueron usados como esclavos... Por mi culpa Por mi culpa es que existe esta guerra... Y no dejaré que lastime a nadie más... Por eso, mañana quiero distraigas a Zack y Melissa. Haré lo mismo que hizo Courash y los subiré por la fuerza a la nave transporte que los llevará a la tierra»

—"Así que por eso la niña naranja y el otro chico no viajan con nosotros"— Volvió a replicar aquella voz dentro de su cabeza. — "Veamos que mas tienes"

—Es suficiente...— Dijo Milo, con determinación. Cerró los ojos y al abrirlos estaba de nueva cuenta en el campo de batalla. Frente a Nevy, y con la mirada atónita de Zack viendo hacía el pequeño tendido en el suelo. Milo no lo pensó dos veces y de nueva cuenta se lanzó a la figura sombría, recibiendo otra vez un golpe de su brazo agigantado. Cayó al suelo y abrió los ojos. Sus visiones habían terminado, estaba de nuevo en su nave espacial frente a Shar-cos, su maestro. La cabeza del chico brillaba con una energía blanca sincronizada con la que emitía Shar desde la palma de su mano y ambas cesaron al mismo tiempo. Milo portaba las empuñaduras en ambas manos, sin poder transformarlas en espadas, por lo que las arrojó con obvia frustración.

¡Me bloqueaste de ese último recuerdo y era la clave!— Le gritó su maestro con desesperación.

¿Sabes? No es agradable que alguien husmeé dentro de tu cabeza— Le respondió el castaño con ira.

¿Qué esperabas? Además, yo no tengo la culpa que rompieras tu vínculo con las espadas de Koboh... Y si no descubrimos la causa puede que nunca las vuelvas a usar...

Milo salió de la habitación de usos múltiples, enojado, se sentó en el suelo y abrazó sus piernas. Se sentía solo y enojado. Hacía mucho tiempo que no se sentía de tal forma. Una lágrima comenzó a rodar por su mejilla. Quorra salió tras de él y se sentó a su lado.

Todos tenemos nuestros bloqueos, Milo...— Dijo con delicadeza— Te quiero preguntar algo... ¿Estás seguro que dejarlos en la nave de transporte fue la mejor opción?— Le preguntó al notar su estado.

¿Por qué la pregunta?— Trató de desviar el tema.

Bueno, Shar me dijo un poco lo que vio en tu mente.

—¿Cuándo?

—Mientras veía dentro de tu cabeza. Al parecer es bueno con las multi-tareas... Milo tú nos dijiste que ellos habían decidido retirarse ¿Por qué los sacaste así como así? ¿Por qué los mandaste de regreso contra su voluntad?

No quiero que algo malo les pase... No quiero qué...— Su voz fue interrumpida por un espasmo en su espalda. Cerró y abrió los ojos y de nueva cuenta estaba en Wengar, en el campo de batalla... Frente a Nevy, quién estaba dispuesto a atacarlo —¡Sal... de mi... mente!

Golpeó su cabeza contra la pared en el mundo real y la visión desapareció. Se había golpeado tan fuerte que se había provocado el sangrado, cosa que Quorra atendió al instante. Shar salió de la habitación contigua, aún con energía en sus manos.

No lograremos ningún progreso si sigues con tu sentimentalismo... Pero me tienes sorprendido, tienes una mente y una voluntad muy fuertes...

—No... quiero...— Dijo Milo entre jadeos —No... quiero... revivir ese momento de nuevo...

—Si no averiguamos por qué tu afinidad con las espadas desapareció...

—Al demonio— Respondió un muy afectado terrícola — No me importa si vuelvo a usar las espadas o no... De todas formas ya me han abandonado...


—No puedo creer que Brick esté muerto, Cavendish...— Dijo un recuperado Dakota, mientras terminaba de vestirse. Sus pantalones deportivos estaban remachados, por lo que no había problema en usarlos. Su playera blanca tenía agujeros, sin mencionar que su chaqueta la había perdido en batalla. Reemplazó la parte superior de su outfit por una cazadora militar que tenía colores similares. Sus gafas también habían sido destrozadas, sin embargo, consiguió un par nuevo de color negro. Termino de vestirse, colocándose un bandolier con dos pistolas en su espalda.

¿De dónde sacaste eso?— Le preguntó el más avejentado de los dos, mientras se colocaba una pechera gris encima de su camisa, ya sin corbata. Ambos chicos aún contaban con la cámara de solapa que Doofenshmirtz les había otorgado.

Uhhhh... Internet...— Respondió mientras le otorgaba a su amigo un cinturón con un bláster de tamaño considerable. — Parece que el Doctor D. sigue teniendo buena influencia con los chicos locales...

Ojalá hubiera utilizado esa misma influencia para conseguirnos una mejor nave.— Respondió mientras veía el transporte a través de un holograma.

La nave en si era un pequeño caza modificado, con forma de un bolígrafo gigante de tres esferas de diferente tamaño alineadas de mayor a menor y una punta de daga. En cada una de las esferas podía viajar un pasajero sentado. La cabina trasera era la más grande, lo que le permitía al pasajero ver por encima de las otras dos, por eso estaba destinada a ser la del piloto. La cabina delantera era la más pequeña, y estaba destinada para el artillero, quién controlaba una pequeña torreta sobre el cofre de la nave. Los científicos de la oposición habían modificado la cabina central para contener un pequeño kit de curación destinado a ayudar a Savannah, quién habría sufrido una considerable cantidad de daño en la última misión.

Dicen que es la nave perfecta para infiltraciones en territorio enemigo. Es pequeña, muy veloz y tiene una cabina de curación dónde podremos llevar a Savannah. Incluso tiene un pequeño compartimento en la parte inferior, lo que nos servirá para recuperar el...—Dakota hizo una breve pausa al notar las palabras que estaban a punto de salir de su boca—...cuerpo de Brick...

La relación entre Cavendish y Dakota con Brick y Savannah nunca fue la mejor. Ellos eran el claro estereotipo de agente secreto profesional a los que todo les salen bien, y a los chicos los relegaron a salvar pistachos. Sin embargo, existía una relación de respeto entre ellos, y de cierta manera, era correspondida por ellos, pues aún recordaban lo sucedido con los Pistachianos por lo que el deceso de alguno de ellos les provocaba una sensación amarga.

Te entiendo, Dak— Le dijo con melancolía su amigo del bigote.

Sin más tiempo que perder, se dirigieron al hangar indicado. Dakota tomó el puesto del piloto y Cavendish el de artillero. Presionaron algunos botones y la nave se elevó por encima del hangar y salió atravesando el campo de fuerza. "Despegue no autorizado en el hangar siete. Repito. Despegue no autorizado en el hangar siete". El general Brown estaba presente, por lo que tomó un comunicador y se dirigió al personal del puente.

Traten de contactar con la nave Trisphere-VII, si no regresa, derríbenla...— Dijo, sin embargo, solo recibió estática como respuesta. Dio media vuelta, y pudo divisar al Comandante Block y a Doofenshmirtz, quién sostenía un pequeño control remoto en su mano izquierda. La nave llegó al punto de salto y desapareció dejando su estela de colores correspondiente. Doofenshmirtz presionó el botón en su control remoto y la comunicación se reanudó.

—"General Brown, tratamos de contactar a la nave, pero las comunicaciones se cortaron. Así que decidimos detener el fuego hasta saber sus órdenes.."— Dijo un hombre, a través del comunicador. El general entrecerró los ojos hacia Block y Doof, arrojándoles una mirada de odio.

Ya no importa— Respondió el colérico hombre.


"Capitana Sung, ¿Me escucha? habla el Comandante Kora Kird de la flota de repatriación de Velsistri"— Dijo un hombre a través del comunicador de voz de la cabina de mando.

—¿Capitana Sung?— Preguntó un muy confundido Milo en el asiento del copiloto.

Si, mi apellido es Sung... Quorra Sung... — Respondió mientras se preparaba para contestar la transmisión, mientras el terrícola se quedaba atónito al darse cuenta que nunca se había preguntado cuál era el apellido de su amiga... — Adelante, Comandante Kird...

—"Antes que nada, agradecemos su escolta junto con el escuadrón titán... Nos preparamos para llegar al punto de salto de Badeltus, sin embargo, lamento reportarle que tenemos un pequeño problema..."

—¿Cuál es el problema?— Preguntó la beethoviana...

"Hay dos pasajeros qué..."— Se escuchó ruido de estática a través de la transmisión, cuándo de pronto cesó, ante los gritos de alguien del otro lado de la llamada.

"¡¿Milo?! ¡¿Estás ahí?!" — Preguntó una voz femenina con molestia en su tono de voz —"¡Milo Murphy! ¡¿Cómo de atreves a dejarnos aquí sin consultarnos antes?!"

Milo le hizo una seña a la piloto para darle a entender que debía fingir que no estaba presente.

Lo siento chicos, pero Milo no está en la cabina...— Respondió dudosa de lo que estaba haciendo...

"¡Entonces ve por él inmediatamente!"— Respondió con autoridad su amiga, quién se escuchó que fue removida de la llamada...

"No, Quorra. Aprovecha que está lejos para acoplarte a esta nave y que nosotros podamos abordarlos..."— Dijo Zack, aún del otro lado de la llamada.

Milo le hizo una seña, dándole a entender que no era una alternativa.

Lo siento chicos, pero la flota debe cumplir con su itinerario. Estamos a punto de saltar de regreso a Badeltus. Ustedes pararán para reabastecer el combustible y nosotros tomaremos la ruta directa hacia Liwams.

"Ya escucharon a la capitana Sung"— Dijo el hombre a cargo de la nave, quién se escuchaba que estaba forcejeando con los dos adolescentes...

Dile que no los deje acercarse a los botes salvavidas... — Dijo el castaño en un susurro, sin darse cuenta que el canal de voz estaba abierto...

—"Sabía qué estabas ahí... pequeño hijo de..."— Se escuchó a Melissa a lo lejos, dentro de la misma transmisión. Por la manera entrecortada en que lo dijo, Milo notó que el forcejeo continuaba.

Todas las naves, prepárense a saltar...— Dijo Quorra, mientras se aproximaban a las coordenadas correctas, de pronto, las cinco naves de transporte, sumadas a las cuatro cazas escolta y la propia nave terrícola ingresaron abruptamente al interespacio, en un espectáculo visual que deleitaba los ojos del chico con mala suerte.


La flota de la oposición ya se encontraba dispersa. Pues el enemigo había sido deshabilitado. Las naves de recolección se encontraban desvalijando las naves enemigas a petición del general Brown, por lo que solo dos buques protegían las tres estaciones espaciales sobre la órbita de Wengar en el futuro. Todo estaba demasiado tranquilo. Tanto que Brown y Block, quienes se lanzaron miradas desafiantes sabían lo que significaba esa sensación que invadía aquella cabina de la nave. Era la calma previa a una tormenta.

Estén alertas— Dijo a través de su comunicador. Cuándo de pronto, unos gritos de auxilio comenzaron a escucharse por parte de las naves que desvalijaban. —Pilotos ¿Qué sucede?

Trataron de comunicarse pero no lo lograron. Sin embargo, al mirar por el ventanal detectaron a duras penas un par de explosiones a lo lejos. Ver a través del espacio sideral era extremadamente difícil sin equipos de detección, debido a la inmensidad y a la oscuridad casi total del ambiente. Sin embargo, al saber dónde buscar, colocaron los telescopios a ese rumbo y notaron algo que los dejó helados. Aquél hombre que Cavendish y Dakota se jactaban de haber vencido había regresado, lleno de ira, y estaba destruyendo tantas naves era posible.

¿Qué hacemos?— Preguntó Block dubitativo.

¡Lancen todos los cazas disponibles!— Gritó la orden a través de su comunicador.

"Pero señor, los cazas no han terminado su ciclo de recarga y análisis de daños y..."— Dijo un hombre al otro lado de la señal.

¡Solo háganlo!

Decenas de cazas despegaron de nueva cuenta de todos los hangares. Algunos cuántos explotaron en pedazos tan pronto se alejaron de su posición inicial y otros se apagaron en pleno vuelo. Sin embargo, el resto logró unirse a la batalla. A pesar de ser cientos de objetivos contra un solo enémigo, este no parecía inmutarse, pues esquivaba los disparos con facilidad y los que no lograba esquivar los podía regenerar. Con mucha paciencia comenzó a acabar con cada uno de sus enemigos presentes.

—Llama al profesor tiempo...— Ordenó Block a uno de sus hombres, quién de inmediato salió corriendo rumbo a los laboratorios.

¿Para qué queremos al científico loco?— Preguntó el hombre de más alto rango.

Logró derribar una flota completa, quizás pueda hacerlo con uno solo de sus hombres...

—¿Qué está sucediendo? ¿Qué es todo ese escándalo?— Preguntó el hombre de la bata de laboratorio.

¡¿Puedes emitir otro pulso de no sé qué que pueda acabar con ese sujeto?!— Preguntó un muy desesperado Brown, señalando el campo de batalla.

¿No habían acabado con ese sujeto?— Preguntó el científico aterrado.

Cavendish y Dakota— Se limitó a contestar el comandante de menor estatura.

En ese momento, un grupo de aproximadamente cuarenta naves fue alineado por la fuerza a través de un ataque de campo oscuro y arrojado como metralleta hacia el puente de mando de uno de los buques de guerra que cubrían las estaciones espaciales. El buque comenzó a tener explosiones internas por toda su extensión hasta que una explosión enorme lo desapareció del universo.

Preparen los protocolos de evacuación— Aconsejó Doof, lo que llevó a que el general lo mirara con repudio...

¿Es todo? ¿Perdemos Wengar contra un invasor?— Preguntó con frustración en su voz.

Yo no dije eso, tengan preparadas las naves de escape por si el plan falla.

Los tres hombres se dirigieron a diferentes zonas. Brown se rehusó a preparar el protocolo de evacuación, por lo que se dirigió al puente de mando a tratar de tomar el control de la situación. Doof fue directamente al laboratorio que controlaba el sistema de la antena de pulso. Mientras que Block se comunicó con una persona en específico.

Doctora Borges. Necesito que alerte al personal discretamente de un protocolo de evacuación. El código es "0 0 0 evacúate 0". Cargue un transporte con lo que sea que el profesor tiempo estaba trabajando y lo que sea que necesite. Y suba a Theseus Murphy con todo y máquina de personalidad...

—"Entendido"— Respondió sin dudar.


Shar se encontraba en el salón de usos múltiples. Sentado en flor de loto mientras levitaba usando su propia energía, meditaba profundamente. Frente suyo, un campo de energía blanca mantenía en el aire las dos empuñaduras de las espadas que Milo solía usar. Aún portaba el cristal de Zafiro en su pecho, el cuál comenzó a brillar en comunión con las espadas y por consiguiente, el cuerpo del hombre comenzó a emitir un aura blanca. Abrió los ojos y la habitación que sus ojos observaban comenzó a deformarse, hasta que solo existió la infinita oscuridad y él. No tenía miedo, sabía que acababa de lograr su objetivo.

"Cuántos eones sin comunicarnos, Shar-Cos"— Dijo una voz incorpórea.

Koboh... ¿Realmente eres tu?

—"Me gustaría decir que en persona, pero ambos sabemos que no es así..."

—Oh, Koboh... Como me gustaría que tú y los otros ocho estuvieran aquí. Ser maestro es tan difícil...

—"Recuerda nuestro tiempo entrenando juntos. Eliminar nuestros egos fue algo que los Wan nunca nos pudieron enseñar bien".

—Y henos aquí. Gracias a eso el universo está en medio de una guerra que se pudo prevenir. Con enemigos que deberían estar fuera de esta dimensión.

—"Ha decir verdad. Desde que el sello se rompió he sentido una libertad incalculable... Cuándo decidimos crear los cristales, jamás pensé que la presión de retener a Liarrem cansaría mi alma"

—Me temo que tendrás que hacerlo una vez más...

—"Pero no me invocaste solo para decirme eso... ¿O sí?"

—No, me temo que no. Tengo un pequeño problema, con tus espadas...

—"Ah, si... He sentido la conexión entre ellas y tu discípulo... Te dije que algún día, alguien las portaría y esa persona sería quién derrotara a Liarrem..."

—Se rompió la conexión entre ambos...

—"No es así... Yo todavía puedo sentirla... Está débil... Pero existe"

—¿Sabes que fue lo que pasó?

—"No puedo decírtelo. Eso terminaría de romper el vínculo, pues las espadas lo considerarían como trampa. Los únicos que pueden hacerlo son tu y él, juntos... A propósito, creo que hay muchas cosas que deberías explicarle justo ahora..."

—¿Qué?— Dijo el hombre, mientras abría los ojos, esta vez dentro de la nave. Su concentración se interrumpió y las espadas cayeron al suelo, y todas las auras cesaron. Volteó a la entrada y notó al chico terrícola de pie ahí, viéndolo fijamente, mientras acomodaba el vendaje de su cabeza.

Solo quería decirte que estamos a punto de llegar a Badeltus... Pero al parecer hay mucho que aún tienes que explicarme.

Shar se quedó petrificado por un segundo. ¿Desde qué momento Milo estaba escuchando la conversación? Y ¿Cómo era capaz de escucharlo?
Decidió no darle muchas vueltas al asunto y siguió al chico hasta la cabina, dónde el espectáculo de colores cesó y el espacio regresó a su posición frente a ellos.


Cavendish y Dakota llegaron al planeta indicado y observaron una flota enemiga muy dispersa, demasiado concentrada en sus asuntos para notarlos. Sus sistemas estaban en modo de reposo, por lo que usaron un propulsor de gas para acercarse lentamente al punto de encuentro. El planeta estaba en su mayoría compuesto por una superficie color morado, sin embargo, esto no siempre habría sido así. Este planeta albergó alguna vez una gran cantidad de vida, y ahora, simplemente había perecido por el hambre de un ser despreciable. Un anillo de asteroides lo rodeaba y fue perfecto para que los viajeros en el tiempo ocultaran su presencia. Irónicamente, debían abrirse paso hasta aterrizar en un asteroide en específico. Al verlo, se dieron cuenta del humo saliendo hacia el exterior, por lo que no dudaron en entrar por una de las aberturas.

Aterriza ahí, Dakota— Ordenó el mayor, al notar un pequeño campo de fuerza generado por los restos de una nave destrozada dentro del asteroide. Lograron atravesar dicho campo de fuerza y aterrizar a un lado del vehículo dañado, para percatarse de dos cosas. Savannah estaba ahí, tirada en el suelo, luciendo los efectos de su vejez prematura con un traje espacial sin casco. En el suelo, estaba el cuerpo inerte de quién siempre fue su compañero. Su casco estaba roto y su traje mostraba una apuñalada cuya sangre se había secado. Los chicos bajaron de la nave, pues dentro del campo de fuerza había oxígeno y presión suficientes.

Savannah...— Comenzó el de cabello castaño mientras zarandeaba a la chica — Por favor dime que sigues con nosotros. Necesitas decirnos qué pasó aquí.

La chica lentamente abrió los ojos y vio a los dos hombres frente suyo. — Es un monstruo... Tratamos de aniquilarlo con una bomba nuclear... No fue suficiente... Brick... Apuñalado... Chocamos... Su casco se rompió... No sé si murió de la puñalada o se ahogo...

Las lágrimas comenzaron a apoderarse de ella, sin embargo, hizo un esfuerzo para ponerse de pie y subir a la nave de sus amigos. En cuanto entró a la cabina central, notó el equipo médico y se lo colocó, incluyendo el respirador. Los chicos tomaron el cuerpo de Brick y lo pusieron en el contenedor ubicado en la parte inferior de la nave. Sin nada más que hacer, subieron cada uno a su respectiva cabina, dispuestos a viajar al punto de reunión. Al despegar se dieron cuenta que la flota que existía ahí ya no estaba presente. Simplemente estaban rodeados de una infinidad de rocas espaciales, lo cuál hubiera sido un alivio, de no ser porque un remolino gigante apareció a plena vista de los chicos, asustándolos de sobremanera.

¡¿Qué es esa cosa?!— Gritó el castaño.

Es él...— Respondió una muy debilitada Savannah mientras perdía el conocimiento.

El remolino gigante comenzó a provocar una desestabilización en el planeta, pues, como si fuera aspiradora, comenzó a tragarse todo lo que estaba presente. Rocas, restos de naves, etc. Incluso el planeta comenzó a caerse a pedazos ante tal magnitud de la naturaleza.

¡Dakota! ¡Acelera!— Le gritó el bigotudo con pánico en sus letras.

¡Podrías ayudarme destruyendo unos cuántos meteoritos! ¡¿Sabías?!

El británico se puso manos a la obra y utilizó su torreta láser para acabar con tantas rocas espaciales podía mientras su amigo esquivaba los restos. Fallando en varias ocasiones, lo que le provocó a la nave choques innecesarios.

No sé cómo vamos a salir de esta, amigo...


Comandante Kird, dejamos la flota en sus manos, nosotros nos dirigiremos ahora hacia el salto directo a Liwams— Dijo Quorra a través del comunicador.

"Les deseo suerte en su viaje"— Respondió, mientras la nave terrícola se alejaba de la formación. Ambos puntos de salto estaban en direcciones opuestas y les tomaría un poco de tiempo llegar en velocidad subluz. Las naves ya se habían separado un buen tramo cuándo de pronto, el comunicador sonó de nuevo.—"¡Capitana Sung! ¡Detecto múltiples buques llegando desde el punto de salto de Liwams!"

En menos de diez segundos dos buques pequeños acompañando a uno muy grande, junto a una docena de fragatas llegaron desde el punto de salto de Liwams.

¡Quorra! ¡Desvíate! — Gritó el chico, a lo que la piloto obedeció. Los buques viajaban a una velocidad muy limitada, sin embargo, sus fragatas aceleraban acompañadas de cuatro docenas de naves buitre escoltándolas —Creí que el ejército de Vissarión había sido destruido por la coalición en Wengar...

—Esto viene de Liwams...— Respondió el hombre en el asiento trasero de la cabina —Esto es de Yong-kum...

—No podremos saltar directamente hacia Liwams desde aquí. Tendremos que regresar a Wengar...—Respondió el castaño, mientras notaba como a ninguna nave enemiga le importaba su presencia.

No vienen por nosotros, van por los repatriados...— Atinó a decir la chica mientras contactaba a la flota. — ¡Comandante Kird! ¡Deben dar el salto ya! ¡El ejército de Yong-kum va tras ustedes! ¡Escuadrón titán, defiendan las naves de transporte!

—"No podemos dar el salto... Aún no hemos llegado al punto y no todas las naves tienen suficiente combustible"

Quorra volvió a girar la nave para ir junto al escuadrón titán, los cuales eliminaban tantas naves buitres podían mientras más se acercaban las fragatas a los botes de transporte.

Que la computadora de navegación genere nuevas coordenadas y den un salto calculado ya. No importa cuál sea el destino, con que sea una zona segura. Tampoco importa que no hayan planetas habitados. Solo háganlo y envíen una señal a la coalición con sus coordenadas para que puedan llevarles combustible.

—"Hagan lo que dijo la Capitana Sung. Y envíen una señal de auxilio a la coalición o de lo contrario Badeltus caerá."— Ordenó el comandante a su tripulación.

Vamos, vamos, vamos... Salten ya... Salten ya...— Decía un impaciente Milo.

"Tenemos las coordenadas de salto listas... Prepárense para saltar"— Respondió el hombre a través de su comunicador, para alivio del terrícola, quién dio un fuerte suspiro en cuánto escuchó eso. En ese momento, ya no les quedaba escolta del escuadrón titán, pues los cuatro habían sido destruidos. Tener una vía de escape era un respiro, sin embargo, antes de poder dar el salto, el buque más grande disparó un enorme láser desde lo lejos, utilizando un cañón de proporciones colosales, lo que destruyó por completo una de las cinco naves de transporte.

¡No!— Gritaron Milo y Quorra al unísono, al ver cómo una nave estelar, sin armamento, llena de gente inocente explotaba en mil pedazos.

¡Les tomará tiempo recargar esa arma! ¡Los que quedan deben saltar ya!— Gritó el Wan, con enorme frustración en su voz. Al mismo tiempo, los dos buques más pequeños dispararon grandes misiles, los cuáles impactaron en la nave del Comandante Kird. En lugar de explotar, los misiles desprendieron una gran cantidad de energía eléctrica, lo que provocó que la nave emitiera enormes chispazos de electricidad.

"Nos lanzaron misiles de iones. No iremos a ninguna parte si no reiniciamos los sistemas eléctricos..."— Dijo el comandante a través de del comunicador.

"Ánclese a las naves tres y cuatro, comandante... Tal vez podemos dar el salto minimizando el daño y..."—Trato de decir uno de los pilotos, sin embargo fue interrumpido por el comandante.

—"Negativo. Harán que nos maten... ¡Deben saltar ya!"— Gritó, y las tres naves restantes obedecieron al cabo de unos segundos, desapareciendo mientras dejaban una estela de luz de varios colores. El transporte restante quedó varado a su suerte.

Todo parecía perdido para la nave en la que viajaban Zack y Melissa. Dos de las fragatas enemigas ya estaban a su altura. Pensaron que iban a bombardearla a quemarropa, sin embargo, ambas fragatas se acoplaron en ambos laterales de la nave.

Van a abordarlos...— Dijo la piloto, indecisa del rumbo que debían tomar.

¡Vamos a ayudarlos!— Sentenció Milo.

¡No!— Replicó su maestro — Aunque expulsemos a los invasores de la nave, ese cañón gigante la volará en mil pedazos.

—No me quedaré aquí sentado a ver como matan a mis amigos— Respondió Milo, tratando de tomar el control de la nave desde el asiento del copiloto.

Yo no dije eso... Hay que dirigirnos al buque de Yong-kum... Deshabilitaremos esa arma y así, solo así, lograremos que esa nave sobreviva lo suficiente para dar el salto.

Milo ignoró por unos momentos a su maestro, mientras trataba de girar la nave, sin embargo, las circunstancias cambiantes lo detuvieron, pues en esos momentos, desde el punto de salto hacia Wengar llegaron varios buques de la coalición.

"Comandante Kird, llegaron los refuerzos que solicitó..."— Se escuchó a través de la frecuencia de comunicación, sin embargo, hubo un silencio total.

General Hinopio, habla la capitana Sung. La nave del comandante Kird fue alcanzada por misiles de iones y supongo que desviaron la energía del comunicador a los impulsores. Dos fragatas enemigas abordaron el transporte y el resto de las naves saltó a un punto fuera de los mapas estelares...

—"Capitana Sung, debe retirarse de la acción. Crucero de reabastecimiento, vaya a ayudar a Kird y vayan por los transportes perdidos. El resto de la flota, conmigo. Vamos a echar a estos invasores de nuestro sistema planetario."

Tal y como lo ordenó, el crucero de reabastecimiento se separó de la flota con dirección al transporte dañado, y el resto de la flota se orientó rumbo al punto de salto hacia Liwams.

General Hinopio, no lo entiende ese megabuque espacial tiene una...

—"Son órdenes directas, Capitana. Si tiene un punto a dónde saltar, hágalo. Si no, retírese a la superficie planetaria hasta que sea seguro."

—Ignóralo, debemos ir al transporte a ayudar a Zack y Melissa... ¡¿Por qué rayos les quité el collar y los guantes?! ¡¿Por qué?!

El megacrucero comenzó a orientar su proa hacia la nave del General Hinopio, hecho que no pasó desapercibido por los integrantes de la nave terrícola. Quorra viajaba entre sus filas, ignorando tanto al general como a Milo, sin embargo, al notar que el cañón los apuntaba directamente comenzó las maniobras evasivas.

"¿Lo ve capitana Sung? Su vuelo errático solamente nos quita el orden. Es por eso que no confío que un piloto sea..."— Sin embargo, no pudo terminar su oración, pues el cañón enemigo destruyó por completo su buque. La onda expansiva creó turbulencia entre el resto de la flota.

—"¡Desplieguen a los cazas! ¡El resto de los buques concentren su fuego en el flanco de esa arma!"— Gritó otro hombre, a través del comunicador. La nave de Yong-kum parecía restarle importancia al resto de la flota después de haber destruido el buque principal, pues nuevamente orientaba su cañón hacia la nave de transporte de repatriados.

Tenemos que detener ese cañón...— Atinó a decir Milo en medio de su desesperación.

Quizás es inútil. Lo mejor será que busquemos otra ruta alternativa para llegar a Liwams...— Aconsejó el más grande, lo que molestó mucho al chico terrícola, quién le lanzó una mirada asesina. En ese momento, una tuerca de la silla sobre la que estaba sentado el Wan se soltó, y el hombre fue a dar al suelo. — ¡Ouch! ¡Controla tus iones negativos, chico!

—¿Iones negativos?— Preguntó Milo con confusión, cambiando su semblante a su rostro de duda. — ¿Pero si estoy usando una capsula anti ley de...? ¡Tengo una idea!


"Gran General Yong-kum..."— Dijo un hombre en una pantalla dentro de una cabina privada en él buque principal. — "Confirmamos el impacto en el buque del General Hinopio de la coalición. Sin embargo..."

—Me parece perfecto.— Interrumpió el hombre, cuya apariencia era cubierta por el respaldo de la silla sobre la que estaba sentado. — ¿Ya recuperamos a nuestra mano de obra?

—"Los escuadrones encargados aún no se reportan. Sus instrucciones fueron recuperación o aniquilación... No obstante..."

—¿Cómo va mi potencia de fuego?

—"He ahí el problema, disparar el cañón dos veces seguidas ha provocado un ciclo de sobrecalentamiento. El arma debe reposar un par de horas antes de volver a usarse..."

—No tiene la mayor importancia. La flota de la coalición ya se enteró de lo que somos capaces gracias a tu gran arma, Hister. Has servido bien a tu líder, el gran Liarrem...— El hombre se puso de pie, presionó un botón sobre su consola y en su pantalla apareció la tripulación en el puente de mando— Atención tripulantes, acerquen mi buque a la nave de transporte. Quiero mi mano de obra de regreso. Díganle a los buques que se coloquen en formación diagonal y que las fragatas realicen maniobras de cobertura extendida. No quiero que ni una sola nave de la coalición sobreviva hoy.

—"A la orden, Gran General Yong-kum"...— Respondieron varios seres a través de la transmisión.

Computadora, prepárate para grabar un mensaje para Vissarion— Ordenó y su equipo comenzó a grabar —Pronto recuperaré lo que perdiste. Espero que estés listo para mandar a Moaze de regreso conmigo, Yosif...


—Okay Milo, recuérdame una vez más el plan...— Dijo la temerosa capitana de la nave terrícola mientras su tripulación se encontraba en la rampa de acceso inferior y el humano portaba su traje espacial junto a su mochila.

Usa la velocidad máxima de los propulsores que Courash...— Su voz tembló por unos momentos — ...que instalamos en Wengar y déjanos entrar en el hangar más cercano al cañón.

—¿A esa velocidad crees poder hacerlo sin estrellarte con nada, niña?— Cuestionó a modo de reto el hombre Wan, pero fue sorprendido cuándo la piloto aceleró a máxima potencia.

La nave terrícola avanzó a toda velocidad. No había duda que se había vuelto la más veloz de toda la flota. Algo que debían agradecer era la enorme habilidad de su piloto, pues maniobraba entre los pequeños buitres que les disparaban sin chocar a uno solo. Apenas y podían sostenerse de pie sobre la plataforma, cuándo notaron que estaban fuera de la cobertura de la coalición.

Tal vez no fue tan buena idea como pensé.— Dijo un muy dubitativo Milo, quién comenzaba arrepentirse, pues su única arma y protección era su armadura/traje espacial. Estaban a punto de ingresar cuándo una pequeña turbulencia los hizo tropezar de nueva cuenta.

¡Recibimos un disparo en el fuselaje trasero, pero no es grave!— Gritó la recién nombrada capitana. Pasaron varios segundos en los que las maniobras evasivas a velocidad elevada cesaron, pues la nave terrícola paró en seco a la mitad del hangar enemigo. Sus pasajeros saltaron desde la rampa de acceso inferior y la nave escapó por la salida al otro extremo, reanudando su velocidad descomunal.

Buena suerte Quorra— Murmuró Milo mientras sus botas cohete frenaban su caída. Al tocar el suelo, tuvo que encontrar un buen lugar dónde cubrirse, pues ya no contaba con un arma deflectora de disparos.

Olvidaste estas en la nave— Le indicó su maestro, otorgándole ambas espadas, las cuales regresaron a su forma de empuñadura en cuánto tocaron la mano de Milo.

Ah, por todos los cielos— Milo pensó en dejarlas caer, sin embargo, sabía que no debía hacerlo. Presionó unos botones sobre su muñequera izquierda y sobre su cinturón se materializó una funda dónde guardó ambas espadas. Activó los aguijones eléctricos de sus guantes y entre ambos, maestro y aprendiz, comenzaron a abrirse paso rumbo a la sala de máquinas del arma.

Quizás sea buen momento para que te reconectes con tus espadas...— Dijo, mientras usaba la inmensidad de sus poderes para acabar con docenas de soldados y drones de ataque.

Quizás... quizás estoy bien con mis aguijones...

Era bastante ridículo observar como Milo debía cubrirse detrás de algún objeto o pared, noqueando a uno o dos objetivos mientras su maestro se deshacía de los cientos que había ahí. Sin embargo, el intercambio continuó así por un rato, entre varios sectores de diferente tamaño hasta que llegaron al cuarto principal de máquinas de la nave, en la que encontraron a un hombre, no muy alto, con cabello lacio muy corto, piel de un tono dorado grisáceos, con aspecto demacrado. El hombre ostentaba el poder del Campo Oscuro, que lo utilizaba para crear docenas de brazos y soportes que utilizaba para manipular los mecanismos del arma.

—¡¿Quiénes son ustedes?!— Preguntó aquél hombre con odio. Tomó su comunicador y estuvo a punto de mandar una señal de alerta, de no ser porque el Wan fue más rápido y utilizó sus poderes para arrebatárselo —¿Con que si, huh?

Soltó todos los mecanismos del arma y dirigió todos sus brazos y soportes, con puntas afiladas hacia los dos intrusos, sin embargo, su velocidad no se comparó con la de Shar, quién perforó su corazón con una daga de su propia energía, haciendo que el hombre cayera y el campo oscuro perdiera tono y se desplomara sobre el suelo como si fuera un líquido fangoso. Milo miró el poder enemigo en el suelo, con cierto nivel de asco.

¿En sí qué es el Campo Oscuro?— Preguntó confundido.

Te explicaré si salimos de esto... Bien... ¿Puedes proceder con tu plan?

Milo tomó su mochila y vació su contenido. En esta ocasión, únicamente contaba con docenas y docenas de cápsulas de la Ley de Murphy. Las cuales tomó y colocó estratégicamente sobre el arma.

"Milo... ¿Me escuchas?... Tenemos un problema"— Escuchó a la capitana de su nave en el comunicador de su traje.

Quorra... Te escucho perfectamente... ¿Cuál es el problema?

—"Las fragatas que estaban ancladas a la nave de transporte se están separando..."— Una de ellas ya se encuentra en dirección de ustedes...

No puede ser...— Dijo Milo, cuya voz se quebró en ese momento. Corrió hacia dónde estaba su maestro y le arrebató el comunicador del hombre al que había vencido, tratando de encontrar una de las frecuencias de comunicación que usaba el ejército de Liam...

"...lamento reportar que los pasajeros de la nave de transporte se amotinaron, por lo que no nos quedó más alternativa que acabar con la mayoría de ellos y destruir su sistema de soporte vital..."

Milo soltó el comunicador al escuchar esas palabras, el cuál se rompió con la caída. El tiempo pareció detenerse frente a él unos instantes, mientras sus ojos perdían toda la luminosidad que los caracterizaba. Los cerró con fuerza y cayó de rodillas. Dio el grito de dolor más grande de su vida mientras las lágrimas comenzaron a recorrer sus mejillas. Shar pudo sentir en ese momento una presión en la habitación incrementándose. Cuándo Milo abrió los ojos mostró algo perturbador: Sus escleras habían adquirido ese color púrpura característico de los aliados de Liam. El campo oscuro que estaba sobre el suelo comenzó a adherirse a su cuerpo, mientras su maestro lo miraba con temor.

¡Milo! ¡No!— Gritó mientras usaba sus propios poderes para frenar el campo oscuro que trataba de adueñarse de su discípulo.

Desde la cabina de Yong-kum, el general se encontraba observando lo que sucedía en una de sus pantallas. Él mismo emitía un aura sincronizada con la que el cuerpo de Milo estaba absorbiendo, pues era quién controlaba dicho poder remotamente.

Parece ser que el fracaso de Nevy en Wengar no fue completo... Su descubrimiento fue correcto... Espero que perder a Hister valga la pena— Dijo para sí mismo, mientras se deleitaba con lo que miraba — Veamos que haces, Shar-cos cuándo tu aprendiz se vuelva una herramienta mía...


Activen el receptor de energía— Ordenó Doofenshmirtz, y entonces la antena gigante ubicada en la parte inferior de la nave literalmente absorbió parte del campo ocuro del enemigo en el campo de batalla...

Block entró corriendo, justo momentos después de que el segundo buque había sido destruido. Todos los presentes trabajaban tan duro como podían.

¿Cómo van?— Preguntó el hombre pequeño.

Analizamos el espectro y la longitud de onda de su energía. Si todo sale bien, podré obtener los datos que necesito para emitir otro pulso con las tres estaciones, que sea capaz de adaptarse a esa forma de energía maligna que utiliza y la neutralice.

—¿Qué necesita, profesor?

—Todo el tiempo que puedas darme...

Sin embargo, tan pronto terminó de pronunciar eso, se sintió una pequeña turbulencia, pues el enemigo ya se encontraba afuera de la estación causando destrozos.

No creo que sea tan fácil. Ya casi no quedan cazas y ambos buques fueron destruidos con todos abordo.

—¿Cómo va la evacuación?— Preguntó el científico preocupado.

—Brown no lo autorizó. Estamos preparando la evacuación clandestina en esta estación. Dimos aviso a las otras dos, pero no parecen querer seguir una órden que no sea del general.

—¿Tenemos a Murphy y un plan de escape?

—Afirmativo...

En ese momento, uno de los científicos los interrumpió.

Señor, los cálculos están completos. Logramos la contramedida para la emisión de esa energía en específico.

—¡Preparen las medidas de contingencia! ¡Sincronicen la señal con las otras estaciones! Tenemos un solo tiro para detenerlo...

—¿Y si no funciona?

—Habremos perdido Wengar para siempre... A menos que los refuerzos vengan...

—Imposible. El resto de la flota ya está reunida en el punto de encuentro. Venir los arriesga a que descubran su posición...

Las tres antenas se conectaron a través de un haz de energía que formaba un triángulo, perfectamente preparado para disparar. Los segundos parecieron eternos en esos instantes. El experimento estaba apunto de iniciar, sin embargo, una gran cantidad de energía de campo oscuro atravesó la antena de otra nave espacial, provocando explosiones internas en la parte inferior de la estación espacial contigua...

Se acabó...— Dijo Doof con desgano —¡Te odio extraño super poderoso!... Cómo extraño a Perry el Ornitorrinco...

—¡¿No puede hacer algo con dos estaciones nada más?!

—La energía que ese sujeto utiliza es de muy alta densidad. Necesitábamos en teoría cinco estaciones espaciales para lograr destruirlo... ¡Completen la evacuación!

—Completen la evacuación— Ordenó Block en su comunicador y las alarmas de la estación comenzaron a sonar—Vengan conmigo

Todos los presentes corrieron a lo largo de los pasillos rumbo a sus transportes de evacuación. El transporte de Block ya estaba preparado. La doctora Borges había realizado un trabajo impecable. Por lo que tantas personas pudieron lo abordaron y fue uno de los primeros en salir. Al salir, notaron explosiones internas en la estación cuya antena fue destruida, lo que desembocó en la desaparición de la estación. Aquél hombre diabólico parecía estar más enfocado en destruir las estaciones que en matarlos, por lo que pudieron escapar del lugar facilmente.


De vuelta a la sala de máquinas el ambiente era un caos. El cuerpo de Milo emitía un aura poderosa, al tiempo que el campo oscuro continuaba subiendo por sus talones, siendo los poderes de Shar lo único que lo evitaban. El choque de ambas energías había creado un remolino de viento, que provocó algunos daños a la maquinaria cercana a ellos. El Wan sabía que no podía evitar para siempre una posesión de Campo Oscuro, pero si era capaz de retrasarla.

¡Es por esto que las espadas te rechazaron! Para ser usuario del Campo Oscuro tiene que existir un rencor y una sed de venganza en tu corazón... ¡Milo! ¡Debes parar ya! Gritó, tratando de razonar con él, pero era inútil. Ese influjo de energía maligna estaba cada vez más presente sobre el terrícola. Trató de cambiar su estrategia. — Milo, libera esos sentimientos negativos de tu interior. No puedes vengar a tus amigos pero puedes honrar su causa. ¡Esto no es lo que tus amigos querrían de ti! ¡Esto no es lo que Zack y Melissa querrían para ti! ¡Recuerda quién eres!

Esas últimas palabras parecieron tocar una fibra sensible dentro de él, pues su semblante cambió en esos momentos. Su percepción de la realidad se alteró, y se imaginó a si mismo en Wengar, junto al pequeño Courash, quién lo miraba fijamente, con una sonrisa sincera en su rostro. «No fue tu culpa» Escuchó en su mente, a pesar de que los labios del pequeño ni se movieron. Una lágrima recorrió su mejilla. Ambas fundas en su cinturón comenzaron a brillar con una luz muy potente. Milo cerró los ojos e hizo un ademán con la mano. Todo el campo oscuro regado en el suelo se juntó para formar una masa sólida que chocó con los contenedores de la Ley de Murphy, lo que provocó que una poderosa onda de energía roja fuera liberada, invadiendo cada centímetro del megabuque. Milo cayó al suelo, de rodillas, mientras jadeaba incesantemente. Abrió los ojos, mostrando sus hermosos ojos marrones sin ningún rastro de púrpura en ellos.

Me llamo Milo Danger Murphy. Soy un terrícola con la condición patológica extrema de la Ley de Murphy. No busco venganza para mis amigos caídos. Busco justicia. Y justicia será lo que obtendrán. Así lo querrían ellos y respetaré sus deseos tanto como su memoria...— Dijo con un tono de voz neutral. limpiando una lágrima que recorría su mejilla.

Ese es mi muchacho...— Dijo el hombre más grande, mientras ponía una mano sobre el hombro del chico. — Y te las arreglaste para completar el plan. ¿Crees que haya funcionado?

En cuánto terminó de pronunciar dichas palabras, el metal comenzó a rechinar sonoramente. Ambos se miraron a los ojos, pues sabían que debían salir de ahí.

Soltamos todos los iones de probabilidad negativa que he acumulado desde que comenzamos el viaje. Básicamente, toda mi mala suerte de semanas acumulada...— Dijo con un poco más de entusiasmo, cuándo notó que los mecanismos del arma comenzaron a encenderse... —El arma se está reactivando. Va a disparar de nuevo...

—La detendré...— Respondió el hombre de la ropa extraña mientras levantaba su mano, rodeada de energía.

No, si es producto de la ley de Murphy, entonces significa que tenemos que salir de aquí corriendo...

Ambos salieron corriendo del cuarto de máquinas mientras una alarma comenzaba a sonar. A pesar de eso, más trabajadores de la nave se habían reunido y estaban listos para atacarlos. Shar se puso en posición para atacar, sin embargo, detrás suyo saltó Milo con gran agilidad, al mismo tiempo que las empuñaduras guardadas en su cinturón eran invocadas por sus manos, desenvolviéndose en dos bellas espadas que emanaban energía. Con un movimiento muy hábil de cada una, logró derribar a todos los guardias presentes en el lugar.

Eso era lo que mis ojos querían ver— Dijo el Wan con orgullo...

El arma se sobrecargará con el triple de la energía que puede contener. La explosión resultante destruirá toda la flota de Yong-kum. Acabo de alertar a la flota que se alejen lo más posible... ¡Debemos salir de aquí!

Shar no lo pensó dos veces. Creó una esfera del tamaño de un coche pequeño y la arrojó hacia el exterior de la nave, provocando que el casco de la nave se rompiera. Milo reaccionó rápidamente, pues ya había activado la careta con oxígeno de su traje, junto con el propulsor de sus botas y el de la funda de su mochila. Sostuvo ambas espadas hacia sus extremos laterales, invocando una pequeña barrera de energía que le servía como un par de alas. Salieron hacia el espacio haciendo gala de sus poderes mientras ganaban distancia, la cuál sabían que no sería suficiente para sobrevivir a la explosión.

"¿Quieren que los lleve?"— Preguntó retóricamente una voz en el comunicador y la nave terrícola apareció frente a ellos, producto de la super velocidad. Ambos abordaron y de la misma manera en que llegó, se alejó. Al cabo de un par de minutos, el megabuque explotó en mil pedazos, destruyendo las fragatas cercanas a él, sin embargo, los dos buques que lo escoltaban quedaron en una pieza, sufriendo daños mínimos. En esos momentos, tres buques más llegaron desde el punto de salto a Liwams, creando una nueva flota a la cuál derrotar.

Quorra, llévanos a la nave de transporte... Tenemos que rescatar a cualquiera que haya sobrevivido...— Ordenó el chico, a lo que la capitana obedeció, sin embargo, en cuánto se orientaron hacia la nave, esta desapareció, dando un salto al interespacio dejando a las tres personas en la cabina anonadadas. Entonces notaron que una de las fragatas que había abordado la nave se dirigía hacia ellos.

Recibo una solicitud de acoplamiento...— Dijo la capitana de la nave...

Hazlo...— Respondió el chico — Tengo un par de cosas que decirles...

—Cuidado con tus sentimientos negativos— Le reprochó su maestro.

La fragata se acopló por debajo de ellos, por lo que debieron bajar hacia el nivel inferior, en la rampa de acceso. Milo ya tenía sus espadas listas para la pelea, de la misma forma que Quorra ya había preparado su bastón beethoviano para la acción. Sin embargo, Shar permanecía de pie, esbozando una enorme sonrisa en su rostro. La rampa de acceso descendió, dejando a los dos jóvenes inmóviles al ver a dos figuras paradas al pie de ella. Milo soltó ambas espadas y se abalanzó sobre las dos figuras.

¡Zack! ¡Melissa!— Gritó mientras caía sobre la chica pelinaranja. Abrazándola con toda su fuerza.

Melissa cambió su semblante de regaño a uno de compasión, al notar que su amigo se había vuelto un mar de lágrimas. Ambos se pusieron de pie y Milo procedió a abrazar a Zack aún con más fuerzas. Este correspondió el abrazo sujetándolo de la cintura con fuerza y alzándolo en el aire. Quorra observaba desde su posición, con cierta timidez, pero la venció al final y se dirigió a ambos chicos con intención de darles un abrazo.

Yo también te extrañé amigo— Dijo el moreno, mientras ocultaba su rostro en el hombro del más pequeño, para que nadie notara una pequeña lágrima que salía de su ojo. Continuaron unidos un par de minutos, hasta que el festival de abrazos cesó.

Nunca... más... vuelvas a hacernos eso, Milo Muprhy— Sentenció su amiga de cabello ondulado, con una cara que espantó a todos los presentes, incluido el Wan.

Ni lo pensaría... ¿Pero cómo? Yo pensé qué... En el comunicador dijeron... — El chico era un mar de dudas.

Todo fue gracias a Zack— Comenzó a explicar Melissa — Cuándo nuestra nave fue impactada los misiles de iones y perdimos energía, recibimos una transmisión de los hombres de Yong-kum, amenazando con abordar. En ese momento a Zack se le ocurrió un plan brillante que nos salvó.

—¿Enserio?— Preguntaron Milo y Quorra al unísono, sorprendidos.

Me subestiman mucho, amigos— Respondió con una sonrisa sincera.

Zack hizo que evacuaran los sectores dónde nos abordarían las tropas de Liam y los aislaran del resto de la nave...

—Después de que nos abordaron, abrimos las salidas de emergencia de esos sectores y todos los que estaban ahí fueron expulsados al vacío del espacio...— Complementó el moreno — Nos apoderamos de sus fragatas y dimos la señal falsa que indicaba que la tripulación estaba muerta y que buscaríamos las coordenadas de las otras naves que escaparon para ganar tiempo en lo que arreglaban el motor de salto. El crucero de reabastecimiento ya está con ellos y enviarán a los repatriados de regreso a sus planetas.

—Genial— Respondió Milo mientras volvía a envolver al moreno con sus brazos —Aunque lo lamento mucho por los que estaban en la nave que fue destruida

—Lamento interrumpir este festival de amistad y todo, pero... Aún hay otros cinco buques de los que ocuparnos...

—Vengan con nosotros— Ordenó la pelinaranja y corrieron hasta la parte frontal de la fragata robada, hacia la cabina de mando. Quorra tomó el asiento de copiloto y dejó que su amiga obtuviera el asiento principal. En la consola, una luz parpadeaba, indicando una transmisión entrante.

Habla Melissa Chase, robamos una de las fragatas de Yong-kum y estamos listos para enfrentar a su ejército...

—"Negativo, Capitana Chase..."

—¿Capitana?— Preguntó la terrícola, emocionada al recibir ese nombre.

—"Nosotros nos encargaremos de esto. Estamos al tanto de su misión y estarán de acuerdo que aquí ya no queda nada para que ustedes hagan..."

—Pero necesitamos llegar a Liwams...— Dijo Zack, al notar que su punto de salto estaba bloqueado por la flota enemiga.

Saltaremos hacia Wengar y de ahí haremos un salto calculado fuera de punto...— Respondió la copiloto de la fragata.

¿Salto calculado?— Preguntó el moreno, con confusión en su tono.

—¿No sabes como funcionan los saltos y los puntos de salto verdad?— Preguntó Quorra con ironía, a lo que el chico le respondió que no con un gesto de su cabeza. — Viajar por el espacio es peligroso a velocidad superior a la de la luz. Chocar con un agujero negro o acercarnos a una supernova nos destruiría. Viajar a velocidad subluz nos tomaría años para llegar a nuestro destino. Así que damos un salto a un plano que se encuentra entre dos puntos del espacio llamado "interespacio". Sin embargo, como su nombre nos indica, viajar por el interespacio solo se puede realizar en línea recta entre dos puntos, y aunque es poco probable coincidir con algún objeto lejano, no es imposible, así que por ello existen los puntos de salto. Los puntos de salto son coordenadas en las que sabemos que dar un salto en línea recta es seguro...

—Lo que haremos será llegar a Wengar, y utilizar la clarividencia de Shar, para qué nos diga si hay peligro de dar el salto directo hacia Liwams...— Complementó Melissa.

—¿Mi qué?— Preguntó el Wan, quién no estaba prestando atención a la explicación. En ese instante, la nave llegó al punto de salto hacia Wengar y realizaron el salto.

[Es mi universo muy divertido]


Hoy no hay ending ni comentarios finales. Soporten panzones.