...Yuju, esta vez no me tarde taaaaaaaaaaaaanto entre capítulos.
[... Hay un gran sol ...
... Astros también ...
... De nuevo camino y me veo bien ...
... Una galaxia para explorar ...
... Aprender astronomía para variar ...
... (Whoa...) ..
... Este es un viaje especial ...
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...
... (Whoa... Es muy divertido) ...
... Y yo sigo sin estar aburrido ...
... Mi universo es divertido ...]
[("Fight as one" instrumental intensifies...)]
(—En episodios anteriores de La Ley de Milo Murphy)
{Ep. 4}
M. Monograma: "El reporte preliminar indica que en el mundo hay unas 90,000 personas desaparecidas... Un chico llamado Bradley Nicholson."
{Ep. 7}
Pask: "Yo era el comandante Arth de las fuerzas de Marex, pero ahora soy el guerrero Pask, perteneciente a la élite del Gran Vissarion."
{Ep. 8}
Vissarion: "Los cuerpos de los terrícolas no solo serán capaces de soportar una mayor cantidad de campo oscuro. Ese chico terrícola lleno de odio es una joyita."
{Ep. 10}
Quorra: "Es el mismo subordinado de Liam que nos atacó en Silera VII... Nevy..."
{Ep. 13}
Yong-kum: "Parece ser que el fracaso de Nevy en Wengar no fue completo... "
{Ep. 13}
Shar-cos: "Para ser usuario del Campo Oscuro tiene que existir un rencor y una sed de venganza en tu corazón..."
{Ep. 13}
Amanda: "Milo, no puedes culparte por lo que pasó..."
Milo: "Yo sabía que Nevy estaba cerca... No pensé que Courash me fuera a sacar del camino. Por mi error está... Muerto..."
Es mi universo muy divertido
Milo vs Bradley: Parte I
—¿Tenías que sacarnos del interespacio tan lejos de Liwams?— Preguntó Zack con un pequeño tono de molestia.
—Claro, culpa a la piloto y no al cartógrafo...— Respondió la Beethoviana con molestia.
—Había tres agujeros negros bloqueando el camino entre Wengar y Liwams, tuve suerte de encontrar esta ruta...
—Tuvimos suerte de salir del interespacio tan lejos de Liwams, miren— Exclamó la pelinaranja señalando a través de la ventana de la nave.
En una zona más cercana al planeta, un grupo de naves espaciales se encontraban conglomeradas. Muchas de las naves más pequeñas realizaban saltos al interespacio desde ese punto mientras que otras llegaban a él.
—Ese es el punto de salto que conecta con Badeltus. Están haciendo un bloqueo— Dijo el Wan.
—No. Si fuera un simple bloqueo, no estarían yendo y viniendo... Oh, no...—Atinó a decir la extraterrestre, mientras miraba con preocupación a su amiga, quién piloteaba la nave.
La terrícola comenzó a presionar botones en su consola de mando, tratando de establecer un canal de comunicación.
—No lo hagas— Trató de detener el mayor —Si interceptan esa señal, perderemos el elemento sorpresa.
Sin embargo, a la chica poco le importó el peligro y continuó mandando la señal
—Habla la capitana Chase en el canal encriptado 9909-A113 de la coalición. ¿Alguien me copia? — Soltó el botón que activaba el micrófono y esperó varios segundos, sin recibir ninguna respuesta...— Habla la capitana Melissa Chase. ¿Hay algún miembro de la coalición que pueda escucharme?
—Nadie responde...— Dijo Milo, con tono de preocupación en su voz.
—Tal vez sigue la batalla— Trató de tranquilizar Zack a los demás, sin éxito alguno— ¿Por qué no esperamos hasta bajar al planeta para contactarlos?
—La comunicación es más complicada dentro de una atmósfera. ¿Recuerdas el trabajo que nos costó contactar a la tierra cuándo estábamos en Velsistri? Aterrizaremos la fragata en Liwams en cuanto logremos contactar a alguien.
—Melissa— interrumpió la copiloto —No me parece que sea una buena idea aterrizar esta cosa...
—Quorra tiene razón, no podemos aterrizar una nave del tamaño del estadio Maracaná en un planeta, llamaría demasiado la atención— Agregó el moreno.
—Tendremos que volver al Azulejo si queremos aterrizar en la superficie— Completó Milo, mientras trataba de comunicarse desde su propia consola. — Comandante Kird ¿Me copia?
—"Milo Murphy ¿Eres tú?"
—Así es, comandante. ¿Cuál es su situación?
—"Llevamos a los repatriados de regreso a sus hogares y nos dirigimos con una flota de apoyo de los Osmosianos hacia Badeltus... No hay contacto por radio con la superficie, lo que nos sugiere que la coalición fue derrotada. Llegaremos en unas horas..."
—Entendido, nosotros haremos lo posible por debilitar su ejército desde Liwams, cambio y fuera... —Milo soltó el botón de comunicación—Si la coalición fue derrotada eso significa que...
—Significa que Wengar y Badeltus cayeron, y solo es cuestión de tiempo para que Osmos caiga...— Interrumpió el mayor con enojo.
Melissa dejó la fragata robada en órbita, lo más alejada y escondida posible del conflicto y los tripulantes se desplazaron a la parte superior, dónde su propia nave, más compacta y veloz los esperaba. Quorra tomó el sitió de piloto, mientras que la terrícola se sentó a su derecha y se desacoplaron de la fragata.
—El sistema Osmos no está tan alejado de aquí. Su flota no debería tardar horas en llegar— Dijo la piloto, mientras entraban a la atmósfera planetaria. Recordó que sus compañeros de viaje no estaban tan informados sobre especies alienígenas, por lo que procedió a explicarles — Osmos está en un sistema vecino a esta zona. Son gente pacífica, pero tienen uno de los mejores ejércitos de la galaxia y sus defensas son formidables. Usualmente son filántropos y me imagino que han estado apoyando a diferentes sistemas de la amenaza de Liam. Lo más probable es que el ejército se esté reuniendo en un punto en concreto para tratar de recuperar lo perdido...
—No lo entiendo, destruimos su nave principal. ¿Cómo es que siguen activos?— Preguntó el castaño con frustración en su tono de voz. — Se supone que Yong-kum estaba ahí cuándo exploto.
—Debió evacuar antes de que su nave explotara— Explicó el Wan.
—Tiene sentido— Añadió la copiloto, mientras revisaba información en una de sus consolas— Me conecté a la red de los Liwameños y hay muchas cosas escritas en un fonograma que la computadora apenas puede procesar, pero el nombre "Yong-kum" se repite mucho... Parece ser que Liwams está en términos neutrales bilaterales con el ejército de Liam y permiten que sus naves utilicen sus rutas, siempre y cuándo ellos se mantengan lejos de la superficie planetaria...
—Eso no durará mucho ¿Cómo es que apenas nos enteramos de esto?— Preguntó Zack con curiosidad.
—La red intergaláctica clasifica Liwams como una sociedad nivel I a punto de llegar al II. Sus colonias se encuentran por dentro de la corteza, así que mantienen una red de antenas de telecomunicaciones que manda la información tanto al interior como al exterior. Son pocas las antenas que se encuentran en el exterior de la corteza, así que la señal no logra salir de la atmósfera. También dice que obtienen su energía de la geotermia y aprovechan los canales volcánicos para abastecerse.
—¡Este planeta es una olla de presión gigante!— Exclamó el moreno al escuchar la explicación de su amiga. — Esto no tiene sentido, la superficie es plana y está casi deshabitada y en el interior ni la nave ni nuestros trajes espaciales sobrevivirían a las condiciones extremas. ¿Cómo es que los Liwameños sobreviven a eso?
—Aquí dice que las temperaturas dentro de los primeros tres subniveles oscilan entre los cuarenta y los cincuenta grados y la presión máxima en dichos niveles supera por poco a la tierra. Los niveles de oxígeno son suficientes y el exceso de dióxido de carbono se mantiene en los escapes de aire caliente. Estaríamos bien aún sin nuestros trajes.
—Te das cuenta del problema que representa ¿Verdad?— Volvió a decir el joven de cabello negro — Tenemos que encontrar uno de esos escapes de aire a presión para ingresar a los subniveles del planeta. Significa que tendremos que volar a través de una columna de gas, completamente ciegos y sin instrumentos de navegación...
—Puedo con ello— Alardeó la chica y continuaron con el descenso.
Tal y como Zack lo había dicho, no había otra manera de ingresar a las zonas habitadas del planeta. La única opción era ingresar por un escape de aire caliente. Quorra buscó uno lo suficientemente grande como para que la nave pudiera caber por completo y tener suficiente espacio para maniobrar, así que entraron a baja velocidad. Había una gran cantidad de humo por todas partes, sin embargo, en ese momento no existía tanta presión por el gas, lo que hacía más fácil descender. Se mantuvieron así por espacio de varios minutos, cuándo llegó un punto en el que parecían estar ciegos debido a la falta de luz e instrumentos de navegación. Shar utilizó sus poderes para crear una cúpula gigante por debajo de ellos con la forma de un gran tazón, que servía para prevenir que la nave chocara con alguna saliente rocosa. Melissa usaba su collar para sentir lo que había fuera de la nave y poder corregir el curso en caso de estar cerca de impactar. Continuaron así por varios minutos, hasta que finalmente lograron divisar luz por debajo de ellos. Una enorme laguna de lava estaba varios metros por debajo de ellos, sin embargo, habían logrado encontrar el primer subnivel del planeta.
Era una cueva subterránea enorme, con la luz proveniente de la lava en el suelo y varias cascadas de magma adornando el lugar. Había formaciones rocosas color tinto por todas partes y empotradas en ellas, había construcciones en las salientes de las paredes.
—¿Qué son esas?— Preguntó Milo.
—Parecen ser torres de control abandonadas— Respondió Melissa al no poder ver ninguna luz encendida en dichas construcciones.—¿Qué tan lejos estamos del cristal de amatista?
—Al menos unos sesenta kilómetros de distancia en esa dirección— Señaló el Wan.
—No entiendo— Afirmó el moreno—¿Por qué los Liwameños viven en estas condiciones? ¿Por qué no vivir en la superficie?
—Los cuerpos de los Liwameños están hechos para soportar el calor. Un Liwameño promedio es capaz de soportar baños de lava hasta por dos horas continuas. Además, la corteza superior está formada por silicatos de alta densidad que son bastante difíciles de romper, a diferencia del mineral del que está formada la roca de estas cuevas. Ellos están bien adaptados a este ambiente— Respondió la piloto, mientras buscaba un lugar dónde aterrizar para evitar llamar la atención.
En esos momentos, uno de los focos de alarma comenzó a parpadear mientras producía un sonido repetitivo y molesto.
—¿Qué es eso?— Preguntó Shar, mientras las pilotos trataban de averiguarlo.
—Parece que uno de los motores cerca de la bahía de carga está averiado. Tal vez sea por el calor...— Respondió la terrícola.
—No tengo visual, la cámara exterior también parece estar averiada...— Respondió la piloto, mientras la nave seguía avanzando y esquivando salientes montañosas y cascadas de lava.
—Voy a bajar a ver que pasa— Afirmó la pelinaranja, mientras se quitaba el cinturón y comenzaba a caminar.
Shar se quedó parado por espacio de unos segundos después de que la chica había bajado al nivel inferior de la nave, cuándo se le ocurrió utilizar su poder de omnisciencia para ver el exterior de la nave. Al hacerlo, pudo notar la causa de las averías.
—¡Melissa cuidado! Se trata de...— Trató de advertirlo, pero en ese instante una turbulencia lo interrumpió. El motor inferior de la nave tuvo una pequeña explosión y la nave comenzó a tirar humo mientras seguían flotando sobre un gran lago de lava. Shar entonces se dirigió a sus discípulos —Es Nevy. Se ancló a la parte inferior de la nave y arrancó pedazos del motor.
En cuanto escucharon esas palabras los tres hombres salieron corriendo de la cabina, dejando sola a la piloto quién luchaba con los controles.
En la parte inferior de la nave, Melissa se encontraba en la rampa de acceso inferior, la cuál ya estaba abierta, sostenida a través de una construcción de energía que ella misma había hecho con sus poderes, la cual era una extensión de la plataforma anclada a la nave. Esto lo hacía para tener un mejor ángulo, con el que atacaba al intruso, quién tenía un arnés amarrado a la nave del equipo. Nevy, quién hasta ese momento solo se defendía de los ataques de la chica anteponiendo su brazo como escudo, se percató de que otras tres personas estaban corriendo por la nave rumbo a ese punto, por lo que no dudó y extendió su brazo de manera errática hasta romper la plataforma de energía sobre la que la chica estaba parada, provocando que comenzara a caer sin control. En ese momento, llegaron los chicos, con Milo en la delantera, quién estaba listo para atacar a su enemigo, solo para detenerse en el último momento, al percatarse que el hombre con armadura había estirado su brazo hecho de campo oscuro tanto como podía, y en el extremo sujetaba a la chica de uno de sus brazos, evitando que cayera al mar de lava por debajo de ella. En unos segundos, la nave pasó por una orilla hecha de roca sólida, por lo que la dejó caer en esa área, sabiendo que ella podría usar sus poderes para frenar la caída y no resultaría herida al no caer sobre lava. Solo entonces Milo comenzó las hostilidades, arrojándo un chorro de energía desde la punta de su sable de ofensa, mientras Zack utilizaba el comunicador incorporado en su traje.
—¿Estás bien?— Preguntó.
—"Sí, esa cosa me dejó caer sobre la tierra en lugar de dejar que me quemara en la lava"— Escucharon a través de su comunicador.
—Espera, le diré a Quorra que vuelva por ti.
—"¡No!"— Exclamó con apremio —"Ustedes sigan adelante, ya encontraré la manera de reunirme con ustedes... ¡Busquen el cristal!"
El moreno se giró y regresó su concentración a la pelea. Milo atacaba y desviaba ataques con sus espadas, mientras Shar únicamente observaba. Entendía que esto fuera un ejercicio de entrenamiento, pero no había mucho que alguien con sus poderes pudiera hacer. Su contrincante estaba a una distancia considerable y sus ataques debían ser cuerpo a cuerpo. Por alguna razón, sintió un cosquilleo en las manos mientras sus guantes brillaban. Extendió su mano en dirección a Nevy, pensando que podría disparar algún tipo de energía, pero se resignó al darse cuenta que no tenía esa habilidad. Lo volvió a intentar, y solo pudo notar como su adversario perdió un poco el balance y se aferraba con fuerzas a su arnés. Arqueó la ceja. No entendía que acababa de pasar, pero estaba seguro que acababa de descubrir una nueva habilidad de sus guantes. Milo entonces se cansó y arrojó una de sus espadas, en dirección a Nevy, la cual esquivó con facilidad, sin embargo, esta cortó el arnés al cual estaba amarrado, provocando que cayera del costado de la nave. Se precipitó por poco tiempo hacia el lago de lava, hasta que activó su mochila cohete, sin embargo, tomó un desvió entre las cuevas y desapareció de la vista de todos. Milo estiró su brazo y como si de un boomerang se tratase, la espada volvió a su mano y regresó a su forma de empuñadura junto con su hermana para que el chico las guardara. En ese momento, la nave ya no estaba sobre magma, si no que estaba entrando a un área con una superficie de tierra similar a la que Melissa había caído. El castaño, presionó un botón en su muñequera.
—Quorra. Ya nos deshicimos de Nevy. Iremos a buscar el cristal antes de que él lo encuentre. Si pudieras buscar un lugar escondido para aterrizar y reparar la nave te lo agradecería mucho.— Dijo, para después saltar desde la rampa y sus compañeros lo imitaron, viendo como la nave se perdía a lo lejos de su trayecto.
Shar cayó con gracia, sin necesidad de usar sus poderes para frenar la caída, mientras los chicos utilizaban las botas cohete para caer sin hacerse daño.
—Todavía no llega la actualización de las botas cohetes ¿Verdad?— Preguntó Zack con molestia, mientras sus trajes se adaptaban a tonos rojos en señal de que estaban en un ambiente calórico. El suelo era rocoso e inestable. Como un terreno accidentado hecho de rocas color tinto, por lo que sabían que sería un poco dificil maniobrar en él.
Los chicos entonces comenzaron a correr, rumbo a una ciudad que se veía a lo lejos, pues aún tenían bastante camino por recorrer.
Una ventila cayó desde el techo en un paso abandonado de un buque guerra en el futuro. De él cayeron Doofenshmirtz, Dakota, Cavendish y el señor Block en ese orden. Revisaron el perímetro y solo entonces dieron la señal. Su prisionera fue empujada del mismo ducto de ventilación, junto con Theseus, Colt y la doctora Borges.
—¿Cuál es el plan?— Preguntó Theseus con ligera angustia.
Lo cierto es que en ese momento estaban un poco a la deriva. En los corredores lejanos seguían sonando los disparos. Miembros de alto rango, miembros de bajo rango, a veces una mezcla de ambos se atacaban entre sí. También se escuchaban los disparos al exterior de la nave cuándo chocaban con el fuselaje, por lo que era común experimentar un poco de turbulencia.
—Por ahora...— Respondió el más pequeño haciendo una pequeña pausa —Sobrevivir...
—¿Ves qué tan ridículo fue tu plan? Hiciste que todo lo que construimos con el paso de los años comenzara a destruirse a si mismo en tan solo un día...
—Elena, por favor. ¿Crees que la oposición podría contra Liam mientras seguía las órdenes de Brown? ¿Crees que podría bajo tus órdenes?— Le preguntó Block, pero al ver que no respondía, y simplemente trataba de ocultar su cara, dijo— Pónganle un bozal.
—No te atrevas a...— Trató de decir con amenaza en su tono, pero Colt fue más rápido y ya le había colocado un aparato retraible que le tapaba la boca.
—¿Qué hacemos, comandante Block?— Preguntó el soldado que aún le era leal.
—Recuerda que ya no soy comandante, chico... Creo que tendremos que abrirnos paso hasta el puente de mando. Necesitamos llegar a TBD-1138...
—Ese es el planeta en el que nos encontraste ¿Verdad?— Dijo Dakota, mientras seguía revisando los pasillos aledaños en busca de peligro.
—Block— Interrumpió Borges —Una nave de este tamaño no pasaría desapercibida por Liam... TBD-1138 es el último refugio armado de la oposición. Si somos detectados seremos destruidos.
—Y es el último lugar del universo con un laboratorio equipado en el que el Profesor Tiempo puede terminar las granadas de la realidad y quizás el portal transtemporalizador...
—¡Inador!— Gritó el de la bata...
—¡Eso!
—¿Ese es tu plan? ¿Poner a todos en peligro para que nosotros podamos escapar?— Cuestionó Theseus.
—No eres tan diferente a Brown— Le reclamó el británico.
—Abre los ojos, Cavendish...— Le recriminó su ex-jefe — Sin los recursos de Wengar estamos perdidos. La última esperanza de este futuro es que Doofenshmirtz... El profesor tiempo... Invente algo con suficiente poder para destruir a Liam...
—Creo que existe otra alternativa— Sugirió el joven Murphy— Pero necesito mi nave de regreso. ¿Alguien sabe dónde esta?
—Fue llevada a mantenimiento después que los rescatamos... Por gracia divina esa sección está en este mismo buque.
—Tendremos que separarnos— Afirmó el de cabello rizado— Colt, tu, yo y Cavendish ayudaremos a Theseus a llegar a la nave. Borges, Doof y Block escoltarán a nuestra querida general al puente de mando...
El soldado dudó por un momento, dirigió la mirada a su superior quién asintió con la cabeza, por lo que el equipo se separó en ese momento.
—¡Muévanse!—
Los tres corrían a velocidad sobrehumana. Shar, quién era conocido por estar empecinado con la idea de que no debían perder el tiempo, sorprendentemente lo tomó a modo de juego y entrenamiento de resistencia. Si hubiera un coche de carreras compitiendo con ellos ya lo habrían dejado atrás por mucho. Era una lastima que el terreno no fuera uniforme, de lo contrario irían incluso más rápido. Duraron corriendo de tal manera, hasta que divisaron a lo lejos una sección llena de ríos de lava de no más de cuatro metros de ancho, por lo que decidieron frenar al instante, derrapando las botas de su traje, lo que provocó que se desgastaran las suelas por la fricción hasta que quedaron descalzos. El traje entonces comenzó a autorepararse utilizando los nanobots.
—Esta función me da escalofríos, sabes...— Se quejó el moreno, mientras sentía cosquillas provenientes de millones de nanobots arreglando sus botas.
—A mi me parece divertido...
Estuvieron unos cuantos segundos esperando a que sus trajes se arreglaran para seguir, su camino. Zack y Shar lograron brincar el obstáculo de lava, sin embargo, cuándo Milo estuvo en el aire, pudo sentir como algo lo detuvo, agarrando su traje desde su espalda, justo donde reposaba su mochila, por debajo de la funda que el traje le proporcionaba. Milo utilizó la propulsión de sus botas para tratar de zafarse, sin éxito alguno, por lo que sacó sus espadas y emitió un gran chorro de energía desde la punta con dirección al suelo. Sintió como si una parte de su traje se rasgara y su cuerpo salió catapultado por los aires, hasta llegar a una zona de tierra diferente a la que sus amigos estaban. Volteó de inmediato para ver al causante de su tropiezo y se percató que un brazo gigante, completamente hecho de Campo Oscuro sostenía la parte de su traje que le fue arrancada. Obviamente, su dueño era Nevy, quién jadeaba por el esfuerzo, sosteniendo con su mano prostética de energía algo que el castaño tardó un par de segundos en procesar. Por reflejo, trató de tocar sus hombros descubiertos y se sintió horrorizado al percatarse que algo le faltaba.
—¡Mi mochila!— Gritó con desesperación. Estaba preparado para atacar al hombre en la armadura, sin embargo, era demasiado tarde. Su mano gigante de energía se sumergió en la baja profundidad del río de lava, con su brazo completamente arqueado, provocando que el calor de los minerales fundidos acabaran con ella —¡No!
Milo estaba horrorizado. Su mochila había estado con él desde que era un niño pequeño. Cuándo su niñera estrella, Verónica, se la había regalado. Era exactamente lo que necesitaba para contrarrestar la Ley de Murphy. Muchos recuerdos pasaron por su mente. Realmente no se consideraba una persona materialista. No estaba apegado a casi ninguna de sus posesiones, pues estaba acostumbrado a perderlas en accidentes extraños. Ni siquiera sus chalecos tintos eran tan importantes para él. Sin embargo, ver su mochila quemándose cambió algo en su interior por un momento. Dudó. No pensaba que fuera tan importante para él. En ese momento, recordó Wengar. Recordó lo que sintió cuándo perdió a su pequeño amigo. Zack, que en ese momento, ya estaba en posición de defensa, notó por unos instantes la luz que desaparecía de los ojos de Milo, temiendo que pudiera pasar algo peor. De alguna manera, sabía lo que pasaba por su cabeza, así que trató de estar listo, no solo para la batalla, si no su amigo. Los nanobots terminaron de reparar la espalda del traje de Milo al tiempo que Nevy sacaba su mano del río de lava, mientras los restos del magma escurrían entre sus dedos. Shar también estaba preparado para pelear. Ya estaba cansado de tropezar cada dos planetas con esa molestia. Estaban todos separados por diferentes cauces del río de lava que fluía a una velocidad tremenda. Zack, y Shar por un lado, por el otro Milo, y por el último estaba Nevy. El castaño suspiró. Hizo algo que pocas veces había hecho: frunció el entrecejo y sonrío con malicia.
—Milo— atinó a decir el moreno — ¿Estás...?
—¿Por qué no te quitas el casco y dejas ver tu cara...?— Exclamó el de la piel pálida— Bradley
Zack se sorprendió de sobremanera al escuchar ese nombre. Pensó por un momento que su amigo se había vuelto loco, sin embargo, el hombre con la armadura obedeció, dejando ver a un chico terrícola de piel pálida, ojos negros profundos, cuya esclera se había tornado púrpura debido al contacto con el campo oscuro, su cabello, más largo que de costumbre estaba desordenado. Su rostro se encontraba demacrado. Como si hubiera envejecido unos cuántos años, tan solo por la exposición a tal sustancia.
—¿Brad? ¡¿Tu eres Nevy?!— Gritó, para darse cuenta de lo estúpida que había sido su pregunta.
De alguna manera, la voz de su adversario, usualmente molesta, había cambiado. Ahora era un poco más gruesa y producía un eco estruendoso que les provocaba una sensación rara a los terrícolas.
—¡Bradley! Y ese ya no es mi nombre ¡Mi nombre es Nevy ahora!— Gritó con fuerza.
Zack se giró a su amigo. En ese momento muchas cosas se aclararon en su mente. No fue accidente que Nevy salvara a Melissa. Tampoco era un accidente que parecía enfocarse en Milo, sin embargo, había un detalle que el moreno necesitaba saber.
—¿Cómo supiste que era él?— Le preguntó de manera calmada.
—Tuve mis sospechas desde que descubrimos que no estaba con las demás personas secuestradas— Le respondió —Su odio hacia mi era inusualmente conocido. Su brazo derecho está alterado. A ustedes les parece ser un poco indiferente. Pero lo confirmé de inmediato cuándo salvó a Melissa de caer en la lava y cuándo Shar se percató que era un ser humano...
—¿Qué?— En ese momento, el instructor de ambos terrícolas se sorprendió. Cuándo estaban peleando con él sobre la rampa de la nave, él utilizó sus poderes para analizar a la criatura, y efectivamente se dio cuenta que era un ser humano, pero no había compartido esa información con nadie. Por lo que se sentía extrañado que el chico lo supiera.
Milo volteó a ver a Zack directamente y le dedicó una sonrisa sincera —¿Recuerdas cuándo me rompí diecisiete huesos en Octalia? Aún puedo leer mentes de vez en cuando.
Zack entonces se sintió avergonzado por unos segundos. Sus mejillas se enrojecieron tanto como su piel se lo permitía. Una sola pregunta rondaba por su mente «¿Qué tanta información privada pudo obtener de su propia mente las últimas semanas?». Sin embargo, retomó el enfoque. Se preocuparía por eso más tarde. La situación actual era Bradley.
—Por mucho que me gustaría ver el progreso de su entrenamiento, creo que es hora de que dejen a su maestro hacer el trabajo...— Dijo el más alto.
—¡No!— Exclamó el más pequeño con seriedad, interrumpiendo a su mentor— Esta pelea no les incumbe a ninguno de los dos. Así que no se metan en esto.
—Milo, no es el momento de...
—Ya lo escuchaste— Interrumpió su adversario, con una mueca de felicidad — Al fin entendiste que todo esto ha sido por ti, Murphy.
Milo sujetó con fuerza ambas espadas al escuchar esa provocación, sin embargo, estas revirtieron su forma a empuñaduras en cuanto sintieron las intenciones del chico, de manera similar a como lo habían hecho cuándo que estaban en Wengar, hecho que no pasó desapercibido por sus dos acompañantes. El más grande lanzó una esfera gigante de energía de luz blanca, la cual Bradley tuvo que esquivar, provocando un cráter gigante en el suelo, encausando la lava hacia él. Zack no se quedó atrás y volvió a intentar probar su nueva habilidad. Sus guantes brillaron con intensidad e hizo un gesto con ambas manos hacia adelante. Dicha acción lanzó varios metros hacia atrás a Bradley, haciéndolo caer de espaldas.
—Dije que no se metan en esto. Esta es mi pelea— Reclamó el castaño en un tono muy sombrío, poco usual en él, así que trató de difuminar la tensión—Telequinesis, genial.
Solo entonces el moreno cayó en cuenta de cuál era la nueva habilidad que acababa de aprender de sus guantes de poder. Sin embargo, la sorpresa duró poco tiempo, pues el más grande comenzó a hablar.
—Es obvio que no estás en sintonía con las espadas... Si tratas de forzar la conexión la perderás para siempre...
—No te preocupes, llegaré a un trato con ellas— En ese momento, sus empuñaduras volvieron a su forma de espadas, para el alivio de sus compañeros —Recuerden que tenemos que encontrar el cristal. Yo me reuniré con ustedes en cuanto acabe con esto.
Dicho argumento había sido suficiente para convencer a su maestro, pero su amigo lo miró por varios segundos por preocupación. Conocía esa mirada de determinación del chico. El brillo en sus ojos había vuelto y eso le daba un poco de tranquilidad, sin embargo, quería estar para él y enfrentar el problema juntos. Su misión era importante, pero no tanto como el bienestar de su amigo. Quiso decir algo, pero sabía que no había caso. Suspiró al darse cuenta que no podría hacer que cambiara de opinión, así que se sujetó con fuerza al hombro de Shar y ambos salieron volando de ahí a gran velocidad.
Melissa estaba explorando a pie las zonas aledañas a dónde había aterrizado. En esos momentos sabía que ella era la única consciente de lo que necesitaba hacerse. El ejército de Liam atacaba a los planetas aledaños a este sistema. La única razón por la que no habían atacado a Liwams aún era porque no lo consideraban pertinente. Sin embargo, el tipo de energía que utilizaban era sumamente impresionante. La energía geotérmica era un recurso sumamente subestimado, pero debería considerarse como algo más importante para la gente de la galaxia. Del mismo modo, los materiales resistentes al calor como los que abundaban en ese planeta son recursos extremadamente valiosos. Sería cuestión de tiempo para que la flota de Yong-kum rompiera el acuerdo de neutralidad con Liwams y comenzara la invasión. Seguramente en cuanto terminaran con la coalición, los siguientes serían ellos. Ella estaba segura que esa batalla no había terminado. Por más que lo pensaba, no encontraba la explicación para tantos saltos entre planetas de no ser porque había una batalla en curso. Incluso recuerda haber visto unas cuantas naves dañadas regresar. «Debieron bloquear sus comunicaciones» pensó, mientras seguía caminando. Las torres de control abandonadas que vieron mientras volaban parecían seguir un patrón, por lo que ella caminó en dirección de un callejón entre paredes de roca que llegaban hasta el techo del lugar, cuándo de pronto se percató de que tenía razón.
—¡Alto!— Le gritaron dos lugareños con uniforme que ella adivinó, pertenecían al ejército del planeta. Sus pieles eran color metálico pero sus facciones estaban hechas a partir de luces rojas que emanaban sus cuerpos— Esta es una zona restringida.
—Ahm... ¿Llévenme con su líder?— Afirmó a modo de pregunta debido a lo raro de la situación.
Los dos hombres le apuntaban con una varilla cada uno que en su extremo tenía una pieza hecha de acero que sostenía un objeto que la chica no pudo identificar, pero que encandecía con potencia. Ambos hombres se miraron confundidos por unos segundos y después de ellos uno tomó un comunicador. En menos de quince minutos, la chica estaba en una sala de interrogatorio, sentada y encadenada de un brazo lo cuál no la asustaba para nada. El hombre enfrente de ella hacía movimientos bruscos, como si estuviera tratando de intimidarla.
—¡¿Quién eres y por qué estás aquí?!— Ella lo miró por unos segundos y emitió una risa burlona —¡¿De qué te estás riendo?!
—Por esos movimientos y tu falta de control de emociones diría que es tu primera vez interrogando a alguien. Tu uniforme solo tiene tres símbolos más que los guardias de la entrada del complejo militar, así que adivino que son de la misma clase y que no tienes la jerarquía suficiente. Yo quiero hablar con la persona a cargo...
El hombre se quedó perplejo ante la afirmación de la chica. Le había sorprendido lo perspicaz que era. Trató de decir algo, pero en ese momento dos personas más entraron al cuarto, por lo que no le quedó más remedio que pararse firme y hacer un saludo militar.
—Descanse, Sargento— Afirmó el hombre que portaba una insignia roja incandescente con forma de rombo con un círculo en medio, lo que la chica interpretó como que era el más alto rango. El sujeto a su lado no portaba ese tipo de uniforme, por lo que ella adivinó que era el enlace político — Bien... Terrícola ¿cierto?
—Es correcto...—
—¿Qué haces tan lejos de casa, amiguita?— Preguntó el hombre de la política.
—Estoy en medio de una misión de rescate. Un planeta llamado Octalia está...
—Ja! Ocatalianos. Se creen muy graciosos cuándo imitan tu apariencia— Lo interrumpió el militar de alto rango. — Por cierto, yo soy el Comandante Supremo Karbon de las fuerzas de Liwams y el señor de aquí es el Kelv Hit.
—¿Kelv?— Preguntó la chica.
—Es así como llamamos al regente de cada uno de los subniveles del planeta. En total son cuatro... ¿Cómo le llaman ustedes a sus líderes?
—Generalmente, "incompetentes", pero también les decimos "presidentes"...
—Que palabras tan feas— Respondió el Comandante.
—Relájate, Karbon— Dijo su acompañante, tomando el control de la conversación — Déjame esto a mi... Señorita Terraquea ¿A qué nombre debería dirigirme?
—Yo soy la Capitana Melissa Chase de la coalición.
—Pffff... La coalición. Otra vez quieren convencernos de que nos unamos a su tonta guerra. Déjeme decirle algo, Capitana Chase. Liwams ha permanecido alejado de los conflictos de la galaxia durante milenios. Tal y como les habíamos dicho con anterioridad, no nos interesa entrar a una pelea a la que no figuramos. Quiero sentar un precedente, tal y como le dije a su amigo Vissarion, fuera de la atmósfera pueden hacer lo que quieran y dejar tantas naves como les plazca, pero este planeta no lo tocan...
—Ya hay tropas de Vissarion en el interior de este planeta— Interrumpió la joven...
—¿Cómo?— Preguntó el hombre de aspecto avejentado. Melissa aprovechó la oportunidad para proyectar un holograma que su propio traje había grabado —Esta grabación es de hace varios minutos, ese sujeto es Nevy, y es uno de los lacayos de Vissarion...
Ambos hombres se miraron indignados.
—Les dijimos que no entraran al planeta...
—No hemos venido a Liwams con intenciones de reclutarlos...— mintió un poco, pues en el fondo tenía esas intenciones — Buscamos un cristal que fue traído a este planeta en una explosión... Pero solo les diré una cosa. El ejército de Liam está pensando en conquistar el universo entero. Y eso incluye a Liwams. Están invadiendo cada planeta que se les cruza. La única razón por la que no han invadido su planeta es porque no han descubierto su mina energética, pero lo harán. De hecho, si Nevy está aquí, lo más probable es que el mismísimo Vissarion también lo esté.
La conversación fue interrumpida por un chico que ingresó de inmediato a la sala con una pantalla táctil en la mano.
—Señor, lamento interrumpirlos pero tenemos un código de emergencia escarlata... Hay disturbios en la ciudad de Vraza... —En la pantalla se veían partes de una ciudad destruidas— Algo sobre un tipo chaparro y dos sujetos de ropa extraña...
—Ese tiene que ser Vissarion— Afirmó la chica.
De nueva cuenta, ambos hombres se miraron, hasta que el hombre identificado como Hit dijo — Envíen cuatro escuadrones de mecheros y dos tanques ignífugos. Y preparen un transporte para nosotros. Si ese descarado de Vissarion está en el planeta quiero verlo con mis propios ojos.
Milo saltó por los aires hasta caer en la porción de tierra cercana a Bradley, un tanto alejada del río de lava. Ambos se miraron a los ojos por unos segundos, entonces el castaño hizo algo inesperado. Arrojó con sutileza su espada ofensiva en dirección a su enemigo de tal manera que fuera fácil para él atraparla.
—¿Qué truco es este? ¿Por qué me arrojas esto?— Preguntó confundido.
—Antes de comenzar a pelear, quiero saber exactamente cuál es la razón de tu enfado... ¿Cómo es que terminaste como agente del mal?
Bradley se rió en su cara.
—Tu. Tu eres la razón de mi enfado. Tu. Milo Murphy— Respondió haciendo una imitación burlesca al mencionar su nombre. —Desde que recuerdo, tu siempre has sido la causa de mi desgracia. Desde ese día, cuándo éramos niños, que perdí el autobús por tu culpa. Desde que llegué a la escuela y la puerta estaba cerrada. Desde ahí, tu has sido siempre el causante de todo. ¡Todos aman a Milo! No importa cuánto me esfuerce en agradarle a la gente. No importa que tanta información les pueda dar ¡Siempre eres tu el que llama la atención! ¡Siempre eres tu al que prefieren todos! No importa lo mal que salgan las cosas a tu alrededor, la gente te ama. ¡Todos adoran estar cerca de ti! ¡Melissa adora estar cerca de ti! Las dos semanas que no estuviste creí tener una oportunidad, pero volviste y lo arruinaste todo. ¡Me tienes harto! ¡Por tu culpa perdí mi brazo derecho y se convirtió en una maldita rama! ¡¿Acaso ya lo olvidaste?! ¡Por tu culpa fui secuestrado durante la invasión! Pero supongo que debería agradecerte ¡Ahora tengo la oportunidad perfecta! ¡Ahora tengo una posición de poder! ¡Ahora tengo un nuevo brazo y además mejorado! ¡¿Y tu?! Solo eres una basura más en esta galaxia.
—¿Posición de poder?— Cuestionó Milo, con toda intención de provocarlo.
—Se me fue otorgado un don. Un don con un propósito. Y estoy dispuesto a cumplirlo... Incluso en esto me has saboteado. Eres un tramposo. Siempre lo has sido. Después de Wengar fui considerado un fracaso. ¡Fui rechazado por ellos! Pero sabría que vendrías. Sabía que no te resistirías a tratar de recuperar ese tonto cristal. Por eso estoy aquí. Por alguna razón Liarrem te quiere y te quiere con vida, así que si te llevo con ellos, me darán una segunda oportunidad. Seguramente me darán más poder. ¡Poder que necesito para hacer cosas como esta!
—Bradley... Sacrificaste tu humanidad con la única intención de hacerme daño...
—Tu debes saber perfectamente que no fue mi elección. ¡Ellos experimentaron en mi! Fui elegido por un poder superior. Fui elegido por el destino para volverme en lo que me convertí. Solo soy un eslabón más para llegar a un mejor futuro...
—¿Y qué pasará cuándo ganes? ¿Qué pasará cuándo la tierra deje de existir? Cuándo tu señor del mal destruya todo y a todos los que amas.
—Si se unen a él no tendría porque destruirlos...
—¿De verdad crees eso? ¿De verdad crees que les dará la oportunidad? ¿Por qué razón crees que nos unimos a esta guerra? Esto no es un juego, Bradley. No es cosa de quién puede más. No somos nosotros compitiendo con huevos por una calificación. ¡Es la vida de millones de seres en todo el universo!
—Vidas sin un propósito que deben ser erradicadas...
—¿De verdad piensas eso? ¿O es lo que tus maestros piensan por ti? ¿Qué crees que pensará Melissa cuándo se lo digas?
—Ella siempre ha sido la más inteligente. Lo verá por su propia cuenta. Me aseguraré de que siga viva a pesar de su herejía y después, un día, lo comprenderá. Y se unirá a nosotros...
Milo notó como un aura purpurea comenzó a manifestarse alrededor del chico frente suyo. Suspiró de nuevo, y su espada defensiva comenzó a brillar. Su tono muscular aumentó bruscamente y su propio cuerpo comenzó a emitir un aura dorada.
—Veo con tristeza que no hay otra salida—Se tomó unos segundos para continuar sus palabras— No es por alardear. Pero conozco tu forma de pelear. Cuándo Shar y Zack te atacaron hace un momento, noté en el apuro en que estabas. En estos momentos, el nivel que tengo es más que suficiente para derrotarte. Pero te ofrezco algo más justo. Un duelo completamente equitativo. Una batalla de esgrima. Nada de poderes ni brazos elásticos. Así no me podrás acusar de ser un tramposo.
Bradley resopló con frustración. Odiaba admitirlo, pero sabía que el chico tenía la razón. No podía simplemente pelear contra él como si nada, pues el poder que le fue otorgado por los experimentos del ejército de Liam no se comparaba al arduo e incansable entrenamiento que el chico había realizado desde que comenzaron el viaje.
—Acepto tu reto, Milo Murphy...— Dijo, dando media vuelta para darle la espalda.
—Usa todo lo que tengas, no me contendré contigo...
—¿Contener qué?— Preguntó, al tiempo daba un salto mortal hacia atrás, con la intención de sorprender al castaño, quién ya estaba esperando dicho ataque.
Milo bloqueó la primera estocada con maestría, mientras su enemigo aprovechaba el impulso para tratar de asestar varias veces en su objetivo, sin embargo, Milo había estado practicando bastante el dominio del sable con Shar, así que fue completamente capaz de desviar todos los ataques. En esos momentos, solo podía pensar que jamás se le ocurrió que terminaría en tal situación, peleando únicamente con una de sus dos espadas, pues su adversario pelearía con la espada restante. No era una guerra de energías y poderes mágicos. Era una batalla de esgrima como verdaderos caballeros. Los ataques frenéticos de Bradley eran efectivos para sus propias metas, pues ya había obligado al castaño a retroceder bastantes metros en un intento desesperado por bloquear las estocadas. «Tal vez lo subestimé», pensó el chico para sus adentros. A pesar de que había absorbido parte de la energía de su espada para fortalecer su cuerpo y aumentar su velocidad y reflejos, le costaba trabajo encontrar un espacio para contraatacar. En promedio, por cada cinco bloqueos podía realizar una ofensa, la cual no siempre tomaba por sorpresa a Bradley. «No importa. Tengo que continuar así el tiempo suficiente...»
Efectivamente, en la ciudad de Vraza se encontraba el cristal de amatista flotando en lo que parecía ser el centro con la única fuente decorativa que poseía agua potable. Todas Partes completas de edificios habían sido dañadas y la gente seguía corriendo despavorida para alejarse de la gran batalla inminente. Vissarión estaba parado frente a Shar y Zack, a varios metros de distancia, y a su espalda, custodiaba el cristal. Cuándo de pronto, otra figura se unió a la diversión.
—La gente de este planeta es muy ruidosa para mi gusto— Exclamó la chica, mientras comenzaba a disparar pequeñas esferas formadas de tres anillos de campo oscuro que atravesaban los cuerpos de los civiles presentes mientras seguían corriendo.
—¡Basta!— Gritó Zack con amargura mientras arrojaba una roca hacia la mano de la chica, impactándola de lleno.
—¡Eres un insolente!— Le gritó la chica de regreso.
—¿Quién es ella?— Le preguntó a su maestro.
—Moaze... Es la esposa de Yong-kum y por lo visto, la aprendiz de Vissarion...
—¡Por una apuesta!— Les gritó la susodicha con molestia mientras se colocaba junto al general y ponía su mano en el hombro de él. Era bastante gracioso comparar sus tamaños.
—Podemos con ellos ¿Verdad?— Preguntó el moreno en voz baja con un poco de desconfianza.
—¡No! ¡No pueden!— Gritó Moaze.
—¡Pero qué buen oído tienes!— Respondió Zack.
Vissarion dio un par de pasos hacia al frente. Hasta ese momento solo estaba observando el fruto de su ataque anterior con felicidad. Ahora estaba listo para reanudar la batalla. Al parecer, el último acto que había realizado Bradley antes de revelarse como Nevy frente a Milo fue informarle que Shar-cos estaba en el planeta y se dirigía a Vraza, así que cuándo llegaron a la ciudad, fueron recibidos con una lluvia de disparos de la "Double Deagle" del General, los cuales pudieron desviar en todas las direcciones, provocando las grietas. Eso le había provocado un poco de pánico al militar, pues su ataque más poderoso había flaqueado ante sus enemigos y ya no representaba una amenaza. Aún así, su confianza comenzó a aumentar, pues recordó su último encuentro con el Wan.
—Entonces, Shar-cos ¿Qué harás ahora que no puedes simplemente destruir mi nave y escapar?
—Creo que es un poco obvio que este será nuestro último encuentro, Vis... — Se dirigió al chico —Lo siento amiguito, pero si quiero tener una oportunidad contra él, necesito concentrarme... Te dejaré a Moaze para ti solo.
—Fabuloso. Cuándo muera, dile a Milo que hay una carta para él en mi pantalón de dormir...
—No seas dramático, para esto entrenaste...— Moaze ya estaba lista para pelear. Ya había formado los tres anillos alrededor de sus tres ejes que creaban la ilusión de una esfera. Zack notó como la utilizaba para patinar sobre el suelo, por lo que le lanzó una provocación con la mirada. La mujer salió disparada a toda velocidad con su esfera y el chico se tuvo que mover como pudo. A decir verdad, lo había hecho a propósito para sacarla de la ciudad y que no siguiera atacando civiles.
Entonces quedaron solos los maestros. En menos de un segundo Vissarión reunió tanto campo oscuro como pudo y lo arrojó a su oponente, golpeándolo en el pecho y empujándolo hacia atrás, sin embargo, en una cantidad de tiempo aún menor, el Wan disipó la energía oscura con su propio poder color blanco y disparó su propio rayó hacia el más pequeño, aturdiéndolo por un instante. Shar aprovechó para cargar un segundo ataque, esta vez de relámpagos de luz blanca, los cuales disparó con potencia desde la punta de sus dedos índice y medio, siendo bloqueados por los brazos del general.
—Esto será más difícil de lo que pensé— Disminuyeron la distancia que había entre ambos y los intercambios de energía continuaron.
Mientras tanto, el más joven se encontraba en un verdadero apuro. Seguía golpeando el suelo tan pronto caía para volar unos cuántos metros y así escapar del torbellino de anillos que lo perseguía. En un momento se aprovechó de estar cerca a una pared de roca, que utilizó para impulsarse directo hacia la chica y golpeó uno de sus anillos con fuerza descomunal, haciéndola chocar de reversa con una roca que estaba atrás, demoliéndola en el proceso.
—¡Pagarás por eso mocoso!— Chilló la villana con un tono que le causó gracia al moreno.
Zack notó una pequeña fuga de lava de una de las paredes, por lo que sonrió maliciosamente. Era hora de poner a prueba su nueva habilidad. Sus guantes comenzaron a brillar y un poco de esa lava flotó por los aires.
—Esto lo vi en una serie— Exclamó mientras utilizaba su telequinesis para arrojarle el chorro de lava. La chica bloqueó la mayoría con sus tres anillos, pero un par de gotas le cayeron en el rostro, quemándola y dejando marca.
—¡Eres un...!— Sus anillos comenzaron a girar con rapidez exagerada y de ellos se desprendían muchos aros de un tamaño notablemente inferior pero que se dirigieron al pelinegro a toda velocidad. Esquivó la mayoría, cuándo decidió que lo mejor sería deshacerse de ellos a golpes. Ambas estrategias fueron efectivas hasta que uno de esos anillos chocó con su muñeca y la empujó hasta la pared detrás de él, convirtiéndose en un grillete de campo oscuro que mantenía su brazo inmóvil. La chica creó otro anillo al que le aparecieron picos y comenzó a girar alrededor de su propia mano, por lo que Zack infirió que era como una sierra de carpintería. Trató de liberarse utilizando únicamente su fuerza sin éxito alguno.
—Espero que a Milo le vaya mejor que a mi— Dijo para sí mismo en tono sarcástico.
El combate entre ambos chicos era frenético. Bradley acababa de demostrar que su valía no era únicamente por sus poderes de campo oscuro. Su brazo derecho en todo momento había permanecido del mismo tamaño que su brazo izquierdo y no trataba de usar ninguna ventaja injusta para ganar. Únicamente usaba sus destrezas físicas. Para sorpresa del castaño, él era muy hábil en el duelo de espadas, y el resonar del metal chocando entre sí se estaba convirtiendo en un molesto chirrido constante debido a los continuos golpes que se proporcionaban y bloqueaban el uno al otro respectivamente. El campo oscuro le otorgaba una ventaja inesperada a Bradley, pues, a pesar de que no usaba su brazo más que para sostener el arma, su fuerza, velocidad, resistencia y agilidad se veían mejoradas a expensas de su condición física, pues drenaba al chico de sobremanera. La situación de Milo era similar, pero diferente. Si bien, la energía de la espada no se nutría a base de su propio estado físico, el incremento repentino de la energía en su cuerpo, junto con el incremento repentino de la masa muscular le estaba causando un malestar constante. Sus músculos estaban tensados de sobremanera y todo lo que tenía que hacer era soportar el dolor, mientras seguía manteniendo una defensa sólida.
«Si sigo haciendo esto así no duraré el tiempo suficiente» pensó para sus adentros. Milo no tenía muchas oportunidades de convivir con sus pensamientos mientras tenía que lidiar con al menos tres ataques por segundo. Él sabía que su habilidad para leer las mentes le sería de mucha utilidad para predecir los ataques de su enemigo, pero lastimosamente, esa habilidad no funcionaba así. No es como que pudiera leer las mentes a voluntad. Simplemente era un hecho que sucedía. Muchas veces había meditado sobre ello. Tratando de leer la mente de sus compañeros a voluntad, pero jamás había podido. Sin embargo, seguía siendo una habilidad demasiado útil. Cuándo conoció a Shar en Bachian, había desconfiado naturalmente de él y obviamente no querría viajar con un desconocido por todo el universo. Eso fue hasta que logro leer en su mente que decía la verdad. Casi toda. Eso había probado ser ventajoso, pues no habrían llegado muy lejos sin las habilidades que él les había enseñado.
Bradley, por otra parte, estaba en un frenesí de adrenalina puro. Toda su vida había reprimido sus emociones, al punto en que se sentía encerrado en si mismo. Jamás supo de que manera expresarlas. En parte, era culpa de la educación que recibió en casa. Toda su vida había sido ignorado mientras lloraba, se reía, o realizaba alguna acción emotiva. Sus padres le habían enseñado, ya sea de manera consciente o no, que debía reprimir toda emoción. Sus pocos momentos de felicidad que había vivido en la escuela, los anulaba él mismo. Ahora todo era diferente. Podía expresar de forma física todo su dolor, rabia y frustración. Dichas emociones alimentaban el campo oscuro, por lo que cada vez lograba sentir más poder. Incluso la molestia física comenzaba a desaparecer. Por un momento ya no sintió como si sus ojos teñidos en morado fueran a reventarse fuera de sus cuencas. Por un segundo, sintió como su brazo prostético fuera su brazo derecho real que tanto extrañaba. Por unos instantes, volvía a ser un chico normal enfrascado en una pelea y todo era gracias a sus emociones. Ese destello en sus ojos era lo que Milo estaba buscando.
«Está funcionando» pensó en la fracción de segundo que le tomó bloquear otro ataque, por lo que su motivación se incrementó. Su dolor físico, pasó a convertirse en una presión menor, para luego desaparecer. Él también se estaba acostumbrado al exceso de energía que en esos momentos residía en su interior. Tomó un poco de distancia para ganar un respiro de dos segundos, que aprovechó para extraer más energía de su arma e inyectarla en su propio cuerpo. No le daría una ventaja, pero evitaría que se consumiera toda y perdiera la fuerza y velocidad a la que ya se había acostumbrado.
La batalla siguió su curso, los movimientos de Bradley eran circulares y erráticos, a menudo aprovechándose del impulso de la defensa de Milo para girar y provocar otro ataque. Milo tenía que ser extremadamente cuidadoso. Sostenía su espada con ambas manos, pues la fuerza requerida para rechazar un ataque era bastante, lo que disminuía su margen de maniobrabilidad. Pero eso no haría que se diera por vencido. Hasta ese punto, se había sorprendido de su capacidad para no caerse a pesar de que estaba caminando de espaldas. De vez en cuándo debía voltear hacia atrás, en aquellas fracciones de segundo que encontraba una oportunidad para conocer su entorno. La pelea los estaba llevando por todos lados. Cruzaron un puente de tierra sobre tierra sin frenar el combate. Cientos y cientos de estocadas que eran rechazadas entre si. Bradley se confiaba por momentos que Milo aprovechaba para atacar, sin embargo, la defensa del pelinegro era suficiente para rechazar sus ataques. Después de cruzar el puente, Milo notó una oportunidad para contraatacar que explotó de sobremanera. En un ataque, su adversario trató de clavarle la punta de su espada en el pecho, lo cuál habría logrado de no ser porque el chico se dio cuenta y la esquivó con maestría, dándole la oportunidad de sujetarlo por el brazo izquierdo, que era lo que sostenía su espada. Lo dobló con fuerza aplicando una llave y trató de asestarle un golpe en la espalda, el cuál estaba destinado a fallar, pues su brazo derecho era ese brazo prostético que tenía la ventaja de la flexibilidad infinita, por lo que tomó la espada, la retiró de su brazo capturado y en un rápido giro bloqueó el ataque del castaño.
Milo entonces lo soltó y continuaron su duelo a través de un pequeño túnel subterráneo de no más de dos metros de alto y siete de largo. Las paredes eran obviamente del mismo material que el suelo, y el espacio era tan reducido que todos los ataques rechazados tendían a golpearlas con una fuerza descomunal, lo que provocó que el túnel se colapsara sobre sí mismo y encima de ellos. Milo fue tan precavido de salir de los escombros con rapidez dando un salto aprovechándose de su fuerza, en cambio, su rival ya estaba preparado para tratar de cortarlo por la mitad en cuándo dio el salto por los aires, por lo que lo esquivo por espacio de medio segundo y cayó en un terreno más estable. Bradley salió caminando de esa pila de escombros con molestia al notar que su ataque había fallado.
«Eso fue peligroso» pensó el castaño, aprovechando esos pocos segundos de tranquilidad que había producido dicho incidente. «Él realmente tiene intenciones de lastimarme o algo peor». La pelea se reanudó enseguida, con Milo perdiendo terreno al tiempo que el pelinegro le atacaba.
El pequeño militar reunió tanto poder como pudo en su puño izquierdo y lo arrojó con dirección al Wan. Esto lo sorprendió de sobremanera. Hasta dónde podía recordar, los usuarios del campo oscuro no solían tener tanta variedad de poderes. Si recordaba a Marex, el solo tenía su serpiente y su habilidad para sobrevivir y viajar en el espacio. Moaze utilizaba sus anillos y Vissarión únicamente tenía dos habilidades, sus pistolas de mano dobles y la supresión de movimiento. Incluso sus guerreros únicamente les eran otorgadas prótesis de energía o si acaso algún arma básica como una espada. Ahora Vissarión estaba enfrente suyo, arrojando campo oscuro a mansalva. Dudó por unos instantes, pero recordó que parte del poder del campo oscuro provenía de la desesperación del usuario, lo que significaba que había logrado poner al más chico en un verdadero problema. Se concentró de nuevo en el ataque que estaba a punto de recibir, reunió tanta energía como pudo desde la palma de sus manos, la cuál se expandió hasta formar una pared muy delgada, la cuál absorbió el impacto sin problemas. Movió los brazos hacia adelante y la pared comenzó a avanzar a toda velocidad en contra de su atacante, quién tuvo que reunir mucha energía en su brazo para deshacerla. El general corrompió los restos en una esfera que se asemejaba a una bola de demolición y se la arrojó al Wan. La esfera aumentaba su tamaño a cada metro que avanzaba, sin embargo, el ser de luz unió las palmas de sus manos y golpeó la esfera cuándo estaba apunto de impactarle. Dicha acción provocó que la energía se deshiciera en haces de luces que cortaban todo a su paso.
—¿Es todo lo que tienes?— Le preguntó en un tono burlesco, por lo que el general retrocedió un paso por reflejo.
—Apenas estoy comenzando— Mintió. Sabía que no podía mantener esa farsa por mucho tiempo. Si un ataque de campo oscuro no se practicaba lo suficiente era altamente ineficiente. Él había estado improvisando durante toda la pelea. Sus pistolas dobles no le funcionarían. Pensó en su ataque restrictivo. Con ese mismo ataque había derrotado a Marex y lo había transformado en un collar que le otorgaba sus poderes, pero había un pequeño problema; tenía que superar a su enemigo en velocidad, algo que sabía que no podría lograr. Shar-cos era lo suficientemente veloz para evitar un contacto directo entre ambos, y la habilidad del general dependía de golpear los puntos vitales del cuerpo. Convertir a su enemigo de toda la vida en un dije que le otorgara sus poderes era algo muy soñado para él, pero sabía que era poco realista. Solo le quedaba una alternativa... Tocó su cuello, en búsqueda de un objeto que ya no se encontraba ahí. Entró en pánico.
—¿Qué sucede?— Cuestionó el Wan, con energía preparada en ambas manos.
—¡¿Dónde está?! ¡¿Dónde está?!— Gritaba el pequeño hombre, mientras seguía buscando el collar que le otorgaba los poderes de Marex. Estaba preparado para huir de la batalla, pero sin ese collar no lo lograría. Pronto la presión en el ambiente comenzó a cambiar, y Shar lo notó. Los puños de Vissarión emitían campo oscuro sin detenerse, el cual se transformaba en un vapor extraño mientras más se alejara de su dueño.
—¡Vissarión! ¡Manten el control de campo oscuro!— Le gritó el hombre de la ropa ceremonial, pero sabía que ya era tarde. Extendió sus brazos y docenas de pelotas de luz comenzaron a salir de su cuerpo. Se posicionaron alrededor de su enemigo y se conectaron entre sí para formar una red. El más bajo se retorcía, tratando de liberarse del agarre, pero Shar comenzó a volar y se llevó al general amarrado consigo. Arrojó al pobre general fuera del pueblo dónde habían estado peleando, cerca de la zona dónde Zack y Moaze continuaban su batalla.
Zack acababa de destruir la roca a la que Moaze lo había encadenado, y estaba preparado para contraatacar, cuándo notó que un objeto gigante caía del cielo, por lo que optó por golpear el suelo para salir disparado lejos del peligro. El propio campo oscuro del hombre deshizo sus ataduras, pero él seguía retorciéndose de dolor mientras un vapor lo recorría por todo su cuerpo. Gruñía. No solamente era un gruñido de odio, si no de dolor. Golpeaba el suelo una y otra vez, creando leves ondas sísmicas. Shar aterrizó cerca de él, estiró los brazos y comenzó a emitir unas enormes llamaradas de fuego blanco que comenzaron a rodear al general en el suelo.
—¿Qué haces?— Le preguntó el joven.
—Trato de contener su campo oscuro antes de que pierda el control para siempre— El hombre siguió emitiendo dicho fuego blanco. Era una técnica sumamente difícil y sumamente cansada. Las gotas de sudor lo delataban y su expresión de forcejeo lo delataban.
El moreno entonces notó que la chica tenía intenciones de atacar al Wan, por lo que continúo su batalla llamando la atención de ella hacia otro lugar. La pudo esquivar por poco, pero su traje espacial fue dañado en el proceso. Ella viró e intentó embestirlo de nuevo. Zack trató de asestarle un golpe a la esfera de la chica, pero erró con bastante torpeza. La pelota golpeó al chico haciéndolo arrojándolo hacia atrás y haciéndolo gemir de dolor. Golpeó el suelo mientras trataba de ponerse de pie para crear una grieta en dirección de Moaze, pero al hacerlo, sin querer, la grieta se dirigió hacia Shar, haciéndolo perder el equilibrio por un momento.
—¡Lo siento!— Gritó el chico.
Las anillas de campo oscuro sobre las que patinaba la villana desarrollaron unos picos que cortarían todo lo que se pusiera en su camino. Zack se preparó. Golpeó el suelo para obtener unas cuantas rocas de gran tamaño y comenzó a arrojarlas. Moaze las esquivaba mientras se dirigía de lleno para impactar al chico y rebanarlo. No importaba cuánto lo intentara el más joven, no conseguía apuntar con precisión. Él sabía que no estaba concentrado en esa pelea y tampoco podía concentrarse. Y sabía exactamente cuál era esa razón. Sabía exactamente quién era él causante.
—¡Por todos los cielos!— Exclamó su maestro, quién se desvaneció del lugar en el que estaba parado y apareció entre Moaze y Zack a pocos instantes que la chica lo embistiera. Bajó su brazo derecho, el cuál brillaba con intensidad y lo alzó hasta el techo. Una gran columna de energía brotó desde el suelo, por debajo de la esposa de Yong-kum y la arrojó varios kilómetros a lo lejos con todo y su esfera de campo oscuro. Shar cayó al suelo, rendido por el sobreesfuerzo.
—¿Estás bien?— Le preguntó el moreno mientras lo ayudaba a reincorporarse.
—¡¿Bien?! ¡Estaba haciendo una de las técnicas más difíciles del misticismo y tengo que desfasar mi propia materia para llegar a salvarte! Sé qué no estás concentrado y se exactamente por quién no lo estás...— Le gritó mientras observaba la llamarada de fuego alrededor del general que él mismo había creado.
—Yo...— Dijo Zack, tratando de ocultar un leve sonrojo. Sin embargo fue interrumpido por su maestro
—Deja de preocuparte por la niña naranja, ella está bien, ni siquiera está en peligro.
—¿Qué?— Preguntó con confusión, para luego comenzar a pretender— Ah, si, claro. Melissa... Me preocupaba... Por ella... Claro...
El Wan arqueó una ceja, pero decidió que sería un asunto para después, tomó al chico y lo acercó al fuego que contenía a su enemigo.
—Odio desfasar mi materia... Siempre me da dolor de cabeza —Se quejó mientras ambos caminaban rumbo al general envuelto en un torbellino de llamas blancas— Sé que eres muy nuevo con ese poder, pero necesito que uses la telequinesis de tus guantes para evitar que Vissarión salga de ahí.
El chico asintió con la cabeza. Sus guantes brillaron en un color verde y comenzó a tensar los dedos. Lograba sentir el movimiento al interior del remolino de fuego, y hacía lo posible por evitarlo, sin embargo, de la misma manera que su maestro, comenzó a forcejear con su poder, lo que le provocó un enorme cansancio físico. Su frente comenzaba a sudar en exceso y como si una cuerda invisible lo sujetara, su cuerpo comenzaba a ser halado por una fuerza invisible. Al parecer la telequinesis creaba un lazo entre él y su enfoque...
El combate se hacía cada vez más acalorado. El cansancio en ese momento era prácticamente inexistente y ambos contendientes estaban preparados para todo. En ese punto ambos tenían ligeras cortadas en su piel. Milo se sintió aliviado por un instante al percatarse que la sangre de Bradley seguía siendo roja, siendo que su propio cuerpo había recibido diversas cortaduras pequeñas también y su traje espacial era la prueba de ello. La hermeticidad era cosa del pasado, por lo que ahora sentía en carne propia el calor del planeta. Pensó que eso era lo que debían sentir a diario las personas en los páramos desérticos de la tierra, por lo que le restó importancia. Sabía que podía resistir ese calor e incluso más. Incluso ya había retirado su casco, pues su careta de vidrio fue dañada por un golpe con el mango de la espada. Sin embargo, y a pesar de todo, su concentración seguía al máximo. Alzó su espada por detrás de su cabeza, de la misma manera que la tenía su contrincante y continuaron las hostilidades.
«No permitiré que me ganes de nuevo, Murphy» pensó el pelinegro, mientras seguía explotando sus propias capacidades físicas. Su error al subestimar a Milo se hizo evidente en cuánto el más pequeño, en un hábil movimiento logró desarmarlo. Milo entonces se abalanzó hacia él. Giró su espada sobre su mano izquierda para asestarle un golpe con el mango, el cuál logró con éxito, provocando que sangrara de su boca. Dicha acción enfadó a Bradley, quién lo sujetó del brazo con su mano de campo oscuro, estrujándolo para provocarle dolor. Con su puño disponible, golpeó al chico pálido directo en la nariz, la cuál se tornó de un color rojo y comenzó a sangrar. Estuvo dispuesto a seguir el enfrentamiento físico, pero Milo detuvo su brazo izquierdo con la mano que tenía libre, mientras resistía el dolor en su mano izquierda. Sabía que no aguantaría por mucho tiempo antes de que su hueso se fracturara, por lo que retrocedió una de sus piernas para equilibrarse y con la pierna libre, le dio una patada descomunal a su oponente, haciéndolo caer varios metros por detrás y soltando su agarre.
«Maldito» pensó el chico que solía usar anteojos mientras se ponía de pie y corría hacia él con furia, para asestarle una patada voladora que lo derribara y al mismo tiempo lo hiciera perder la espada que sujetaba. Ambos chicos se pusieron de pie y quedaron frente a frente. Bradley aprovechó que podía estirar su brazo por varios metros y lo hizo para recuperar la espada con la que estaba peleando. Milo, al ver esto, estiró su propia mano a un costado para llamar a su arma, la cuál voló desde el suelo hasta que él chico la sujetó con firmeza. Ambos chocaron el metal con tanta fuerza que el estruendo rompió unas cuántas rocas que estaban en el suelo cercano a ellos. el pelinegro se dio un giro bastante brusco e inesperado con el filo de la espada apuntando a la cabeza del otro, quién apenas pudo esquivar dicho ataque agachándose, perdiendo su característico copete en el proceso. Milo entonces entendió que era momento de ponerse serio.
Bradley rio para sus adentros al notar la nueva apariencia del chico. «Deberías agradecerme, así te ves mejor» pensó, mientras seguía el intercambio de ataques con espada. En un mal momento, el castaño esquivó mal un ataque vertical desde abajo, por lo que su traje espacial, junto con su chaleco tinto se volvieron historia. Eso lo desesperó un poco, por lo que se salió de su objetivo por un momento y le realizó un ataque que, de haberlo esquivado mal, pudo haberle costado la vida al pelinegro. Sin embargo, esto no ocurrió, y lo único que consiguió Milo fue dañar su mochila cohete y el peto de su armadura. Bradley emitió un grito de furia mientras retrocedía. Se retiró los artilugios dañados y su rival lo imitó, arrancándose la parte superior del traje dañado y el chaleco arruinado, quedándose únicamente con su distintiva polo amarilla. Bradley tomó esto como un reto personal, por lo que se retiró el resto de componentes metálicos que lo protegían, en señal que no le temía al chico, y se arrancó la tela que cubría su brazo izquierdo.
La batalla continuó con la diferencia clave que ahora estaban parados en dónde mismo. Ninguno de los dos lograba hacer que el otro retrocediera, lo que provocó aún más la ira del pelinegro, quién después del intercambio malabarístico realizó un choque de espada tan fuerte, que Milo apenas pudo bloquear. Ambas espadas estaban encontradas ahí, en un forcejeo. Bradley trató de canalizar su energía del campo oscuro a través de la espada para darle mayor poder a su ataque, por lo que Milo decidió usar la propia energía de la espada para detenerlo. Ambas energías comenzaron a chocar entre sí en el punto exacto en el que el metal estaba unido. El choque de las energías comenzó a crear una esfera de poder que se fue expandiendo alrededor de ellos hasta que finalmente reventó en su punto crítico, provocando una gran destrucción a su paso.
—¡Alto!— Exclamó uno de los guardias pero fue abatido de inmediato.
Cavendish había sido más rápido para disparar. Después de todo lo que había visto ya no le importaba prácticamente nada y solo esperaba sobrevivir. Cruzaron uno de los hangares más grandes y la batalla campal continuaba. A decir verdad, se había sorprendido de que tanta gente le fuera leal a Block. Sabía lo que había hecho para salvarlos en Wengar pero aún así no cabía en su sorpresa al ver tanta destrucción en su nombre. La lluvia de disparos no cesaba por lo que seguían corriendo a toda velocidad, ayudando a todo aquél que se pudiera mientras trataban de llegar al área de mantenimiento. En un punto dieron un giro mal y terminaron observando a un grupo de soldados que aún le eran leales a la general bloqueando el paso. Todos tuvieron que cubrirse de inmediato detrás de unos contenedores que estaban en el pasillo.
—¿No hay otra manera de llegar a mantenimiento?— Preguntó el castaño.
—No, a menos que quieras volver a pasar por el hangar oeste— Respondió Colt, mientras se levantaba de la caja, disparaba y se volvía a agachar.
Por suerte para ellos otro grupo de aliados llego hacia su lado del pasillo, por lo que la batalla siguió su curso. Era bastante habitual sentir la turbulencia en la nave, debido a que la misma oposición se estaba destruyendo a sí misma. Uno de los aliados arrojó una granada, lo que deshizo por instantes su defensa. Theseus aprovechó el momento para desatar su locura. Realizó una maniobra física impresionante al saltar entre las paredes laterales, esquivando una lluvia de disparos, hasta pasar por encima de sus enemigos, soltarles un regalito y caer a sus espaldas. Se cubrió con una puerta de una escotilla aledaña y la granada que había dejado explotó justo en el corazón de su defensa, deshabilitándola.
—Impresionante— Elogió el británico.
Siguieron corriendo hasta llegar a un corredor estrecho con una compuerta al fondo.
—Es el acceso de emergencia a la bahía de mantenimiento— Afirmó el soldado —Bloqueado con una señal de emergencia.
En ese momento, más soldados leales a la general llegaron y los sitiaron entre la compuerta y ellos. Se cubrieron utilizando la arquitectura de la nave, pero estaban en serios problemas. La puerta no abría y la lluvia de disparos no los dejaba acercarse a la terminal de acceso. Colt entonces tomó algo de su hombrera y les dijo a todos.
—Cúbranse los oídos y cierren los ojos— Los viajeros en el tiempo lo obedecieron, pero el chico Murphy tenía otras intenciones.
El objeto que Colt arrojó era una granada de aturdimiento, por lo que sus enemigos estaban cegados, sordos y habían cesado los disparos. Theseus no había visto el flashazo por si mismo, pues le había dado la espalda. Aún así resintió un poco los efectos. Dakota notó lo vulnerables que estaban los soldados, luchando para recuperar su visión así que aprovechó para exterminarlos a todos a base de disparos.
—Son ellos o nosotros— Se excusó al sentir la ceja arqueada de su amigo.
En pocos segundos, el panel de acceso ya estaba en partes y aún así no lograban desbloquear la puerta y solo era cuestión de tiempo para que otra horda llegara y los acorralara de nuevo. Colt entonces se desesperó y comenzó a arrancar los cables que colgaban. La puerta comenzó a echar chispas mientras lo hacía, hasta que cayó hacia el interior.
—Genial— Exclamó el Murphy mientras ingresaban al lugar.
Había mecánicos ahí. Estaban atrincherados y con miedo. Portaban armas, pero estaban temblando. Era un poco obvio que no estaban entrenados en batalla.
—Escuchen todos, no queremos lastimarlos. ¡Salgan de aquí ahora mismo!— Ordenó el británico
Las personas ahí se miraron entre si con confusión pero finalmente decidieron hacer caso y evacuar hacia otra sección de la nave. Theseus buscó con la mirada hasta que encontró algo que le desagrado.
—¿Qué le hicieron a mi bebé?— Preguntó mientras se sujetaba la cabeza con ambas manos y procedía a teclear en una de las computadoras junto a su bella nave espacial reparada — Le quitaron los motores subluz Wengarianos y el sistema de combustión geotérmica.
Soltó la consola y se dirigió hacia la capota de de su nave y abrió una pequeña rendija a la que se metió.
—¿Qué es lo que buscas?— Le preguntó el castaño que aún montaba guardia en el lugar.
Theseus salió con algo que impresionó a todos. Una espada la cual resplandecía con fuerzas.
—¿Es todo? ¿Una espada?— Preguntó el soldado.
—No es cualquier espada. Está diseñada para derrotar a la magia...
Mientras tanto, en el camino al puente de mando, a los demás no les iba tan bien. Tenían a la general a su disposición como prisionera pero aún así, los enemigos seguían disparando. Defender el puente de mando de la nave era prioridad al parecer, pues era la nave más grande de la oposición. Doofenshmirtz disparaba utilizando sus propios inadores mientras que Block y Borges utilizaban armas convencionales.
—¡Podríamos ir al puente auxiliar!— Gritó Borges por encima del ruido de los disparos.
—No, el control de ahí se puede anular desde el puente de mando, si iremos, iremos a las grandes ligas...
La general estaba tirada en el piso, con las manos atadas por la espalda, sin embargo, eso parecía haberla ayudado, pues había logrado recoger unas pinzas cerca del suelo sin que sus captores se dieran cuenta. La lluvia de disparos era espectacular. Más y más soldados se unían al conflicto, ayudando a sus respectivos bandos entre los pequeños corredores de la nave.
Doof suspiró mientras observaba como la batalla continuaba. Preguntándose si alguna vez volvería a ver a su hija Vanessa o a Perry el Ornitorrinco. «Como los extraño» pensó. Tenía el presentimiento que no los volvería a ver y le habría gustado despedirse. Resopló con frustración y volvió su cabeza al juego. Siguió disparando a sus enemigos...
Bradley abrió los ojos y analizó su situación. Estaba aturdido. Sabía que había perdido el conocimiento por unos instantes. Trató de recordar lo último que vivió, recordó el chocar ambas espadas con fuerza y un sonido estridente. Ese debía ser el motivo para la pérdida de conocimiento. Notó como una energía amarilla de un campo de fuerza lo rodeaba y de inmediato entendió el motivo: un río de lava estaba en el exterior de dicho campo de fuerza. Se puso de rodillas como pudo y notó a un chico castaño arrodillado frente a él, dándole la espalda.
Cuándo sus energías se mezclaron con las espadas, crearon una reacción en cadena que provocó una explosión y la onda expansiva había dañado una gran parte del ambiente a su alrededor. Una parte del techo se desprendió y una enorme cantidad de lava comenzó a caer de él a varios metros de distancia, encausándose en dirección a ellos. Milo clavó su espada en el suelo para generar un campo de fuerza alrededor suyo y evitar el peligro de la lava, sin embargo, ahora estaba vulnerable y Bradley lo sabía.
Se puso de pie, con intención de acabarlo, cuándo se percató de lo precaria que era su situación. En esos momentos, lo único que separaba a la lava de él era el castaño. Además, si lo mataba, se probaría a si mismo que era un hipócrita, pues mientras que Milo no se aprovechó de su estado de inconsciencia para ganar la pelea, el se aprovecharía de su vulnerabilidad. Finalmente, un último pensamiento acabó su racionalización con furia. Milo le había salvado la vida. Él sabía que su enemigo pudo alejarse de la lava y dejar que simplemente lo consumiera.
«No me quedaré con la sensación que te debo algo» pensó y recordó que su mochila cohete había sido dañada durante la pelea, por lo que buscó una superficie sólida lejana al recién creado río de lava a la cuál pudiera adherir su brazo de campo oscuro. Sujetó al chico del cuello de su camisa y comenzó a retraer su brazo, alejándose ambos del peligro. Dejó caer al más pálido en una superficie de tierra, y él mismo se dejó caer a unos metros de él. Milo levantó su espada, listo para seguir con él ataque, sin embargo, las acciones de Bradley lo sorprendieron de nueva cuenta.
—¡Ya es suficiente!— Gritó el pelinegro, mientras daba varios giros a su espada sobre su cabeza para aumentar la fuerza centrífuga de su golpe. El castaño trató de bloquearlo, pero el resultado fue que su propia espada salió volando a lo lejos, hasta que se perdió de vista. Pensó que debía invocarla de regreso, pero se dio cuenta que primero tenía que hacerle caso a las intenciones de su oponente, lo cual probó ser cierto, pues Bradley invirtió el agarre de su espada y la lanzó a lo lejos, como si fuera una jabalina entonces esa espada también se perdió de vista. —¿Quieres arreglar esto de una manera justa? Lo haremos como hombres...
Milo entonces entendió las intenciones de Bradley. Agradeció por un instante el hecho de haber podido absorber energía de su espada en su cuerpo mientras usaba el escudo, pues no sabía hasta que momento podría volver a reabastecerse. Adoptó una pose defensiva de artes marciales que alguna vez había aprendido de algún lado y se preparó para combatir cuerpo a cuerpo. Ambos chicos se miraron a los ojos directamente.
(—Esta historia continuará...)
Final de la primera parte :3
