El calor de las llamas golpeando mi rostro me azotaban sin remordimiento ni impedimento por mi parte, mis ojos abiertos de cara a mi hogar incendiándose solo reflejaba mi desesperación en mi enmudecimiento, conforme mi boca lentamente se abría a la par que la realidad de aquel acontecimiento volvía a brotar en mi interior.

—¡Mamá! ¡Papá! —Grité… antes de que mi mente regresara a la realidad.

.

.

.

.

Fueron apenas unos segundos en los que mi concepto de la realidad pareció detenerse, como si un leve intercambio se tratase, pasando apenas unos instantes de regreso a las pesadillas antes de que mi consciencia regresara.

Mi cabeza chocó con el suelo tan pronto recibí aquel golpe, el impacto había sido suficiente como para dejarme incapaz de responder ante el noqueo, más tan pronto volvía a despertar solo alcancé a gemir de dolor una vez que el mismo que me había golpeado levantaba mi cabeza, tirándome del pelo, antes de patearme en el estómago y arrojarme hacia un lado.

Apenas y pude escupir algo de saliva, antes de finalmente terminar por caer a un costado del lugar por la propia fuerza de la patada.

—Vuelvan a ponerles las correas —El que me había golpeado hablaba, ya completamente desinteresado en mí, conforme era fácilmente apreciable el que mi cuerpo había dejado de responder hacía tiempo, dejando como rastro de conciencia mis ojos levemente abiertos apuntando en dirección hacia donde los pokémon se encontraban agrupados con temor.

No escaparían… no una vez que aquel trío volviera a amenazarlos con sus armas; largos bastones, hechos con una tecnología sádica enfocada para torturar y contener a los pokémon con grandes choques eléctricos. Creadas con un extraño material que era capaz de omitir cualquier tipo de resistencia de los débiles.

Mi cuerpo temblaba, me costaba respirar, a la par que solo podía toser por mera inercia ante la última patada, más incluso aquella acción hacía emerger en mí un constante y penetrante dolor, inevitable, pero aquello solo hacía permanente la agonía.

La consciencia no planeaba retirarse de mi cuerpo, aún con todo aquello, mi vista puesta sobre los pokémon permanecía, mientras dos de los fornidos hombres se acercaban hacia estos, con nuevos collares en mano y sin dejar de apuntarles con sus armas.

Más el pie del tercero no tardaría en volver a posarse en mi cabeza.

—No es tan fácil cuando eres tú al que atacan por la espalda, ¿Cierto? —Mientras hablaba, enterrando mi cabeza contra la tierra, solo podía gemir y fruncir el ceño ante el dolor, sin embargo, la fuerza que aplicaba aquel, lenta y constante, solo parecía indicar el buscar divertirse con el maltrato.

—No sé qué pretendías hacer con todas estas cosas —Refiriéndose a los pokémon, mientras hablaba, el hombre lentamente comenzaba a apoyarse más en mi cabeza conforme se agachaba y acercaba la suya a la mía, antes de volver a sujetar mi pelo, sacarme el pie de encima y levantarla levemente, al mismo tiempo que acercaba su boca a mi oreja.

—Pero creo que ya no se va a poder hacer —Con tono burlesco e, incluso, infantil, finalmente me soltaba con brusquedad nuevamente hacia el suelo, ya comenzando a separarse de mí.

—El jefe dijo que nos encargáramos de ti por humillarlo, pero no dijo cómo —Mientras decía esto, mi respiración, en su propia agitación, solo pudo aumentar tras escuchar el seguro de un arma sacándose.

—No te preocupes… lo haré rápid- —La voz de aquel finalmente se detenía…

.

.

.

.

.

.

Luego de que un hueso impactara de lleno en su cara.

.

.

.

.

.

.

Para el momento en el que aquel grupo de matones llegaron, el propio temor que había congelado a los pokémon no impidió que aquel pequeño Cubone que en antaño había ayudado se escondiera bajo la carreta.

Pasando desapercibido de aquellos que intentaban volver a apresar al resto de los pokémon, no impedía que el mismo se mantuviera escondido y con temor, sin embargo, en su inocencia y pocos meses de vida lo suficientemente fuertes como para generar el desapego que el resto de su especie sentía para cualquier humano en general, solo una pequeña muestra de amabilidad había sido suficiente como para socavar en su mente un deseo de poner un alto a aquel abuso que yo recibía y lanzar su ataque.

.

.

.

.

.

Más su acto de valentía solo duró por unos cuantos segundos… antes de que uno de aquellos que se encargaba de mantener controlados a los pokémon, lo electrocutara finalmente con la punta de su arma.

Sus gritos no tardaron en emerger, la cantidad era completamente diferente a la necesaria para controlarlo, más la sonrisa de aquel que lo detenía había dejado hace tiempo de demostrar que aquello último era su deseo.

Los pokémon solo podían mirar atemorizados, conforme el otro hombre que aún los vigilaba rápidamente les colocaba los collares uno a uno, sellando con ello su destino nuevamente.

El líder de aquel grupo solo alcanzó a encorvarse con furia ante el pertinente dolor, llevándose su mano hacia su ojo sin querer volver a dejarlo descubierto por el propio malestar, sin embargo, no tardaría en volver a apuntar con su arma.

—Condenada porquería —El sonido del dedo en el pestillo se escucharía tras ello, la boca del arma se dirigiría hacia el Cubone.

.

.

.

.

Más mi cuerpo ya se habría interpuesto entre este y el disparo para aquel entonces.

.

.

.

.

Mi vida para aquel momento ya había sido sentenciada. No me quedaban fuerzas para absolutamente nada, y la intención de aquellos hombres era lo suficientemente clara como para no darme alguna esperanza de que volvería a abrir los ojos al día siguiente.

Mi último actuar fue nada más que una mera forma de intentar dar un poco de valor a mi vida en sus últimos momentos, ninguno de los dos se percató de mí en su propio dolor y el placer de causarlo respectivamente.

Mis brazos respondían mejor que mis piernas, la adrenalina me ayudaría una última vez, solo pude arrastrarme hasta hacer que el que electrocutaba el Cubone se apartara al dar una palmada lo más fuerte posible hacia su entrepierna, no lo suficientemente fuerte como para dejarlo incapaz de responder, pero si como para apartarlo a él y su condenada arma por los segundos suficientes como para proteger algo por última vez.

Ni siquiera pensó premeditadamente cuando apretó el gatillo, su intención solo era el Cubone, más cuando se percató de mí, ya era demasiado tarde como para retractar su acción nacida de la colera.

Más la bala, haciendo nacer en mí solo el pertinente y corto grito como consecuencia de aún permanecer con vida, solo pudo aterrizar en mi hombro derecho tras alcanzar a escudar al propio Cubone con el mismo.

Solo hubo silencio, incluso el que terminaba por colocar los collares había levantado la mirada extrañado e incrédulo ante lo que había ocurrido… más solamente el bufido del líder volvía a nacer tras poco después de aquello, siendo mi impertinencia al intervenir lo suficientemente impactante como para contrarrestar su propia cólera ante la estupefacción.

—Terminemos de una buena vez con esto… —Fueron las últimas palabras de aquel hombre, antes de apuntar a mi cabeza… y finalmente disparar.

.

.

.

.

.

.

.

Al mismo instante que un Riolu aparecía de improviso, saltaba y gruñía antes de morder la mano con la que sujetaba aquel arma.

.

.

.

.

.

.

.

Un nuevo disparo y una segunda bala entrando a mi cuerpo se sintió, solo pude abrir mi boca y ojos en respuesta, esta había sido diferente, su dolor ya no se sentía, pero el impacto inmovilizaba mi cuerpo finalmente, ya sin retorno a dar alguna nueva respuesta.

Apenas recuerdo los sonidos para aquel entonces… sentí a otro cuerpo caer cerca de mí, más ya no sería capaz de girarme y verlo. Mi conciencia se desvanecía por última vez, ya no sentía dolor, mientras que los gritos y una extraña pelea parecía ocurrir a mis espaldas, mientras que el sentido del tiempo también lo perdía.

No fui capaz de reconocer las frases, solo algunas palabras siguen en mi memoria, desordenadas… "matar" "Riolu" "no" "vendido" "debiste", solo aquello percibí antes de que mi audición cesara, dejando solo la borrosa vista como último rastro de conciencia.

El Cubone estaba aún bajo de mí, inconsciente, una mano se asomó, tomándolo de su cabeza y sacándolo con brusquedad y desinterés. Alejándose con rapidez junto con el resto de los pokémon… cediendo así, finalmente, mi vista tras ello.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Aún cuando tú, lector, conozcas el resultado al saber esto de mi propia mano, todavía hoy tras tantas veces en las que mi vida se vio envuelta en las peleas y sucesos que aquel pequeño instante con ese Riolu había provocado, en las cuales pensaba que la muerte sería lo siguiente, sigo sintiendo el impacto de aquella última bala…

.

.

.

Y todo lo que trajo consigo.

.

.

.

.

.

.

.

.

No hubo pesadillas, por irónico que pareciera, en el momento más caótico que mi cerebro pudo recibir, las memorias de mi pasado no regresaban. Hoy mis recuerdos de aquel periodo de tiempo en el que mi conciencia se rehusaba a regresar siguen vivas a pesar de todo; las tenues imágenes de la última escena que viví parecían repetirse con cambios, como si hubiera podido mágicamente ponerme de pie y atacarlos con algunos de los palos de la fogata que estaban en llamas, imaginándome protegiendo a aquellos pokémon con todo mi ser, sin temer a lo que podría haberme ocurrido.

Solo era una mentira… el ímpetu que tanto mostraba en antaño solo podía dejar ver finalmente mi incompetencia. En el suelo, sin poder hacer nada, incapaz de sobreponerme a los que eran más fuertes que yo, sentimientos como esos los recuerdo con fuerza.

Más el último recuerdo no cambiaba, aquel Riolu que se había lanzado contra aquella arma, aquel instante se mantenía como una constante en todas las situaciones imaginativas que creaba en mi moribunda mente.

.

.

.

.

Más las ilusiones tarde o temprano tuvieron que desaparecer… tras finalmente despertar.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

El sonido de un camión pasando a unos cuantos metros antes de alejarse fue lo que terminó por abrir mis ojos. Al hacerlo los dolores volvieron, la pena, impotencia, rabia, continuaban; llegando incluso al punto de odiar el hecho de pensar siquiera el que no me querían del otro lado por negarse mi cuerpo a morir.

El silencio predominaba ahora… todo el caos que en antaño había ocurrido ahora era contrapuesto por una lúgubre escena nocturna, levemente iluminada por las tenues brasas que quedaban de la fogata casi extinta junto con la luz que la propia luna daba.

Seguía boca abajo, intentaba enfocar mis ojos, estos, lentamente, empezaban a responder.

No había nadie, mi primera reacción fue querer toser, como si mis pulmones rogaran un poco de oxígeno. Mi boca en la tierra dio la razón, más no estaba tan perdido como para no recordar el dolor extra que aquella acción traería consigo.

Debía levantarme, los dedos de mis pies y manos respondían, con tenue timidez movía las articulaciones, el dolor volvió a emerger en mi brazo derecho. La primera bala había dado ahí.

No sabía donde había impactado la segunda, la columna había sido descartada al mover mis pies por suerte, más la necesidad de respirar hizo que finalmente juntara valor para girarme y lograr quedar boca arriba, inspirando y exhalando así finalmente con ahínco.

No pude evitar toser, incluso forzándome a no hacerlo, un pequeño movimiento en mis pulmones emergió, y con ello un nuevo dolor volvía. Esta vez no era de mi pecho tal cual lo era en antaño, y tampoco era algo tan penetrante a como lo esperaba. Era como si de un pequeño pinchazo de una simple aguja en mi estómago se tratase.

Apoyándome con mi mano izquierda, no pasó mucho antes de que viera e incluso oliera la sangre seca en mi ropa y la tierra.

La bala me había dado en un costado cerca del vientre, realmente sentía que la muerte no me deseaba a su lado al ver la suerte que tuve al darme cuenta de que no había atravesado alguna arteria al no ver tanta sangre.

La herida seguía abierta, secándose y pegándose con la tela de mi ropa, el dolor volvía conforme intentaba sacarla, y no tuve el valor de continuar con ello.

Intentaba ver más a mi alrededor, no había rastro de los pokémon; mis cosas, tiradas, seguían a pocos metros de mí, estaba claro que no les interesaba en lo absoluto robarme; conforme mi vista rodeaba el sector, no pasó mucho antes de que mi ceño volviera a fruncirse con lástima tras notarlo.

.

.

.

Su cuerpo seguía ahí, inerte… levemente veía como una tenue brisa movía su corto pelaje con los pequeños brillos que causaba la luna sobre este.

No podía levantarme, no todavía. Bajo el mismo dolor e intentando no hacer tocar mi herida con el suelo, lentamente empecé a arrastrarme de lado hacia aquel Riolu.

No pude verlo en su momento… pero supe que había saltado hacia aquel hombre tras escuchar su gruñido.

Dudaba que alguien fallaría un tiro así a propósito, menos a esa distancia, debieron darme por muerto al ver toda la sangre, y había sido gracias a él que yo había sobrevivido, más la sangre en todo su torso daba la señal de que había recibido el disparo a pesar de todo; la bala lo atravesó hasta dar conmigo.

Solo veía con lástima su cuerpo sin vida, la sangre manchaba su angosto torso, y la tierra a su alrededor también mantenía dicho color.

No tardé en posar mi mano sobre su frente con tal de acariciarlo con respeto antes de intentar tomarlo.

.

.

.

.

.

.

.

.

Más solo el breve instante en el que sus párpados se movieron, casi por unos meros milímetros… fueron los que terminaron por abrir completamente los míos en el acto.

.

.

.

.

.

.

.

.

Ni siquiera lo pude dar por hecho en el primer momento, no lo podía creer, no con toda la sangre y la zona en la que había recibido el disparo; por primera vez parecía como si el dolor en mí se atenuara, conforme acercaba mi oreja hacia su nariz…

.

.

.

.

Y percibiera una pequeña respiración de este…

.

.

.

.

Todo se había complicado… mi cuerpo era una cosa, incluso ante el riesgo que yo pasaba, sabía que tenía suficientes drogas como para hacer que mi corazón soportara llegar a la capital o al menos hacia algún comerciante que pudiera llevarme; más el Riolu estaba lejos de tener ese tiempo.

Debería esforzarme, correr si fuera necesario con tal de llegar, sin embargo, aún por cuanto dudara de mí y deseara negarlo, ni siquiera era capaz de ponerme en pie; la impotencia nuevamente me dominaba conforme apretaba mis dientes mientras intentaba tomar el cuerpo del Riolu con mi antebrazo a la par que, apoyándome con mi codo y mis débiles rodillas, intentaba levantarme, sofocando la herida de mi estómago aún más.

Mi brazo derecho no respondía ni siquiera para hacer siquiera un pequeño esfuerzo, mis músculos ya se habían rendido por completo mientras que las lágrimas no tardarían en salir al no poder soportar el malestar.

—M-Maldita sea —Lentamente me levantaba, mis piernas lo conseguían, aunque su tarea aún no fuera la que realmente les exigiría, el cuerpo del Riolu seguía inerte apoyado en mi brazo y torso, mientras intentaba calmar mi respiración ante el dolor…

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Pero solo…. para sentir como alguien me pateaba por la espalda, haciéndome caer nuevamente hacia el suelo.

.

.

.

.

.

.

No me dio tiempo para reaccionar más que para girarme y hacer chocar mi hombro derecho con el suelo con tal de impedir que el Riolu sufriera un peor daño; fue un movimiento por mero reflejo, pero el acto fue suficiente como para hacerme finalmente gritar por el dolor.

—Vean si tienen algo que sirva —Voces se escucharon, más mi llanto y agonía no me dejaban reconocerlas, pero sabía por lo menos que no eran las mismas que de antaño.

Conforme mi grito se desvanecía, mi vista enojada y dolida finalmente se intentaba posar en aquel que me había empujado.

—Vaya… vaya, vaya, miren a quién tenemos aquí~ —Mis ojos se abrían nuevamente, enrojecidos por todo lo anterior ocurrido, no podía maldecir aún más la situación, así como tampoco sabía que había hecho como para merecer tal mala suerte, siendo ni siquiera lógico cómo dichas personas estaban ahí.

.

.

.

.

Al ver cómo los mismos hombres que intentaron robar el paquete de Hina, se encontraban nuevamente delante de mí.

.

.

.

.

—Parece que no nos mintieron… realmente estarías por aquí —El líder reía, al mismo tiempo que se agachaba y me veía a mi y al Riolu —Si que te hicieron mierda —Decía lo obvio, al mismo tiempo que no tardó en enfocarse en el pokémon.

—Jefe, son las mismas medicinas que en Hotaru, nada más —Una voz desanimada se escuchó a sus espaldas, mientras que el mismo hombre que seguía delante de mí únicamente empezaba a sonreír, a la par que continuaba mirando al Riolu.

—Creo que aquí hay algo de mucho más valor, chicos —Dijo finalmente el jefe, mientras solo la preocupación y miedo dominaba mis facciones.

Ya había perdido, nada podía hacer, mi mano solo podía aferrarse más al torso y la cabeza del Riolu mientras veía como aquel empezaba a acercar su mano hacia este, temblando involuntariamente por el miedo y desesperanza, solo me quedaba cerrar mis ojos, como mera forma de intentar creer que todo había sido una mera y cruel pesadilla de la cual podría despertar.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

—Oye —Una seria voz se escucha, lo suficientemente alto y claro como para hacer abrir mis ojos nuevamente, exaltado y horrorizado ante todo lo que aquello significaba.

El hombre se detuvo, solo pudiendo alcanzar a girarse de manera leve hacia sus espaldas.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Mientras que delante de este… Hina, con una gran pala en mano, se encontraba de pie.

.

.

.

.

—Aléjate… de mi ahijado —Solo eso se escuchó… antes de que un estruendo finalmente diera lugar y se resonara en todo el sector.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

.

Aquí termina el capítulo chicos, como verán, varias cosas han cambiado respecto a la versión original, más creo que este camino me ayudará muchísimo más a dar más humanidad al personaje de Ryo, así como una mejor construcción para dar una mayor lógica a cómo es actualmente en la historia, así como también al propio Takeru.

Espero les esté gustando como va quedando este nuevo inicio de la historia :3

Cornet Galaxy Me alegra que te haya gustado :'3

Sip, en el antiguo, Ryo casi que se teletransportó al lado del viejo ese para detener una patada xD, aquí quise hacer la situación más realista, básicamente lo que dije en el párrafo anterior, siento que endiosé demasiado a Ryo en el primer libro, y pues ahora quise hacerlo un poco más humano y con reacciones o actitudes lógicas para alguien como él.

Exacto, "realismo" xD

Ya veremos más de esta nueva dupla y como se formará su relación en el próximo capi.

¡Muchas gracias por comentar! :D

Lord fire 123 prevengo el decir spoilers por si alguien distinto a ustedes llegase a leer las respuestas que coloco aquí xD

Hay muchos guiños y sugerencias en esa pequeña escena de la policía con respecto a Ryo, hay que tenerle cuidado.

Las esporas me gustaron, en vez de dar algún nombre de medicina raro y que nadie conociera, que mejor que usar las de un poke :v XD

Ya corregí lo de Buneary TwT

Espero cada vez más formar mejor a Ryo y no solo a él, sino también al Riolu y al par de personajes nuevos que se aproximan (;v) planeo darles incluso una historia corta de un par de capis para presentarlas y formarlas como corresponde, pero eso ya más a futuro :3

¡Muchas gracias por comentar! :3

.

.

.

.

Y eso sería todo chicos, sin más que decir…

¡Nos vemos en el siguiente capítulo!