Notes:
Si, me obsesioné con este par, son mis husbandos y mi segunda OTP.
Bien, no estoy segura del color de ojos de Inupi, pero manejare el color del anime.
Otra cosa, pongo el orden americano los nombres, es decir, primero nombre luego apellido.
Prólogo
La tenue luz de la luna entraba por los pequeños barrotes de la celda en la que estaba. —Si no hubiese sido tan terco… — Soltó en un tenue murmullo mientras una pequeña lágrima escapaba de sus afelinados orbes.
.. ..
—¡¿Crees que eres el único que puede destacar?! — Gritó furioso Inui, al principio le había dado lo mismo, pero llegó un punto en el que los intentos de Kokonoi por alejar a todas las chicas de su alrededor le colmó la paciencia. —¡Tengo derecho a conocer el amor, Koko!
Aquel comentario fue la gota que derramó el vaso. —¡No! — Dijo de forma tajante Kokonoi. —¡No puedes, ni te atrevas Inupi! — Sentenció señalando con el dedo índice al chico que había estado junto a el desde niños.
Inui frunció aún más el ceño. —¡¿Podrías dejar de decidir por mí?! — Replicó sintiéndose extraño, estaba molesto por las acciones de su amigo, pero ya no sabía qué era lo que sentía, era una mezcla de molestia y estúpidamente alegría. —Suficiente. — Drecetó. —Esta conversación no va a ningún lado, y no eres quien, ni tienes motivo para seguir entromentiendote. — Dió media vuelta, dispuesto a marcharse de aquella aula.
Kokonoi por su parte sintió una desesperación inigualable, había querido decirlo de otra forma, o mejor dicho, en otra situación, pero si no lo hacía en ese momento, definitivamente perdería al otro, sin vacilarlo más, caminó en dirección a Inui. —¡No, no lo harás!
El rubio estaba completamente exasperado y sin más volteó para encarar a Kokonoi. —¡¿Por qué?! ¡¿Qué preten…?!
Su frase quedó a medias. —¡PORQUE TE AMO! — Anunció. —¡TE AMO DESDE NIÑOS, POR ELLO NO PUEDO SOPORTAR QUE ESTÉS CON ALGUIEN MÁS! — Estaba tan metido en los ojos esmeraldas que lo veían sin pestañear, que el tonto no vio que había una cáscara de plátano, misma que algún animal habría dejado tirada sin más, misma que le hizo caer, tan metido estaba en su desesperada confesión y en aquellos orbes verdes que ni tiempo tuvo de meter las manos para evitar caer directo de cara al piso… Lo único que logro oír fue la puerta abrirse y ser cerrada. Los latidos de su corazón lo comenzaron aturdir. —Yo… lo arruine todo… de nuevo.
—¿Estás bien con esto? — Preguntó Inui al ver a Kokonoi llegar al departamento en el que solía vivir sólo.
—¿Te molesta que viva contigo? — Preguntó sabiendo que ese no era el caso en absoluto.
Inui sonrió de forma cálida, como solía sonreírle siempre a Koko, y también a todos aquellos que significaban mucho para él. —Sabes que no es el caso, lo digo porque tus padres podrían preocuparse, ya suficiente pesado fue que te repusieras en la escuela cuando estuviste en la Kanto 卍 Gang, que ahora vivas por tu cuenta… asumo que les debe preocupar, sobre todo a tu madre. — Confesó su preocupación.
Kokonoi soltó una leve risa. —Lo de la Kanto 卍 Gang, fue hace tres años, no es como que estuvieran muy contentos conmigo por todo el desorden en el que la pandilla estaba metida, asumo que ahora estarán más tranquilos.
—No digas eso. — Le reprendió Inupi. —Puede que se molestarán, pero de eso a sentirse aliviados porque vivas sólo, es otra cosa.
—¿Sólo? — Preguntó el pelinegro. —Estoy contigo, no estoy solo, y tú tampoco, lo sabes, ¿verdad? — Dijo acercándose al más alto. —Nos tenemos el uno al otro, además… no quería seguir separado de ti. — Dijo tratando de no ponerse colorado.
.. ..
La ceremonia de boda había terminado, ambos jóvenes adultos iban caminando rumbo al hogar que compartían.
—Que bueno que Mikey pudo estar presente en la boda de Hanagaki, ¿no crees? — Comentó Inui con auténtica alegría, Mikey había estado en prisión por tentativa de homicidio hacia Takemichi, pero los peritos dictaminaron que estaba en un ataque psicótico causa de la profunda depresión en la que estaba por la muerte de su madre, posteriormente la de sus hermanos, Izana incluído, y finalmente la de Draken.
Kokonoi asintió. —Se nota que aún con todo y las terapias le queda un largo camino, pero no tendrá que hacerlo sólo. — Añadió mientras miraba de reojo a Inui. —Lo más difícil es aceptar el problema y buscar ayuda, ya una vez cruzada esa línea las cosas dependen de uno, no es fácil, menos en su situación, pero Hanagaki definitivamente no va a dejarle sólo, y de hecho ninguno de los miembros de la Tokyo 卍 Gang lo hará.
—¿Para tí fue difícil lo de las terapias? — Preguntó, esperando no haber sido invasivo. Lo cierto es que bastante antes de que Kokonoi empezará a vivir con él, el ahora albino, pues había teñido su cabello a blanco, había buscado ayuda psicológica, no sólo para poder soltar del todo el recuerdo de Akane, sino para dejar de tener tantas dudas con respecto a quien era, y lo que sentía por cada uno de los hermanos Inui, por su puesto, Inui supo de las terapias, pero si Kokonoi no le comentaba nada, él no cuestionaba, y no porque no le interesaba, sino porque sabía lo pesado que era para el otro, incluso sin preguntar, más de una vez vio a Koko tener ataques de ansiedad en su proceso psicológico.
Kokonoi soltó un suspiro. —Mi situación era completamente distinta, por ello no me atrevo a decir: "si yo pude, él también". Salir con eso sería una salvajada de mi parte, pero… — Hizo una pausa y siguió. —Lo cierto es que si hubieron momentos en los que quería dejar lo de la terapia, a veces es más cómodo culpar a otros, cuando muchas veces no es buscar un culpable sino aceptar las fallas propias y trabajar para no repetirlas, o en su defecto solucionar en lugar de huir… — Detuvo su andar, cosa que Inui imitó. —Si no hubieses estado conmigo… no creo haberlo podido hacer. — Admitió mirando al contrario.
Inui sonrió suavemente. —No hice nada realmente.
—Tu crees que no, pero el simple hecho de que estuvieras conmigo incluso aunque no preguntarás nada en su momento, me hacías saber que estabas ahí para mí. — Dijo extendiendo su mano, misma que fue tomada por la del rubio. —Me arrepiento de no haberlo admitido antes, pero estoy feliz de poder estar contigo.
Inui apretó suavemente la mano de Kokonoi. —¿Cómo podría dejar sólo a quien amo tanto?
La música estaba a todo volumen, varios jóvenes de entre 15 y jóvenes adultos de 27 años, todos con distintos disfraces, algunos más elaborados otros que claramente eran hechos para el mero compromiso, pero al final todos lo estaba pasando bien en aquella fiesta de Halloween.
Entre la multitud que bailaba, se encontraban un par de jóvenes que habían sido arrastrados a la pista de baile por sus amigos y que ahora estaban estáticos el uno frente al otro. Y no era porque no activasen el modo alga, eso que hacemos todos cuando no sabemos cómo bailar, sino que… en algún momento, la distancia entre ambos se había acortado tanto, que la unión de sus labios por un breve momento se había sucitado.
—Creía… que a ti… te gustaba Akane… — Dijo Inui, con un miedo que sólo era palpable en su interior.
Kokonoi por otra parte, seguía con su rostro cerca del del rubio, dejando unos escasos milímetros de distancia entre sus labios y los ajenos. —Seishu… —Llamó al otro. —¿Qué pasaría… — Arrastraba las palabras, no por qué dudara de lo que iba a decir, sino porque no quería que el otro se alterase. —Si te dijese que a quien realmente estaba viendo… y de quién realmente estoy enamorado… es de ti?
.. ..
¿Cuántas veces le había contemplado mientras Kokonoi estaba dormido? La respuesta francamente no importaba, porque para Inui, poder ver a Kokonoi en cualquier momento o haciendo cualquier cosa era una dicha inmensurable. Un pequeño quejido le hizo salir de su embelesamiento, sólo para encontrase con un par de ojos negros, mismos que aún estaban claramente adormilados.
