Capítulo 5: El Fuego vs. El Hielo
Cuando todo se calmó y Timmy terminó de comer, el grupo intentaba relajarse después del intenso enfrentamiento con los hechiceros. Aunque habían ganado, las tensiones seguían latentes, y las familias vecinas observaban con preocupación a los Heeler. No entendían del todo cómo sus vidas cotidianas habían cambiado tan drásticamente.
Pat, buscando aliviar el ambiente, rompió el silencio con una sonrisa nerviosa: "Creo que esto es mucho más de lo que esperábamos cuando nos mudamos a este vecindario. ¿Es esto una bienvenida al club?"
Wendy, aún sujetando con fuerza la mano de Judo, dejó escapar un suspiro tembloroso. "Nunca pensé que algo así podría pasarnos. Es como estar en una de esas películas de fantasía. Solo que aquí no tenemos guion."
Shin, notando su desconcierto, dio un paso adelante y habló con un tono calmado pero firme: "Sé que esto es mucho para procesar, y lamento profundamente que se hayan visto arrastrados a este caos. Chronoa y yo podemos ofrecerles un lugar seguro, lejos de aquí. Un sitio donde puedan descansar y proteger a sus familias mientras resolvemos este problema."
Las dos familias se miraron en silencio, procesando las palabras de Shin. Fue Janelle quien finalmente habló, con una mezcla de nerviosismo y alivio: "¿Vacaciones pagadas? Eso suena demasiado bueno para ser verdad. Pero... no quiero que estemos en peligro."
Lucky, intentando sonar casual, intervino: "¿Creen que en ese lugar habrá canchas de fútbol? No pienso dejar de entrenar, ni siquiera en vacaciones."
"Y Wi-Fi," añadió Judo, con los brazos cruzados y una expresión de total determinación. "Porque sin internet, esto no cuenta como vacaciones."
Pat, suspirando, sacó sus llaves y las entregó a Charlie. "Está bien, me convencieron. Pero cuida mi casa mientras estamos fuera... y no, el Wi-Fi no es negociable."
Charlie tomó las llaves con una sonrisa. "Prometo que todo estará intacto cuando regresen. Excepto, tal vez, el Wi-Fi."
Wendy, con más reservas, ofreció sus propias llaves a Bailey. "Cuida de mi casa y mis plantas. Ah, y no quiero que tu esposo toque mi colección de tazas. Sé exactamente cuántas tengo."
Bailey tomó las llaves con una sonrisa tranquila. "No te preocupes. Bandit no tocará nada... al menos no sin supervisión."
La atmósfera, aunque todavía tensa, comenzó a relajarse. Shin, viendo que habían llegado a una decisión, asintió con calma. "Prepararé todo. Prometo que estarán seguros."
Pat, con un destello de humor, concluyó: "Espero que sea todo incluido. No me hagan cocinar."
La familia Heeler y los vecinos soltaron una carcajada, aliviando el ambiente mientras las familias se preparaban para partir.
Mientras los vecinos se marchaban junto a Shin, los Heeler comenzaron a revisar las casas que cuidarían, tomando nota de cualquier cosa que necesitaran reponer después de usarlas. Bluey adolescente, sintiéndose algo cansada, salió de la casa para tomar aire fresco mientras su familia terminaba de recuperarse de todo lo que había pasado.
Apenas dio unos pasos fuera, fue sorprendida y casi atropellada por sus abuelos, Nana y Bob Heeler, quienes llegaban acompañados de Stripe, Trixie y sus hijas.
Nana, al verla, puso una mano en su pecho con expresión alarmada. "¡Hija, qué te ha pasado ahora!" exclamó con preocupación.
Antes de que Bluey pudiera articular una respuesta, Stripe se adelantó con una ceja levantada. "¡Hermana! ¿Ahora te han rejuvenecido o qué?"
Como si no fuera suficiente, Trixie intervino con una sonrisa pícara: "¿Y esas medidas nuevas? ¿Todo eso es músculo? Te ves mucho más fuerte."
Bluey, que ya estaba empezando a perder la paciencia, levantó las manos y gritó: "¡Déjenme responder sus preguntas antes de que se les ocurra otra más absurda!"
Tomando aire, empezó a aclarar: "Primero, no soy su hija," dijo mirando directamente a sus abuelos. Luego se giró hacia Stripe. "No me han rejuvenecido, tengo 17 años." Finalmente, fijó la mirada en Trixie. "Y no, no cambiaría este cuerpo. Está entrenado para sobrevivir en cualquier entorno. ¿Algún problema con eso?"
Antes de que alguien pudiera añadir algo más, Bandit salió de la casa, atraída por el alboroto. "¿Qué está pasando aquí?" preguntó, pero se quedó helada al ver la escena: su familia enfrentando la confusión de tener dos versiones de ella misma.
Bob, siempre despreocupado, soltó una risa cálida y dijo: "¿Nos perdimos de algo?"
Bailey, con una mezcla de resignación y humor, respondió: "Más de lo que te puedes imaginar, papá." Luego dirigió una sonrisa a Nana, que todavía parecía estar procesando la situación. "Y sí, mamá, ella es parecida a mi… bueno, más o menos."
El grupo permaneció en silencio por un momento antes de que Stripe rompiera el hielo con una carcajada. "Esto no es lo más extraño que he visto en esta familia… pero definitivamente está en el top tres."
Bailey invitó a todos a entrar en la casa para ponerse al día. Mientras lo hacían, tres figuras desconocidas entraron también, provocando miradas curiosas de los Heeler. El primero en hablar fue Timmy, quien no tardó en romper el hielo (literalmente) con su presentación.
"Hola, familia Heeler," dijo con una sonrisa juguetona. "Soy Timmy, tengo 18 años, y soy un cazador de dragones de fuego. ¡Y hoy tengo el honor de presentarles a mis dos compañeras!" Hizo una exagerada reverencia, lo que provocó que Bluey adolescente pusiera los ojos en blanco.
"La primera," continuó Timmy, señalando a Bluey, "es nuestra especialista en magia de hielo. Tan fría que no sabrán si están en el Polo Norte o congelados dentro de una nevera. ¡La increíble Bluey Christine Heeler!"
Bluey adolescente, claramente irritada por la presentación, levantó una mano para interrumpir. "Primero, deja de hacer esas comparaciones absurdas. Segundo, no soy del futuro ni una versión mayor de la pequeña Bluey. Soy de otra línea de tiempo, porque no recuerdo haberme topado con otra yo en mi infancia." Su tono era directo, aunque no pudo evitar un pequeño resoplido de diversión por lo surrealista de la situación.
Charlie, confundido, miró a Bailey. "¿Estás entendiendo algo de todo esto?" Bailey simplemente negó con la cabeza, intentando procesar la escena.
Timmy, sin inmutarse y con su entusiasmo intacto, prosiguió. "Y mi segunda compañera," dijo señalando a Bingo, "es tan bella como una rosa, pero tengan cuidado: también tiene espinas afiladas que pueden hacer mucho daño. ¡Les presento a Bingo Heeler!"
Bingo adolescente sonrió tímidamente, tratando de mantener la compostura, pero no pudo evitar mirar de reojo a Timmy. "¿De verdad tenías que decirlo así?" preguntó, aunque había un atisbo de diversión en su voz.
"¿Qué puedo decir? Me inspiras," respondió Timmy con una sonrisa traviesa.
Charlie, con el ceño fruncido, murmuró para sí mismo: "¿Esto está pasando de verdad o necesito un descanso?"
Bob, que había estado observando todo en silencio con una sonrisa, finalmente comentó: "Bueno, esto es diferente. ¿Alguien más siente que nuestra familia acaba de volverse aún más complicada?"
Una vez que los Heeler terminaron de procesar toda la información, Bob notó la presencia de alguien a quien claramente no soportaba en la sala. Se acercó rápidamente a Mort, con el ceño fruncido, y le espetó: "¿Qué haces aquí? Tú no tienes nada que ver con esto."
Bailey, que había estado observando la interacción, intervino de inmediato. "Papá, no molestes a Mort."
Mort, con los ojos cerrados y un tono tranquilo, respondió: "Adelante, Heeler. Sé que he sido cruel con tu hija. Si quieres, puedes odiarme."
Bob, visiblemente más enfadado, se levantó bruscamente y exclamó: "¡Insultaste a mi hija! Pero lo que le hiciste a mi yerno es algo que no puedo perdonarte. No sé cómo o por qué estás aquí, pero estoy seguro de que no es por nada bueno."
La tensión en el aire era palpable, pero antes de que pudiera escalar más, Timmy decidió intervenir con su habitual actitud despreocupada. "¡Oye, abuelo Mort! ¿Cómo te atreves a salvar a la hija del abuelo Heeler? ¡Eso es trampa! Se supone que los enemigos no se ayudan entre sí."
El comentario de Timmy dejó a todos confundidos por un momento, pero logró romper la intensidad de la escena. Bailey no pudo evitar soltar una pequeña risa mientras añadía: "Sí, papá. Gracias a Mort, Timmy y Bingo, estoy aquí. Dale un respiro."
Bob, cruzando los brazos y resoplando, soltó a Mort con evidente renuencia. "Está bien, pero no creas que esto significa que te he perdonado por lo que le hiciste a Charlie."
Timmy, aprovechando la oportunidad para añadir más confusión, fingió sorpresa y exclamó: "¡¿Charlie también está enojado contigo?! Abuelo Mort, necesitas relaciones públicas urgentemente."
La sala quedó en silencio por un momento antes de que una risa generalizada rompiera la tensión, dejando a todos con un aire más ligero, aunque las miradas entre Bob y Mort seguían siendo de puro desacuerdo
Después de esa tensa interacción, los Heeler comenzaron a explicar todo lo que había ocurrido. Mientras hablaban, Shin llegó con expresión serena y una esfera del dragón en sus manos. "Ahora que todos están juntos, será mejor que permanezcan cerca," dijo con firmeza. "Los guerreros que invocamos estarán aquí para protegernos, pero aún no podemos bajar la guardia. Las familias de Pat y Wendy dejaron sus casas a nuestro cuidado mientras están fuera. Esto nos dará un poco de tiempo para concentrarnos en resolver esta situación."
Los presentes asintieron, comprendiendo la gravedad del momento. Shin abrió una caja donde adentro estaba la esfera del dragón, su superficie brillaba tenuemente con una luz apagada y oscurecida. "He traído esta esfera para que intentemos algo. Timmy, quiero ver si puedes purificarla con tu magia."
Timmy, con una sonrisa confiada, dio un paso adelante. "No hay problema. Solo tráiganme todas las esferas, y las purificaré en un santiamén."
Su actitud segura hizo que Bluey adolescente frunciera el ceño. "¿De verdad tienes que ser tan engreído? Esto no es un juego."
Antes de que Timmy pudiera responder, la voz de Chronoa resonó en sus mentes con un tono de advertencia. "¿Estás seguro, Timmy? Mira lo que pasó con Bailey, Charlie y Mort. La magia oscura que rodea estas esferas no es algo que puedas subestimar."
El comentario hizo que Timmy bajara ligeramente la mirada, reflexionando por un instante. "Entendido," respondió con un tono más serio. "Pero si no lo intentamos, nunca sabremos si podemos cambiar esto."
Mort, inquieto, no pudo contenerse y preguntó: "¿Qué le pasó a mi hijo?" Antes de que Bob pudiera soltar algún comentario mordaz, Nana intervino rápidamente con un tono conciliador. "Vamos a enfocarnos primero en la esfera. Luego les pondremos al día." Mort y Brandy asintieron a regañadientes, dejando el tema para más tarde.
El grupo se trasladó al amplio patio trasero de los Heeler, lejos de las casas vecinas para evitar causar más daños. Allí, Shin volvió abrió la caja que contenía la esfera de 5 estrellas. El brillo opaco y las estrellas oscuras que la recorrían eran evidencia de su corrupción.
Cuando Shin saco la esfera, Timmy se acercó con una expresión que rara vez mostraba: pura seriedad. Mirándola de cerca, murmuró: "¿Cómo algo tan hermoso pudo ser corrompido de esta manera?" Sin esperar más, tomó la esfera entre sus manos. Al instante, una oscura aura comenzó a envolverlo, similar a lo que había sucedido con Bailey y Charlie.
La esfera intentó consumir a Timmy, y la oscuridad que emanaba creció rápidamente, extendiéndose como un manto alrededor de él. Todos comenzaron a alarmarse, gritándole que soltara la esfera. Incluso consideraron apartarlo con algún objeto, pero justo en ese momento, un grito resonó desde la negrura. No era un grito de dolor, sino de pura furia.
Desde el manto oscuro comenzaron a emerger llamas. Poco a poco, Timmy se hizo visible nuevamente, pero las llamas que lo rodeaban impedían que alguien se acercara. Shin, preocupado, sugirió a Bluey adolescente: "Tal vez puedas ayudarlo enfriando las llamas para que suelte la esfera."
Antes de que Bluey pudiera actuar, Timmy habló con dificultad, pero con determinación: "No lo hagas. Ya estoy ganando esta batalla."
"¡Apenas pudiste liberarte antes! No te hagas el fuerte," replicó Bluey adolescente, visiblemente molesta. Timmy, a pesar de la tensión, esbozó una sonrisa desafiante y respondió: "Tienes razón... no puedo purificarla como esperaba. Así que… me la voy a comer."
El grupo quedó congelado. "¿Qué?" exclamaron todos al unísono.
La esfera, como si entendiera, cambió su aura a unas llamas negras que comenzaron a quemar las palmas de Timmy. "Ah, ¿así que te adaptas para protegerte, eh?" comentó Timmy con un tono desafiante. "Qué lástima que esas llamas mágicas las puedo absorber."
Timmy, concentrándose, comenzó a succionar las llamas oscuras hacia su boca. Sin embargo, la magia era intensa, y pronto una de sus piernas se oscureció completamente, seguida por su brazo derecho y parte de su rostro. "Zona de Mana," murmuró, y al instante su magia se incrementó, contrarrestando parte de la oscuridad.
La energía que lo envolvía comenzó a moldearse, y de su espalda emergió un ala esquelética, envuelta en llamas. Timmy gritó, liberando una cantidad abrumadora de poder. Poco a poco, el color de la esfera comenzó a cambiar, pasando de negro a un anaranjado brillante, similar al fuego que Timmy controlaba.
Con un último grito de esfuerzo, Timmy cayó al suelo, exhausto, mientras la esfera rodaba unos metros lejos de él. Estaba envuelta en llamas, pero brillante como si acabara de ser creada.
Bingo adolescente se acercó rápidamente a Timmy, revisando su estado con preocupación. "¿Cómo te sientes?" preguntó, antes de añadir con un tono serio: "Has agotado toda tu energía. Pudiste haber muerto, Timmy. ¿No pensaste en las consecuencias de arriesgarte así solo para purificar la esfera?"
Timmy, con una sonrisa débil, levantó un dedo señalando la esfera que ahora brillaba con una tonalidad naranja traslúcida, con cinco estrellas rojas perfectamente visibles en su interior. "Lo logré," dijo antes de cerrar los ojos, completamente exhausto.
Shin, que había estado observando la esfera con atención, asintió con aprobación. "Fue un éxito, Timmy. Pero no te daré las demás esferas hasta que te recuperes. Este esfuerzo fue extremo solo para purificar una. Ahora necesitas descansar."
Timmy intentó protestar débilmente: "No se preocupen. Mañana estaré listo para purificar otra. Me adapto rápido."
Bingo cruzó los brazos y lo miró fijamente. "De eso nada. No vas a hacer nada hasta que te hayas recuperado por completo. Y más te vale que no intentes nada, o lo lamentarás," advirtió con una mezcla de seriedad y humor.
Bluey, que había estado examinando la esfera, se inclinó ligeramente y la enfrió con un toque de magia, observando cómo su superficie ahora brillaba con una pureza renovada. "Bueno, al menos ya no parece maldita," comentó, dejando escapar un leve suspiro de alivio.
Shin asintió con satisfacción. "La esfera ha vuelto a su forma original. Este es un gran avance, pero no podemos apresurarnos. Cada esfera será un desafío único. Necesitamos paciencia y estrategia."
Timmy, a pesar de su estado, abrió un ojo con una sonrisa traviesa. "¿Paciencia? ¿Eso se come?"
Bingo, sin perder el ritmo, respondió rápidamente: "No, pero si sigues así, vas a estar comiendo sopa durante semanas."
El grupo dejó escapar una leve risa, aliviando la tensión del momento mientras se preparaban para cuidar de Timmy y planear sus próximos pasos con más cuidado.
Sin embargo, Mort, que había permanecido en silencio, finalmente levantó la voz, mirando su mano afectada por la maldición de la esfera. "Si la esfera que me maldijo ya fue purificada, ¿por qué sigo así? ¿No debería haber desaparecido esta maldición?"
Timmy, aún recuperando fuerzas pero con su humor intacto, respondió mientras se acomodaba en el suelo: "Purifiqué la esfera, no la maldición que te echó. Si quieres, puedo intentarlo, pero no prometo que no te rostice en el proceso," bromeó, levantando ligeramente una mano simulando una pequeña llama.
Mort lo miró con incredulidad, pero antes de que pudiera responder, Bailey intercedió rápidamente. "¡No, no! No creo que necesitemos más fuego por hoy, gracias."
El comentario arrancó algunas risas nerviosas, pero Brandy, mirando fijamente a Shin, preguntó con seriedad: "Entonces, ¿qué pasa con ellos?" señaló a Bailey y Charlie. "¿También están malditos, ¿no? ¿Qué va a pasar con ellos si no purifican su esfera?"
Shin asintió con gravedad. "Ellos están afectados por la esfera corrupta que tienen en su poder. Mientras esa esfera siga bajo la influencia de la magia oscura, los cambios no se revertirán. Incluso purificarla no será suficiente. Una vez reunidas todas las esferas, será necesario pedir un deseo al dragón para solucionar estas maldiciones y restaurar todo."
Bluey adolescente, que había estado observando todo en silencio, finalmente intervino con un tono sarcástico: "Oh, genial. Todo un paseo por el parque, ¿no? ¿Qué podría salir mal?"
Timmy no perdió la oportunidad y sonrió ampliamente. "Conmigo en el equipo, nada… salvo que decida purificar otra esfera con un método poco ortodoxo."
Bingo adolescente lo fulminó con la mirada. "Si vuelves a hacer otro acto tan imprudente, yo misma me encargaré de rostizarte."
El grupo compartió una breve risa que alivió la tensión en el ambiente. A pesar de los desafíos y misterios, estaban un paso más cerca de comprender cómo resolver el problema de las esferas y restaurar el equilibrio.
Shin, aún impresionado por lo que acababa de presenciar, miró a Timmy con curiosidad. "Esa técnica que usaste... ¿cómo la llamaste? ¿Zona de Mana?" preguntó, inclinándose ligeramente hacia él.
Timmy, acomodándose como podía mientras intentaba recuperar el aliento, respondió con una sonrisa débil: "Sí, así es. No suelo usarla mucho, tiene un efecto secundario bastante… complicado. Pero en situaciones como esta, no tenía otra opción."
Shin asintió, visiblemente intrigado. "Manipular el mana en el entorno para aumentar tu poder exponencialmente… Eso no es algo que cualquiera pueda hacer. Es impresionante, especialmente para alguien de tu edad."
Timmy simplemente cerró los ojos, dejando que sus palabras resonaran en el grupo. Mientras tanto, Shin recogió la esfera purificada y ayudó a Mort y Brandy a acomodar a Timmy para que pudiera descansar. Fue entonces cuando Mort, claramente confundido, rompió el silencio. "¿De qué nos hemos perdido exactamente?"
El comentario hizo que Charlie se tensara, dirigiendo una mirada rápida a su hermana. "Brandy… ¿volviste a quedar embarazada?" preguntó, mezclando molestia y tristeza en su tono.
Brandy, completamente desconcertada, alzó las manos con un gesto de negación. "¿Qué? ¡No, claro que no!"
Antes de que alguien pudiera añadir algo, la voz de Chronoa resonó nuevamente. "Brandy, según los recuerdos de tu hermano, el día de la boda de Frisky y Rad Heeler, estabas embarazada."
Brandy parpadeó varias veces, claramente incrédula. "Eso es imposible," respondió, su tono un reflejo de su confusión.
El grupo intercambió miradas, intentando procesar lo que Chronoa acababa de revelar, mientras la tensión en el aire comenzaba a aumentar nuevamente
En ese momento, Bailey intervino con firmeza: "Es verdad."
Mort, desconcertado, frunció el ceño. "¿Cómo pueden estar tan seguros de eso?"
Bailey tomó aire antes de responder. "Porque al igual que tu enfermedad, que recordamos que estaba siendo controlada, la corrupción de la esfera alteró muchas cosas en nuestras vidas."
Chronoa, con su voz serena pero cargada de significado, añadió: "Mort, el día de la boda de Frisky y Rad, según los recuerdos originales, estabas presente y disfrutando con todos. Pero en esta línea de tiempo, la esfera de dos estrellas te afectó directamente, haciéndote caer en una recaída que te mantuvo alejado de ese momento crucial."
Mort parpadeó, tratando de asimilar lo que estaba escuchando. Antes de que pudiera hablar, Charlie tomó la palabra, con un tono que mezclaba tristeza y determinación. "Todo esto es culpa de la corrupción de las esferas. No solo nos afectaron físicamente, sino que también distorsionaron eventos importantes de nuestra historia. Como que yo ahora sea hombre en esta línea de tiempo y Bailey sea mujer."
Hizo una pausa antes de continuar: "Eso no es todo. También cambió la dinámica de nuestra familia. Las peleas que tuviste con Bailey… nunca deberían haber ocurrido. La esfera te manipuló, te distanció de mí y de nuestras hijas. Sino que también alteró la vida de mi hermana, impidiéndole tener su segundo embarazo."
El ambiente quedó en silencio, cargado de emociones y miradas entrecruzadas. Mort apretó los puños, luchando por procesar la verdad detrás de sus acciones y el peso de las esferas en sus vidas. Finalmente, murmuró: "Entonces… todo esto es por las esferas."
Chronoa confirmo lo que dijo Mort y agrego. "Y hasta que no las reunamos todas y pidamos un deseo al dragón, estos efectos no podrán revertirse."
Después de una breve pausa para procesar lo ocurrido, el ambiente en la casa comenzó a relajarse ligeramente. Los invitados intercambiaban algunas palabras y se preparaban para regresar a sus respectivas casas. El sol ya se estaba poniendo, tiñendo el cielo de tonos cálidos, cuando Shin decidió tomar la palabra.
Con una expresión seria que contrastaba con el momento más calmado, dijo: "Es mejor que todos permanezcan cerca. No sabemos cuándo podrían atacarnos de nuevo." Su tono era firme, pero no alarmista, suficiente para captar la atención de todos.
Luego, dirigiéndose específicamente a Mort y Brandy, añadió: "Además, hay algo más. Todavía no les hemos enseñado lo básico para manejar el ki. Si aprenden lo esencial, podrán defenderse y detectar el peligro antes de que sea demasiado tarde."
Las palabras de Shin rompieron la tranquilidad momentánea, devolviendo al grupo la seriedad de su situación. Mort y Brandy intercambiaron una mirada, sorprendidos pero interesados, mientras los demás comenzaban a notar que las cosas apenas estaban comenzando a complicarse.
Mort y Brandy, aunque sorprendidos, asintieron. No entendían del todo la situación, pero sabían que era crucial estar preparados para cualquier cosa.
Shin comenzó a organizar la distribución de las familias con voz firme. "Bailey, Charlie y las niñas se quedarán en su casa junto con Mort, que necesita descanso, y Timmy, que también está en proceso de recuperación. Y Timmy," agregó, lanzándole una mirada de advertencia, "nada de locuras hasta que te recuperes por completo."
Timmy, con su habitual actitud despreocupada, levantó la mano en un gesto dramático. "¡Lo prometo, jefe! Me portaré como todo un ángel." Charlie lo miró de reojo con una pequeña sonrisa, mientras Bailey soltaba una risa por la ocurrencia de Timmy.
En ese momento, Bingo adolescente intervino, mirando directamente a su abuelo. "De todas formas, abuelo, me parece una buena idea que yo me encargue de supervisarte. Así podré contener la maldición y asegurarme de que sigas el tratamiento como es debido."
Mort frunció el ceño, claramente molesto por la sugerencia. "No creo que sea necesario que hagas todo esto, Bingo. Estoy seguro de que puedo manejarlo solo."
Bluey adolescente, sin perder la oportunidad, soltó con tono burlón: "Grave error, abuelo Mort."
Bingo, dejando claro que no estaba para bromas, lo miró fijamente, con un aire de autoridad inesperado. "Para que quede claro, yo no estaba sugiriendo nada. Esto no es opcional. Es una orden sobre cómo debemos tratar tu problema."
Mort, sorprendido por la determinación de su nieta, se quedó en silencio antes de suspirar y asentir con resignación. "Entendido..." murmuró, todavía algo incómodo pero incapaz de discutir.
Bluey, intentando aligerar la tensión, añadió con una sonrisa traviesa: "Te conviene escucharla, abuelo. Créeme, no quieres hacer enfadar a Bingo, ella puede dar mucho miedo."
El grupo dejó escapar unas risas que ayudaron a relajar el ambiente, aunque el peso de los eventos recientes seguía presente en sus pensamientos.
En medio del intercambio, Bob, con cara de pocos amigos, murmuró: "¿Y yo tengo que compartir casa con él?" refiriéndose a Mort, claramente molesto por la idea.
Mort lo miró de reojo, suspirando profundamente. "No tienes que hablarme si no quieres, Bob. Solo estaré ahí para aprender, no para causarte problemas."
Charlie, con una sonrisa incómoda, intervino: "Es mejor que se mantengan tranquilos," dijo, intentando calmar la situación antes de que escalara.
Fue entonces cuando Bluey adolescente, que había estado más callada, levantó la mirada y habló con tranquilidad: "Creo que mejor dormiré afuera. Tal vez en la noche mis poderes puedan ser una molestia para quien esté cerca." Su tono era calmado, pero había una firmeza en su decisión que dejó claro que no estaba dispuesta a discutir.
Bailey, aún confundido, inclinó la cabeza y preguntó: "¿Tus poderes? ¿Por qué crees que serían una molestia?"
Bluey suspiró, su mirada se suavizó mientras respondía: "Es solo que... no sé exactamente cómo funcionan ahora. Después de todo lo que ha pasado, prefiero no arriesgarme a hacer daño o incomodar a nadie."
Bingo adolescente, que estaba a su lado, intervino con una sonrisa traviesa: "Además, no sé cómo podría soportar verlos discutir sobre qué lado de la cama es el correcto... otra vez." La broma arrancó una pequeña risa de Bluey, aligerando el ambiente.
Ambas hermanas compartieron una mirada cómplice, mientras Bailey y Charlie se miraban entre sí, comprendiendo que sus hijas necesitaban su espacio.
Las risas llenaron el ambiente mientras Shin retomaba la organización, con un tono más serio esta vez. "Si Bluey y Bingo adolescentes prefieren no quedarse en la casa de sus padres, entonces Frisky, Rad, Brandy y Bingo se quedarán en la casa de Wendy. Es lo suficientemente grande para entrenar y descansar."
Luego, dirigiéndose directamente a Bluey, añadió: "Bluey, sería mejor que te quedaras en una de las casas. Si nos atacan durante la noche y tú estás lejos de ellos, sin poder defenderlos, ¿qué crees que podría pasar?"
Bluey, que había estado mirando al suelo, levantó la vista y suspiró. "Entiendo tu punto, Shin. Pero prefiero estar al aire libre. Mis poderes son impredecibles, y no quiero correr el riesgo de hacer daño sin darme cuenta. Si sucede algo, estaré lo suficientemente cerca para ayudar."
Bingo adolescente asintió sin problemas.
Rad levantó la mano tímidamente. "¿Y si me cambio de casa? Frisky me dijo que me pondría a entrenar y, sinceramente, preferiría descansar."
Frisky lo miró con una ceja levantada. "Rad, si no entrenas, ¿quién va a protegerme cuando las cosas se pongan feas?"
Rad suspiró, resignado, pero con una sonrisa. "Está bien, está bien. Solo no esperes que me levante temprano."
Bingos adolescentes, dándole una palmada en la espalda, añadió: "No te preocupes, tío Rad. Seré tu compañera de entrenamiento. Prometo no hacerte sufrir... mucho." Se tronó los nudillos mientras Rad murmuraba: "Ay, mamá."
Shin miró a Mort y Brandy. "Ustedes también deberían empezar a practicar ki. Es hora de aprender lo básico." Dirigiéndose a Bingo, agregó: "Tú podrías ayudar a tu tía Brandy con el entrenamiento. Charlie y Bandit se encargarán de Mort."
Bingo adolescente respondió con entusiasmo: "Por supuesto, Shin. Será un placer."
Charlie asintió, pero antes de que pudiera decir algo, Timmy protestó desde su asiento. "¡Vamos! Yo tengo más experiencia. Debería enseñarles yo."
Bluey adolescentes, sin perder la oportunidad, le respondió con una sonrisa fría: "Sí, pero eres el único aquí que no puede moverse."
Timmy, picado por el comentario, la miró con fingida indignación. "Como usted ordene, su alteza."
Bluey adolescentes lo ignoró con una sonrisa satisfecha, mientras el resto contenía la risa.
Finalmente, Shin concluyó con firmeza: "Bluey, tus abuelos, tus tíos y primas se quedarán en la casa de Pat. Es lo suficientemente grande para acomodarlos a todos, y estarán seguros."
Bluey adolescente, con una expresión de pánico visible en su rostro, levantó la mano y dijo, casi sin pensarlo: "Preferiría dormir afuera… en un árbol."
El comentario dejó a todos en silencio por un momento, con miradas de confusión y perplejidad. Charlie fue el primera en reaccionar, cruzando los brazos y frunciendo el ceño mientras decía con un tono ligeramente severo: "Bluey Christine Heeler, es de muy mala educación rechazar a tu familia de esa manera."
Bailey, intentando suavizar la situación, intercedió con una sonrisa tranquilizadora. "No te preocupes, hija. Si necesitas espacio, podemos organizarnos. Hay suficiente lugar para todos. Nadie te está obligando a nada, solo queremos que estés cómoda."
Bluey suspiró y bajó la mirada, claramente incómoda. "No es eso, mamá, papá… Es solo que siento que mis poderes son una molestia. No quiero incomodar a nadie mientras intento entenderlos."
Shin, que había estado observando en silencio, finalmente habló con calma: "Bluey, entiendo lo que dices, pero estar cerca de tu familia no es solo para que ellos estén seguros. También es para que tú no te enfrentes sola a lo que pueda ocurrir. Si prefieres mantener distancia, está bien, pero asegúrate de que puedan encontrarte fácilmente en caso de emergencia."
Bluey asintió lentamente, reflexionando sobre las palabras de Shin. "Está bien… pero si me siento incómoda, iré afuera. Prometo no ir demasiado lejos."
Timmy, que no dejaba pasar una oportunidad para hacer bromas, añadió con una sonrisa traviesa: "¡Vamos, Reina Helada! Eso no se hace, rechazar así a tus súbditos..."
La atmósfera se tensaba un poco, hasta que Bingo adolescente intervino rápidamente, poniendo una mano en el hombro de su hermana. "No, no es que Bluey no quiera estar con ustedes. Lo que pasa es que... mi hermana tiene un pequeño problema. Su magia de hielo es muy poderosa y, cuando duerme, no puede controlarla del todo."
Todos se quedaron mirando a Bingo y luego a Bluey, sorprendidos por la revelación. El silencio en la sala era palpable, hasta que Charlie, con el ceño fruncido y un tono que mezclaba preocupación y curiosidad, rompió el momento: "¿Qué significa eso exactamente?"
Bluey adolescente, incómoda, se cruzó de brazos y bajó la mirada, evitando los ojos de su familia. "Significa que, cuando estoy dormida, a veces… sin querer… congelo las cosas a mi alrededor. No lo hago a propósito, pero me pasa. No quiero que nadie salga lastimado ni que las casas terminen convertidas en iglús por mi culpa."
Bob, que había estado observando en silencio, levantó una ceja y murmuró: "¿Así que básicamente eres como una nevera andante cuando te duermes?"
Nana, dándole un pequeño codazo en el costado, intentó que dejara de bromear. "Bob, por favor, no es momento para eso."
Sin embargo, Bluey soltó una risa ligera, algo irónica. "Más o menos… Por eso prefiero dormir sola, en un lugar donde no pueda dañar a nadie ni a nada."
Bingo adolescente, intentando calmar la situación, añadió: "Por eso, hemos encontrado que lo mejor es que Bluey duerma en lugares donde no haya nadie cerca. Es una medida de precaución. Pero no te preocupes, mamá, papá. Ella puede controlar su magia cuando está despierta, es solo cuando duerme que se vuelve impredecible."
Bealey, aún preocupado, suspiró y asintió. "Bueno, si eso es lo que necesitas, hija, lo entendemos. Pero asegúrate de estar segura."
Bluey sonrió con gratitud. "Gracias. De verdad, lo aprecio. Y no se preocupen, si el clima se enfría un poco esta noche, no será tan malo."
Timmy, tratando de aliviar la tensión con su típica actitud despreocupada, añadió: "Mira, yo conozco un método que me ayudó a controlar la temperatura cuando mi magia de fuego se descontrolaba al principio. Quemaba todo a mi alrededor, así que me dijeron que imaginara algo que estuviera fresco y que intentara mantenerlo a esa temperatura."
Bluey, pensativa, asintió lentamente. "No es una mala idea...", murmuró para sí misma, preguntándose qué podría imaginar para mantenerse tranquila y evitar desatar su magia por accidente.
Sin pensarlo dos veces y sin darse cuenta del peso de sus palabras, Timmy soltó: '¡Imagínate a tu novio o pareja durmiendo a tu lado!
El comentario cayó como una bomba. Bluey adolescente se puso completamente roja de la vergüenza, incapaz de articular una respuesta inmediata. Sus padres, Bailey y Charlie, intercambiaron una mirada que dejaba claro su descontento, mientras ambos fruncían el ceño hacia Timmy.
Por otro lado, el resto del grupo estaba al borde de la risa. Frisky, que había sido la primera en reaccionar, ya se había cubierto la boca con ambas manos para evitar que una carcajada se le escapara, mientras Rad intentaba mantener la compostura, sin mucho éxito. Incluso Bingo adolescente tuvo que apartar la mirada, mordiendo su labio para no reírse en voz alta.
Bluey finalmente logró murmurar, aún roja de vergüenza y amenazándolo a Timmy con una lanza: "¡Timmy! ¿En serio tenías que decir eso?"
Timmy, sin perder la compostura, sonrió débilmente y dijo, mientras estaba atrapado: "¿Qué? Solo lo dije porque sonaba lógico… ¿o no?" preguntó, mirando a los demás con una expresión de confusión genuina.
Shin, viendo la situación, decidió intervenir. "Bluey, si eliges una habitación, puedo encantarla para que te ayude a controlar mejor tu temperatura mientras duermes. No tienes que imaginar nada que te incomode."
Timmy, aún amenasado, levantó su mano con dificultad y añadió: "Sí, sí... hagamos eso mejor..."
El ambiente finalmente se calmó, aunque la vergüenza de Bluey aún era evidente. Más tarde esa noche, mientras todos se acomodaban, Bingo se acercó a su hermana con una sonrisa traviesa y preguntó: "Oye, ¿y lo imaginaste a Mackenzie cuando Timmy lo dijo?"
Bluey, con el rostro aún rojo de vergüenza, solo gruñó: "¡Cállate y ve a organizar tu cuarto!"
Bingo se retiró riendo mientras se burlaba de su hermana mayor. Bluey, ya algo más tranquila, murmuró para sí misma: "Esta me la desquito... Timmy."
Después de una cena tranquila y un breve entrenamiento para controlar el ki, la noche cayó sobre la casa de Bailey y Charlie. En un momento de privacidad en la habitación de Charlie y Beiley, Bailey, visiblemente inquieta, suspiró profundamente antes de decidirse a hablar. Finalmente, confesó con voz baja: "Decidí ir a cuidar a tu padre por un tiempo… Te vi tan nervioso por volver a hablar con tu hermana que pensé que, decidí ocultarte esto, para que te pudieras concentrarte en solucionar las cosas con ella. Lo hice para evitar que te sintieras mal," dijo mientras bajaba la mirada. "Y sí, la carta que no quise mostrarte era sobre esto. Lo siento."
Charlie, aunque entendió las buenas intenciones de Bailey, no pudo evitar sentirse dolido. Con un tono que reflejaba tanto alivio como tristeza, murmuró: "Así que era eso… Querías ayudarme."
Bailey levantó los ojos lentamente, con una mezcla de culpabilidad y esperanza en su mirada. Antes de que Charlie pudiera decir algo más, tomó su mano con suavidad. "Sé que debí habértelo dicho desde el principio, pero en ese momento… creí seria lo mejor."
Charlie suspiró, dejando que sus palabras se asentaran en su mente. Luego, con un tono más relajado, dijo: "Bailey… creo que necesito mi regalo." Su leve sonrisa no pudo ocultar el cansancio y la tensión acumulada del día.
Bailey, entendiendo perfectamente a qué se refería, se levantó con determinación y bloqueó la puerta de la habitación para asegurarse de que nadie los interrumpiera. "Hoy ha sido un día lleno de locuras," comentó mientras volvía a sentarse junto a Charlie. "Pero lo que más quiero ahora es estar contigo. Después de lo cerca que estuviste de la muerte… no pienso desperdiciar ni un momento más."
Charlie lo miró con ternura, tomando suavemente su mano. "A pesar de todo lo que ha pasado, solo quiero estar contigo ahora mismo. Dejar atrás este día y recordar que seguimos juntos."
El ambiente se llenó de calma, y ambos se permitieron un momento de reconexión. Las tensiones y los miedos que habían enfrentado empezaron a disiparse mientras se centraban en lo que realmente importaba: su apoyo mutuo y la fuerza que encontraban el uno en el otro.
Mientras tanto, Timmy, aun recuperándose, intentaba descansar en la sala de la casa. No esperaba que las versiones jóvenes de Bluey y Bingo fueran sonámbulas, lo cual pronto se convertiría en un pequeño inconveniente.
Justo cuando estaba comenzando a dormirse profundamente, sintió que algo le tiraba de las sábanas. Abrió un ojo, confundido, y al mirar hacia abajo vio a Bluey pequeña, sujetando la sábana con fuerza mientras murmuraba algo incomprensible.
"¿Qué demonios…?" susurró Timmy, incorporándose lentamente. Antes de que pudiera procesar lo que estaba ocurriendo, Bingo pequeña apareció por el otro lado, tirando del cojín en el que estaba apoyada su cabeza.
"¿De verdad? ¿Sonámbulas? ¿En serio?" dijo en voz baja, tratando de no despertar a nadie más en la casa. Sin embargo, su tono no ocultaba su incredulidad.
Las dos niñas, completamente ajenas a su presencia consciente, seguían con sus acciones erráticas. Bluey comenzó a caminar hacia un rincón mientras murmuraba algo sobre "atrapar la estrella". Bingo, por su parte, se sentó en el suelo, abrazando el cojín como si fuera un juguete.
Timmy suspiró, llevándose una mano a la frente. "Esto es un castigo por algo, estoy seguro." Intentó mover a las niñas con cuidado para evitar más caos, pero rápidamente se dio cuenta de que sería más difícil de lo que pensaba.
Timmy intentó guiarlas suavemente de vuelta a sus camas, pero antes de que pudiera hacerlo, Bluey y Bingo lo agarraron fuertemente, sin intención de soltarlo. Timmy intentó con delicadeza soltarse, pero las niñas se aferraban a él como si fuera un peluche.
Con una sonrisa resignada, Timmy susurró: "Vaya... No estaba preparado para esto." Al no poder liberarse, decidió simplemente quedarse con ellas para no despertarlas, asegurándose de que estuvieran cómodas.
A la mañana siguiente, la calma de la casa comenzaba a retornar después de un día tan intenso. Bailey decidió acercarse al cuarto de las niñas para ver cómo habían amanecido. Al abrir la puerta, su corazón dio un vuelco al ver la escena: Timmy dormía profundamente en medio de las camas de Bluey y Bingo pequeñas, quienes seguían aferradas a él como si fuera un peluche.
"¿Timmy? ¿Qué haces ahí en medio?" preguntó Bailey con una mezcla de sorpresa y confusión, su voz lo suficientemente alta como para hacer que Timmy abriera los ojos lentamente.
Timmy, aún somnoliento, murmuró mientras trataba de entender dónde estaba: "No fue mi idea… Son sonámbulas. Solo intentaba que no destruyeran nada."
Mientras tanto, en otra habitación, Charlie había ido a ver cómo estaba su padre, Mort. Al encontrarlo despierto y de buen humor, sonrió antes de preguntar: "¿Dormiste bien, papá?"
Mort, con una expresión divertida y un toque de cansancio en su voz, respondió: "Bueno, tus hijas son bastante activas por la noche. No dormí mal, pero vaya que saben cómo llenar la casa de energía."
Charlie se rió suavemente, negando con la cabeza. "Es bueno saber que siguen siendo ellas mismas incluso después de todo lo que ha pasado."
Ambos rieron y decidieron ir juntos a despertar a las niñas. Al llegar al cuarto, encontraron a Bailey observando la escena con una sonrisa divertida: Timmy dormía en medio de las camas, con Bluey y Bingo todavía agarradas de él.
Bailey, cruzando los brazos con una sonrisa divertida, dijo: "¿Qué pasó aquí?"
Charlie, tratando de no reírse, añadió: "¿Timmy, te tocó ser niñera durante la noche?"
Timmy, aún medio dormido, murmuró: "No fue mi culpa… Me encontraron ellas, y no me soltaron."
Las pequeñas Bluey y Bingo se despertaron poco a poco, mientras el cuarto se llenaba de las risas de los adultos. Timmy, estirándose, agregó: "Bueno, al menos todos dormimos bien, ¿no?"
Todos se reunieron a desayunar en la casa de Bealey y Charlie. Los Heeler y Brandy que estaban con Bingo amanecieron bien, sin ningún problema. Timmy, al ver a Bingo en perfectas condiciones, bromeó diciendo: "¡Malvada! Me dejaron solo sabiendo que ustedes, de jóvenes, hacían travesuras en la noche."
Bingo, riendo, negó la acusación. Sin embargo, por otro lado, el resto de los Heeler estaban envueltos en mantas, intentando calentarse. Shin llegó para ver cómo estaban y, al ver a la familia tiritando de frío, preguntó con curiosidad: "¿Qué pasó aquí?"
Todos los Heeler, temblando, respondieron al unísono: "No lo sabemos, pero de repente empezó a hacer mucho frío." Luego miraron a Bluey, quien estaba perfectamente bien, sin rastro de frío.
"¿Bluey, no sientes frío?", le preguntaron. Ella respondió tranquilamente: "Ah, entonces el hechizo para controlar el frío no funcionó."
Shin, frunciendo el ceño, preguntó: "¿Fuiste tú?"
Bluey asintió. "Sí, me levanté y vi que donde dormí estaba todo congelado."
Timmy, con su tono despreocupado y burlón, repitió lo que dijo el día anterior: "Te lo dije, tienes que imaginar a tu novio durmiendo a tu lado para no congelarlo."
Bluey, algo molesta, estaba a punto de responderle a Timmy, cuando Bingo adolescente, sin pensar, soltó: "¡Sí, Bluey! Solo piensa en Mackenzie…"
El silencio cayó de inmediato mientras las palabras de Bingo parecían resonar en toda la habitación. Bingo se llevó las manos a la boca, dándose cuenta demasiado tarde de lo que había dicho.
Bailey, claramente sorprendida, fue la primera en reaccionar. "¿El Border Collie? ¿Sales con Mackenzie?"
Charlie, levantando una ceja y con una sonrisa traviesa, añadió: "¿Así que tu versión joven tiene un crush con Mackenzie? Esto se pone interesante."
Bluey niña, que había estado observando todo con ojos grandes, exclamó sorprendida: "¿Yo? ¿Con ese tonto?"
Mientras tanto, Frisky y Trixie no pudieron contener las risas.
Stripe, divertido, agregó mientras se cruzaba de brazos: "Ah, sí. El Border Collie blanco y negro. Buen gusto, Bluey. Aunque diría que es más de personalidad… ¿o no?"
Bluey adolescente, completamente roja de la vergüenza, levantó las manos. "¡Dejen de hablar de esto! ¡No es lo que están pensando!" Pero sus protestas solo parecieron alimentar aún más las risas del grupo, mientras Bingo intentaba disculparse con una sonrisa nerviosa.
Bluey, aún sonrojada, regañó a Bingo por su "boca floja" antes de alejarse visiblemente molesta. Se apartó un poco de todos, cruzando los brazos mientras intentaba calmarse. Su actitud no pasó desapercibida para sus padres ni para sus versiones jóvenes, quienes intercambiaron miradas de preocupación. El ambiente, que hasta ese momento había estado lleno de risas, se tornó un poco más tenso.
Bingo adolescente, tratando de aliviar la incomodidad que había causado, tosió ligeramente para atraer la atención de los demás y cambió de tema rápidamente. "Timmy," dijo con una sonrisa un poco nerviosa, "¿podrías ayudarme con algo?"
Timmy, siempre dispuesto a colaborar, asintió. "Claro, ¿qué necesitas?"
Bingo se acercó un poco más y explicó: "Voy a crear un sauna para que mis tíos abuelos y primas puedan entrar en calor otra vez. Solo necesito que lo calientes con tu magia, para no tardar mucho."
Timmy ladeó la cabeza, intrigado. "¿Un sauna? ¿Y cómo planeas construirlo tan rápido?"
Con una sonrisa traviesa, Bingo se puso en posición, juntando las manos como si se preparara para algo importante. "Observa y aprende," dijo mientras comenzaba a moverlas con fluidez, formando figuras complejas con los dedos. Una energía suave y cálida rodeó sus manos mientras el suelo a su alrededor empezaba a vibrar.
De la nada, brotaron vigas y paneles de madera perfectamente entrelazados, tomando forma rápidamente como si respondieran directamente a los movimientos de sus manos. En cuestión de minutos, un pequeño sauna de aspecto rústico pero funcional se materializó frente a todos.
Timmy, impresionado, soltó un silbido. "Eso estuvo genial. ¿Cómo no haces esto todo el tiempo?"
Bingo, orgullosa pero algo cansada, respondió con una sonrisa: "Porque no todos los días necesito construir un sauna. Ahora es tu turno, haz lo tuyo."
Shin, impresionado por las habilidades de Bingo, dio un paso adelante y levantó una mano. Una energía brillante comenzó a concentrarse en su palma, y poco a poco materializó unas piedras de aspecto inusual, con vetas luminosas que parecían pulsar con vida. "Esto debería ayudarte," dijo mientras le entregaba las piedras a Bingo. "Son piedras volcánicas que pueden mantener el calor de manera uniforme y estable. Funcionarán perfectamente para lo que estás creando."
Bingo tomó las piedras con cuidado, observándolas con fascinación. "¡Wow! Esto es increíble. Gracias, Shin. Creo que esto hará que funcione aún mejor."
Con una sonrisa, Bingo las colocó en el interior del sauna recién creado, organizándolas alrededor de un pequeño compartimento central. "Ahora sí, está completo. Timmy, es tu turno."
Timmy, con entusiasmo, chasqueó los dedos, haciendo que pequeñas llamas rodearan sus manos. Se acercó al sauna y, con un leve movimiento, calentó el aire y las piedras de manera uniforme. Las vetas de las piedras comenzaron a brillar con un cálido resplandor, emitiendo una energía reconfortante. "Listo, señora arquitecta. Sauna funcional y cálido," comentó con una sonrisa traviesa.
El ambiente comenzó a relajarse nuevamente, mientras todos observaban con asombro el trabajo en equipo entre Bingo, Timmy y Shin. Las piedras no solo mantenían el calor, sino que añadían un aire mágico al sauna, haciendo que pareciera salido de un cuento de fantasía.
Bingo, orgullosa de su creación, miró a Shin y a Timmy con una sonrisa. "Creo que ya tengo un plan de respaldo si esto de salvar el mundo no funciona. Podríamos abrir un spa."
Timmy soltó una risa mientras cruzaba los brazos. "Primero tendríamos que sobrevivir a esto. Pero sí, puedes contar conmigo para el negocio."
Las risas del grupo llenaron el ambiente, aliviando las tensiones acumuladas tras un día lleno de emociones y caos.
Timmy, sintiéndose mejor tras descansar, aprovechó la situación para dirigirse a Shin con entusiasmo: "Oye, ya me siento mejor. ¿Qué te parece si me das la otra esfera para purificarla?"
Shin negó con firmeza. "Aún no, Timmy. Es demasiado pronto."
"Vamos, Shin... Tengo mucha energía y necesito gastarla," suplicó Timmy, insistiendo con su típico tono despreocupado.
Shin, manteniéndose firme, respondió con calma: "Te dije que no. Necesitas más tiempo para recuperarte por completo."
Mientras tanto, los Heeler, que comenzaban a congelarse por el clima frío, entraron al sauna para calentarse. Charlie, notando a Bluey adolescente fuera, le sugirió amablemente que entrara con ellos. "Te haría bien, Bluey. Podrías relajarte un poco."
Sin embargo, Bluey negó con la cabeza, cruzando los brazos. "Soy una maga de hielo. El calor me afecta demasiado. Prefiero las cosas frías," explicó, con un tono decidido.
De vuelta con Timmy, su actitud insistente de continuar con algo comenzó a molestar a Bluey adolescente, quien finalmente perdió la paciencia. "Si tienes tanta energía," interrumpió con un tono sarcástico, "¿por qué no la gastas entrenando en lugar de seguir rogando?"
Shin, viendo una oportunidad para algo productivo, sonrió y asintió. "Esa es una excelente idea. Después de desayunar, ustedes dos podrían hacer una batalla de demostración y mostrarnos sus habilidades."
Bluey adulta, con su actitud fría y desafiante, se volvió hacia Timmy y lo miró directamente. "¿Qué dices, cazador? ¿Lo hacemos?"
Timmy, sin quedarse atrás, le devolvió la mirada con una sonrisa confiada. "Por supuesto, Reina del Hielo. Hagámoslo."
Bingo, viendo que las cosas empezaban a escalar, suspiró y les advirtió: "Solo recuerden que no tienen que usar toda su fuerza, ¿de acuerdo?"
Timmy, con su tono juguetón, respondió de inmediato: "Sí, mamá."
Bluey, por su parte, lo ignoró y soltó: "Este debilucho no me va a hacer ni sudar."
El comentario hizo que Timmy apretara los dientes, visiblemente molesto, pero se mantuvo en silencio, decidido a demostrarle lo contrario en la batalla que estaba por venir.
Después del desayuno y de relajarse en el sauna, Shin preparó un área de combate para que Bluey y Timmy pudieran enfrentarse sin molestar a nadie. Los Heeler, junto con Brandy y Mort, se acomodaron en unos asientos creados por Shin, listos para observar el enfrentamiento. Mientras todos estaban atentos al duelo, un hechicero se había colado sigilosamente en los alrededores, esperando pacientemente el momento perfecto para atacar mientras el grupo estaba distraído.
Cuando Shin dio la señal para comenzar la pelea, Bluey se cruzó de brazos con calma, lo que irritó de inmediato a Timmy. "Oye, ¿no se supone que los hechiceros de hielo usan las manos para crear cosas más duras?" reclamó, con una mezcla de burla e impaciencia.
Bluey, con una sonrisa fría y un tono lleno de confianza, respondió: "Sí, pero sé que puedo ganarte sin usar las manos."
Esto enfureció aún más a Timmy, quien estaba a punto de atacar cuando, de repente, un toro de hielo casi lo embistió. Antes de que pudiera reaccionar del todo, aullidos de lobos y un gran oso de hielo comenzaron a acorralarlo. Timmy intentó poner distancia entre él y las criaturas para lanzar un hechizo de fuego, pero apenas lograba retroceder cuando Bluey acortaba la distancia, sacando lanzas de hielo del suelo y enviando águilas de hielo para atacarlo.
Las creaciones de Bluey no le daban ni un segundo de respiro a Timmy, quien estaba claramente a la defensiva. Observándola, Bluey pensó para sí misma: "Si estuviera completamente recuperado, ya habría usado su magia para defenderse...". Entonces, alzó la voz y le gritó: "¡Ves, tonto! Te derroto sin esfuerzo."
Todos los ataques de hielo de Bluey se fusionaron, formando una pequeña montaña de hielo en medio del campo. En su interior, se veía a Timmy atrapado. Bingo, al ver esto, suspiró aliviada, creyendo que el combate había terminado rápidamente.
El hechicero que había estado escondido entre las sombras estaba a punto de hacer su movimiento, cuando, de repente, la montaña de hielo se rompió. Sin dar tiempo para reaccionar, Bluey tuvo que usar sus manos para crear un escudo de hielo, que se rompió a la mitad, revelando a Timmy en una nueva forma. Un lobo con pelaje dorado y ojos verdes emergió del hielo, rugiendo con una energía que estremeció a todos. "No me tomes a la ligera, Reina de Hielo", dijo con una voz grave y poderosa.
El ki que liberaba Timmy era abrumador, tan intenso que el hechicero oculto, este hechicero era especializado en ataques sorpresa por su incapacidad para pelear directamente, se sintió completamente superado. El poder de ese lobo era mil veces más fuerte que el suyo. El hechicero, dándose cuenta de su error, intentó huir desesperadamente. Sin embargo, el terreno a su alrededor se congeló en un instante, dejándolo atrapado.
Shin, observando la transformación de Timmy, lo reconoció de inmediato. "Esa forma... Es un super Saiyajin."
Todos los presentes se quedaron mirando a Shin, sorprendidos por lo que acababa de decir. "¿Un super que…?" preguntó Bealey con asombro.
Shin, manteniendo la calma, comenzó a explicar: "Los Saiyajin son una raza de guerreros de mi mundo. Son conocidos por su increíble fuerza, pero también por su actitud desafiante. Esa transformación es lo que llamamos el Super Saiyajin, y es lo que hace a Timmy tan peligroso."
El ambiente se llenó de tensión y expectación. La batalla había escalado, y tanto Timmy como Bluey demostraban un poder que dejaba a todos asombrados. Aunque Timmy, ahora en su forma de Super Saiyajin, mostraba un poder abrumador, Bluey no parecía intimidada. Con una frialdad calculada, apenas levantaba sus manos, creando imponentes criaturas de hielo que atacaban sin piedad.
Timmy, lanzando ráfagas de ki, destrozaba las creaciones de hielo con facilidad al principio. Sin embargo, algo cambió. Cada vez que una de las criaturas lograba tocarlo, su propio ki parecía ser absorbido, fortaleciendo el hielo. Al principio, no lo notó, pero después de varios contactos, empezó a percibir que algo andaba mal.
"¿Qué... está pasando?" murmuró, mientras sus ataques de ki se volvían cada vez menos efectivos.
Desde la distancia, Shin observaba detenidamente. "Bluey está usando el ki de Timmy para fortalecer sus creaciones", comentó en voz alta, impresionado. "Está manipulando el ki que Timmy emite, permitiendo que sus creaciones de hielo se adapten a temperaturas que normalmente no soportarían. Es una estrategia brillante."
Bingo, observando con interés, comentó: "Eso está bien por ahora, pero no puede depender de ello para siempre. Cada vez que Timmy aprende de sus ataques, se vuelve más fuerte. Su capacidad para adaptarse no solo lo protege, también lo hace avanzar a un ritmo impresionante."
Y eso fue exactamente lo que empezó a suceder. A medida que Timmy se daba cuenta del truco, ajustaba sus movimientos. Utilizaba su velocidad para evitar el contacto directo con las criaturas de hielo y aumentaba el poder de sus ataques, disminuyendo la efectividad de la técnica de Bluey. Fue entonces cuando ella cambió de táctica.
De repente, dos clones de hielo idénticos a Bluey aparecieron en el campo de batalla. Estos clones también podían manipular el ki de Timmy, acorralándolo aún más.
"Vaya... ahora son tres contra uno", comentó Rad, sentado junto a los demás, mientras observaba desde los asientos creados por Shin.
Frisky, siempre lista para bromear, añadió: "Parece que a Timmy le va a costar un poco más de lo que pensaba. Quizás no debería haberse confiado tanto."
Sin embargo, mientras los clones lo atacaban con una variedad de creaciones de hielo, Bluey misma cambió de enfoque. Con sus manos ahora libres, se lanzó al combate cuerpo a cuerpo, blandiendo una serie de armas de hielo: espadas, hachas y martillos de corto alcance. Timmy, sorprendido, apenas lograba esquivar y bloquear los ataques.
"¿Así que ahora vamos a pelear de cerca, eh?" gritó Timmy, mientras esquivaba un martillo de hielo que casi lo golpea. "Bien, eso me gusta."
Ambos intercambiaron golpes rápidos. Timmy, usando su fuerza bruta y velocidad superior, intentaba romper la barrera de hielo que Bluey había creado con sus armas. Sin embargo, ella, con una precisión casi quirúrgica, mantenía la distancia justa, usando cada movimiento para mantenerlo bajo control.
A pesar de todo, Timmy comenzó a adaptarse. Los clones de hielo, aunque efectivos al principio, ya no representaban un gran desafío. Con su poder y velocidad, empezó a superarlos.
"¡Bluey está perdiendo terreno!" comentó Charlie, un poco preocupado.
"Sí, pero aún no ha mostrado todas sus cartas", respondió Shin, observando la pelea con atención.
Y Shin tenía razón. Justo cuando Timmy parecía haber encontrado una apertura, Bluey sonrió con confianza. Con un movimiento rápido, su anillo brilló. Al instante, una lanza apareció en su mano. "Recuerda que mi lanza no es común," dijo Bluey con calma, mientras la sostenía con firmeza. "Ya viste lo que puedo hacer con ella contra los hechiceros. No te confíes."
Lanzó la lanza hacia Timmy, y aunque él la esquivó fácilmente, la verdadera sorpresa vino cuando la lanza se multiplicó. Timmy, esquivando las múltiples lanzas, murmuró: "¿ Por qué te gusta crear tantas cosas?"
Bluey río levemente. "Te dije que te sorprendería."
Cuando las lanzas cayeron al suelo, Bluey golpeó la suya contra el piso, y las otras lanzas comenzaron a explotar, enviando ondas de choque hacia Timmy.
"¿Qué demonios es eso?" exclamó Timmy, rodeado por explosiones. Aunque intentaba moverse con agilidad, cada explosión lo forzaba a retroceder.
"Es el poder de Draupnir," explicó Shin con admiración, señalando el anillo en la mano de Bluey. "Ese anillo le permite crear lanza y multiplicar lanza y hacerlas explotar. Si no se tiene cuidado, puede causar mucho daño."
Mientras tanto, Bluey aprovechaba la distracción para acorralar a Timmy con ataques directos de la lanza. Pero Timmy, viéndose presionado, se detuvo un momento y gritó: "¡No me tomes a la ligera, Reina de Hielo!"
Mientras tanto en las gradas "¡Mamá está ganado bluey!" gritó Bingo pequeña emocionada, abrazando a su prima Muffin.
"¡Pero Timmy es súper fuerte! ¡Mira, va hacia las explosiones!" exclamó Bluey pequeña, saltando de su asiento.
Trixie, riendo al ver la emoción de las niñas, comentó: "Bueno, parece que el público ya eligió a sus favoritos."
Mientras tanto, el hechicero, que había estado observando en secreto, estaba cada vez más inquieto. El poder que ambos combatientes mostraban lo hacía sentir insignificante. Sabía que no podía escapar sin ser detectado, pero tampoco podía intervenir sin ser destruido en el proceso. Se mantuvo oculto, esperando un momento más oportuno para actuar.
Bluey observó, algo desconcertada, cómo Timmy se metía en medio de las explosiones que ella había generado con Draupnir. Pero antes de que pudiera reaccionar, algo dentro de ella la hizo crear instintivamente una pequeña barrera de hielo. Fue en ese preciso momento que Timmy emergió de las llamas, dándole un fuerte puñetazo en el lado derecho de su rostro, enviándola a volar por el aire.
Los clones de hielo de Bluey actuaron rápidamente, socorriéndola antes de que impactara en el suelo. Mientras tanto, ese breve respiro le permitió a Timmy concentrarse lo suficiente para reunir más energía y finalmente activar su magia.
Bluey, aún adolorida por el impacto del puñetazo, esbozó una sonrisa. "Hace tiempo que no me divertía así..." comentó con una mezcla de dolor y entusiasmo. Sin embargo, cuando volteó hacia Timmy, su expresión se tornó furiosa al notar que ya no estaba dorado. "¡¿Qué te crees, Timmy?! ¡¿Por qué no sigues dorado?!", gritó frustrada.
Timmy, con una expresión de satisfacción, respondió mientras se preparaba. "Ya descubrí que todas tus creaciones absorben mi ki... así que, a partir de ahora, no te daré más de mi energía. Apostaría a que sabías que no había estado atacando con fuego por eso mismo, ¿verdad? No me dejaste espacio para recuperarme."
Bluey, visiblemente molesta, adoptó una actitud burlona. "Entonces... ¿estabas cansado, eh?" dijo con una sonrisa.
Timmy, sin perder la compostura, respondió con una sonrisa confiada. "Sí... pero esta vez, las cosas se van a calentar de verdad."
En ese instante, la punta de sus dedos se iluminó en llamas, y un aura de fuego comenzó a rodear su cuerpo. "Vamos," murmuró con una sonrisa desafiante.
Las niñas, que habían estado observando con emoción creciente, no pudieron contenerse. "¡Mira, Bluey está volando!" gritó Bingo pequeña, señalando a su hermana mayor con admiración.
"¡Pero Timmy tiene fuego en las manos! ¡Va a ser increíble!" añadió Muffin emocionada, abrazando a Socks, que apenas podía entender lo que estaba sucediendo.
El ambiente se había vuelto electrizante. Los espectadores observaban cómo el duelo llegaba a un nuevo nivel de intensidad. Bluey, aún furiosa, se preparaba para su próximo movimiento, mientras Timmy, rodeado de llamas, estaba listo para contraatacar.
