No puedo apartar los ojos de la escena, en un momento se sueltan y Elliot le empieza a cantar una estrofa y ella se ríe mientras lo mira hipnotizada, luego la música termina y empieza otra, ellos siguen en esa burbuja personal que armaron, con cada beso que se dan mi corazón se rompe por pedazos, parezco una masoquista, pero la verdad es que no puedo apartar la vista, siento mi rostro húmedo y las lagrimas caen una a una sin que pueda detenerlas, el pecho me arde, siento que el calor me va a devorar, una mano se posa en mi hombro, sobresaltada giro y veo que es Christian quien está parado a mi lado su rostro esta crispado, creo que hasta triste diría yo.

-Lo siento Ana – es todo lo que me dice y con eso logra romperme en mil pedazos, un sollozo que sale de mi pecho me hace doblar y Christian me toma del brazo para que no caiga, me cubro la boca para acallar mi llanto, pero creo que nadie en este lugar va a escuchar nada, todos están bailando disfrutando, ajenos a mi dolor.

No sé cómo pero cuando levanto la vista estoy en el auto de Christian y estamos frente a un semáforo, él está tipeando algo en su teléfono, no sé como llegue aquí, pero tampoco no puedo decir nada porque el llanto no cesa, los sollozos quieren salir, me queman la garganta y siento que voy a desfallecer.

Christian me pone una mano en la rodilla y me da un apretón, sé que es su forma de tratar de calmarme, pero sinceramente no lo consigue, abro la puerta del auto, no sé donde estoy, miró desesperada para correr, pero no se a donde ir.

Christian me toma del brazo –a donde iras? – es todo lo que me dice, lo miró y niego con la cabeza, él me hace un asentimiento y se estira para cerrar la puerta, luego escucho el bloqueo y se pone en marcha.

-por favor ponte tu cinturón – me pide de una forma amable, sin responder lo hago, creo que es la primera vez que es tan amable conmigo.

-Te busque al momento que me di cuenta de lo que ocurría en la pista, quise evitarte el mal rato, pero lastimosamente llegue tarde.

No digo nada, miro por la ventana mientras maneja hacia un destino que no sé.

-Siento que te enteraras así Ana, me hubiese gustado que lo supieras de otra manera.

-Saber qué? - digo con voz ahogada y ronca

-Que Elliot está enamorado de Kate - Christian me mira de reojo y siento que mi rostro se descompone en una mueca de dolor, y las lágrimas caen sin parar-y creo que a ella tampoco le es indiferente - miro por la ventana y me cubro nuevamente la boca, tratando de evitar los sollozos, pero es en vano, mi cuerpo convulsiona con cada uno, termino tapándome el rostro y negando, lo único que mi cabeza dice es Elliot ama a Kate.

Cuando el auto se detiene mis lágrimas ya caen silenciosas no hay espasmos, solo lágrimas, Christian sale del auto y me viene a abrir la puerta, no puedo mirarlo a la cara por lo que salgo con la cabeza gacha, pero al levantar la vista y mirar alrededor no reconozco el lugar donde estoy, Christian me guía de la mano, la verdad no protesto pues no tengo fuerzas, subimos a un ascensor y todavía me lleva de la mano, miro su agarre pero su mano se convierte en la mano de Elliot asiendo la de Kate.

El elevador se abre con un ping y se puede ver un recibidor blanco ydetrás de las puertas principales un gran salón.

-Dónde estamos? - pregunto con la voz ronca de tanto llorar.

-En mi casa, mi dpto., No quise llevarte a la tuya pues...

-yo iba a pasar la noche en lo de Kate.

- si lo supuse porque Mía haría lo mismo, y pensé que después de lo de hoy no tendrías ganas de ir a lo de Kate y volver a tu casa implicaba que tu madre te interrogue o ellas vayan a buscarte.

Debo reconocer la razón en su lógica, le hago un asentimiento con la cabeza y parece que él suspira aliviado...qué?

-Gracias - le digo sinceramente y me ganó una sonrisa tímida.

-No es necesario dar las gracias.

-Ok - no digo más, solo miro en silencio el lugar.

- Te haría un tour, pero no creo que estés de ánimo para recorridos.

Solo niego con un gesto, camino hasta el ventanal mientras me abrazo el cuerpo como tratando de protegerme, desde su casa se puede ver la ciudad, es impresionante y bello. Christian se para tras de mí, a una distancia prudencial, no me pregunta nada ni me presiona para hablar... Se lo agradezco.

-podría pasar al Baño? –no lo digo en voz alta, pero sé que debo verme espantosa

-Claro... - Christian me acompaña hasta el baño que hay en el costado del salón, al cerrar la puerta me miró al espejo, oh Dios, parezco un mapache despeinado que cayó de un árbol y le pisó un tren, empiezo a mirar los gabinetes por si encuentro algo que me ayude, lo único que encuentro es un peine de dientes finos y de 15cm de largo (gran ayuda para mi maraña de cabello) y un gel de ducha, sigo mirando...Eureka! Pañitos de algodón suave, y me pongo a la tarea, humedezco los pañitos con el gel y un poco de agua y me quito el maquillaje, luego pongo un poco de gel en mis manos y me termino de lavar la cara y sacar el resto, uso el mini peine para cepillar mi cabello por parte, me va a llevar toda la vida, gracias a Dios encontré una goma en mi bolsillo, cuando por fin el cabello está desenredado, me hago un rodete alto, me lavo una última vez la cara para quitar cualquier resto de jabón y luego me seco el rostro con una toalla suave que encontré.

Tengo los ojos rojos e hinchados, la nariz roja, los labios gruesos y me siento ridícula con esta blusa, pero levanto los hombros y digo es lo que hay, salgo del baño y me encamino nuevamente hacia la sala, la verdad casi me pierdo, este lugar es inmenso.

Al llegar a la sala sobre la mesita de te, hay una taza que humea, me acerco a ella y la huelo, es una mezcla de menta, miel y manzanilla, la pruebo y es riquísima, con la taza en mano me acerco nuevamente a la ventana, desde esta altura todo parece moverse en cámara lenta, es como si el tiempo se detuviera, al pensar eso me acuerdo, reviso mi cel. y son pasadas las 3 de la mañana, no hay mensajes de Kate, Mía o Robbie.

- Les escribí un texto avisándoles que estabas conmigo - me giro y Christian viene caminando hacia mí con una taza en su mano, se ha cambiado tiene un pantalón de franela y una camiseta, insisto, estoy A con esta blusa.

- A quien?

- A Elliot y a Robbie, ellos les avisarán a Kate y Mía.

- Ok - digo y giro la cabeza nuevamente al vidrio.

Christian (POV)

Dios es exasperante esta mujer, su conversación se reduce a 2 letras mínimo y diez palabras máximo.

-Les dije que te sentías mal y que te saque para que tomes aire.

Solo asiente con la cabeza y no me mira, es insoportable... Pero así todo me tiene loco. La observó desde aquí y no puedo quitar los ojos de su espalda, esa blusa me enerva y a la vez me fascina, puedo ver (al igual que todos) partes de su piel que jamás vi, y ese jeans, por Dios, sus curvas son increíbles, sabe esta mujer lo bella y sexy que es?

- Tú sabías que yo estaba enamorada de Elliot? - y eso es un balde de agua fría...

-Sí – le contesto y no dice nada más, parece catatónica, no pensé que era tan profundo lo que sentía por él, moriría por saber qué pasa por su cabeza.

- Elliot lo sabe?

- No, no lo creo - estoy seguro que no, Robbie me lo contó la noche que Elliot nos confesó que estaba enamorado de Kate, él estaba preocupado por Ana, sabía que eso sería un golpe para ella - quieres sentarte?

Sin decirme nada, se mueve hasta el sofá y se sienta juntando las piernas bajo su cuerpo, está con los ojos hinchados, el cabello en un rodete sin maquillaje, y de igual manera me parece bellísima. Deja intacta su taza de té sobre la mesa

Me siento frente a ella, su mirada fija en su tasa, quisiera saber qué piensa.

-Gracias por sacarme de ahí y traerme aquí, eres un buen amigo Christian - me dice y me mira fijamente, podría perderme en esos ojos azules - y gracias por el té, tiene un aroma delicioso, pero sinceramente como estoy me apetece algo más fuerte.

- Claro Ana. –me levanto y voy hasta la barra de tragos que tengo, sirvo en un vaso alto, hielo, tequila y margarita mix, es lo que ella estaba tomando el club, cuando vuelvo junto a ella veo que está tratando de acomodar su blusa, en su rostro veo molestia. Le entrego el vaso y no puedo evitar la sonrisa que se forma en mis labios.

- Que es lo gracioso? - me pregunta con cara de pocos amigos.

- Tú...

Se le crispa la cara – que? ahora mis dramas son tu entretención principal? – su tono es agresivo.

-No Ana, Claro que no, me pareció simpático nada más la forma en que arreglabas tu blusa, se nota la incomodidad que sientes con esa prenda.

Me mira sorprendida y luego se mira la blusa y sonríe, - tienes razón – me dice pero después su cara cambia a tristeza nuevamente.- Desde cuando sabes que estoy enamorada de Elliot? –

- 4 meses, pero sé que lo amas desde niña.

Se cubre la cara, debajo de sus dedos veo su rostro enrojecer.

- Debes pensar que soy patética

- No, claro que no – le retiro la mano del rostro – solo que no entiendo cómo fue que te enamoraste de él ni cuándo.

Me mira y sonríe

- Te acuerdas cuando íbamos todos juntos a acampar en las vacaciones, cuando tú papá, el papá de Elliot y mi papá nos llevaban por tres días a todos a las montañas?

Hago una afirmación

- bueno, cuando teníamos 13 años, mi mamá me obligó a ir, yo no quería ya que con Mía habíamos programado ir al estreno de Piratas del Caribe - la miró con una mueca divertida - Cállate, Johnny Dipp es sexy, - en realidad me molesta el comentario pero me callo - en fin, me enoje tanto porque mamá me obligo a ir que todo el camino no hable, no importaba lo que me decían, no quería saber nada, más que nada porque Mía se enfermó y no pudo ir...

-Ah cierto ya recuerdo, le dio intoxicación alimentaria mamá tuvo que quedarse con ella.

- Exacto, bueno, te acuerdas que en un momento dado desaparecí del campamento?

-Sí...

- Me había enojado tanto con mamá que decidí huir, tome una cantimplora, un poco de comida y una bolsa de dormir, mi idea era volver sola a casa.

- Ana...- digo como reprimiéndola.

- Era una niña Christian, y aparte iniciaba mi adolescencia, por supuesto que hice estupideces, todavía las hago, en fin, me fui y empecé a escalar porque según yo si cruzaba la montaña, llegaría a la carretera y de ahí a casa. Cuando hacía no se cuanto tiempo de caminar, tropecé en un borde de la ladera que daba a un peñasco, casi me caí, pero me sostuve por una rama, solo que en el esfuerzo perdí mi mochila y con ella, mi agua, mi comida, linterna, mapas, todo, lo peor era que estaba empezando a atardecer, ya empezaba a sentir frío y no tenía idea de dónde estaba.

Sus ojos se pierden en el recuerdo.

-Te juro me sentía desolada, no tenía idea hacia dónde ir, empecé a caminar pero me caí un poco cuesta abajo, me golpee los codos y las rodillas, me raspe las palmas de las manos, las rodillas y el rostro, estaba perdida y empecé a llorar ahí tumbada en el suelo, no sé cuánto tiempo paso pero un rato después sentí una mano en el hombro, levanté la cara y vi que Elliot me miraba preocupado, me preguntó si estaba bien, me ayudó a levantarme, de su mochila saco un paño y lo embebió de agua, me limpio la cara, las manos, parte de mis heridas y me dejó llorar en su hombro, me dijo que vio cuando salí y decidió seguirme ya que sabía que mi sentido de la orientación no era el mejor, le conté lo que planeaba hacer, y no se rió de mí, me escuchó y me aconsejó, y cuando me vio más calmada me llevo al campamento, me prometió que nunca le contaría a nadie lo que pasó, si yo le prometía que siempre que tuviera un problema acudiría a él. Después de eso nos volvimos mejores amigos, yo acudía a él para todo y así me enamoré de él, como tonta.

Ana me mira con esos ojos brillantes al terminar su historia y no tengo corazón para decirle que Elliot también se enamoró de ella en esa época y que estuvo así por varios años, pero que debido a que nunca ella dio señal de nada él empezó a mirar a Kate.

- Le vas a decir a Elliot lo que pasó hoy.

- No, siempre que prometas que acudirás a mí para lo que necesites - y esto hace el truco y me regala una sonrisa - pero enserio, si necesitas algo...

- Gracias Christian, al final resultaste un gran amigo enserio.

Nos quedamos en silencio cómodo, ella empieza a beber la bebida que le traje, no le puse mucho alcohol, pero con lo que ella ya tiene encima creo que no necesita demasiado, ella tiene la mirada perdida y yo me empapó de su belleza, como decirle, después de lo que acaba de confesar, que yo estoy loco por ella.

Mira la pantalla del celular y empieza a deslizar su dedo por la misma, no me dice nada y yo entonces consulto mi reloj y es casi las 4 de la mañana - Seguro tienes sueño, te preparo una habitación? - no me mira pero se muerde el labio, esa es su marca registrada cuando esta maquinando algo, es tan sexy.

- Christian podrías preguntar a Elliot si él dejó a Kate en lacasa de sus padres con Mía?.

Suspiró, sé que no debo hacerlo pero la tristeza de sus ojos me hace flaquear.

* Ell, siguen en el club?* Mientras él me responde nos quedamos en silencio, varios minutos después..

* Chris, no, ya salimos, a Mía la llevó Robbie, yo acerqué a Kate a su casa.*

- Dice que él llevo a Kate a su casa, Mía se fue con Robbie a casa de mis padres.

- Le puedes preguntar si Audra estaba despierta cuando llegaron.

Aunque me parece medio estúpido por la hora, decido igual preguntar, varios minutos después me llega la respuesta.

* No hombre, estaba durmiendo, la casa estaba en silencio.*

Al decirle a Ana el contenido del mensaje, lágrimas nuevamente empiezan a correr por su rostro, y yo estoy totalmente perdido, de un golpe bebe todo el contenido del vaso y luego lo deja en la mesa, no entiendo que pasa, hasta que ella levanta su teléfono y me muestra la pantalla, una publicación en su muro, me acerco a ver y es una foto de Audra, Grace (mi madre) y Carla abrazadas, la foto es en el patio trasero de los Kavanagh ya que ve la piscina de fondo así como el pilar que tiene un reloj gigante de madera que está marcando las 3:30hs.

- La foto puede ser de otro día Ana - Toca la pantalla y se puede leer una inscripción que está debajo.

"Celebrando la graduación de nuestras niñas".

Me quedo mudo, Elliot me dijo que dejo a Kate a las 3 en su casa, sé lo que Ana se imagina.

-Ana...

- No importa Christian - se levanta y se pasea por la sala, le sigo el paso. Se para frente al ventanal y mira la ciudad, se abraza el cuerpo como protegiéndose, me paro a su lado, la verdad no sé qué decirle.

- Generalmente - se seca las lágrimas con el dorso de la mano - ni me suele importar que Kate destaque más que yo, admitámoslo - se gira y me mira - ella es despampanante, tiene un cuerpo para morir, cabellos rubios, altura, y es bellísima, pero en esta ocasión, solo en esta me hubiese gustado que yo destacará en vez de ella, me hubiese gustado que me viera a mí y se volviera loco.

- Ana...

- No, en serio Christian, tan difícil es encontrarme atractiva?, cuesta tanto que un chico por una vez en la vida me vea a mí y no a ella…?

Y no lo resisto, en un movimiento la tomo del cuello y le estampo un beso, ella no se resiste, cuando la suelto me preparo para la cachetada, pero no llega.

- Eres muy dulce Christian, pero sé que es un beso por lástima.

- Ana - la tomo del rostro - tú eres preciosa, eres única, tienes algo que vuelve loco a los hombres - se ríe irónicamente y trata de desviar la vista, pero sostengo su rostro en mis manos y le hablo con vehemencia - aunque no me creas, te estoy diciendo la verdad, eres hermosa, no solo por fuera, tienes un corazón de oro y el alma de un Ángel, que alguien no lo note o que incluso Elliot no se de cuenta de eso, simplemente lo hace un tonto y no merece un minuto de tu atención.