Son las 10 de la mañana y hemos recorrido la mitad de Seattle, estoy buscando departamento para mudarme, Mía está cansada, ya que me dijo que es la última vez que acompaña si no le compro algo de comer, nos detuvimos en una cafetería y compramos unos sándwiches, pero yo estoy súper entusiasmada quiero continuar
-Por favor Ana, dame un respiro – me dice Mía desparramándose en el sillón del restaurante tomando su jugo.
-Todavía nos faltan 3 sitios.
Voltea los ojos y ataca su bocadillo, debo admitirlo no he encontrado nada que me guste.
Empiezo a teclear buscando otras opciones, hasta que encuentro uno que está muy cerca del café donde estamos solo que la inmobiliaria no abre domingos, veo las fotos y la verdad me encanta el sitio.
-Mía una última parada, no podremos ver el departamento pero quiero ver el edificio
Y aunque me mira escéptica, engulle lo último que le queda y se levanta conmigo.
Cuando llego a casa estoy muerta de cansancio, lo único que quiero es darme una ducha y acostarme, hoy en todo el día no hable con Jack, según vi su ultima conexión fue anoche, pero no sé si sigue en NY o donde diablos esta.
Luego de darme una ducha miro la hora son las 4 de la tarde en Seattle, ósea las 9 de la noche en NY, disco su número y luego del 3er timbre me atiende somnoliento.
-Hola Ana…. – su voz se escucha apenas.
-Hola, como estas? No he sabido nada de ti.
-Lo siento amor, he estado acostado todo el día no me siento bien – y la verdad su voz es ronca y muy débil.
-Fuiste a urgencias?
-No, la verdad no tengo fuerzas para salir de la cama, tengo frio, creo que tengo fiebre, y me duele todo, es una gripe creo.
Me quedo en silencio, la verdad estoy muy preocupada por él, sé que está en un dpto. solo en NY.
-Quieres que vaya hasta NY a estar contigo?.
-Cariño – me dice con suavidad – eres tan linda, pero no hace falta.
-En serio, me tomo el próximo vuelo.
-No, mañana seguro amaneceré bien (se escucha que aleja el teléfono y tose un poco), solo me hace falta reposar, voy a pedir una sopa de pollo, unos analgésicos y te prometo que te llamo mañana, perdón por hoy no poder hacerlo, no estaba con fuerzas.
-Perdóname tú a mí porque estás ahí solo.
-No es tu culpa amor, tú tenías que estar en Seattle, se entiende porque no estás conmigo,
-Bueno, te dejo descansar, me llamas mañana?
-te lo prometo, te a…llamo, cuídate…
Y la línea se corta y me quedo super preocupada y culpable, yo debería estar con él.
Estoy acostada en la cama, hace una hora corté con Jack y la verdad estoy bastante intranquila, un golpe en la puerta me distrae de mis pensamientos, luego esta se abre y veo que entra Robbie.
-Mamá me dijo que desde que llegaste, no has salido de tu habitación, todo bien?
-Sí, solo no tenía más ganas de bajar – viene caminando hasta mi cama y se acuesta a mi lado, empieza a mirar lo que yo, y estoy viendo una película que ni recuerdo de que trata.
Cuando se da cuenta que no estoy concentrada en la película me saca el control y pone la tele en silencio.
-Que sucede Ana? – me pregunta serio.
- Estoy preocupada por Jack, lo llamé y no lo escuché bien, y él está solo.
-tan enserio va la cosa con él?
Lo miro como estudiándolo.
-Que es lo que quieres saber Rob?
-Estas enamorada? – y la pregunta me toma por sorpresa, me quedo callada más de la cuenta – porque dudas?
-No lo se.
-Vivías con él – me dice enojado y volteo los ojos.
-Rob, ya no soy la niña que piensas, en serio.
-no evadas la pregunta
-No, Robbie, no estoy enamorada de Jack.
-y porque vivías con él?
-No sé, en la última etapa de mi estadía me sentía sola, si bien estaba feliz por estar en Italia, sentía que había un hueco en mi pecho, intente llenarlo con Jack, pero él no era lo que yo pensaba, y al vivir con él me di cuenta. Solo que ahora él está solo y lejos, y él no tiene a nadie, solo a mí, no tiene familia, no tiene muchos amigos, soy solo yo.
Rob no me dice nada y se queda en silencio, un poco después suspira – lo siento Ana, me cuesta creer que ya eres una mujer, te sigo viendo como mi pequeña hermanita, pero debo hacerme a la idea.
Me recuesto en mi hermano – tonto, obvio tengo que crecer, cosa que ya hice hace mucho, te agradezco que me veas así, en serio, pero necesitas calmarte
Me da un beso en la cabeza y me rodea con un brazo – lo sé y prometo comportarme, cuando viene tu novio?.
-No lo sé, tenía muchas cosas que resolver en NY.
-Quieres ir a verlo?
Lo miro con duda – la verdad me preocupa un poco, pero conseguiría vuelo para mañana recién probablemente, y él me dijo que tal vez mañana estará mejor y…
-Ana – me dice firme mi hermano – quieres o no verlo – lo miro a los ojos y veo resolución en su mirada.
-la verdad sí.
Rob se levanta de la cama – prepara una maleta pequeña, solo lo básico y tienes que estar lista en 10 minutos.
-Qué?
-sin preguntas, haz lo que te digo, AHORA! – brama esa última parte y sale de mi habitación, dudo un segundo y me levanto de la cama como un rayo a hacer lo que me dijo.
1 hora después.
Estoy a bordo del avión privado de Christian, no tenía idea que él tenía un avión privado, al parecer su empresa es una de las más importantes del país, y él es uno de los hombres más rico y exitoso de EEUU, en el viaje me acompañan Mía y Rob, Christian no pudo venir, y la verdad agradezco su ausencia, él me perturba mucho, según mis cálculos esteremos llegando a NY a las 6 de la mañana hora local, estaremos molidos por el Jet Lag, pero no importa, por lo menos podre cerciorarme de que Jack esté bien.
-Ana estás bien? – me dice Mía se sienta frente a mí y me toma las manos.
-Sí, gracias por venir – me da un suave apretón.
-No tienes nada que agradecer, para eso estamos - en eso viene Rob y se sienta al lado de Mía.
-bueno, llegaremos en 6 horas, Christian me dio la llave de su departamento, podemos quedarnos… - me mira serio y luego carraspea un poco – Mía y yo nos quedaremos ahí, y esperaremos tu aviso para volver.
Le sonrío a mi hermano y le doy un abrazo – eres el mejor hermano del mundo, gracias.
-No tienes nada que agradecer, ahora tratemos de dormir, es un viaje largo.
Me acomodo en la silla y miro por la ventana, a decir verdad no tardo mucho en quedarme dormida.
Me despierto cuando siento una mano en mi hombro.
-Ana, estamos por aterrizar, ponte el cinturón.
Totalmente zombie hago lo que Mía me pide, el vuelo me noqueo totalmente, luego de varios minutos aterrizamos, juntamos nuestras cosas y bajamos al aeropuerto, Robbie se queda rezagado hablando con el piloto, luego nos sigue, después de todo lo riguroso del embarque salimos a la ciudad, Rob nos guía hasta un auto, me dice que es un chofer que Christian nos puso para trasladarnos, Dios, tengo tanto que agradecerle, y así lo hago en cuanto le digo la dirección al chofer, se que probablemente estará durmiendo, ya que es pasada la media noche en Seattle pero igual le envío un whatsapp luego de que Mía me diera a escondidas su número.
Christian POV
La lluvia cae sin parar desde hace una hora, no puedo conciliar el sueño, estarán por llegar o ya llegaron a NY, sinceramente no sé porque pero los celos y la rabia me consumen, cuando Rob me llamó esta tarde aunque quise no pude negarme, no tenía escusas más que Ana no viera al tipejo ese, pero como esa no es una escusa valida, tuve que callarme y acceder, me preguntó si quería acompañarlos y a decir verdad quería hacerlo, pero me contuve, no sé como hubiese reaccionado si los veía juntos, aparte ella va para estar con él, cuidarlo, sería una tortura.
Siento que mi bolsillo vibra, tal vez es Rob avisando que ya llegaron, enciendo mi pantalla y un número que conozco tan bien, me envía un mensaje. Amo la foto de su perfil, es ella sentada sosteniendo un sombrero en su cabeza, la foto es en blanco y negro y me encanta porque su sonrisa es tan sincera.
A: Gracias Christian, no sabes lo que significa tu ayuda para mí, sinceramente desde el fondo de mi corazón, gracias, como siempre no merezco tu amistad.
Leo esa última parte y mi corazón se hunde, me termino el trago de una vez y bajo el vaso sobre la mesa, me preparo para teclear hasta que escucho una voz que me llama.
-Chris, vas a venir a la cama?
Levanto la vista y Leila esta parada en la puerta, solo lleva una camiseta mía, se quedo este fin de semana conmigo, estamos planteando la idea de vivir juntos, y sinceramente es más difícil de lo que pensé.
-En un minuto
-Vamos, es media noche, lo que sea, puede esperar – y se acerca y me rodea el cuello con las manos y me digo a mi mismo que ella tiene razón, dejo el celular en el escritorio para evitar la tentación y la sigo de la mano hasta la cama.
