Christian (POV)
Ana salió corriendo, literalmente, y eso me hace sonreír, sé que la afecto, me di cuenta por su lenguaje corporal y por el maravilloso color rojo que cubrió su rostro, ella es tan tierna, y sin proponérselo siempre me hace sonreír.
Enciendo mi auto y me dirijo a mi dpto. es inútil mentirme a mí mismo, en todo este tiempo, jamás la olvide, todo fue una distracción hasta que ella volvió, y puso mi mundo patas arriba, no quiero estar con nadie que no sea ella, y estoy seguro de que ella también siente algo por mi, el beso de anoche, la electricidad que recorre mi cuerpo cada vez que nos tocamos, su mirada, es todo, no puedo seguir mintiéndome y lastimando a Leila. Cuando llego al dpto. está a oscuras, Leila tenía algo que hacer por suerte, voy directo a mi habitación y tomo una ducha, debo hablar con ella, no puede pasar de hoy.
Horas después...
Es casi media noche cuando Leila regresa, la estuve esperando, ni aunque hubiese querido no habría podido dormir, tengo que terminar con esto cuanto antes, ni Leila ni Ana se merecen esto.
-Cariño... - me dice Leila sonriendo y viene caminando hacia mí – me esperaste – intenta darme un beso pero la esquivo de la forma más amable que puedo, ella cambia automáticamente su rostro – sucede algo?.
-Tenemos que hablar – y esa sola oración hace que su rostro se crispe totalmente, baja sus brazos y veo las lágrimas formándose al fondo – Leila...
-Me vas a dejar verdad? – dice con la voz cargada de llanto y dolor y la verdad me siento como una basura – es por ella verdad? Por la hermana de tu amigo.
La miro sorprendido.
-No pienses que no me di cuenta – dice y se aleja de mi, su voz esta bañada de dolor – vi como la miras, vi como te iluminas cuando la ves, pensé que tal vez estaba loca, celosa, pero ahora no lo dudo, es por ella verdad?
-No, Leila, Ana no tiene nada que ver
-No?, crees que no me di cuenta Christian, cambiaste desde el momento que ella volvió, te volviste frío, distante, me ignoraste – y luego su rostro cambia y abre los ojos sorprendida – es ella verdad? – las lagrimas ya bañan su rostro y me siento el peor hombre del mundo – es la que te rompió el corazón verdad?
-Leila...
-NO TE ATREVAS A MENTIR – grita
-Leila por favor... - intento alcanzarla pero se aleja
-No me toques – dice y se abraza – eres un idiota, la misma mujer que te hizo tanto daño, la que te volvió un hombre difícil de alcanzar, es la misma que ahora hace que termines tu relación?
-Ana no es...
-BASTA! – dice gritando y llorando – SÉ HOMBRE Y ADMITE QUE ELLA ES LA CAUSA DE QUE ME ESTÉS DEJANDO!
La miro un segundo y debo ser sincero – yo estoy enamorado de ella. Y con eso Leila descompone su rostro y empieza a llorar, se cubre la cara y niega con la cabeza, ahora si me siento la peor persona del mundo. Intento caminar y como si sintiera mi proximidad, se aleja varios pasos hacia atrás, luego quita sus manos de su rostro y me mira un odio, mira a su alrededor hasta que encuentra su cartera y acerca hasta el sillón y la toma.-Leila por favor...
-DÉJAME EN PAZ, NO TE ME ACERQUES!
me dice y se va corriendo, llorando y sale por la puerta, la sigo, pero cuando llego afuera, ya se está cerrando la puerta del ascensor, maldita sea. Llamo al otro ascensor, pero tarda una eternidad en venir, cuando por fin llego abajo, antes de poder salir por la puerta, la veo subir a un taxi. No pude hacer nada, llegue tarde, se marchó, todo fue un desastre, no pude explicarle nada, me siento terrible, nunca fue mi intención lastimarla, pero ya no podía seguir sosteniendo esta relación, estoy enamorado de Ana, esa es la verdad, y quiero estar con ella, no quiero seguir engañándome, y sé que Ana también siente algo por mí. Estoy de vuelta en mi departamento, mientras subía en el ascensor, llame varias veces a su celular, pero me daba directamente contestador, resignado a no poder hablar con ella, lo guardo y me dirijo a mi habitación, mañana intentaré localizarla, estoy seguro que volvió a su dpto. pero prefiero darle su espacio, capaz mañana este más receptiva a hablar.
Dos semanas después
ANA (POV)
Hoy se firma el contrato con café Conrad, la cafetería de John, lleva el nombre de su padre, por eso se llama así, el contrato lo hizo Rob y el equipo legal de él lo verifico y dijo que todo estaba en orden, ya no nos reunimos con él, está muy ocupado en NY por lo que le fue difícil volver, pero envió a su hermana, que es su socia comercial, y con ella hicimos la firma del contrato y Mía diseño la campaña publicitaria.
Mientras estoy en mi oficina verificando los documentos y haciendo las proyecciones siento que mi celular vibra, lo reviso y veo que es un mensaje de Christian, consulto la hora y según mis cálculos son las 02 de la mañana en Tokio, hace dos semanas prácticamente que él está ahí, se fue al día siguiente del incidente con Kate, fue un viaje imprevisto y urgente, que tuvo que atender él personalmente ya que Ros no podía. Mia me dijo que Christian le había preguntado si no habló con Leila en estos días, al parecer él se fue y ellos estaban enojados, intente preguntarle por ella las veces que hablamos pero lo único que me dice es que necesita hablar conmigo en persona, y que lo haremos cuando vuelva, y la verdad me aterra, tengo miedo que me cuente que se va a casar, el teléfono vuelve a vibrar y abro el whatsapp
C: Buenos días, como estas? Que tal la firma del contrato?...
C: estas ahí?
A: Buenos días para ti también, o siguen siendo buenas noches? Que haces despierto? La firma estuvo bien, vino la socia del cliente.
C: estoy saliendo de una reunión, todo lo que se dice de los japoneses es cierto, viven trabajando, estuvimos casi 10 horas debatiendo.
A: no te creo, seguro estas en una fiesta y para disimular finges reuniones.
Al momento de la confirmación de lectura, me salta una vídeo llamada, sonrío, atiendo la llamada y veo a Christian desanudando su corbata y en el fondo se ve un cuadro y la cabecera de la cama, su rostro refleja cansancio.
-Como siempre ansioso – le digo y sonrío, él también sonríe.
-A las pruebas me remito – y hace un plano rápido de su habitación – como veras, estoy en mi cuarto de hotel.
-Acabas de llegar de la fiesta y estas tratando de disimular. - Sonríe y se recuesta en la cama, se pincha un poco el puente de la nariz.
-Ojala fuera una fiesta, estos japoneses son intensos, y por su tono de voz parece que siempre discuten, aunque estén hablando tranquilamente.
-Hablas japonés – me mira y sonríe
-Me defiendo
-Me tienes que enseñar – sonríe
-Ok si tú me enseñas italiano.
Sonrió, me siento tan cómoda hablando con él, y la verdad extraño verlo, esta video llamada es una pequeña panacea, pero a mi mente vuelve nuevamente el recordatorio de que tiene novia
.-Has hablado con Leila? – su rostro cambia a serio.
-No – su respuesta es cortante.
-Christian, que es lo que no me estas contando?.
Se incorpora en la cama – si todo sale bien, mañana cierro definitivamente el trato y dentro de 3 días podremos hablar personalmente.
-Me angustia tu actitud.
-Ana – me dice y acerca más el teléfono a su rostro –lo último que deseo es eso, pero lo que tengo que hablar contigo no puede ser por teléfono, por favor, ten un poco de paciencia.
Y aunque no quiero, asiento, luego veo que se friega los ojos, evidentemente está muy cansado.
-debes descansar...
-aunque no quisiera, debo, hablamos en otro momento?
-Ok, cuídate
-tú también – y sin decir adiós corta la llamada, me quedo con un pequeño desazón, la verdad extraño tener una larga conversación con él, aparte creo que él no está enterado de todo lo que ha sucedido aquí. Pongo mi teléfono en el escritorio y mi mente vaga por los recuerdos de estas semanas, Elliot dejó definitivamente a Kate, volvió a la casa de su madre, pero luego se fue a un departamento ya que Elena lo volvía loco para que regresara con su esposa, como lo sé, porque Elliot todos los días viene y camina conmigo hasta mi casa y me cuenta sus cosas.
Kate desapareció, según me dijo mi madre, no soporto que Elliot la abandonara, así que ella y Audra se fueron a Europa para que ella se despeje. La verdad no se las intenciones de Elliot, pero me asustan, yo sinceramente no siento nada por él más que amistad, pero en varias ocasiones lo he descubierto mirándome más tiempo del debido, y aunque nunca más me menciono el tema de una oportunidad, el aire con él algunas veces se siente incomodo. A Mía le cuento todo y es ella muchas veces la que me saca de esa situación incómoda, se que Rob no sabe nada, pero lo último que supe, es que Elliot empezó a tramitar su divorcio y la firma de Rob será quien lo represente.
-Soñando despierta? - Sonrío cuando veo que Mía entra a la oficina. – o Soñando con alguien? – volteo mis ojos, últimamente se le ha metido en la cabeza que Christian y yo debemos darnos una oportunidad.
- como siempre imaginando cosas... - Hace un gesto y se sienta frente a mi
– bueno, la publicidad ya está concretada, ya me reuní con el equipo de arte, también ya pase los bocetos y ahora debo ver las redes sociales, su página de Facebook era manejada por un niño, y ni hablemos de Instagram , tengo mucho para hacer.
-Qué bueno que lo mío son los números.
-Hablando de números, hay un potencial cliente nuevo, pero quiero que Christian examine sus documentos antes de concretar una entrevista, ojala volviera pronto.
-El sábado ya estará por aquí a mas tardar.
-y como lo sabes? – y me sonrojo, Mía sonríe con ironía
– tu no estabas soñando despierta, estabas hablando con él verdad?
-Un poco...
Solo mueve la cabeza.
-No entiendo tu gesto.
-Ana, yo no sé porque pierden el tiempo, evidentemente Uds. sienten algo, el uno por el otro.
- No es perder el tiempo Mía, él tiene novia, esta con alguien y yo estoy confundida.
-Por Elliot?
-No, no hay nada con Elliot, estoy confundida con Christian, no sé qué me pasa con él.
Mía ya no insiste y se lo agradezco, la verdad no quiero hablar de lo que siento o no por Christian.
2 días después.
Christian (POV)
Cuando llego a casa todo está oscuro, Taylor entra con las maletas y las lleva directo a mi habitación, yo lo sigo, estoy muy cansando fue un vuelo muy largo, pero por fin ya estoy en casa, termine todo antes de lo que le dije a Ana y salí directo, lo único que quería era llegar, más porque Leila por fin me escribió y me dijo que tenía que hablar conmigo. Cuando llego a mi habitación veo que Taylor está parado sin entrar, luego gira hacia mí y me da paso, lo miro extrañado y entro a mi habitación y entiendo el porqué se detuvo, veo una silueta acostada en mi cama.
-Christian? -dice una voz somnolienta
-Leila? Y estoy más que sorprendido, ella se marcho incluso antes de que yo viajara, no tuve noticias de ella. Leila se incorpora en la cama y se cubre con las sabanas, me giro a Taylor y le hago un asentimiento con la cabeza, él deja las maletas en el suelo y se retira, se que llamara a Gail por teléfono para avisarle que hemos vuelto, ella se fue de vacaciones en nuestra ausencia. Camino hasta pararme frente a la cama.
-A donde fuiste? –me dice serena y calma.
- A Japón, tenía que cerrar un trato. - Aunque la habitación esta en penumbras veo que asiente
-Seguro estas cansado, vas a acostarte?
-Primero quiero ducharme – le digo tratando de mantener mi voz neutral, ella vuelve a asentir – Leila, no quiero parecer descortés, pero no entiendo que haces aquí. – ella gira y se incorpora, siempre tapándose con la sabana, evidentemente esta desnuda.
-te estaba esperando – camina hacia mí, pero inconscientemente retrocedo ante su avance – necesitamos hablar – me dice más firme cuando se da cuenta.
Asiento – tienes razón, pero ahora estoy muy cansado del viaje, podemos hablar más tarde? - La poca luz que entra por la ventana da directo en su rostro y veo que sonríe.
-está bien.
-ok – tomo mi bolso de mano y me dispongo a salir dela habitación.
- A dónde vas? – se escucha consternada
Me giro y la miro – como tú ya estas instalada en esta habitación, no quiero incomodarte, me voy a otra.
-No te acostaras conmigo?
-No Leila – y salgo sin mirarla y sin decirle más nada.
Varias horas después.
Abro los ojos porque pese a que las cortinas están cerradas la claridad inunda la habitación, me incorporo en la cama y miro mi celular, son casi las 9 de la mañana, y aunque sigo muy cansado, ya no puedo dormir, saber que Leila está aquí para aclararlas cosas y darle un corte, me tiene ansioso, sin contar que quiero ver a Ana, ahora ya no habrá nada que me impida estar con ella.
Luego de darme una ducha bajo a la cocina y ahí encuentro a Leila preparando el desayuno.
-Buenos días – le digo ella se asusta pero me mira sonriente.
-Buenos días, que bueno que despertaste, siéntate por favor. La miro con extrañeza, que diablos le pasa, la última vez que estuvo aquí salió huyendo y odiándome, a que se debe este cambio?, pero decido complacerla, me siento en la isla de la cocina, ella me trae unos huevos revueltos, frutas y café negro, luego se sienta frente a mi pero solo tiene un plato de frutas y un vaso de leche.
-Es todo lo que vas a comer?
Mira mi plato y hace un gesto afirmativo, luego bebe un sorbo de su leche, la verdad no tengo hambre, quiero acabar con esto lo antes posible, solo voy a tomar el café pero antes decido hablarle.
-Leila yo...
-Estoy embarazada Christian – me suelta sin más y yo la miro anonadado.
-Qué?
-tengo 4 semanas de embarazo Christian, vamos a ser padres – me dice emocionada Y yo estoy sin palabras, esto no está pasando,
-Cómo? – es lo que puedo articular.
-tú sabes cómo – me dice en tono de burla.
-Pero nosotros siempre nos cuidamos – mi voz se va apagando.
-yo estuve enferma hace varias semanas, y parece que la píldora perdió efectividad, es lo que me dijo la ginecóloga, quieres ver la ecografía?
Le niego con la mano, esto no es real, esto no puede ser real.
-estás segura?
-si – me dice firme – tengo una ecografía y los análisis de sangre, es muy real - se acerca y me toma las manos – vamos a tener un bebe – me dice sonriente.
Yo retiro mi mano y me levanto, empiezo a caminar por la cocina y me tomo el cabello con las manos, escucho que ella me empieza a hablar.
-Se que la última vez que hablamos en persona yo salí de aquí muy afectada, y estaba segura que no quería saber nada mas de ti, pero cuando me empecé a sentir mal consulte con un medico que me practico todos los estudios, y descubrí esta hermosa noticia, un pedacito tuyo y mío creciendo –veo que se toca el vientre con las manos - y supe que no importaba lo que había pasado anteriormente, sabía que cuando supieras la noticia, no serías capaz de abandonarnos. – me mira con firmeza a la cara – es por eso que decidí volver y esperarte – cierra los ojos y suspira, luego los abre y en su mirada veo determinación – te perdono Christian por lo que me dijiste antes de tu viaje, ya está olvidado, por el bien de nuestra familia, hago borrón y cuenta nueva.
-Leila yo no te amo – y su rostro se crispa.-
-Lo sé, pero por el bien de nuestro bebe, estoy dispuesta a luchar por recuperar tu cariño, estoy decidida a conseguir queseamos una familia.
-Leila, yo no quiero formar una familia contigo – se que suena duro, pero sinceramente estoy como ido.
-Como puedes decir eso – dice y empieza a llorar –quieres que me deshaga del bebe?!
-No, claro que no – le digo y me acerco – estoy todavía shockeado con la noticia, pero no quiero eso, solo quiero que quede claro, yo estoy dispuesto a ayudarte y acompañarte, pero Leila yo no puedo estar contigo. Y ella empieza a llorar
– NO NOS QUIERES!
-yo no te amo Leila...
-NO AMAS A TU HIJO? – dice entre llanto, Y no sé que responder, esto era lo último que me imaginaba que ella diría cuando me dijo que quería hablar.-SI TU NO ESTAS CONMIGO... CON NOSOTROS YA NO QUIERO VIVIR, NO QUIERO HACER ESTO SOLA! - dice gritando entre llanto.
-Leila no digas tonterías por favor, piensa en tu bebe.
-NUESTRO BEBE! – me dice gritando - Y SI NO QUIERES ESTAR CONMIGO ENTONCES NO QUIERO VIVIR!
Y se da la vuelta y sale de la cocina corriendo, la alcanzo antes de que llegue a la sala y la abrazo, ella llora desconsoladamente en mis brazos y yo la llevo hasta el sillón para calmarla.
-Shhh tranquila – intento calmarla - no es bueno que estés así.
-No nos dejes – me suplica llorando – no nos abandones a nuestra suerte... - Y no puedo hacer otra cosa que tratar de calmarla
–no lo haré – y ella me abraza con fuerza y yo siento angustia y desespero cuando me doy cuenta de lo que acabo de perder.
