Este es el último capítulo del año. De antemano agradezco las lecturas que han aceptado darle a esta historia, y espero que las siguiente también les merezca el que aprovechen la oportunidad. No soy dueño de Pokemon ni nada parecido, pero supongo que el harem lo hubiese asegurado de ser así xD.
Doctor profesor
Era bastante temprano, incluso más de lo que acostumbraba Sori para madrugar, pero tampoco contaba con un lugar lo bastante cómodo para dormir como quisiese, aparte que se había acostado antes de lo acostumbrado por el agotamiento.
Estando de regreso en el pueblo, Sori avanza a paso firme para dirigirse al laboratorio de su tío. Las calles todavía se veían con poca gente. El sol apenas estaba saliendo, y encima hacía un frío que pelaba, aunque Sori aguantaba como mejor podía.
Ai estaba guardado en su pokeball, y lo mismo se podía decir de Wendy, su más reciente adquisición. Sori se acerca a paso rápido hasta el laboratorio hasta que lo tiene a la vista. Era una oportunidad perfecta para aparecer ante su tío y presumir de ser una entrenadora hecha y derecha incluso antes de haber elegido a un pokemon inicial. Como la región apenas había empezado a asimilar el sistema de entrenamiento y batallas pokemon que provenía del exterior, los iniciales no era precisamente únicos de la región. Mucha gente tenía en cuenta que se habían elegido iniciales preexistentes, al menos de forma provisional, así que Sori no podía contar con encontrar a un pokemon desconocido para su experiencia en el estudio o la observación casual.
─ Soria, hija, me alegro mucho de verte ─ aparece un hombre de estatura media y una melena algo desarreglada, junto con unos lentes de montura gruesa de carey, y también llevaba consigo la clásica bata de laboratorio ─ ¿Qué ha pasado? Tus padres pasaron por aquí hace un par de días, preguntando por ti.
─ Estaba entrenando, y de todas manera quisiera evitarlos un rato, y por eso tampoco quise pasar por aquí todavía ─ responde Sori con tono seco.
─ Bueno, eso no quita que me alegra verte ─ el profesor abraza a Sori con fuerza, y luego la guía hasta el laboratorio ─. Ha pasado un año o algo así desde la última vez que te he visto, y puedo ver que has crecido y te has convertido en toda una señorita.
─ Gracias, tío. No consigo escuchar a menudo a personas que me destaquen nada por voluntad propia ─ Sori muestra algo de pesimismo ─. Pero pronto podré cambiar eso. Ya verás que en unas cuantas semanas verás a media región postrándose cada vez que me vea pasar.
─ Se nota que tu entusiasmo sigue imperturbable, aunque supongo que son las típicas ganas de comerse el mundo. En el poco tiempo que llevo aquí he visto a numerosos chicos así, Soria. Ahora ven, que tengo un delicioso y abundante desayuno esperando, y esta vez tengo algo de sobra, por lo que puedes pasar a comer lo que quieras.
Sori veía aquello como un rayo de esperanza, luego de unos cuantos días seguidos viviendo casi exclusivamente de bayas, y encima podría comer caliente, o por lo menos habría café o té humeantes y desprendiendo un aroma que a ella en ese momento le parecería celestial.
Laboratorio
─ ¿Y esto? Pensé que habías logrado establecer tu laboratorio completamente.
─ Ya tengo casi un año en eso, y puedes ver que eso me ha resultado muy cuesta arriba, Soria ─ le responde su tío tranquilamente ─. El papeleo a realizar es interminable, aparte que tengo que recibir un sinnúmero de informes de otros profesores pokemon de distintas regiones para así actualizarme en lo referente al conocimiento moderno de los pokemon, las tecnologías para progresar en lo relativo a la crianza y el cuidado de lo pokemon, innovaciones y mejoras en el campo del estudio y diseño, y el etcétera es larguísimo.
El laboratorio reflejaba de modo fidedigno aquello que el profesor le estaba relatando a Sori. El espacio era bastante amplio, y se notaba el esmero que había puesto al aseo de las instalaciones para así proceder al montaje del laboratorio, pero todavía habían numerosos aparatos todavía a medio instalar, cajas por todos lados, informes amontonados sobre varias mesas, formando esos montones unas torres que llegaban casi hasta el techo, y en las carteleras puestas en las paredes rebosaban los papeles en los que habían advertencias en grandes letras de numerosos reportes por repasar o revistas que tenía que adquirir próximamente, como si no tuviese suficiente todavía. Sori estaba bastante sorprendida por tal nivel de trabajo con el que tenía que lidiar su tío.
─ ¿Un año de trabajo y estudio intenso, y todavía te queda tanto?
─ Y lo que todavía se viene ─ responde él secamente ─. Pero no puedo arrepentirme por ello. Mi modo de vivir anterior hizo posible que estés aquí ahora mismo ─ abre una puerta y presenta a Sori el comedor ─. Ya voy a sacar las cosas que me enviaron para comer. He estado tan ocupado el día de ayer que ni siquiera pude salir de aquí. Dormí aquí anoche, así que mi esposa me llamó y me trajo después el desayuno. Esa mujer es todo un sol.
─ Y que lo digas. Realmente me habría gustado que ustedes fueran mis padres. Puede que ustedes no tengan tanto dinero como mis padres de verdad, pero con ustedes siempre me he llevado mejor, aparte que entre las cosas que ustedes dicen el índice de sinceridad es de más del cero por ciento, a diferencia de...
─ No hables de tus padres así, mi niña ─ el profesor pone una mano sobre el hombro de su sobrina ─. Soria, sé que te llevas fatal con tus padres, y la verdad es que ellos mismo no es que pongan mucho de su parte para hacer más cercana la relación, pero te ruego que no les guardes rencor ─ Sori duda un poco sobre si aceptar esa petición, pero termina accediendo ─. Excelente. Ahora puedes sacar a tus pokemon.
─ ¿Ya sabes que tengo pokemon? ¿Cómo te enteraste?
─ Tu padre me dijo que te regaló un Ralts y que no te gustó, y también me imagino que en este tiempo quisiste aprovechar para atrapar al menos un pokemon más, o de lo contrario ya habrías pasado por aquí tiempo atrás.
Sori se ruboriza un poco, apenada por haber subestimado la capacidad intuitiva y de informarse de su tío. De inmediato saca las dos pokeball y permite la salida de Ai y Wendy. El Ralts se sorprende por lo que ve a su alrededor, mientras que la Dratini se muestra a la defensiva y poniendo mala cara, cosa que Sori ignora intencionalmente.
─ Ellos son Ai, el Ralts que no me gustó, y también está Wendy, una Dratini que capturé apenas anoche, tío.
─ Ya veo, dos pokemon bastante interesantes ─ el tío de Sori toma las pokeballs y las revisa ─. Aunque debo advertirte que sólo tu Dratini tiene un nombre oficial.
─ ¿Qué quieres decir, tío? ─ Sori se empieza a preocupar por la noticia.
─ Para ponerle un nombre o un mote a un pokemon necesitas capturarlo y designarle el nombre de una vez. El tiempo límite para ello son diez minutos. Una vez que decidas el nombre y lo pronuncies ante la pokeball dentro de esos diez minutos después de atrapar a un pokemon, entonces la pokeball registrará el nombre y lo hará oficial ante el sistema central de pokeballs. En caso contrario, pues el nombre que queda es el mismo del nombre de la especie del pokemon atrapado.
─ ¿Y de qué manera se puede cambiar?
─ Ahora mismo no puedes. Puedes seguir llamando Ai a tu Ralts si quieres, pero igual su nombre no aparecerá en los sistemas. Para cambiar eso tendrías que liberarlo de su pokeball e intentar capturarlo de nuevo, o podrías llevarlo con un inspector de motes, los únicos autorizados para aplicar cambios en la denominación particular de los pokemon.
─ Ya veo. Entonces en cuanto pueda lo llevaré con un inspector de motes. Eso de liberar a Ai de su pokeball para volver a capturarlo lo veo un poco sin sentido.
─ En efecto. La producción de pokeballs es costosa, y más para aquellos entrenadores que aspiran a capturar todas las especies posibles de pokemon. Imagínate el gasto que implica usar varias pokeballs para atrapar uno solo, pues no todos querrán dejarse atrapar de buenas a primeras, y de paso se requieren pokeballs más costosos y de mejor calidad conforme el pokemon a atrapar es de mayor nivel o corresponde a una especie más fuerte. El cambio de pokeballs sólo tiene que usarse en caso de que la pokeball anterior esté presentando defectos de funcionamiento.
Sori asiente. La verdad es que tenía en mente el dolor de cabeza que le había significado lo ocurrido la noche anterior. Su tío le devuelve las pokeballs y procede a servir el desayuno, uno que la chica ve con gran deleite. Ai y Wendy se quedan con los ojos bien abiertos ante la variedad de dulces que había para el desayuno, tal era que dudaban que a eso realmente se le pudiera considerar un desayuno.
─ Galletas, bizcochos, crema de chocolate, pasteles... Tío, para haber sido doctor tiempo atrás tienes una manía bastante fuerte por los dulces. Sigues teniendo el mismo vicio de siempre.
─ ¿Era doctor? ─ suelta Ai por accidente, y de inmediato se tapa la boca ─ L-lo siento... No quise ser indiscreto...
─ No es indiscreción, pequeño, jaja. En ningún momento pretendo ocultar mi profesión anterior. Hasta hace apenas un año yo era médico para humanos. De hecho, yo era cirujano. He ejercido esa profesión por bastantes años, y eso que todavía no estoy viejo, jeje.
─ Nunca explicaste la razón por la que dejaste esa profesión. Ganabas mucho dinero con tus intervenciones, eras muy referenciado y no necesitabas que nadie te relacionara con mi padre para ello ─ dice Sori.
─ Simplemente quiero dejarlo en que cambié de vocación ─ le responde su tío con una sonrisa sospechosamente triste ─. Hubo un punto en que atender operaciones ya no me hacía sentir tan realizado, y por esa razón quise retirarme de ese trabajo. Simplemente ya no me siento capaz de operar a nadie.
─ Es una lástima, tío. Tú eras un grandioso médico, si incluso me salvaste la vida una vez cuando era pequeña. Gracias a ti es que estoy aquí.
─ Sí, aunque sé que no recuerdas nada de lo que pasó, jeje.
Ai escuchaba aquello por mera casualidad, pero esas palabras que intercambiaban Sori y su tío le despertaron cierta suspicacia. Recordó de pronto la cicatriz de Sori que recorría la mayor parte de su torso y abdomen. Se sintió tentado a preguntar si era aquello a lo que se refería, pero no quería arriesgarse a hacer enfadar a Sori, por lo que mantuvo la boca cerrada. Wendy por su parte seguía más pendientes de los dulces que de la conversación entre los dos humanos.
─ Pues no entiendo la razón por la que te sientas tan mal. Eres el mejor médico que haya conocido. No sé de nadie que contase con la eficacia que tú mostraste en tu trabajo.
─ Casi soy el único médico que has conocido, Soria. Seguramente cambiarías de opinión si vieses a otros cirujanos...
─ ¡Claro que no! ─ Sori pisa fuerte y lanza una mirada retadora a su tío ─ Me parece genial que seas precisamente tú quien más tarde me entregue un pokemon inicial, pero no puedo aceptar que creas esas cosas de ti mismo. Eres casi el único hombre en todo el mundo que me cae bien, incluso estoy mejor contigo que con mi padre, y no creo que fuese casualidad que me salvaras, ni pienso tampoco que hubiese alguien que lo haya hecho mejor que tú.
─ Soria, de verdad eres una chica bondadosa. Puede que tengas una actitud pretenciosa y caprichosa, pero por dentro eres muy buena.
─ ¿A qué viene eso ahora, tío?
─ A nada, y me disculpo por andar diciendo tantas tonterías, mi pequeña Soria. No es el momento ni el lugar para polemizar sobre si fui un buen médico o no. Lo puntual es que ahora soy el nuevo profesor pokemon de la región, y como tal tengo un montón de trabajo por hacer.
Sori no se sentía conforme. Ai sospechaba que no era la primera vez que algo así ocurría, pese a que ambos llevaran cerca de un año sin verse, pero nuevamente pensó que sería demasiado imprudente de su parte pretender intervenir. Sori tampoco quiso insistir, principalmente porque tenía hambre y ya no le quedaban fuerzas para seguir insistiendo, así que toma asiento y recibe algunos de los dulces que su tío había traído. También Ai y Wendy reciben una ración de los dulces del profesor, aunque no iban a comer en la mesa. Pero eso a los dos pokemon muy poco les importaba, a decir verdad. Mientras tuviesen la oportunidad de tragar, lo demás era accesorio.
Media hora después
─ ¿Has decidido por cuál inicial te decantarás, Soria?
─ No. Ni siquiera sé cuáles son los iniciales que presentan para esta región.
─ Es cierto. La selección se hizo apenas hace tres días ─ el tío de Sori se rasca la cabeza y se ríe de manera socarrona ─. Lo siento, sobrina. Me descuidé con ese detalle y asumí que lo sabrías. Pero no pasa nada, que igual vas a acompañarme y te mostraré los tres pokemon iniciales, y entonces sólo podrás elegir a uno.
─ ¿De verdad sólo uno?
─ No es bueno abusar, Soria. En todas las regiones hay muchísimos nuevos entrenadores que vienen en busca de su primer pokemon para así dar inicio a su aventura, y hace falta contar con pokemon de reserva para todos, tarea imposible si se permitiera que un mismo entrenador tenga acceso a dos o a los tres pokemon iniciales al mismo tiempo. Sería una práctica completamente irresponsable de mi parte.
─ Vaya, eso es desilusionante ─ Sori bufa de decepción ─. Bueno, de todos modos puedo todavía llevarme un pokemon. Estoy lista para ver la selección que hay para mí.
El tío de Sori sonríe ampliamene y saca las tres pokeballs con los iniciales, los abre y muestra los pokemon que allí estaban contenidos: Una Bulbasaur, un Litten y una Froakie. Los tres pokemon en cuestión eran bastante pequeños y se notaban bastante curiosos por la presencia de Sori, Ai y Wendy, algo que generaba cierta ternura en Sori, aunque ella conseguía disimularlo bastante bien. Ai y Wendy en cambio estaban un poco más a la defensiva mientras que esperaban a que los demás hiciesen algo nuevo al respecto. A Ai en particular le había preocupado mucho por lo que fuera a hacer su entrenadora. Recordaba bastante bien la conversación que su entrenadora había tenido con el mayordomo, y justo ahí tenía a los dos pokemon que ella quería. Una vez que Sori eligiese uno, ya él carecería completamente de importancia, tal vez incluso llegando a liberarlo en una zona silvestre, desde donde se acabaría definitivamente el camino de Ai por buscar a su hermano.
─ Parece que mi papel está por terminar ─ susurra con un dejo de tristeza.
─ No me importa ─ responde Wendy girando la vista a otro lado.
─ Se ven bastante bien. Deben de ser excelentes iniciales ─ opina Sori, y su mirada se alternaba entre Litten y Froakie.
─ Son de los mejores en sus respectivas regiones, Soria. No te imaginas el esfuerzo que he tenido que hacer para buscar personal de apoyo para el envío de las solicitudes, y luego las intensas y largas conversaciones que tuve para habilitar a estos tres pokemon para que figuren como los iniciales también aquí, y es que quiero incentivar que aquí haya un buen nivel competitivo lo más rápido posible.
Sori asiente, esbozando una leve sonrisa y mirando todavía a los pokemon que tenía ante sí. Le costaba decidirse entre Litten y Froakie. Deseaba poder llevarse ambos, pero había lo que había. Ai se quedaba mirando, y Wendy pretendía indiferencia todavía.
─ Sé que sueñas con especializarte con pokemon de tipo siniestro, sobrina ─ las palabras del profesor sobresaltan a Sori ─. Pero supongo que no sabes la razón por la que los gimnasios suelen ser monotype.
─ ¿Eh? Eso es algo que nunca me lo había preguntado seriamente ─ responde Sori ─. Pero supongo que sí debe haber algún motivo.
─ Así es. La razón de ser de los gimnasios, más allá de ser un reto por una medalla para participar más adelante en la Liga, es en realidad una prueba en la que tienes que aprender a conocer las fortalezas y debilidades de cada pokemon para así explotarlos a tu favor. En los gimnasios también aprenderás estrategias diferentes que te serán útiles para enfrentarte a todo tipo de pokemon rivales, pero dicho aprendizaje es más efectivo si aprendes a lidiar ese reto con diferentes tipos de pokemon.
─ ¿Estás diciendo que no debería centrarme únicamente en pokemon siniestros?
─ Estoy diciendo que debes aprender a entrenar pokemon de forma general antes de atreverte a especializarte solamente en un tipo. Cuando seas lo bastante hábil y sepas entrenar bien a tus pokemon serás capaz de montar un equipo monotype y tener buenas posibilidades de ganar torneos, incluso ante equipos ante los que tu equipo posea debilidades. El camino para ello es complicado y suele ser bastante largo, pero sólo conseguirás cosechar los frutos y saborearlos si antes fertilizas tu experiencia entrenando todo tipo de pokemon.
Era un argumento que llamaba la atención de Sori, aunque no fuese tan impactante como la lección que le habían dado aquellas Hatterene. Saber entrenar pokemon y saber cómo hacer un equipo de tipo siniestro no era lo mismo, aunque a Sori le seguía haciendo ilusión el lograr un equipo así. Pero entonces recuerda el ataque de aquel Drapion, y consigue comprender que semejantes lecciones no son simple casualidad ni les fueron dadas de forma gratuita. Esa imagen le hace sentir algo de frustración. Aquella había sido su oportunidad para tener a un pokemon siniestro, y no había terminado nada bien. Necesitaba ser más hábil si quería entrenar un pokemon que verdaderamente quisiese, y ese pensamiento resultó determinante en su decisión final.
─ Me llevo a Bulbasaur.
─ ¿Qué? ¿A Bulbasaur? ─ Ai es el primero en manifestar su sorpresa, y esta vez se olvida de ser discreto ─ Maestra, creí que elegiría a otro de los pokemon...
─ Ya tendré a un pokemon siniestro más tarde, pero por ahora es mejor que aprenda a entrenar, o de lo contrario no seré capaz de hacer realidad mi sueño ─ dice Sori con pesar ─. Necesito tiempo y paciencia... ─ mira por un momento a Ai ─ Muchísima paciencia en tu caso ─ Ai baja el rostro ─. Pero bueno, es lo que tengo que hacer si realmente deseo lograrlo.
─ Es cierto, aunque igual habría bastado con que intentaras capturar diversos pokemon en tu camino ─ el profesor toma una pokeball y captura a Bulbasaur, el cual no presenta ninguna resistencia, por lo que queda finalmente dentro ─. Ahora elige un nombre y pronúncialo ante la pokeball.
─ De acuerdo, tío. A ver... ─ Sori se pone a pensar un momento mientras sostiene ante su rostro la pokeball de Bulbasaur ─ ¡Ya lo tengo! Bulbasaur, tu nombre a partir de ahora será Sheena... Porque es hembra, ¿no?
─ Pues sí, aunque hubiese sido mejor que preguntaras antes de elegirle un nombre ─ responde su tío divertido.
─ Bueno, entonces no importa. Sal de ahí, Sheena ─ Sori abre la pokeball y libera a la Bulbasaur ─. De ahora en adelante nos vas a acompañar, ¿de acuerdo?
Sheena asiente tranquilamente, notoriamente feliz por haber sido elegida, incluso cuando en un principio había tenido todas las posibilidades en contra. Litten y Froakie por su parte se encogen de hombros. No parecía preocuparles mucho no ser elegidos en esta ocasión, así que lo dejaron pasar tranquilamente.
─ ¿Cuál será tu primera parada después de esto, Soria?
─ Buscaré al inspector de motes. Voy a hacer oficial el nombre de Ai para que así no haya ningún problema. Realmente quiero que los nombres de mis pokemon figuren en donde sea que coseche mis victorias, y no quiero que Ai sea una excepción.
Ai no se esperaba esa declaración de parte de su entrenadora. En apenas un minuto le había dado ya varias sorpresas. No solo decidió no buscar a un inicial que más adelante sea de tipo siniestro, sino que ahora demostraba que su nombre estaba dentro de la lista de prioridades de Sori. Ai por alguna razón se sentía contento. Pese a su incapacidad para sentir las emociones y pensamientos de su entrenadora, podía percibir que algo parecido a cariño se colaba entre aquellas palabras, un cariño que jamás esperó llegar a recibir de parte de ella.
─ Bueno, tienes suerte de que en este pueblo hay un inspector de motes. No conozco todos los detalles de lo que hará debido al trabajo que tengo, pero espero que te sea de ayuda.
─ Entendido, tío. Ai, Wendy, Sheena, es hora de que nos dirijamos con el inspector de motes, y después iremos a la búsqueda del primer gimnasio ¿Qué dicen ustedes?
Ai y Sheena asienten automáticamente, mientras que Wendy pretende mostrar indiferencia. Luego de eso Sori guarda a los tres pokemon para así prepararse para salir. Su tío se encarga de proveerle cualquier cosa que hiciese falta para abastecerse correctamente durante un corto tiempo en su viaje, al menos hasta que ella fuese capaz de llegar a algún otro sitio donde pueda conseguir lo que necesite entonces, y también le entrega una pokedex, lo cual sin duda sería de gran utilidad para hacer frente a los pokemon a futuro. La despedida fue bastante cordial, aunque Sori le pide antes a su tío que no le dijese nada a sus padres sobre su paso por allí, y luego va en busca del inspector de motes para así concretar el nombramiento de Ai. La aventura parecía que finalmente iba a empezar, y la transformación de todos como equipo también daría comienzo muy pronto.
CONTINUARÁ...
Y ahora, aprovechando la oportunidad, les aviso que he puesto en mi perfil una nueva encuesta para permitirles elegir el primer líder de gimnasio a enfrentar. Desde aquí, por adelantado, les digo que las opciones que les doy son los primeros siete líderes de Kanto, excluyendo únicamente al padrino Giovanni, así como a Sachiko y Green. De verdad les recomiendo que se pasen por allí y elijan a quién quieren para el primer enfrentamiento de gimnasio de Sori. Sólo les advierto que tengan cuidado con su elección, puesto que en futuras encuestas no pienso repetir los tipos, por lo que cualquier líder que elijan significaría que los líderes siguientes a postular que se especialicen en el mismo tipo serán excluidos. Y ahora sí, me despido, que tengan un feliz año nuevo, y les digo también que hace rato que ya voté por Metapod, ¿y ustedes?
Hasta otra
