Y empiezo con otro capítulo de esta locura que no sé de dónde la saqué, pero bueh. Si quieren elegir a un líder para el primer gimnasio de esta historia, en mi perfil tengo la encuesta para que voten allí, que igual tardaré unos cuantos capítulos para llegar a ese punto. Y ahora sí, a empezar.

Momento de la revancha

Ahí estaba la casa del inspector de motes. Sori no había tenido ningún problema para encontrar ese lugar, y la verdad es que ella había pensado que iba a ser más difícil. Ahora que había llegado, Sori libera a Ai de su pokeball, y el Ralts mira fijamente a su entrenadora.

─ Espero que te portes a la altura, Ai. Estamos por cambiar de manera oficial tu nombre, así que espero que no lo arruines, y más adelante tenemos que esforzarnos otra vez en tu entrenamiento para demostrar que vales mínimamente la pena.

─ Prometo no decepcionarla, maestra. Daré lo mejor de mí ─ responde Ai con toda la seriedad que podía mostrar.

Sori suspira y toca el timbre finalmente. Al poco rato se encuentra con que un anciano abre la puerta. Parecía conocer bastante mundo, aunque estaba más flaco que las ganas de un Snorlax de hacer dieta. Sori esperaba que ese anciano fuera precisamente el inspector de motes, el hombre buscaba.

─ Déjame ver, jovencita ¿Vienes para cambiar el nombre de alguno de tus pokemon? ─ esa pregunta es la que disipa cualquier duda para Sori.

─ Así es. Por eso quiero hablar contigo, anciano.

─ Muy bien, entonces acompáñame, que así podemos hablar tranquilamente y pensar en lo que quieres.

─ La verdad es que hace tiempo que tengo decidido lo que quiero ─ Sori carga en brazos a Ai y se lo muestra al inspector de motes ─. No pude ponerle un nombre distintivo a este tonto Ralts, y por esa razón quiero que me ayudes en eso. El nombre que quiero que tenga es Ai.

─ Ai, es un nombre bastante bonito. Sé que a tu pokemon le gustará ─ el anciano saca una computadora y empieza a teclear ─. Es sólo cuestión de unos cuantos clics y ya está todo listo... Y bien, jovencita, es hora de pagar antes de hacer oficial el cambio.

─ ¿Pagar? ¿Acaso se puede cobrar por ponerle nombre a un tonto pokemon como este? ─ Sori vuelve a mostrar a Ai.

─ Yo cuento con un sistema apto para el cambio de nombres pokemon. Por algo soy el inspector de motes, aunque antes estos procesos estaban subsidiados ─ dice el anciano ─. No es la gran cosa. Para que pueda trabajar necesito que me pagues un millón de pokedólares.

Sori se queda en profundo silencio. Ai creyó ingenuamente que Sori sacaría esa cantidad de dinero, principalmente porque no sabía qué era "un millón". El anciano estaba a la espera de una respuesta, sonriendo como si hubiese propuesto una cantidad razonable a pagar.

─ ¿Quieres saber una cosa? El cambio de nombre lo pagará la madre que te parió. Vámonos de una vez, Ai.

─ P-pero...

─ ¡No repliques y vámonos!

Ralts no insiste y va tras su entrenadora, mientras que el inspector de motes sólo puede suspirar. Por dentro pensaba que Sori no tenía idea de lo que estaba realmente pasando.


En la calle

─ M-maestra...

─ ¿Qué quieres? ─ le dice Sori molesta.

─ Tengo ganas de hacer pipí. No puedo aguantar mucho más ─ la manera en que Ai se retuerce apoya lo que dice.

─ Entonces ve y una alguna pared como baño, siempre y cuando sea una pared de la casa del inspector de motes, y que nadie te vea haciéndolo.

Ai asiente y se aleja rápidamente, mientras que Sori resopla de enojo. Pensaba que iba a ser una tarea sencilla, pero resultó ser que no fue posible usar ese recurso para oficializar el nombre de Ai. En ese momento no se había tomado la molestia de meditarlo, pero es que realmente quería hacer oficial ese nombre. Le molestaba la idea de que Ai figurase simplemente como un Ralts sin nombre en la lista de pokemon que la acompañen. Incluso llegó a imaginarse como no aparecería el nombre de Ai en cuanto ella se convirtiese en la campeona de la región, sólo aparecería "Ralts", una denominación que no reflejaría absolutamente nada del esfuerzo que juntos tendrían que hacer para avanzar en el duro camino que les quedaba...

─ Ya está, maestra ─ aparece nuevamente Ai.

─ Muy bien, entonces tenemos que seguir. Tal vez nos consigamos a un inspector de motes menos exigente en el siguiente pueblo ─ Sori empieza a caminar.

─ ¿No va a ver a su tío, maestra?

─ Contactaré con él en cuanto pare en un centro pokemon. Ya él había confirmado mi sospecha de que mis padres habían pasado por ahí para buscarme, así que es mejor no regresar, no sea que nos encuentren.

─ ¿Por qué?

─ ¿Y todavía lo preguntas? ─ Sori ya sentía que se le colmaba la paciencia ─ Mis padres no quieren que yo sea entrenadora. Sólo les interesa que yo siga sus pasos, y eso a mí no me interesa para nada. Desde un principio sólo te trajeron creyendo que iba a tenerte de mascota dando vueltas por toda la casa, Ai. Ellas no ven lo que hago como si siguiese mi sueño, sino como si simplemente estoy siendo caprichosa y que les llevo la contraria porque sí, y eso me molesta mucho.

─ Eso es... muy malo.

─ Sí, lo es.

Ambos siguen avanzando para dejar el pueblo. Sori ahora tenía entre ceja y ceja alcanzar el primer gimnasio lo antes posible, pero apenas llegan a la vereda se encuentran con alguien conocido, alguien cuya presencia despierta de pronto los recuerdos amargos que tanto Ai como Sori habían intentado superar desde hacía poco.

─ ¿Otra vez tú?

─ ¿Sori? Pensé que te irías llorando a casa. No parece que seas de esa gente que aprende la lección ─ dice Marco con tono burlón ─. Supongo que querrás la revancha, y francamente espero que no des tanta pena como la vez anterior.

─ ¡Ya verás que esta vez no lo tendrás tan fácil, niño! ─ Sori estaba furiosa, recordando a detalle aquella derrota, la manera en que fue presionada, la vista en que parecía que Ralts iba a morir ─ ¡Ralts, este es el momento adecuado! Eres más fuerte que antes, así que demuestra lo que puedes hacer.

─ Entendido, maestra ─ Ralts da un paso al frente, listo para el combate, aunque las piernas le temblaban un poco.

─ Justo como la vez anterior. Muy bien, entonces también yo elijo a Dan para que se haga cargo.

Aquello era exactamente lo que Ai y Sori esperaban que ocurriese, y a su vez era lo que menos deseaban. No solo tenían que enfrentarse a Marco nuevamente, sino que tendrían que vérselas con el mismo Dodrio de la otra vez. Iban a tener que jugársela para vencer, y encima Sheena y Wendy, las Bulbasaur y Dratini de Sori, no habían sido todavía entrenadas.

─ Ai, mantén los ojos abiertos y no te dejes amedrentar. Recuerda que no eres el mismo ─ advierte Sori, más seria y templada que la última vez.

─ Sí, maestra.

─ Es hora de que uses Pico Taladro, Dan ─ ordena Marco.

El Dodrio no se lo piensa dos veces para lanzarse hacia Ai, el cual se pone en guardia, esperando la primera orden de Sori, y también esperando que dicha orden funcione para prevenirse de daños.

─ ¡Esquívalo y usa Confusión, Ai!

Era exactamente lo que Ai esperaba. Se lanza a un costado, logrando evadir el ataque del Dodrio para luego responder con su ataque. Dodrio reacciona rápidamente y da un salto para esquivar el ataque de Ai.

─ Mierda.

─ Se nota que esta vez mejoraste. Ahora sí tendré contra ti una batalla que valga la pena ─ dice Marco muy serio ─. Es hora de subir la intensidad de los ataques, Dan. Usa otra vez Pico Taladro.

─ ¡Prepárate, enanito! ¡Este ataque será más rápido! ─ dicen las tres cabezas de Dan al unísono antes de lanzar su ataque.

─ ¡No se lo pongas fácil, Ai! ¡Otra vez esquívalo y usa Confusión!

Ai cumple con la orden a rajatabla, consiguiendo evadir nuevamente el daño, y en esta ocasión usa su ataque Confusión con un espectro de acción más amplio, y esto hizo que esta vez Dan, pese a que salta para esquivarlo otra vez, reciba un poco de daño y quede ligeramente aturdido.

─ ¡Lo hice, maestra! ¿Lo acaba de ver? ─ dice Ai bastante contento por su logro.

─ Sí lo vi, y de verdad se nota la diferencia con respecto a la última vez ─ Sori gira su vista hacia Marco ─ ¿Y qué tal? ¿Acaso te he dejado sin palabras, tonto?

─ Fue una movida interesante. No se parecen tanto como creí a esa niña estúpida y escandalosa y su pokemon retraído y lamentable ─ Marco esboza una sonrisa algo confiada ─. Pero todavía eres una novata, Sori, y todavía me resquema la manera en que me trataste cuando hablamos por primera vez. El que mejores como entrenadora no significa necesariamente que haya mejorado tu actitud ¡Dan, es hora de cambiar la estrategia! ¡Usa Ataque rápido!

─ ¿Qué...?

Sori no tuvo ni tiempo para reaccionar. Dan se lanza a alta velocidad y consigue embestir a Ai, derribándolo en el acto. Pero el Ralts consigue mostrar que estaba todavía en pie de lucha. Pese a que tenía miedo, de alguna manera consigue mantenerle la mirada a Dan. Algo que no comprendía le impulsaba a continuar, a no darse por vencido y lanzarse a llorar como la última vez. Y la misma Sori estaba igual que él, y tampoco se hacía una idea de lo que la impulsaba a apoyar a Ai. Sólo estaban dispuestos a seguir.

─ Jefe, este Ralts de verdad se ha propuesto combatir. Definitivamente está aquí para algo más que dar lástima.

─ Lo sé, Dan. Y por esa razón es que vamos a enfrentarlo como se debe. Esto va enserio, así que vuelve a usar Pico Taladro.

─ ¡Esquiva y usa Gruñido!

Ai empieza a emitir su sonido especial para hacer que Dan disminuyese su ataque, y en eso también se hace a un lado lo más rápido que puede para evitar que el ataque de Dan le hiciese daño.

─ ¡Usa pisotón, Dan! No puedes dejarlo escapar.

─ ¡Confusión con todas tus fuerzas, Ai!

Ambos pokemon lanzan su ataque, golpeándose mutuamente y retrocediendo en el proceso. Ai era el que peor parado había salido de los dos, pues ahora le costaba trabajo mantenerse en pie, mientras que Dan no daba señales de estar tan débil. Marco sonríe, sabiendo que todo lo que tenía que hacer es rematar el combate.

─ ¡Es nuestra oportunidad! ¡Ahora usa Tri-Ataque, Dan!

Sori no consigue reaccionar a tiempo. Dan demostraba ser bastante veloz al punto que la chica tuvo problemas para visualizar sus movimientos. Ai es nuevamente golpeado y cae al suelo, esta vez inconsciente, por lo que había quedado fuera de combate. Sori chasquea los dientes, pues ya no había nada que pudiera hacer.

─ No puede ser. Ai...

─ ¿Y qué harás ahora? ¿No usarás a tu próximo pokemon? ─ dice Marco retador.

─ No. Esto se acabó ─ Sori da un paso al frente y baja un poco la mirada ─. Sí tengo a más pokemon, pero no están listos. Recién es que los tengo, así que ni siquiera sé si harán algo contra tu pokemon.

Era un argumento que a la misma Sori le dolía esgrimir, pero no había razón alguna para mentir, y sabía que de cualquier modo sus otros pokemon no iban a conseguir darle pelea al Dodrio de Marco si Ai no había podido. Era mejor dejarlo así y mantenerse firme de alguna manera, que así podría conservar algo de dignidad.

Marco se queda mirando a Sori, comprobando que no estaba mintiendo, y es que de todos modos no tendría sentido que lo hiciese, al menos no de la manera en que se expresaba. Sonríe, sabiendo que ante él no estaba esa chica que lo había tratado mal.

─ Parece que cambiaste en poco tiempo, Sori.

─ Casi nos matan a Ai y a mí, tuve que lidiar con un Pikachu fanfarrón y algo raro, tuve a dos Hatterene muy raras de enemigas, hice el ridículo en una tienda, y de paso el inspector de motes me puso un monto exageradamente elevado para hacer oficial el nombre de Ai. Sí, me he visto obligada a cambiar ─ dice Sori con tono algo forzado.

─ ¿No te diste cuenta del decreto para el cobro de cambio de motes?

─ ¿De qué rayos estás hablando?

─ Tu padre ha emitido un decreto en que se impone un monto de pago exhorbitante a cualquier entrenador que pretenda cambiar el nombre de los pokemon, da igual las circunstancias que justifiquen aquello, y el decreto abarca también a los quita movimientos y a los tutores de movimientos. Él dice que es con el propósito de reunir los fondos necesarios para algunas obras, pero es que la manera en que hace la recepción de capitales es muy exagerada, y muchos entrenadores están muy molestos.

─ Y más molesta voy a estar yo ─ Sori no disimula la rabia que empieza a sentir ─. Mi padre... él hace esto para obligarme a regresar a casa. No quiere que haga nada, como si no fuera suficiente que ahora tengo que hacer malabares para comprar en las tiendas.

─ ¿De qué estás hablando? Pensé que tus padres estarían de acuerdo, si hasta te compraron ese Ralts...

─ ¡No trajeron a Ralts para que yo fuera entrenadora! ─ Sori pisa fuerte y su respiración empieza a hacerse errática ─ Todo lo que querían era que yo me callara la boca cuando les pedí un pokemon de tipo siniestro. Ni siquiera lo hicieron al pie de la letra. Y sólo lo hicieron creyendo que me quedaría en casa jugando como una niña pequeña con Ai mientras me quedaba en la escuela para estudiar para dedicarme a la política como papá. Incluso llegó mi padre a hablar con el profesor pokemon de la región para averiguar si yo había pasado por allí.

─ ¿Qué clase de padre tan controlador tienes? ─ Marco estaba horrorizado por ese relato ─ Una cosa es que te aconsejen y te digan varias cosas por temor a que te hagas daño por cualquier error que cometas en el camino o si te topas con pokemon peligrosos o entrenadores inescrupulosos, pero esto... llegar al punto de perjudicar a todos los entrenadores sólo para llamarte a ti...

─ Es político. Deberías acostumbrarte a que sólo busca lo que le conviene. Ojalá escucharas lo que dicen los vecinos de él, y a él le da igual, con tal de tener lo que quiere.

Ai recobra la consciencia en ese momento, y Sori se percata rápidamente y va para levantarlo. Marco se la quedaba mirando, teniendo una perspectiva completamente diferente de esa chica en apenas unos cuantos días. También vio al Ralts, el cual también parecía cambiado.

─ Tal vez unos cuantos días conviviendo sirvió para que tu actitud respecto a los pokemon cambie, Sori.

─ ¿Eh? ¿De qué estás hablando? ─ Sori se levanta de golpe y deja caer a Ai ─ Para tu información, yo estoy destinada a ser la mejor entrenadora de pokemon siniestros de toda la región. Por ahora es que apenas empiezo, pero luego verás que derrotaré a todos tus pokemon sin siquiera mirarlos, tonto.

─ Sí, lo que tú digas. Dan, es hora de regresar ─ Marco dirige su pokeball en dirección al Dodrio y lo hace entrar a la cápsula ─. Supongo que ya habrás visto que no es fácil capturar ni entrenar pokemon, da igual el tipo al que prefieras decantarte. Si realmente quieres lograr un nivel que te permita ser visible debes entrenar bastante y conocer mejor a los pokemon que tengas, no importa de qué clase sean.

─ No quiero sermones. Ya me las arreglaré para aprender por mi cuenta ─ Sori se cruza de brazos e infla los cachetes.

─ Como quieras. Por ahora sólo tengo que buscar algunas cosas que necesito. Nos volveremos a ver, Sori.

La chica sólo se queda mirando a Marco irse. Realmente no quería admitirlo, pero ahora era consciente de que le faltaba mucho para luchar a su nivel. Tendría que entrenar bastante y dar lo mejor de sí para que en su próximo enfrentamiento cuente con mejores posibilidades. Pero por el momento había algo que le llamaba más la atención.

─ Ai ─ el nombrado, que se había levantado, la mira fijamente ─, realmente nos tenemos que esforzar mucho. Esto apenas comienza.

─ ¿De verdad, maestra? ─ Ai ladea su cabeza con extrañeza y curiosidad─ ¿Y qué es eso de decretos y su padre?

─ Básicamente resulta que mi padre me está atosigando, y por esa razón no puedo siquiera pensar en tener una oportunidad de hacer oficial tu nombre ─ la noticia de Sori hace entristecer un poco a Ai ─. Habrá que asumirlo así: Sólo vas a ser un Ralts cualquiera con un apodo y ya. Pero creo que lo importante es que yo te llame Ai.

─ Sí, maestra. A mí me gusta mucho ese nombre, maestra.

─ Ya veo. Entonces no tendremos ningún problema, al menos hasta que tenga que inscribirte en algo. Ahí tengo que tratarte como Ralts simplemente, te guste o no.

─ No importa, maestra. Si lo que estamos haciendo me ayudará a encontrar a mi hermano, entonces aguantaré, lo prometo.

Ese tono, pleno en determinación, que tenía Ai en su voz deja un poco impresionada a Sori. Marco y Dan tenían razón, y Sori ni siquiera tenía idea de cómo es que aquello pasó, pero lo cierto es que ellos dos sí habían cambiado de un modo bastante repentino. Tendría sentido si tan solo se atrevía a contemplar en retrospestiva lo que ellos dos habían pasado en sólo unos pocos días. En buena medida se justificaba por aquellas experiencias tan traumáticas que les había tocado vivir de una sola vez. Pero seguía pareciéndole un poco brusco todo aquello.

─ Muy bien, entonces sigamos, que el camino al primer gimnasio no se hará solo, y tampoco el entrenamiento de Sheena y Wendy.


En otra parte

En una zona bastante espesa de un bosque cercano, un hombre cubierto por las sombras contemplaba el paisaje. Ante él se encontraban algunos Oddish bailoteando alrededor de un pequeño estanque, dando una imagen general bastante tierna, cuando en eso llega un pokemon al lado de aquel hombre.

─ ¿Qué fue lo que ocurrió, maestro? ¿Cuál es el motivo para que me llamaras?

─ Sé que tienes asuntos mucho muy importantes, Harry, y de verdad lo lamento ─ le dice el hombre mientras se enderezaba ─. Sólo quiero decirte que acabo de confirmar la información que me fue dada por él.

─ ¿Por él...? Oh, ya veo. Entonces tiene sentido que lo hiciera así ─ el pokemon, cuya identidad se mantenía incógnita por la oscuridad de los árboles, daba a ver lo serio que se tomaba el tema ─ ¿Y qué hay que hacer por el momento? ¿Acaso quieres que intervenga?

─ Para nada, Harry. Sólo pasa que me había llegado información bastante curiosa y la quise compartir contigo, a fin de que te mantuvieses alerta en caso de emergencia.

─ De acuerdo. En ese caso supongo que puedo confiar en que él hará un buen trabajo.

─ La duda ofende, muchacho. No te preocupes, que sabes que de él se puede esperar siempre muy buenos resultados. Después de todo, lo conoces bien.

─ Así es. Entonces quisiera seguir con lo que estaba haciendo.

─ Como gustes, Harry. Y espero que no olvides lo que te enseñé.

─ Desde luego.

El hombre esboza una amplia sonrisa. Todo se iba moviendo según lo previsto.


Al día siguiente

Ai se encontraba en el suelo, bastante agotado por el entrenamiento que le estaba instruyendo Sori. Había sido algo bastante agotador, aunque era el único de los pokemon de la chica que parecía que se podría levantar pronto, pues tanto Sheena como Wendy estaban sin capacidad alguna de levantarse por el momento.

─ Esto... es humillante... ─ dice Wendy molesta ─ ¿Por qué tengo que entrenar? Eso es para pokemon débiles...

─ ¿Y qué haces en el suelo, si tú eres un pokemon fuerte? ─ cuestiona Sori algo divertida, y la Dratini gruñe ─ Ai trata de hacer bien algo y lo empieza a lograr. Incluso Sheena se lo toma con más entereza, si no se queja ni nada.

─ Esa enana apenas está aprendiendo a hablar ─ contrataca Wendy.

─ ¿O sea que a Sheena toavía hay que enseñarle que hable? ─ Ai se levanta a duras penas y se dirige a la pequeña Bulbasaur ─ Hola.

─ Ho... hoa ─ responde Sheena.

─ Sí, hay que enseñarle a hablar, maestra.

Sori estaba descolocada por ese dato. Ni siquiera se había extrañado por el hecho de que la pequeña Bulbasaur ni siquiera había saludado aquella vez que la eligió en el laboratorio de su tío, y eso que se mostraba bastante animada al momento de ser elegida. Por un momento pensó que aquellos Litten y Froakie tampoco sabían hablar. No recordaba haber oído decir media palabra.

─ ¿Qué tanto era lo que mi tío me decía sobre especializarme y aprender a entrenar pokemon? Prácticamente y sin decírmelo me ha hecho asumir la manutención de una cría ─ Sori cae de rodillas y se lleva las manos a la cabeza.

─ Genial, un bebé cerca, y ustedes ni cuenta se habían dado ─ dice Wendy para sí misma.

─ ¿Puedo enseñarle a hablar, maestra? ─ dice Ai emocionado.

─ Y pensar que antes le tenías miedo a todo lo que se moviera ─ Sori suspira pesadamente mientras veía al Ralts acariciando el bulbo en la espalda de la Bulbasaur ─. Supongo que es que creces muy rápido, pero da igual. Diviértete enseñándole a hablar. Yo mientras tanto tengo que lidiar con cierta dragona obstinada.

─ ¿Yo? No creas que me domarás tan fácil, humana ─ le dice la Dratini con cara de enojo.

─ Claro que lo creo, y es que lo haré ─ responde Sori, tratando de verse todavía más ruda ─. No sé a qué viene esa mala cara, pero estás aquí, bajo mi mando, y por lo tanto tendrás que acostumbrarte, además que aquellos Dratini habían dicho que querías vivir una aventura.

─ ¿Y qué saben ellos de mí? ─ Wendy endurece la voz ─ No necesito nada de ellos, no quiero regresar, y tampoco quiero estar con niñitos como tú.

─ ¿Una niñita, yo? ─ Sori siente un tic en el ojo ─ Será mejor que te prepares, Wendy, que te pondré el entrenamiento más duro de toda tu vida.

─ Oblígame, perra.

─ Ahora sí te sacaste el premio mayor ¡AI!

─ Mande, maestra ─ Ai se levanta.

─ ¿Ah? ¿Penea? ─ dice Sheena entusiasmada.

─ Así es, pequeña. Ponte cómoda, que esta será la primera batalla que vas a presenciar ─ le dice Sori retrocediendo para levantarla ─. Ai, dar lo mejor de ti, que tu hermanita pequeña te está viendo.

─ Entendido, maes... ¿eh? ¿Hermanita menor?

─ A partir de ahora asúmete como el hermano mayor de Sheena ─ Sori esboza una leve y maligna sonrisa ─. Siempre que hablas de tu hermano lo tienes en un pedestal, ¿no es así? Ahora haz de cuenta que Sheena te tiene ahora en ese mismo pedestal y conviértete en un hermano mayor valiente y fuerte que merezca su admiración.

Ai se queda pensativo unos cuantos segundos. Eso era algo que nunca antes se había planteado. Ser un hermano mayor... Desde que se habían llevado a su única familia, Ai sólo se desvivía por querer encontrarlo nuevamente, y por la fuerza había tenido que adaptarse rápido al viajar con Sori, pero ahora ser él el valiente hermano que estaba buscando... era algo que lo dejaba sin palabras, pero también era cierto que le resultaba enormemente inspirador.

─ ¡C-cuenta conmigo, maestra!

─ Así se habla, enano. Y ahora demuéstrale a Wendy que no está en posición para andar con groserías. Eso sólo lo hago yo.

CONTINUARÁ...


La verdad es que sí. Ha sido un cambio notorio con respecto al primer capítulo. Es verdad que cambios a grandes rasgos son cosas que requieren algo de tiempo, pero igual creo que he justificado, al menos en parte, que Ai se inspire a avanzar y muestre finalmente algo de valor, aunque esto no es más que el comienzo, y tampoco es que lo vaya a hacer demasiado constante todavía. Por ahora les dejo, y espero que les vaya bien.

Hasta otra