Y antes de empezar, pues respondo al review recibido en el capítulo anterior:
Ring of Archway: Ok, ya sé entonces que eres tú, aunque igual el cambio se haría notar en la firma de tu comentario anterior xD. Lentos tal vez, pero igual no es que vaya a poner gimnasios en un capítulo sí y en otro también. A título personal no lo veía demasiado saludable, aparte que ya ves que hay varios puntos que quiero tocar en este trayecto. En todo caso me alegra que te haya gustado, y ojalá estés muy bien.
Retomando el camino
La batalla entre Sori y Marco da comienzo, y la Dratini se lanza al ataque con Ciclón. La Feraligatr de Marco no hace ningún esfuerzo por esquivar el ataque, y al recibirlo no parecía que hubiese sufrido más daño que el que le hubiese infligido una simple brisa primaeral.
─ Dime que estás jugando ─ dice la Feraligatr irguiéndose y mostrándose en una pose imponente e intimidante ─. No sabes lo desilusionada que estaré si me dices que esto va en serio.
Wendy se pone furiosa ante semejante respuesta. No estaba dispuesta a tolerar una burla así, por lo que se lanza nuevamente.
─ ¡Furia Dragón, Wendy! ─ grita Sori.
La Dratini actúa conforme a la instrucción, lanzando su energía draconiana con todas sus fuerzas para hacer retroceder a la Feraligatr, pero nuevamente no logra nada. Sori y Wendy estaban sorprendidas por semejante nivel de resistencia.
─ Parece que todavía te falta. No debería extrañarme, si apenas empiezas ─ dice Marco mientras suspiraba ─. Incluso si más adelante tuvieses realmente lo que hace falta, ahora mismo tienes muchos detalles por pulir si quieres convertirte en una entrenadora de verdad. Ahora déjame enseñarte lo que es un ataque de tipo dragón de verdad. Teodora, usa Enfado con Dratini.
─ Je. Hasta aquí llegaste, flacucha ─ dice la Feraligatr antes de envolverse en una poderosa aura draconiana y lanzarse implacable contra Wendy.
Un solo ataque fue suficiente para que Wendy callese derrotada. Puede que estuviera cansada por el entrenamiento, pero igual que se le derrotara así de rápido, con apenas un golpe, era sencillamente demasiado irreal. A Sori no le queda de otra que guardar a Wendy. Apenas terminase el combate iba a tener que llevarle al centro pokemon sin falta. Acto seguido, la chica mira a su Ralts, el cual traga grueso y se pone a temblar.
─ Esto es peligroso, pero no puedo confiarle esta pelea a nadie más que a ti. Sheena no va a aguantarle un solo golpe si Wendy no pudo.
─ E-entendido. Haré todo lo que esté en mi mano, maestra ─ Ralts avanza a paso tambaleante hasta estar en el campo de batalla ─. Ahora sí, estoy listo.
─ Y yo cambio a mi pokemon ─ Marco dirige su pokeball a la Feraligatr para retirarla, y luego saca otra pokeball ─. Aquí tienen a un viejo conocido.
Al momento en que la segunda pokeball es lanzada aparece el Dodrio de los anteriores encuentros. Después de haber visto lo que la Feraligatr había hecho, ahora se podían esperar lo que sea de parte de Dodrio.
─ Ai, mucho cuidado.
─ Sí.
─ Dan, usa Ataque Rápido, y esta vez no te contengas tanto ─ dice el chico con una media sonrisa.
─ Ya rugiste, jefe ─ responde la cabeza central de Dodrio y se lanza al ataque ─ ¡He aquí mi saludo, pequeñín!
Ai no consigue evitar aquel ataque con una velocidad demencial y es lanzado varios metros atrás. Ese ataque realmente estaba a otro nivel con respecto a todo lo que había enfrentado hasta ese momento. Le había dolido bastante, y de paso le costó mucho levantarse.
─ ¡No te dejes caer, Ai! ¡Usa Voz Cautivadora para aflojarlo! ─ dice Sori con un notorio nerviosismo.
─ Dan, usa Pico Taladro ─ dice Marco por su parte.
Viendo que el Dodrio se abalanzaba sobre él a toda velocidad, Ai se apresura a usa su ataque con todas sus fuerzas, pero por desgracia no le salió lo suficientemente efectivo, por lo que igual ataque de tipo volador termina alcanzándole.
Sori contemplaba con horror aquello. Marco ahora sí sacaba a relucir su experiencia previa en liga. Para ser alguien que no logró completar su primera travesía... para ser alguien de aproximadamente la misma edad que ella... era imposible no destacar la desmesurada fuerza de sus pokemon.
─ ¡Ai!
El Ralts yace desmayado en el sueño. El ataque terminó siendo demasiado, y ahora ya no sería capaz de recomponerse sin descanso. Era una sensación terrible para Sori que, de recién haber derrotado a una líder de gimnasio que le había dado una pelea bestial, ahora tenga que experimentar una derrota tan rápida. Tal vez no fue una derrota tan humillante como en el primer combate, cuando incluso se llevó el susto de creer que el Ralts iba a morir, pero en ese momento no estaba para recordarlo. Sólo podía pensar en lo horrible que se sentía este desenlace tan brusco que acababa de ocurrir mientras iba a recoger a su pokemon. Sheena le acompaña, claramente preocupada por lo que le había pasado al Ralts.
─ ¿No lo terminamos demasiado rápido? ─ dice Marco a su pokemon.
─ Tal vez ─ el Dodrio se habría encogido de hombros si tuviera.
─ ¿Y bien, Sori? ¿Vas a continuar?
─ No. Esto se acabó ─ dice para su propio pesar, pues sabía que la Bulbasaur simplemente no iba a lograr nada ─. Supongo que estás contento por derrotarme otra vez.
─ No realmente ─ Marco se acerca hasta estar al lado de su Dodrio ─. Sólo quería ver qué tal habías mejorado como entrenadora, especialmente viendo que justo acabaste de vencer a Sabrina, el terror de incontables entrenadores en la región de Kanto ─ Sori no responde y sólo se queda viendo al muchacho ─. En fin, supongo que tu equipo tendrá que fortalecerse. Después de todo, todavía hay siete gimnasios por delante y un montón de otros retos en el camino. Debes estar consciente de que necesitarás mucho más que unos cuantos días de trabajo duro.
─ ¡Eso ya lo sé! ─ le responde Sori de mala gana ─ Al menos no te quedaste nada más que a burlarte.
─ Nah. Hacer eso no me gusta para nada. Lo que hacía antes era porque estaba molesto, pero ahora que te veo tomándote un poco más en serio lo de ser una entrenadora, pues ya se me ha pasado. Ahora sólo quiero ver cómo te va en tu trayecto.
─ Pues ya ves que me va bien, pero sigo sin entender porqué insistes en estar viéndome ─ Sori sigue sin bajar la guardia ─ ¿De verdad no estás informando a mis padres de mi paso como entrenadora?
─ Yo estoy igual de afectado que tú por las decisiones tan arbitrarias de tu padre ─ Marco se muestra molesto, aunque no alza la voz ─. La otra vez quise comprar algunas pociones, y resulta que acaban de triplicar los precios. He visto a una entrenadora como de diez años que regresó a su casa sencillamente porque no es capaz de seguir adelante al no tener ningún equipo de curación al ser todo demasiado caro para ella.
─ ¿Y sigue con sus decretos raros para buscarme? Así un día de estos irá también por los centros pokemon ─ dice Sori muy asustada.
─ No lo creo. Los centros pokemon funcionan de manera independiente de los gobiernos de las regiones en que se encuentran. Creo que funcionan con las donaciones de empresas fabricantes de pokeballs, repelentes objetos equipables para batallas, además que las máximas autoridades no están dispuestos a tolerar que se les impongan acciones que sean incompatibles con el funcionamiento de los centros pokemon.
─ ¿Me lo podrías traducir si es posible?
─ O sea que los centros pokemon podrían ser retirados si les imponen la orden de cobrar por los servicios de curación o si les fuerzan a incrementar las tarifas de hospedaje. Para ser la hija de un político no conoces mucho sobre la forma de hablar política y estratégica.
─ Ya te dije que su trabajo no podría importarme menos. Tampoco domino la forma frívola de hablar de mi madre por esa misma razón, así que no esperes que entienda nada de eso ─ Sori recoge finalmente a Ai y empieza a caminar de regreso al centro pokemon ─. No te separes, Sheena.
─ Chi.
Marco ve cómo Sori se lleva a los pokemon. Por un momento se ve tentado a hacerle compañía, pero desiste de ello. Pensó que sería mejor dejarla ir y dejar cualquier otra cosa que fuera a decirle para un futuro encuentro.
─ Tenemos que irnos, Dan.
─ Muy bien, jefe.
Centro pokemon
Ahí estaba otra vez, y nuevamente tenía que plantearse lo que tendría que hacer en adelante.
Marco le había dado una paliza. Fue una derrota exageradamente rápida, y eso significaba que había entre ambos una diferencia abismal. La hacía sentir bastante frustrada, pero tenía que seguir adelante, aunque no se le ocurriera una buena idea para ello.
Estaba cansada. Había dedicado todo el día a entrenarse para ser más fuerte, mentalizándose en que el segundo gimnasio sería mucho más difícil que el primero, pero ahora la cuestión era preguntarse qué tanto haría falta esforzarse para realmente superar aquel reto, y después el esfuerzo adicional que tendría que hacer para los demás gimnasios. Nadie le había dicho que esta travesía sería fácil, y vaya que contó con personas bastante confiables como el mayordomo Jaime y su tío para hablarle al respecto, pero desde muy temprano ya podía ver que el reto ante sí no era para cualquiera.
─ Tus pokemon ya se encuentran bien, jovencita ─ dice la enfermera Joy mientras su Chansey acompañante traía la bandeja ─. Afortunadamente sólo estaban algo agotados. No hubo ningún daño severo.
─ Ya veo. Eso está bien ─ responde la chica en un susurro.
─ Por cierto, hay algo que pienso que te puede interesar...
─ ¿Qué? ¿De qué está hablando, enfermera?
─ Es mejor que lo veas por ti misma. Es una lástima que no lo vieras transcurrir, pues el sueño de todo entrenador es contemplar esta clase de eventos por sí mismos.
Sori sigue sin entender mientras recibe las pokeballs. Algo que representa el sueño de todo entrenador... No podía ser que fuera que alguno de sus pokemon fuera a surgir de pronto con el título de campeón al lado y a nombre de ella precisamente. Eso sería demasiado fantasioso incluso para el entrenador novato más ingenuo, pero igual tenía que averiguar lo que estaba pasando. Luego de darle las gracias a la enfermera Joy y a Chansey, Sori se retira a la habitación que había rentado, y lo hace casi corriendo por lo impaciente que se sentía.
─ Salgan ahora, Ai, Sheena, Wendy ─ dice al lanzar las tres pokeballs.
Primero salió Sheena. No había nada malo con ella. Después sale Wendy, la cual estaba malhumorada como siempre, por lo que a Sori no le extrañó en absoluto. Y finalmente sale Ai, quien tampoco parecía tener nada raro, hasta que Sori nota algo.
─ ¿A-Ai?
─ ¿Pasa algo, maestra?
─ ¿Cómo que si pasa algo, Ai? ¿Acaso no estás notando nada?
─ Pues no ¿Por qué debería?
─ Mírate en un espejo.
Ai, confundido por la orden de Sori, se dirige al espejo que había en la habitación, un espejo de cuerpo completo. Apenas se ve y Ai se aterra. Ya no era un pequeño y menudo Ralts, sino que en algún momento, sin darse cuenta en absoluto, había evolucionado y se convirtió en un Kirlia. El cambio no le sentó demasiado bien a Ai, y es que antes al menos uno diría que es un niño y ya, pero ahora tenía una figura bastante femenina y delicada. Se lleva nerviosamente las manos por el cuerpo, comprobando para su propio pesar que aquellos cambios que su cuerpo sufrió eran completamente reales e innegables.
─ Acabas de evolucionar, Ai.
─ ¿En serio? ¿Y por qué él evolucionó antes que yo? ─ se queja la Dratini.
─ P-p-p-pero y-yo creía... ─ Ai se lleva las manos a la cara con terror ─ Pensaba que yo era niño, y resulta que en realidad soy una niña...
─ No seas bobo, tonto Kirlia. Tú eres macho. Sólo cambiaste de aspecto, aparte que todos los Kirlias lucen así, sean machos o hembras ─ dice Sori mientras saca su pokedex ─. Ya venía siendo hora de sacarle utilidad a esto.
─ Kirlia, el pokemon linda niña bailarina. Los machos de su especie tienen una fuerte tendencia a actuar como trapitos. Tienen dos posibles evoluciones: Gardevoir por nivel y Gallade si a un macho se le expone a una piedra día.
─ ¿Tendencia a actuar como trapitos? ─ Sori voltea a mirar a Ai, el cual estaba otra vez ante el espejo, acomodándose las coletas y revisándose las pestañas ─ Los datos de la pokedex sí que son certeros ─ culmina la chica con una gota en la cabeza.
─ ¿Hermano es hermana? ─ Sheena se acerca a Ai.
Ai se asusta al darse cuenta de lo que estaba haciendo. Se supone que le aterraba su nueva forma afeminada, y lo primero que hacía era revisar que estuviera bien arreglada, o arreglado, o como fuese. Y por si aquello fuera poco, su voz infantil también había cambiado para sonar más femenina y coqueta, para redondear el cuadro en que ahora se encontraba. Traga grueso ante la idea de que su forma de actuar de ahí en adelante estaría condicionada por esa extraña tendencia señalada por la pokedex. Levanta una temblorosa mano y se mira que ahora tenía dos dedos. Mueve esos dedos, comprobando que dichos movimientos podían ser independientes entre sí. Luego se palpa suavemente el rostro. Un rubor intenso se apodera de él.
─ Me siento tan hermosa... digo hermoso... digo ¿qué estoy diciendo? ─ Ai mira a su entrenadora con miedo ─ ¿Qué hago maestra? De pronto estoy olvidando que soy niño.
─ Tu línea evolutiva tiene a dos posibles evoluciones, y estás de suerte por ser macho ─ Sori teclea en su pokedex y le muestra los resultados a Ai ─. Aquí tienes. Gardevoir y Gallade. Creo que como Gallade estarías mejor, más que nada porque al menos no tendrías más el tipo hada, aunque el tipo psíquico ya resulta inevitable.
─ S-sorprendente... ─ Ai mira embelesado ambas evoluciones ─ Siendo un Gallade puedo ser muy fuerte y varonil y podría encontrarme con mi hermano. Pero es que Gardevoir tiene una figura tan hermosa que me genera mucha envidia... ¡Kyaaaaa! ¡No sé cuál evolución elegir! ─ Ai se lleva ambas manos al rostro y se retuerce, y Sori le da un coscorrón.
─ ¡Cálmate ya, pokemon trapito! ─ le regaña la chica antes de tomar asiento en la cama ─ Yo ya era consciente que una evolución involucraba un cambio de forma, pero no me esperaba que también fuera a generar un cambio de conducta así en tu caso. Esto sí que es problemático... ─ al bajar la mirada, Sori se encuentra que Ai la miraba con ojos brillosos ─ De verdad que esto me va a traer muchos problemas. Mejor descansemos por hoy. Mañana nos vamos, y mientras tanto vemos qué hacer para que Wendy y Sheena evolucionen.
─ Chi ─ Sheena saca sus lianas emocionada.
─ Sólo espero que como Dragonair no me toque ser tan... así ─ dice Wendy para sí misma.
Al día siguiente
Tal y como Sori había dicho, el equipo completo emprende la marcha a primera hora de la mañana. La chica quería llegar pronto al siguiente pueblo que tocaba en el camino, así que incluso había desayunado rápido para así no perder el tiempo. Desde luego, sus pokemon desayunaron una cantidad importante de bayas, aunque Ai todavía seguía comiendo, incluso cuando ya habían salido del pueblo.
─ ¿Ni siquiera como Kirlia tienes fondo en tu estómago?
─ No puedo evitarlo, maestra. Es que estas bayas están deliciosas ─ se excusa Ai antes de volver en su labor de masticar bayas ─. Mmm, están dulcitas.
─ Se nota que te gustan...
La Dratini por su parte se desplazaba sin decir nada. Sori podía pensar que era porque le molestaba el hecho de que Ai evolucionase antes que ella. Sabía que no tendría sentido intentar consolarla, pues inmediatamente le rechazaría por un arrebato de orgullo. Y en cuano a Sheena... pues simplemente estaba siendo Sheena, caminando alegre y de vez en cuando diciéndole algunas cosas a Ai. El viaje al menos contó con un inicio tranquilo, y Sori de vez en cuando se permitía mirar al cielo y los alrededores. Se le hacía raro que no hubiese un solo entrenador que la fuese a retar a mitad del camino.
─ Tal vez los entrenadores de aquí se retiraron también por las estupideces de mi padre. Así esto no es divertido ¿Cómo puedo medir mis habilidades como entrenadora si no hay otros entrenadores con los cuales medirme? ─ Sori pisa fuerte mientras se lamentaba ─ Que ni crea mi padre que se va a salir con la suya, y aun si yo fuese a seguir sus pasos, lo primero que haría sería prohibir para siempre la imposición de reglas tan estúpidas. Estoy hasta el cuello con todo esto, y eso que apenas es el comienzo.
─ ¿Con quién habla mastra? ─ le pregunta la Bulbasaur a Ai.
─ No lo sé ─ responde Ai encogiéndose de hombros ─. Tal vez tenga contacto con algún pokemon psíquico, aunque debería ser bastante poderoso. Incluso con mi evolución sigo sin sentir absolutamente nada de la maestra ─ en ese punto Ai hablaba para sí mismo ─. Es raro. Mis poderes psíquicos deberían haberse fortalecido al momento de evolucionar, pero sigo sin...
─ ¿Qué están haciendo que se están quedando rezagados? ─ aparece Wendy para regañar a Ai y Sheena ─ Mejor apuren el paso. No quiero hacer todo el camino sola con la humana. Saben que no me agrada.
─ ¿Po qué no? ─ Sheena ladea la cabeza de forma inocente.
─ De acuerdo, recuperaremos la distancia ─ accede Ai para que Wendy no fuera a decir nada fuerte delante de la Bulbasaur ─. Toma mi mano, Sheena. Vamos con la maestra.
─ Chi.
Sori en ningún momento se da cuenta de que dos de sus pokemon se habían quedado rezagados. En su cabeza sólo había espacio en la cuestión sobre cómo aplicar un entrenamiento que permitiese mejores resultados en menos tiempo, pero lo cierto es que no se le ocurría absolutamente nada.
No quería limitarse a estar todos los días entrenando a sus pokemon en campo abierto, que así el único resultado inmediato que obtendrían todos (incluyéndola) sería que se estén cocinando a fuego lento bajo el sol. No, necesitaba una guía, pero sin más entrenadores cerca, no había quien le ofreciese una solución.
─ Maldición. Si al menos el lelo del Dodrio estuviese por aquí...
─ ¿Necesitas algo, mamacita?
─ ¿Quién me dijo mamacita? ─ Sori voltea enfadada y mira alrededor, pero no ve nada.
─ Parece que te has olvidado de mí. Eso me parte el corazón.
Sori ahora baja la mirada encontrándose con un Pikachu que se encontraba sentado cerca, con una sonrisa de suficiencia que resultaba completamente inconfundible.
─ Tú eres Pikamacho.
─ Mi nombre es Jhonny, pero puedes llamarme como quieras si te complace ─ dice el Pikachu mientras, al parecer, pretendía presumir musculatura.
CONTINUARÁ...
Y así acaba este capítulo. Con Pikamacho... digo Jhonny parece que se vienen algunas cosas interesantes, pero la verdad es que no pretendo adelantar nada, principalmente porque ahora mismo no sé ni qué viene a continuación xD. En fin, lo dejo por ahora y nos volveremos a ver.
Hasta otra
