Muy bien, después de haberme decidido sobre quién estará al frente del segundo gimnasio en este fanfic, sólo que invitarles a que pasen y lean. Bueno, empecemos.
Las bondades de la líder
Sori y sus pokemon llevaban casi una semana entrenando en el camino, pero ahora la chica no sentía que estuvieran haciendo avances casi. No es que sus pokemon no se hiciesen más fuertes, sino todo lo contrario. El gran problema, lo suficientemente desquiciante como para sacarla de sus casillas más de una vez, era la indisciplina de Mariano, el Frillish que había capturado recientemente. A veces la medusa fantasma parecía distante y perdido, pero en el momento menos esperado salía con alguna broma pesada que a Sori le parecía sumamente desagradable. No pudo evitar preguntarse la razón por la que tuvo que capturarlo precisamente a él, de tantos pokemon que habían en aquel sitio.
─ ¿Por qué tuve que elegir al peor pokemon que estaba allí? ¿Qué me costaba elegir a un Joltik o un Diglett? De esos sí que había un montón, y todos se veían dóciles.
─ ¿Está bien, maestra? ─ le dice Ai.
─ No lo estoy, tonto Kirlia ─ pese a que Sori quería sacar de dentro de sí toda su frustración, la verdad es que con Ai no le fue posible, pese a que lo intentó ─. Siento que fue un error capturar a ese Frillish. No sé qué hacer con él, incluso si por algún casual su poder es el que necesito.
─ Si quiere hablo con él, maestra.
─ Pues buena suerte con eso. Si para cuando terminemos con el segundo gimnasio sigue completamente por su lado, entonces voy a tener que soltarlo, a pesar de que mi tío dijo que evitara hacer eso.
─ Muy bien. Haré todo lo posible para que le haga caso.
Sori resopla fastidiada. Definitivamente no esperaba toparse con un pokemon tan complicado... bueno, con otro pokemon complicado, pues Wendy también daba su batalla, aunque las ansias de mejora de la dragona la hacían mucho más accesible. Sori ve a Ai dirigirse hasta donde Mariano. Parecían intercambiar algunas palabras, nada que resulte especialmente interesante, pero en eso ve que Ai le lanza un ataque Confusión a Mariano y lo derriba. Sori no entendía lo que estaba pasando, pero veía a Ai bastante rojo. En ese punto tenía sus dudas sobre si era buena idea preguntar qué pasó, pero ve que Ai regresaba poco rato después.
─ Ya está, dijo que se iba a comportar un poco mejor, maestra.
─ ¿Qué...? ¿Y cómo le hiciste? ─ Sori estaba perpleja.
─ Le dije a Mariano que le hiciera un poco de caso, que ahora es su pokemon y tiene que ser obediente, y Mariano dijo que está bien, pero con una condición... ─ en ese punto Ai se detiene y se pone colorado.
─ ¿Y... qué condición era esa? ─ Sori tenía un tic al pensar en qué podría ser.
─ ¡Quería que le enseñara mi trasero y que le dejara darme una palmada! ─ Ai se tapa el rostro mientras decía aquello ─ Ahí me alteré demasiado y le ataqué. Nunca antes había atacado a nadie sin una orden o sin defenderla, maestra.
─ De eso sí soy perfectamente consciente, Ai.
─ Bueno, reaccioné y ataqué a Mariano mientras le gritaba que era un pervertido, y luego le dije que yo soy niño. En ese momento se asustó y dijo que haría caso, pero que a cambio no le dijera a otros pokemon lo que acaba de ocurrir.
─ Vaya ironía. No para de gastarme bromas pero no es capaz de aguantar una puya. Ese accidente al menos servirá de entrada para que se acople a los entrenamientos, y supongo que con eso se me ocurrirán algunas buenas ideas para ponerlo contra las cuerdas. Bien hecho, Ai.
─ Gracias, maestra.
Al día siguiente
El grupo había empezado la caminata desde temprano, y logran llegar a la ciudad en que se iban a enfrentar al segundo gimnasio. Sori esperaba encontrar pronto el gimnasio e identificar a qué se iba a enfrentar para así tener tiempo para planear alguna estrategia. Todavía latía en ella el temor de una derrota total y humillante en el combate, pero también esperaba que el entrenamiento rindiese sus frutos y lograse mostrar que estaba hecha para ser entrenadora. Por dentro estaba hecha un manojo de nervios.
─ Relájese, maestra. Si quiere nos vamos de compras antes de ir a pelear al gimnasio ─ le propone Ai.
─ Ai, ¿te das cuenta de lo que me estás proponiendo?
─ Es verdad. Otra vez parezco una niña ─ Ai se lleva las manos al rostro ─. Pero es que no consigo evitarlo. La otra vez que estábamos entrenando me sentía horrorizado porque pensaba que me estaba arruinando las uñas cuando estaba haciendo unas lagartijas en la tierra.
─ Pero si no tienes uñas, Ai ─ apunta Sori mientras alza una ceja.
─ Por esa razón me alarmé más. Incluso Sheena lo estaba tomando con más entereza, y es la única que sí tiene uñas para preocuparse por ellas.
─ Lo tuyo ni siquiera es que andes femenino, es que andas como princesa, Ai. Ese es tu problema.
─ Lo siento, maestra. Simplemente me es imposible evitarlo... ─ Ai se detiene en cuanto ve un espejo y se mira, dando un par de vueltas y perfilando las piernas ─ Como creí, con todo el entrenamiento que he hecho no consigo tornear bien las piernas.
─ Eso es porque el entrenamiento es para que batalles para mí contra otros pokemon, no para que desfiles en pasarelas, tonto Kirlia ─ Sori se regresa y se lleva cargando a Ai ─. Deja de mirarte tanto el cuerpo, que se supone que eres un chico, y bien sé que a ti no te van otros machos.
─ ¡Claro que no! ─ responde Ai con seriedad ─ Los chicos son unos brutos y unos desagradables. No hay manera de que me gusten ─ Sori se detiene y se queda mirando fijamente a Ai ─. Me refiero a que prefiero la compañía de las niñas. Es más agradable estar con ellas.
─ La verdad es que a mí nunca me ha ido el yaoi, por lo que me asustaría que de pronto andes buscando un novio.
─ Pero una cosa, maestra ─ Sori vuelve a mirar a su pokemon ─ ¿Puede cargarme de forma más gentil? Así parezco un costal de papas.
─ Sí, claro. Y si quieres te cargo como princesa.
─ ¿De verdad? ─ Ai se muestra ilusionado.
─ Es sarcasmo, idiota ─ Sori suelta a Ai ─. Ahora ubiquemos el gimnasio para luego ir al centro pokemon. Estoy cansada de caminar.
Sori no avanza más de una cuadra cuando en su camino aparece una chica castaña con un vestido blanco ligero. Aquella chica parecía tener algunas pociones y otros implementos consigo, lo cual llama la atención de Sori.
─ Disculpa, ¿dónde lograste comprar eso? Había oído que los habían encarecido mucho.
─ ¿Esto? ─ la chica de vestido blanco saca una poción ─ Me lo mandaron de Johto. No se me da muy bien andar de compras en regiones extranjeras, por lo que se me hace más fácil hacer las compras en línea, aunque no me he aprendido todavía la dirección de contacto de las tiendas de esta ciudad.
─ Ah, ya veo.
─ Y veo que eres una entrenadora ─ la chica castaña mira sonriente a Ai ─ ¿Vienes para el reto del gimnasio?
─ Así es ¿Sabes quién es el líder del gimnasio? ─ Sori se emociona al saber que podría obtener pistas.
─ Hablas con la líder. Un gusto, mi nombre es Jasmine, y fui elegida por la comisión de la liga de Johto para que ayudase a esta región a conformar su propia liga.
─ ¿Tú eres la líder? ─ Sori da un paso atrás, claramente sorprendida ─ N-no había pensado que una líder de gimnasio se pudiera ver tan... tan...
─ ¿Tan frágil? ¿Tan suave? Tranquila, varias personas me dicen exactamente eso, y más en esta región ─ Jasmine se echa a reír ─ Pero eso no significa que yo sea una líder de gimnasio fácil. Si vas a enfrentarte a mí, te recomiendo que prepares bien tu equipo, o de lo contrario lo pasarás bastante mal.
─ Sí, ya algo parecido me había dejado bastante claro la líder del gimnasio anterior ─ Sori siente un escalofrío cuando se puso a pensar en Sabrina ─ ¿Y qué clase de especialidad manejas como líder?
─ Oh, quieres saber cómo le haces para tener mejores oportunidades para vencerme ─ Jasmine amplía su sonrisa ─. Lo siento, pero si quieres vencerme, tendrás que hacerlo limpiamente. Simplemente empieza lanzando una pokeball y enfrenta a mis compañeros pokemon. Y si pierdes, pues al menos ya sabrías a qué te enfrentas para prepararte mejor.
Sori siente un escalofrío recorrerla. Por un momento había creído que esa chica había visto los temores que tenía dentro. Tal vez era que estaba siendo demasiado evidente con sus intenciones.
─ Maestra ─ Ai tira del bolso de Sori.
─ E-en ese caso voy a descansar un rato. Vengo de un viaje complicado ─ le dice Sori algo nerviosa.
─ Es lo que suelen tener los viajes ─ le dice Jasmine con simpleza ─. En ese caso te aviso que el gimnasio está a una calle en dirección sur. Búscame en cuanto te sientas capaz de echarle un ojo al lugar.
─ M-muy bien.
Jasmine va en dirección a donde había señalado, y Sori traga grueso. Había estado al lado de una líder de gimnasio. Puede que no se vea tan intimidante ni tan fuerte como Sabrina, pero Sori no quería confiarse. No por nada estaba allí para ser el segundo escalón en su paso por los gimnasios con rumbo a la liga.
─ ¿Maestra?
─ Descansemos, Ai. Necesitamos ideas frescas y bien pensadas ahora.
Una hora después
Luego de pasar sus pokeballs para la revisión y curación de rutina, Sori recoge sus cosas, y enconces se dirige al gimnasio, siguiendo las inidicaciones dadas por Jasmine. Ai iba bailoteando a su lado, bastante emocionado por todas las tiendas que iban pasando, algo que a Sori empezaba a molestarle.
─ ¿Podrías calmarte un momento, pokemon trapito? Te estás emocionando demasiado por ropa, que encima es ropa femenina.
─ Pero es que esa ropa se ve bastante bonita, maestra. Mire ese vestido ─ Ai pega su rostro a una vidriera ─ ¿Cómo cree que se me vería?
─ En serio tienes una vocación innegable para ser trapito ─ Sori mira al vestido, y luego a su pokemon ─. Pues no se te vería tan mal. Quitando que seas macho, creo que hasta te quedaría bien ¿Feliz? ─ Ai asiente contento ─ Entonces déjate de tonterías y acompáñame, que no tenemos todo el día.
El camino continúa para ambos, pero ahora la chica veía que su pokemon intentaba levitar en varias ocasiones, pero jamás conseguía mantenerse en el aire más que un par de segundos. Se figuraba que estaba intentando tener un mayor dominio de sus poderes psíquicos, una conducta mucho más "normal" a su parecer, aunque no le gustase en lo personal. Y en cuanto al camino, pues las indicaciones parecían ir bastante bien, e incluso llegan, al cabo de quince minutos, a un gimnasio en obras, exactamente igual al anterior, aunque en esta ocasión había un cuerpo de obreros, Machamps y Conkeldurrs trabajando en el lugar. Sori entonces se preguntaba entonces dónde sería que enfrente el reto del gimnasio, a falta de espacios para ello, cuando algo le toca el hombro y se encuentra con la chica que estaba buscando.
─ ¡Jasmine! Creí que no estabas.
─ Es mi deber hacer una supervisión de las obras del gimnasio, por lo que incluso si no estoy bastaría con esperar un poco para verme llegar ─ responde Jasmine tranquilamente ─. Lamento que ahora mismo no tengamos espacios disponibles para que aspires por mi medalla, pero te puedo compensar con alojamiento por esta noche.
─ ¿De verdad puedes hacer algo así? ─ Sori estaba sorprendida.
─ ¡Claro que sí! ─ Jasmine saca pecho con orgullo ─ Me asignaron una casa bastante bonita y espaciosa mientras estoy aquí a la espera de que traigan a un líder de verdad para este gimnasio. No se siente igual a mi hogar en Johto, pero es agradable. Acompáñame, por favor.
─ ¿Y-y la batalla?
─ Puede esperar, jovencita... Ahora que lo pienso, jamás me dijiste tu nombre.
─ Soria, pero suelen llamarme Sori.
─ Soria, ¿eh? Es un nombre bonito ─ dice Jasmine con una sonrisa ─. Creo que si tuviese una hermana o una hija, quisiera que su nombre fuese igual al tuyo. Realmente me gusta.
─ Vamos, no hace falta adular tanto mi nombre ─ Sori se pone bastante roja.
─ No es adulación. Realmente lo pienso.
Casa de Jasmine
Apenas entra allí y Sori pensaba que lo que había dicho Jasmine había sido simple modestia. La casa destinada a su alojamiento era bastante grande, y más tomando en cuenta que tenía dos pisos. Tal vez la líder resultaba mucho más importante de lo que parecía para que se le otorgara tal casona. No era del tamaño de la casa de Sori, pero eso no hacía que la chica la viese menos encantadora.
─ El dueño me había dicho que podía invitar a alguien para que viviese conmigo en mi estadía provisional, por lo que no pasa nada si invito a alguien a pasar una noche ─ Jasmine echa una mirada al reloj que había en la pared más grande del living ─. Lo único malo es tener que limpiar. No hay un servicio fijo de limpieza destinado a la casa, por lo que tengo que encargarme personalmente del aseo, pues no conozco a ninguna compañía por aquí que esté dispuesta a rentar el servicio.
─ Si quiere la ayudo ─ se ofrece Ai ─. Nunca he hecho nada como eso, pero igual estoy dispuesto a hacer el esfuerzo.
─ ¿Dispuesto? ¿Eres macho? ─ Jasmine mira con curiosidad a Ai, el cual asiente animado ─ Oh, pues te ves demasiado linda... quiero decir lindo para ser un chico.
─ No importa. Ya empiezo a acostumbrarme a que me vean como niña.
─ ¿Dónde quedó esa determinación tuya por actuar como un pokemon macho? ─ cuestiona Sori, a lo que Ai se encoge de hombros ─ Qué lamentable.
─ Bueno, aquí está la habitación para ti y tus pokemon, Soria ─ Jasmine abre la puerta de la habitación y con un gesto invita a Sori a que entre ─. Siéntete cómoda. Ahora mismo tengo que ir a supervisar las obras y cuando vuelva me pueden ayudar con algunas cosas por aquí. Será mañana temprano que puedas tener esa batalla de gimnasio que tanto quieres.
─ De acuerdo.
Sori entra a la habitación mientras Jasmine se retira. La habitación era más o menos del tamaño de la habitación de Sori, aunque todo su decorado interno le hacía sentirse completamente diferente, cosa que a Sori le parecía bastante bien. Lo último que querría es sentir que había vuelto a casa antes de tiempo. Se toma su tiempo para dejar sus cosas y dejarse caer en la mullida cama, mejor incluso que las del centro pokemon. Había espacio suficiente para soltar a sus pokemon, cosa que sin dudarlo un solo segundo hizo.
Sheena se mostró encantada tan pronto salió de la pokeball a causa de lo bonita que veía aquella habitación. Wendy se enrolló a sí misma porque en ese momeno deseaba tomar una siesta, cosa a la que ninguno de los otros pokemon le puso pero alguno. Y finalmente estaba Mariano, el cual lucía como si acabaran de regañarlo.
─ Muy bien, equipo, necesito que me escuchen atentamente ─ dice Sori con tono fuerte y serio, a lo que los pokemon la miraron ─. Mañana tenemos batalla de gimnasio. No hemos logrado identificar el tipo de pokemon al que haremos frente, pero igual les recomiendo que se preparen mentalmente para lo que se nos viene.
─ Una batalla, ¿eh? ─ Wendy se muestra entusiasmada ─ Va a estar buena para poner a prueba lo fuerte que me he vuelto.
─ ¿Qué es una batalla de gimnasio? ─ dice el Frillish rascándose la cabeza.
─ Lo único de lo que podemos estar seguros es que no es un gimnasio de tipo psíquico. Ya esa etapa la hemos pasado ─ continúa Sori ─. En fin, relájense todo lo que quieran, pero mañana temprano deberán estar todos listos, pues cualquiera de ustedes puede ser llamado al combate.
─ ¡Sí! ─ dice Sheena alegre.
Sori se levanta entonces de la cama y sale de la habitación. Sus pokemon podían descansar y entretenerse un buen rato sin ningún problema, aunque ya estuviesen advertidos de lo dura que sería la prueba de mañana. Al momento de salir, la chica se da cuenta de que Ai le estaba haciendo compañía.
─ ¿Por qué me estás siguiendo?
─ También quiero conocer la casa, maestra ─ responde Ai con una sonrisa inocente.
─ Bueno, siempre y cuando no hagas nada tonto...
Ambos empiezan entonces a revisar el lugar. Como Jasmine no se encontraba, pues podían tranquilamente ir y venir a sus anchas, aunque procuraba no causar mucho desastre por su camino. En eso de que iban revisando habitaciones, Sori abre una puerta y se encuentra algo bastante llamativo.
─ ¿Esta es... la habitación de Jasmine?
─ ¡Qué sitio más bonito! ¡Parece sacado de una revista! ─ Ai se pone a dar saltitos de alegría.
Entran despreocupadamente y se ponen a ver lo que allí había: La cama lucía espectacular, la habitación contaba con tele propia, aire acondicionado, adornos de pokemuñecos diversos sobre los estantes y en la cama... Todo se veía bastante bien, hasta que Sori se encontró con varias gavetas y le dio por revisarlas, a fin de satisfacer su curiosidad. Allí encontraba algunas prendas de ropa de Jasmine, incluyendo su ropa interior. Ni Ai ni Sori se imaginaban lo que acababan de encontrar.
─ ¿Puras pantis blancas de encaje? Esta chica se nota que adora dar una imagen angelical ¿Será que es una líder de tipo hada? ─ Sori saca más ropa interior y las revisa con genuino interés ─ Jasmine se nota que tiene muy buen gusto. Se sienten bastante bien...
─ Mire, maestra ¿Me queda bien esto? ─ Ai se acababa de poner un vestido, el más pequeño que había encontrado, pero igual le quedaba muy grande por varias tallas.
─ Te ves como un trapito, Ai. No sé ni para qué preguntas ─ Sori vuelve su atención a la ropa interior de Jasmine ─. Estas de verdad son bonitas, completamente adorables... Me pregunto si igual como se ven también huelen... ─ Sori se acerca un par de pantis y las huele con ganas.
─ ¿Qué está haciendo, maestra?
─ S-sólo estoy poniendo a prueba que estén limpias, nada más ─ le responde Sori sonrojada.
─ Ya veo. Entonces también quiero probar ─ el inocente Kirlia toma también algunas pantis, se las lleva al rostro y las huele profundamente.
Sori ríe con malicia. Así nadie iba a cuestionar que se tomara un rato de entretenimiento, así que vuelve a oler las prendas con gusto, cuando...
─ ¿Qué están haciendo con mi ropa?
Sori se pone de piedra al escuchar la voz curiosa de Jasmine. No la había oído venir, y tampoco tenía idea de cómo montarle una excusa para que no tomase represalias. Por su cabeza sólo pasaban estupideces que no creía que fueran a funcionar en lo más mínimo.
─ Su ropa es muy bonita, señorita Jasmine ─ Ai, todavía con el vestido puesto y las pantis en la mano, se acerca a la líder ─ ¿Cómo consigo un vestido así? Es que me gustan muchísimo.
─ Serás trapito, pero tienes muy buen gusto ─ le dice Jasmine con una dulce sonrisa ─ ¿Y qué me dices tú, Soria? ¿Te sorprende la calidad de mi ropa interior nueva?
─ ¿N-nueva? ─ Sori estaba algo descolocada.
─ Así es. Todo es recién comprado. Ocurre que mi designación había sido muy repentina, así que no tuve tiempo ni de empacar un simple vestido, así que el dueño de esta casa arregló a ofrecerme un contacto de una buena tienda de ropa que me trajo todo lo que ustedes están viendo ¿Verdad que tanta ropa nueva genera una grata sensación? ─ Jasmine se pone al lado de Sori y saca algunas de sus prendas ─. Tan solo hay que tocarlas, sentir el algodón y el lino cuando están nuevecitos. Tan solo imaginar lo bien que se van a sentir cuando las estrene me hace sentir como si flotara.
─ ¿De-de verdad?
─ Claro que sí, Soria. Incluso el olor a nuevo resulta atrapante. Vamos, pasa si gustas y huélelas así... ─ Jasmine se lleva sus propias pantis a la cara y se pone a inhalar con fuerza, y a Sori le sale una gota.
─ Quiero intentarlo otra vez ─ Ai otra vez se pone a oler la ropa interior.
No entendía cómo es que todo había acabado así, pero como las cosas no habían terminado mal, pues Sori no veía razón para lamentarse, así que simplemente se limita a volver a oler las pantis de Jasmine, pero ahora sin la más mínima expectativa de sentir el olor de su propietaria, únicamente era por seguirle la corriente a ella. Al menos hacía algo divertido y poco frecuente en su espera por el reto de gimnasio.
CONTINUARÁ...
Pelea para el próximo capítulo. La verdad es que pensaba que en este capítulo ya lo teníamos, pero esta trama introductoria con Jasmine se alargó más de lo esperado xD. En todo caso espero que hayan disfrutado el capítulo, que les haya parecido entretenido, y nos vemos muy pronto.
Hasta otra
