Primeramente buenas las tengan, feliz Año Nuevo y todo ese tema, aunque igual en mi OS SelenexLillie también les di ese mensaje en un tiempo más adecuado. En fin, empecemos con los reviews:

Xtractor68: ¿No conoces la canción "Caminar" de Furret? Tienes cero xD. Nah, busca en yutub esa canción y te darás cuenta. Furret literalmente es un meme con patas, no tan épico ni tan GOD como el "pero Niby", pero igual me encanta, tomando en cuenta que es mi "roedor regional" favorito. Y sí, he estado viendo últimamente Kimetsu no Yaiba. No termino todavía de ponerme al día (conozco la serie desde hace relativamente poco), pero ya he ido conociendo algunas cosas, y debo confesar que no pensaba realmente en Zenitsu cuando le di ese golpe de suerte a Nelly xD.

sandslash332: Los tiempos de maduración de los pokemon no es algo que realmente haya pensado demasiado a decir verdad, pero igual podemos dejarlo en que la Dratini es mojigata, esté o no esté madura todavía xD. Sé que algunos otros autores plantean el uso de animales a la par de la existencia de los pokemon, algo parecido a lo que fue el propio anime de pokemon en sus inicios (y que incluso fue la intención en algún momento), pero sinceramente yo ni siquiera he tomado en cuenta esa posibilidad xD. Voy muy a lo new school, así que de animales mejor no tener muchas expectativas, aunque sí te debo conceder que el tema de alimentarse de los pokemon, y las granjas y tal se termina torciendo un poco. Ya veré con el paso del tiempo, que yo siempre voy sobre la marcha.

¡Ah! Y te respondo también la interrogante con respecto a tu review en mi fanfic de Evangelion: Lo del feliz jueves es por seguirle el juego a un meme que veo con mucha frecuencia, en el que precisamente aparece Asuka cada jueves para desearle a uno, valga la redundancia, un feliz jueves xD.

Hora de la revancha I

Otros dos días habían pasdo desde que habían estado huyendo de la manada de Furrets, tiempo que Sori y Marco habían estado aprovechando para entrenar a sus pokemon, no solo en el sentido de hacerlos más fuertes y hacer que aprendieran nuevos movimientos, sino también dándoles mayores capacidades estratégicas y de trabajo en equipo. Ambos chicos estuvieron ese breve tiempo devanándose los sesos estudiando todas las posibilidades para que sus pokemon puedan salir avantes de cualquier batalla, especialmente de la que esperaban presentar en el gimnasio de Flannery. Tenía que ser rápido el avance, pues Sori no quería estar de nuevo en esa ciudad, y era imperante terminar con su asunto lo antes posible para así no tener que vérselas con su padre.

Justo en la entrada del gimnasio, el cual no parecía haber tenido demasiados avances en su construcción y se notaba todavía que faltaba mucho trabajo por hacer, ambos tenían a sus pokemon guardados, más que listos para ganar. No veían más opciones.

─ ¿Estás listo, Marco?

─ Por supuesto, Sori.

Con pies de plomo ambos van avanzando hasta que estaban a punto de entrar, cuando en eso se escucha un maulido un tanto apartado, haciendo que ambos se detivieran.

Justo por allí estaba pasando un pequeño Litten, y parecía tener hambre. Marco no lo duda un segundo para darle algo de comer, mientras que Sori, curiosa, se agacha para encarar al pokemon.

─ ¿Dónde está tu familia, pequeño?

El Litten simplemente baja la mirada. Se notaba bastante lamentable. Le recordaba a Sori un poco lo que había sido su Ralts en sus primeros días, aunque Litten no se notaba acobardado ni demasiado sumiso. Sori le acaricia la cabeza, y es que ese pequeño le estaba simpatizando un poco.

─ Se nota agradable pero no parece que tenga un hogar ─ Marco se acerca un poco más, y entonces tiene una idea ─. Sori, ¿qué tal si lo capturas?

─ Podría funcionar. Al menos puedo completar mi equipo, aunque ahora mismo no puedo utilizarlo para combatir ─ Sori se acerca un poco más al rostro del minino ─ ¿Qué tal si te unes a mí? ─ como el Litten se notaba algo dudoso, Sori ve que necesitaba complementar su invitación ─ Si formas parte de mi equipo puedes estar seguro de que seré una buena entrenadora, de esas que jamás se atreverían a obligar a sus pokemon que escuchen reggaeton...

─ Eso sería demasiado, Sori. Incluso un entrenador malo normal no podría llegar a cometer semejante bajeza. Es preferible liberar al pokemon y ya ─ Marco pone cara de horror.

─ Bueno, e igual cuando sea campeona de liga haré que en la comida de los pokemon hayan galletitas, muchas galletitas.

─ Me gustan las galletas ─ el Litten empieza a entusiasmarse.

─ ¿Galletitas? ¿De verdad?

─ Una cosa fundamental en quienes aspiran a especializarse a futuro en el tipo siniestro es que las galletitas son un requisito indispensable. Eso sí, en un futuro debo aprender a hacerlas, o de lo contrario no estaré calificada para ello ─ Sori se pone de pie y carga al Litten ─. Pero ahora tengo un pequeño problema.

─ ¿Y ese es...?

─ No quiero capturar a este pequeño Litten si no tengo un buen nombre. Recuerda que los pokemon recién capturados ofrecen un tiempo límite para ponerles un mote, o de lo contrario legalmente se tendrá que conservar con el nombre de su especie. Y ahí estará, un Litten más del montón, un Torracat más del montón, un Incineroar más del montón. Y tú también le pusiste mote a tus pokemon, así que no preguntes por qué lo hago yo también.

─ Tranquila, no estoy criticando ni nada. Solo era curiosidad ─ Marco saca entonces un pokecubo y se lo da al Litten, el cual se lo come gustoso ─ ¿Qué te parece, pequeño?

─ Está rrrrriquísimo ─ responde el pequeño agitándose de alegría.

Sori se queda de piedra. Ya tenía pensado su nombre.

─ Marco, puedes parecer idiota a veces, pero debo decir que esta vez me has iluminado.

─ ¿Eso es un halago o una ofensa?

─ Piensa lo que quieras. Lo que importa es que ya tengo un nombre para ti, pequeño ─ Sori saca su pokebola, toca la frente del Litten y lo captura sin problemas ─ Bienvenido a la familia, Tony.

─ Con esa bienvenida, creí que ibas a llamarlo Toretto.

En ese momento aparece Flannery. No estaba saliendo del gimnasio, sino que parecía que acababa de llegar, y estaba comiendo una hamburguesa mientras caminaba.

─ ¿Ustedes de nuevo? ─ Flannery baja por un momento su hamburguesa y mira algo impresionada a los chicos ─ ¿Dónde han estado? El centro pokemon está cerca de aquí, aparte que voy muy seguido allá por motivos de tener a tono a mi equipo, y en ningún momento los he visto.

─ No puedo hospedarme en esta ciudad. Mi padre me está buscando y no quiero que me encuentre ─ responde Sori frunciendo el ceño y extrañando a Flannery.

─ Ella es la hija del gobernador ─ aclara Marco.

─ ¿El desgraciado ese? ─ los chicos asienten, y Flannery decide guardar su hamburguesa en una bolsa que llevaba consigo ─ ¡Me hubiesen dicho y los alojo en el departamento que tengo alquilado! La organización no para de tener una y otra pelea con ese hombre. La última cosa que escuché es que tiene pensado obligar a que detengan la construcción de los gimnasios y que nos revoquen a los líderes temporales el permiso de estadía en la región.

─ ¿Qué cosa? ─ Sori estaba horrorizada.

─ Tal cual oyeron. De hecho, ya nos hubieran echado de no ser porque hay una fuerte presión de la opinión pública que impide que el gobernador pueda obtener la aprovación que necesita.

─ ¿Opinión pública? Pero en esta ciudad no vimos que pasara nada de eso ─ se extraña Marco.

─ Es la única de las ocho localidades de los gimnasios que eso no pasa, pero si quieren regresen y vean cómo están Sabrina y Jasmine bastante disgustadas y liderando enormes grupos para presionar a las autoridades para que no cancelen el levantamiento de los gimnasios. Si aquí no pasa igual es porque es donde el gobernador influye más directamente, y esta ciudad la habitan mayormente gente simpatizante de su gestión, o mejor dicho personas sin personalidad propia que sólo actúan acorde a lo que el gobernador ordena.

─ ¿Pero es que acaso nadie le ha dicho del equipo reciclaje?

─ ¿Equipo qué?

─ ¡El equipo reciclaje! Los bribones con cara de aliades que vienen de otros equipos criminales ─ Sori se pone a agitar los brazos, como si eso ayudara a describir mejor lo que decía.

─ ¡Ah, el equipo Fénix! El sujeto ese cree que todo se arregla a golpe de decreto. Piensa que no será difícil deshacerse de ellos simplemente haciendo ilegal las bandas criminales ─ los dos chicos se quedan tiesos donde estaban, incapaces de creérselo ─. Sé lo que están pensando, y estoy de acuerdo en que es absurdo. No estado jamás en ninguna región donde las leyes digan expresamente que las bandas criminales sean legales o que se sometan a regulación, y aun así en todas las regiones del planeta hay grupos criminales, ya sean grandes o pequeños, o incluso ladrones trabajando por cuenta propia. Eso me recuerda el ejemplo que en Sinnoh nació una iniciativa legal que señalaba que estaba prohibido meter en un intercambio a un pokemon que evolucione mediante ese método y que venga equipado con Piedraeterna, luego de un incidente que tuvo lugar en Puntaneva con una chica que intercambió un Haunter, y aun así hay algunas personas que creen que es gracioso intentar eso.

─ ¿Pero en qué está pensando? ─ Marco yacía cada vez más incredulo ante lo que venía escuchando ─ Eso es como dices, no va a detener al equipo Fénix. Si acaso hará que sus líderes se rían de él. Los entrenadores necesitamos apoyo para detenerlos, no parodias legales.

─ Ah, esa es otra. Escuché que a futuro quiere poner en efecto una ley para hacer ilegal el oficio de entrenar pokemon. No ha dado detalles al respecto, pero bastantes teorías han surgido.

─ ¿Hasta qué punto está dispuesto a llegar para obligarme a regresar a casa? ¿A cuánta gente más tiene que hundir para darse cuenta de que está excediendose? ─ Sori sentía mucha rabia, la cual crecía a medida que contemplaba el alcance de lo que estaba pasando ─ Primero era que estaba encareciendo los artículos pokemon para que yo no sea capaz de comprarlos y me vea obligada a tirar la toalla, y ahora esto...

─ Una cosa es que ese hombre no comparta nuestra pasión por los pokemon, pero otra muy diferente es que nos corte el paso a todos por un problema que debería ser estrictamente familiar ─ Marco también se molestaba por ello ─. Flannery, lamentamos mucho los inconvenientes. Seguro que tienes muchos problemas lidiando con esa gente.

─ Esto no es culpa de ustedes. Tú mismo lo dijiste, chico: Es un problema familiar. No tienen ningún derecho a hacer que los habitantes de la región tengan que sufrir por las rabietas de un solo hombre. Ahora vengan, que supongo que vienen por la revancha, ¿verdad?

Sori y Marco asienten. A pesar de lo que estaba pasando, necesitaban mantener firme el camino que habían trazado para ese día, o de lo contrario podrían verse en serios problemas.


Gimnasio

La construcción no había contado con cambios sustanciales. Se podía ver algún que otro friso reciente, algunos materiales movidos, pero nada más. Perfectamente se podría llegar a creer que estaba exactamente igual que la vez anterior si no se prestaba la suficiente atención, algo en lo que caían los chicos al momento de presentarse en el combate. En ese momento la prioridad absoluta era conseguir la tercera medalla para ambos, y luego de eso ya pensarían en lo que debían hacer respecto a lo que el padre de Sori andaba decretando de manera forzada sólo para presionar a la chica.

─ Espero que se acuerden de las reglas de nuestro anterior batalla, pues aquí aplicarán igual ─ les dice Flannery una vez que está en su posición de líder.

─ Seis pokemon tú, tres pokemon Sori, tres pokemon yo ─ Marco ya tenía su primera pokeball en la mano ─. Si uno de nosotros se queda sin pokemon perderemos ambos, pero si vencemos a todos nuestros pokemon nos iremos victoriosos.

─ Veo que sí se acuerdo. Eso es bueno. Ahora permítanme elegir primero a los pokemon que entrarán al combate ─ Flannery toma rápidamente dos pokeballs y las lanza ─ ¡Slugma, Quilava, entren ya mismo en acción!

Los mismos pokemon con que Flannery había empezado la otra vez. Ambos retadores tenían bastante fresco el recuerdo de lo que pasó la primera vez que se enfrentaron a ese dúo. Esta vez iban a dar un mejor primer paso.

─ ¡Dan, sal y ayuda! ─ Marco invoca a su Dodrio.

─ ¡Ahora me toca a mí! ─ Sori lanza su pokeball, saliendo... ─ ¿Qué demonios? ¿Tony?

─ ¿Qué es este lugar? ─ el Litten mira a su alrededor con curiosidad.

─ Sori, ¿no te diste cuenta de que tenías todo el rato la pokeball de tu Litten? ─ Marco mira un poco decepcionado a la chica, la cual se sonroja bastante.

─ ¡Tú cállate! Esto perfectamente podría haberle pasado a cualquiera. Díselo, Flannery.

─ Pues... el chico tiene razón. En todo mi tiempo como líder de gimnasio, tú eres precisamente la primera a la que veo lanzar por error un pokemon que no debe ─ le responde Flannery con algo de pena.

Sori se sonroja todavía más por la vergüenza y el enfado. Ya el error había sido cometido, por lo que no tenía más opción que respirar hondo y seguir adelante con ello. Sólo tenía el gran inconveniente de no conocer ninguno de los movimientos de su Litten, así que se apresura a sacar su pokedex para averiguarlo.

─ ¡Quilava, Pantalla de Humo! ¡Slugma, empecemos fuerte con Humareda!

─ ¡E-espera, Flannery! ¡Todavía no sé qué hacer con Tony!

─ ¡Ladrón, Dan!

El Dodrio de Marco se enfrenta justo a los pokemon de Flannery, y aunque recibe de lleno el movimiento de Quilava, igual consigue ser el primero en golpear a Slugma, el cual se ve superado y falla para llevar a cabo su ataque. Flannery abre bastante los ojos debido a la sorpresa.

─ Esto sí que es otra cosa. Ya no se ve como cuando los tenía completamente avasallados desde el primer minuto de combate. Me gusta.

─ Me honra mucho escuchar eso de una líder de gimnasio ─ Marco ahora mira a Sori ─ ¿Ya sabes qué movimientos puede usar tu Litten?

─ ¡Sí, ahora sí que lo tengo! ─ Sori se guarda la pokedex, lista para dar comienzo a su parte en el combate (aunque sin demasiadas expectativas para empezar del todo bien) ─ ¡Tony, usa Arañazo en Quilava!

El Litten, protegido por Dan para que no le afectara la Pantalla de Humo, se lanza en carrera para usar sus garras sobre Quilava. No consigue hacerle gran cosa (casi nada, de hecho), pero al menos era un comienzo, cosa que Sori agradecía internamente. Quilava se quita al Litten sin ningún inconveniente, obligándolo a retroceder hasta donde había estado antes.

─ Puede que sea nuevo en esto, pero es ágil. Eso me hará tomarlo un poquito en serio ─ Flannery pisa con fuerza antes de dar su siguiente orden ─ ¡Slugma, intenta nuevamente usar Humareda! ¡Quilava, repite con Pantalla de Humo!

─ ¡Pico Taladro con Slugma, Dan!

─ Ahí vamos, jefe ─ el Dodrio se lanza nuevamente al ataque, pero esta vez Slugma consigue adelantarse y usar su ataque ─ ¡Ayayay! Esto sí que está ardiente, pero mi novia lo es más.

Dan da el par de zancadas que le faltaban para alcanzar al Slugma y golpearle con su ataque de tipo volador. Nuevamente es alcanzado por el movimiento de estado de Quilava, pero ya eso fue después de hacer encajar su golpe. Humareda consigue extenderse en todas direcciones, no solo dañando a Dan, sino también a Tony, pero al ser de tipo fuego consigue mantenerse de pie, aunque igual había quedado muy dañado, mientras que Quilava recibe de lleno el movimiento y las llamas de su cabeza y lomo se agrandan bastante, dando a entender que estaba haciendo efecto su habilidad Absorbe Fuego.

─ ¡No podemos dejar que se beneficie más de esa habilidad, Tony! ¡Usa Última Palabra en Quilava!

Tanto Flannery como Marco se sorprenden al saber que el Litten de Sori era capaz de utilizar aquel movimiento. Tony no pierde tiempo y ruge con fuerza para lograr asustar un poco a Quilava y bajar su ataque y ataque especial, todo eso antes de regresar a la pokeball y que Sori pudiera finalmente sacar el pokemon que quería.

─ ¡Vengo por mi venganza! ─ Wendy se yergue orgullosa y mira ferozmente a sus oponentes ─ ¡Estoy lista, chica!

─ ¡Acua Cola!

─ ¡Usa Humareda de nuevo, Slugma! ¡Rueda Fuego sobre Dratini, Quilava!

─ ¡Pico Taladro, Dan!

Los pokemon de Flannery lanzan rápidamente sus ataques de fuego, mientras que Dan va al frente para lanzar su ataque volador. Wendy por su parte se sube de un salto al lomo del Dodrio y de allí se impulsa para eludir los ataques de fuego. Acto seguido usa su ataque de agua para golpear a Quilava y dejarlo bastante mal parado, mientras que Dan consigue rematar a Slugma. Flannery contemplaba a sus pokemon, uno ya debilitado y el otro bastante tocado, lo que significaba que debía cambiar un poco la táctica. Sonríe, viendo que la batalla ahora sí se ponía interesante.

Por su parte el Dodrio de Marco estaba también bastante dañado y con la visión bastante cortada. Había contado con bastante suerte hasta el momento para dar de manera efectiva todos sus golpes, pero así como estaba era cuestión de tiempo para que la racha llegara a su fin.

─ ¿Crees que puedas continar, Dan?

─ Por supuesto, jefe. Ya sabe que no nos rendimos ─ le responde la cabeza derecha a nombre de las tres.

─ Entonces tengan mucho cuidado, que todavía falta mucho por hacer para que salgamos victoriosos de aquí.

─ ¡Mucho, Wendy! ¡Muéstrales tu orgullo de dragón!

─ ¡Hagan fila, que los aplastaré a todos! ─ Wendy se notaba eufórica y lista para seguir combatiendo.

─ Vaya, ahora sí encuentro a retadores que quizás no tengan que intentarlo al menos cinco veces para obtener mi medalla ─ Flannery regresa a Slugma a su pokeball y luego saca a Growlithe, el cual usa su habilidad para bajarle un poco el ataque a Dan y Wendy ─. Tal vez deba cambiar la formación para exigirles un poco más.

─ Cámbiala las veces que quieras. No vamos por otra cosa que por la victoria ─ dice Sori altiva.

─ Entonces procedamos a continuar la pelea. Growlithe, Alarido. Quilava, Rueda Fuego.

─ ¡Ataque Rápido, Dan!

─ ¡Acua Cola con todo lo que tengas, Wendy!

─ La batalla continúa. El Dodrio iba con todo para golpear a Quilava, pero la visión le traiciona y termina golpeando a un lado sin conseguir dañar a su objetivo en absoluto, mientras que Wendy se desplaza a toda velocidad para dañar nuevamente a Quilava, pero es interceptada por Growlithe, el cual la muerde a un costadol. Ante la imposibilidad de alcanzar así a Quilava, Wendy opta entonces por golpear al cánido con su ataque de agua en toda la cara, logrando un daño crítico y derribándolo. No era lo que Sori tenía planteado en un primer momento, pero tampoco podía verlo del todo como un movimiento fallido. Quilava por su lado opta por atacar a Dan, aprovechando que estaba bastante débil, causándole un buen daño con su Rueda Fuego. No lo remata, pero sí lo había dejado bastante mal. Era evidente que Dan no sería capaz de aguantar un golpe más de parte de los pokemon de Flannery.

─ Esto está mal ─ Marco se lleva una mano a la cabeza ─. Ya casi está derrotado. En cualquier momento deberé sacar a mi próximo pokemon.

─ Tú ve pensando en cuál sacar mientras yo me encargo de aflojarlos un poco ─ dice Sori sin apartar la mirada de la arena de combate ─ ¡Wendy, es momento de darle un buen calambrazo a ese Growlithe con Rayo!

─ Esa idea me gusta muchísimo...

Wendy invoca entonces una potente descarga que cae directamente sobre Growlithe, el cual estaba bastante aturdido para siquiera intentar esquivarlo, cosa que Flannery había notado en un primer momento, por lo que sólo podía ver lo ocurrido con cierto pesar que su pokemon resultaba nuevamente dañado de manera importante, en vista que el ataque especial de Wendy, a diferencia de su ataque físico, se mantenía bien, y de paso Growlithe termina paralizado por el ataque.

─ ¿Y bien? ¿Qué te parece que Wendy ahora esté mamadísima, Flannery?

─ ¿Lo preguntas en serio? ¡Me encanta lo que has hecho con tu pokemon, chiquilla! ─ Flannery empieza a reírse por lo bajo ─ Tu amigo no lo está haciendo nada mal, pero tu manera de ser hace que tu actitud en combate se note más cambiado en comparación. Aprovechaste bastante bien estos dias que han tenido para mejorar sus equipos. Toca mostrar mis respetos entonces ¡Growlithe, usa Lanzallamas! ¡Y tú, Quilava, saca del juego de una vez a Dodrio!

Los pokemon de Flannery obedecen sin pensárselo mucho. Dan tenía la impresión de que Marco le gritaba algo, pero fue atacado por un Rueda Fuego demasiado rápido y termina en el suelo, inconsciente. Growlithe expele de su boca su ataque de fuego en dirección a Wendy.

─ ¡No dejes que eso te detenga! ¡Acua Cola de nuevo!

Wendy, tan altiva como podía ser, usa su cola cubierta con agua para detener el Lanzallamas de Growlithe. El calor seguía siendo lo bastante intenso para dañar un poco la piel de la Dratini, pero el mismo se veía bastante disminuído gracias al ataque de tipo agua que en ese momento estaba funcionando como un escudo. Una vez que el Lanzallamas desaparece, Wendy salta con todas sus fuerzas para dar otro ataque. Sólo necesitaba que Sori le indicara el movimiento adecuado.

─ ¡Dragoaliento!

Dicho y hecho, Wendy usa su ataque y golpea el lomo de Growlithe. El pokemon de Flannery ni siquiera pudo moverse en ese momento, pues su parálisis no le daba oportunidad a esquivarlo, y el daño que estaba recibiendo ahora lo dejaba bastante delicado.

En cuanto a Marco, este guarda a su Dodrio para sacar en el acto a su Sirfecht'd. Ver que Sori y su Dratini luchaban con tanta intensidad resutlaba estimulante para no decaer por la derrota de Dan.

─ Amadís, te encargo este combate.

─ Aunque mil pokemon siniestros pretendan hacerme frente, os juro por mi honor y mi espada que jamás me acobardaré en el combate, mi señor ─ le asegura Amadís antes de ponerse en posición de combate.

─ Muy bien, nuevamente el tablero está lleno ─ Flannery en ese momento tenía una sonrisita maliciosa ─. Puede que ahora mismo esté en desventaja, pero eso no tiene necesariamente que significar un problema...

─ ¡Wendy, Onda Trueno con Quilava!

─ Amadís, usa Demolición también con Quilava.

─ Quilava, Protección. Growlithe, Rugido.

Sori y Marco se horrorizan al escuchar el comando de Flannery. Habían olvidado completamente que Quilava era capaz de usar Protección, lo cual le libra del daño en combate de ambos ataques, mientras que Growlithe, pese a quedar rezagado por su estado, consigue sobreponerse a la parálisis y usa Rugido en Wendy, regresándola a su pokeball, y en su lugar sale nuevamente Tony. Sori siente un tic en su ojo, pues veía que la cosa se empezaba a poner fea de pronto.

─ Ahora sí. Con este cambio ahora tengo tiempo para reacomodar mi situación en la batalla...

─ ¿Eh? ¿Otra vez estoy fuera? ─ el Litten miraba a su alrededor algo confundido ─ ¿Qué debo hacer?

─ ¡Quilava, usa Nitrocarga!

─ Ahí voy ─ el Quilava no lo duda un segundo y carga con todo contra el Litten, pero al último momento ve que el Sirfecht'd intercepta su golpe ─ ¿Ah?

─ En muy buena hora aparezo. Ahora, noble doncella ─ Amadís mira a Sori ─, haced lo que debáis para no caer ante tan funesta derrota.

─ Eso ni falta hace decirlo ¡Tony, Última Palabra de nuevo!

Tony asiente antes de realizar nuevamente su movimiento, y de nuevo lo dirige a Quilava para disminuir sus dos ataques, y luego regresa a su pokeball. Sori sonríe confiada por pensar que Quilava ya no podría hacer daño con tanta eficiencia, cuando la invocación de su siguiente pokemon se dispara, saliendo Nelly.

─ ¡Finalmente un combate para lucirme! ¿Quién es el primero que probará mi poder de legendaria?

─ ¡Nooooooooo! ─ Sori se lleva ambas manos a la cabeza ─ Yo tenía pensado que iba saldría Wendy de nuevo.

─ Sori, eso te pasa por depender tanto del azar ─ Marco se queda mirando con reproche a la chica.

─ ¡Ya mi plan empezó torcido! ¡Todo lo que me quedaba era improvisar para ver si tenía suerte! ─ Sori mira por un momento a su pokemon ─ Y me temo que esta vez no es tan así.

El combate tenía que continuar. Quilava y Growlithe contra Amadís y Nelly. Sori y Marco no estaban tan mal como la otra vez, pero tampoco estaban seguros de ir del todo bien, especialmente Sori.

CONTINUARÁ...


Capítulo 35 finalizado. Para el próximo capítulo el combate va a salir un poquito más comprimido en comparación con la primera vez que Sori y Marco lucharon contra Flannery, principalmente porque luego entra Ai en escena, y quedaría muy feo cortar así el combate de gimnasio. Eso sí, eso no significa necesariamente que Sori pueda seguir directamente su camino. Todavía hay unas cuantas cosas que tiene que hacer. Y ahora sí, me despido de ustedes.

Hasta otra