Me retrasé de nuevo, aunque afortunadamente no de manera tan bestia como la vez anterior. De todos modos quiero que sepan que esto sigue adelante, pase lo que pase. Esta historia llegará a su final por más tiempo que tome xD. Ahora, antes de empezar:

sandslash332: Está bueno que veas que han pasado muuuuuchas cosas en estos últimos capítulos, y que las tomes en cuenta prácticamente de una en una también me parece genial. No es la idea hacer el fanfic más profundo de la historia de Pokemon, pero con cumplir en el propósito de entretener y de dejar en claro qué personajes están mal de la cabeza, cuales son directamente unos desgraciados, o cuales pueden ser agradables o recurrentes me vale. Tampoco era la idea de que la situación con el villano fuera a alcanzar el clímax ya al final, especialmente tomando en cuenta que no es el jefe final (y para eso todavía falta). De todos modos me parece genial que de tan buena manera lo destacaras.

Hora de la limpieza

Los efectivos del equipo Fénix ya se habían ido hace casi una hora, pero eso no significaba que no hiciese falta estar evaluando toda la zona. Al estar los guardas de la reserva muertos, pues era imperante tomarse por su propia mano la tarea de revisar que todo estuviese bien, que era de sobra sabido que no era así, pero igual el esfuerzo era necesario. Muchos pokemon quedaban por ahí, asustados y confundidos por sus evoluciones anticipadas, y estaban generando un alboroto por todos lados, asustando a aquellos pokemon que fueron más afortunados y no pasaron por lo mismo.

Un caso particular era el de un Aggron prematuro que trataba de regresar con su familia, compuesta por su madre y varios Aron y un Lairon que, se supone, son sus hermanos mayores. Ese Aggron no tenía control alguno sobre su cuerpo al no haber tan siquiera pasado por la etapa de ser un Lairon para así asimilar de mejor manera su transformación, por lo que ahora andaba tambaleante, confundido y estresado, a punto de causarle daño a aquellos pokemon en los que intenta buscar consuelo.

─ ¡Espérate un momento! ─ aparece una pequeña Riolu que se atraviera en el camino del Aggron ─ Haz el favor de tranquilizarte, que estás asustando a tu propia familia, grandote.

─ ¡Yo no quiero ser Aggron! ¿Qué me hicieron? ─ el infante sobredesarrollado empieza lanzar fuertes coletazos al suelo, generando temblores en el lugar ─ ¡Quiero a mami!

─ ¡Te estoy diciendo que te calmes! ─ la Riolu da un salto para subirse al cuerpo de Aggron y lo trepa rápidamente para así terminar sobre su cabeza ─ No creo que quieras lastimar a tu mamá, ¿verdad?

El Aggron se detiene un momento y ve que tanto su madre como sus hermanos temblaban de miedo ante su presencia. Él estaba haciéndose ver como una amenaza, y eso lo pone mucho más triste. Nelly sonríe al ver que el Aggron estaba accediendo a lo que le decía, pues eso era indicativo de que dicho pokemon podía estar bajo control si conseguía estar completamente tranquilo. Sólo necesitaba seguir hablando con él.

─ No te pongas triste, grandote. Tal vez no se pueda hacer que vuelvas a ser como antes, pero piensa que si consigues controlar tu actual cuerpo puedes ayudar a tus hermanos más pequeños. Pasarías a ser el hermano mayor ahora.

─ ¿Yo puedo ser el hermano mayor? ─ el Aggron sube la mirada para enfocar a Nelly, la cual ahora estaba sobre su nariz.

─ ¡Por supuesto que sí! Pero para que lo puedas ser de verdad necesitas calmarte, respirar lento y hondo, y luego ver qué tal te sale moverte para así no hacerle daño a nadie sin querer.

El Aggron asiente animado y hace lo que Nelly le indicó al pie de la letra. Se da un momento para respirar de manera tranquila, y luego intenta levantar los brazos de manera fluida. Le pesaban bastante, al punto que tenía que tirar de ellos para moverlos, dando como resultado un movimiento bastante violento y con potencial a causar daño a cualquier pokemon pequeño que estuviese cerca. Pero en esta ocasión lo hace teniendo cuidado de no dañar a nadie que tuviese cerca, y Nelly se mantenía encima de su hocico en todo momento, guiándolo para que así pudiese inspirar más confianza y causase el menor daño posible.

Y no era el caso de Nelly únicamente. Los pokemon de Sori y de Marco, además de Harry y Jhonny, se daban a la tarea de buscar a los pokemon evolucionados que más problemas tuviesen para actuar correctamente bajo el control de su propia voluntad, y todo eso mientras llegaban las autoridades, aunque estas llegaron por la denuncia de explosiones de parte de unos transeúntes que habían pasado cerca y se habían asustado. Era una situación bastante conveniente, aunque los dos chicos tuvieron que permanecer en el interior de la reserva para así mantenerse refugiados, pues no se olvidaban de los guardas muertos que estaban en aquella cabaña. Claro que sí dejaron expuesto y bien atado a aquel científico loco y a algunos soldados del equipo Fénix para que así las autoridades dispusiesen de ellos como procediese.

─ Veo que sigues esforzándote para hacerte fuerte, niña ─ Mary se acerca a Sori con una sonrisa cariñosa, aunque Sori simplemente alza una ceja.

─ Y veo que ustedes se aparecen donde sea que me encuentre. Esto pareciera acoso.

─ Pues será de tu parte. Mi hermana y yo hemos estado apoyando a los pokemon que habíamos salvado la otra vez, cuando se apareció aquel sujeto, o cyborg, o qué carajo quiera que sea ─ Mary usa su mano-tentáculo para revolverle el pelo a la chica mientras Marco se quedaba mirando ─. Igual te digo que a mi hermana y a mí nos estás cayendo bastante bien, así que me alegra verte de nuevo.

─ Bueno, al menos no me estás metiendo mano, así que ese saludo está pasable ─ dice Sori para sí misma, pero Mary alcanza a oírla.

─ Pues te puedes sentir con suerte, que ya sabes cómo son ─ le dice Gwen apoyada en un árbol cercano, dando a entender que también ella escuchó.

─ Lo hago así porque hay un chico mirando, además que tú estás con nuestro lindo sobrino. De otro modo ya estaría viendo si tu cuerpo se sigue desarrollando, jeje.

Sori hace un puchero y se sonroja, pero se abstiene de decir absolutamente nada. Simplemente no veía que fuera el momento adecuado para decirle nada al respecto, además que no se le ocurría nada para responderle. Bien podría replicarle diciendo que ella no se dedica a manosear a ninguna de las dos hermanas, pero tomando en cuenta lo bromistas que son, le habrían devuelto la respuesta diciendo que perfectamente podían hacerlo para así incomodarla más.

─ ¿Y qué tal los resultados del entrenamiento del Kirlia? Supongo que habrá logrado algo ─ Marco señala con la mirada a Ai, el cual estaba contándole sus vivencias a Wendy mientras ayudaba a otros pokemon.

─ Ha hecho un muy buen progreso. Jhonny le ayudó muchísimo en lo referente a fuerza física y especial y el aprendizaje de nuevos movimientos, pero se nota que es un poco tosco para enseñarle a comprender el dominio de los mismos, así que mi hermana y yo intervinimos para enseñarle a controlar sus nuevos movimientos.

─ ¿De verdad? ¿Y qué movimientos nuevos conoce ahora? ─ dice Sori interesada.

─ Bola Sombra y Fuerza Lunar. Pensé que con revisar tu pokedex bastaría para enterarte.

Mary empieza a reírse mientras Sori se siente como una tonta por no haber pensado en revisar esa opción antes de preguntar nada. Saca entonces el aparato y comprueba por sí misma lo que Mary le acababa de decir. Efectivamente, nota que Ai ahora sabía usar Bola Sombra y Fuerza Lunar, movimientos fuertes sin ninguna duda. Sori suspira un poco y se guarda el aparato.

─ Tocará lidiar con un movimiento de tipo hada entre los preferibles para salir al ataque, aunque supongo que es lo mejor para Ai.

El Kirlia escuchó su nombre y se acerca a su entrenadora, dejándose llevar por la simple curiosidad de saber de qué estaba hablando. Sori mira por un momento a su primer pokemon, notando que todavía llevaba puesta la Piedraeterna.

─ ¿Por qué llevas eso puesto? ¿No era que querías evolucionar en un Gardevoir para volverte más trapo que nunca? ─ Ai se limita a asentir, y Sori enarca un poco las cejas ─ ¿Y entonces qué? Con esa Piedraeterna no vas a evolucionar, da igual cuánto entrenes o cuánto tiempo llegue a pasar.

─ Ya lo sé. Esta Piedraeterna me la dio mi papá.

─ Sí, no hay manera de que me olvide de esa cosa ─ dice su madre también prestando atención al objeto ─. Pensé que se desharía de ella después de que le di mi Piedra Alba, pero al final no fue así, no sé por qué.

─ La cosa es que no quería evolucionar si no me estabas viendo, maestra ─ Ai se acerca todavía más a la chica, haciéndola sonrojar un poco ─. No me viste evolucionar en Kirlia, y por eso quiero que esta vez sí puedas verme. Por eso he entrenado con esta Piedraeterna.

─ Hace unos cuantos días que habría logrado evolucionar si no la hubiese llevado. A eso se le llama dedicación ─ dice Mary bastante contenta antes de mirar a Gwen ─ ¿A poco no es algo conmovedor, hermana?

─ Te dije que no soy tu hermana.

Las cosas en los alrededores continúan tal cual. El paso de las autoridades hace que Sori se mantuviese escondida entre los árboles, siempre procurando estar lejos de donde ellos pasaran, pues temía que pudieran intentar capturarla. Claro está que sus pokemon eran ya lo suficientemente fuertes para ayudarla a evitar eso, pero definitivamente era mejor estar fuera del foco hasta que llegue al próximo gimnasio. Realmente empezaba a cuestionarse que hubiese sido una buena idea haber hecho caso a Flannery, pues ahora era prácticamente una celebridad por la región, o eso creía, pero en todo caso no lo sería por lo que por mucho tiempo quiso serlo.

─ Es bastante desagradable tener que estar escondido como un Ratatta.

─ Ya me imagino que sí ─ Mary alzaba su mano-tentáculo como si se tratara de una antena parabólica para estar al tanto del paso de las autoridades ─. Todavía necesitas darnos detalles sobre lo que has hecho mientras estábamos separadas de tu y de nuestro lindo sobrino.

─ Pues no sé qué decirte. Me enfrenté a una líder de gimnasio, nos dio una paliza a Marco y a mí, volvimos y conseguimos la revancha, y después de eso le tuve que plantar cara a mi padre, pues resulta que pretende abolir la liga pokemon de la región antes de que termine de tomar forma.

─ ¿De verdad? Pero si logra su objetivo significa que tú no podrás completar el tuyo.

─ Exactamente. Hace todo lo que considera necesario para convencerme de que estoy perdiendo el tiempo y que lo mejor para mí es seguir sus pasos, así sin más.

─ No sé casi nada de esas ligas. Nunca tuve la oportunidad de participar en alguna batalla de gimnasio, pero sé que hay muchos entrenadores ilusionados con la idea de estar venciendo los gimnasios en muchas regiones por la que he pasado, y muchos incluso hablaban de sus ideas de alcanzar el puesto de campeón, y nunca faltan quienes detallan sus pasos y estrategias para hacer gala de sus logros por los gimnasios. No sé, siendo que no he tenido la oportunidad de estar en algo así, pues se me hace un poco abstracto. Sólo veo que todos los entrenadores quieren hacerse con prestigio con respecto a otros, pero para que algo así esté en una situación tan polémica, debe ser mucho más entonces.

─ No recuerdo si alguna vez tuvimos esta conversación, pero la verdad es que sí. El campeón se convierte en el entrenador más reputado de su región, el más respetado y admirado, pero también es la meta a alcanzar de los demás entrenadores. Todos quieren ser fuertes, intentan una y otra vez superar las obstáculos y entrenar lo mejor posible a sus pokemon para que así les sea posible alcanzar aquella cima en la que se encuentra el campeón. Su imagen significa esperanza, y su posición es una insinuación para ser un digno sucesor de su puesto.

─ Todo el mundo quiere estar en aquel puesto privilegiado. En esencia es eso, presumir paquete ante otros entrenadores ─ Mary amplía su sonrisa ─. Lucir fuertes y geniales realmente es un importante aliciente para los entrenadores.

─ Sí, creo que es incluso más común que el hecho de contar con los pokemon en ese sentido...

─ Ser entrenador me parece lo mismo que quienes me tuvieron cautiva prácticamente toda la vida ─ Gwen interrumpe con cierto desgano, haciendo que tanto Sori como Mary y Ai volteasen a verla ─. No le veo mucho sentido a nada de eso. Perfectamente pueden estar maltratando a los pokemon y obligándolos a pelear en batallas que no quieren para así presumir fuerza, y el resultado sería el mismo.

─ Yo no creo que sea de esa manera ─ le responde Sori ─. No niego que hayan entrenadores que se exceden, o que contemplan la fuerza como único objetivo para ser entrenador sin importar nada más, pero también los hay que se entienden con ellos, al menos medianamente bien.

─ Mi hermana Gwen no sabe mucho de eso, chiquilla ─ Mary la retiene al poner su mano-tentáculo en el hombro. Digamos que ella es de las que ha llevado la peor parte de la vida en esclavitud. Siempre la elegían más para aprovecharse y abusar de ella. Y encima está el hecho de que no pudiéramos llevarla con nosotras cuando escapamos, por lo que no ha tenido el mismo tiempo que mi hermana y yo para descansar de todo aquello.

─ No hace falta entrar en tantos detalles ─ Gwen ahora mira a Ai ─ ¿Qué me cuentas tú, hijo? ¿Acaso esa humana te simpatiza tanto como para seguir con ella, a pesar de que tuviste tu oportunidad para estar lejos un tiempo?

─ Sí, la quiero mucho ─ responde el Kirlia sin ninguna duda ─. Al principio sí quería huir, pues daba miedo y no estaba contenta con nada ─ Sori frunce el ceño de manera exagerada ─. Pero no es tan mala. A pesar de que no puedo leer su mente, eso no me impide querer entenderla.

Gwen se queda mirando fijamente a Ai por un rato. Seguían escuchándose con prístina claridad a los pokemon de Marco y Sori ayudando en lo que puedan a Harry y Jhonny, pero eso no cortaba para nada la atmósfera presente entre madre e hijo. Finalmente Gwen suspira pesadamente.

─ ¿Un entrenador considerado y simpático con los pokemon? Eso es demasiado raro para mí. No puedo imaginar algo así.

─ Ya verás que mi maestra es así, mamá. Sólo espera.


Por la noche

Las cosas estaban mucho más calmadas, y los pokemon evolucionados estaban finalmente bajo control. Los pokemon encargados de contenerlos y encaminarlos ahora querían un merecido descanso, y más especialmente Mariano. El Frillish estaba tirado en el suelo y con los tentáculos dispersos de manera caótica.

─ ¿Todavía no está la cena? Siento que muero ─ se queja el mismo Mariano con un tono demasiado dramático.

─ Se nota que no aguantas nada ─ se burla Teodora antes de abrir bien grandes las fauces ─. Yo sí puedo aguantar hasta dos semanas sin probar absolutamente nada y ando fuerte, y en aguante total podría aguantar casi medio año.

─ Pero no soy tú. Sólo quiero comer ─ Mariano se da la vuelta para no encarar a la Feraligatr.

Teodora gruñe y dirige la mirada a otro lado. Mientras eso ocurre, Marco, Sori, Ai, Harry, Jhonny, Jane y Gwen estaban reunidos para cenar. Cabe destacar que Gwen miraba con cierto temor a los dos chicos. Era notorio que tenía bastante fresco el trauma, aunque Marco y Sori procuraban no darle demasiada importancia.

─ Mi hermana nunca deja de divertirse ─ Jane saluda a Mary, la cual estaba usando sus poderes para hacer volar a los pokemon pequeños ─. Nuestro pequeño gran ejército no para de crecer.

─ Una bonita vida familiar, sin duda ─ dice Harry con tono alegre y nostálgico ─. Más que un ejército, parecieran que son sus hijos. Mira cómo están esos pokemon riéndose.

─ No sé cómo le hacen, pero es efectivo ─ Sori también presta atención ─. El instinto materno parece que les puede bastante.

─ ¡Desde luego que sí! ─ Jane se muestra orgullosa antes de levantarse e ir con su hermana ─ Y ahora, si me disculpan, tengo que ayudar a mi hermana a acostar a los pequeños.

Ai había permanecido en silencio hasta ese momento, oyendo las conversaciones tranquilamente mientras estaba comiendo todas las bayas que le habían servido. Una vez que se las había acabado todas, pensaba que era el momento correcto, por lo que se quita la Piedraeterna y la deja a un lado, saca un Caramelo Raro y empieza a comérselo.

─ Creo que ya es hora. Finalmente voy a evolucionar ─ anuncia de golpe, haciendo que todos volteen a verlo.

Al no haber más iluminación que la fogata y las estrellas, el destello que empieza a emitir el cuerpo de Ai resulta enceguecedor, y más para quienes estaban cerca de él. Su cuerpo empieza a pegar un importante estirón, llegando a ser el doble de alto que unos segundos atrás. Sus piernas son de las que más se alargan, aunque se mantienen delgadas, además que se ven completamente envueltas. Las dos coletas en que estaba recogido cabello desaparece, siendo sustituido por un cabello corto y estilizado. Los cuernos que sostenían su cabello desaparecen, y en su lugar surge una cresta roja que pareciera atravesar su pecho, pues también estaba sobresaliendo en su espalda. Y sus manos también crecen mucho, aunque destacaba especialmente que ahora cuenta con un dedo más en cada mano. Sori estaba boquiabierta al ver que su máxima pesadilla se volvía realidad.

Sí, aquella fue su mayor pesadilla, pero a su vez pensaba que si era lo que Ai deseaba, entonces no podría haber tenido un mejor resultado.

Al momento de abrir los ojos y contemplar el mundo desde la perspectiva que le ofrecía su nuevo aspecto, Ai se mira las manos y luego se mira el cuerpo. Se notaba curioso, como si estuviera intentando reconocer el cuerpo que ahora tenía. Mueve una pierna hacia delante y hacia atrás, y luego gira la mirada hacia atrás, y finalmente mira a su entrenadora.

─ Maestra… ¿qué tal me veo?

─ Ai… ─ Sori estaba boquiabierta, algo sonrojada por la cara de inocente curiosidad que ponía su pokemon ─ Pues creo que te ves…

─ Muy trapo ─ interrumpe Jhonny imitando la voz de Gru diciendo "muy macho".

─ Jhonny, no era contigo esa pregunta ─ le regaña Harry con tono monocorde.

─ Pues… lo que Jhonny dijo. Te ves trapísimo ─ Sori se acerca a su pokemon y empieza a estirarle los cachetes ─. Tienes la cara tan suave que pareces una princesa. Tienes el cuerpo tan delgado y estilizado que si no te conociese pensaría que eres una chica de verdad, aunque no tengas pechos grandes, y encima me pones un gesto de niña curiosa imposible de pasar por alto.

─ Realmente no creo que fuera una buena idea que hicieras eso, hijo ─ le dice Gwen algo preocupada ─. Piensa que eso te puede impedir conseguir una pareja, especialmente si dicha pareja espera de ti un espécimen varonil.

─ Mamá, la que yo quiero es mi maestra, y a ella le gustan las chicas ─ le responde Ai, dejando completamente fría a la Gardevoir de fuego ─. Es un poco raro todo, pero de todos modos no es como que me presionara mucho la idea de ser un Gardevoir o un Gallade. Simplemente elegí ser un Gardevoir para el capricho de mi maestra... y también porque me gusta la ropa femenina.

─ Bien macho tienes que ser para admitir algo así sin complejos ─ dice Jhonny en voz baja.

─ Hablando de eso, ¿alguien ha visto a Princesa? ─ dice Harry acordándose de pronto del Vaporeon.

─ ¿De quién? ─ dice Marco.

─ ¿Me hablaban? ─ aparece finalmente el Vaporeon, y Sori y Marco se lo quedan mirando raro ─ ¿Qué pasa? Jamás han visto a un Vaporeon tan sexy como yo?

─ Gratis no ─ le responde Sori algo pálida ─. Y definitivamente pensaba que los Vaporeon blancos eran una leyenda ¿De qué círculo del infierno saliste?

─ De ninguno. Simplemente estuve todo el día limpiando mi hogar, que tantos árboles derribados y pokemon lanzando golpes a lo bestia alteraron mucho el agua donde vivo. Y mi nombre es Princesa. Un gusto conocerlos, y les doy la bienvenida al equipo.

─ Irónico, porque estos dos fueron quienes empezaron a darle forma al equipo ─ Marco señala con la mirada a Sori y su ahora Gardevoir ─. Y también yo pensé que los Vaporeon blancos no existían ¿Qué clase de mutación eres?

─ Me ofendes con eso. Como se sigan metiendo conmigo me los garcho a ambos ─ amenaza Princesa con una sonrisa maliciosa, haciendo que tanto Marco como Sori se asustaran, y Sori llega a abrazarse fuertemente a Ai ─. Así me gusta. Infundir miedo es mi pasión, jeje.

─ ¿La comida ya está lista? ─ vuelve a quejarse Mariano.

CONTINUARÁ...


Para el próximo capítulo entra en escena el cuarto gimnasio, y por lo tanto estamos oficialmente en la zona media de la historia, al menos dependiendo de las subtramas que se me vayan ocurriendo sobre la marcha. Muchas gracias por leer, y nos vemos muy pronto.

Hasta otra