Debí poner que entra en escena la cuarta líder y no el cuarto gimnasio en sí, pero la cosa es que finalmente aparece en este capítulo, y de paso hay lemmon ¡Sí, hay lemmon! Bueno, toca responder, que es lo que se debe:
sandslash332: Pues sí que pareciera acoso lo de Mary y Jane con Sori xD. Debo decir que me costó un poco más de lo previsto el proceso de las presentaciones y las primeras interacciones, especialmente con Gwen. Y ni qué decir de Princesa, que de plano casi se me olvida incluirlo. Se nota que esperabas que hiciese algo diferente con la evolución de Ai, pero al final como que no. De todos modos no es como que me vaya a lavar las manos con respecto a la Gardy OC, que igual sí va a seguir apareciendo, empezando justo con este capítulo. Sólo avanza y verás.
Mucho sol
Los últimos cuatro días de viaje habían resultado tranquilos pero extenuantes. Pasaba que últimamente estaba haciendo un calor infernal, y tanto Sori como Marco y los pokemon de ambos lo estaban pasando realmente mal en todo momento, especialmente en los momentos de entrenamiento, por lo que optaban por hacer eso temprano por la noche para no sobrecalentar a los pokemon, mientras que de día los pokemon estaban en sus pokeballs mientras los dos chicos avanzan en su camino. En vista de que Jhonny, Harry, Mary, Jane y todo el grupo de pokemon que estaban con ellos se quedaron atrás para ayudar a seguir ordenando en la reserva, pues los dos chicos no iban tan acompañados. Sólo tenían que lidiar con Gwen, la Gardevoir de fuego.
─ Ustedes andan un poco blandengues. Mira que estar sudando tanto con apenas diez minutos de caminata ─ la Gardevoir también iba caminando, pues ni siquiera contaba con el control necesario sobre sus poderes psíquicos para flotar ─. No sé qué le ve mi hijo a una niña que parece helado derretido con tan poca cosa.
─ ¿Te quieres callar por una vez? ─ Sori estaba usando un sombrero de copa ancha y estaba usando un folleto turístico a modo de abanico ─ Tal vez a ti te guste estar todo el día en un sauna al aire libre, pero yo no soy tan tolerante.
─ ¿Sauna? ¡Pero si esta temperatura se siente muy bien! ─ Gwen mira hacia el cielo despejado, el cual brillaba con exagerada intensidad hasta que el sol se acerca a su rango de visión ─ Definitivamente me habría gustado tener muchos más momentos en mi vida disfrutando del sol de esta manera.
─ Pues quédate aquí y disfruta del sol todo el día ─ Sori saca con algo de apuro una botella de agua y se la acaba de un trago ─ ¿Cuánto falta para llegar al siguiente gimnasio? Estoy en la mierda y necesito un baño.
─ Pues ya casi llegamos, y lo mejor es que el tramo que nos falta tiene algo de sombra para que sea más tolerable ─ le responde Marco mientras se pone a revisar otro folleto que estaba en sus manos ─. Yo también estoy necesitado de un baño. Siento como si la ropa se estuviera fusionando con mi piel de tanto que estoy sudando.
─ Pues vamos rápido, que no me hace ilusión conocer tu cuerpo a detalle debajo de tu ropa ─ Sori intenta avanzar corriendo, pero con apenas cinco pasos ya se sentía agotada ─. Este calor del demonio va a acabar conmigo. Marco, llama a tu Feraligatr y haz que use Danza Lluvia. La necesitamos.
─ Lo haré, pero te aviso que no le gusta estar usando movimientos fuera de un combate. Ella es más de simplemente estar echada y teniendo la boca abierta.
Marco saca su pokeball e invoca a Teodora. Ante la orden de usar Danza Lluvia la Feraligatr gruñe un poco al ver que no salía para simplemente echar una siesta, pero igual obedece e invoca una ligera lluvia que duraría solo unos pocos minutos. El suelo era duro y no se vuelve fango, pero tampoco es que hiciera falta. Lo verdaderamente importante era que la temperatura del lugar bajara, que pisar el suelo no quemara a través de los zapatos y que el sol se mantuviese unos cuantos minutos oculto. Sori y Marco se sentían bastante aliviados y hasta sueltan un gemido de alivio, mientras que Gwen gruñe con inconformidad.
─ Demasiado hermoso para ser duradero.
Una hora después
El grupo termina de avanzar el tramo faltante para así llegar al pueblo donde esperaba el cuarto gimnasio. Ambos chicos estaban eufóricos por haber logrado el objetivo, pero no tenían las fuerzas necesarias para ponerse a pegar brincos y celebrar su llegada a ese lugar. En vez de eso, lo que ambos chicos querían era bañarse y descansar un buen rato, y más cuando la pequeña lluvia invocada por Teodora había pasado, por lo que el sol volvía a imponer su yugo por el lugar, y más especialmente sobre la piel de los dos humanos.
─ Un baño... Necesito sentir el agua sobre mí ─ Sori gira la vista con desesperación, buscando una posada o un motel en el cual hospedarse.
─ Pues saca a tu fantasmita y dile que use Pistola de Agua contigo.
─ Lo más probable es que quiera usarlo consigo mismo para no resecarse con el calor tan infernal que hace, así que mejor no.
─ Ustedes no aguantan un poquito de calor. Supongo que al no ser de tipo fuego no tienen la misma tolerancia que yo ─ Gwen empieza a ver unas cuantas personas transitando por una calle cercana, lo que empieza a ponerla nerviosa ─ ¿Y no hay la posibilidad de que pasemos la noche en otro lado? No me gustan las aglomeraciones, y menos cuando las conforman humanos.
─ Entonces quédate a dormir afuera, pero yo quiero dormir de manera decente en una cama ─ Sori mira con impaciencia a su suegra ─. Ai tendría que estar avergonzado. Él lloraba mucho, pero no tanto como tú, ni ponía tantas excusas... Bueno, él casi no ponía excusas. Prácticamente le decía que saltara en una pata y él lo intentaba aunque eso le significara caerse.
─ Lo que estoy entendiendo es que lo maltratabas, niña mugrosa ─ Gwen le dirige una mirada despectiva a su nuera (o mejor dicho noera).
─ ¿Acaso estás buscando pelea?
─ ¿Se quieren callar? ─ dice Marco algo fastidiado por la discusión ─ Están haciendo un numerito a mitad de una zona pública, y hay personas viéndolas.
─ ¿Qué? ¿Personas? ─ Gwen mira en todas direcciones y se vuelve a poner nerviosa ─ No puede ser. De verdad están mirando hacia acá...
─ Con esa agorafobia vamos a tener bastantes problemas ─ Sori suspira de manera cansada.
Media hora después, en un hotel
No había sido demasiado complicado conseguir alojamiento. Ya entrando al pueblo habían visto buenos lugares en los cuales quedarse. El único inconveniente tenía que ver con que los precios no resultasen exorbitantes, pero afortunadamente no era así. Sori y Marco había rentado entonces dos habitaciones contiguas para así descansar, cada quien con sus respectivos pokemon. Gwen se quedó en la habitación de Sori, pues no todo en la vida puede ser perfecto. Ambas se llevaban bastante mal. Gwen tenía de por su una visión negativa y plagada de desconfianza hacia los humanos en general, y a Sori le desagradaba su manera de hablarle, como si Sori tuviese la culpa de todas las cosas malas que le hayan pasado a aquella curiosa Gardevoir.
Definitivamente esa pokemon era su suegra. No podía ser de otra manera.
─ Ya salgan. Hagamos una revisión general ─ dice la chica al soltar a todo su equipo.
Afortunadamente la habitación contaba con el espacio suficiente para que todos los pokemon pudiesen estar fuera de sus pokeballs sin que eso significase un problema grave de espacio, aunque claro estaba que Wendy no podía andar con su cuerpo completamente estirado y esperar que todos siguiesen igual de cómodos.
─ En breve tenemos que ir a buscar al siguiente líder de gimnasio ─ Sori se cruza de brazos e inspecciona a su equipo con la mirada ─. No sé quién carajo es, ni en qué se especializan sus pokemon, pero tomando en cuenta que ya hemos pasado por gimnasios de tipo psíquico, acero y fuego, pues creo que el cuarto gimnasio no debería estar especializado en ninguno de esos tres tipos.
─ Pero el abanico de opciones sigue bastante abierta ─ dice Mariano algo nervioso ─. Todavía quedan muchos tipos elementales para enfrentar...
─ Y no los enfrentaremos todos, tonto. Ninguna liga abarca tantos gimnasios, o al menos no hasta donde sé. Claro que hay muchos tipos elementales posibles, pero al final sólo uno es el que vamos a enfrentar.
─ ¿Y qué haremos en ese sentido, maestra? ─ dice Ai, y luego de hacerlo se lleva las manos al cuello, pues no se acostumbraba todavía a la voz tan femenina que tenía ─ Vaya, hablo como mujer adulta. Está genial.
─ Con tal de que no te parezcas a tu madre te aguanto lo que sea.
─ Un día de estos te hago pedazos con mis poderes ─ Gwen mira a Sori con desprecio.
─ Quiero verte intentándolo ─ Sori le dirige una mirada burlona.
Ai miraba a su madre y a su entrenadora. En ese momento pensaba que iba a ser bastante difícil hacer que se llevaran bien, y ni siquiera era un momento adecuado para intentar nada. Sori se va al baño con algo de urgencia, y Ai no lo duda un segundo para expresar su curiosidad.
─ ¿Maestra?
─ Vengo en un momento. No quiero tumbarme en la cama estando bañada en sudor.
─ ¿Y nosotros qué hacemos mientras esperamos? No quiero aburrirme ─ se queja Mariano.
Sori gruñe brevemente, pero fácilmente encuentra la solución a todos sus problemas. La habitación afortunadamente contaba con un televisor, así que la chica busca el control remoto al lado de dicho aparato y lo enciende. Los pokemon se muestran bastante sorprendidos al ver que en aquella pantalla, tan plana y amplia a la vez, aparecían humanos y pokemon haciendo cualquier tipo de cosas. Sori está cambiando los canales hasta que encuentra un documental sobre el estilo de vida de los Wooper de Paldea, incluyendo su dieta y otras cosas más. Luego de eso pensaba que ya estaba lista para bañarse a gusto, cuando escucha el timbre de la puerta. Era apenas la primera vez, pero las prisas de parte de Sori hacía que aquello fuera suficiente para empezar a crisparla.
─ ¿Quién mierda es?
Abre la puerta, encontrándose con una chica de cabello castaño corto y algo abultado, con una ropa algo curiosa que dejaba ver su vientre, y especial atención exigían los pechos de esa chica, de muy buen tamaño. Sori llegó a fijarse en el busto de esa chica antes de intentar mirarle la cara.
─ Mi cara está arriba, y además creo que las tuyas tienen el mismo tamaño, chica ─ Sori sube finalmente la mirada, y la visitante sonríe ampliamente ─. Eres exactamente como Flannery me había descrito.
─ ¿Flannery? ¿La líder de tipo fuego?
─ ¡Oki doki! Es bueno ver que te acuerdas de esa chica, por lo que puedo pasar a presentarme directamente ─ la castaña hace una leve y muy elegante reverencia ─. Me llamo Gardenia, y soy la líder temporal del gimnasio de este pueblo. Quiero darte la bienvenida, además que quería comprobar si realmente eres como Flannery me había comentado, o si por el contrario habría exagerado algún detalle.
─ No sé qué fue lo que te dijo ella de mí, pero quiero que sepas que fui capaz de derrotarla, así que no deberías subestimarme.
─ Claro, chica ─ dice Gardenia con una cálida sonrisa ─. La venciste al segundo intento y en un dos contra uno en el que tu novio y tú le hicieron frente a mi colega.
─ ¿Flannery te dijo que Marco y yo estamos juntos? ─ Sori siente un tic en el ojo y fuerza una sonrisa para nada convincente.
─ Pues sí, aunque Jasmine me aclaró que eres un poquito pervertida. Mira que andar metiendo mano a la ropa interior de otras personas...
Sori empieza a sudar copiosamente. Realmente se había hecho con bastante fama, pero no de la manera que solía soñar. Mentalmente se dice a sí misma que debería ser más discreta con los próximos líderes de gimnasio... y también con cualquier persona de imagen y/o autoridad de la liga, a fin de no hacer el ridículo de forma gratuita. Gardenia aprovecha el momento para entrar a la habitación y echarle un ojo al lugar. Como Sori recién estaba llegando, pues no había ningún cambio importante en esa habitación con respecto a las demás de ese hotel, más allá de los pokemon contemplando con gran interés la televisión. Incluso Gwen parecía hipnotizada con lo que veía en esa pantalla.
─ Encantador. Se nota que tratas a tus pokemon con cariño.
─ ¿Tú crees?
─ Perfectamente podrías dejarlos guardados en las pokeballs y olvidarte de ellos hasta que surja una nueva batalla, pero en lugar de eso les permites tener un rato de ocio, aunque parece que es la primera vez que ven una tele encendida.
─ Yo también lo creo. Es la primera vez que enciendo un televisor desde que empecé mi viaje ─ Sori ya no veía el momento para poder bañarse, pero Gardenia parecía demasiado interesada en ella como para irse ─. Si no te molesta quiero irme a tomar un baño. Vengo de un viaje largo y complicado, así que...
─ Báñate tranquila. Yo también quiero ver el National Pokegraphic ─ Gardenia termina de entrar y se acerca a la tele, los pokemon no se dan cuenta de su presencia ─. Estos programas me encantan. Anda, ve y báñate a gusto, que de todos modos todo el mundo en este pueblo me conoce. Si algo pasa conmigo fácilmente te dirán dónde me vas a encontrar, y encima tienes a tus pokemon aquí.
Sori estaba boquiabierta y poniendo cara de póker. Gardenia se la acababa de jugar, y ahora no tenía manera de sacarla de allí, así que termina por encogerse de hombros y se lleva una toalla al baño. Ya no quería seguir más tiempo con aquella sensación.
Baño
Daba la impresión de que las paredes estuviesen insonorizadas o algo así. Sori sabía que los pokemon estaban señalando a algún pokemon curioso cada vez que apareciese, pero desde allí no podía escuchar nada. Mejor así, pues lo que quería en ese momento era relajarse después del viaje que había hecho. Habían sido pocos pero intensos días ante el calor y el camino totalmente descubierto ante el inclemente sol, y sentirse rodeada de agua tibia resultaba maravilloso. Un par de veces hunde la cabeza en la bañera, y su cabello se esparce en todas direcciones, sólo para pegarse a su cara en cuanto volviese a sacarla del agua.
─ ¿Se puede, maestra?
─ ¿Ai? ─ la chica voltea lenta y perezosamente la mirada para ver a su pokemon asomando la cabeza por la puerta ─ ¿Pasa algo allá afuera?
─ Nada, es solo que el programa terminó, y ahora están todos viendo otra cosa, incluyendo a aquella humana que me dijo que usted la invitó ─ responde el ahora Gardevoir con un tono inocente que a Sori le hacía pensar que seguía siendo el Kirlia de pocos días atrás ─. Y también noté que llevaba mucho tiempo en el baño.
─ Y sinceramente no tengo ganas de salir nunca ─ Sori apoya sus brazos sobre el borde de la tina para reposar su rostro sobre estos ─. Aquí se siente demasiado bien. Hace tiempo que no me bañaba de esta manera.
─ Ya veo.
─ Ven aquí, Ai. Ven ─ la chica hace un gesto con su mano, y el Gardevoir obedece, cerrando la puerta en el proceso ─ ¿Sabes que no puedo sacarte en la próxima batalla de gimnasio?
─ Pues no.
─ Luego de haberte quedado con Pikamacho y con las dos brujas aquellas, se nota que te has vuelto mucho más fuerte. Sacarte ahora mismo al combate tal vez no sea justo, además que necesito que los demás pokemon de mi equipo estén en forma. De nada me sirve haber hecho un equipo si luego tú eres el único que se puede lucir.
─ Tiene sentido, maestra. No importa, que igual siempre habrá una oportunidad para mí, ¿verdad?
─ Ese es mi trapo.
Ai sonríe ante aquellas palabras, como si Sori lo halagara por alguna hazaña. Siente la empapada mano de la chica pasar por sobre su cabello de manera suave, y Ai interpreta aquello como una invitación a que se acercara más, interpretación justificada al sentir que la mano tira suavemente de él. Humana y pokemon tenían sus frentes unidas, y sus rostros se iban poniendo más y más rojos.
─ Realmente ya no eres aquel Ralts llorón y autómata, y tampoco eres un Kirlia inocente, afeminado y curioso. Ahora eres un Gardevoir inocente, afeminado y curioso como cuando eras un Kirlia, pero precisamente por ser un Gardevoir creo que algunas cosas cambiarán, ¿verdad?
─ Supongo que sí, maestra.
Sori sonríe ampliamente. Algunas cosas realmente cambiarían. Psíquico y hada, dos tipos de la tabla elemental que ella despreciaba completamente a causa de su fanatismo por los pokemon de tipo siniestro. Pensaba que los pokemon psíquicos eran unos debiluchos que ante los siniestros sólo podían bajar la cabeza, y los pokemon de tipo hada le generaban repelús por la manera en que manifestaban su ventaja ante los pokemon siniestros.
Y ante ella yacía un pokemon que juntaba precisamente a aquellos dos tipos elementales que siempre había despreciado, pero no era capaz de despreciar en absoluto a ese pokemon.
Junto a él aprendió que no solo es posible, sino incluso necesario, abrir la mente y darle una oportunidad a otros tipos de pokemon para así mejorar de verdad. Quería ser la mejor entrenadora especializada en el tipo siniestro, pero antes necesita aprender tan siquiera lo básico para entrenar pokemon, y ahora era capaz de hacer eso, e incluso podía permitirse pequeños momentos de alegría y diversión. Una vez dijo que no quería sustituir a Ai por nada del mundo, por muy fuertes y geniales que fuesen los pokemon siniestros que estuviesen a su disposición. Y ahora, más que nunca, mantenía esa postura.
Pasan a besarse. No lo hacían desde antes de separarse, y al momento de unir sus bocas ninguno de los dos quería parar. A fin de querer asegurar que el beso durase tanto como fuera posible, Sori sostiene la cabeza de Ai por los costados. Quería ir más allá. Sale de la tina, y poco le importa que su cuerpo estuviera chorreando una cantidad importante de agua. Lo que le interesaba era sentir a Ai tanto como fuese posible.
Sori era una chica alta, o al menos lo era un poco más que Ai, quien al parecer su tamaño era el promedio en su especie, no estaba seguro. De todos modos la diferencia de estaturas ya era lo suficientemente baja como para que Sori necesite agacharse o levantar a Ai para tenerlo de cara a ella. Podía invertir sus energías íntegramente en tener el cuerpo de Ai pegado al suyo. Se estaba excitando rápidamente, y podía sentir que Ai también lo estaba. En ese momento ambos se acuerdan de la primera vez que lo hicieron, justo en aquella habitación de hospital. En aquel momento ya era incuestionable que un vínculo afectivo se había formado entre ellos, uno más intenso de lo normal, y ahora tenían completamente asimilado ese vínculo, por lo que ni siquiera se detendrían a decirse nada. Si había algo que decir, pues lo dirían más tarde.
Ai lleva sus manos hasta las caderas de su entrenadora. Las sensaciones se iban haciendo cada vez más intensas. Sabía perfectamente que Sori se había dado cuenta de su naciente necesidad de hacerse uno con ella, y el hecho de que el beso sólo se haga más intenso lo interpretó como que le concedía ese permiso que necesitaba. Sentía que era el momento adecuado, cuando Sori corta el beso y mira hacia abajo, y enseguida da un pequeño grito de susto.
─ ¿Maestra? ─ Ai estaba entre confundido y preocupado.
─ N-no es nada... ─ Sori continúa con la mirada fija hacia abajo ─ Sólo es que me acordé de una vez cuando niña que vi un documental de la evolución de los Magikarp en Gyarados. Esa vez gritaba de asombro cuando salía el Gyarados y pegaba aquellos sustos ante la cámara.
─ No entendí nada, a decir verdad.
─ Da igual, tontito. Sigamos.
Sori toma a Ai por los hombros y vuelve a besarlo, y ella misma se pone de espalda contra la pared para que así Ai procediese a penetrarla. No hace falta esperar mucho, pues Ai igual ya iba a hacerlo. Los movimientos no se hacen esperar. Ninguno de los dos quería darle largas innecesarias al momento, así que Ai iba entrando y saliendo con cierta rapidez a la vez que Sori lo besaba una y otra vez, además que las manos de la chica pasan a toquetear y frotar la cresta del Gardevoir.
─ ¡Kyaa!
─ Ese gritito tan femenino me encanta... Siento como si tuviese una novia futanari... Se siente genial... ─ dice Sori con una amplia sonrisa mientras su rostro se pone cada vez más rojo.
Ai no había entendido nada, pero tampoco le urgía saber. Lo que le más le interesaba era seguir adelante con su entrenadora. Se sigue moviendo, algo torpe pero con rapidez, logrando llegar hasta el fondo de su entrenadora para luego salir a medias y repetir el proceso. No era algo que hubiese tenido planeado, pero estaba feliz de que las circunstancias se dieran. Ambos estaban complacidos por ello.
Aprovechando la situación de la estatura de ambos, Sori hunde el rostro de Ai entre sus tetas, y el sentir la respiración de su Gardevoir pasando entre sus tanques de grasa hacía que sus gemidos incrementaran ligeramente su intensidad, y dichos gemidos los soltaba justo sobre el oído de AI. Quería que la escuche, que sintiese en cada centímetro de su propia piel lo pervertida que podía ser con él.
Los movimientos de Ai se hacen cada vez más rápidos. Aquella sesión de amor que querían darse mutuamente parecía que acabaría de manera tan brusca y fortuita como había surgido. Daba igual. Lo importante era disfrutar el momento sea cual sea el tiempo que dure, así que una vez más se besan, justo antes de que el éxtasis se desbordara momentáneamente para ambos. Ai se abraza fuertemente a la cintura de Sori cuando aquello ocurre, y Sori también lo abraza con fuerza. Aprietan sus dientes para no terminar gritando por el placer que habían obtenido.
Pasan unos pocos segundos, y ambos pueden relajarse un poco mientras se dejan caer sobre el mojado suelo del baño. Mantienen su abrazo, pero esta vez el abrazo era mucho más suave. La cabeza de Ai reposa sobre los pechos de Sori, y la chica sonríe al ver que tenía a su primer pokemon así, en sus brazos. Sentía que el sueño podría vencerla, pues había olvidado por un momento que venía del agotamiento por el viaje.
─ Será divertido el viaje que nos espera. Lo sé, y eso es porque tú estás aquí para mí, Ai.
─ Siempre lo estaré, maestra.
Quería dormirse ahí mismo, pero Sori sabía que no podía. Intenta apurarse para salir del baño, pues de verdad que le quedaba poco para terminar de caerse dormida. Ya para otro momento podrían seguir juntos, sin que nadie se dé cuenta de lo que pase entre ellos dos.
Dormitorio
Gwen y los pokemon de Sori siguen emocionados con lo que estaban viendo por la tele. Gardenia por su lado mira la hora, pensando que en breve tenía que irse de allí. Deja una nota sobre la cama de la chica para así irse sin problemas. Los pokemon ni se dieron cuenta.
─ Flannery y Jasmine parece que omitieron cosas ─ dice para sí misma entre risas la líder estando ya en la puerta ─. Esa chica es una graciosa pokefílica. Seguro que si leyese las historias de Sinnoh se sentiría algo identificada, aunque creo que debería ser más discreta, especialmente cuando hay visitas.
Gardenia cierra finalmente la puerta. Nadie se da cuenta. Nadie lograría entender la pregunta de Sori en cuanto saliese finalmente del baño para ir a acostarse.
CONTINUARÁ...
Ahí lo ven, ha pasado de nuevo. Una escena de lemmon, que desde el principio de los tiempos (o desde el principio de este fanfic, que ya es lo mismo) vengo diciendo que habría lemmon en este fic. Claro, sí que hay escenas de lemmon, pero hace un buen rato que no lo incluía. Espero que les haya gustado este capítulo, y pues nada, nos vemos en otra ocasión.
Hasta otra
