Bueno, han pasado varios meses desde la última vez que escribí aquí. Fuera de un periodo entre noviembre y diciembre en que la computadora se dañó, debo decir que no tengo excusa alguna por tardarme tanto. Bueno, más vale tarde que nunca. Y ahora, antes de empezar como se debe:
sanslash332: Tu comentario de verdad ha sido más largo que mi capítulo. Se nota que te apasiona xD. Lo que más puedo decir de momento es que vas a ver a la suegrita hermosa de Sori dando guerra. Ahora es que empieza esta hermosa aventura entre ellas, y la gran cuarta batalla de gimnasio (o quinta, tomando en cuenta que con Flannery debió repetir) comienza finalmente. Y en cuanto a las historias de Sinnoh, eso tiene que ver con los juegos, que allí señalan que antaño los humanos y pokemon eran iguales y que podían incluso casarse. Turbio para el fan más casual, rikura máxima para los pokefílicos xD. Disfrútalo.
A la luz y entre el verdor
Luego del baño y de estar un rato viendo televisión un tiempo junto a sus pokemon, Sori aprovecha que estaba atardeciendo para finalmente salir, pues así podía evitar cocinarse a fuego lento bajo el intenso sol. Aquella chica que la había visitado, la líder de gimnasio, no estuvo cuando había salido del baño junto a Ai, y afortunadamente no habían indicios de que hubiese robado nada (y aunque lo hubiese hecho, los valientes de sus otros pokemon no habrían hecho nada por estar viendo la tele).
La diferencia de temperatura se hacía notar. Lejos que aquel abrasador ambiente por el que tuvo que pasar hasta que finalmente encontró alojamiento, ahora podía transitar más tranquilamente y sin necesidad de estar buscando desesperadamente una sombra o una botella de agua fría para vaciársela encima. Aquella parte de la región de verdad contaba con unas fluctuaciones de temperatura tan salvajes que no entendía cómo es que había un pueblo para empezar, y más cuando claramente la gente de allí estaba haciendo exactamente lo mismo que ella, es decir salir justo a esa hora por no atreverse a poner un pie afuera durante todo el día.
─ Este lugar es rarísimo. Me pregunto en qué tipo se especializa aquella chica en su gimnasio…
─ ¿Conociste a la líder de gimnasio de este pueblo? ─ aparece Marco, haciendo que Sori se sobresalte un poco.
─ Sí. Parece que Flannery corrió el rumor de mis berrinches hacia los demás líderes de gimnasio. No sé cuánta gente más lo sabrá. Supongo que eso dependerá de lo que los líderes y mi propio padre se atrevan a hacer público al respecto.
─ En ese caso no creo que por tu padre haya mucha gente que sepa lo que pasó. Los políticos siempre buscan verse bien parados ante las cámaras, por lo que un escándalo que los envuelva a ellos o sus familias es algo que buscan evitar a toda costa, por muy grave que llegue a ser.
─ En ese caso no hace falta explicarte más ─ Sori frunce un poco el ceño, cuando tiene una idea que sabía que no funcionaría, pero igual la pondría en marcha ─. Y una cosa, ¿te interesa alojar esta noche a la Gardevoir que nos acompaña? Es un amor de pokemon y…
─ Olvídalo. Lidia tú sola con tu suegra ─ le responde Marco con burla ─. No vas a convencerme de que podré siquiera dormir tranquilo con ella cerca. Parece que se divierte criticando a los demás y echándoles en cara lo mucho que desconfía de ellos. Te ha tocado una suegra algo pesada.
─ ¿Algo pesada? ¡Es insoportable! ─ Sori se revuelve un poco el cabello al recordar la convivencia que ambos debieron tener con Gwen ─ Pensé que jamás tendría a mi lado a un pokemon con el que me pudiera llevar peor que con Wendy en nuestros primeros días, ¡pero mi suegra la rebasa por mucho! Ni siquiera tenía idea de quién era yo y ya me odiaba y me decía que no debería estar con Ai.
─ Tú también solías ser prejuiciosa, Sori. En ese sentido creo que deberías respirar hondo antes de perder los estribos.
Ahí Marco tenía razón, por lo que Sori suspira derrotada y con fastidio. De verdad que no le faltaba ganas de deshacerse de la madre de Ai, pero no podía, especialmente porque no quería lastimar a su pokemon. Realmente se sorprendía al ver el nivel de cambio que había experimentado de decir una y otra vez a gritos que sólo admitiría pokemon de tipo siniestro en su equipo a no querer sustituir por nada del mundo a su primer pokemon que estaba tan cerca de ser siniestro como Trace estaba de ser un campeón igual de difícil que Cynthia. Recordaba cuando insultaba continuamente a su pequeño Ralts y lo culpaba de su propia inexperiencia e impaciencia al punto de agredirlo, y en cambio ahora hasta se sentía fuertemente atraída emocional y sexualmente por aquel Gardevoir en que se había convertido, además de confiar en su capacidad y fuerza como antes no lo habría intentado ni loca.
Necesitaba paciencia para ver si la horrible relación que tenía con Gwen daba al menos un leve viraje, que con eso podría darse por satisfecha.
─ Igual creo que será un infierno tener que convivir con ella ─ suelta finalmente la chica ─. No la soporto. A veces me pregunto si Ai en algún momento llegó a odiarme cuando era yo la que se ponía mala por todo de la misma manera que Gwen lo hace para joderme la existencia.
─ Todavía te pones mala por todo ─ le responde Marco, a lo que Sori le dirige una mirada asesina ─. Pero al menos te controlas un poco más. Antes eras grosera sin más, pero ahora podrías simplemente pasar como una chica de carácter fuerte.
─ Tal vez, pero a mí me gusta hacerme ver femenina. Lesbiana y con carácter fuerte no me hace automáticamente machorra, y tampoco quiero ser vista así. También tengo derecho a verme tranquila, dulce y amable de vez en cuando.
─ Supongo que eso requiere un poco de autocontrol, pero no lo veo imposible para ti ─ Marco ríe un poco, cuando se encuentra con la entrada del gimnasio ─ ¡Mira, Sori! Podemos entrar para ver cómo es el gimnasio.
Ambos chicos se acercan entonces con interés a las puertas y tratan de abrirlas, pero se encuentran con que estaban cerradas. Era raro aquello, y se ponen a buscar si es que había un timbre o algo por el estilo para anunciar su llegada, pero lo que terminan encontrando es un anuncio pegado a la pared.
Horario de atención:
8:00 a.m. a 4:00 p.m.
Marco y Sori estaban con los ojos en blanco contemplando el anuncio. Eso significaba que no tenían posibilidad alguna de pasar por allí temprano al amanecer y tampoco a la misma hora en que se encontraban. Obligatoriamente tenían que estar por esos lados cuando el sol castigaba cruelmente la piel de los valientes que se atrevieran a salir.
─ ¡Esa desgraciada! ¿Por qué odia tanto a los entrenadores como para obligarlos a presentarse a semejantes horas? ─ Sori se pone a golpear el anuncio, y Marco se la queda mirando.
─ Comprendo tu frustración, Sori, pero parece que tengo que repetirte lo del autocontrol.
─ ¡ESTOY PERFECTAMENTE BAJO CONTROL! ─ Sori parecía que estuviera a punto de cometer un asesinato, por lo que Marco prefiere no acercarse ─ ¿Dónde está esa mujer para decirle lo que se merece? ¡Esto no se hace!
─ Disculpen, ¿están buscando a la líder Gardenia? ─ aparece un hombre viejo que estaba llevando algunos insumos de limpieza consigo ─ Ella no vive en este pueblo. Ella se encuentra en un refugio en las montañas donde se dedica a cuidar de pokemon heridos. Por eso tiene un horario de atención algo cerrado.
─ Esa ha sido una manera bastante ingeniosa para justificar que no esté a estas horas ─ dice Marco alzando una ceja ─. Eso significa que no tiene mucho sentido intentar buscarla ahora mismo. Es una mala suerte.
─ Igual debería arreglar su horario para permitir que los entrenadores vengan en un horario más digno ¿Es que esa desgraciada no siente el sol que hace por estos lados? ─ Sori golpea una vez más el anuncio ─ ¿Qué se supone que haremos así? Mañana tendremos que exponernos al sol otra vez ¿Qué clase de maltrato es este?
─ Los líderes de gimnasio nunca actúan de manera gratuita ─ objeta Marco mientras ambos empiezan a caminar de vuelta ─. Estoy seguro que esa tal Gardenia hace algo al respecto dentro del gimnasio, como que la arena está climatizada o algo por el estilo.
─ Eso espero, pero igual es un horror el solo pensar en venir ─ Sori mira por un momento el cielo, notando que había anochecido ─. Al menos mis pokemon y yo tenemos la oportunidad para descansar antes de tener que salir. Lo vamos a necesitar.
─ Mi equipo también necesitará de un poco de cuidado y descanso. Supongo que esta vez no podemos repetir lo de Flannery. Necesitamos ser un poco más independientes.
─ ¿Qué propones exactamente, Marco?
─ Esta vez la retaremos de a uno. Que el primero que llegue a la entrada la rete primero.
─ Querrás decir "la primera" ─ Sori se señala el pecho con el pulgar ─. Voy a estar lista bien temprano para estar aquí a la hora adecuada, y me prepararé lo mejor posible para que el sol no acabe conmigo antes de que empiece mi reto.
─ Acabará contigo después del reto.
─ Exactamente… ¡Repite eso! ─ a Sori le sale una vena en la frente, y Marco se echa a reír.
Al día siguiente
La noche había estado bastante bien, especialmente con la temperatura dentro de la habitación, pero a Sori le había costado lo indecible poder conciliar el sueño. Tal vez fuera el nerviosismo por tener que hacer frente a un nuevo desafío de gimnasio. Ya había tenido algunos retos bastante interesantes para hacer frente a Sabrina, Jasmine y Flannery, llegando incluso a perder ante esta última en el primer intento a pesar de tener un compañero para hacerle frente a la pelirroja. Tenía bastante claro que los retos que se le acercaban con los cinco gimnasios que le quedaban iban a ser más difíciles, y con toda probabilidad tendría que repetir el combate con al menos uno de esos líderes…
Otro motivo por el que podría ser que le costaba dormir era que tenía a Gwen durmiendo a su lado. Tanta era la desconfianza de la Gardevoir ígnea que prefería dormir con ella para así asegurarse de que no le hiciera nada a Ai, aprovechándose de la circunstancia. Estaba de más decir que a Sori le daban ganas de bajar a Gwen de su cama de una patada. Claro que no iba a hacer nada con Ai en ese lugar, y menos cuando todos sus pokemon estaban durmiendo fuera de sus pokeballas, además que de todos modos Gwen no tenía ninguna pokeball en la cual guardarla. Sólo a ella se le ocurriría que Sori querría hacer nada subido de tono con su pokemon teniendo a una potencial audiencia a apenas un par de metros y sin nada que sirviese de cortina por lo menos ¡Por todos los cielos, que ella sí tiene pudor para esa clase de cosas! Sori no sabía en qué clase de antro había estado su suegra prácticamente toda su vida, pero ya no estaba ahí para pretender que el mundo exterior es exactamente igual, que para esa gracia no valdría la pena salir de aquel lugar.
La cosa es que Sori tuvo problemas para dormir, y justo cuando parecía que podría descansar de verdad escucha el despertador sonando. Aquello no podía estar pasando, y Sori casi golpea el despertador para callarlo. En ese momento su sonido era como un taladro funcionando a máxima potencia al lado de su oído.
De pronto sentía que ese no era su día, y eso que ni siquiera había empezado. Lentamente se levanta y se va al baño para lavarse los dientes. Se lava la cara unas cuantas veces la cara para así espabilarse, aunque no parecía estar haciendo demasiado efecto. En cualquier momento podría caer dormida, idea que le molestaba mucho. Toda la noche para descansar lo mejor posible para amanecer por los suelos era definitivamente una crueldad de parte del mismo destino. Se palmea varias veces el rostro mientras se mira en el espejo, hace unas cuantas muecas y respira hondo.
Era el día. Gardenia seguramente estaba por llegar, esperando a verla en la entrada del gimnasio, y eso era justamente lo que iba a hacer, aunque no le faltaban ganas de darle unos cuantos gritos por su gestión tan irrazonable del horario de recepción del gimnasio.
─ Ánimo, Soria. Tú puedes. Este no es tu primer reto y definitivamente no va a ser el último. Debes demostrar que estás a la altura, que esa tal Gardenia no va a poder contigo…
─ ¿Qué haces hablando sola? ─ Wendy se mete en el baño, y Sori la ve como si fuese la primera vez que ve un Dragonair.
─ E-estoy tratando de que el agotamiento no me venza. Gracias por preguntar ─ le responde la chica con voz rasposa y cansada.
─ Pero si tú fuiste la primera que se quiso ir a acostar. Está raro que ahora estés cansada. El ciclo de descanso de los humanos es bastante extraño.
Sori prefirió no responderle a Wendy. En ese momento no estaba para estar poniendo justificaciones ni para iniciar una conversación de ese tipo. Necesitaba arreglarse cuanto antes e ir al gimnasio, así que termina con lo que estaba haciendo para así finalmente estar lista.
Lo siguiente sería levantar a sus demás pokemon y meterlos a todos en sus respectivas cápsulas. Por Gwen ni se iba a preocupar, así que decide dejarla atrás cuando estaba a punto de salir, pero no contaba con que justo en ese momento la Gardevoir se había despertado.
No podía haber escogido un peor momento para hacerlo. Ya Sori era capaz de anticipar lo que esa Gardevoir iba a decir.
─ ¿Qué tienes pensado hacer con mi hijo encerrándolo en esa cosa?
─ Desagradable y predecible a partes iguales ─ dice Sori entre dientes ─. Me voy al gimnasio. Deja ya de molestar, bruja.
─ ¡Tú no me das órdenes, humana! ─ Gwen da la impresión de que usaría algún ataque psíquico, aunque a Sori no le asustada por dos razones: su inmunidad ante movimientos psíquicos, y el saber que Gwen no sabía usar bien ningún movimiento de ese tipo ─ No pienso permitir que sometas a mi hijo a darte entretenimiento, me da igual la naturaleza del circo al que pienses llevártelo.
─ Un circo es lo que tienes en la cabeza. Me da igual lo que me digas. Me voy al gimnasio y ya está. Tú te puedes quedar.
─ Olvídalo. No me pienso quedar y dejar que te lleves a mi hijo ─ sostiene la Gardevoir de mala gana ─. No dejaré que lo obligues a hacer el ridículo para hacer tu conveniencia.
─ ¡Déjame en paz! Ai está conmigo, además que no lo estoy obligando a hacer nada. Incluso tuvo la opción de no querer volver conmigo y aun así terminó haciéndolo.
─ No te creo. Esa carita tuya no me engaña. Sólo piensas usar a mi hijo para finalmente desecharlo cuando ya no te resulte útil.
─ Cree lo que te dé la gana. Tengo un desafío de gimnasio que debo enfrentar, así que no tengo tiempo para perderlo en una loca como tú.
Sori sale entonces de la habitación, y Gwen va tras ella mientras sigue molestándola con sus comentarios. Sori tenía unas ganas terribles de patear a su suegra, pero necesitaba aguantar. No sabía de dónde, pero iba sacando fuerzas para aguantar.
Calle
A Sori le parecía sorprendente y tétrico lo rápido que sentía que las fuerzas la estaban abandonando. Todavía era temprano y el calor era un infierno absoluto. No podía evitar regañarse a sí misma por no buscar una sombrilla. Incluso si fuese alquilada le serviría para protegerse del castigo de aquellos rayos tan crueles mientras iba al gimnasio.
─ Esto es insufrible. Ojalá que el gimnasio esté de verdad climatizado, porque esto es una auténtica crueldad.
─ ¿De qué estás hablando, niña? Este sol se siente bastante bien ─ dice Gwen con tono despectivo, aunque recibía de manera apacible y hasta placentera los rayos solares.
─ Tú lo aguantas porque se te nota que eres de tipo fuego. Este clima del infierno lo llevas como te da la gana ─ Sori se sentía frustrada por ver a Gwen tan bien mientras ella sufría ─. Ahora déjame en paz. A mí me interesa más llegar viva al gimnasio.
Pero a Gwen eso claramente no le importaba. Se dedica todo el camino a molestar a Sori y exigirle que soltara a Ai porque consideraba que lo tenía engañado y esclavizado, por más veces que Sori negara aquello. Pero había algo más que inquietaba la chica, y era la duda sobre qué tipo era la especialidad de Gardenia. A fin de tener un clima adecuado dentro del gimnasio para que no sea igual de insufrible que la calle, suponía que se especializaba en el tipo agua o hielo. Es que simplemente no veía qué más podía ser para poder aguantar tal solazo y el calor subsecuente.
─ En caso de ser tipo hielo cuento con Tony y Nelly, y en caso de que se especialice en tipo agua tengo a Mariano y a Wendy. A Ai no debería sacarlo, al menos no de buenas a primeras…
─ ¿Qué tanto estás diciendo, humana? ─ dice Gwen sin apaciguar su tono molesto.
─ Déjame poner mis ideas en orden tranquilamente ¿Cuál es tu problema? ─ Sori intentaba apurar su paso, pero el cuerpo le pesaba en medio del calor ─ ¿Cuánto más falta? Ayer este camino parecía mucho más corto.
Un poquito más de caminata y ya Sori llegaba a la entrada del gimnasio. Las puertas esta vez estaban abiertas, lo cual Sori agradecía, y más cuando las mismas estaban a la sombra. Estaba agotada por caminar bajo esas penosas condiciones, pero eso no impide que se preguntara qué había sido de Marco. Mira atrás, y aunque el calor distorsionaba un poco la visión de la calle, Sori podía distinguir perfectamente a quienes estuvieran cerca, y desde luego Marco no estaba por ningún lado. La chica deja salir una ligera risa.
─ Parece que le he ganado.
─ No lo creo ─ aparece Marco justo detrás de Sori, sosteniéndose un brazo y luciendo bastante agotado ─. Acabo de enfrentarme a Gardenia…
─ ¿Qué? ¿Llegaste antes que yo? ─ Sori no se lo podía creer ─ Al menos no tendré que esperar entonces a que acabes tu turno, pero me sorprende que llegaras tan temprano y sí te hayan atendido.
─ No sé de qué hablas, pero te diré algo… ─ Marco se acerca débilmente a Sori, y tanto ella como Gwen se lo quedaban mirando ─ Es una trampa. Gardenia en realidad…
No siguió. Marco termina desmayándose y cae en el suelo. Por el momento Sori decide buscar alguna de las pokeballs del chico, afortunadamente encontrando a su Feraligatr para que se lo pudiera llevar. Una vez que Marco estaba fuera de la ecuación, Sori tenía una preocupación adicional.
─ ¿Una trampa? ¿A qué se refiere? ¿Será que esa chica será integrante del Equipo Reciclaje?
─ No tengo idea de lo que estás diciendo, y no estoy segura de querer saberlo ─ opina Gwen.
Sori traga grueso y decide que era el momento de entrar en el gimnasio. Ya a partir de ahí que pase lo que tenga que pasar.
Gimnasio
Tanto la chica como la Gardevoir van adentrándose en el recinto a paso lento, pero aun así no tomó mucho tiempo para que llegasen a la arena. Sori veía que la misma estaba tapizada con un pasto bastante verde, cosa que no veía cómo era posible, pues el sitio no tenía techo, dando así paso libre para que el sol entrara con toda su potencia.
─ Esa chica odia a los entrenadores ─ dice Sori al ver que los sitios donde se paraban los entrenadores también estaban expuestos al sol.
─ Es bueno ver que has llegado para retarme, Sori ─ aparece Gardenia, y se la notaba bastante fresca a pesar de detenerse justo donde con más fuerza daba el sol ─. Te has convertido en una celebridad desde que hiciste aquello en la capital de la región. Tengo que darte mérito por ello, pero eso no significa que te vaya a dar de manera automática la medalla que estoy protegiendo, ni que vaya a darte ningún tipo de facilidad. Verás, me gusta dar buenos retos, así que lo que debes esperar es que mis pokemon sean fuertes. Ojalá que los tuyos también lo sean, aunque sabiendo el precedente por el que debiste pasar con Flannery, supongo que al menos podremos divertirnos un rato.
─ Tal vez, pero no veo por qué montarías un gimnasio en este pueblo que es definitivamente el infierno ─ dice Sori, a lo que Gardenia sonríe.
─ Muy pronto lo verás todo bastante claro, pero antes vamos con las reglas de nuestra batalla pokemon: Tendremos una batalla de tres contra tres, y tú, siendo la retadora, eres la única con la posibilidad de cambiar de pokemon a mitad de combate, pero al ser un tres contra tres, no puedes usar pokemon diferentes a los tres que ya hayas elegido y mostrado en combate.
─ Lo sé ─ Sori saca su primera pokeball, lista para dar comienzo al combate.
─ ¡Excelente! En ese caso estemos en nuestras posiciones ─ ambas féminas se ponen en sus lugares, y Gwen se pone detrás de Sori ─. La retadora tiene derecho a elegir el primer pokemon que entra al campo.
─ De acuerdo, en ese caso elijo a este para refrescar el campo ¡Yo te elijo, Mariano! ─ Sori lanza alto la pokeball, y la misma se abre en el aire, dejando salir al Frillish ─ ¡Atento a lo que te diga, Mariano!
─ Entendido, ¿pero por qué hace tanto calor? ─ el pokemon medusa mira en todas direcciones para ver si había algún punto del campo para refugiarse, pero para su desgracia no había tal cosa.
─ Vaya, qué elección más llamativa ─ dice Gardenia con una amplia sonrisa.
─ ¿A qué te refieres? ─ a Sori aquello no le estaba gustando.
─ Me sorprende que hayas elegido a un pokemon de tipo agua para que salte al campo.
─ ¿Acaso tú no vas a hacer algo para adecuar el clima? ─ Sori estaba cada vez más extrañada.
─ ¿Y eso para qué? Mis pokemon están bastante contentos con este clima. Se sienten vivos cada vez que los invoco aquí.
─ ¿Qué demonios? ¡Pero si la líder de fuego es Flannery! No creo que de verdad repitas su tipo.
─ Se nota que eres novata todavía ─ Gardenia saca su pokeball y la lanza ─ ¡Ve, Sawsbuck!
Sori contempla que sale un pokemon parecido a un ciervo, y que además sus cuernos reflejaban una exuberante presencia de hojas de un bonito color verde. A Sori le seguía latente la duda, por lo que saca su guía pokemon, dándose cuenta de lo que le estaba faltando.
─ Santísima mierda. Este clima siempre fue intencional ─ Sori intenta mirar el cielo, pero la intensidad de la luz del sol no la deja ─. Había olvidado que el clima soleado no solo beneficia a los pokemon de tipo fuego. El tipo planta también saca provecho.
─ Te diste cuenta, pero tristemente algo tarde ─ Gardenia ensancha su sonrisa ─. Sawsbuck, usa Energibola.
El pokemon ciervo crea entonces una bola de energía de color verde y se la lanza a Mariano. Todo ocurrió demasiado rápido. Mariano ni siquiera se pudo defender ante el ataque de tipo planta mientras la luz le molestaba. Un solo ataque, y Mariano muerde rápidamente el polvo.
─ Parece que tu Frillish no puede continuar ─ Gardenia se cruza de brazos ─. En ese caso saca a tu próximo integrante.
─ Sabía que tu pokemon no iba a hacer nada, pero no esperaba que fuera tan rápido que quedara fuera de combate ─ dice Gwen entre burlona y despectiva ─. Si tan patética eres como entrenadora, definitivamente mi hijo estaría mejor con cualquier otro humano, aunque preferiría que no lo tengan de mascota.
─ ¿Quieres cerrar la boca? ─ Sori guarda a Mariano y saca una nueva pokeball ─. Esto de verdad me agarró desprevenida.
─ El tipo planta suele ser bastante subestimado ─ dice Gardenia dando un paso al frente tan fuerte y firme que resuena por el lugar ─. Es verdad que es el tipo con más debilidades junto al tipo roca, además que a primera vista tiene una desventaja ofensiva tal que sólo se podría comparar al tipo bicho, pero también hay fortalezas en el tipo planta como por ejemplo su efectividad a buenos tipos como los tipos roca, tierra y agua, además de tener cuatro buenas resistencias y acceso a movimientos de estado que son excelentes. Y de paso están varias habilidades que son comunes en los tipos planta y que les permiten aprovechan los climas soleado y lluvioso, además de la existencia del campo de hierba. Los pokemon de tipo planta con las herramientas adecuadas no tienen razón alguna para bajar la cabeza ante otros pokemon.
Sori aprieta los dientes al saber que por ingenuidad estaba atrás en el combate muy rápidamente, y ahora tenía que decidir cuál sería su siguiente pokemon. Tenía que pensarse muy bien su movimiento, pues no podía quedarse con dos pokemon de desventaja a la próxima que parpadee. Gwen se la quedaba mirando de manera despectiva.
─ Supongo que no tengo otra alternativa ─ Sori agarra una de sus pokeballs y la lanza ─ ¡Confío en ti, Sheena!
La Ivysaur salta al campo, y estar al sol hace que las hojas de su lomo se extendieran al máximo. El segundo asalto iba a empezar.
CONTINUARÁ…
Y así quedamos. Sí que ha pasado tiempo, y ahora mismo no puedo prometer volver a actualizar a razón de un capítulo cada dos semanas, pero estén seguros de que este fic no lo pienso dejar. Eso nunca. Para quienes sólo siguen el anime, la mención de Trace y la comparación con Cynthia es por los juegos. Trace es el campeón a vencer en Let's Go Eevee y Pikachu, pero debido a que los juegos están ultrasimplificados por querer ser vendidos de manera casual y no únicamente a su fandom, pues vencer a Trace no es realmente ninguna hazaña. Todo lo contrario a Cynthia, que aunque en el canon y el anime señalaran que Leon es el más fuerte de los campeones, en la práctica dentro de los juegos es Cynthia a quien realmente es jodido vencerla, y no solo en los juegos de Sinnoh, sino también en BN y BN2, o sea los juegos de Unova/Teselia, y de todos modos es mi campeona favorita, por lo que igual tiene siempre mi apoyo, y por eso mismo me habría dolido que el mostaza la venciera a ella para luego perder contra Leon, que afortunadamente no pasó. Eso para mí hubiese sido inaceptable. Ahora me tengo que ir. Tengo otras cosas que ahora mismo debo escribir. Se me portan bien mientras tanto.
Hasta otra
