Las almas gemelas existen, no existe una marca que diga que es tu persona predestinada. Quizás nunca la encuentres y eso no impida desarrollar feliz tu vida o quizás nunca la tengas, ya sea por distintos motivos que el vínculo con tu otra mitad ya no exista. Pero si la encuentras, es una sensación indescriptible en la que solo las partes involucradas pueden explicar el mar de maravillosas sensaciones que se desarrolla, una conexión de almas en su máxima expresion. No obstante, también hay otra forma para saber si tienes un alma gemela y Kakashi Hatake lo descubrió de esa manera.

El sol apenas estaba saliendo y el ninja se desperto con una sensación extraña en el pecho. Su diafragma se contraía espasmódicamente, como si algo estuviera pugnando por salir de su interior. Antes de poder comprender lo que sucedía, una violenta tos lo sacudió, obligándolo a incorporarse abruptamente en la cama.

Sus ojos se abrieron con horror al ver la almohada frente a él cubierta de delicados pétalos de cerezo. Eran de un rosa pálido, casi translúcidos, y se esparcían como una delicada nevada sobre la tela blanca. Kakashi los contempló con creciente consternación, sintiendo como si una mano invisible estrujara su corazón.

Lentamente, llevó sus dedos a sus labios, aún húmedos, y palpó con delicadeza. Ahí estaban, los restos de aquella tos que lo había despertado tan abruptamente. Kakashi reconoció de inmediato la naturaleza de aquellos pétalos - eran los síntomas inconfundibles del Hanahaki, la enfermedad del amor no correspondido. La cual solo se manifestaba si tu alma gemela era quien no te correspondía.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo al comprender la devastadora implicación de esto. Había encontrado a su alma gemela, esa persona destinada a estar a su lado por la eternidad. Pero esa alma que lo completaba no le correspondía. Y ahora, su propio cuerpo lo traicionaba, expulsando esos pétalos como una cruel señal de su sufrimiento.

Kakashi apretó los puños, sintiendo una mezcla de asombro, consternación y profundo dolor. ¿Quién era esa persona que despertaba en él sentimientos tan intensos, pero que a su vez lo condenaba a esta enfermedad mortal? Él lo sabía, pero no lo quería reconocer aunque la respuesta estaba ahí, frente a él, en aquella almohada salpicada de flores de cerezo.

...

Kakashi sabía muy bien que existían varias formas de curar el Hanahaki, la enfermedad del amor no correspondido que lo aquejaba. Aunque todas las opciones conllevaban un alto costo emocional.

La cirugía era una posibilidad, un procedimiento que extirparía la flor de cerezo que habían brotado en sus pulmones. Sin embargo, este método también eliminaría por completo sus sentimientos de amor, dejándolo incapaz de volver a amar a su alma gemela.

Otra solución era la confesión de amor correspondida. Si lograba que su alma gemela correspondiera sus profundos sentimientos, el crecimiento de las flores se detendría y eventualmente se marchitarían. El amor recíproco curaría la enfermedad de raíz, permitiéndole seguir amando.

Aunque no era una solución definitiva, también existía el tratamiento médico, a base de chackra que podrían aliviar los síntomas del Hanahaki. Ralentizando el avance de la enfermedad, pero no la curarían por completo, pues los sentimientos de amor no correspondido persistirían en su interior.

Kakashi contempló con cautela estas alternativas, pero el sabía que camino tomar.

Lo supo siempre, nunca estuvo en su plan enamorarse, mucho menos encontrar su alma gemela. No tenía intenciones de formar vínculos emocionales profundos.

Extirparía las flores, aún si el costo es no volver a amar a su alma gemela, o alguien más.

...

Tsunade se levantó abruptamente de su silla, golpeando las palmas de sus manos contra el escritorio con tal fuerza que hizo temblar los documentos apilados.

—¡¿Cómo puedes siquiera considerar algo así, Kakashi?!—exclamó con una furia que parecía brotar de lo más profundo de su ser. Sus ojos ambarinos ardían con intensidad—. ¿Renunciar a tu alma gemela? ¿Acaso no entiendes la inmensidad de ese vínculo? ¡Es algo único e irremplazable!

Kakashi permaneció estoico, pero Tsunade no se iba a dejar engañar por su máscara de calma. Lo miró con una mezcla de consternación y desaprobación, como si le costara creer que él estuviera incluso contemplando algo tan drástico.

—¿Quien es? ¡Dime quién es! para traerla acá y terminar con este tormento.

Tsunade noto su falta de voluntad, no iba a hablar. Frunció el ceño.

—Tuviste la suerte de encontrarla,— dijo, su voz impregnada de una sincera conmoción—. ¡De amarla! Y ahora...— Tsunade sacudió la cabeza, su expresión tornándose aún más severa—. Piensa en las consecuencias.

Acercándose a él, Tsunade lo tomó firmemente de los hombros, obligándolo a enfrentar su mirada penetrante.

—El Hanahaki no es solo una enfermedad física, ¡es una conexión emocional profunda! Si extirpas esos sentimientos, jamás podrás volver a amar de esa manera.

Kakashi abrió la boca para replicar, pero Tsunade no le dio la oportunidad.

—No puedo permitir que hagas algo tan drástico —lo interrumpió con determinación—. Tienes que luchar por ese vínculo, Kakashi. Tienes que arriesgarte y confesar tus sentimientos. Es tu alma gemela, tiene que aceptarte.

—No me ama.

Acercándose aún más, Tsunade lo miró con una seriedad que no admitía discusión: —Ya se que no te ama si no no estarías aquí, pero lo va a hacer, puede hacerlo, es tu alma gemela.

—Ella ya es feliz sin mí.

Los ojos de Tsunade se estrecharon ligeramente, por lo que podía implicar, podía ser una esposa, prometida o novia de alguien. Pero aún asi, sacrificar sus sentimientos dando por hecho algo, la enfurecia.

—Eso no lo decides tu —hizo un ademán con su mano—Ahora retirate y ni se te ocurra volver si es para pedirme lo mismo.

Kakashi asintió con renuncia y se dio media vuelta, abrumado por la intensidad de la reacción de Tsunade. Aunque Kakashi sabía que Tsunade, quien también había experimentado la conexión de las almas gemelas, comprendía mejor que nadie la gravedad de lo que estaba considerando.

Tosió disimuladamente y desapareció en una nube de humo, sintiendo cómo los pétalos de cerezo se movían en su boca. Si Tsunade los viera, sin duda ataría cabos rápidamente. Pues las flores siempre estaban conectadas a la identidad del alma gemela, lo que asocies con ella, ya sea por la temporada de su nacimiento, el significado de su nombre o sus flores favoritas.

Y los delicados pétalos de cerezo, en su belleza efímera, gritaban el nombre de Sakura Haruno.


Hola, la verdad no pensé publicar algo más de kakusaku en algún futuro cercano jaja y aquí estoy. (No podía sacarme la idea en la cabeza) La continuación la publicare en enero. Cuando termine "Perdido en ti" (el cual el segundo capítulo lo publicare entre el 11-20 de diciembre) y el tercer capítulo entre el 20 de diciembre- 12 de enero) fechas son aproximadas.

¡Nos leemos!