Capitulo 7

Énouement

Karlshorst 5000 horas

19 de abril 1945

Natsuki había dormido alguna horas, cuando arribo un soldado a su habitación tocando con premura la madera gastada que suponia la puerta,su mayor salio al encuentro y recibió un sobre sucio

-espera- le ordeno en cuanto sus ojos leyeron el remitente, deteniendo la partida apresurada del mensajero, termino tras unos minutos la lectura

-quedan a cargo de su sargento inmediato- salio enseguida del campamento, a un par de kilómetros ya la esperaba un conocido de la resistencia alemana, el coronel Smith schwartz, era el típico alemán, ojos azules, de mirada fiera, complexión atlética, alto y con una permanente sonrisa burlona en los labios, parecía inmune al enfado, y jamas lo vio perder el temple, para su mala suerte no pudieron darse un abrazo, se dieron la mano con firmeza a falta de privacidad, tenían oficialmente del lado alemán ordenes de tomar un gran deposito a las afueras de la plaza Gendarmenmarkt, e ir avanzando hasta la misma, cosa difícil debido a la fuerte vigilancia, asunto del que seguramente se tendrían que encargar, extra oficialmente, supo que le dejarían información valiosa oculta en una estatua situada en el corazón del centro operativo de los superiores alemanes, seria una labor dura, iría con el uniforme alemán; el odio y rabia que este captaba en miras soviéticas era la mayor desventaja, una vez dentro del recinto que hacia de cuartel general, donde podría moverse con mas libertad, ya que hasta la fecha, el corazón de la plaza estaba en manos alemanas.

Para su pesar solamente ella y el coronel que estaba en su mismo bando tenían la carga de organizar, comandar y apoyar al pelotón que les asignaron para el asalto, las calles estaban derruidas, dos vías principales custodiadas a menos de quinientos metros por dos fortines con una ametralladora DshK en cada una, la misma calle era una trampa letal, dejaba nula movilidad, poco espacio para ponerse a cubierto, mucha visibilidad bajo movilización, la prioridad era entonces abatir al tiempo a los artilleros, usarían ese tiempo para avanzar y ponerse a cubierto e ir ganando terreno, era tiempo de trabajar, Kruger avanzo tras unas laminas que chirriaban bajo el ligero azote del viento, se parapeto cerca de escombros y coloco su rifle, un breve ajuste, algunos cálculos con los mildots,se preparo para disparar, a sus espaldas arribo una camioneta con refuerzos, escucho los golpes de las botas conforme bajaban los reclutas, el clic de las armas y seguros, un barullo y poco después el trote en carga, el griterío de un joven soldado fue suficiente para que los menos experimentados desobedecieran las ordenes y el plan establecido, avanzaron por la calle ignorando los gritos de ambos superiores, Natsuki maldijo y se apresuro a disparar, su blanco ya preparaba la metralleta, disparo mientras caían un par de jóvenes abatidos por la realidad, el disparo impacto sobre la barda de cemento, una nube de fragmentos y polvo hizo apretar los ojos y fruncir el ceño a los soviéticos que no dejaron de jalar el gatillo, el retroceso aun con el trípode anclado les hacia errar algunos tiros, calculo de nuevo el disparo, descendió medio milímetro la mira y entonces el rostro del observador del artillero y la pared a sus espaldas se tiño de carmesí con un golpe húmedo y viscoso, el fuego que logro frenar la gavilla paro apenas unos segundos, segundos valiosos que aprovecharon los mas veteranos para avanzar y ponerse a cubierto, el coronel con mucha mas experiencia abatió al primer tiro al operador del segundo fortín, poco a poco ganaban terreno, el alboroto llamo mas soldados enemigos, tiro a tiro Natsuki logro llegar a una calle, rodeo rápidamente y salio por el flanco izquierdo del primer fortín, a unos metros tenia un trió de soviéticos que disparaban, para media distancia llevaba la ppsh41, afianzo el arma, asomo su cuerpo un momento dando dos ráfagas de plomo contra la avanzada, la acción creo la suficiente confusión para que el resto de la tropa tomara posición, el repliegue enemigo aparente les dio el tiempo para recuperar el aliento.

Kruger y Smith dieron algunas instrucciones a sus hombres, que ya tomaban posiciones defensivas y aseguraban un campamento soviético, ahí se armaron de granadas,munición y botiquines, sabían por inteligencia que varios tanques T-34 se encontraban en el deposito mas custodiado, junto a varios barriles de valioso crudo los cuales debían tomar o destruir, ya lo dirían las circunstancias.

-según el mapa, hay un par de fortines mas adelante, por esta calle- señalo en el mapa una avenida en u- y tu vas a darnos el elemento sorpresa, si vas por este lado sola, es mas probable que no seas vista, una vez que caiga esta ametralladora nos das alcance-

ambos se miraron, la expresión en el rostro de Kruger era indescifrable -¿y si me matan antes de que llegue, qué harás?- cuestiono con sorna

-oh, vamos, eso es imposible, te has escabullido en lugares mas peligrosos y has salido "casi" ilesa- ambos rieron afables segundos antes de tomar rumbo a sus tareas.

Algo en el viento, el silencio total por el camino, la nula presencia de soviéticos le causaron un malestar en las entrañas, sin pensarlo regreso sobre sus pasos, la tropa avanzaba ya hacia un muro de autobuses, las cicatrices en el paisaje contaban mas de una batalla,las muescas del combate chocaban irrisoriamente bajo el silencio antinatural de un punto tan importante geográficamente, sus ojos jade barrieron el entorno, tomo una piedra de tamaño justo y la arrojo contra la gorra del coronel,llamando su atención lo suficiente y en el momento preciso, a la distancia noto un breve movimiento en una ventana, le parecía un casco, como si alguien estuviera agazapado contra la pared.

el coronel detuvo la movilización por completo y les ordeno con señas que mantuvieran posición, se acerco hasta Kruger y escucho sus sospechas -¿hay un tirador?- dijo el alemán en tono divertido, con la faccion mas despreocupada que le caracterizaba

-si, esta ahí- confirmó la teniente, la mano del hombre indico que se pusieran pecho tierra y no dispararan, Natsuki busco un mejor angulo y apunto con paciencia

-quieres apostar a que no lo matas?- susurró el coronel posando su pesada mano en el cañon, sumándo dificultad a la tarea de su segundo al mando, el tiro resonó con un eco metálico apagado,pero no hubo alguna detonación de respuesta.

-iré a revisar- declaro con tono victorioso, retirando el rifle del peso extra que agregaba el superior con la pequeña treta.

toda la tropa se movilizo bajo el mando de Smith mientras Kruger subía las escaleras hacia el segundo piso con su lüger lista para disparar, no encontró mas que el cuerpo inerte de un soviético, su mosin nagant descansaba sobre su regazo, la muerte le alcanzo atravesando su rostro sin siquiera darse por enterado de que estaban siendo sitiados.

El coronel permanecía atento, apuntando contra la ventana, el silencio era una buena señal, mas no lo suficiente para bajar la guardia, relajo los hombros cuando vio la silueta de uniforme verde oscuro asomar por el hueco que hacia de ventana, "te cubro" leyó en las manos de su colega antes de verla desaparecer en la oscuridad de aquel edificio

-soviéticos!- grito uno de los cabos, todo el pelotón se puso a cubierto, los seguros se removían y los recuperadores se accionaban, tras el primer disparo se desato un intercambio de ráfagas, frente a ellos un fortín mas, uno que no estaba contemplado en la información que les proporciono su contacto infiltrado, el alborto llamo la atención y una sarta de maldiciones por parte de kruger que miraba desde la ventana cada vez mas enemigos acercándose a su tropa, desde la oscuridad esperaba el momento adecuado para cada detonación, su prioridad era abatir a los oficiales y logro su cometido parcialmente, pues uno mas estaba dentro del fortín, no tenia el angulo necesario para un disparo útil, necesitaba alguna distracción, solo tomo dos granadas en su ultima parada del deposito y debía usarlas en una situación que lo ameritara, esperaba no equivocarse, retiro el seguro y lanzo una tras otra tan cerca del fuerte como pudo. Los soviéticos mas avezados se apartaron tan pronto reconocieron el golpe de la lata sobre el piso, al menos dos novatos terminaron sin algún miembro entre gritos de agonía y dolor,mas las balas no dejaban de silbar entre ambos bandos.

dos soldados de artillería y schwartz lanzaron granadas, logrando que las fuerzas enemigas retrocedieran.

Aprovechando el momento de caos, kruger bajo y se apresuro en llegar como apoyo a sus colegas, schwartz mantenia a raya el intento de reagrupamiento enemigo, pues bajo el arco de piedra proximo, un gran trecho separaba en dos al regimiento rival, en las cercanias de los esqueletos metalicos que un dia fueron transporte de millones de alemanes se preparo el ojo acerado del karl94, a esos 90 metros los tiros serian precisos y letales, mas durante sus preparativos una corazonada le llamo a su costado izquierdo, muy al fondo del angosto pasillo derruido noto un paso entre las rocas, un paso demasiado angosto para el paso de un cuerpo ancho y grande, pero estaba segura que podria arreglarselas para atravesar el trecho, guio entonces sus pasos sobre aquel sentimiento y avanzando entre escombros, al fin llego al otro lado, algunos raspones en ropa, manos y rostro, fueron una infima cuota pues el edificio de 3 pisos que se erguia le seria ideal para una posicion de tiro, solo quedaba escalar, ingresar para acceder al piso que mejor vista le proporcionara.

El coronel vio en vano sus gritos solicitando a su teniente, aun sin saber que ya al otro lado la incertidumbre formaba un nuevo caos detras de la linea enemiga, el chasquido de un rifle dio comienzo a ello, las maldiciones en ruso indicaban que un cabo habia sido abatido por una bala precisa, sin ninguna duda y notando la ausencia de natsuki a sus espaldas, supo que esa era la oprtunidad que habian esperado, una oleada de granadas de su regimiento rompieron la ya escueta resistencia de los rojos.

un breve enfrentamiento y limpiar las casas de campana fueron asuntos menores.

desde lo alto natsuki observo con paciencia a su escuadron barrer la zona, al menos 5 grandes casas de campaña, abundante municion y un poco de paz era lo que reinaba en varios cientos de metros, pudo descansar entonces su rifle sobre el lateral de la ventana verticalmente, y tomo asiento en el piso, miro desde aquella habitacion el sol y su cielo indigo, suspiro largamente, hurgo en sus bolsos por un viejo panuelo, se limpio el rostro de los restos de polvora, sangre y tierra, al devolver la prenda a su lugar, su dedo rozo un frio metalico, extrajo entonces su preciado reloj, ahi dentro y guardado tras el cristal interno de la tapa redonda, segura bajo ese remanzo de tranquilidad, pudo ver el rostro de la mujer con quien vivio por algunos meses una vida, ¿asi seria una vida de casados, esa seria la dicha que gozan las parejas en circunstancias mas benévolas? Se permitió el capricho de añorar toda una eternidad al lado de su amada castaña, de los placeres que una mujer asi le habia mostrado en tantas facetas, la textura calida y suave de la piel de su amada aun permanecia en sus manos, estaba tan vivida como si el tiempo y los años no fluyeran, aun sin ver esa fotografia, le bastaba cerrar los ojos para ver esa mirada color sangria, tan profunda e intimidante en todos los sentidos, e incluso en un resquicio de sus memorias el aroma de su amante era resguardado con fervor, kruger no era una mujer de creencias, pero le gustaba creer que su shizuru seguia ahi afuera, daba igual si ahora trabajaba para los sovieticos o los franceses, a quien fuera, se las arrancaria de las manos y cumpliria su promesa.

un crujido y polvo callendo del techo le alertaron,arrcandole cruelmente de sus cavilaciones, esas que tan poco se permitía, pues el dolor en su corazon y la rabia le hacian estragos a su sangre fria, tales cualidades eran tan necesarias en su camino, un error le podria costar la vida y con ello, su falla seria irreparable. No se perdonaría causarle dolor a su amada, o aun peor, ser un lastimero recuerdo de incertidumbre, ¿qué peor destino hay para quienes aman que el no saber jamas qué fue de su alma gemela? El piso se comenzaba a cimbrar ligeramente, haciendose mas evidente el peso de las ruedas y el paso de una cadena, lo supo cuando bajaba a tropezones, una vista rapida al coronel junto a la tropa, se miraron espectantes sabiendo lo que aquel ruido significaba, debian actuar con prontitud, pues los rojos no venian a recuperar el crudo o las municiones, la fama de los artilleros sovieticos era destruir todo cuanto ellos no pudieran tener, no se podian permitir la destruccion del valioso combustible, se armaron de granadas y botellas de licor; trapos viejos, panuelos y trozos de cualquier tela valian como una mecha improvisada.

-necesito una linea para hacer una granada de traccion- la mano de la ojiverde se extendio en torno al mayor, que siempre llevaba consigo un fino trozo de alambre de acero para las diligencias propias de un tirador, el fino pero fuerte hilo paso a las manos de kruger que miro todas las calles aledañas buscando cual seria la mas propicia para el peligroso fin, como en cada ocasion decidio hacer caso a su instinto, pues este valioso recurso, es lo que le habia salvado innumerables veces.

Se aproximo al centro de la calle y con ayuda de un trozo de varilla como estaca anclo la granada, tiro suavemente del seguro, cuidando el recorrido de este, un milimetro mas y seria un salpicon de sangre y huesos en el sitio, sintio la fuerza del detonador cuando el seguro abandono su lugar, sintio el frio de la adrenalina por su sangre, no importaba cuantas veces hiciera aquella maniobra, el riesgo en cada una era incierto, clavo entonces la granada y solto el hilo evitando tirar de el con mas fuerza de la necesaria, guio la hebra metalica con mesura hasta abarcar el radio de accion ideal, los escombros de columnas proximas le obsequiaron un anclaje firme donde sujetar el extremo mas lejano de la trampa, se alejo y comprobo que era casi invisible a la vista, un minusculo reflejo brillaba macabro sobre el suelo, como algo incorporeo, un bello haz de luz.

Agradecio que su colega ya habia dado las indicaciones pertinentes y toda la tropa ya estaba en sus respectivas posiciones. Volvio al edificio donde daria apoyo, los relinchos del acero y la peste a humo negro llenaron el ambiente a los minutos, un tanque sovietico T-34 arribo, seguido de una pequeña tropa, mientras la inspeccion de los enemigos comenzaba, un gran numero de rafagas de las mp40 les dio la bienvenida, en un segundo la paz se transformo en un infierno, el coronel habia dispuesto las posiciones para evitar los daños o la perdida de bienes en lo posible, la prioridad era tomar esa posicion y salvaguardar la mayor cantidad de provisiones.

natsuki retrocedio hasta el fondo de la habitacion que le servia de cobijo, la obscuridad dentro era como una capa que le daba anonimato y camuflaje, desde ahi observo con cuidado los movimientos del tanque, que daba vuelta para ingresar a la avenida mas cercana, pero el paso raudo de los pies enemigos rompio aquel hilo de luz y tras unos segundos la granada lanzo sus entrañas en derredor, llevose solo un trozo de la cadena y el cuerpo del fusilero que busco cobijo a los pies del acorazado, extranamnte el cañon no busco cobrar aquella baja, empero, la torreta giro con lentitud, buscando a sus companeros de tropa que ya corrian a tomar refugio tras gruesos muros o escombros, el pesado chasqueo de las balas opaco por completo las rafagas de las armas alemanas.

a traves de la mira telescopica busco con premura el tanque de gasolina, mas solo encontro una caja de acero grueso, cortada a las prisas y soldada aun con mas desgano, al parecer los rusos sabian de la debilidad que tantos tanques les habian costado.

aqueya conducta de preservacion a los bienes, beneficio el tiempo que necesitaba kruger para pensar en algun plan, el paso rapido del acorazado comia palmo a palmo la distancia entre el y sus colegas que seguian arrojando de a poco sus granadas y rafaugueando el vehiculo sin que este sufiera gran daño, sin mas remedio acudio a su ultimo recurso, atado a su pierna izquierda una pequena bandolera guardaba en su interior un pequeño artefacto de extremo cuidado, un tubo de dinamita con mecha peligrosamente corta, se agacho y en cunclillas se aproximo hasta la ventana, de espaldas a esta, miro con el rabillo del ojo cerca del marco, apreto el tubo de cobre entre sus dedos, tenso los musculos, buscando exponerse lo mas breve, arrojo el objeto con todas sus fuerzas, el eco metalico fue suficiete para que al menos un enemigo advirtiera la accion.

solo los ojos azules de un teniente adivinaron con horror que aquell cilindro era una cantdad pequena pero extremadamente peligrosa de polvora, miro en direccion a donde se ocultaba kruger y ordeno la busqueda del intruso, mietras el corria hasta los pies del acorazado que sin saber de la conmocion siguio avanzando, cubriendo la peligrosa carga debajo de su vientre metálico, los ojos jade observaron cada accion, sin pensar apunto y ultimo al hombre que hacia señas con ambos brazos a los artilleros, la bala atraveso transversal el craneo, una nube de carmesi y huesos salpico iluminado por el sol, creando por una fracción de segundos un reflejo brillante, arrojando el cuerpo del oficial al suelo, el cañon viro en su direccion y se maldijo para sus adentros, inicio su huida hacia el seguno piso, sus pasos estaban proximos a las escaleras, una fuerza inhumana le arojo contra el muro con violencia, se golpeo el hombro, el rostro y su brazo que afianzaba el rifle, falto el aire en sus pulmones, pues una nube de humo gris se extendio por todo el interior del edificio, robandole el valioso respiro, los pasos de los enemigos se detuvieron a metros de la entrada, sorprendidos por el sorpresivo disparo de su acorazado, algunos pasos mas y habria llevadose con aquél disparo a ellos tambien.

un zumbido terrible y casi siniestro le consumia la conciencia , palabras en ruso y ruidos confusos, eran lo unico que podia distinguir, el aire gris era tan denso que ni siquiera lograba toser, sus pulmones estaban en shock por aquel golpe, se reincorporo con dificultad y al fin la tos le brindo la reaccion a su cuerpo, un dolor punzante y frio se le hinco en las costillas, en su brazo izquierdo un adormecimiento le auxilio para ignorar de momento el desagradable palpitar de su mano que comenzaba a hincharse dolorosamente,se llevo las manos a la espalda buscándo el subfusil, el simple movimiento recrimino con furia, al lugar donde la ppsh-41 habia molido sus musculos con el violento impacto, dejo el rifle en el suelo y se repego contra el muro con desgano buscándo en este el apoyo y fuerza que a la inmediatez le faltaba, todo se movia bajo el escrutinio de sus orbes, escucho las botas enemigas subir entre gritos furiosos , agachada en la esquina apreto los dientes para evitar algun ruido por el dolor que le atormentaba a cada segundo, la nube de cemento en el aire dificulto la vision a su favor, pues los 3 soldados fueron atravezados al tiempo por la misma rafaga de proyectiles al rojo vivo, una siniestra vision, las balas danzaron en el aire con vividos colores naranjas y blancos, desgarrando la carne de los incautos que rabiosos cruzaron el angosto pasillo, entre gritos ahogados y el pesado caer de los cuerpos, todo quedo en silencio, una accion tan simple le obligo a tumbarse de rodillas y parar su caida con las manos, a centmetros quedo su rostro del suelo, le vino un sabor a hierro en la boca. afuera una explosion de metales y fuego se extendio por una decena de metros a la redoda, pero estaba demasiado debil para darle importancia.

-no te atrevas a morir idiota- gruno con rabia schwartz tras ver el tanque volar en todas direcciones, habia visto la imprudente accion de valor de su colega, mas, hasta ese momento pudo dar el tiro de gracia al cilindro de polvora bajo el tanque. la onda de choque fue sufciente para hacer una masa el cerebro de los rusos cercanos al acorazado, las llamas se encargaron de darle un fin menos misericordioso a los menos afortunados.

-rapido suban a ese edificio y vayan por el teniente- ordeno con premura smith, rogando a kruger una buena tactica de supervivencia tras semejante arrebato y exposición, el mismo habia tenido la terrible experiencia de sentir el poder de una explosión causada por el disparo de una bala de tanque, y supo que solo un efectivo avezado podria salir de un embrollo semejante, el optimismo luchaba con la realidad, dejandolo en la incertidumbre.

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La castaña permanecia en una reunión de emergencia, segun sus fuentes no habia mucho trecho entre las tropas de avance y un grupo de alemanes que recuperaban los fortines a algunos kilómetros de distancia, la explosión anterior no era un buen indicativo, si su habilidoso oido no le fallaba, semejante estruendo se debia a la detonación de un vehiculo de grandes dimensiones, un tanque o quiza un contenedor de algun crudo, se le antojaba menos logica la segunda, dado el limitado acceso a este de cualquier bando, era mas valioso el combustible que una tropa regular, los acorazados y la artillería pesada, eran los puntos mas fuertes en las circunstancias de los años actuales.

-¿escuchaste algo?- increpó la teniente armitage, dejando de lado el griterío que acontecía al interior de la casa de campaña, llena de superiores rusos, que discutían sobre la mejor forma de tomar el Reichstag esa noche, debian ganarle a los alemanes a como diera lugar, el recinto les brindaría una zona de alto valor, de paredes anchas, pocas y elevadísimas ventanas, en un terreno alto y tan fuerte como para soportar varios bombadeos si los alemanes se atrevían a destruir una edificación tan valiosa culturalmente.

-debemos darnos prisa, los alemanes no estan muy lejos, deja que la tropa haga su trabajo- le susurró a sus espaldas el general Sergei Wáng, era un hombre alto, de complexión atlética, cabello rubio y corto, sus ojos azules contrastaban con la gabardina color arena y lo palido de su piel, era miembro distinguido del NKVD, a sabiendas de la importancia y eficiencia de la castaña, debia llevarla a lugar seguro.

-te lo encargo haruka- musito esperándo que la aludida tomara la próxima operación de forma personal, le gustaba estar en una continua y silenciosa contienda, ambas sonrieron entendiendo el mensaje.

-puedes estar segura de eso- asintio la teniente a su colega -ve con el, fujino- regreso su atención al asunto que los atañia.

Wáng palmeo suavemente el hombro de la joven y esta le sonrio de manera diplomática, siguiendo al caballero, arribaron a un vehiculo que esperaba ya con el motor encendido, mientras avanzaban sobre los restos de las calles y los fortines les daban paso, la castaña no pudo mas que recordar lo bello que era el Reichstag, hace unas horas acudió al impresionante edificio, era parte de un trato que conllevaba intercambio de información entre ellos y los alemanes menos leales.

su compañero le habia acompañado esa mañana, pero al estar por cruzar las pesadas puertas de caoba salio a su encuentro un oficial aleman, este miro al rubio con desdén, una sonrisa ladina se poso en los labios del anfitrión -me temo que solo podra ser bien recibida la señorita-

El rubio estuvo a fracciones de iniciar una discusión, mas el brazo de su colega previno su arrebato, con un suave empujon tomo proximidad al aleman -no tengo objeción a su solicitud- aseguro shizuru mirando con una faccion de calidez al hombre frente a ella.

-pero... sargento- replico el rubio a sus espaldas sabiendo el peligro al que voluntariamente se estaba exponiéndo su colega.

-descuida sergei, puedes esperar aqui sin ningun problema ¿verdad oficial?- fujino jugaba con su bello tono de kyoto, sabia que pocos alemanes tendrian el temple para ignorar su melodiosa voz, y aun menos, siquiera advertir su peligrosidad bajo esa apareciencia dulce y cordial.

-claro señorita, sin problema, el general puede esperale aqui, puede tomar asiento en las escaleras, tiene mi palabra de que usted estara bien- aquellas palabras sonaban con un dejo de burla.

El rubio no tenia mas opcion que obedecer y confiar en su colega, esos breves instantes servían para enfriar su colera y asi, cavilar cuán estupido habria sido su actuar, puede que hasta una ejecución les esperába en las circunstancias mas benévolas.

Fujino siguio en silencio al hombre, su faz no podria describirse mas que como la de un tirano, su rostro era robusto y la textura de su piel relataba un ya amplio camino en la guerra, sus ojos color ceniza y una piel clara bronceada por la exposición al sol abrazador, aseguramente sus servicios le llevaron a africa, donde por inteligencia de sus colegas franceses sabia que también erguian operaciones, una mirada rapida y los ojos color rubi grababan en sus memorias los rasgos, el mismo que seria borrado de sus recuerdos cuando en alguna encrucijada tuviera la fortuna de ultimarlo, como habia hecho innumerables ocasiones.

El gesto fue advertido por el hombre, que zagas miro hacia su hombro, sintiendo con sorpresa el tacto de la mano enguantada y calida de la mujer a su lado, privandole de las pareguntas sobre la observación escrutadora de su invitada.

-es una pena que no pueda admirar la belleza del Reichstag, he leido solo en libros y mirado en fotografías la habilidad de los escultores que tallaron las efigies que adornan el jardin, disculpe mi intromisión sobre el tema en estas circunstancias- confesó en un tono casi dolido la castaña, jugando hábilmente con una acción tan simple, mas aquel deseo de admirar las efigies y el jardin eran verdad, no asi el sentimiento que le hizo buscar apoyo en el brazo proximo, cualquier contacto ajeno le resultaba particularmente desagradable, a excepción de una persona, que irónicamente no estaba cerca, y que ni siquiera conocía su paradero preciso.

El hombre a su lado no rechazo la acción, hasta se miraba complacido al sentir la mano tibia de la hermosa mujer a su lado, penso por algunos momentos y detuvo sus pasos frente a una de las muchas puertas de cedro -bueno... a nadie se le puede negar la oportunidad de admirar la grandeza del Reichstag- le miro entonces con un dejo de confidencia en sus orbes grises, cambiaron sus pasos a la dirección opuesta, dejando atras el pasillo con interminables habitaciones acondicionadas como oficinas.

Afuera sergei se miraba intranquilo, los alemanes tenian honor y eran rivales de temer en combate, pese a esto, no conocía que tan confiables podian ser sus promesas, miraba el peor de los escenarios, si el oficial quisiera sobrepasarse seguramente shizuru no se contendria y lo mataria sigilosamente, dandole algo de tiempo antes de que su ausencia fuera notada, no habria forma de vencer solo ellos dos dentro de aquel nido repleto de alemanes.

Las facciones duras se habian suavizado en su observación de la mujer, la miraba tan feliz recorriendo el jardin y admirando las estatuas de marmol, casi le parecía ver un angel cuando el aire mecia la melena castaña.

-le importaría grabar este momento para mi?- De su bolso en la gabardina, extrajo una camara de fotografía del tamaño de un ladrillo rojo, y se aproximo al oficial que casi juro, dio un salto cuando sus palabras le alcanzaron, parecía absorto en ella, y shizuru lo sabia muy bien, debia aprovechar la oportunidad para dejar el pequeño sobre ocre oculto en alguna de las estatuas sin que el oficial o sergei fueran concientes de eso, si su fuerte era el espionaje ninguno de ambos bandos sabian que ademas ella susurraba valiosa información al bando de la resistencia alemana.

-eh... claro- respondió conteniendo un sonrojo el aleman, se aproximó y recibió la camara, para su beneplácito, la mujer frente a el, procuró el mayor contacto posible, la vio alejarse y trepar de un saltó la base de la escultura, tomo asiento dejando colgar sus pies y espero con una bella sonrisa.

el oficial procuro capturar ese momento, y con el sus recuerdos.

-haga otra por favor- la castaña permaneció en su lugar admirando verdaderamente ese momento de paz, añoraba a sus adentros compartir algo así con Natsuki, extrañaba cada noche su voz, su compañía y sobre todo su tacto, vinieron a ella los momentos donde la miro por primera vez, su rostro desconectado, ajena al caos que consumía el pais, la lucha contra el ruso que creyéndose victorioso tentando su suerte al buscar robarle la mas sagrada virtud,la huida del nosocomio, el vagar por los interminables senderos nevados, la crudeza de la guerra en los hogares civiles, el espabilar de natsuki y la primer vez que la miro enfundada en su traje de teniente, las noches que compartieran en Francia, el brutal asalto de los parisinos buscando expulsar a los invasores, los momentos angustiosos dónde vio las fuerzas de Kruger menguar bajo los tiros de rabia a manos de tomoe con el filo de la bayoneta hendida en las entrañas, la angustia y esperanza unidas en un extraño sentir sobre el paradero exacto de su amada, breves segundos que pesaban como horas mientras sus ojos miraban con melancolía el horizonte.

-listo señorita- anunció el alemán notando ahora el, ese salto que se hace tan notorio cuando alguien cae a la realidad en un segundo, ¿habra estado pensando en algo? O en alquien? Se interrogó a sus adentros sabiendo que sus dudas permanecerían sin respuesta, pues jamas se daria tal atrevimiento de un hombre con sus responsabilidades.

Shizuru se sujeto del borde, coloco su mano sobre la orilla y balanceo su peso gracilmente callendo tras el breve salto, como si la gravedad no le afectará, mientras el oficial secaba las fotografías instantáneas, y miraba con una sonrisa tenue ambas, durante ese breve lapso, la agil mano de fujino deslizó en una grieta profunda y lo suficientemente irregular para que el sobre no se viera arrancado por una ráfaga de viento o advertida a ojos avezados, estaba feliz de lograr su meta ahora solo restaba informar sobre el ataque soviético a los alemanes, aunque lastimosamente para ellos, el ataque seria esa misma noche, y no hasta el dia siguiente como sus "fuentes" le tenian dicho.

-puede conservar una, si eso no le trae problemas- susurro en un tono dulce y amable, observo una sonrisa que suaviso la faz antes fria y despota, le miro elegir y recibió la imagen restante, sin mirar la guardó en su bolso superior del saco y recibió la camara, dejándole descansar en la obscuridad de su gabardina de nuevo.

-espero que su breve caminata le fuera agradable, me temo que debemos regresar a nuestros deberes- indicó el alemán tomando rumbo los pasos al interior del reichstag, donde los pormenores serian dichos entre ambos bandos.

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El hediondo olor desprendido por los innumerables cuerpos bajo los escombros, las calles o los tejados le arrebataron las memorias y la trajeron de forma cruel a la realidad inmediata.

al fin se ánimo a indagar -todo salio bien? No se sobrepaso el alemán?- pregunto con sincera preocupación el rubio -a veces, con los esos animales no sabes si puedes confiar- su tono ni siquiera trataba de ocultar su desagradó

-si, todo bien, fue bastante amable y muy correcto- se permitió señalar la oriunda de Kioto, el vehiculo avanzaba por los caminos llengado a su destino.

-que sorpresa, pocas veces e sabido de primera mano que sepan comportarse civilizadamente, deberias ir a tu habitación a tomar un descansó, no hemos parado en dias- aseveró wang recibiendo solo una media sonrisa acompañándo de un asentimiento, ambos bajaron del vehiculo, sergei se adelantó y se aproximó a un grupo de soldados, rectifico algunos pormenores y miro a sus espaldas a la castaña ingresar a un edificio que servia de fuerte, probablemente si necesitaba descansar, pues en lo consiguiente tendrían escasos momentos de paz, un asalto brutal y un posible contra ataque se estaban gestando, ignorantes los de rango inferior o quienes no eran de gran utilidad, por ello, fujino y Armitage se preparaban para las adversidades próximas.

La plaza Gendarmenmarkt no seria eternamente suya, los esmeros fieros y un par de letales tiradores en el bando alemán desbalanceaban el actual dominio soviético.

Una ves a solas, se permito recostarse en la mullida colchoneta, retiro sus guantes cafes, mientras rememoraba sus años metida en los asuntos mas ajenos, odiaba verdaderamente la guerra, sus razones y a quienes disfrutaban de tamaña porquería, mas no tenia otra opcion si deseaba encontrar a natsuki, se llevo las manos al rostro y una sensación helada le acarició la piel, abrio los ojos carmín y miro el anillo en su anular, recordo con alegria esa noche...

*

Miraban la ventana, ambas con las armas al cinto, una costumbre que rápidamente adopto y valoro para su seguridad la castaña, la faz amarga de kruger permanecia anclada al escrutinio en el movimiento de las tropas de patrulla, le miraba un poco nerviosa, o eran solo suposiciones -hoy natsuki esta mas callada de lo usual- jugo con su tono mas cálido tomando el brazo proximo, que se relajo al contacto.

una risa corta y grave se escapo de la pelinegra, cerro los ojos buscando el valor para lograr hacer lo que tenia planeando ya varias noches atras -shizuru...- se aclaro la garganta girandose para mirarla a conciencia -me pregunto... si- metio la mano a su abrigo y extrajo una caja pequeña cubierta de un terciopelo negro, abrio con delicadeza la boca del estuche y tomo la mano de su amada.

shizuru la miro extrañada, comprendiendo a donde iba tal actitud, sintio los dedos helados del guante de cuero negro del uniforme alemán y sin lograr reaccionar la miro retirarle el suyo, dejando su mano libre al tacto ajeno.

-Quiero saber si... te gustaría ser mi esposa- sintio el rostro arder bajo la vergüenza, y lo increíblemente difícil que resulto decir aqueyo, su castaña permanecía mirandole de esa forma tan confusa, esperaba no ser muy apresurado de su parte -podremos... hacerlo mas, emmm...formal y serio en cuanto tengamos oportunidad- se permitió aclarar con un sonrojo, en esos momentos se sentia tan vulnerable , tan frágil y abierta al perspicaz análisis de fujino.

Shizuru disfruto los cambios en las facciónes de su amada, no esperaba que una persona con esa severidad pudiera ser a la vez tan atenta y hasta romántica, le sonrió sincera

-nada me haria mas feliz- admiro con alegria la dicha en los ojos esmeralda, mientras extraía de la caja el anillo de oro rosa, con incrustación de una joya en tono verde profundo, deslizandolo sobre el anular, sorprendente fue que calzo a la perfección, le extendio entonces el estuche.

Natsuki retiro su guante izquierdo, aproximo su mano con la palma hacia arriba y le dedico una sonrisa calida a su ser mas amado -prometo hacerte feliz, pues eres mi dicha y mi luz en este infierno- admiro la belleza de la mujer frente a si, aun incapaz de asegurar que no estaba soñando, el anillo fue colocado por la amorosa mano de su castaña que se aproximo, Una ves finalizado el acto, sujeto el saco por la solapa y planto un beso a sus labios, kruger llevo sus manos sobre el cuello próximo y la envolvió en un abrazo, ambos anillos recorrieron los cuerpos dejando un imborrable recuerdo mutuo, anclado las memorias y promesas derrochadas esa noche.

El cansancio arrastró a shizuru a memorias mas gratas, sorprendiendola una vez acuno su mano izquierda sobre su pecho, con el recuerdo de esa noche aun vivo en su carne, una de esas noches donde, por piedad del destino los horrores de su labor actual le dieron tregua, viviendo una vez mas sus mas privados deseos.

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Proxima la noche a las afueras del Reichstag los ojos jade de kruger observaban las instalaciónes mediante el ojo acerado de su mira telescópica, su mano pulsaba dolorosamente, cada movimiento por mas insignificante que pareciera y exigiera un movimiento muscular de su espalda le atizaba furiosamente recriminadole por el descanso que evito al marchar de su habitación, misma que fungía como hospital, tenia una mision que cumplir y mas urgente aun, recoger la información sobre la planta de Ryujan.

Sobre el tejado diviso un par de siluetas bien camufladas en el tejado, cobijadas tras los muros de observación, dejando casi nula oportunidad para un tiro letal sin alertar al otro que quedara en pie, la tarea exigia dos tiradores sincronizados, miro su reloj de bolsillo y aguardo al ataque previsto, momento que debia usar en ventaja para acceder al lugar donde se podria manos a la obra en busca de la información acordada.

sujeto su rifle, lleno sus plumones de aire, sobrellevando el dolor que como abrazas ardientes le impedía mantener un pulso firme, tenso los músculos esperando que fuera suficiente para tolerar el martirio que le azotaba cada apice ya mallugado de su cuerpo, mas una mano dura y curtida le tapo la boca, al tiempo que un brazo le presionó contra el cuerpo firme de un varon,Su brazo, mano y la misma arma quedadon apresados entre su pecho y el agil movimiento que le tomo por sorpresa, en un segundo, estaba completamente inmovilizada, los jade se abrieron ante la inesperada intromisión, su quejido fue ahogado por la palma sobre sus labios, busco por reflejó el cuchillo de combate en su cinto para librarse sin miramientos, mas la posición y firmeza del agarre le impidio cualquier acción.

-seras estupida, apenas puedes sostener el rifle con esas heridas- riño a su hombro la voz de su colega y cómplice de bando, soltando la llave con que le sometio en un segundo.

Natsuki se limpio la boca con el brazo, avergonzada,retrocediendo por mera costumbre, ¿como habia llegado ahi smith? Estaba perdiendo su habilidad o simplemente su cuerpo estaba tan dolorido y agotado que no escucho ser acechada, sin dudas debia ser la segunda opción -¿qué haces aqui?-

-eso me pregunto yo, carajo natsuki, deberias estar en el cuartel descansando, se que tienes una mision pero...¿eres tan estupida para creer que puedes hacer esto sola en este estado?- Schwartz miro a su colega desde el rostro hasta las botas, fijando con pena sus ojos en el suelo esperando no sonar mas insensible de lo que era, pero vaya que ver la camilla vacia al ir a buscar al teniente le hizo salir dando tumbos, rogando que no fuera jalado el gatillo sin un plan previo.

-hablas como si fueras mi padre...- mascullo molesta y apenada la pelinegra, comprendiendo de la que se salvo con la interrupción.

-no me compares con ese animal- sonrió el coronel dandole una palmada al hombro a la mas joven que aguanto tenazmente el terrible dolor que suponía una fuerza tan sutil en su estado actual.

-tienes razon, el jamas se hubiera preocupado por mi- aseguro kruger mirando a la ventana derruida de la habitación que les protegia en aqueya obscuridad.

Smith le acompaño desde su ingresó, primero como un tormento para hacerle declinar del sevicio y alejarla del animal cruel que era su padre, quien presionaba en los entrenamientos a la joven, perdio la cuenta de las ocasiones donde la inconciencia le sorprendió en medio de alguna clase de combate cuerpo a cuerpo, siempre en contra del comandante kruger quien no tenia miramientos y de una patada o puñetazo la mandaba a los brazos de morfeo una vez agotado el orgullo y resistencia de su cuerpo bajo los incesantes golpes en pos de una clase de defensa personal.

con el tiempo y las misiones juntos incluso natsuki le tomo cariño al rubio, comenzando a mostrar respeto y camaradería, algo que formo poco a poco un vinculo muy cercano al amor de padre e hija sin que un lazo de sangre los uniera.

Ver el joven rostro con ese golpe que teñia de tonos verdes oscuros, rojizos y la piel raspada, ahi donde seguramente el muro lacero terriblemente el hueso y la carne, conocía a natsuki y solo una fuerza brutal contra el cemento podria dejar semejante huella de daño en poco menos de la mitad superior de su faz, y eso le estrujaba el corazón, sentia culpa de no prevenir el contra ataque, miro las manos de kruger y noto la terrible mancha carmin que oscurecía aun mas el negro de su guante derecho.

Ninguno lo decia pero cada cual miraba al otro con amor fraterno, cada cual debiendo su vida salvada gracias al trabajó mutuo y cuidados entre misiones.

-ven acá, tengo un plan- murmuró con seguridad el coronel, restando Importancia con pesar, el dolor de ver en semejantes condiciones a su teniente, sabia que odiaba la lastima o el recibir un trato preferencial, se aproximaron y urdieron en silencio los pasos a seguir.

Exactamente a las 2000 horas el sonido ensordecedor de aviones de caza rugieron desde el horizonte, cimbrando cada vez con mayor violencia las estructuras conforme su vuelo se aproximaba al Reichstag, el ronroneo que precede el caos se escucho, mas el bombardeo no se consumo, los soldados alemanes permanecieron estupefactos mirando el paso de los cazas, aguardaron en tension por algunos eternos segundos, casi aliviados del silencio, roto por gritos y el terrible sonido de cientos de botas en carrera, los soviéticos llegában sin un apice de temor, hasta entonces el chirrido de un tanque fue notorio, la detonación apunto a las zanjas que aislaban el Reichstag del amplio jardin , Tras la explosión una columna de tierra y rocas se desparramo sobre la trinchera , ya sin el hueco para ralentizar el paso las tropas rápidamente tomaron una caseta de vigilancia, avanzando audaces, en medio de aquel caos, el paso lento y el cuerpo encorvado de natsuki fue como un fantasma que bajo por el paso inferior mas lejano, escabullendose rogando no ser vista, una tarea simple era terriblemente dolorosa, en apenas unas horas atras del conflicto en el deposito, su mano y brazo le reclamaban con una molesta casi incapacitante, llevo conta su pecho su arma de servicio, era tal su debilidad que sostener el rifle le suponía un esfuerzo agotador.

Escucho el trote de una tropa alemana, probablemente en rumbo a dar apoyo al flanco mas debil, un tiro resono en un chasquido seco alertando a un puñado de cadetes que gritaban para buscar en ventanas y techos, el coronel hacia su aparición a distancia, dando una distracción mas, Kruger avanzo por el largo camino que formaba el desnivel, repegando su espalda contra la tierra, siempre atenta a los sonidos de voces o pisadas próximas, tras un cuarto de hora miro a escasos metros las estatuas de marmol, la pólvora en el ambiente, el polvo y el viento que comenzaba a hacer de las suyas dejaron un rastro de tizne tenue en la antes pulcra estatua.

se aproximó con cuidado y tras una inspección dio con el sobre ocre, lo guardo veloz en la bolsa interior de su saco y a punto de huir una de sus piernas le fallo,su rodilla impacto pesadamente contra el suelo, se maldijo para sus adentros, las explosiónes y detonaciónes cedian minuto a minuto en su dirección, algunas baterias antiaéreas yacian bajo las manos de los soviéticos, no podia permitir mas avance del enemigo, guardo su luger, preparo su karl94 y suspiro largamente, buscando el temple que le faltaba a su mallugado cuerpo, se tumbo a raz de suelo y preparo el disparo.

Desde el otro lado del caos, smith pudo ver a kruger en posición de tiro, se palmeo el rostro, desconocia las razones de su entrada al combate, escudriño con los binoculares y noto entonces el repliegue de las topas alemanas, el avance ruso y se dispuso a dar tambien apoyo, sus compinches de bando se llenaron de incertidumbre al escuchar los disparos, sin notar alguna baja en sus filas, pero si en las enemigas, las suposiciónes rodaron y al ver caer de a poco a los enemigos y un lento repliegue, decidieron avanzar hasta retomar el recinto.

Tan concentrada estaba la teniente que no advirtió la paz dentro del reichstag hasta que tomo un descanso sentándose en el suelo, su espalda ardia y casi sentia imposible respirar, a mala hora su cuerpo comenzaba a exigir un descanso, su mano sujetaba el rifle con intenso dolor negandose a obedecer la orden de soltar el arma, sus músculos se crispaban contra su voluntad, por estres o agotamiento, temio desmayarse cuando una sensación de frio le recorrió desde la espalda baja hasta la nuca, oprimiendo sus organos a su paso, sintio la fragilidad de su cuerpo y se aferro al suelo hundiendo sus dedos en la tierra apenas recubierta de pasto, trago saliva con angustia cuando comenzó a sudar en frio, inhalado con dificultad.

-muchas gracias teniente, no sabia que teniamos un tirador en las tropas- sorprendió el oficial a la mujer, deduciendo su rango por las insignias en su uniforme, gracias a la visita previa de cierta castaña, y la reciente victoria se encontraba de muy buen humor.

-me encuentro en una mision de un superior, estaba cerca cuando escuche el enfrentamiento y decidi ayudar- Susurro gravemente con la garganta seca, natsuki se levanto del suelo usando su arma como apoyo, apenas tuvo unos minutos de resposo, y ya se veia obligada a presentarse como indicaba el protocolo -kruger natsuki, teniente coronel de la division a cargo del comandante Von smith Schwartz- saludo y se aproximó al hombre echándose el rifle al hombro.

-kruger... vaya, es un gusto saber que la hija del comandante de la escolta del fhürer nos haga compañia, pasa un momento, es lo menos que podria ofrecer por tu ayuda- una expresión de incertidumbre y respeto se mezclaron en la faz del oficial, que aguardo a que su invitada le alcanzara para ingresar al edificio.

El rubio perdio de vista a su colega, pero confio en ella, habian salvado el pellejo en momentos mas apremiantes y menos favorables, aun asi, vigiló en su posición de observador, solo guardando por ver la conocida silueta retornar.

La teniente tomo asiento ruidosamente en el sillon dispuesto en el despachó del oficial, el cuero cafe desgastado resintio el peso con un breve chirrido, apenas sostenian sus piernas su peso, llevar el rifle, su arma de servicio y las cargas de munición, le parecía una carga demasiado pesada, su cuerpo parecía relajarse una vez cumplida su misión, eso era un incordio que le molestaba, se negaba el descanso, era consciente de que al no estar destinada a ese pelotón corria el riesgo de ser descubierta.

Una vez a solas su colega tomo asiento tras el escritorio, los ojos jade notaron una fotografía descansando en un borde del marco proximo que le sacudio el alma, sin duda era su shizuru a quien miraba capturada ahi, al pie de la estatua, con esa facción de melancolía que solo ella podia leer en la bien elaborada mascara de perfección, esos meses que compartieron no eran en vano, mas que alegría la fotografía le transmitía una inmensa tristeza.

-es muy linda la teniente no?- aseguro el hombre que no paso por alto la atención de kruger sobre la imágen. Desde esa mañana tras la partida de fujino, coloco la fotografía en la esquina del marco cubriendo parcialmente la fotografía original que estaba destinada al marco, se miraba en el salon privado del fhürer y tras ellos varios oficiales de la elite mas terrible, ahi justamente se apreciaba un semblante similar al de natsuki, la expresión, la mirada y esa altivez que heredo de su padre, a quien desde hace mas de 4 años no veia ni tenia el deseo de ello, le odiaba por ser un manojo de crueldad y tiranía, vivia para matar y la guerra era su escudo tras los horrores que cometia, completaba misiones que otros rechazaban por las funestas metas o requisitos innombrables.

La pelinegra se sintio descubierta, mantuvo su rostro impasible por mero orgullo y hábilmente tramo sus palabras para salir del embrollo -no, realmente me preguntaba como esta mi padre, hace años que no tengo noticias de el- fingio restar importancia al momento previo.

Hubo un silencio entre ambos, la mas joven retiro la gorra de su cabeza y hasta ese momento el otro noto el terrible daño en su rostro, una chispa de admiración le asalto y una sonrisa se formo en sus labios -he sabido de buena fuente que tu padre sigue a servicio del fhürer, lo tiene en alta estima, eso... debe ser bastante doloroso- increpó mirando a detalle el golpe que ya extendía su mancha de tonos verdes, negros y rojos.

Hasta ese momento natsuki paso la mano por su rostro, crispandose en el acto, habia algo roto o al menos molido debajo de la carne inflamada y magullada, mostro los dientes un breve instante producto de la molestia -si, es algo molesto- se trago un gruñido de dolor por mero orgullo -me alegra saber que esta bien mi padre- mentia, si en sus manos estuviera elimiarlo de un tiro, lo haria sin remordimiento, tenia tanto que cobrarle -¿conoce a esa mujer?- tento su suerte esperando no ser obvia.

El oficial ya servia dos vasos de coñac -no la conozco, pero se que trabaja entre los rusos, es una informante de nosotros- deslizó el vaso sobre la pulida madera hasta yacer al alcance de su invitada -estuvo esta mañana aqui, pero temo que la información que nos dio fue errada-

El teniente miro el vaso y sin pensar demasiado se tomo de una el contenido, la escencia amaderada y calida del liquido le dio un breve descansó a su garganta seca, parecia que fujino habia sido mal informada de forma intencional ¿podría alguien tratar de dejarla mal parada y ensuciar su veracidad? Quiza podria usar esto en su beneficio -esta clase de informantes son a veces un estorbo, si gusta podria hacerme cargo de ella- retorno el vaso hacia el de ojos grises y espero a ver llenado el vaso de nueva cuenta.

El oficial se quedo congelado, sin ser conciente de la palidez en su rostro desencajado -eso... seria una pena- los ojos cenizos miraron con angustia el retrato -me temo que no se donde pueda estar ahora- habia llenado el recipiente de cristal en demasia por las palabras frias de su colega.

Natsuki levanto una ceja y miro con un dejo de burla al otro -¿acaso se ha enamorado de esta mujer,Solo con verla por unas horas?- se bebio el segundo trago disfrutando los matices del licor, ignorando sus propios celos, se levanto y tomo la fotografía de su castaña -no se preocupe, me encargaré de "este" problema- asegruo mirando la foto con semblante serio

-los superiores sabran de su fiera lucha por no perder el Reichstag-

El alemán se vio tentado a replicar la posesion de aquella imagen, mas el rango y las influencias de kruger le limitaron, de no ser por su intervención seguramente estaria muerto o habria perdido la fortaleza que suponia el emblemático edificio, una mencion favorable siempre venia bien aunque le doliera perder ese trozo de papel con la musa capturada en el

-...si... le estaria agradecido teniente- frunció el ceño resignandose con prontitud.

-le agradezco la bebida, no se preocupe de estas nimiedades- presiono la fotografía en su puño impregnandola de su sangre que ya mojaba su guante derecho, no era su corazón lo que estrujaba pero se sentia como tal, el acto al dejar maltrecha tan bella imagen le resultó mas doloroso a natsuki a sus adentros que el tormento que sobrellevaba físicamente con las fracturas a cuestas, era un mal necesario dejar en claro frente a su colega sus falsas intensiones de eliminar a fujino. Asi la arrugada imagen fue depositada sin cuidado en el bolso de su uniforme, dio media vuelta y salio hasta el encuentro de su cómplice.

Regreso a las afueras del edificio donde su coronel debia estar ya esperando a su regreso, y asi fue, al virar en la esquina lo miro con su arma de servicio y atento a su entorno, sentado comodante en una roca

-estas loca, solo buscas que te maten, te acusen de traición o te fusilen- recriminó la accion de apoyar sin haber tenido la orden de algun superior a ellos.

-no soy tan estupida, dije que tu me mandaste- refuto con ironia la teniente levantando los hombros.

-¿que dices, quieres que nos descubran o algo? no juegues tanto con tu suerte natsuki-le miro con dureza, si se habian metido en ese embrollo de la resistencia alemana y jugar a ser dobles agentes era solo por buscar el paradero de shizuru, esa mujer parecia ser todo lo que necesitaba Kruger para ser feliz o por mera obsesión, le era difícil dicernir entre ambos términos y la necedad por su búsqueda, a veces kruger parecía tan ambigua en su sentir.

-no seas dramático- se quejo con desgano la ojiverde, extrajo de su saco un sobre y de el un par de hojas blancas que no desdoblo, se las tendio a su superior -me temo que el sobre se queda conmigo- esos ojos color jade trataban de ocultar el anhelo, como si ese trozo de papel fuera algo valioso, una sonrisa se dibujo débilmente en el rostro indiferente de natsuki.

El mayor miro las hojas, el temblor en la mano que le ofrecia la información no paso desapercibido, tomo los papeles plegados sin mirar su contenido y poso su mano sobre el hombro de su colega -esta bien, puedes conservarlo, pero necesitas un descanso, te ves muy mal- aseveró con franqueza

-imaginas cosas...- miro al cielo nocturno soltando un suspiro que no noto contendo en sus pulmones ni cuando este escapo de su garganta -es ella...sabes...- solto en un susurro, presionando con su mano la bolsa de su abrigo

-de que hablas?- indagó el hombre frente a ella, parecia desvariar, probablemente por el licor al que apestaba o al cansancio.

-shizuru... ella es nuestro informante- le confio aquel dato tan delicado al coronel.

Schwartz le miro con sorpresa, su busqueda por tantos lugares y en tantas divisiones, solo para enterarse que habian estado dejandose información con la castaña, de la sorpresa paso a la felicidad, ahora seria mas facil que al fin natsuki se encontrará con su amada, solo bastaria coordinar adecuadamente un nuevo intercambio de información y mandar en su lugar a kruger, seria tarea sencilla de lo cual se encargaría por la mañana a primera hora, de momento su prioridad era llevar al campamento a su teniente -siempre te sales con la tuya ¿no?- sonrio negando con la cabeza sin ocultar su dicha, los cansados ojos jade le miraron con una sonrisa tenue.

-por esta ves, parece que si, regresemos al campamento, necesito una siesta...- se dio la vuelta solo para caer de rodillas.

La reacción de su colega fue tardia, que solo miro a kruger darle la espalda para caer de cara al piso ruidosamente, hasta ese momento se permitió resoplar de hastío -y ahora tendre que cargarte desgraciada- se agachó para levantar la gorra de la oficial y el peso muerto, tras acomodar a su colega sobre su hombro empezo su andar -dios ¿pero desde cuando pesas tanto?- resoplo de fatiga sabiendo que le faltaba un largo camino con los 70 kilos a cuestas, sin contar las armas y munición, mas eso no le borro del rostro la sonrisa que seguramente no podia ocultar.

Arribaron cerca de las tres de la mañana, fue necesario que Smith tomara descansós, natsuki no era tan ligera como supuso, y ya no estaba en su mejor condición, la edad le estaba golpeando, dejo a su colega en su habitación, le conocía y una siesta era todo lo que seguramente necesitaba la mas joven para renovar fuerzas.

arribó a su despacho listo para redactar la siguiente misiva, donde el mensajero de turno intercambiaria lugar con kruger, una vez se encontrara con fujino podrian darse a la fuga y con algo de suerte comenzar una vida en paz.

La puerta de su oficinas se abrio, sin levantar el rostro hablo con seriedad al intruso -estoy ocupado, vuelve mas tarde-

-me temo que eso sera imposible- refutó el inesperado invitado

Schwartz se puso de pie por mera inercia, el saludo marcial fue hecho y espero con angustia mientras el hombre frente a el tomaba asiento -escuche que natsuki esta aqui...y

-esta indispuesta señor- casi grito, la espina de miedo le atizó suficiente para darse valor en su arrebatado actuar, trago saliva, semejante interrupción bien podria excusar un tiro por su falta de respeto al interrumpir a un superior de esa clase.

-hmm... ya veo, dicen llego aqui por tu benevolencia- el aleman vago su mirada despreocupada por todo el lugar, tomo en sus dedos un pequeño retrato que descansaba en el pulido escritorio, en el se miraba el regimiento donde inicialmente ingreso natsuki -la trajiste cargando como un costal de mierda, es una vergüenza que no haya sido capas de volver por su propio pie- un tono burlesco era evidente, la misericordia le resultaba divertida y le asqueaba la debilidad de sus subordinados.

-asi es señor, veniamos de tomar el deposito del NKVD cuando acudimos como soporte, hubo un ataque al Reichstag de parte de los rojos, natsuki ya tenia un severo daño, un tanque le disparo al piso donde estaba apoyándonos, quedo muy mal herida, aun asi dio apoyo al oficial del recinto, gracias a eso sigue en nuestro poder- tenia el impulso de darle un puñetazo a su mayor, le hervia la sangre al escucharlo hablar con ese desprecio de natsuki quien ya por si misma era un soldado sobresaliente.

-me parece que le das demasiado crédito a un simple teniente- observo el retrato y tras un momento de silencio lo devolvió a su lugar -estoy aqui por que necesito efectivos capaces y tu, eres un buen perfil, no se que haces en este jardin de niños- le sonrió cínicamente, mirando la infame estancia, su desagradó no se ocultaba en su ferrea expresión.

-me honra señor, por la mañana me movilizare para encontrarnos donde usted me...

-acaso no entiendes, te pego lo idiota tu teniente?- levantó amenazante la voz el comandante dejando la comodidad de su asiento -vine por ti y te iras conmigo ahora mismo- desenfundó la lüger y le apunto al corazón con aquella siniestra mirada.

Smith simplemente pudo asentir, tomo su abrigo y salio tras su superior, dejando la unica esperanza de completar la meta de su teniente, una hoja en blanco colocada en la máquina de escribir.

Miro el edificio donde descansaba kruger con vergüenza, le habia fallado o al menos eso sentia, no podria cumplir su promesa.

*Una disculpa a quienes me habian solicitado actualizar, espero no sea muy pesado de leer tanto sobre los enfrentamientos y las batallas, ya tengo avanzada la historia y las actualizaciones seran mas constantes, si leen algun error, dejenme la observación en los reviews para hacer la corrección, muchas gracias a quienes aun estan aqui, esperando el encuentro de nuestra shipp. saludos cordiales*