Capitulo 8

Sabotaje

25 de febrero 1945

El frio podia sentirse con mayor intensidad con la gélida caricia matutina, el astro solar aun no parecia asomar sobre los nubarrones plomizos, en el silencio una avanzadilla se aproximaba a la entrada oculta tras inmensas puertas de hierro, segun la información de Tomoe ahi se encontraba el laboratorio del motor que impulsaría una arma en fase de pruebas finales, su alcance y rango de destruccion era temible, podria arrasar kilómetros dejando una estela de radiación y con ello, daños colaterales que no podrian ser calculados, la orden era simple, entrar, eliminar a toda resistencia posible y tomar los planos del motor.

Tomoe guiaba el pelotón junto a Sergei, Shizuru se mantenía en la parte posterior, vigilando por cualquier intruso o vigia, su prodigioso oido era una de las mayores ventajas para quien solicitará su apoyo.

Entre señas se entendían, avanzaban sobre la saliente del cañón, hábilmente los alemanes montaron un inmenso laboratorio de ingeniería en el ahuecado estomago de una montaña, escalar por toda la noche esperando no ser descubiertos fue una labor suicida, era de importancia obtener la información para ser destruida, ningun bando estaba preparado para manejar con prudencia un arma de tal poder,Fujino tenia buenas pruebas de que Wang y Margueritte estaban subestimando la honradez de los superiores.

Susurró con cautela el general Sergei -nos dividiremos en 2 pelotones, tu entras con tus hombres y yo con los mios, los flanquearemos a lados opuestos para acorralarlos, no nos importa tomar rehenes ¿esta claro?- se agazaparon y avanzaron, Shizuru muy a su pesar se encontraba en la tropa de su colega francesa, quien aun llevaba el recuerdo fisico del disparo que le propino hace años, la herida mermaba la plena movilidad, pero todo era olvidado bajo la profunda e incomoda admiración hacia su persona, dato que no era un secreto para nadie, todos en el peloton de los maquis sabian sobre su amor incierto, la de ojos lila no tuvo reparos en al menos dos ocaciones declarar sus sentimientos, siempre hábilmente evadida sin una respuesta clara.

La irrupción inicio con la detonación de dos cargas de C4, una oleada de granadas y rafagas rompian las lineas enemigas, Ingresaron los escuadrones y en un descuidó, Shizuru tomo una ruta distinta, se encargaría de darles información, mas no los planos, sin que nadie supiera ella intervenia en cada mision, tanto la resistencia alemana como ella deseaban finalizar la guerra luchando por evitar el uso e investigación de armas de las que se desconocían los daños colaterales, sabia que ninguna nacion tenia idea del mal que podrian causar a los civiles el uso de las armas prototipo.

podia escuchar las botas enemigas agrupándose, en carga al encuentro de sus aliados, las detonaciónes y gritos le indicaban con claridad en donde se encontraban y quien llevaba la ventaja, se agazapo y recorrió parte de la instalación, al fin encontró habitaciónes mas pulcras, escritorios y casilleros, se preparó para entrar, con su Tokarev y el dedo en el gatillo.

ingreso tan sutil y fantasmagóricamente, que su presencia fue advertida cuando la otra persona se giro, llevaba un maletín y algunas de sus objetos personales, o eso intuyo la castaña, frente a ella un hombre de cabello cano y lentes le miro, encontrandose con el cañon apuntando a su rostro, se mantuvieron en silencio sin mover un músculo , sopesando las acciónes que podrian acontecer -ni se le ocurra- amenazo con tono frio e inexpresivo Shizuru.

el científico no leyo duda o titubeó en el porte de la mujer frente a el, la miro cerrar la puerta a sus espaldas dejandole encerrado en su compañía -malditos rojos- gruño mirando el uniforme que portaba su inesperada visitante.

-no soy soviética, soy un espia de Japón que trabaja con la inteligencia alemana, vine para llevarme los planos del motor V2, ¿no seria prudente que lleguen a manos sovieticas, cierto?- replico en alemán, bajando el arma sin retirar el dedo del gatillo, era una jugada peligrosa pero esperaba no recurrir a la violencia para lograr su cometido, ademas que de ser asi, delataria su posición y los numeros de momento no estaban a su favor.

el hombre frente a ella noto entonces el acento de la dama, sintio el ambiente relajarse cuando la boca de hierro no le miraba mas -vienes con los intrusos ¿pero pretendes que te de mis planos?- trago saliva sin saber si las palabras de la mujer eran verdad.

-si, vengo con ellos, mas mi lealtad esta con ustedes y mi nación, seria una pena para todos nosotros que mis colegas pongan las manos sobre los frutos de tu trabajo- Permaneció inmovil escuchando al otro lado de la puerta -o puedo disparate y llevarmelos igual- le sonrio francamente, apresurado al otro para tomar una decisión.

el hombre cavilo por un largo rato sin moverse en absoluto, frunciendo el ceño y hablando para si en susurros, miro con duda a la mujer frente a el, esos ojos escarlata le estremecieron, mas alla de la belleza en su expresión noto letalidad, estaba seguro que de prolongar mas el silencio una bala le atravesaría el corazón para llevarse los frutos de años de esfuerzo.

-¿y bien?- insistió Fujino dando un paso por el interior de la oficina, comenzando a vagar en derredor, mirando con curiosidad los pizarrones, en ellos se miraban innumerables ecuaciones, datos, cifras y anotaciones, de las cuales memorizo la mayor cantidad posible -si no te apresuras, puede alcanzarnos el resto de la tropa y creeme, ellos te mataran sin pensarlo, el trabajo de tu investigación ira a parar a manos rusas, o americanas- mantenia su índice en el gatillo, la usaria si la situación lo ameritaba.

A sus espaldas escucho los pasos del aleman acercándose, viro el rostro despacio, mirando por el rabillo del ojo, evitando hacer movimientos bruscos, observo al hombre manipular un escritorio de metal y de el, un cajon de doble fondo fue extraído, un pliego azul con trazos en blanco, fue enrollado, permaneció de pie, posiblemente reflexionando sobre ceder o luchar en vano, pues no parecia tener un arma consigo.

-le aseguró, que ni los rojos, los maquis o los americanos tendran esto jamas, si me lo entrega a mi claro esta, si ellos llegan no tendre mas opción que matarlo, y ellos se llevaran los planos- acerco sus pasos al hombre indeciso, se encaro a el y le sonrió sutilmente, la sencilla accion logro su cometido sin mancharse las manos de sangre, al menos esta ocasión, bajo el escrutinio del científico, la castaña plego el rollo hasta hacerlo tan compacto para guardarlo en la culata ahuecada de su fusil donde una tapa metálica cubria la superficie, la mayoria de efectivos la usaban para munición de emergencia o alguna otra curiosidad, su oído le permito preveer la intromision,noqueo al ingeniero, dándole un golpe en la sien con la cacha de su fusil, el aleman callo apenas con el tiempo justo para salvar su vida, alguien de la tropa llegaba, destrozando la puerta de una patada.

una sten le apunto tras los ojos Violeta de Tomoe -cielos shiz casi te hago daño- se recriminó la de cabello verde retrallendo el arma contra su pecho, soltando el aire con angustia, sintio su corazon congelarse al imaginar perder a su amor idílico si sus reflejos fueran menos habidos.

Shizuru vago por la oficina buscando el plano falso, sabia que siempre tenian uno de utilería para casos semejantes, como el que acontecía -descuida Tomoe- dijo sin mucho interes, con una sonrisa ensayada, busco llevar algo lo suficientemente interesante a ojos de sus superiores.

Margueritte inspeccióno desde su posición brevemente el cuerpo del ingeniero, sangraba escandalosamente de la cabeza y no parecia reaccionar, a sus espaldas la voz con ese bello acento de Kioto respondió a su pregunta interna -esta muerto, le di un tiro en la sien- el sonido de papeles siendo revueltos lleno el espacio.

-puede que esto sirva, no me quiso decir cual era el plano- sobre la mesa opuesta dónde fue extraído el original llamo a su colega para observar el plano que se extendia, la aludida se aproximo Y ambas miraron el pliego de papel en tono azul, en el, se divisaba un complejo motor, con la mas minima especificación, incluso del tornillo mas pequeño.

-da igual, hay que llevarlo- respondio enrollando el papel hasta hacer un cilindro -vayamos con el resto de la tropa, estaban explorando las instalaciones- se apresuro la maquis rumbo a la entrada de la oficina.

ambas mujeres salian de la habitación, no sin un vistazo al exterior antes de dar un paso fuera de la seguridad que les brindaban los muros -aun escucho movimiento, deberianos irnos ahora, que el pelotón de Wang nos alcance despues- Fujino apremio la retirada, sintio un malestar repentino, una clase de deja vu, que la mantuvo intranquila

el pelotón de los soviéticos a cargo de Sergei ya tenia colocadas las cargas de C4 que usarian para demoler los inmensos contenedores de liquidó, hasta el momento era relativamente poca la información sobre la fabricación de las "aguas pesadas" como se les nombró por la densidad y toxicidad de estas, una parte fundamental para la creación del cohete V2 y que suponian era uno de los detonantes hechos para la explosión masiva del material atomico, el peloton se apresuro al punto de encuentro, mas sus cálculos fueron incorrectos y la explosión se vio enriquecida por la volatilidad del agua y el fuego, el inconveniente dejo una onda de impacto que mando a la incocencia a muchos, incluidos los superiores, cuando Wang desperto de lo que supuso una pesadilla lo primero que observo fue la figura que le zacudia, enfundada en un abrigo sucio y rasgado la miraba mover los labios sin escuchar una sola palabra, el zumbido en su cabeza era mas poderoso que las palabras de su colega frente a el, pese al terrible escenario Fujino mantenia la misma expresión estoica de siempre, se le miraba ligeramente mareada y no era para menos, varios efectivos no corrieron con la misma suerte de poder despertar de semejante impactó al cuerpo.

-no tardaran demasiado los refuerzos- aseguro en tono lúgubre la castaña que ya lideraba la retirada por el punto mas seguro y rapido para la accion, seguida de los vestigios de ambos pelotones, la humareda provoco rápidamente en sus pulmones un escozor angustiante, doloroso, supo esconder su propia debilidad, de ella dependia el retorno al asentamiento mas próximo, pues Wang era llevado por dos soldados casi a rastras, el tiempo apremiaba, en algunas horas debian recogerlos algunos vehiculos aliados, a cada paso el suelo se movia bajo sus pies, aunque la tierra permanecia tan firme como siempre, se empeño con toda su fuerza de voluntad a no ceder, ya habria tiempo de descansar, la prioridad era llegar al asentamiento y pasar lista junto a Sergei, su malestar no le impidió darse cuenta de una gran ausencia para el pelotón,Tomoe no estaba entre los que vio a través de la densa película de humo, no tenia mucho tiempo, pues el humo le hacia toser dolorosamente, extrajo entonces un pañuelo que guardaba con cariño, lo humedecio con agua de su cantimplora y cubrió la mitad inferior de su rostro de la mezcla toxica.

Andaba casi por mera inercia, conocia el camino hasta la base, la tos se replicaba a sus espaldas, donde la mayoria de sus subordinados ya acarreaban secuelas de la inhalación de aquel quimico evaporado, desato su cantimplora y la cedio a quien yacia tras ella -humedece algun trapo y cubre nariz y boca- ordeno al soldado, este recibió el liquido y tomo accion, repitiendo la orden a los demas, tanto como el agua pudo ayudar en la tarea hasta que esta se agoto.

el camino fue largo, daba la sensación de alargarse cruelmente, la humareda se extendio alarmante por varios kilómetros, a medida que bajaron del cañon, la densidad del siniestro velo se volvía mas denso, y con ello, los malestares y las bajas comenzaron a notarse, el tratecto de 1 hora, se convirtió en 2 de martirio incesante, al llegar las camionetas ya estaban ahi, esperando por ellos.

Los orbes rubi se abrieron dolorosamente, una irritación en los ojos le recibió al despertar, al igual que un ardor en los pulmones, tomo asiento en la camilla improvisada donde reposo sin saberlo, su ultimo recuerdo era saberse al interior de la caja en una camioneta donde se movilizaban las tropas de infantería, poco despues sus recuerdos eran confusos y en parte inexistentes, tomo asiento en el borde de la cama, sabia de antemano que el descanso no seria lo suficientemente reparador tras el daño al que se expuso la mision anterior, y tras ese breve movimiento un mareo le hizo buscar estabilidad con las manos en la colchoneta,cerro los ojos y respiro profundamente resintiendo el daño a su garganta, un extraño sabor perduraba en su saliva y aquel detalle fue el mas difícil de sobrellevar, una vez sintio las fuerzas suficientes se levanto para alistarse habia mucho que hacer, busco sus pertenencias, preparo sus armas y se dispuso a marchar, una vez lista tomo un breve descanso en el exterior del edificio, necesitaba urdir un plan, pues aquel fallo tras la mision no parecia un accidente.

-Fujino...- una conocida voz le llamo a sus espaldas, era Jaques el imprescindible colega de Tomoe, quien tenia una rencilla permanente, pues no confiaba en ella, y para ser sinceros el sentimiento era mutuo.

shizuru le miro sin responder, sabia que probablemente le recriminaria el abandonar el cañon sin la compañia de margueritte, a duras penas habia logrado llevar a salvo las tropas restantes, una vez que la explosión le noqueó, perdio el rastro de su colega. no habia algo que pudiera hacer.

-sigueme, necesito que hablemos- ordeno con desganó el francés, dirigiendo sus pasos hacia un ya un descuidado jardin a las afueras del sitio, mucho mas lejos de lo que se pensaria seguro si de una simple charla se tratase.

Por mera precaución, shizuru preparo su arma retirando el seguro de la forma mas sutil posible -no crees que ya estamos a buena distancia?- inquirio con tranquilidad, escondiendo muy bien su incertidumbre.

Jaques se aproximo a un tronco seco, donde antaño un frondoso arbol daba sombra y dulces frutos, sin darle la cara a su colega miro al horizonte, donde el medio dia permita al sol dar suaves pinceladas calidas con su caricia dorada -no se supone que esto debia ser asi...- hablo al viento con pesar.

Shizuru permaneció observándo el terrible paisaje, donde un bello bosque se extendió en mejores años, reflexionado sobre las palabras del hombre frente a ella -¿de qué hablas?- frunció el ceño sin saberlo, aquellas palabras parecian una terrible confesión de traición.

-digo que no era ella a quien debian llevarse...yo... yo habia negociado para que te eliminaran a ti, no debían haberse llevado a Tomoe- gruño mirando de soslayo a sus espaldas.

Esperaba sus suposiciones no fueran correctas, mas las palabras eran una clara confirmacion -¿quiénes son 'ellos'?- susurró sin lograr esconder un malestar, sabia que ella y Jaques no tenian una buena relación, pero esto era mucho mas de lo que penso capaz al maquis -me llamas a mi, cuando deberias hablar con 'ellos' y pedirles razones-

-si tu no hubieras nublado su juicio, esta guerra ya habria terminando, solo queria tener a la Tomoe de siempre- se giro para encarar a su rival.

Shizuru sonrio, suponia que el amor no correspondido era una razon para el actuar estupido del hombre frente a ella -no culpes a otros de tu falta de valor- reflexiono en alto con una compleja mezcla entre la sorna y la decepción

-no, no te atrevas a hablarme de valor, sabes que ella esta obsesionada contigo, ¿comó puedo competir contra eso?- grito casi histérico dando un paso al frente, guardo las palabras, su garganta amenazaba con quebrarse de rabia.

-lo que sea que hayas hecho, arreglalo, no me culpes, ¿piensas que soy tan mal agradecida como para ignorar que quien me tendio la mano, esta desaparecida? Nadie sabia que iban a tener esa reacción los contenedores- en el fondo realmente le estaba agradecida, que alguien empeñara tanto por librarla del encierro con cientos de soldados prisioneros y las vejaciones que irremediablemente hubiera padecido.

Se miraron contrariados, era la primer vez que ambos expresaban su sentir, pues Tomoe fungia como un freno para ambos, uno por amor y otra por mera prudencia.

-yo...- Jaques reflexiono sobre continuar o no, mas ahora que se destapaba como un traidor, miro avergonzado al suelo -yo no sabia que tendria esa fuerza la detonación, ellos no me advirtieron de eso-

-contactalos, diles que me entregaras y... ya veremos que hacer- los ojos sangría le miraron con la crudeza que poco a poco mermo el brillo de la pureza que alguna vez se atisbo en su mirar.

Jaques no supo que responder, el hombre que lo abordo los dias anteriores no se identificó ni tenia la menor idea de si podria contactarlo, el paso del viento surco el marchito jardin, y el silencio permaneció por un prolongado momento.

-¿acaso eso no seria lo que buscas? alejarme de ella y entregar un espia al enemigo- mascullo con desdén, observado el porte lánguido y avergonzado de su colega, sintio incluso pena de mirarlo.

-no podria...ella me odiaria si...- susurro el francés con pesar, sintio asco de pensar en como lo miraría la mujer que amaba al enterarse de tal arreglo con los alemanes.

-¿no podrias? Perdon pero lo hiciste, el que ellos te hayan traicionado es irrelevante, la accion esta aqui, en la ausencia de Margueritte, no te hagas el moralista ahora- sopeso sus palabras pero ya era tarde, quiza fue demasiado dura, pero el tamaño de la idiotez que los mantenía discutiendo era imposible de ignorar, muchas vidas se tenian en juego al destruir los avances en armamento aleman, y frente a ella tenia a un hombre que todo en lo que pensaba era en sacarla de un juego del que nisiquiera era participe, algo se tenia que hacer, no dejaria a su colega en manos del enemigo.

El golpe gelido del agua le arranco del letargo, su cuerpo no reaccionaba y levantar la cabeza le resulto en un mareo que le provoco arcadas, mas su estómago vacio fue una circunstancia benévola para no ensuciar su uniforme o dar diversión a sus captores.

Una voz grave y con un marcado acento aleman resonó en el sótano -bien, ya sabes que hacer, mandare el recado de su ubicación, tengan todo preparado para la bienvenida, una vez esten aqui asegúrate de que ninguno salga con vida, el fhürer no tolerará mas intromisiones en sus proyectos- susurro con voz ronca en tono siniestro la silueta que era distinguible entre la penumbra difuminada levemente por un foco colgando de los cables a media habitación.

-si señor- asintió Schwartz al superior de la Leibstandarte SS, mantuvo el saludo marcial impecable, rogando a su cuerpo no tener un solo movimiento involuntario, casi podia jurar que sus pulmones se paralizaron del estrés.

-bien, te dejo a cargo, espero que sea tu ultima falla...- aseguró el hombre mientras se colocaba la gorra, donde la visera cubrio la luz que ilumino brevemente sus orbes verdes, Sus pesados y lentos pasos hicieron crujir la madera por todo su recorrido, el sonido de los escalones dio como testimonio la partida del superior.

El aire abandonó los pulmones ruidosamente, aun podia sentir la tremenda presencia de su tutor, admiro la facilidad cuando sento de golpe el cuerpo decaído de la mujer al asegurarla tras su captura, parecia en sus manos como si no pesara en absoluto, se aproximo esperándo que ya estuviera despierta, en sus manos revisaba un expediente donde incluso el mas minimo detalle de Marguerite era plasmado, desde sus logros en la resistencia, contactos dentro y fuera de los espias alemanes, rusos, franceses, americanos, sus miedos, flaquezas, las misiones mas importantes que frustro, el mas personal detalle de temas casi inconcebibles, todo estaba ahi, bajo el escrutinio de los ojos azules de von smith

-vaya... parece que tu amigo no previno la intervención de mi comandante, pero se de alguien que estara mas que feliz de saldar cuentas contigo- camino a espaldas de la silla, que permanecia fijada al suelo, previniendo cualquier intento de fuga.

Tomoe escucho toda la conversación, a esperas de algun castigo o tortura, mas alla de eso la incertidumbre que le provoco el aleman que recien se marcho le estremecieron -asi que tengo muchos admiradores- rio por lo bajo, con una sonrisa cínica, en un vano intento de provocación, su posición atada con las manos en la espalda y a su vez en la silla le dejaban a merced de cualquier aberración.

-soy un hombre honesto, y si, tu historial es bastante impresionante, para ser tan joven, has sido una verdadera molestia por años, tu y ese británico- aclaro con sinceridad el coronel a espaldas de Tomoe sin dejar de pasar las hojas.

-subestiman a mis colegas, ¿creen que vendran aqui por mi? No son tan idiotas- dijo en tono burlon, rogándo que sus palabras se hicieran verdad.

-ah, pero claro que vendran, tu querida Shizuru no es de las que dejan atras a alguien que dio todo por su libertad, ¿cómo podria tu aliada dejarte aqui con nosotros?- refuto con sátira Schwartz.

Sus ojos violeta temblaron en sus cuencas -deja fuera de esto a Shizuru!- la idea de ser la causa de que su amada castaña fuera capturada o eliminada como ordeno el aleman le hicieron perder la poca templeza, se removió violentamente en su sintio, sin lograr siquiera mover la cuerda que apresaba su torso.

El rubio sonrió complacido de quebrar tan fácilmente la aparente fortaleza de la maquis, preparo una carta rogándo que kruger se presentará antes del asalto enemigo, pues debia seguir el plan del superior al pie de la letra, quien dejo todo fríamente trazado para la emboscada a los objetivos.

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esa mañana Natsuki agradeció su doloroso despertar, se imagino que Schwartz cargo con ella de vuelta, no pudo evitar sentir vergüenza por ello, seguramente se vio como una estupida cuando se desmayo sin mas, pero estaba viva y se lo agradecería en cuanto lo viera, salio del edificio y se encamino al despacho de su colega, ingreso y notando la ausencia del coronel, tomo asiento en el mullido sillon que usualmente ocupaba su amigo, en la máquina de escribir, noto una hoja a medio redactar.

-¿y ahora a dónde te largaste smith?- Suspiro descansado su rostro entre los brazos a manera de almohada sobre la superficie de madera, vago en la nada su mente, cuando sus ojos reconocieron la fotografía a su lado izquierdo, en el marco color vino descansaba la unica prueba de sus mejores años, y la ultima mision que compartió con Schwartz hace años, salieron victoriosos de semejante aprieto, bebieron y rieron esa noche, al dia siguiente por ordenes de su padre fue movilizada a las afueras de Smolenks, donde lucho por semanas, solo para ser aplastados en una improbable pero victoriosa revancha enemiga.

Se reincorporó, tomo la fotografía y la miro con nostalgia -no dejarias esta foto asi como si nada- hablo para si, retirando el vidrio y extrayendo la imagen, la guardo con cuidado en su bolso, su mano rozo un papel rigido, y recordo la fotografía que tomo el dia anterior, la captura de su bella castaña era manchada por su propia sangre, la desdoblo, procurando devolverle al menos una parte de su antiguo estado, una vez limpia hasta donde le fue posible, y recto el papel, la guardo en el bolso interno de su saco a la altura de su corazón.

andubo por el campamento a esperas de ordenes o acciones si algun inconveniente sucedia, se aburria en ausencia de su colega, entre una misión y otra, no se dio la oportunidad de una charla mas que necesaria para contarle todo sobre su amorío con la nativa del pequeño pueblo en Kioto, y su unión a las fuerzas de la resistencia alemana, donde solo por mera camaradería se integro Von smit, el no lo dijo, ni ella pregunto, pero ambos lo sabian, sin el cerca, debia cuidarse las espaldas ,y mantener el estado imperturbable que se esperaba de un teniente, tenía tantas cosas que charlar con su tutor, y eso le molestaba, incluso sintio su enfado como si su yo mas joven hiciera un berrinche al quitarle al hombre que sentia casi como un padre, durante la cena un cabo que se identificó como parte de un pelotón asignado a unos kilómetros de ahi arribo para entregar un sobre sellado, sus facciones se relajaron cuando leyo el remitente, ya la esperaba un vehículo oficial para su movilización.

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A las afueras de una pequeña granja un puñado de tenientes, comandantes, sargentos se miraban con dureza, frente a ellos una mesa amplia y robusta sostenía un mapa del area circundante

-y bien que sugiere Wang- inquirio Blen Glar, un joven soldado americano que ascendió rápidamente a sargento de tres estrellas, sus dotes en amplias especialdades, desde ser un tirador admirablemente habil, la fluidez de comunicarse en 4 idiomas, su facilidad de infiltración y la instrucción que recibió en la organización del servicio secreto lo convertían en prácticamente un héroe y un arma letal contra sus enemigos, luchaba por el bando de su pais, llevaba con orgullo la bandera de franjas y estrellas, de apariencia engañosamente juvenil y alegre, a diferencia de los hombres presentes el ostentaba el cabello largo en un tono ligeramente violeta pastel, bajo la luz menguante de la habitación, el espectro de luces le brindaba un color cano, sus ojos color aceituna eran claros y brillantes, sus facciones finas pero varoniles podrian dar una oportunidad de sorpresa, el subestimarlo suponía un grave error,si se confiarán de su aspecto, la voz galante espero respuesta bajo el escrutinio del mayor.

El rubio suspiro, el inesperado arribo de las tropas de Glar fueron tan sorpresivas que penso caer en una escaramuza alemana, la rapida accion de ambas partes evito un conflicto innecesario -bien, sabemos que dentro tienen a uno de los efectivos con quien han trabajado ustedes, se trata de Tomoe Marguerite, al parecer esta en calidad de prisionera, no sabemos si le han hecho daño o ya le han sacado alguna información, la unica forma de cruzar es el puente de a unos cien metros de aqui, sabemos que tienen al menos un tanque panzer IV-

Una voz diplomática y femenina se permito una observación -debemos eliminar el panzer antes de que logren encenderlo, la nevada de la noche anterior probablemente haya congelado el combustible, tardarán algun tiempo considerable en echarlo a andar, cosa que evidentemente haran en cuánto noten nuestro asalto, podriamos dividirnos en dos pelotones- Sara Gallagher, una mujer de estatura infieror a los estándares europeos, sus 1.60 cm no restaban gracia a su complexión atlética, de ojos verdes, piel clara, su cabello rubio caia gracil hasta media espalda, el traje azul marino y las hombreras le delataban orgullosamente británica, llevaba años en el ejercito y su experiencia era amplia, su fuerte era el enfrentamiento cercano.

El acento de Kioto sobresalio en un ingles fluido, la mayoria en la estancia eran de aquel idioma como lengua madre, asi que procedió a decir lo evidente -ellos saben que estamos por iniciar una mision de rescate, el que nuestros espias hayan encontrado tan rápidamente la locación es...por mas sospechoso- no estaba de mas la suposición de que todo eso era simplemente una trampa, el asunto le preocupaba pues el contacto con su informante era nulo desde la operación en el Reichstag.

-tenemos que convertir su confianza en una desventaja- Blen reflexiono en voz alta, mirando con detenimiento el mapa.

Sara noto tambien los detalles del area -tendriamos que rodear la zona y atacar de flancos opuestos, dejar un pelotón en esta zona para preveer algun escape y de ser necesario entrar para dar apoyo si las cosas se ponen difíciles-

Wang sopeso todas las circunstancias que podrian enfrentar, se estaban metiendo por su eleccion a la boca del lobo, una vez se diera el primer disparo, no habria marcha atras -Yo podria ir de frente, los hare salir y expondre sus flancos fuertes, asi ustedes podran asaltar mas eficazmente una vez se sientan con superioridad- miro hacia atras de todos los reunidos, su hija Nina Wang permanecia cerca de la aventana, los ojos en un curioso tono naranja cobrizo le confería un aire singular,contrastaba armónicamente con su piel clara, ligeramente coloreada por sus viajes a medio Oriente, su cabello suelto de un añil obscuro caia hasta su espalda, tenia una expresión seria, sintio la mirada de su padre y a través del reflejó le sonrio brevemente procurando no descuidar su guardia.

El sargento Blen se aventuro a una confesión con tono amigable -lamento aun la forma en que llegamos Wang, pero bien se, los alemanes estan seguros de vencerlos, mi orden era ir a Noruega- tomo asiento afable con una expresión de tranquilidad -Tomoe es una persona leal,hemos trabajado por años desde la muerte de sus padres, el oss me dejo elegir, si apoyar en esta faena o seguir con la toma de Noruega, y heme aqui, tratando de salvar a una mujer con quien luche en los momentos mas oscuros, para mis superiores ella es una pieza fundamental, asi que no pienso abandonarla, ya veremos la forma de salvarla- aseguró con una sonrisa despreocupada el hombre.

Shizuru se aproximo y miro la parte inferior al puente que mostraba el mapa -¿qué tan viable seria cruzar por debajo y rodear por esta ladera? podria un tirador colocarse aqui y dar apoyo desde esta distancia-

Todos se aproximaron al plano analizando las probabilidades, la voz prudente de Nina resonó con seriedad desde su posición -si gustan puedo ser ese apoyo, aun no soy un tirador experto, pero podria al menos ,dar algun soporte- miro a Wang nerviosa -si es que mi padre esta de acuerdo en ello- aclaro al final.

Las miradas de todos saltaron entre el y su hija, una sensación de incomodidad se hizo presente, Sergei aun la consideraba demasiado joven e inmadura, no sabria si podria exponer a semejante peligro a una joven de 16 años, le miro con severidad -Nina debes ser consciente de lo que puede suceder ahi afuera, una vez estemos lejos, no podre hacer nada por ti, y la vida de alguien de los aqui presentes podria depender de tu pulso, ¿estas segura de poder llevar ese peso cuando esto termine, crees poder sobrellevar esa responsabilidad?-

Nina guardo silencio, se giro y encaro al grupo frente a ella -padre,confío en que has hecho un buen trabajó dandome una formación suficiente, creo que puedo servir de algo, aunque no este en el frente, sabre retirarme si me hieren, descubren mi posición o corre peligro mi integridad- sus palabras hicieron sonreír orgulloso a su padre y despertaron la admiración de los presentes.

Fujino se pronuncio a favor de la ayuda que ofrecía Nina, bajo las nefastas circunstancias y el combate proximo los animos subieron entre los presentes, producto de la gallardía de la mas joven del reducido grupo,se preparaban para lo incierto.

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Natsuki arribo casi al anochecer, bajo del auto acompañada del mensajero que le recogió en el campamento, el ambiente era gelido, las nevadas de los dias anteriores dejaron una gruesa capa de fina nieve donde los pasos se volvian una tarea mas compleja, miro la gran estructura que suponía fungía en otros tiempos como una granja, los vigias y centinelas estaban al tanto de cada movimiento en el perímetro, era una suerte que llevara consigo el grueso abrigo de la Wehrmacht sobre el uniforme reglamentario, asi como sus guantes de piel en color negro, botas cerradas altas a juego y su obligatoria gorra de oficial, el paraje le recordo lo duro que era combatir bajo un clima semejante, recordó sus dias en smolenks, agradeció no tener que usar el rifle que llevaba a su espalda, ni su arma de servicio, sin abrigo adecuado el frio calaria los huesos y seria un incordio, los grandes pinos cubiertos por el manto albo regalaban un bello panorama.

-teniente, el coronel Von Smith la espera, sigame porfavor- el joven cabo de infantería le saludo esperándo por su superior.

La pelinegra le miro de soslayo severamente por algunos segundos, devolvió pronto su atencion a los alrededores -descanse soldado, le sigo- una pluma de acero fue levantada a su paso por la caseta de vigilancia, siendo recibida por los saludos marciales de los soldados dispuestos en sus tareas, arribaron hasta el Interior del inmenso granero.

El soldado se acuclillo y toco el suelo firmemente -señor, el teniente esta aqui- Informó desde su posición.

Un sonido de pesados tablones siendo retirados hizo eco en el silencioso ambiente, frente a sus ojos el piso se levanto deslizando una fracción por encima de si mismo, como una segunda piel, una puerta bastante bien camuflada, una tenue luz iluminaba los escalones -pase teniente coronel- escucho la voz de su colega desde aquel hueco.

Kruger descendió, debajo del granero se erguia una oficina, donde antaño un zotano comun guardaria objetos de trabajo y labores rurales, un grueso escritorio de metal y un par se sillas ocupaban el espacio, Smith estaba de frente con su media sonrisa de siempre -espera aqui- subio algunos peldaños y empujo la puerta sobre su riel, colocó las trancas y regreso junto a su teniente, se miraron, en la privacidad y confianza del lugar se permitieron un abrazo, uno que probablemente fue postergado desde hace años y mas reciente, por las circunstancias de la misión anterior.

-maldicion Smith, pense que te habias largado de nuevo- refunfuño la ojiverde sin soltar el contacto.

-vamos que la que se largo fuiste tu, visitaste la franja cercana a la unión soviética y no me mandaste una miserable carta o algun recuerdo- bromeo el de ojos añil retirandose para sujetar los hombros de su protegida -te tengo una sorpresa, se que estaras feliz de zanjar este asunto-

Natsuki le miro alejarse, todo el tiempo oculto a sus espaldas una silla bien asegurada, en ella una persona con el rostro cubierto con un zaco de papás sucio permanecia atada, smith se colocó detras del prisionero y retiro de golpe el rudimentario velo.

Tomoe fruncio el ceño bajo el dolor que le provoco la luz, de la que habia sido privada un par de dias, enfocó la vista y sus ojos Violeta se encontraron con los jade en la expresión petrea de quien penso muerta, trago pesado imaginando los peores escenarios -t...tu, pero... deberías estar muerta- murmuró con sensación de vacio en el estómago.

Kruger le miro con arrogancia, por mero reflejó llevo su mano sobre la herida en su torso, donde permanecia la huella imborrable del artero ataque de la mujer frente a ella, sin duda, solo el factor sorpresa le dio la ventaja, con mirarla le bastaba para saberse superior físicamente -asi es, debería- dijo al fin con tono sardonico sin apartar la mirada del rostro desencajado de Marguerite.

-yo te apuñale y te dispare- forcejeo con la cuerda que le aprisionaba, la pesada mirada jade le hizo bajar la vista -no, no puedes ser tu, por que no solo te mueres como las demas ratas arias- gruño mordiéndose la lengua de rabia, sentia una burla aquel momento, la mujer frente a ella, solo le recriminó su falta de habilidad, sintio de nuevo la falta de su padre, era como si no hubiera logrado vengar su muerte.

Schwartz Se aproximó a Kruger que permaneció de pie frente a la maquis -toma lee esto- le extendió un fajo de hojas desgastadas, que comenzo a revisar con calma, sin moverse del sitio, gozaba a sus adentros mirar en tan vulnerabilidad a su enemiga

-te matare- amenazo entre dientes la prisionera, mirando con todo el resentimiento que le aplastaba el estomago.

-ah si?- respondió la teniente sin dejar de leer el informe, parecia no importarle tomar vengaza, y es que planeo tantos años, vislumbrando cada noche a detalle que tipo de torturas o castigos que aplicaría a quien tuvo la suerte de tomarla a traición, que teniéndola asi, a su merced solo le provoco indiferencia, -esperaba a alguien mas...intimidante- por que vaya que asi sintio aquella noche a la mujer, pero en la situación actual, se miraba deplorable y patética -ni si quiera sabes usar una bayoneta-

Y ya pensaste a dónde te llevaras a Shizuru una vez que la captures?- indagó curioso, con una risa demasiado cruel el coronel.

-tengo algunos lugares contemplados, no se que preferiría ella, probablemente una casa sencilla en alguna villa pequeña o rural, no le gusta mucho la gente ni el ruid...

-!No hables de ella como si la conocieras, maldita!- la silla crujio bajo el ataque de furia, trato de vencer los seguros que la anclaban al piso, se revolvió hasta que le falto el aliento.

Natsuki regreso los papeles al escritorio de su superior, se aproximo de nuevo, quedando de frente a la prisionera -yo hablo de Shizuru como me venga en gana, ella es mia- palmeo con fuerza el rostro de la francesa y retrocedió un poco -yo la conozco.. incluso en formas y facetas con las que tu, solo puedes fantasear- reflexiono un momento,como si tratara de recordar algo de suma importancia, se acarició la barbilla con el ceño meditativo -alguna vez has mirado sus manos sin los guantes? apuesto a que si- la teniente se retiro el guante de la mano izquierda -si es asi...sabras que lleva uno igual a este-

Tomoe pudo reconocer a su pesar la argolla que orgullosa le mostraba Natsuki, la pudo ver innumerables veces mientras Shizuru se arreglaba antes de salir a las misiones de espionaje, jamas la vio quitarsela, en su interior, sintió una punzada fria, como si toda la convivencia con la bella de Kioto se tratara de una mentira, ahora esos rechazos tenian una razon mas solida.

-esa argolla que ella posee simboliza que se entrego a mi, muchas veces- sonrio cínicamente -pero tambien símboliza una promesa que hicimos y tu, no vas a tener nada de ella- una risa emergió al fin, Smith le hizo eco, se miraba divertido de ver a Natsuki hacer rabiar a la mujer.

-te matare desgraciada, y cuando lo haga, Shizuru sera mia, me encargaré de hacerla olvidarte!-grito histérica, forcejeando como animal salvaje contra el amarre.

Natsuki se coloco el guante y dio media vuelta, se aproximo al escritorio de Schwartz aun con esa sonrisa lúgubre, tomando siento brevemente en la superficie.

-diablos Kruger, esperaba que al menos la golpearas un poco- se quejo con tono infantil el rubio -no se, crei que te pondrías creativa- dijo sentado ya tras el escritorio.

-yo esperaba lo mismo- levanto los hombros con ironía, rodeo la silla y miro el nudo, sujeto una punta y jalo bruscamente, en un segundo la soga cayo, pateo por la espalda a Tomoe, arrojando su cuerpo junto a la silla de frente al muro,sus manos fueron incapaces de responder debido al entumecimiento

-dijste que me matarias ¿no? veamos si eres tan ruda como dices, o solo lo eres cuando tu rival esta distraído!- grito kruger arrojando su gorra a las manos de Smith.

-¿que diablos haces nat?- refuto schwartz con una expresión divertida, rodando los ojos sin moverse de la comodidad de su asiento.

Tomoe apretó los dientes, su cara se habia estrellado de lleno en el muro de madera, se irguio aun con sus brazos completamente pesados, el ardor en sus extremidades le complicaba ponerse de pie, arrastro su torso contra la pared y empujo su peso solo con la fuerza de sus piernas, a sus espaldas las risas de Kruger y Smith se hicieron mas fuertes mientras batallaba consigo.

-¿que sucede, no tienes brazos ?- Se burlo a su lado la pelinegra, quien sujeto su cuello por detras, la mano apreso casi toda su circunferencia y apreto firmemente, para arrojarla de un empujón al suelo muy cerca del escritorio, le daba tiempo para recuperar la reacción en los brazos, no seria honorable una pelea si estaba en desventaja su rival.

Marguerite supo que no seria probable cumplír su amenaza, no sin un arma como la ultima vez, se puso de pie, con dificultad llevo sus dedos en la zona lastimada, el breve agarre a su cuello permanecia dolorosamente, el hormigueo en sus brazos comenzaba a bajar, dio un paso atras y algo la detuvo, era la pesada estructura del escritorio, Smith le apuntaba con la lüguer, le hizo un ademan para que se moviera hacia el frente -no huyas cobarde, ve y cumple tus amenazas- ordenó con una sonrisa en su faz

Natsuki se aproximo sin ningun tipo de guardia o posición de combate, por simple instinto Tomoe solto una patada de frente, moviendo el cuerpo de Kruger hacia atras, con apenas algo de efecto, no habia una consistencia nada blanda donde su pie impacto..

La ojiverde mostro los dientes, se encorvó ligeramente, sosteniendo su mano contra la vieja herida, ante el movimiento Smith endureció su expresión, apuntó a la espalda de la prisionera empero su colega nego con la cabeza -no te atrevas, no es nada- refuto enderezandose, se aproximo de nueva cuenta, espero el mismo movimiento defensivo.

los ojos Violeta miraron el cañon acerado ordenando a moverse, noto entonces el malestar que le provocó a Kruger, quien sin mas se aproximo de nuevo con ese semblante que le gritaba un serio peligro, espero a que la distancia fuera suficiente, levanto su pierna y repitió su ataque, este impacto eficaz, pero siendo capturada su pierna por las manos de la teniente.

Natsuki jalo a Tomoe, arrastrandola lejos del escritorio, pateo con el pie izquierdo el unico soporte de Marguerite haciéndola caer al piso, parando un poco el golpe al meter las manos, sin darle tiempo a reaccionar avanzo rápidamente, y solto una patada sobre las costillas, la accion mando a su rival de nuevo cerca de Smith.

-deja de jugar, recuerda que pueden llegar en cualquier momento- dijo el coronel bebiendo tranquilo un poco de licor.

-pense que esta desgraciada tendria mas que ofrecer- se burlo aproximándose a la mujer que permaneció boca arriba sujetando la zona lastimada, camino hasta yacer lo suficientemente cerca para dejar caer un pisotón en su cabeza.

La maquis reacciono a tiempo, rodando para alejarse y ponerse de pie, descanso una de sus rodillas en el suelo para recuperar el aliento, espero a la proximidad de Kruger y se arrojo contra ella en una tacleada, llevo algunos centímetros el empuje, un codazo le sacudió la espalda, un rodillazo la irguio, trastabillo confundida hasta chocar contra el muro mas proximo, sintio el labio roto y el sabor a hierro en la saliva, levanto el rostro furiosa.

Kruger no medio mas, acortó la distancia y dejo ir un puñetazo tras otro, la pared le proveía de una base donde pudiera mantener de pie a su saco humano, sin esperarlo recibió un puñetazo en la mejilla, que apenas movio su rostro, la acción le basto para imprimir mayor fuerza, las obvias aberturas en la guardia de su rival le dieron la facilidad de conectar golpes certeros hasta que le falto el aliento.

-bueno, al menos sirve para que practiques- rio en alto Smith agotando el liquido etílico de su anfora.

Natsuki rio por el cometario, Tomoe permaneció en un ovillo, sus rodillas calleron al suelo, detuvo su peso con las manos, un hilo de sangre caia al piso, estaba aturdida y dolida de tantos lugares que su cerebro apenas podia procesar el daño, sus oidos se avisparon con el repicar de los chasquidos de armas a una distancia muy cercana, algo que no paso desapercibido por los alemanes en la habitación.

-hay que atarla de nuevo- ordeno el rubio levantándose tranquilamente.

-bien, bien- resoplo la teniente agachadose levemente para sujetar por el cabello a la mujer, mas el leve descuido supuso un grave error,cuando un destello rojo y un dolor se le extendio por el rostro, concentrándose en la zona circundante a la nariz y ojos, seguramente un golpe con la cabeza, el impacto no la derribo pero si la aturdio, se llevo por reflejó las manos a la cara, sintio de nuevo la embestida a excepción de que esta ocacion el golpe del craneo enemigo se centro en la zona de su herida, fue arrastrada hasta chocar, el impacto le robo el aliento, la zona mas vulnerable de su torso fue machacada entre el duro hueso y lo inamovible del muro, lanzo un golpe con el codo a la espalda buscando librarse de la llave, Tomoe lo evito por poco dando un paso hacia atras, y en un descuido su lüger fue robada del cinto, la cacha le golpeo el rostro, y un brazo tembloroso le rodeo el cuello.

Algunos disparos salieron de la arma de Schwartz, que erro un par,otros fueron roces, a excepción de uno que impacto en la rodilla derecha de la peliverde, que ya mantenia su rostro detras de la teniente, no podria disparar sin hacerle daño, mas no bajo el arma.

-maldita bruja- gruño, arriba escuchaba ya el arribo de franceses y británicos, sus soldados ya tenian medidas para lidiar con ellos, a sus espaldas el radio de transmisión resono.

-!señor, los americanos estan aqui, acaban de volar el panzer, necesitamos apoyo!- Los ojos zarcos se desviaron un segundo, no tenian ni si quiera contemplada la existencia de tropas americanas en esa zona.

La desafortunada acción fue aprovechada por la de ojos Violeta, apunto y disparo hacia una dirección errada, Kruger habia sujetado el cañon con su mano Izquierda y una nube de escarlata se vaporizo con la detonación, el rubio solo recibo el tiro sobre el hombro, su rehén tomo su brazo Izquierdo para algun contraataque, Tomoe se aterro, si se libraba del agarre estaria muerta, empujo el cañon del arma contra el hombro de Natsuki y detono una vez, un quejido grave y seco se ahogo en la garganta por mero orgullo. -le volare la cabeza, te lo juro- masculllo amenazante -abre esa puerta- ordeno sin bajar el arma, que presionaba en la nuca , un angulo letal de jalar el gatillo.

Smith apretó la cacha de su arma, el fragmento de su músculo destrozado por la bala sangraba mas de lo que verdaderamente dolia, miro a natsuki, la mancha negra se extendía poco a poco desde su hombro hasta parte de su pecho -de acuerdo, pero si te atreves a matarla, te juro que no tendre yo, la misma consideración que ella- Sus ojos se abrieron de angustia, al notar una mancha oscura de nuevo en la vieja herida del abdomen de su teniente.

-matala, no seas idiota Smith!- grito Kruger sujetando el arma con que Tomoe apuntába de nuevo al rubio, esta ocasión, sus fuerzas fueron menores, su hombro se retraía dolorosamente, y un escalofrío le subia desde la cintura, su cuerpo se doblegaba bajo el incómodo dolor, los pasos enemigos y gritos en Inglés arreciaron sobre sus cabezas, estaban en desventaja, pero tenia la esperanza al menos de ir como prisionera y ver asi a Shizuru.

Margerite supuso que la inesperada visita de Kruger no estaba planeada, por ello debia pensar en una forma de deshacerse de un encuentro desafortunadamente afortunado, golpeo con la cacha la sien de su rehen, que perdio mas fuerzas, callendo de rodillas al piso, le pateo la base de la espalda con todas las fuerzas que le restaban, la acción basto para arrojar el cuerpo al menos un metro lejos de ella, ni siquiera la sorpresiva accion logro una caida tan descuidada y vergonzosa como la de ella misma al ser arrojada de la silla, vio al coronel aproximarse corriendo, por ininstinto disparo al torso, la bala atraveso detendiendo el avance un segundo, solto otro tiro mas en una de sus piernas ,lo vio caer para abrazar el cuerpo de Natsuki, apenas prestándole atencion a ella.

Schwartz cubrió en un protector abrazo a Kruger, a sus espaldas escucho las pesadas trancas ser movidas por su exprisionera, mas eso no le importo, extrajo veloz un pañuelo y lo empacó en la herida del hombro de su teniente, la miro semi consciente, fruncir el ceño y mostrar los dientes -maldita sea, perdóname- se disculpo con el rostro lleno de congoja, sus ojos zarcos se anegaron de lágrimas.

La pelinegra le miro con amargura -fue mi culpa- tomo aire y soporto el malestar que martilleaba su sien -perdona, si te hubiera hecho caso, esto no habria pasado, ve por ella- dijo con dificultad, esperaba que su coronel cumpliera sus deberes, pero en cambio solo recibio una sonrisa.

-tu no puedes ordenarme, soy tu superior y decido sobre cual es la misión primordial- acomodo el cabello tras su oreja en una accion paternal, coloco el cuerpo que protegía en una posición mas cómoda -no fue tu culpa, solo la heri, no pude acertar un disparo util- dijo sin dejar de revisar con la vista las heridas de su colega, tragandose el nudo de su garganta.

El sargento Blen avanzo raudo eliminando los ultimos soldados, entre ráfagas y gritos de ambos bandos, los pasos de Sergei y Sara le siguieron, tomaron posiciónes mientras exploraban el interior del granero

-¿Dondé se supone que está Marguerite?- increpó con duerza, su voz resono poderosa en el silencio que los rodeaba finalizado el enfrentamiento.

-segun nuestros informantes, debia estar aqui- dijo la británica sin detener su andar -ya despejamos todo, no hay mas lugares donde...

el sonido de algún objeto pesado se hizo presente -!silencio!- ordeno Gallagher buscando rápidamente con sus ojos azulinos en las proximidades, señaló el suelo y camino despacio, el pesado arrastre se repitio, un chirrido mostro el desplazamiento de una puerta oculta en el piso, Sara aprovecho la cercanía y se parapeto, tomando una posición de ventaja, que usaría como sorpresa a quien saliera de aquél agujero.

Shizuru permaneció en la retaguardia eliminando a los heridos, con su fusil, sus ojos escarlata miraban con frialdad al rostro enemigo, apuntaba calculadora al centro de la frente o nuca y jalaba del gatillo, apenas era perceptible el retroceso del arma, aprovechaba la oportunidad para buscar a una sobreviviente en particular, sin tener la fortuna de su parte, desde su posición miro al resto de la pequeña tropa ocultarse y ponerse a esperas de algo, imito la accion y observo desde la distancia.

Una vez abierta la puerta, Tomoe salio a gatas, sus piernas eran incapaces de sostenerla y aun menos de subir los peldaños, una de sus rodillas estaba herida gravemente por la rapida accion del alemán, los golpes que recibió a manos de su némesis le machacaron el rostro y casi todo el torso, era difícil saber donde no tenia daños, su mano temblorosa empuñaba la lüger -quieta- ordeno una lúgubre voz que la congelo al instante, llevo las manos arriba en señal de rendición.

-esta bien sara, es ella- confirmó Glar saliéndo de su cobertura -ayudenme a moverla, necesitamos irnos ahora- Tomoe miro a su colega americano y noto el enfado al mirar su estado.

-ahi abajo esta Von smith Schwartz, esta herido, pero sabes que seria mejor eliminar a uno de los malditos que llevan los operativos, solo, dame una granada- Solicito, sus ojos Violeta opacados por un marcado hematoma, fueron suficiente para que su colega cediera a su petición.

-se escapó- dijo con indiferencia Smith, acomodando a su teniente entre sus brazos para levantarse y atender mejor sus heridas, incluso caer como prisioneros le parecia una opcion, el repique metalico, pesado y seco de una granada resono a sus espaldas, demasiado cerca y muy estrecho el espacio para alguna maniobra defensiva, el tiempo era insuficiente para buscar refugio tras algun objeto que soportara la letalidad de los veinte metros del radio mortal, sopeso en una fracción de segundos su mejor y unica opcion, aprovechó su posición y cubrio consigo la totalidad del cuerpo que protegía, la explosión hizo un eco ensordecedor, los fragmentos mortíferos volaron en todas direcciónes, cortando e incrustadose en la carne y huesos, el hedor de carne quemada lleno el sotano, recibir tal daño mortal no mermo el espíritu protector del hombre, salvaguardar a quien le era mas importante.

-vienen refuerzos- advirtió Nina a través del radio a Sergei, que ya llevaba a Tomoe junto a Blen casi a rastras de vuelta a la cabaña donde se reunieron previamente -ya vamos hacia alla, tengan todo preparado para nuestro arribo- dijo a su hija de vuelta.

Despues de la explosión Natsuki no logro sentir nada, un interminable zumbido se anclo a sus oidos, desapareciendo gradualmente, abrio los ojos con dificultad, un goteo calido y espeso le caia sobre el rostro, trato de ponerse en pie, sus músculos temblaron aun en shock y le impidieron moverse, el fetido olor de carne y sangre calcinada llenaba el aire de forma repugnante, sintio la mano aspera de smith en su mejilla

-tranquila, estaras bien... cuando te pongas mejor...podras matar...a esa bruja...- escucho la pausada y profunda respiración del cuerpo que la abrigaba, noto el sonido acuoso en las exhalaciónes, y los estremecimientos agónicos.

-no, no te atrevas Smith- ordenó con la voz quebrada, apeandose internamente a no llorar, agradeció el velo de oscuridad que se cernía sobre todo el sótano, sin la luz menguante del unico foco, no podia siquiera distinguir su propia mano frente a su rostro, sus orbes color jade se anegaron de lagrimas y una profunda tristeza le embargo, con mas fuerza de voluntad que capacidad física, sujeto la mano que tocaba su cara, la envolvió con la suya y apretó ligeramente.

-lo...siento- dijo en un susurró el coronel, sus dedos sujetaron la mano de la joven en con un agarré afectuoso -te pondras bien, no te preocupes nat...todo...ira...bien- susurro con dificultad y calma, descansó su cabeza contra el borde del escritorio sin dejar de dar cobijo a Kruger.

La teniente agradeció la complicidad del momento, sintio el agarré en su mano meguar con el paso de los minutos, cálidas gotas ligeras calleron sobre su rostro, alternadas entre aquellas mas espesas.

-te odio- susurro para si, pues el cuerpo que la sostenía ya no respiraba, lloraba de rabia,dolor,decepción, tristeza, no lo sabia pero ello la agotaba, perdio el conocimiento sin saberlo, las sensaciones previas se le grabaron a fuego en la memoria. Vvolviendose un bucle de pesadilla, del que no lograba despertar

Habia perdido su oportunidad de vengaza, su encuentro con Shizuru y al hombre que se convirtió en lo mas cercano a un padre, deseaba ya no saber de si, pero en el fondo su orgullo y el sacrificio se su amigo le obligaron a vivir.