Nosocomio capítulo 10

Lethobenthos

18 de abril 1945

La camioneta arribo casi al atardecer, durante el que debío ser un corto viaje, las paradas fueron constantes, pues buscaban mantenter un perfil bajo, segun la carta recibida por Nina, su padre la esperaba en el observatorio de Schörenger ahi se reunirian para asaltar el aeropuerto de Tempelhof, robar un avión y escapar antes del asalto de los rojos al corazón del reich, con lo que evitarían el infierno que se desataría en la zona.

El plan ya estaba trazado junto a Fujino, dada su experiencia en combate y la gracia que tenia para evadir a los vigías o matar sigilosamente, era lo más propicio que ella dirigiera la mision, para su sorpresa al llegar lo mas cercano que permitieron las barricadas, se toparon con un pequeño regimiento de soviéticos, el trio descendió del vehiculo, algo estaba por ocurrir y debian ponerse al tanto, bajaron de la parte trasera del vehiculo y la mayor se acerco al hombre que suponia al mando.

-oficial- dijeron con el respectivo saludo marcial -no sabia que incluso en este frente ya se habian establecido, la teniente Armitage no nos comentó nada al respecto- aclaro la castaña, mirando al hombre que permaneció en silencio junto al puñado de soldados, que apuntaban sus armas a los recien llegados.

-bajen eso chicos- dijo con firmeza la enérgica voz del mayor, este las miro, leyo sus insignias y rangos en los detalles del uniforme, estaba seguro de conocer al menos de un par de misiones a la mas joven, esos ojos color ígneo eran un buen distintivo -cabo, puede descansar con el resto de la tropa mientras les designó sus funciones a las oficiales- ordeno mirando al hombre que las acompañaba, -siganme, las pondre al tanto de la operación que realizaremos- las crecien llegadas se reunieron con el soviético entrando a un edificio proximo, las puertas que antaño cubrieron el marco, ahora alimentaban las hogueras que mantenían cálidos a los soldados que hacian guardia por las noches, les era mostrado el mapa con las zonas a tomar, las tropas en la zona y los posibles puntos donde los cuarteles alemanes tenian sus centros de mando, se respiraba cierta paz, misma que fue rota al resonar una detonacion en seco, que desato una explosión en cadena, las camionetas de movilización de infantería eran destruidas llevando consigo una gran parte de los efectivos que a mala hora permanecian en su radio mortal, afuera los gritos de sus colegas destaron el caos.

La mira telescópica permito a Kruger un disparó certero, tal como habia calculado, los vehículos enemigos contenían el combustible necesario para facilitar su tarea, uno a uno los soldados menos experimentados eran abatidos por su cañon en su intentó de aproximarse a su posición o al menos ponerse a cubierto, el borde de la azotea proporcionaba un trípode improvisado, prodigado un pulso inamovible entre detonaciones, el retroceso de cada impacto hacia mella en el hombro herido, este aun no sanaba por completo, pues la herida era abierta por sus recientes misiones, solo encontraba tolerancia al dolor gracias al medicamento experimental que tomo desde que pudo sentarse por si misma en la camilla.

Dentro del edificio la explosión mas próxima habia lanzado al trio en todas direcciónes, entre maldiciones vio al hombre de mayor rango levantarse desorientado, su andar errado y su mano aferrándose al muro mas cercano delataban la conmoción de sus sentidos, empuño su arma y se aproximo al canto de la puerta rabioso, Shizuru se instigo mas alla de su propio malestar y heridas, sujeto del brazo al soviético deteniendo su andar.

-si sale lo mataran- aseguro la castaña con toral seriedad en su rostro.

La accion tomo por sorpresa al soviético, que no era precisamente delgado ni pequeño , noto en el agarre una fuerza mucho mayor a la que supuso erróneamente por el porte elegante de la mujer, los quejidos y gritos histéricos de sus cadetes le ganaron a su razón, obligándolo a salir, algunos de sus subordinados luchaban por coordinarse, pero en su búsqueda de agruparse eran ultimados, sin que el pudiera hacer algo al respecto, muchos de quienes conformaban sus tropas habian perdido todo, y luchaban bajo su mando y hombro a hombro desde el comienzo de la guerra, verlos caer era un duro golpe a su espíritu de lucha, cada uno de ellos los sentia como perder un hijo, el sentimiento era abrumador, arrancado su temple, salio en busca del responsable.

Shizuru se aproximo al borde de la entrada, observando los edificios lejanos, calculándo mentalmente el radio de visión del tirador, cada baja aliada le ayudaba a trazar un mapeado mas precisó, Nina se aproximo a su lado, solo por precaución, le indicó en silencio que no perdiéra cobertura, ambas vieron al mayor correr a media calle buscando en los tejados al enemigo.

La suave llovizna no paraba de caer, levantando una niebla casi etérea, bajando la temperatura consigo, pese a eso, las llamas de los vehículos incendiados se perpetuaban, haciendo mas densa la columna de tizne pesado y toxico, brindando un poco mas de cobertura a los pocos soldados heridos que se arrastraban ocultandose del avezado ojo del tirador.

Los ojos azules del mayor danzaban con rabia sobre cada ventana -vamos, sal de tu escondite maldita rata, deja de esconderte como un cobarde- grito a la aparente nada, su voz ronca resonó a una gran distancia.

A poco menos de doscientos metros, Kuger pudo escuchar el insulto, que no hizo mas que robarle una sonrisa, se irguio dejando ver su posición al hombre, empuño el rifle y apunto con rapidez, el disparó atravesó con precisión el corazon del sovietico, la accion del hombre en su intento de iniciar un enfrentamiento fue en vano, su cuerpo fue arrastrando hacia atras por el impacto, callo mirando el cielo teñido de un cenizo profundo, oscurecido por la humareda del combustible, el ligero rocio caia sobre las calles, mojarse no era algo que le preocupara Natsuki, que miro por algunos instantes al soldado, se aseguraba de que este no se pusiera de pie, por alguno de esos caprichos del destino, tras un rato se coloco a esperas de nuevo, llevaba el cabello ocultó bajo la chaqueta , misma que le proporcionaba una capucha para mantenerse aun mas camuflada, la tela casi impermeable le permitía mantenerse en el exterior montando guardia por horas bajo el azote de tormentas, unas gotas no serian ningun impedimento para terminar con las tropas que le encomendaron, no se moveria de ahi sin acabar con cada soviético, asi tuviera que bajar a luchar en distancia media.

Desde su posición a cubierto, Shizuru logro ver por el rabillo del ojo, por un breve momento la figura del tirador erguirse para dar el disparó, retrocedio al interior de la edificación, tomo de entre los resquicios de la mesa el mapa maltrecho, lo extendio sobre el suelo y analizo por un momento cada calle y edificio en un radio de cien metros -no salgas, el sigue ahi- dijo sin mirar a la de ojos magma.

-pero...mi padre, el...seguramente ya esta muerto- susurró con la voz casi rota, sintio que incluso el castillo de carga donde su espalda descansaba brindando soporté a su azotado cuerpo era incapaz de mantenerla en pie tan solo de pensar en semejante perdida.

-o puede que este como prisionero, Sergei es un soldado reconocido, no solo entre nuestros aliados y tropas, tambien entre los enemigos, podria ser un prisionero de buen valor para los alemanes, no te des por vencida hasta verlo vivo- enrollo el plano y lo doblo sobre si mismo -o muerto- susurró casi fantasmal suavizado lo mas posible la cruda posibilidad, preparó meticulosamente sus armas, y se preparo mentalmente como en cada ocasión que se jugaba la vida -escucha Nina, te arrojare esto- mostró una lata pequeña de lo que parecía llevar algun encurtido en otros dias -al llegar a la azotea del edificio, espera un poco mientras me pongo en posición, cuando consideres que estas lista, sal corriendo un par de segundos y para en seco, inmediatamente tienes que tumbarte al piso y regresar aqui, durante ese tiempo yo podre tenerlo a tiro y deshacernos de el- indico con calma la castaña.

-y...si me dispara antes o algo sale mal? Me prometes que iras a rescatar a mi padre?- inquirio la joven Wang, mirando con una facción de incertidumbre que no era capaz de ocultar, nada le hería mas que pensar en fallar en una situación asi, tan cerca de su padre, de sentir perdida la oportunidad de por una vez, ser ella quien fuera al auxilio de quien mas admiraba.

-no puedo prometerte nada, ni siquiera yo se que pasara, ni como saldran las cosas, has lo mejor que puedas para que esto funcione y podamos ambas hacer lo que debemos- le miro de reojo sin dejar de subir entre escombros y trozos de escalera, seria un ascenso difícil, pues la estructura de los peldaños y barandales se encontraba derruida al menos los dos primeros pisos, debia escalar y buscar un soporte adecuado a medida que avanzaba.

Nina no encontro palabras para semejante respuesta, pero Shizuru se estaba exponiendo mucho mas de lo que cualquiera a excepción de su padre haria por ella o sus intereses, por esa razon no sentia siquiera valido refutar por negarle una promesa, a menos de sesenta metros noto un puñado de soldados rasos ocultos tras el chasis de uno de los vehículos, la humareda, y el repique del agua seguramente les cubrían de la visión enemiga, Wang silbó usando sus dedos, llamando la atención de sus colegas, los veia temblar y permanecer tan quietos como la incertidumbre o el frio de sus uniformes mojados les permitía, el mas valiente del grupo miro hacia su dirección sin perder cobertura, por medio de señas les indico que permanecieran en la posición y no tomaran acción, debian esperar un poco mas para poder salir de ese lugar, en silencio asintieron y aguardaron sus ordenes.

Fujino avanzo casi a gachas, debia pasar desapercibida, como un fantasma, si el tirador notaba siquiera un movimiento dentro del edificio en las plantas altas podria moverse de lugar y entonces la sorprendída seria ella, sus movimientos eran suaves y ágiles, ocultaba cualquier porcentaje de si sobre todo en las ventanas y los marcos de las puertas, al llegar a la azotea, escaló rápidamente y se tumbo al piso, desde ahi, arrastro su cuerpo solo usando sus pies y manos, habia hecho aquello innumerables veces, gracias a su estado físico, la tarea era sencilla, agradecio enormemente que ese edificio en particular tuviera una pequeña barda de al menos noventa centímetros de alto, quiza se planeaba poner alguna terraza o mirador, se puso en cuclillas y pego su cuerpo contra el muro, busco mentalmente la posición que mejor le serviría para un buen disparo calculándo la posición del enemigo, era momento de lanzar la lata vacia hacia dónde seguramente ya la esperaba Nina, ato un cordel que encontro mientras subia, le hizo un moño y se movio cubierta por el muro tan cerca como pudo de la posición de su colega, debia cuidar no ser detectada, solo tenian una oportunidad y si fallaba, las cosas se complicarian.

Nina permaneció a la expectativa, empuñando con mas fuerza de la necesaria su fusil, sentia su corazón golpear dentro de su pecho sonoramente, el sonido del latón sobre el piso la tomo por sorpresa, apuntando con el cañon de su arma hacia la dirección del ruido por mera inercia, mas su dedo indice presionó brevemente el gatillo, dejando escapar una corta rafaga, se maldijo por tal error, al notar que no se trataba de algun enemigo, miro la lata vacia y el moño en ella, sabia que era la señal, aguardo unos minutos que sintio como la misma eternidad, mientras reunía el valor para lo que se le habia ordenado, se apeó internamente para salir corriendo con el cuerpo ligeramente encorvado, tal como su padre le enseño para situaciónes semejantes, dio zancadas lo mas rapido que sus piernas le permitieron, conto mentalmente los segundos y se freno en seco.

Natsuki observaba con atención el movimiento o falta de este al frente, no parecia haber mas soldados, una corta rafaga la puso en alerta a punto de retirarse, planto una rodilla al piso y se preparo para continuar vigilando, noto una figura que corria veloz, trazo mentalmente la ruta que seguia, la velocidad a la que se movia, la posición agazapada, el golpeteo de la lluvia en la trayectoria de la bala, mantuvo la respiración y disparó, la sorpresa casi la indignó, habia fallado por la accion repentina del soldado, que paro sin mas su carrera, un calosfrio le recorrió la sangre.

Tal como lo planeo, el tirador erraba, le bastaron esos valiosos segundos para localizarlo, recargo el rifle en el bordo del muro para evitar un solo movimiento no calculado, en fraccion de segundos apunto con una ligera elevación al objetivo, aferro con fuerza el arma y tras el tiro fallido de su enemigo, observo como accionaba el cerrojo para alimentar la recámara con una bala nueva, su dedo jalo el gatillo, durante ese breve momento, miro incrédula que su enemigo volteaba hacia su dirección, a través de la mira basica de cuatro por cuatro que usaba, noto que ese movimiento cambiaba sus planes, habia acertado pero no de la forma letal.

Kruger acciono el cerrojo por mera inercia, sus ojos ya no buscaban al soldado que apenas escucho el disparo se tumbo de bruces al piso, y con la misma rapidez regresaba a cubierto, todo ese circo, era una trampa, una de las mas sencillas y basicas, estúpidamente habia caido en esa finta, lo supo desde que la carrera del joven paro en ese tiempo tan precisó, la helada sensación en su sangre, le indicaron que algo estaba terriblemente mal, un destello en el borde de su visión periférica le grito a su instinto que estaba en un serio peligro, giro su cuerpo hacia el brillo siniestro, sintio el impacto contra su craneo, un flash precedió la oscuridad y la inconsciencia.

-vaya, no lo mate- se recriminó la castaña, se hecho el fusil al hombro y bajo tan rapido como pudo, entre saltos y algunos percances debido a su prisa, debia llegar al edificio y terminar con el tirador enemigo, estaba segura que lo habia herido bastante, con algo de suerte solo debia jalar el gatilo y estarian listas para marchar al observatorio.

Nina noto el silencio tras ambas detonaciónes, se apresuró a reunirse con los soldados, les ordeno entre gritos y jalones que se replegaran al interior del edificio que aun tras el caos seguia siendo el puesto de mando -vamos muevanse, no tenemos mucho tiempo- los efectivos entraron con rapidez , tenian heridas desde leves, hasta graves, tenian que buscar el modo de hacer curaciones sin los medios necesarios, Nina pudo escuchar los pasos agiles de su superior, que bajaba a una velocidad asombrosa.

-tengo que ir a terminar el trabajo, espera aqui- le aclaro la joven de Kioto mientras se dirigia hacia la calle, como si no hubiera mayor peligro, Wang se aproximo para darle alcance.

-Shizuru, espera!- rogo la joven, agradeciendo el gesto de esperar pese a la evidente prisa que inquietaba a su colega -es peligroso que vayas sola, dejame acompañarte, llevaremos a estos cabos, en algo deberian poder apoyarnos- ambas miraron hacia el interior, los jóvenes no eran mas grandes que la misma wang, pero a diferencia de ella, el radio de explosión les habia provocado un shock, y algunos de ellos no tenian las condiciones para entrar aun a combate.

Fujino miro con lastima a los jovenes soviéticos -sera mejor que te quedes aqui y los organices, lleva solo a los que puedan ser útiles, estan demasiado heridos por ahora para ser de ayuda, te vere en el edificio donde estaba el tirador, ire a terminar con el antes de que logre moverse de posición- la castaña le palmeo el hombro en una sutil muestra de camaradería, esperando darle animos, salio corriendo dejando entre las manos de Wang el mapa , donde marcaba la ubicación del edificio que era su punto de encuentro.

Kruger sintio una pesadez en su cuerpo, el repique del agua sonaba amplificada, el simple golpeteo de las gotas contra su capucha le provocaban un dolor punzante, sus ojos se encontraron con un charco de un carmín diluido, se levanto del suelo, su rostro habia caido boca abajo, tenia que moverse, estaba segura que quienes planearon la emboscada no darian tregua tan fácilmente, se arrodillo presionando a su organismo para moverse, se paso la mano sobre el rostro y noto una consistencia espesa y calida a través del guante, un rastro de sangre bajaba desde el lateral izquierdo de su hueso frontal en el craneo, hasta la mandíbula, paso el dedo sobre el zurco que trazo la bala en su hueso, y la simple acción le provoco un mareo, no parecia una herida mortal, pero si le dificultaria combatir, el mareo permanecia, al igual que la falta de coordinación y fuerza, esperaba evitar mas confrontaciónes al menos hasta parar el sangrado, busco entre sus bolsas y saco el frasco de su medicación, mastico el par de pastillas y las trago pese al amargo sabor, recogió su rifle y a gatas se aproximo al piso vencido por donde habia escalado, preparo su lüger de servicio y se oculto en el cuarto mas alejado de la rudimentaria entrada en uno de los varios cuartos del segundo piso, si su enemigo esperaba emboscarla, ella se encargaría de darle la vuelta a la situación, tan pronto se acercara le volaria la cabeza con una bala, aprovecharía el efecto analgésico del medicamento, este le ayudaba a dejar de sentir cualquier tipo de dolor, era un arma de doble filo, entre las dosis, algunas lagunas mentales se hacian presentes, y en otras ocasiones sentia como si fuera espectador de si misma, dónde lograba su cometido faltando a sus propias reglas morales, aquello le incomodaba, pero bajo las circunstancias en desventaja, era su unica opción.

Shizuru se aproximo a una velocidad media, debia guardar el aliento y la resistencia para su cateo en la edificación, ya próxima a la ubicación bajo el ritmo de su andar, el fuerte sonido de la tormenta y el siniestro silbar del viento le daba un poco mas de silencio a sus pasos, una de sus mas altas habilidades, podria pasar detras de un enemigo sin ser escuchada, su andar se volvio lento y metódico, sus ojos sangría barrian con cautela cada centimetro del suelo en busca de trampas o huellas de minas camufladas, o cualquier artimaña de las que se servian los tiradores para cubrir su posición, las sabia a la perfección, pues incluso ella, las utilizaba para sembrar caos y distracción al verse descubierta durante sus años de servicio, una vez ingreso al interior del edificio empuño contra su torso su fusil, y la funda de su arma de servicio desabrochada para un acceso rapido, escucho con atención antes de revisar cada habitación, reviso uno a uno los cuartos de la planta baja, la tarde comenzaba a dar paso al anochecer y la tormenta afuera, no hacia mas que dificultar un mas la tarea de ver en la obscuridad, si bien su oido era prodigioso, no asi su vista en la noche, ese detalle le obligó a ser aun mas cautelosa, una vez aseguro la zona inferior, se dispuso a subir, solo un agujero en la esquina, daba paso al segundo piso, donde el riesgo era mucho mayor, seguramente el enemigo esperaba que subiera por ahi, pues escalar por otro lugar seria mas complicado, y esa era su mejor opción, salió de nuevo a la intemperie, su cabello ya se pegaba a su espalda por la tomenta, su uniforme era mas pesado, pues no estaba diseñado para mojarse tanto tiempo, analizo la estructura, camino tan quedo como pudo, auxiliada por el repique incesante y sonoro del temporal.

Kruger desconocía en que momento tomo asiento en el piso, sentia el cuerpo pesado y sus extremidades parecian no responder a sus ordenes, la calidez en su rostro permanecia producto del sangrado, busco entre sus ropas algo para limpiar sus heridas, si al menos lograba parar el sangrado de su craneo, podria equilibrar el resto de sus malestares, la temperatura comenzaba a bajar, así como la casi nula luz del dia, la noche estaba a unos minutos de extinguir la tarde, el sonido ahora insoportable de la tormenta le heria como si sus oidos fueran aguijoneados con diminutas dagas, el temblor en sus manos lo atribuía a uno de los muchos efectos secundarios de su medicamento para el dolor, descanso su cabeza contra la pared, esperando no ceder al sopor que la agobiaba, podria ser la perdida de sangre, el frio o el cansancio, cerro los ojos un momento divagando con las memorias de la mujer que tenia su corazón, mantenia su rifle abrazado contra si listo para ser empuñado a la menor sospecha, la calidez que le brindo el alivio al dolor en su cabeza gracias a las pastillas tomo un momento para descansar brevemente, pensaba en marcharse mientras aun gozara del efecto analgésico, se puso de pie y salio con precaución, cargo su mochila con la munición restante y la arrojo a la planta baja, salto tras sus pertenencias, sus piernas no sostuvieron su peso totalmente, callo de forma dolorosa y detuvo su torso con las manos apenas logrando ponerse de pie, su mano próxima a tomar la correa se torno en un flash, su rostro recibía un golpe con la cacha de un arma pesada, su cuerpo trastabillo sin resistencia hasta chocar contra el muro mas cercano.

En su examen de la estructura, la caida de un bulto pesado la tomo por sorpresa, y aun mas la bajada descuidada del que supo era el tirador,lo vio caer con demasiada crudeza, pero no lo dejaria escapar, no tras la masacre que hace algunos momentos provoco, dio la vuelta a su fusil y golpeo el rostro encapuchado con la cacha metálica, le vio caer hacia el suelo, se aproximo y apunto la boca acerada del cañon contra el costado de la cabeza, buscando dar un final rapido, jalo el gatillo, mas su disparo no acertó, el brazo enemigo desvío con fuerza el cañon, el brusco movimiento la hizo perder el equilibrio entre la sorpresa y los escombros del suelo, la figura se irguio rápidamente, sujetando el fusil y empujándo, buscaba llevarla hacia atras, la fuerza le sorprendió, pues esperaba que el golpe en el rostro y el daño previo que recibío tras el disparó le entregarán un rival sin muchas energías, dio algunos pasos hacia atras, esperando el momento donde sus botas tuvieran un mejor terreno, cuando tuvo las circunstancias a favor freno el empuje, desvío la fuerza de su rival hacia su lado izquierdo, y desenfundó su Tokarev, apunto y detono sin lograr acertar, pues el aleman no solto el fusil, en cambio lo uso para golpear su mano, Fujino supo que habia sido un error dejar su arma en esa finta, ahora su mismo fusil de servicio adormecia su mano dejándole casi indefensa, sintió un golpe seco en la boca del estómago.

Natsuki acerto el golpe seco con la cacha del arma enemiga, noto la figura encorvarse, aun en la oscuridad, logro divisar la silueta de la cabeza, no dejo mas de un par de segundos entre su ultimo golpe, lanzando un puñetazo, este impactó en el muro, un gancho le volteo el rostro, su rival si que conectaba de lleno a su mejilla, el malestar en su cabeza le bombardeó con destellos, pero el analgésico le dio la ventaja de ignorar el daño, sintio la desagradable sensación que le provocaba el medicamento, ya no sentía el frio, ni la debilidad en sus extremidades, sus manos tiritaban por el impulso de la adrenalina, bajo la respuesta del soviético, sintió una patada en el costado,atrapo la bota con rapidez y jalo el pie haciendo una torsión para herir la rotula , esto tumbo a su rival, se aproximo contra su cuerpo y busco su cuello, lo envolvió con fuerza cerrando sus dedos tanto como pudo.

Shizuru no sabia que sucedió, apenas hace unos segundos noto la falta de fuerza en el cuerpo enemigo, y ahora el suelo recibia su cuerpo dolorosamente, estaba segura de imprimir su fuerza y peso en la patada contra las costillas del alemán, la parada de esta tras el impacto y después simplemente estaba con la espalda al suelo, golpeo en varias ocasiones el rostro rival, por momentos, el intercambio de golpes entre ambos era incesante, la mayoría impactaba contra em rostro, de un lado a otro, entre el caos los dedos de la mano enemiga capturaban los suyos buscando evitar que se defendiera, decidió prescindir de su guante de momento, jalo su mano enderezado sus dedos para que la tela escapará librándo asi el agarre enemigo que buscaba acercarse y evitar recibir a momentos su contraataque, ahora se sentía en una desventaja abrumadora, sintió claramente cuando pateo una y otra vez su rostro, sus hombros, incluso escucho alguno de los dedos del enemigo fracturarse entre cada golpe, mas nada lo aparto de su objetivo, retrocedió rápidamente aun en el suelo, con ayuda de sus pies y manos evadió hacia atras a su agresor, estuvo a punto de ponerse en pie, cuando las manos inusualmente calidas, le rodearon el cuello, los dedos se hundieron en su piel, y la rodilla del tirador se clavo con bastante peso en su estomago dificultandole respirar,esa maniobra en combate se consideraba sumamente baja, le golpeo el rostro varias ocasiones, pero parecia inamovible al dolor, cada segundo era valioso, asi que llevo su mano al cinto en su espalda y extrajo la hoja de la bayoneta que no llevaba acoplada a su fusil, la empuño y lanzo el corte contra el cuerpo próximo.

Por memoria muscular, la mano de Kruger bloqueo el haz brillante que reflejo el objeto metalico que vio ir contra su torso, la hoja se incrustó con un sonido desagradable en la carne de su palma , cerro el puño y sostuvo el arma, noto la debilidad haciéndose mas evidente conforme los segundos pasaban, su rostro recibía un rasguño de lado a lado en horizontal, que dejo una estela de ardor, su capucha callo hacia atras y parte de su cabellera callo al frente, un rayo destello al cimbrar los alrededores a cientos de metros, el flash ilumino todo por un segundo, su corazon se congelo en el acto, pese a su estado bajo las sustancias analgésicas, supo que la persona bajo su ataque no era otra que la mujer a quien añoraba.

La castaña sentia sus fuerzas mermar, y su plan de emergencia estaba atorado en el agarre insensato a la bayoneta, en un último intentó de escape, abofeteó el rostro próximo imprimiendo la fuerza en sus dedos, dejando que sus uñas desgarran la piel a su paso, la cabeza del aleman se giro llevándo hacia atrás la tela que le daba sombra y anónimo a su rostro, la caida de una cabellera larga y el brillo en los ojos verdes le robo las energías restantes -Natsuki- hablo confidente ignorando la falta de oxigeno, el rayo que habia iluminado todo por un segundo le permitió ver las facciones y reconoció, a quien por años busco, se vio incapaz de luchar mas, no por falta de fuerza o valor, pero si por temor a herir mas a la mujer sobre ella, relajó su cuerpo y dejo que este callera en la inconsciencia, pudo grabar en su memoria el cambio de la ira a la angustia en el rostro de Natsuki en el mismo momento donde la luz entre la tormenta les dejo verse por un instante.

Natsuki solto el cuello que un momento antes sujeto con deseos de ejecutar, esa voz, el acento, estaba segura que era ella, sus manos temblaban incesantes, retiro el peso que imprimía su rodilla en el estomago de su amada, y se mantuvo a horcajadas sobre el cuerpo inconsciente,era incapaz de hacer algo -shizuru...lo...lo siento- susurró con la voz quebrada, llevo sus manos al rostro dormido, delinendo con un roce amoroso, la culpa se aferro dolorosamente a su corazón, no sabia si estaba soñando o tenendo una pesadilla, escuchaba la tormenta y el repique intolerable del agua, escucho gritos, sonoras pisadas en carrera, una detonación, pero su cuerpo estaba en modo automático de nuevo, de reojo, miro la figura de un soldado joven, de ojos color igneos quien le golpeo el rostro con el pie, estaba indispuesta para pelear, un golpe mas con la cacha del arma enemiga y la oscuridad lleno su conciencia.

Nina palpo el pulso de su colega, se miraba mucho mas herida y golpeada de lo que jamas la vio durante las misiones, pero estaba con vida por fortuna, por su intervención o quiza por algo mas que no pudo ver, mientras se dirigía al punto de encuentro, escucho las detonaciones y supuso lo peor, agradeció a sus Dioses lograr llegar a tiempo, apunto al tirador y reconoció ese rostro, noto la incertidumbre de este, permaneció ahi sin poner resistencia, era la misma persona de la fotografía que Shizuru recibió en la carta, supuso que algun asunto tendrian pendiente y decidió no jalar el gatillo, la giro boca abajo y ato sus manos a la espalda, se reprimió usando toda su fuerza de voluntad para no golpear al rehén, mirar a su superior en ese estado le hacia hervir la sangre -lleva al prisionero al centro de mando, atenlo contra algo para que no escape, esperare a que la teniente despierte para saber que hacer- ordenó la joven Wang a uno de los tres soldados que le daban alcance

-si señor- dijo el aludido arrastrando el cuerpo por el amarre de las manos -ustedes ayúdenme a llevar a la teniente al cuartel-se irguio y el trio levantó el cuerpo de la mayor.

Aun era de madrugada cuando la castaña despertó de lo que imaginó una pesadilla, se sento de golpe en la improvisada cama, donde una manta fungía de separación entre el suelo y su cuerpo, en su cabeza resonaba la voz de Natsuki, diciendo su nombre con un tono que jamas escucho, con la voz rota e inlcuso juro escucharla sollozar, habia un murmullo de la voz que tan bien conocia, se levanto del suelo, el abrigo invernal de la joven hija de Sergei le abrigaba a falta de cobijas, los golpes y heridas seguian ahi, como un testigo de que no se tratába de un mal sueño, la Wang mas joven habia dejado un pequeño costal con el abrigo que llevaban sobre el uniforme, su bayoneta limpia, su arma de servicio y aun lado su fusil, asi como el guante que habia dejado durante la pelea, busco en las bolsas de su abrigo un pequeño peine de bambú que llevaba consigo, se acicalo su cabellera, y con un pañuelo limpio la faz, noto la leve hinchazón en varias partes de su rostro, y el dolor permanente en su cuello, sus costillas y estómago atestiguaban hematomas y mallugaduras, aun sentía una incomodidad al llenar sus pulmones, hizo uso de su característico silencio al andar, pudo ver el piso y la mancha tenue de sangre que siguio hasta el interior de la habitación, ahi frente a ella estaba Natsuki, le daba la espalda, permanecia asegurada a una columna de carga, por la atadura le era imposible ponerse de pie, y descansaba sentada en el suelo con las piernas extendidas y su cabeza mirando a una pequeña rendija, parecia agotada por la posición desganada, a comparación de su pose siempre altiva y erguida, la tormenta ya no era mas que una suave brisa que salpicaba con un delicado rocio, se aproximó sin hacer ruido, sin saber como cruzar palabras con Kruger.

en medio de el silencio la voz grave pero dulce que recordaba le sorprendió, la forma de hablar, los tiempos y el tono le hizo saber que no estaba murmurando

~Sterben für dich

Ich ertrinke in dir

Doch deine augen sehn wer wenn ich mich in dir verlier

Unerreichbar nah spielst du mil mir

Spürst du das nicht

Rette mich...

Ich würde sterben für dich

Sterben für dich

¿Warum? ¿Siehst du das nicht?

Ich würden stebern für dich, sterben für dich

Warum? ¿Fühlst du nicht wie ich?

Du tust mit so weh, Dieser Schmertz ist dein fluch

Doch um hilfe zu flehn da fhelt mir der mut

Berühr meine hand und alles wird gut

Doch du tust dast nicht

Rette mich...

Ich würde sterben für dich

Sterben für dich

Warum? Siehst du das nicht?

Ich würden sterben für dich, sterben für dich

¿Warum? fühlst du nicht wie ich?

Ich würde sterben für dich

Warum...warum...? ¿ warum fühlst du das nicht?

¿Warum liebst du mich nicht?

¿Spürst du das nicht?

ich würde sterben nur für dich~

La castaña permaneció de pie fuera de la vista del rehén, por primera vez, tuvo un conflicto, agradeció y odio saber alemán, la corta cancion en voz de su amada le provoco una alegria amarga, reflexiono si era correcto entrar, no sabía que decir o hacer, ni siquiera sabia si podria mantener el temple frente a quien con una mirada o una caricia era capaz de desarmarla, seria inútil tratar de engañarla, se conocían mas alla de las apariencias, sabia que no tenian demasiado tiempo, podria incluso destarla y permitirle escapar sin mediar palabra, pero estaba harta de esperar mas casualidades, esta vez no la dejaria ir de su lado, respiro profundo, tanto como el hematoma en su abdomen le permitio, armandose de todo el valor que tenia.

Natsuki escucho a sus espaldas los pasos de un par de botas, quien fuera se aproximo hasta ella, permaneció de pie a su acostado izquierdo, apenas perceptible en su visión periférica, tuvo la intención de mirar hacia su inesperado visitante, la pesadez en su cabeza y el cansancio de su cuerpo fueron mas fuertes, dejo el rostro agachado, ya le daba igual si alguno de los rojos escucho su breve desliz al entonar en susurros aquella canción.

-supongo que es la unica vez que te escucharé cantar- dijo con un tono amable, con un dejo de reproche quiza, deteniendo su andar frente a la prisionera.

Kruger levanto el rostro al reconocer la voz, era imposible no reconocer esa voz, la miro con el rostro apenado, sin poder disimular el inmenso sonrojo que se evidenció aun bajo los golpes, contusiónes y la mancha de sangre y suciedad huella de las horas previas, no logro sostener la mirada a los ojos grana ni ocultar su vergüenza -siento lo de hace un rato...no sabia que eras tu...- se aclaro la garganta aun apenada, rogando que la incomodidad de saberse escuchada por la unica persona que le causaba esa sensación de afecto no hubiera sido demasiado evidente.

El corazón aun dolido de Fujino se alegro con un sentimiento calido cuando los ojos color esmeralda le miraron con tamaña vergüenza y sonrojo, rio un poco para restar tensión al momento -bueno, yo tampoco sabia que eras tu, asi que estamos a mano- dejo un estuche de metal en un mueble viejo y casi inservible, extrajo algunos implementos para limpar las heridas de su inesperada huésped.

-¿por qué sigues aquí? Deberias haberte ido a Japón hace mucho- Recriminó con pesar mirandola, era increíblemente hermosa, tal y como la recordaba, su cabellera castaña, y lo bien que le sentaba el uniforme en ese tono cafe, las cintas del mismo no ocultaban por completo el atlético fisico, le asombro que incluso en semejantes circunstancias se notaba su cabello peinado, y su rostro limpio, las botas se ajustaban armónicamente con sus piernas, observo su espalda cubierta hasta la mitad por su cabellera, y mas abajo los muslos, donde pudo rememorar en sus adenros el tacto suave y calido de la zona cuando el destino fue amable y permitió tocar mas alla de lo pasional, ya no tenia el rostro rojo de la vergüenza, pero si de revivir aquellos momentos de gozo.

Escucho a sus espaldas la voz grave y seca de nuevo, como si la tonada dulce y melancólica la hubiera cantado alguien completamente diferente, mas en su memoria si que guardaba esa faceta que en otras circunstancias jamas podria conocer, no al menos a mediano plazo -yo podria preguntarte lo mismo- refuto dejando preparado lo que usaria, camino rodenado el pilar que sujetaba la amarra, con un jalon al extremo de la cuerda la presion solto el torso y brazos, escucho un quejido que se reprimió, sabia que la maniobra seria dolorosa, pero confiaba en que seria capaz de sobrellevar la molestia, si irguio y se aproximó despacio, dándole tiempo a esconder el dolor de sus lesiones -¿puedes ponerte de pie sola?- dijo con normalidad, como si fuera la petición mas sencilla, esperaba no herir mas el orgullo aleman de su amada.

Natsuki se apeo inútilmente, pese a su esfuerzo, la caida de la soga solto el peso de sus brazos y espalda, ese breve movimiento le causo un dolor que a nada le dejo de la inconsciencia, la habitación le dio vueltas de forma horrenda, escucho la pregunta de Fujino, respiró angustiada pero encontro la fuerza para no dar mas pena -si, si puedo- replicó con la seguridad que no tenia, se arrodillo dando tiempo a su cuerpo de estabilizar su equilibrio, y despacio se puso de pie, con ayuda del pilar a su lado, los ojos sangría le miraron con preocupación, noto la angustia en su rostro, mas no se movio, le estaba permitiéndo mantener su dignidad y eso lo agradeció.

Una vez de pie, la llamo para examinar sus heridas -sientate aquí, necesito hacer una revisión- señalo un escombro a fin de asiento, vertió un chorro de vodka en sus manos y las lavo tanto como pudo con sus ilimitados recursos para desinfectar en lo posible, Natsuki obedeció en silencio y espero en el lugar designado, mojo el pañuelo con mas bebida y con diligencia limpio el rostro de su amada, quien no se quejo ni hizo algun reclamo cuando el liquidó penetro en sus heridas, de ves en cuando, sus ojos se cerraban para sobrellevar el dolor, o eso suponia, los ojos verdes miraban al frente y al suelo, shizuru sabia que algo en su amante habia cambiado, no dejo su tarea de desinfección -parece como si aun estuvieras molesta por que te golpee- bromeo esperando que eso le permitiera liberar tensión a Natsuki.

El ardor en cada herida le ayudaba a mantener su mente en asuntos mas serios, ¿como podría redimir tal falla? Si tan solo supera que era ella, no habria ni siquiera metido las manos cuando golpeo su rostro al caer del primer piso, pero con ese el tiro la habria matado y entonces la perdida y la culpa seria demasiado para Shizuru, habria sido imperdonable su cobardía, habria bastado con desviar el cañon y le rogaría que pararan, pero la oscuridad y el ensordecedor sonido del agua les jugaron en contra, las palabras de Fujino sonaron como un reproche -no estoy enfadada, no contigo- respondio cortante sin mirar a los ojos que por mucho deseo ver, pero ahora no sentía la dignidad para ello, estuvo tan cerca de matarla y eso era imperdonable para si misma.

-no te puedes culpar, yo tambien trate de matarte, te iba a volar la cabeza, después te dispare y al final trate de apuñalarte- a sus ojos todo era solamente una confusión, algo que paso y gracias a la habilidad de ambas no termino tan mal, las palabras plasmadas en la carta reverberarón en sus recuerdos "ten cuidado, ya no es la misma persona que recuerdas" miro con detenimiento el rostro de Kruger, y algunas cicatrices eran evidentes, todas ellas no las recordaba, seguramente en los años que permanecieron separadas y entre misiones, estas fueron sus secuelas, los ojos jade le miraron al fin, pero en ellos ya no encontro la calidez que tantas noches anhelo, incluso La sensación de protección y afabilidad que recordaba ya no estaban ahi, en su lugar, encontró la misma frialdad y seriedad que cada alemán a quien mató, pero para ella misma tampoco habia sido facil, su vida estaba en salvar a los pedidos en si mismos, en velar por la paz mental de otros, de salvaguardar a los enfermos de sus pesares, de darles apoyo y moral, hoy estaba con las manos manchas de sangre, sabiéndo el tacto de una vida esfumandose entre sus dedos, de la sensación del filo de una hoja desgarrado la piel, del calor de la sangre en sus manos, los inolvidables estertores de la agonia en un cuerpo que lucha por sobrevivir a una herida mortal y artera, de haber arrancado a cientos de hombres y mujeres de su familia, ella también era alguien en quien jamas deseo convertirse, pero todo ello lo acepto a fin de tener a su lado a quien se aferraba su corazón.

-casi te mato y aun asi, tratas de restarle importancia a mi estupidez- murmuró con seriedad , miro con detenimiento el rostro de Shizuru, en sus ojos sangría ya no estaba la duda ni la piedad, solo encontro los ojos de un soldado, de quien a visto la vida del enemigo segada bajo el gatillo, o bajo el filo de una hoja metálica, de quien a padecido y sentido los horrores de la guerra, sus facciones se preservaron igualmente bellas, solo el brilló siniestro de la pena, el dolor, la incertidumbre y la rabia destelleaban en el iris, podria jurar que ahora admiraba aun mas a la mujer que limpiaba sus heridas, le seguia sorprendiendo que incluso bajo el efecto de sus dudosos medicamentos, Shizuru fuera capaz de darle un combate y no sucumbir rápidamente, estaba segura que sin las pastillas, la pelea hubiera estado completamente dominada por su amada castaña.

-no le resto importancia, las circunstancias no estaban a nuestro favor, si supiéramos a quien acechabamos ni si quiera nos habríamos puesto un dedo encima- humedecio el pañuelo de nuevo en el vodka, dejándolo con exceso de liquido, dejo gotear sobre la herida en el craneo, para ablandar en lo posible la capa de sangre coagulada, del estuche extrajo una aguja y un hilo sellados, enseres que guardaba solo para emergencias dada la dificultad para material de curación, no dejaría sin una excelente atencion a su paciente, sabia que era muy probable que la herida en la cabeza fuera sumamente dolorosa, asi que se aproximo hasta sentir el rostro de la pelinegra en su pecho, la cabeza de esta descansó contra su busto, removió el coagulo despacio, dejándolo sangrar por un momento, presiono con sus dedos los bordes, buscando que la sangre atrapada saliera, debia dejar la herida lo mas higiénica y limpia que pudiera, las manos de su paciente la abrazaron por la cintura, sus dedos presionaban ocasionalmente, no hubo quejas, pero notaba en lapsos la incomodidad y el dolor que algunas acciones provocaban, hizo la sutura con cuidado, penso en retirarse a guardar la aguja usada, mas el abrazo se cerro, acarició la cabeza de Natsuki, acomodándo su cabello para cubrir la herida -no voy a irme, solo quiero desinfectar la aguja- le hablo con esa dulzura que pensaba extinta entre tanto caos y sinsabores.

-lo se- avaló con el rostro en su comoda y calida guarda, disfruto el tacto suave y amoroso en su coronilla esperando que el llanto que se trago por el dolor no fuera evidente, los momentos de paz, la sensación de protección y afectó valia el tormento que soporto por algunos minutos durante la curación de la huella en su cráneo, se permitieron un largo momento de confidencia, no deseaba dejar una impresión desagradable a shizuru, se apartó de su afable almohada y se puso de pie soltando el agarré a la cintura, cuánto hecho de menos ese calor en sus manos, miro a los ojos grana con el esacaso afecto que preservo solo para ella, sujeto el rostro asombrado entre sus palmas y le plantó un beso cálido, pasional y dulce, se aparto tras un momento, sentía el rostro arder y sus manos temblaban, se sintió como una adolecente enamorada, aquel pensamiento le robo una sonrisa, se sintio tan avergonzada pero su amor lo valia, se aclaro la garganta mientras se fajaba el uniforme -me gustaria lavarme las manos si no es mucho pedir- dijo aun con el nerviosismo en la voz.

La aludida no espero el arrebato ni mucho menos una muestra de afecto tan repentino, su cerebro no proceso el beso robado con facilidad, que idiota habia sido, pero que habil fue natsuki al apartarse, un par de segundos mas y no le dejaria escapar, no al menos por algunas horas, reacciono tras unos minutos que aprovecho para observarla acomodar y fajar su uniforme, le tendio un riñon de metal, donde vertió un chorro generoso de la bebida -es lo mas que puedo ofrecerte para que te laves, como vez no tengo muchos insumos- Kruger tomo el riñon y al instante noto el hueco en el guante de piel y la evidencia de un sangrado que no habia disminuido demasiado, la herida era la marca de su bayoneta, sujeto la mano lastimada y nego el vodka -no vas a asearte esa herida con esto, puedes hacerte daño y dejar tus nervios inservibles-

Natsuki permaneció incrédula, pero pronto el sentimiento se torno en molestia, no queria dar mas lastima y problemas -eso no importa, puedo sobrellevar las consecuencias, solo dame el alcohol para lavarme la herida- ordenó con un poco mas de la aspereza que deseaba, miro en el seño de Shizuru el descontento y eso le preocupo, cuando el agarre solto el riñon, la miro suspirar y asear la aguja desinfectandola con el fuego de un encendedor que guardo en el bolso de su abrigo, penso en disculparse pero centro su atención en darle la espalda a la castaña, aprovechando que organizaba sus implementos, retiro los guantes de sus manos, la accion se llevo el coágulo de su palma y de paso un quejido que pudo disimular, vertio en una de sus manos un chorro pequeño del vodka y tallo hasta que la sangre broto de nuevo del corte profundo, se sacudio las manos y repitio la accion, su mano punzaba terriblemente, se arrepintió al instante de su osadia, el ardor del alcohol subio hasta su antebrazo, adormeciendo sus fuerzas, probablemente Shizuru tenia razón y en el proceso algunos de sus nervios se constreñian, en el líquido restante enjuago sus guantes, y los exprimió con toda la fuerza que sus manos poseian, aun humedos se los colocó de nuevo.

-¿y tu argolla?- pregunto con seriedad, pues solo miraba la espalda de Natsuki, escucho las gotas de vodka caer y supuso que estaba lavandose sin cuidar sus terminaciones nerviosas, sus arterias o pensar en las consecuencias de una curación tan bestia, tenia ganas de darle una palmada en la cabeza por su necedad, pero en cambio solo atino a preguntar lo que aun la tenia con una duda en su corazón, en su bolso aun estaba la argolla destrozada que Margueritte le habia dado, tenia la oportunidad de saber la verdad

Natsuki se quedo de piedra, no deseaba que shizuru notara el daño que ya tenia su mano izquierda, el incidente en el zotano de la granja se llevo mas que solo a Smith, bajo el guante hasta descubrir su argolla, no mas alla, deseaba evitar que al menos en ese momento su amada evitará esos sinsabores

-esta donde la colocaste la ultima vez- respondio despreocupada, girandose para mostrar el anillo en su anular, bastante golpeado y desgastado, pero de una pieza.

Los orbes sangría miraron la pieza orfebre, que reconoció al instante, una sonrisa sutil ilumino sus facciones antes serias y amargas -gracias- dijo simplemente, le dejo sobre la mesita su peine de bambú y termino de cerrar la lata de metal para salir de la habitación, dejo a Natsuki a solas.

Acomodó sus pertenecías y las uso de almohada improvisada, se hizo un ovillo con su abrigo, aun quedaban un par de horas para el amanecer, necesitaba descansar un poco antes de apoyar a Nina con el asunto de su padre. Al poco rato los pasos de Kruger se detuvieron a su lado la escucho tomar asiento y el calor de su cuerpo creca de su espalda, no se habia acostado a su par, dedujo que estaba sentada haciendo guardia, hasta que pasados algunos minutos les vencio el sueño, estaba demasiado agotada para deshilar la maraña de emociones, amo tener la dicha de escuchar entonar una canción tan dulce y triste en voz de su amor, admiro la muestra de afecto del beso robado, la calidez de ese abrazo, el tiempo que estuvieron de nuevo en sincronía, hasta que el mal humor y la necedad del estupido orgullo de su amada complicó las cosas, que llevara su argolla y derrumbara parcialmente la duda que Tomoe sembro, eso si que lo agradecio, pues sintio un peso enorme ser liberado con las escuetas palabras de Kruger al mostrarle lo que era un símbolo del amor que se juraron, ya por la mañana le reñiria su falta de tacto y sus actitudes idiotas, se obligo a no darse vuelta y compartir su lecho y abrigo. Al menos un poco de castigo debia darle a la inflexible mujer.

Natsuki se peino con paciencia,hacia tanto que no pensaba en estar presentable mas alla de lo reglamentariamente necesario, evitando llevarse la curación de su cabeza, la extraña pregunta salida de la nada aun rondaba, ¿a qué se debia el repertino interés de Shizuru por ver su argolla? No lo sabia pero si supo que una vez ella corroboró que la portaba pareció aliviarse momentáneamente de su enfado, y si, estaba consciente que en su empresa de evitarle mas emociones amargas, pudo quiza molestarla, pero preferia quedar como una idiota insensible a darle mas penas a quien debia ahora cuidar y proteger, salio con cuidado de la habitación y a algunos metros pudo encontrar a Shizuru, probablemente durmiendo, no se merecia menos despues de tomarse tales molestias solo por ella, no deseaba darle mas pesares ni mucho menos interrumpir su sueño, asi que se limito a sentarse cerca de ella, el sueño al fin se apiado, rogando a sus dioses que al despertar no se eencontrara sola de nuevo.

Tras su breve sueño, se levanto y encontro su peine en un trozo de madera que se resistía a dejar de ser una mesa, probablemente ahi lo habia colocando su amante después de usarlo, no soportaba que su uniforme estuviera sucio, no poder darse una ducha, tenia al menos cinco dias sin poder dormir en una colchoneta, o al menos una cubeta de agua para lavarse, miro hacia atras, Kruger permanecia aun dormida, muy cerca de dónde ella paso la noche, esperaba que se aproximara y volviera a envolverla en sus brazos como hizo tantas veces en Francia, cada noche que compartió a su lado, siempre y cuando no estuviera de servicio, ambas dormian apacibles, extraño ese sentimiento de sentir los brazos de su amada, extraño tantas cosas, detalles infimos que no le provocaban mas que enfadó.

¿comó se atrevia a negarle siquiera un abrazo para dormir mejor? La vio despertar, pero se mantuvo sentada en el piso, su fuero interno tomo la palabra, estaba a solas y era un momento propicio para comenzar a poner las cartas sobre la mesa, le dio la espalda mientras terminaba de arreglar su uniforme -¿pór qué no me acompañaste a dormir?- reclamó seriamente

Hubo un silencio prolongado, se levantó despacio, el simple pulso de su sangre en la herida del cráneo le molestaba mas alla de lo tolerable, pero era de esperarse, su hueso tenia un destrozo donde la bala dejo su estela -no queria importunar tu sueño- se explicó con sinceridad, miro con detenimiento hacia la entrada principal, muy a lo lejos escuchába voces en ruso, algunas palabras las identificó vagamente, el tiempo a solas con Shizuru no seria eterno, se aproximo a ella, detenida por ese acento tan unico.

-yo también estaba mojada, no habria diferencia si hubieras estado conmigo, eso no es algo que me vaya a enfermar, si no querias puedes decirlo- se dio la vuelra enfadada, a dos cuerpos se encontró con la mirada jade, noto un poco de decepción quiza en el mirar frente a ella.

-no dije eso, solo... siento que no debia robarte algo tan valioso como el sueño, no me gustaria que te resfries por mi culpa- apenas pudo ensamblar las palabras, esa mirada sangría pesaba mucho mas de lo que recordaba, incluso supo reconocer la tension de su cuerpo, esa que se manifestaba cuando habia un peligro a su persona.

La castaña frunció el ceño -escucha, no necesito que me protejas, ya no soy la psiquiatra que recuerdas, soy un soldado igual que tu, creeme que un poco de agua, o unos golpes no significan algo para mi, cosas como esas no van a matarme- aquello era verdad, el transcurso de los años, y buscar sobrevivir le impulsaron a ser mucho mas de lo que ella misma penso, habia pasado por un entrenamiento junto a los soldados rasos, aprendió a usar las armas, leer planos geográficos, reconocer el terreno, aprendo a dormir sin nada mas que lo que llevaba puesto, a comer y beber lo que se tenia, o incluso a estar en ayuno por dias si no les proveían de alimentos, bajo presión y en combates interminables, forjo su carrera militar con su esfuerzo, ahora esas consideraciónes le parecian innecesarias e incluso absurdas.

-entiendo- susurró con algo que pudo quizá identificar como desencanto, una sensación de vacio en el estomago la inquieto, era probable que ya no debia preocuparse por la seguridad de Shizuru, lo sabia de antemano, ahora eran iguales, ambas eran soldados y ese tipo de consideracion podria ser incluso estupido, pero jamas le diría que se sentia indigna de poder abrazarla depues de hacerle daño, la molestia que sintio y escucho en la voz próxima le abrumo.

Shizuru noto de inmediato el cambio de postura de kruger, se había erguido y tomaba un par de pasos mas de distancia, incluso el tono de voz entre una y otra respuesta era distinto, la mirada que le sostenía le evadió, ¿habria sido demasiado directa? -solo...no quiero que me sobre protejas, ya no soy un lastre y puedo ayudarte, no confundas las cosas, no es que no quiera que me protejas, es solo que ya no es necesario- aclaro esperando que fuera suficiente para relajar esa incomodidad que sentia en el ambiente.

-no tienes que darme explicaciones, ya lo dijiste, somos soldados y sabemos lo que eso conlleva en situaciónes asi- dijo minimizando todo, incluso sus propios sentimientos, le causaba molestia darse cuenta que la mujer que recordaba ya no estaba ahi, podria tolerar ese trato de soldado a soldado de quien fuera, pero no de Shizuru hacia ella, algo habia roto en su interior y no era solo su orgullo.

-¿estas molesta, cierto?- indagó la castaña suavizando su tono de voz y su faz dando un paso cerca, extendió por reflejo su brazo, deseaba darle una acaricia en el brazo a su amada y hacerle saber que todo estaria bien.

Natsuki le miro con seriedad -eso no importa- se giro brevemente para tomar reposo contra un muro agrietado, su espalda descansó contra la superficie, alejándose un poco del contacto que buscaba la castaña -tu tampoco necesitas preocuparte por mi, si estan aqui es porque tienen alguna misión, quiza pueda ayudar, ¿que hacian exactamente en esta posición, no saben que de aqui hasta tempelho..

-Natsuki... ¿que es lo que te molesta? No te pido mucho, solo que me digas la verdad- interrumpio la castaña evadiendo el tema, ella simplemente estaba en toda esa mierda por buscarla, no habia mas, las misiones y operaciónes le daban igual, ese despreció le dolio, pero no iba a demostrarlo.

-no me trates como si fuera uno de tus pacientes- susurro Kruger mirando seria a la castaña desde su posición, miro sobre el hombro de su interlocutora, y guardo silencio.

Los pasos precipitados irrumpieron, notando el incómodo ambiente, nina confirmo que en realidad su rehén era una mujer, sin la chaqueta, la capucha encima y con la claridad del amanecer era evidente su genero, sintio en el aire un peso considerable -Shizuru llego la teniente Armitage y... - bajo la voz hasta hacerla un susurro que deseo solo escuchará la superior -Margueritte... para ayudarnos con el asunto del observatorio- trago pesado, aunque venia de tomar un café bastante desabrido, sintio la garganta seca, sus ojos alternaron en ambas mujeres frente a ella.

-gracias Nina.. puedes cuidar del teniente, mientras pongo al tanto a Armitage, no queremos complicaciones- recuperaba su porte neutral, ese que todos en las tropas conocían, noto la expresión inquieta de la joven -ella no te hara daño, es de la resistencia alemana-

la joven se aproximo y miro con disimulo un poco mejor las facciones, noto el ceño cruel y la mirada fria tan usual en los oficiales de la wehrmacht -bueno... eso no explica porqué trato de matarnos- ¿como podia Shizuru confiar en alguien asi?

La aludida se aparto del soporte donde descansaba, se aproximó hasta quedar a un par de metros de la Soviética, era mucho mas pequeña de lo que dedujo, le ganaba en altura, noto el paso hacia atras, y no la culpaba, su porte y energia no era precisamente amable -no entiendo que dices ¿no sabes hablar alemán?- miro a Fujino -sera mejor que me vaya, podemos encontrarnos en otro lugar, sabes que seria demasiado riesgoso que tu "amiga" me vea- sabia que esa insinuación suponía un error, pero su lengua y su rencor hacia esa nefasta mujer fue mas fuerte que su prudencia.

La teniente dejo de préstale atencion a Nina, le toco el hombro y con una sonrisa le indico que saliera un momento, espero a que estuvieran a solas -se que es...un inconveniente que ella este aqui,pero no es mi amiga, es una colega de tropa, al igual que Nina o Haruka-

-claro, solo que esa bruja trato de matarme y es evidente que siente algo más que simple compañerismo por ti- refuto natsuki con rapidez

Shizuru sintio aquellas palabras como un insulto -¿creés que podría olvidar algo así ?- dijo con indignación, dando un paso mas cerca.

-no lo se, parece que si lo olvidaste, debiste matarla en cuanto tuviste la oportunidad, en cuanto confio en ti, yo lo hubiera hecho- suspiro hastiada, mantenido esta vez la mirada a los ojos grana

-si hubiera hecho eso, ahora no estaria aqui contigo, si, ella te hizo daño pero tambien...intervino por mi y me ayudo a tener la oportunidad de que yo pudiera buscarte...

-suena como si la defendieras- interrumpió alzando la voz mas de lo que deseaba, era sorpréndete que aun con todo el daño que habia causado entre ambas y la perdida de Smith la castaña intercedia en su favor.

-No la defiendo, solo te hago ver que gracias a su intervención esa noche yo me salve de todas las aberraciones que hacen todos los soldados a las mujeres ¿acaso preferirías qué me hubieran encerrado en un campo de prisioneros con todos esos hombres sin escrúpulos? Todo para que la teniente no se ponga celosa de alquien que no me importa y a quien nunca me intereso de forma románica- Shizuru permaneció de pie encarando con dureza a la mirada esmeralda.

-soy coronel... y no estoy celosa- mastico entre dientes para proseguir rápidamente -¡¿es que no te das cuenta?! Si ella intervino por ti es por que ella propicio esa circunstancia, si esa maldita no me hubiera apuñalado esa noche, tu y yo hubieramos escapado y quiza ya ni siquiera estaríamos aqui- Natsuki se dio la vuelta, pasando sus manos sobre su rostro -por dios shizuru eres psiquiatra, ¿como es que no ves algo tan obvio- le grito casi histérica mientras deambulaba en derredor -a menos que seas su aman..

-¡¿Cómo puedes decir algo asi Natsuki!?- grito la castaña en un tono de voz que incluso la asombro a ella, su garganta dolio por el arrebato, todo permaneció en silencio, apreto la mandíbula, una osadia asi no la dejarla pasar, se aproximo a Natsuki sin suavisar sus pasos, esta vez, sus pies hicieron eco bajo el crujir del polvo y rocas producto del destrozo en la edificación, vio a su paciente notar el cambio de su estado emocional, quedo frente a frente, la sujeto del cuello del uniforme, su rostro quedo peligrosamente cerca, esta vez su voz fue seca y grave -no soy estupida coronel, se que esto ella lo provocó, se que uso eso en su supuesto beneficio, pensando que iba a corresponder, pero no, si segui adelante entre toda esta mierda es por ti, asi que deja de insinuar que me gusta meterme con cualquier mujer, por que quien tenia ese pasatiempo, eras tu- solto las solapas del uniforme de oficial, su cuerpo se accionó por si mismo, cuando se dio cuenta, Natsuki estaba en el suelo, a varios metros de distancia con el rostro desencajado.

Ese puñetazo si que le habia dolido, le sacudio terrible el rostro y su cuerpo no obedeció al caer, ni siquiera sus manos buscaron aminorar su caida, tomo asiento en el suelo sumamente aturdida, la boca le supo a hierro, tenia el labio roto desde dentro hacia afuera, el sangrado era mas escándaloso de lo que deberia, no recordaba a nadie a demas de su padre que le hubiera roto la cara de un solo cross , no tenia forma de refutar lo dicho, era verdad, junto a Smith gustaban de salir a pasar noches en encuentros casuales, estaba consciente que era una persona detestable, mas no espero que Shizuru supiera eso, la intimidante figura permaneció mirándola con el rostro serio y una mirada lúgubre que le helo la sangre, su mano se deslizó sobre su labio, sintio la tibieza de su sangre, sus manos temblaron de tensión, no podia regresar la accion incluso si tuviera la oportunidad -lo...siento- murmuró secamente, un nudo se le clavo en la garganta.

La joven Wang llego corriendo al encuentro con su superior empuñando su arma, por que un grito asi no era fácil de ignorar, especialmente cuando jamas escucho a Fujino levantar de ese modo la voz, sus pasos bajaron de velocidad hasta quedar próxima a la teniente -¿esta todo bien?- preguntó nerviosa al notar al oficial con el labio abierto en cuclillas, parecía intentar ponerse de pie.

-si, estamos bien Nina, no te preocupes, solo estábamos aclarando algunos asuntos, informa a las superiores que en un momento estare con ellas- ordeno con la misma voz amenazante, vio a la joven asentir para ir a cumplir su tarea, Shizuru regresó su atencion a Natsuki -sigueme y guarda silencio, yo sabre que hacer- permaneció sin mover sus ojos sangría del rostro aterrado que le mantenia la mirada.

Dentro de si tenia un desastre, tenia ganas de regresar el golpe, pero al mismo tiempo la accion brusca y desconsiderada de Fujino le provocó un estremecimiento de una forma inesperada, no quizo comprobar si recurriría de nuevo a esos sutiles metodos, asi que se limito a obedecer, sentía la zona golpeada adormecida, la herida en su cabeza punzo dolorosa, y las contusiones de la noche se hicieron mas presentes, el golpe que le dieron con las chachas, primero Shizuru y luego la joven, le hicieron daño, su ojo derecho mantenia una bruma blanca,como un delgado velo, supuso que se debia al daño por los impactos, su mano dolia permanentemente, sin contar con sus costillas molidas por la patada precisa y brutal, mientras seguia en silencio a su amada, reflexiono sobre el potencial que tenia Fujino, jamas imaginó que poseía una fuerza tan asombrosa, ni que podia ser tan arrebatada, a sus adentros eso le cautivo sus facetas mas oscuras, sus dedos vagaron sobre su mandíbula, el dolor le provoco un estremecimiento sicalíptico, oculto el efecto que esto tuvo en su vientre aclarando su garganta.

-trata de no decir nada, yo me hare cargo de los asuntos diplomáticos- ordeno la castaña sabiendo que era seguida por su colega de armas, seria un momento incomodo, peligroso y difícil de tratar, tenia un plan en mente, pero para ello, debia mantener bajo control el temperamento viceral de Natsuki.

A una cuadra se diviso el grupo,desde los soldados que lograron sobrevivir hasta las superiores, los abrigos largos y las múltiples insignias delataban su largo andar por la guerra, todos observaron con asombro a la pareja que se aproximaba, el ambiente se torno asfixiante, Shizuru mantuvo a su invitada ligeramente detras de ella, al lado opuesto de Tomoe, ambas no ocultaron su despreció mutuo, la francesa llevo su mano sobre el estuche de su cintura, donde descansaba su Colt M19 automática, natsuki la miro con sorna, sabia que sin armas, era inferior, aunque por dentro deseara meterle una granada activa en la boca, apretó los puños hasta abrir sus heridas, el malestar la distraía de botar todo y vengar a Schwartz, ademas habia accedido a mantenerse bajo el mando de su castaña.

Haruka parecia ajena al conflicto silencioso que acontecía, una vez estuvo cerca, ella y Fujino se dieron la mano de forma fraterna, seguido de un abrazo, la rubia mantuvo sus manos sobre los hombros de su colega -sabes, anhelaba unirme a los demas para la toma de Berlín, pero... no me gusta abandonar a mis amigos, a quienes respeto, espero que no te importe tener un par de efectivos cerca- confesó con esa energia característica, observo a la oficial alemána detras de su colega, no se miraba demasiado bien físicamente, parecía que le habian dado una buena golpiza, hasta entonces noto en el rostro de la castaña los hematomas.

-ella es Natsuki Kruger, era mi contacto infiltrado de la resistencia alemana, pero esta aqui para darnos apoyo en la misión de rescate de Sergei- informó con calma, tradujo lo dicho a Natsuki, quien frunció el ceño y la tomo del brazo para llevarla ligeramente mas lejos

¿hablas de Sergei Wang?- pregunto con nerviosismo, hablando tan bajo paran solo ser escuchada por Shizuru.

-si, vinimos por que nos indicó que nos esperaba en el observatorio cerca de aqui- le explicó brevemente, las facciones de dureza se tornaron en una expresión inusual, casi podria decir que noto el miedo en el rostro de la otra.

-¿quién les dijo eso, de que las esta esperando en el observatorio Schörenger? Eso es imposible...el esta como prisionero del comandante de esta zona- confesó con la garganta seca del estrés

Shizuru miro sin entender del todo el asunto -Sergei le mando una carta a Nina, dijo que la esperaría en el observatorio para que viajara al aeropuerto de tempelhof y asi pudieramos escapar antes de que las fuerzas de choque de todos los frentes ataquen el dia de mañana-

Natsuki evito mirar los orbes sangría -el no pudo escribir esa carta, porque lo capturaron al dia siguiente de que nos atacaron en la granja-

-¿que... cómo qué..."nos atacaron" en la granja?- sus piernas se volvieron pesadas, como si su sangre se congelará en un instante, Natsuki estaba hablando como si ella hubiera estado ese dia en el mismo lugar donde rescataron a Margueritte

-Fujino, tenemos el tiempo encima, si puedes traducir seria mucho mejor- sugirió la teniente Armitage.

Ambas se aproximaron, cuando la mano dejo el agarre de su brazo, este se sintio frio, extraño el tacto calido -el coronel me informa que... es una trampa, Sergei esta como prisionero-

-no es cierto... eso no es posible- refutó Nina, sorpendiendo al grupo, su voz quebrada no detuvo su molestia -el... el me escribio la carta, no pueden haberlo atrapado, el es un elemento preparado para cualquier circunstancia- hizo una pausa y miro con dureza a Kruger -¿qué mas sabes de eso?-

La venenosa voz de Tomoe interfirió en la charla -probablemente no seas mucho de fiar, ¿verdad Kruger, cuánto mas sabes y por qué sabes todo eso, quién nos dice que no estas aqui para guianos a una trampa?- sus palabras vagaron entre las 3 que comprendian el alemán

Natsuki no esperó tal cinismo -aqui la unica que oculta información eres tu-

La francesa sonrio de forma cruel -parece que se te perdió alguien a quien querías mas que un amigo ¿o me equivocó?-

-eres una hija de p...

La castaña poso su mano sobre la boca de su amante, la acción dejo a todos en silencio, la tensión en el cuerpo de Kruger se relajo -mayor, le voy a pedir que no haga que se exalten los animos, estamos en una misión donde la vida de Sergei esta en juego, demuestre algo de profesionalismo-

Todos se mantuvieron en silencio tras la razon que llevaron las acertadas palabras, no era momento de pelear o decir cosas dolorosas, incluso si mucho de lo que se decian no parecia tener lógica, debian cumplir su objetivo con los recursos que tenian.

-bien, no se que diablos dicen en aleman pero si lo que dijiste de Sergei es verdad, entonces debemos ir a salvarlo, todas aqui le debemos algo- la energia y animo de la Soviética disperso la tensión del momento.

-¿eres la hija de Wang?- dijo Natsuki mirando a la joven de ojos ambar

Shizuru miro a Nina, se notaba nerviosa e inquieta, algo inusual en su temple, tradujo la pregunta para ella.

Wang miro a la de mayor edad, esta vez su rostro no parecia enfadado

-es peligroso que ella venga, Sergei es la carnada para traerla al observatorio y ahi los van a ejecutar a ambos, el comandante de esta región, a cazado a los oficiales y a los efectivos que son peligrosos para los proyectos y las investigaciónes importantes, me temo que debemos dejarla aqui, lejos de mi... superior, ademas...- bajo la voz tanto como pudo, reservado los detalles para su traductora -el no esta bien, lo sometieron a tortura, y maltrato en todos los aspectos que puedas imaginar, no seria bueno que ella lo vea en ese estado-

Fujino tradujo a Nina, evitando lo escabroso, se dirigio de nuevo a su colega -vamos a necesitar tu ayuda, esto me parece que no va a ser facil-

-bueno, pero antes comamos algo, no pueden vivir de cafe y pan viejo- comentó la rubia mientras volvía al vehiculo donde arribaron, para bajar una caja de provisiones.