-Apagando la luz de la habitación- Makoto:(Hace tiempo que no he podido entrar al Velvet Room).-Mirando la puerta del armario-(O, al menos, contactar a Elizabeth).-Suspirando-(No entiendo nada de este mundo. ¿Qué se supone que debo hacer aquí? ¿Alguien me ayudará? De nada sirve si no pienso claramente...). -Sintiendo los párpados pesados- Solo espero... -Cerrando los ojos-
Ser el único que puede verlo
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Theodore:Espero que puedas disculpar la demora. -Con una leve sonrisa- Me permito volver a presentarme: Soy Theodore. Y ya conoces a ella; es Elizabeth.
Elizabeth:Como puedes observar, nuestro Señor no se encuentra en la sala en este momento. -Mientras ojea su compendio- Los vínculos que has establecido son, sencillamente, perfectos.
Theodore:¿hermana no es algo verdaderamente extraordinario el concepto de los vínculos? -Dando una leve vuelta- Tanto poder yace en ellos, esperando ser utilizado en cada "Persona"
Elizabeth:Cada "persona" aguarda ser invocada para manifestar la fuerza de ese vínculo... Los vínculos están íntimamente ligados a las emociones del usuario. -Dirigiendo su mirada hacia Makoto- ¿Te preguntas por qué abordamos este tema? -Con una sonrisa-
-Observando a ambos residentes del Velvet Room- Makoto: Es debido a lo que observé en esa vitrina.
Elizabeth: Tin tin tin, tu respuesta es la correcta. -pronunció con un destello de triunfo,señalando el pecho de makoto- ¿Qué te parece si le preparas un pastel? Un obsequio dulce para celebrar este momento de brillantez
-sus ojos resplandecen con una luz generosa- Theodore: tu amabilidad hacia los residentes se manifiesta en espléndidas recompensas. -Aplaudiendo con alegría- Aunque mis habilidades culinarias podrían compararse a las de una humilde patata... ¿acaso crees que Lavenza posee habilidades culinarias?
-Suspirando- Makoto: Podemos retomar el asunto de la vitrina. Por cierto... -mirando alrededor del Velvet Room- hacía tiempo que no llamaban en sueños.
-cerrando el compendio con un gesto decidido- Elizabeth: Tienes razón, hemos divagado un tanto. Dime, Makoto, aún conservas en la memoria el uso de este artefacto, ¿verdad? -Lanzando un leve codazo a Theodore con una sonrisa cómplice-
-Quejándose ligeramente- Theodore: Ah, cierto, creo recordar que ustedes lo denominaban "cargador", ese diminuto artefacto que confiere un gran poder al insertarlo en su "Evoker". -Entregando el cargador a Makoto- Es fascinante cómo algo tan pequeño puede ofrecer un aumento tan significativo.
-Cerrando los ojos y meditando- Elizabeth: Si no me equivoco, el nombre es Theurgia... magia espiritual que podría incluso alcanzar a los dioses. -Sonriendo suavemente- Al igual que un vínculo, esta se sincroniza con las emociones del usuario.
-Mirando el cargador-Makoto: Claro que lo recuerdo...un vínculo y la Theurgia. -Guardando el cargador -Los vínculos son el poder otorgado a una persona al ser invocada. -Cruzando los brazos- Mientras que la Theurgia es una forma de darle poder a la persona que ha sido invocada. -Mirando a ambos residentes- Esto afecta, en mayor medida, a las deidades estas uniéndose a lo divino.
-sonriendo- Elizabeth: Eres el poseedor de la Arcana del universo, aquella que comúnmente se asocia con los vínculos sociales. Con tal poder, nada parece imposible para ti. -Mirando a Theodore - Te permitiré que lo digas tú mismo; incluso un tonto como tú podría lograrlo.
-suspirando, pero con una sonrisa- Theodore: No imaginé que recibiría tal honor. -Aclarando su garganta con una reverencia- El cargador que te he entregado es meramente un humilde catalizador, destinado a infundir poder en el ser que invocas. -Mirando hacia otro lado - Si llegas a encontrar un objeto que evoque una sensación de familiaridad, un vínculo profundo, quizás se revele algo asombroso.
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Mañana Siguiente
-bajando por las escaleras- Makoto: Eh... Saori, tengo una duda sobre eso. -mirando la vitrina- ¿Qué hay dentro? Me llamó un poco la atención.
-Mirando a Makoto de reojo- Saori: ¡Por supuesto que te llamaría la atención! -Sonriendo alegremente- Escucha y prepárate para sorprenderte, porque estás viendo uno de mis mayores tesoros. -Caminando hacia la vitrina y abriéndola- Son los primeros guantes que usó el boxeador Akihiko Sanada en una de sus primeras peleas. ¡Increíble, verdad!
