—No te quedes en este mundo, Jericho. La sensación de experimentar emociones reales no puede ser reemplazada por simples ilusiones.

El agarre de Jericho se afloja con el tiempo, mientras pierde las fuerzas para seguir peleando y forcejeando con Goku.

—Deja de rascar la herida. Sé paciente y espera a que sane por sí sola.

Goku suelta las manos de la mujer y permite que esta se reincorpore por su propia cuenta.

—Leí la mente de Lancelot también... En ella vi lo que el rey Arthur hace con tal de hacer realidad su utopía egoísta. Se pierden vidas inocentes que no deberían cargar con la culpa de los pecados de otros.

La espadachina cae al suelo, indefensa e incapaz de pararse.

—Ahora dime, ¿le darás una nueva oportunidad a quienes te consideran familia? ¿Vas a continuar viviendo en una fantasía imposible? La decisión es tuya, Jericho.

—Y-Yo sólo quiero ser feliz...

La respuesta de Jericho le puso una sonrisa de oreja a oreja al azabache. No era psicólogo, ni mucho menos, pero era sencillo hablar con las palabras que venían del corazón, desde el fondo de uno mismo.

—Vamos. Yo sé que Lancelot y su familia estarán contentos de recibirte.

—P-P-Pero... Cambiar de opinión no es fácil. Será extraño llegar y decir que ya no soy la misma persona de antes. Uno no cambia de un día para otro... El tiempo perdido tampoco se olvida.

—¡No es extraño cambiar de último momento!, ¿quién te dijo tal mentira?

—Todo el mundo sabe eso...

—Es que... ¡El mundo miente! —Goku extiende los brazos completamente hacia arriba y grita con euforia.

—Recuerda esto, Jericho. Tú mueves tu vida. La última palabra siempre estará en tí al final del día.

Antes de por fin darle la espalda a la bella dama, Goku aún guardaba una duda que no tardó en hacer saber a Jericho.

—Dime una última cosa, Perico... ¿Prefieres tener un sueño o una experiencia de vida?

Conmovida e irritada al mismo tiempo, Jericho deja relucir el brillo de sus ojos ante la pregunta del saiyan.

—Tal vez... no sea mala idea intentarlo.

—Claro que no. Ponte de pie y dame la mano. No desperdicies tu vida aquí.

Justo como se lo había ordenado, la mujer sujetó la extremidad del hombre y recibió de su apoyo para ponerse en pie.

Cuando ellos terminaron su charla, Lancelot los encontró al este también acabar sus asuntos pendientes con Arthur.

—¡Hola, Lancelot! —Saludó con su típica alegría el saiyan— ¿Le diste su merecido al rey Arthur?

Lancelot asintió satisfecho, pero al paso de los segundos esa satisfacción se transformó en enojo.

—El maldito huyó en mi cara, dejando en claro que quería la guerra contra toda Britania por el dominio de la raza humana.

Goku no supo qué contestar a la revelación, así que sólo asintió apenado por la situación.

—Es una lástima que un tipo tan fuerte haga estas cosas... Por cierto, Lancelot, ¿dónde te metiste? No pude encontrar tu Ki hace rato, cuando yo me alejé para dejarte pelear sólo.

El hijo de Ban y Elaine supo a qué se refería Goku y al instante le responde:

—El poder que Arthur tiene en sus manos no es ni medio normal. El caos puede alterar tiempo y espacio a su antojo. Con eso te darás una idea de lo peligroso que es pelear con él e igualmente lo que hizo para volvernos a ambos indetectables para todos.

—¿Acaso... ¿Los introdujo en una dimensión de bolsillo o algo similar?

—Justo ahora nos encontramos en una dimensión totalmente distinta al mundo real.

Goku reaccionó atónito debido a que realmente nunca se percató de las condiciones de su entorno como sí lo hizo Lancelot.

—¡¿QUÉÉÉÉÉ!? ¡No me dí cuenta al principio, pero viendo que ya no logro sentir ninguna presencia ni siquiera en la lejanía me hace ver lo perdido que estaba!

—¿Entonces puedes sentir las energías de los demás? Seguro eres poderoso, Goku —Lancelot lo elogia de forma disimulada

—Más o menos, Jeje —Goku se avergüenza— No me gusta alardear de mi fuerza, en cambio prefiero admirar la de otros.

Después de un breve silencio, Goku recuerda que lleva de la mano a la maestra del rubio y hace que ella pase al frente suyo.

—Lancelot, tu maestra tiene algo que quiere decirte.

El susodicho fue incapaz de ocultar el impacto en su expresión facial, luciendo unos ojos abiertos en exceso y dejando que su mandíbula se fuera hacia abajo lentamente.

—¡¿Qué!? ¡No, eso es mentira!

Jericho nerviosa le reclamó con murmullos al saiyan, que porqué decía aquello cuando en realidad no se sentía preparada.

Goku le pidió que recordase sus palabras, pues no quería que esta volviera a echarse para atrás luego de tanto sermón. Él se iba a asegurar que Jericho cumpliera su palabra.

Por su parte, Lancelot veía las interacciones de ambos adultos, botando algunas gotas diminutas de sudor, dando a entender que la situación lo incomodaba.

—Maestra —La llamó el chico.

Jericho prestó atención, dejándose de juegos.

—Estaría encantado de tenerla de vuelta. Sé que dije que no la veo de la forma que piensa, pero al ser mi maestra la quiero como una segunda madre para mí.

Ella permaneció callada, respetando y apreciando las palabras de su alumno.

—Es una mujer hermosa. Usted encontrará a alguien que corresponda sus sentimientos y pueda darle esa felicidad que busca.

Jericho sonrió, mientras sus ojos derramaban lágrimas a montones.

—Gracias, Lancelot. Sé que fue difícil e incómodo escuchar eso de mí. Fue mi error confundir el amor fraternal detrás de tus sacrificios y retorcerlo sin cuidado. Espero que aún puedas verme como tu maestra y esto no permanezca en tu memoria como algo embarazoso.

—Por supuesto que no, maestra.

Lancelot la abrazo, mientras decía en sus brazos:

—Jamás lastimaría así a la mujer que me rescató un gran número de veces, que me enseñó a pelear y me protegió de los peligros, poniendo mi vida por encima de la suya.

El abrazo terminó con un gracias de ambos lados, lo que puso contento al azabache.

—¡Genial! ¡Me alegra que hayan hecho las pases! Mi relación con mis maestros siempre fue buena, por eso me sentía mal por ver como la suya se veía afectada por esto. Espero haberles ayudado.

—Se lo agradezco en verdad, señor Goku —Lancelot estaba por hacer una reverencia como muestra de respeto, cuando Goku lo paró de repente.

—¡No, no! ¡No tienes que hacer eso, jejeje! Pueden seguir llamándome Goku. Prefiero cuando las personas me hablan de tú a tú.

El chico aceptó esto de buena gana y le pidió que por favor regresaran al mundo real con su ayuda.

Goku claramente aceptó al tener un corazón de oro y preparó dos dedos para usar la teletransportación, buscando una esfera de Ki que había dejado al lado de la espada de Jericho hace rato.

—Sujétense de mi cuerpo. Estaremos allá en un instante.

Lancelot tomó del hombro al azabache, mientras que Jericho le sujeta la mano izquierda.

—Aquí vamos. La primera vez suele provocar mareos.


Dentro de las mazmorras del castillo de Lionés aparecieron Goku, Lancelot y Jericho, en esa red de túneles que había perdido todo signo de oscuridad a causa del saiyan y su nave espacial, en especial por el enorme agujero en el techo.

Ahora que el problema con su maestra tuvo una conclusión apropiada, Lancelot debía pensar en cómo convencer a todos que ella ya estaba de su lado. No sólo eso, sino también lidiar con los enemigos dentro del reino de Sir Meliodas y la Reina Elizabeth. Su rol en esta guerra lo mantendría ocupado por un tiempo. ¿Qué le garantizaba que Jericho no se iría por cuenta propia porque todo fue un simple truco del rey de la destruida Camelot? No, él escuchaba el corazón de las personas. Su maestra ya no era capaz de hacerle algo así.

—Lancelot, te veo distraído. ¿Está todo en orden?

Goku, él era la respuesta. Un ángel de la guarda que había bajado del cielo para sacarlo de estos apuros. Escuchar su voz le trajo paz interior por unos segundos.

—Necesito un favor más, señor Goku.

—¡Nnngh! Ya te dije que puedes decirme sólo Goku, de verdad no importa.

—Preste atención, por favor.

Lancelot se alejó 4 metros de Jericho junto al azabache.

—¿Tu maestra puede escuchar?

—De preferencia no.

—Bueno. Anda, dímelo.

—Tengo asuntos que arreglar ahora mismo y no puedo quedarme más tiempo. Le pido una segunda y última vez que cuide a mi maestra Jericho. Le prometo que no lo meteré en más líos después de esto. ¿Lo hará?

—Tengo hambre y estoy aburrido... Dime dónde puedo encontrar un lugar para comer y cerramos el trato, ¿qué tal?

—¡Perfecto!

El chico aplaudió una vez, aliviado por la respuesta que el saiyan le dio.

—Eeeh, vaya al castillo del rey Meliodas encima de esta mazmorra y dígale que Lancelot lo invitó a comer y que su padre va a pagarle después.

Goku agradeció infinitamente al pelirrubio y se despidió.

—¡Gracias, Lancelot! ¡Me moría de hambre y todo esto del asunto amoroso y tal ya me estaba matando!

—¡Perico tú vienes conmigo!

La mujer no tuvo oportunidad de opinar cuando Goku ya la llevaba en su hombro derecho y emprendía vuelo de forma vertical.

—¡Al castillo no, por favor! ¡Hay gente que me conoce y eso me da pena! ¡Y NO ME LLAMO PERICO!

—¡Jajaja, lo que digas!

El muchacho le cayó tan bien a Goku que este último ofreció su ayuda en caso de necesitarla.

—Lancelot, estaré al pendiente de ti en todo momento por si las cosas se ponen feas. Puedo sentir las energías de todo el planeta y moverme de lado a lado no es problema para mí.

La mirada del azabache le llenó de tranquilidad.

—Nos vemos, Goku. Esto que hiciste por nosotros nunca se me va a olvidar —Lancelot se dijo a sí mismo, dando la espalda a Goku y saltando por los edificios con suma velocidad.


Ahora que Lancelot dejó a su maestra con el saiyan Son Goku, ¿qué pasará? ¿Por fin van a darle información al pobre Goku? ¿Seguirán interrumpiendo sus clemencias? ¿Qué piensa hacer Arthur? ¿Estará al tanto del azabache y sus movimientos? ¿Cuándo volverán Goku y Jericho a ver a Lancelot? ¿Qué harán estos dos en su ausencia? ¿Cómo actuará Jericho de ahora en adelante?

Algunas de estas dudas serán resueltas en el siguiente capítulo titulado: "Complicaciones"

No se lo pierdan.