Disclaimer: todos los personajes que reconozcan y el mundo donde viven pertenecen a JK Rowling. El resto es producto de mi imaginación.
Escribo esto solo por diversión. No ha sido sometido a revisión beta ni profesional por parte de un editor.
3.- Grimmauld Place
Sacarlo de su prisión no fue tan difícil como lo imaginó, la mansión estaba abandonada, las barreras rotas hacía un tiempo, y abrir la reja de la celda solo había necesitado un simple Alohomora.
La parte difícil iniciaba ahora, la escena ante él era indescriptiblemente desgarradora, Snape tenía todos los huesos rotos y las heridas infectadas, según los hechizos de diagnóstico que había realizado, y estaba desnutrido y sucio. Antes de poder bañarlo y limpiarlo necesitaba arreglarle la mayoría de las fracturas.
Snape seguía inconsciente y con fiebre, esto no iba a ser algo agradable, la tortura que había recibido sería nada en comparación, a Harry le dolía realmente hacerlo, pero no había otra manera, Hermione le había explicado que debido a la cantidad de fracturas que Snape tenía, una vez hubiera arreglado la mayoría tendría que usar férulas en los huesos largos, porque si no estos se deformarían. Sería una tarea larga, laboriosa y traumatizante, para él y para Snape. Tomo un suspiro largo, dejo salir lentamente el aire y comenzó a trabajar.
"Episkey", murmuró Harry, varita en mano, apuntando al azar a Snape, no importaba dónde comenzara, eso era irrelevante, pero entre más rápido mejor. Con el primer crujido de hueso en su lugar vino el despertar y un grito desgarrador. No supo si Snape era consciente de lo que estaba pasando, aprovechó su vuelta a la conciencia para verter en su garganta un poco de poción calmante, y otra para el dolor, no sería mucho, pero por lo menos trataría de aliviar lo más posible las molestias de Snape, ya que esto iba a empeorar.
Cuarenta y cinco veces más lanzó el hechizo, solo los dedos de sus manos dejó sin curar, si no hubiera lanzado un hechizo para insonorizar la habitación antes de comenzar, cualquiera que pasara por la calle en ese momento hubiera pensado estaban torturando a alguien.
Tres horas después de haber comenzado por fin estaba poniendo las férulas que mantendrían en su lugar los huesos largos de Snape, el cual estaba nuevamente inconsciente y ardiendo en fiebre, el siguiente paso sería limpiar y curar cada una de las heridas y posteriormente intentar bajar la fiebre, la labor de Harry por ese día estaba lejos de terminar.
"Kreacher", llamó Harry, el elfo apareció con un suave "plop". "Llamaba maestro", dijo solícitamente el elfo.
"Si, necesito ayuda para mover al profesor con cuidado y comenzar a limpiar y curar las heridas", dijo Harry con el tono de voz más tranquilo que pudo emplear.
Kreacher reapareció a los pocos minutos con un balde con agua limpia y suficientes compresas y vendas para poder comenzar a curar a Snape.
Cinco horas más pasaron, cuando terminaron estaban todas las heridas limpias y vendadas, no habían nuevos sitios de sangrado y solo le tocaría darle las pociones necesarias para tratar la fiebre y la infección.
Revisó todas las pociones que había llevado, sacó las que necesitaría en esa ocasión y comenzó a verterlas una por una en la garganta de Snape, esperando fueran suficiente para tratar todos sus lesiones.
Harry pasó las siguientes horas vigilando que la fiebre bajara, cambiando nuevamente los vendajes cuando se empezaron a humedecer por el sudor y asegurándose que cada poción fuera dada en el momento justo.
Fue hasta bien entrada la noche cuando por fin se dio tiempo para bajar a la cocina y buscar algo de comer. Al entrar se encontró con la cena ya preparada por Kreacher. El elfo se había adaptado bien a la nueva rutina con él y ya no era tan huraño.
Algo vibró en su bolsillo, y hasta entonces recordó que Hermione, Ron y él habían acordado comunicarse a través de celulares en vez de la red floo, para evitar ser monitorizados por el ministerio. Tomó el celular y contestó la llamada.
"Cómo va todo Harry", dijo Hermione al otro lado de la línea.
"Tan bien como podría ir", contestó Harry, sin poder evitar el tono cansado en su voz.
"Trata de dormir un poco", ahora fue Ron quien habló. "Se vienen días muy pesados, casi no tendrás tiempo de descansar, así que aprovecha cada segundo que puedas", completó Hermione.
"Cierto, la verdad he dormido pocas horas los últimos días preparando todo lo necesario para este momento, solo terminaré de cenar y me iré a descansar un rato", dijo Harry, conteniendo un bostezo. Platicaron por cinco minutos más antes de despedirse.
Harry le pidió a Kreacher le avisara cualquier cambio en Snape en lo que el descansaba, y puso un par de hechizos de alarma solo por precaución.
Llegó a su cama y ni si quiera se cambió, solo se quitó los tenis y se acostó, cayendo en un sueño ligero, pero reparador.
