ANBU HOT NIGHTS
5
Dame un motivo…
para no poseerte.
Para no sentirte.
Para no tenerte.
Para no saborear cada centímetro de tu piel.
Un año había transcurrido desde el vergonzoso incidente entre Hinata Hyūga e Itachi Uchiha. No obstante, tan pronto lo vio acercarse por el sendero bajo los árboles de cerezo en flor junto a toda su familia, dio la media vuelta y se escondió atrás de un árbol. Verlo aún le provocaba pavor, vergüenza y un extraño cosquilleo en el estómago.
Esconderse para evitar ser encontrada en vez de espiar era algo nuevo para ella. Por lo general, no usaba esos escondites para evitar ver a alguien sino todo lo contrario.
Cerró los ojos con fuerza y deseó que la ceremonia del Hanami terminara pronto para no tener que seguir ahí en donde Itachi Uchiha y Shisui Uchiha asechaban. Llevó una mano a su pecho y respiró un poco más tranquila esperando que pasaran por ahí sin verla, no obstante, no supo que se encontraría otro problema en ese lugar.
—Hinata-san, estaba buscándote.
Abrió los ojos dejando escapar un suspiro de miedo. Se estaba escondiendo, pero había sido descubierta fácilmente. Aún así, se tranquilizó al ver el sombrero de Hokage del tercero.
—Hokage-sama —dijo haciendo una reverencia— ¿Sucede algo?
—Sí, camina conmigo Hinata-san —le indicó guiándola entre los pétalos que caían de los árboles—. Iré al grano, pues es una tarde hermosa y supongo que la quieres disfrutar con tu familia. Te he seleccionado para ser parte de ANBU.
—¿Y-Yo? ¿An-Anbu? —preguntó sintiendo que el cuerpo se le volvía ligero— ¿Por qué yo y no Neji-san?
—Neji está justo donde debe estar, sirviendo a la Villa con Gai. Sin embargo, el equipo ocho es el mejor equipo de rastreo que hemos tenido en generaciones —el anciano le dio una fumada a su pipa—. He decidido que Kiba Inuzuka, Shino Aburame y tú sean ascendidos a ANBU. Kiba irá a la unidad de rastreo junto a Shino. Y tú, a la unidad de espionaje.
—¿Espionaje? ¿Yo? —todo estaba sucediendo demasiado rápido para ella—. P-Pero…
—Tu byakugan te hace la candidata perfecta. Ya lo he conversado con tu padre y ha dado su autorización.
—¿Mi padre ya lo sabe?
El mundo comenzó a darle vueltas. Todos parecían estar enterados de algo que para ella era completamente nuevo y casi imposible. La idea de que el Hokage la considerara lo suficientemente buena como para ser parte de la Elite de Konoha le daba una sensación de felicidad, pero al mismo tiempo… sabía exactamente quién era el capitán de la unidad de Espionaje y Asesinatos…
—¡Itachi! —y como si las cosas no pudieran volverse peor, Uchiha Itachi caminó frente a ambos yendo a buscar a su madre, siendo interrumpido por el Hokage—. Ya le di la noticia a Hinata-san.
—Entendido Sandaime —dijo Itachi manteniéndose firme frente a ambos, pero evitando mirar a Hinata.
—Saluda a tu nuevo capitán, Hinata-san —las mejillas de la joven se volvieron completamente rojas al escuchar aquello. No podía creer su mala fortuna y todo había pasado en menos de dos minutos—. Espero grandes cosas de ambos trabajando juntos.
La idea de estar trabajando día y noche con él la hizo hiperventilar. Comenzó a tiritar imperceptiblemente intentando de que nadie notara lo mortificada que esa noticia la ponía.
—Me encargaré personalmente de que Hyūga-san reciba su instructivo y preparamiento intensivo antes de que ingrese a la unidad, señor —dijo Itachi.
—Bien bien, ahora, vayan a disfrutar de las fiestas. Es un hermoso día.
Quizás era un hermoso día para el anciano, pero por la mirada llena de miedo de Hinata y la palidez de Itachi, se podía desprender que la noticia no les caía nada bien. Mejor dicho, la noticia les caía pésimo.
Parados uno frente al otro en silencio, ambos supieron que las cosas serían difíciles de llevar. Se miraron de reojo un momento, hicieron las respectivas reverencias y cada uno de ellos camino en sentido contrario.
Así comenzó lo que sería una serie de noches calurosas en la aldea de Konoha.
