3. Descosiendo heridas

- No puedo.

Saga seguía con el codo hincado en la mesa, sujetándose el mentón con la misma mano que también cubría sus labios. La mirada, clavada en el hombre que había tenido la osadía de hacerse nombrar como un dios. El corazón latía tan desbocado que temía verlo escapar por esa cicatriz que partía su pecho. Thane le devolvía la mirada en silencio, permitiendo que la asimilación de sus palabras se fuera asentando al ritmo que Saga necesitara, pero Saga sólo atinaba a emitir leves negaciones con su cabeza antes de verbalizarlas por segunda vez.

- No. No puedo, Thane...- Dijo en voz baja para evitar que se quebrara. Bajó la mano y dejó sus labios al descubierto, apretados. La mandíbula se percibía tensa, y la nuez ascendió por su garganta con dificultad al intentar tragar la súbita parálisis de su razón.- Lo siento...pero no...

- No tiene porque ser ahora, Saga.

Saga se quitó las gafas y las lanzó por encima la mesa. Se frotó los ojos sin mucho tacto y acabó masajéandose el puente de la nariz antes de volver a enfocar a Thane y ofrecerle una mirada enrojecida y medio aguada.

El ambiente había adquirido un cariz muy extraño, y la inmensa presencia de Thane parecía querer henderle la herida del pecho y liberar demasiados sentimientos arrelados en su corazón. No decía nada, pero no cesaba de mirar a Saga directamente, con ese fulgor violeta que conseguía filtrarse por todos los poros de su piel, llegando hacia los refugios de ese sinfín de insospechadas emociones apenas digeridas.

Saga no pudo soportar más ser observado a través de esa serenidad tan pura, y se vio obligado a alzarse de la silla y dar la espalda a Thane para huir de su influjo y volver a tomar las riendas de sus emociones a punto de ebullición.

Pero no pudo.

- Mierda...- Masticó, pinzándose los párpados cerrados como si así fuera a evitar lo inevitable.- Mierda, mierda...- La otra mano buscó apoyarse en su cadera y cuando se asumió sorpresivamente vencido, se dio media vuelta y se enfrentó al aplastante aplomo de Thane con las lágrimas escapando de su mirada.- ¿Por qué yo? ¿Y Kanon?

- Kanon también está al corriente y se niega rotundamente. Si su deseo es éste, aquí yo no puedo influir ni forzarle de ninguna manera.

- ¡¿Cómo no?! - Dijo con cinismo, dando pequeños tumbos sin sentido.- Kanon siempre le ha odiado. Siempre se enfrentó a él. En todo y para todo. Como una jodida costumbre.

- Cuando estaba en la cárcel y vino a hacerme una visita en calidad de abogado mío, hablamos del tema.- Confesó Thane, captando la atención de Saga.- Los sentimientos que Kanon alberga hacia vuestro padre son muy complejos. Creo que necesitará mucho más tiempo que tú para poder mantener un acercamiento con él.

- ¿Y por qué se supone que yo lo voy a tener más fácil? - Inquirió Saga, en una especie de ataque estúpido hacia Thane.- ¿Qué se supone que debo decirle? ¿Que le extraño?

- Si es lo que necesitas, sí.

- ¡Pues claro que le extraño! - Gritó, escuchándose la propia voz totalmente rota.- ¡Cada jodido día de mi vida le echo en falta!

El querer aguantarse las lágrimas le ocasionó una serie de convulsiones dentro de su pecho que le obligaron a morderse los labios y le llevaron a pasarse una mano por los cabellos, manteniendo los mechones agarrados y apartados de su frente mientras miraba a Thane a través del nubarrón acuoso que cubría sus ojos.

- ¿Pasaste el duelo después de su muerte? - La pregunta se presentó tan inesperada como ofensiva.

- ¿A qué coño viene ésto ahora? - Le espetó, empleando un vocabulario sin filtro, pareciéndose en extremo a su gemelo.

- ¿Compartiste tu dolor? ¿Lo hablaste con alguien?

- No tuve tiempo.- Escupió como excusa, luchando contra sus propias lágrimas.

- ¿Cuántos años hace que falleció?

- Once y medio.

- Entonces...tiempo has tenido suficiente, Saga...

- ¡Ya basta, Thane! - Bramó, golpeando la mesa con ambas manos, usándolas de apoyo para avalanzarse hacia Thane y traspasarle el aplomo con su mirada herida.- ¡Te he dicho que no me gusta que jueguen conmigo! ¡¿A qué viene toda esta sarta de preguntas?!

- Hay dolor...- Thane alargó su mano y la puso sobre el pecho de Saga, ocasionándole una descarga de sensaciones que fueron cortadas por un súbito manotazo del fiscal.

- No me toques.

- Albergas mucho dolor, Saga. Puedo verlo...

- ¡No es asunto tuyo! Y no tolero que sigas por ahí. Vete por favor.

Saga se apartó para poder señalar la dirección de salida. La mirada que ofrecía a Thane pretendía transmitir altivez y seguridad, pero la temeraria lágrima que osó deslizarse por su mejilla dibujaba todo lo contrario.

Thane suspiró con tristeza, pero aceptó la petición, alzándose de la silla con calma.

- El dolor recluído se pudre, y la podredumbre se extiende hacia todo lo que la rodea. Puede darse más o menos tiempo, pero acaba descomponiendo del alma.- No esperó ningún tipo de respuesta y avanzó hasta alcanzar la puerta.

- El dolor debilita.

Fue un susurro apenas audible, huérfano de mirada que lo subrayase, pero preciso para detener la marcha de Thane, que medio giró el cuerpo y observó a Saga en la misma posición hierática, con la mirada abocada muy adentro de sí mismo.

- El dolor humaniza.- Rectificó.- No desaparece, es cierto. Como energía que es, se transforma, pero su transformación conduce a la sanación de las emociones.

Saga no ofreció otra réplica. Sólo atinó a alzar ambas manos, echarse los cabellos hacia atrás hasta poder cruzar los dedos en su nuca y quedarse con los brazos presionando sus oídos, como si así pudiera acallar los gritos ensordecedores de demasiados recuerdos que exigían regresar del exilio.

Thane le observó con profunda tristeza, pero él no podía ejercer más presión sobre la voluntad ajena, por mucho que el alma de Aspros le rogase otro intento. Volvió a encarar la puerta, tomó la manija y abrió, sumergiéndose en la frustración que le generaba no ser capaz de ayudar a los espíritus que le clamaban la posibilidad de la redención.

Una redención que también se merecían las secuestradas emociones de Saga, que escaparon a través de la fisura que el contacto de la mano de Thane había abierto en su pecho.

- Le vi morir.

No cambió el rumbo de la mirada. Ésta seguía puesta en el ojo del huracán en el que habían convertido todos sus recuerdos.

Thanatos abortó la decisión de irse, y cerró la puerta con cautela, quedándose cerca de ella para no mancillar la distancia que suponía necesitaba Saga.

- Le vi morir...- Repitió, ahora sí, buscando la cercanía de Thane a través de sus ojos anegados en lágrimas.- Y no pude hacer nada para evitarlo...

- Sigue..- Le invitó Thane, acercándose a él lentamente hasta tomarle del brazo y acompañarle a tomar asiento en el mismo lugar que habían estado momentos atrás.

Saga se dejó guiar. Las fuerzas para resistirse parecían haber desaparecido de un plumazo, arrebatándole todas las reservas de orgullo y negación que tan útiles le habían sido a lo largo de esos oscuros once años.

- Desde que yo sufrí el infarto no he podido dejar de preguntarme por qué él no se mereció que hubiera un Shaka en el tribunal...¿Por qué yo tuve a alguien que hizo lo imposible para mantenerme en este mundo y él no? ¿Qué diferencia había entre nosotros? - La voz se quebró de nuevo, impidiendo que Saga pudiera hablar con la fluidez deseada.- Joder...ésto es...ésto es muy difícil, Thane...- Susurró, restregándose las lágrimas con el dorso de la mano antes de medio esconderla dentro la holgada manga y llevarla a cubrir sus labios.- No sé si podré...- Confesó, frunciendo el entrecejo ante la llegada de otra oleada de emoción que hizo brotar más lágrimas.

- Lo estás haciendo muy bien. Tómate tu tiempo...

Thane quiso tomarle la mano que Saga tenía estrujando su rodilla, pero se abstuvo de ello. Sentía que la energía de Aspros se había acoplado a su cuerpo y si le tocaba iba a transmitirle demasiadas sensaciones inexplicables que podrían coartar la lucha para su propia liberación.

Saga viró la mirada hacia la mesa. Mordisqueó el punto del jersey que cubría su mano hecha puño y trató de recuperar un tono de voz claro, desistiendo de combatir las lágrimas que iban brotando en silencio.- Yo estaba allí...- Los ojos buscaron a Thane, y se conectaron con ese fulgor violeta tan intenso y especial.- Acudía a ver todos los juicios en los que participaba como Fiscal. No me perdía ninguno, aprehendía todo lo que podía, desde cómo se movía, cómo hablaba, cómo escenficaba, todo...y ese maldito día, cuando tuvo el infarto que se lo llevó, ni siquiera me dejaron acercarme a él...Sé que un impulso me lanzó hacia su cuerpo desplomado, pero los agentes de seguridad del juzgado me sujetaron mientras demasiadas personas se agolpaban a su alrededor. Recuerdo flashes de las cámaras fotográficas de algunos periodistas que estaban ahí...Flashes que inmortalizaron imágenes del cuerpo vencido de mi padre que al día siguiente coparon las portadas de todos los periódicos...Los denuncié...a todos...Los identifiqué y los denuncié por escarnio público de una persona sin capacidad para defenderse...

Saga calló para poder tragar saliva, y al no tener nada con qué limpiar la líquida mucosidad que surgía de su naríz se vio obligado a alzarse para ir a la cocina a buscar una servilleta de papel.

- Al llegar la ambulancia ya estaba muerto. Aún así hicieron el paripé de la reanimación y se lo llevaron al hospital, lugar donde "oficialmente" se decretó su fallecimiento - continuó, tomando asiento de nuevo.- A partir de ese momento me vi cayendo en un precipicio al que no le veía fin...Tuve que lidiar con la prensa, con los trámites del funeral, con el decidir qué hacer con su cuerpo...- Thane mantenía un silencio sepulcral, pero no dejaba de mirar fijamente a Saga, ofreciéndole cercanía y comprensión con ese sencillo gesto.- Nosotros no tenemos panteón familiar...Al ser hijos de padres huérfanos, no teníamos en posesión ningún nincho en ningún cementerio, ni ninguna parcela, nada...por lo que tuve que agilizar los trámites para la incineración. Elegir el ataúd. La ropa con la que vestirle. Quitarle el anillo de casado...el único que le había visto llevar siempre...Aún puedo sentir el frío de su mano, tan...extraño. Quizás te parezca estúpido, pero yo no deseaba que esa alianza que jamás había visto fuera de su dedo anular izquierdo fuera a parar a los bolsillos de los funcionarios del crematorio, o simplemente al mar...Sí, al mar. Esparcimos allí sus cenizas...

Saga volvió a restregarse el puño del jersey por el rostro y se sonó la nariz, momento en que Thane se atrevió a formular una pregunta.

- Hablas casi todo el tiempo en primera persona...¿Y Kanon?

El Fiscal se rió con dolorosa sorna, como si abara de escuchar una broma fuera de tiempo y lugar.

- Kanon...- se dijo para sí - Kanon estaba demasiado ocupado desperdiciando su vida por ahí. A veces he llegado a pensar que la muerte de papá fue un alivio para él...Otras veces he creído que le hirió más de lo que él mismo quiere asumirse, porque después de eso comenzó a beber...Mucho...- Confesó Saga, sintiendo que tal vez se estaba adelantando en sus impensables confesiones.- Pero no me apoyó en nada. Lo tuve que hacer todo yo, y el día que fuimos a esparcir las cenizas ya vino borracho y me dejó ahí solo, sin siquiera acompañarme en unos minutos de despedida...Hablar de nuestro padre con él ha sido imposible. Aún a día de hoy, el simple hecho de mencionarle, hace que acabemos enfrascándonos en discusiones estúpidas que no nos llevan a ningún lado...Él le detestó siempre. Yo aún le admiro. Nada de ésto es compatible y me jode vivir en la sensación permanente de tener que disculparme por amarle...- Poco a poco parecía que las lágrimas iban dejando paso a una especie de beneficiosa serenidad.- Luego yo me refugié en mis estudios para opositar a Fiscal. Mi padre había dejado el puesto vacante y yo sentía que debía ser para mí. Kanon, por su lado...se dedicó a...a hacer nada. Hasta que un lunes por la mañana me llamó por teléfono, totalmente borracho y desesperado, y me soltó que acababa de arrollar a dos críos con el coche y que se había dado a la fuga. Doble homicidio involuntario, exceso de la tasa de alcoholemia y omisión de auxilio podían subirle a unos quince años de prisión. Más aún si el fiscal que estaba sustituyendo a mi padre se quería engrandecer a costa de arruinar la vida de los hijos del hombre que había muerto en esa misma sala...

En la mesa aún estaba intacto el café que Saga se había preparado al llegar Thane, pero sin siquiera pensar en lo que hacía alargó el brazo para tomar el vaso con agua que había servido al médium y que este apenas había tocado. Apuró la mitad del contenido en tres tragos y siguió con la confesión más escabrosa de su vida, con la mirada vertida ahí, en esos años de secretismo emocional que había encerrado muy adentro de su corazón.

- Ya no me quedaba nada, Thane...De mi madre y mi tío, ni una noticia. Fue tan árduo el silencio por su parte que me vi obligado a convencerme que jamás nos habían amado. Que nos habían abandonado por ser una molestia para sus vidas. Mi padre...mi faro y mi pilar en la vida, fallecido. Y mi hermano a punto de ser encarcelado y con todas las de la ley en su contra. Y no pude permitirlo, Thane...No podía siquiera contemplar la posibilidad de quedarme solo en la vida...Me juré que le libraría de esa, aunque tuviera que recurrir a lo que fuese necesario. Aunque tuviera que mentir. Que falsear pruebas y que quedar en deuda con aquellos en los que busqué complicidad. Me hundí en la mierda más apestosa que te puedas imaginar, pero Kanon salió inocente de todos los cargos. Ahí, en ese momento, supe que era una persona capaz de conseguir lo que fuera que me propusiera. Los escrúpulos se perdieron y el dolor fue sólo una palabra, un concepto que no era para mí, Thane...- Saga le miró otra vez, callando para poder asimilar todo lo que su tomada voz acababa de compartir.- A partir de entonces, mi objetivo fue dedicar mi vida a hacer de mí un digno tributo a mi padre y a cuidar de Kanon en la medida que se dejara. Que luego apareciera Shaka fue un giro en el guión que me había escrito y que no había previsto, pero me enamoré.- Aceptó, encogiéndose de hombros al momento de esbozar una tierna y triste sonrisa.- Me enamoré como un adolescente y entonces...sólo entonces...pude sentir que volvía a ser un poco el "yo" que era antes de que falleciera mi padre. Aunque tampoco me comporté bien con él...Durante mucho tiempo le traté como quien gana un trofeo y lo exhibe en la estantería más visible del salón. Aún a día de hoy a veces me pregunto qué hace conmigo...

- Te ama, Saga. Está contigo porque te ama, y se nota.- Le dijo Thane, tratando de suavizar las ganas de llorar que le intuía otra vez.

- Con todo lo que te acabo de confesar...¿qué razones tiene para amarme? No he sido buena persona, Thane. Lo que hice con la defensa de Kanon es un acto imperdonable. Como no hay día que no piense en mi padre, no hay día tampoco en que no me repita que mi reputación como abogado es falsa, manipulada y asquerosa. Y no son aspectos de mi vida que se puedan ir compartiendo, ni siquiera he tenido el valor de hacerlo totalmente con Shaka, por miedo a que vea esa parte de mí que es aberrante. Sólo le he compartido alguna pincelada, y no en buenos momentos precisamente...

Thane suspiró profundamente, mirándose a Saga con ternura y sin juicios de ningún tipo, atreviéndose a ir un paso más allá. Posó sus grandes manos sobre las mejillas húmedas de Saga y propició una conexión tan intensa como extraña.

- Aspros me pide que te ofrezca este gesto - dijo, acariciándole las mejillas con el pulgar, sujetándole la quijada con firmeza al notar el impulso de Saga en rechazar el roce.- Sé que sientes mi tacto frío, y tal vez hormigueo en tu piel...es normal, porque la energía de Aspros está dentro de mí ahora mismo...No te asustes, no hablarás directamente con él, pero te pido que me permitas poder brindaros este reconocimiento mútuo...Está orgulloso de ti, Saga...

El gemelo cerró los ojos con fuerza, pero las nuevas lágrimas que esas palabras hicieron nacer se escaparon del sello de sus párpados. Alzó ambas manos y tanteó las muñecas de Thane, buscando el valor para cerrarse en ellas firmemente.- No me mientas, por favor...

- Jamás lo haría.

El llanto que Saga se había estado aguantando no pudo seguir por más tiempo encarcelado, colapsado por completo cuando se halló abrazándose con fuerza a ese hombre que de repente sentía tan cercano...

Tan real...

Tan él.

#Continuará#


¡Gracias Monse! Me alegra mucho que sigas con nosotros y espero que hayas disfrutado este nuevo capítulo :)

¡Saludos a todos los lectores!