One Piece NO ME PERTENECE. Solo hago esto para su entretenimiento y mi diversión.
Chapter 6.0: El Zoro de Robin
― ¿Cuándo despertó tu interés en mí, señor espadachín? ― la sonrisa altanera de Zoro se hizo presente. ― ¿Qué te causa tanta gracia? ¿Qué tan perversa es la historia? Tenía entendido que fue a partir de Enies Lobby.
―Fue un momento importante, sí, pero existieron señales anteriores que inconscientemente decidí ignorar. ― Robin tomó su copa de vino, dándole un sorbo esperando a que el joven prosiguiera. ― Desde Alabasta.
― Me parece imposible, señor espadachín; éramos enemigos.
―Pero eras atractiva y enigmática. La vez que te apareciste en el Going Merry para tendernos una trampa. Escuché la mitad de lo que dijiste.
―No era una trampa.
―Parecía serlo. ¿Por qué nos estabas ayudando?
― Me parecían curiosos y quería que llegaran lo más pronto posible a Alabasta, para entretenerme un poco, pero luego, decidí salvar a Luffy y ya no supe la razón por la que hacía las cosas.
―Ese incidente, hizo que mi atención volviera a ti. Cuando te colaste al Going Merry, no pude descifrar tus intenciones. Aquello me intrigó aún más.
― Lo mismo digo; no esperaba que fueses tan desconfiado. ― Zoro tomó su copa, bebiendo un sorbo del vino que poco a poco iba desapareciendo de la velada. ― Recuerdo que trataba de hacer el menor esfuerzo posible, aun me dolía la puñalada de Crocodile y no querían que me vieran vulnerable.
― ¿Te quedó una cicatriz? ― asintió levemente.
― Apenas es perceptible. ― Zoro asintió, tomando nota mental de que debía ubicarla más adelante. ― Entonces, señor espadachín, ¿qué más puedes decirme? ¿Me dirás que soñabas conmigo?
―Todo el tiempo…― admitió, sin ningún tipo de vergüenza. ― Especialmente, luego de los juegos con los Piratas Foxy. Verás…que seas tan atlética, es un bonus. Además, allí mostraste lo mucho que te importa la tripulación.
―Si no mal recuerdo, te escuché decir "nunca confié en esa mujer".
―Debía mantener el orgullo…― se defendió, sonriendo ante el recuerdo. ― Pero como dices, Enies Lobby desencadenó un sentimiento más profundo, aunque en el momento, no lo identifiqué como uno diferente al que sentía por los demás. Lo único en lo que pensaba era que tenía que cerrar esas puertas. ― La joven arqueóloga se mantuvo en silencio.
― "El demonio en forma de humano" tuvo miedo. ― aún le costaba acostumbrarse a este Zoro. Sabía que se sentía obligado a tomar la iniciativa, ante el poco avance que esperaba de ella. Tanto que le preocupaba la diferencia de edad y él era el que estaba siendo maduro. ― Tu turno.
― No recuerdo haber accedido a esta dinámica. ― Zoro alejó un mechón del rostro femenino, esperando pacientemente a que prosiguiera. Claro que iba a hablar. El hecho de que aceptara su invitación era señal suficiente de que estaba abierta a intentar lo que la velada trajera con ella. ― Siempre me has parecido…interesante. Tan fuera de la norma y poco manipulable. El beso durante la celebración hizo que algo dentro de mí se encendiera. El empujón definitivo, donde supe que esto no era un sentimiento superficial, fue durante tu regaño hacia Luffy cuando se disponía a buscar a Usopp. Me demostró lo aventajado que eres para tu edad, cuando te tomas las cosas en serio. Mi atención se enfocó en ti.
― Y…en estos dos años, ¿alguien llamó tu atención de esa manera? ¿Estuviste con alguien? ― se atrevió a preguntar, arriesgándose a que la respuesta no fuese de su agrado. Robin sonrió de esa manera maliciosa.
― ¿Haría diferencia si así fuese?
―No. ― respondió de manera segura. Robin se encogió de hombros.
― Había alguien, pero solo aparecía de vez en cuando. ― Zoro lo disimuló, pero el comentario le cayó como un balde de agua fría. ― Pero sabía que no estabas allí y que solo eras producto de mi imaginación. ― A esas alturas, lo mínimo que debía era sinceridad. ― En cambio, sí sé que estuviste acompañado de una dama.
― Eres muy amable al llamarla de esa forma. ― rio por lo bajo. ― No pasó nada entre nosotros. Aunque sí se dio cuenta de que pensaba en alguien. ― ante el impulso de sus palabras, Zoro dejó la copa a un lado, acercándose a la arqueóloga.
―Si hubiese pasado algo, estabas en tu derecho.
― No, no hubiese estado bien. Desde Thriller Bark, me siento comprometido contigo.
―Zoro-kun, fui bastante clara luego de lo que pasó con el pacifista. ― el espadachín se encogió de hombros.
―Asumo que ya sí somos algo. ― la vio lista para responder y sus acciones no parecían ser guiadas a darle la razón. ―No me digas que nakamas, Nico, no te atrevas. ― la arqueóloga rió con ganas, dejando su copa de vino a un lado, para evitar un accidente.
―Qué hostil, señor espadachín, pero para que no permanezcas en la incertidumbre: digamos que sí. ― fue lo único que alcanzó a decir antes de que su compañero reclamara sus labios con los propios. Irónicamente, se sentía libre al iniciar lo que parecía ser un compromiso serio. Si la Nico Robin que llegó al Going Merry viese lo que ocurría, caería de espaldas. Se había enamorado, intensamente y no se sentía extraña al respecto. Al menos, no por el momento. Zoro la atrajo hasta tenerla a horcajadas sobre él, degustando sus labios con la seguridad de que no habrá arrepentimientos. Dijo que sí, le había dado la oportunidad y él sentía el orgullo de saberla suya. Nico Robin era su novia. Hacía mucho tiempo que no se sentía tan regocijado luego de una batalla. Porque esto fue una batalla, una que tal vez no había terminado, pero estaba encaminada.
Ya la había convencido, ya había cumplido lo de la cita y solo quedaba un pequeño detalle que se encargaría de remediar en poco tiempo. La tomó de la cintura, girando en un movimiento rápido para dejarla acostada, él sobre ella. La luz de la luna era lo único que alumbraba el espacio. Le parecía adecuada ante la majestuosidad de la persona que la recibía. Esos brillantes ojos le observaban, su sedoso pelo esparcido como si tuviese vida propia le hacía parecer un ángel. No mentía cuando decía que no había visto mujer más hermosa. Como hombre, su hombre, era su deber resguardarla de todo lo que pudiese y brindarle la vida que realmente merecía. Robin era su nuevo sueño.
