Parte I
El taxi que los traía se detuvo en medio de una concurrida calle del centro de Los Ángeles. El sonido de la música y de la gente riendo y conversando era la tónica del ambiente a esa hora de la noche.
"Llegamos" dijo Jack mirando a Kate mientras besaba su mano.
Kate le miró un tanto confundida.
Jack le pagó al chofer y luego descendió del vehículo rápidamente para acercarse a la puerta de Kate y abrirla. Él le extendió una mano para ayudarla a bajar del vehículo y ella sonrió en respuesta.
"Así que… ¿Cuál es el plan?" preguntó Kate un tanto ansiosa por saber cómo sería la cita de esa noche.
"Vamos a divertirnos esta noche." Jack le regaló una sonrisa traviesa en respuesta.
Jack y Kate nunca habían tenido la oportunidad de divertirse en grande. Él podría haberla llevado a una cena romántica a la luz de las velas, o al menos es lo que el Jack que Kate conocía habría hecho, pero ¿Dónde estaba la diversión en eso? Pensó que ya tendrían tiempo suficiente para romanticismos. Esta vez, Jack quería darse a ambos la oportunidad de conocerse en un ambiente diferente y solo salir a divertirse. Quería que Kate conociera su lado divertido y se olvidara por un momento del Jack que debía solucionar problemas, liderar y cargar con el peso del rescate de los sobrevivientes sobre sus hombros. Decidió llevar a Kate a un club e irse de fiesta.
Jack tomó la mano de Kate y caminaron juntos hacia la entrada del club nocturno "El Queensberry." Había una larga línea de personas que esperaban en la entrada para poder ingresar. Jack se acercó al guardia, dio su nombre y una vez confirmado que su nombre estaba en la lista les dejaron ingresar de inmediato.
"¿Eso es todo? ¿Sin esperar en la línea?" preguntó Kate un tanto impresionada mientras ingresaban al club "¿Quién eres Jack Shephard?"
"Soy uno de los mejores cirujanos de la ciudad Kate. Tengo mis conexiones." respondió Jack alardeando.
Kate le miró de reojo. De todas las cosas que hubiera esperado de Jack, no estaba en su lista que fuera conocido o tuviera conexiones en el mundo de los clubes nocturnos.
Jack río al ver la cara de confusión de Kate y para despejar toda duda, explicó "Hice una reserva. Te dijo que nos íbamos a divertir hoy."
"El Queensberry" era uno de los clubes nocturnos más concurridos y exclusivos de la ciudad. Tenía una pista de baile con un cielo adornado con bolas de disco, DJ y áreas "más tranquilas" que contaban con un bar abierto y mesas para sentarse a comer, beber y conversar. El ambiente era algo "más maduro" de lo que Kate hubiera sospechado para un club nocturno en el centro de Los Ángeles, pero le pareció perfecto para tener una cita y divertirse.
Al ingresar, personal del club los acompañó hacia una de las salas que estaban apartadas de la pista de baile, donde justamente también se encontraba la barra de licores.
"Aquí está… Mesa 23. Reservada para la señorita Katherine Austen y el señor Jack Shephard" el camarero señaló la mesa mientras tomaban asiento "Cuando quieran ordenar solo tienen que acercarse a la barra que está por ahí y pedir lo que quieran beber."
Ambos asintieron con la cabeza y sonrieron.
"Que tengan una placentera velada en El Queensberry."
"Gracias" respondió Jack y el camarero se retiró, luego volteó para mirar a Kate y preguntó "¿Algún trago preferido?"
Kate no respondió y solo se limitó a reír.
Jack le miró algo confundido "¿Qué?"
"Nada, es solo que… estoy sorprendida de que me hayas traído a un lugar como este."
Jack la rodeó con su brazo por encima del hombro y se acercó a ella "¿No crees que pueda ser divertido?"
Kate le miró extrañada en respuesta.
"Te lo dije antes Kate… soy un cirujano de columna rudo."
Kate había conocido a este hombre hace tan solo 5 días, pero se sentía profundamente atraída y llena de curiosidad por saber más de él. Parecía ser un buen hombre, honesto, justo, muy inteligente y altruista pero sus tatuajes no calzaban con esa personalidad, lo que le hacía pensar que debía haber una historia importante detrás de ellos o que Jack tenía un lado oculto al que no mucha lograba acceder. De alguna manera lo averiguaría.
Por otra parte, Jack se había sorprendido en varias ocasiones mirando la foto policial de Kate y reflexionando; intentando entender cómo una mujer inteligente, audaz y llena de empatía como ella había terminado en tan problemática situación, huyendo durante años de la policía; preguntándose cuál sería su pasado y qué la había llevado a eso. No parecía que fuese correcto, parecía más un error, debía haber un error. Kate no actuaba como una criminal, a diferencia de Sawyer que si parecía una persona que actuaba por individualidad. Jack sabía muy poco de ella y ella sabía muy poco de él, lo que hacía que toda esta curiosidad se incrementara más entre los dos.
La noche anterior, Jack había vuelto luego de un largo día de ausencia, dónde nadie sabía dónde estaba y todo estaba comenzando a desmoronarse entre los sobrevivientes. Al anochecer y luego de regresar a la playa, Kate había sorprendido a Jack sentado frente a la fogata con semblante cabizbajo y pensativo, con la mirada ida. Esa noche Jack le había confesado que estaba en Sidney porque su padre había fallecido y no pudo evitar sentir la tristeza en la que estaría envuelto en ese minuto. Sin tiempo para vivir el luto, en shock por el accidente y cargando el peso se mantenerlos a todos a salvo y con la moral en alto hasta que lograran rescatarlos. Esa confesión y verlo afrontar la situación de la manera en que lo estaba haciendo, no hizo más que aumentar la curiosidad de Kate por saber más sobre él. Por la mañana, saldrían a buscar la fuente de agua que había encontrado Jack en su periplo por la jungla el día anterior y Kate pensó que encontraría una oportunidad para averiguar más sobre el en el camino.
"No te hago una pregunta personal."
"Si es una pregunta personal."
"No pensé que no responderías." respondió ella decepcionada, y luego de una breve pausa, intentó nuevamente. La curiosidad la estaba matando "Solo quiero saber" preguntó Kate mientras guardaba un par de botellas con agua en la mochila de Jack.
"No, no vas a saber." insistió con una sonrisa burlona Jack mientras ordenaba un par de cosas dentro de su mochila.
"¿Cuál es el problema?" preguntó Kate cerrando el cierre de la mochila de Jack.
"No hay ningún problema. Solo es algo que hice, tenía mis razones y no quiero contarlo por ahí." concluyó Jack en tono serio.
Kate esta vez se ubicó justo frente a Jack, mientras rozaba su bíceps derecho con la mano para llamar su atención y le dejara acceder a las correas delanteras de la mochila que colgaban al costado de su cintura. Un tanto confundido por el movimiento de Kate, Jack alzó ambos brazos a la altura de su cintura con las palmas de sus manos apuntando hacia arriba, mientras, sus ojos buscaban las manos de Kate — que se acercaban alrededor de su cintura— para entender lo que hacía.
"Es solo que tú y tus tatuajes no encajan." dijo Kate habiendo alcanzado ambas correas. Levantó la mirada y se encontró de frente con los ojos color avellana del doctor que no le quitaban la mirada en respuesta.
Jack contuvo la respiración y sintió electricidad recorrer su espalda. Ella estaba coqueteándole y él se encontró observando sus labios por un segundo, deseándola. Pudo haber jurado que en ese mismo minuto ambos se besaron, pero ninguno de los dos pudo soportar la tensión sexual del momento y desviaron su mirada al mismo tiempo, un tanto avergonzados del deseo que los inundaba. El mordió su labio inferior de manera inconsciente mientras un silencio— un poco más largo de lo habitual—enfatizó la tensión que inundaba el aire entre ellos. Luego, ella alzó la vista nuevamente con una sonrisa y terminó de asegurar el broche de las correas.
Kate sabía el efecto que estaba logrando en él y le gustaba.
"¿Acaso eres uno de esos cirujanos de columna rudos?" bromeó.
"Ese soy yo. Rudo"
"¿Entonces?" Jack volvió a preguntar.
"Tequila."
Jack asintió con la cabeza "Tequila será."
Kate le observó levantarse y acercarse a la barra entre la gente. Entonces se tomó el tiempo para mirarlo con detención desde la distancia. Jack vestía pantalones de jean azul desgastado, una camisa gris casual que se ajustaba y resaltaba su musculada figura y zapatos café oscuro, que de alguna manera combinaban perfecto en contraste con su cabello. Por supuesto, también llevaba puesta una chaqueta de cuero negro—una prenda que era parte de su contrastante personalidad. Se sorprendió mirándolo con lujuria mientras le veía pedir los tragos. Jack realmente lograba hacerle perder la cabeza sin esfuerzo alguno.
Cuando Jack volvió a la mesa con un vaso en cada mano, se sentó nuevamente junto a Kate. La música y las luces de la discoteca creaban una atmósfera animada y vibrante. Jack se volteó para mirar hacia Kate con expresión curiosa y expectante.
"Entonces, ¿Vas a contarme cómo estuvo tu tarde con Sun?" preguntó Jack con un tono casual, pero sus ojos brillaban con interés por la respuesta.
Kate se encogió de hombros y respondió, intentando sonar despreocupada "Nada en especial, solo… hablamos."
Jack asintió con la cabeza, mirándola con un gesto que claramente indicaba que quería escuchar más. Sabía que había algo más y no iba a dejarlo pasar tan fácilmente. "¿Hablaron de mí?" preguntó finalmente mientras tomaba el primer shot de tequila, sus ojos fijos en ella.
Kate bajó la mirada y sonrió un tanto avergonzada, jugueteando con el borde de su vaso. Luego, volvió a mirarlo de reojo y replicó: "¿Por qué hablaríamos de ti?" Su tono era desafiante, pero la sonrisa en sus labios la delataba.
Jack se inclinó un poco más cerca, y continúo con voz suave pero lleno de certeza. "Yo sé lo que las chicas hacen en una noche de chicas… ustedes hablan."
Kate se mantuvo mirándolo en silencio por unos segundos, frunciendo el ceño y la nariz como si estuviera evaluando si debía seguir con la conversación. Finalmente, preguntó "¿De verdad quieres saber qué hablamos?"
Jack sonrió, su expresión mostrando una mezcla de diversión y genuino interés. "Claro. Me muero de curiosidad." Enfatizó inclinándose hacia adelante y poniendo sus manos entrelazadas sobre la mesa, en posición de completo interés.
Kate tomó un pequeño sorbo de su bebida antes de continuar "Ella me preguntó…" Hizo una pausa, intentando decidir cómo seguir. "Me preguntó si nosotros ya habíamos quedado atrapados en una red."
Jack asintió con la cabeza, sus labios curvándose y apretándose en una sonrisa tenue que luchaba por convertirse en una risa. Hizo lo imposible por mantener la compostura. "¿Eso te preguntó?" preguntó, sus ojos brillando con diversión.
Kate soltó una pequeña risa, meneando la cabeza. "No, de hecho, la pregunta fue si habíamos contado hasta cinco al mismo tiempo." se sonrojó.
Jack levantó una ceja, su sonrisa ampliándose al recordar aquella noche. "¿Lo hicimos?"
Kate lo miró directamente a los ojos mientras asentía levemente, una chispa de complicidad en su mirada. "Lo hicimos."
Con el vivido recuerdo de la cálida piel de Kate rozando la suya esa noche, Jack se inclinó hacia Kate y, con un movimiento suave y apasionado, la besó. El beso fue lento y lleno de deseo, sus labios moviéndose juntos con una sensualidad que encendió el aire a su alrededor. Después de unos momentos, se separaron, sus sonrisas llenas de diversión y complicidad.
Después del segundo shot de tequila los efectos del alcohol comenzaron a notarse en ambos, pero principalmente en Kate, quien ya comenzaba a desinhibirse un poco más. Prontamente sintió la necesidad de refrescarse, así que se levantó para ir al tocador.
Cuando regresó, un poco más compuesta, encontró en su mesa a tres jóvenes y voluptuosas chicas intentando coquetear con Jack. Se acercó con cuidado a la mesa, lo suficiente para ver qué ocurría, pero guardando la distancia para que Jack no la viera llegar. Sintió celos, seguro.
Una de las chicas se acercó a Jack y se sentó a su lado mientras él se alejaba para mantener la distancia. Kate se acercó un poco más para escuchar.
"Escuchen chicas, les agradezco la oferta, pero no estoy interesado." Jack habló con firmeza, pero mantuvo un tono cortés, intentando no ser brusco.
"Vamos guapo ¿Acaso no te gustaría pasar una buena noche?" La chica más atrevida le guiñó un ojo, su voz seductora intentando persuadirlo.
"De hecho, eso lo estoy reservando para mi novia que está por volver en cualquier minuto." Jack respondió con una sonrisa suave, pero su tono era decisivo, dejando claro que su lealtad estaba con Kate.
Otra de las chicas, claramente molesta por la negativa, se cruzó de brazos y replicó con un tono desafiante: "¿Qué novia? Yo no veo ninguna novia."
Kate, al escuchar esto, sintió una ola de alivio y orgullo. Se acercó más, esta vez decidida a unirse a Jack y dejar claras sus intenciones también.
Kate no era el tipo de mujer que pelearía por un hombre—exceptuando, por cierto, aquella vez que golpeó a Juliet porque se estaba jactando de conocer a Jack mejor de lo que ella lo conocía. Dejando de lado aquel momento, ella era una mujer fuerte, independiente y muy segura de sí misma, o al menos eso creía. Pero Jack no era cualquier hombre. Era el hombre al que amaba.
Ya había sentido celos en varias oportunidades cuando había visto a Jack y Juliet coqueteando en la isla. Celos que le habían hecho hacer cosas estúpidas como ir a buscar consuelo en los brazos de Sawyer, o intentar reconectar con Jack a través de coqueteos torpes e infructuosos. En aquel entonces, Kate tenía claro que le había roto el corazón, que Jack estaba intentando olvidarla y que no tenía derecho de sentir celos de Juliet mientras cabía la posibilidad de que ella misma estuviera embarazada de Sawyer, cosa que—por suerte—no ocurrió. Kate nunca había sentido celos por otro hombre antes, y ciertamente no los había sentido por Sawyer cuando dedujo que la única manera en que Ana Lucía le hubiese quitado el arma de su pantalón, era que se hubiesen acostado. Sawyer era demasiado inteligente y cuidadoso con sus cosas como para que cualquiera le hubiese quitado algo sin que él se hubiese dado cuenta, y ella, tampoco era tan inocente como para creer que Sawyer no sabía cómo le habían quitado el arma. Pero ahí estaba Kate, sintiendo celos por Jack, nuevamente; y con unas copas de más, seguro esta vez tenía el coraje para hacer algo al respecto.
"Hola chicas, lamento interrumpirlas, pero este hombre ya tiene a su chica" dijo Kate tomando a Jack de sorpresa por las mejillas y luego atrayéndolo hacia ella para darle un apasionado beso.
El beso se fue intensificando con los segundos y dejaba a ambos sin respiración. Jack sintió como su cuerpo se derretía con el dulce sabor de sus labios, esos labios que lo habían dejado sin palabras en más de una oportunidad y de los cuales no se quería volver a separar. Kate fue la primera en tomar distancia, y al mirar a su alrededor, notó que las tres chicas ya se habían marchado. Esta vez, Jack acarició la mejilla de Kate y guio su mirada hacia la de él, jugó un momento con su cabello despejando un mechón de su rostro y mirándola fijamente preguntó:
"¿Qué fue eso?"
"Te lo dije, siempre te cuido las espaldas."
Jack le sonrió sonrojado y asintió con la cabeza mientras bajaba la mirada con timidez. Recordando fugazmente todas aquellas veces en que Kate lo había apoyado en sus decisiones y cuidado en sus momentos más complejos. Luego, se llevó el vaso a los labios y bebió el último shot de tequila que quedaba, y despejando de su mente cualquier indicio de nostalgia, dejó el vaso sobre la mesa y agregó:
"Bueno, ya que estamos aquí…quiero ver qué tan divertida puedes ser." y diciendo esto, Jack se levantó y le ofreció su mano invitándola a la pista de baile.
"No sabía que bailabas." dijo Kate algo confundida, sintiendo que Jack estaba lleno de sorpresas.
"No lo hago." replicó y le ofreció una sonrisa picarona.
Kate tomó su mano y lo siguió a la pista de baile. El lugar estaba oscuro y las luces estroboscópicas iluminaban tenuemente el ambiente en cambiantes destellos de colores. La pista de baile estaba llena de gente que se movía al ritmo de la música, así que se abrieron paso entre la multitud y finalmente, encontraron un buen lugar para bailar y comenzaron a disfrutar la compañía del otro simplemente dejándose llevar por el ritmo de la música.
En medio de la multitud, Jack y Kate destacaban como nadie. Sus cuerpos siguiendo el frenético ritmo de la música, lanzando carcajadas de risa al ver los divertidos movimientos del otro. Kate se había tomado como una misión muy personal intentar hacer sentir cómodo a Jack. Era de su conocimiento que a él no se le daba muy fácil salir a la pista de baile o disfrutar de este tipo de cosas, de hecho, podía observar la ansiedad en su rostro, pero se notaba que estaba dando su mejor esfuerzo por ella. Así que pensó que sería una buena idea hacerlo reír con pasos de baile ridículos y así se relajara un poco. De repente, el DJ cambió el tipo de música. Los beats acelerados y enérgicos dieron paso a sensuales notas. La atmósfera en el club cambió instantáneamente. Las luces se volvieron más suaves, creando un ambiente más íntimo. Jack y Kate se miraron, sus ojos reflejando la nueva y sensual intensidad de la música.
Sin decir una palabra, sus cuerpos se acercaron más. Sus movimientos se volvieron más lentos y coordinados, bailando juntos en una sincronía perfecta. Kate deslizó sus manos por los hombros de Jack, mientras él la rodeaba con sus brazos a la altura de la cintura, atrayéndola aún más cerca. Ella se estremeció al sentir la punta de sus dedos en contacto con su piel. La cercanía entre ellos aumentaba con cada compás y cada nota de la canción.
Jack temió por un momento que comenzaba a perder la cabeza ya que el calor de sus cuerpos se sentía a través de la ropa, y sus respiraciones se mezclaban con el ritmo de la música.
Jack inclinó su cabeza, permitiendo a sus labios rozar los de Kate, mientras seguían moviéndose al unísono, perdidos en la música y el uno en la profunda mirada del otro. La conexión entre ellos era latente e innegable, una danza de deseo bajo las luces de la pista de baile.
Kate no desaprovechó el ímpetu del momento y giró su cuerpo en 180. Un movimiento calculado, perverso y muy mal intencionado. Ahora que le entregaba su espalda a Jack, siguió moviéndose al ritmo de la música, dejando que sus caderas marcaran el compás de sus movimientos. Jack inmediatamente comprendió que ella le buscaba, lo quería y le necesitaba, así que tampoco perdió más tiempo. Sus intenciones hacia él habían sido declaradas. Colocó sus manos firmemente en la cintura de Kate y se acercó por detrás, dejándose llevar y permitiendo a sus cuerpos encajar perfectamente. Jack sintió como ella se relajó en sus brazos, cerrando los ojos y dejándose llevar por la sensación de tenerlo envolviéndola.
Jack continuó rodeándola en su abrazo, mientras sus manos recorrieron suavemente su abdomen a la vez que se movían juntos. La cercanía entre ellos era abrumadora, excitante, tanto que sus respiraciones se sincronizaban y el calor de sus cuerpos se fusionaba en uno solo. Beneficiándose de la posición en que se encontraban, con sus glúteos pegados a la entrepierna de él, Kate pudo sentir que Jack estaba listo para llevar este juego al siguiente nivel y sonrió para sí misma. Su efecto sobre él siempre surtiendo efecto. Jack bajó la cabeza, sus labios rozando el cuello de Kate y dejando un rastro de pequeños besos desde el lóbulo de su oreja hasta el hombro que hicieron que ella se estremeciera una vez más.
Estaban en su propio mundo, completamente ajenos a la multitud que los rodeaba.
Jack deslizó suavemente una mano hacia arriba y abajo, acariciando el brazo de Kate mientras seguía besándola en el cuello. Ella inclinó la cabeza hacia un lado, dándole más acceso, y sus manos buscaron entrelazarse con las de él.
La tensión entre ellos llegó a un punto culminante. Ese punto en el que ninguno de los amantes puede esperar o pensar un segundo más. Dios, si no fuera porque estaban en medio de la multitud Jack la hacía suya en ese preciso instante. Kate se volvió lentamente en los brazos de Jack, quedando cara a cara. Sus ojos se encontraron nuevamente, sus pupilas dilatadas de deseo y anticipación. Con una voz suave pero cargada de intención, Kate susurró "¿Quieres que continuemos la fiesta en tu departamento?"
Jack sonrió y sin decir una palabra, tomó su mano y la guió fuera del Queensbery, dejando atrás el club y llevándose consigo la promesa de una noche aún más intensa.
