18.- LA BODA FALLIDA

Akane

Había pasado una semana desde que habían regresado a Japón, las cosas habían cambiado y ella lo sabía muy bien.

Después de que regresaron su padre le pidió una explicación sobre su desaparición y el porque había estado en China, su hermana Kasumi había pensado que simplemente se había escapado para ir detrás de su prometido, nada más lejos de la realidad. Ella acabo contestando lo poco que sabía, nunca quiso decirles los motivos reales por los que Kiima se la había llevado, tampoco quiso decirles todo lo que había sucedido, no quería que supieran que se había transformado en muñeca y mucho menos que estuvo a punto de morir. Al no obtener una respuesta de ella, lo intentaron con Ranma pero él hizo lo mismo, no quisieron explicar las razones de todo lo que había sucedido, aún no sabían cómo explicar toda esa locura y por mucho que lo negarán tampoco querían que nadie de su familia tuviera en su mente algo de ese viaje.

Solo dos días después de haber regresado se enteraron que Shampoo y Mousse habían regresado, la amazona se había presentado en el dojo para ver a Ranma, pero este al verla le había pedido que se fuera, ella insistió en que ese era su lugar y que su deber como esposa era cuidar de él. En un momento de ira, Ranma el tomo del brazo y la llevo a rastras hasta el portón exigiéndole que no volviera a esa casa y sobre todo que lo dejará en paz. Akane notaba todos estos cambios y comenzaba a preocuparse por él, podía estar feliz y relajada en un minuto y explotar en furia un segundo después, sobre todo si estaba Shampoo cerca. Sabía que todo se debía a las amenazas que la amazona había hecho contra ella mientras era una muñeca, el como intento aprovecharse de él para evitar que la dañaran, no podía creerle cuando decía que todo se debía al hechizo de Kiima, sabía que no todo lo había hecho por causa del hechizo.

Esa mañana de sábado se despertó antes de que su despertador sonará, se levantó de su cama para acercarse a la ventana, corrió la cortina y pudo ver como el cielo estaba cambiando de color, en ese momento mostró un delicado tono amarillento sobre un fondo negro azulado, eso quería decir que ya no tardaría en salir el sol. Últimamente esta había sido su rutina, ver el amanecer, movió la silla de su escritorio y se sentó a ver como el cielo cambiaba poco a poco de color, puso uno de sus codos sobre el escritorio para después descansar su barbilla sobre la palma de su mano y de nuevo se perdió en sus recuerdos. Lo que más recordaba era justo esa mañana cuando despertó, en ese hotel de Jusenkyo, y vio que estaba siendo abrazada por Ranma, como se había girado sobre la cama para quedar de frente a él, cuando lo vio con la cara completamente sonrojada por la posición en la que se encontraban, se habían quedado viendo por bastante tiempo sin decir palabra alguna, ella en un movimiento volvió a poner las yemas de sus dedos en su mejilla mientras el presionaba su mano para mantener el contacto, pero lo que más le sorprendía, era el beso que le dio en la frente después de decirle en voz baja "Buenos días".

Regreso a la realidad cuando escucho que tocaban a su puerta, volvió a ver por la ventana y para su sorpresa ya había amanecido, sacudió la cabeza e indico que pudo pasar, para su sorpresa vio a Nabiki y Kasumi entrando a su habitación, la primera llevaba una caja grande y algunas bolsas en las manos mientras que la segunda, una bandeja con comida. Ambas chicas venían con una enorme sonrisa en la cara, se preguntan por un momento que era lo que estaba sucediendo, aunque también estaba notando una pequeña sensación de ansiedad en su interior, como presintiendo que algo grande se aproximaba.

-¿Qué pasa?- dijo con extrañeza al ver a sus hermanas mayores en su habitación.

-Akane, es hora de desayunar y arreglarte- comenzó a decir Kasumi- el tiempo corre y no queremos que se haga tarde.

-¿Tarde? ¿Para qué?

-Bueno...- Kasumi se puso un poco nerviosa porque no sabía cómo explicarle.

-¿Qué sucede Kasumi?- volvió a insistir.

-Pues... verás... el día de hoy...

-El día de hoy te vas a casar- soltó de pronto Nabiki, cansada de tanto rodeo que estaba dando a su hermana mayor- Aquí tengo el vestido y todo lo necesario para arreglarte.

-¡Nabiki!- la reprendió su hermana mayor.

-¡¿Qué?!- exclamo con gran sorpresa, mientras se llevaba las manos a la boca.

-Lo que oíste hermanita- repitió su hermana mayor con una sonrisa zorruna- papá y los tíos tienen todo listo para que tú y el cuñadito se casen a las tres de la tarde.

Akane se quedó en completo silencio viendo a sus hermanas, esperando que de alguna manera todo fuera una broma, no podía creer lo que estaban diciendo, ¿Cómo diablos se les ocurría hacer esto? Sintió como su pulso se aceleraba y como comenzaba a respirar con dificultad, incluso sintió como se formaba un nudo en su estómago por la ansiedad que estaba comenzando a sentir al darse cuenta de que todo esto era en serio.

Su cerebro se desconecto de tal modo que nunca se dio cuenta de como Kasumi comenzó a darle de comer como si fuera un bebé, mientras que Nabiki peinaba su cabello y comenzaba a maquillarla, tampoco noto como su hermana de en medio le ponía un conjunto de lencería blanco para nada modesto, así como las medias de seda y el liguero. Todo esto era demasiado irreal para ella, seguía sin poder creer que esto realmente estaba sucediendo ¿En qué momento habían decidido esto? D espués de una hora por fin reacciono al verso en el espejo de su habitación, por primera vez en su vida no reconoció su reflejo en el espejo ¿Quién había escogido este vestido? ¿Acaso creían que realmente se veía bien? Un gesto de disgusto se reflejo en su cara al darse cuenta de como iba vestida, sabía perfectamente bien que ella jamás hubiera escogido algo como eso... es que era demasiado... demasiado... ni siquiera encontraba las palabras para describir lo que tenia puesto.

Levaba puesto un pomposo vestido blanco de novia, la amplia falda de seda blanca caía desde su cadera hasta el suelo, era tan amplia que estaba segura que la habían sujetado con algo para evitar que perdiera la forma y dejara sus piernas libres, el corsé era entallado a su figura, se encontraba cubierto por un delicado encaje que subía hasta la mitad de su cuello, en la parte de atrás podía ver un enorme moño que adornaba la parte baja de su espalda y las mangas de globo que cubrían sus hombros estaban llenas de pequeñas. flores de sakura blancas que daban mucho más volumen a esa parte de su cuerpo, sus brazos estaban cubiertos hasta las muñecas, su cabello estaba recogido con algunas horquillas como tocado le habían puesto dos enormes flores de peonia blanca sobre sus orejas y en la parte de la coronilla habían colocado el velo del tul más fino que había visto, noto incluso que le habían puesto unos aretes de perlas, que le eran familiares, solo que no recordaba donde los había visto antes. El maquillaje era bastante discreto, solo habían maquillado sus ojos y labios para resaltarlos. ¡Por Kami! ¡Parecía un enorme cupcake decorado con demasiada crema batida!

-¡Akane! Te ves realmente hermosa- dijo su hermana mientras se limpiaba discretamente una lágrima que comenzaba a correr por su mejilla.

Kasumi estaba feliz de ver su hermana pequeña a punto de dar un paso tan importante como lo era el matrimonio, Nabiki por su parte hacia cuentas mentales sobre todo el dinero que se había conseguido por cobrar para asistir a la boda, ella ya podía verse disfrutando de las ganancias y creando nuevas formas de seguir ganando dinero con su hermana y cuñado.

Las dos hermanas salieron de la habitación para ir a arreglarse, la dejaron sola mientras seguía viendo a una completa extraña en el espejo, simplemente no le gustaba que es lo que estaba viendo, no podía reconocerse, incluso podría jurar que ese vestido era más del estilo de Kasumi que suyo, además de que ya estaba escuchando las burlas que le haría Ranma al verla vestida de esa manera, a pesar de que llevaban varias semanas sin tener ni una pelea o mala palabra entre ellos, seguía pensando que en cuanto la viera se reiría de ella. Unos minutos después volvieron a tocar a la puerta y dos segundos después vio a su padre parado en el umbral, estaba usando un kimono tradicional de color negro.

-¡Oh mi niña! ¿Te ves tan hermosa!- dijo Soun mientras lloraba de felicidad.

-¿Porque hacen esto?- pregunto Akane bastante ofuscada.

-Akane... es hora de que cumplan con su deber y honren su palabra- dijo mientras la tomaba de las manos.

-¿Honrar nuestra palabra?- contesto con ironía- ¡Claro! Habíamos olvidado que nosotros elegimos este compromiso antes de nacer.

-Sabes de lo que hablo- contesto el evadiendo lo que le estaba diciendo - Además, si no lo haces Ranma no obtendrá la cura para su maldición.

-¿De que hablas?- pregunta sorprendida.

-El guía de Jusenkyo le envió un barril con agua de Nannichuan, y prometo dárselo una vez que se hayan casado.

-¡No puedes hacer eso! ¡Tienes que dárselo ahora!- le contesto molesta- Ese barril le pertenece.

-Lo siento, pero no puedo hacer eso.

-Es injusto lo que haces, ese barril se lo enviaron a él, no a ti- dijo ofuscada- Por favor papá, dale la cura primero.

-Primero se casan y después la cura.

-Pero no es justo, no puedes chantajearme de esa manera.

Akane estaba tan sorprendida por la actitud de su padre, esta era la primera vez que veía realmente que la idea de esta boda ya se había vuelto una obsesión para su padre, lo único que le importaba era el legado de las artes marciales, ni siquiera se había detenido a pensar si ellos sentían algo el uno por el otro. ¡No era justo que la cura solo se la diera si se casaba! Pero de algo estaba segura, Ranma jamás aceptaría hacer esto, por eso la estaban presionando a ella, a menos que...

-¿Él lo sabe? ¿Sabes que tienes agua de Nannichuan?- pregunta con suspicacia.

-No. Solo tú lo sabes, así que te pido no le digas nada hasta que estén casados- finaliza su padre mientras la tomaba por los hombros en espera de su respuesta- Sabes que hago esto por tu bien.

-Ranma, no querrás casarse- dice con firmeza.

-Lo hará si tú lo aceptas. ¿Acaso no lo quieres?

-...- se quedó completamente en sorprendida por lo que había dicho, habían pasado tantas cosas en estas últimas semanas que no se había detenido a pensar que es lo que sentía- Esta bien... acepto casarme con él...- dice finalmente, sabiendo que de alguna manera era su culpa por no haber obtenido la cura cuando estuvo en China- siempre y cuando cumplas con tú palabra.

-La cumpliré- dijo feliz- Te veo en un rato.

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Cuando volvió a quedarse sola sintió como le temblaban las piernas, quería dejarse caer de rodillas pero estaba segura que de hacerlo no podría levantarse del suelo por culpa de ese enorme vestido. Se giro de nuevo hacía la ventana y se apoyo con las manos en el escritorio, estaba intentando respirar pero le costaba demasiado trabajo hacerlo, por un segundo pensó en quitarse ese estorboso vestido aunque tuviera que romperlo en el proceso. Quería gritar, gritar como nunca antes lo había hecho, se sentía frustrada ante los planos de su padre, seguía sin creer que había aceptado su estúpido plan y eso la hacia sentir mal, era como si estuviera usando los mismos trucos sucios que Ukyo o Shampoo, sentía que se estaba aprovechando de él. Y eso era lo que más le molestaba, porque ella nunca había querido imponerse, siempre dejo que todo fuera él que tomara la decisión que quisiera.

Tenía que pensar rápido y ver cómo se haría con el agua de Nannichuan, estaba segura de que si lo seguiría antes de la ceremonia esta no se llevaría a cabo, tenía que hablar con su prometido de inmediato. Esta vez haría todo lo que fuera necesario para ayudarle a conseguir su cura, no iba a fallar.

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-¡AKANE!- escucho el grito de su prometido que venía por el pasillo, de pronto vio como su puerta se abría de golpe- este... hum...- vio como Ranma se quedó con la boca abierta completamente sorprendido por verla en ese momento.

-Tal vez debí elegir el vestido japonés...- contesto ella mientras alisaba la falda del vestido, después levantando la vista para verlo y se quedó completamente impactada.

Ranma traía puesto un traje occidental de tres piezas de color negro, traía un saco largo, el pantalón negro, un chaleco y camisa blanca y sobre su cuello llevaba un pequeño moño de color azul, que hacía que sus ojos resaltaran aún más, realmente se veía muy apuesto

-No... no... creo que te ves bonita- dijo completamente sonrojado y nervioso.

-¿En serio?- contesto ella sintiendo un poco de vergüenza ante el halago de Ranma- Gracias.

Los dos se quedaron callados, demasiado avergonzados por lo que estaba sucediendo, ambos estaban mirando hacia el suelo sin saber que más decir o como comportarse. Si alguien hubiera pasado por ahí en ese momento podría escuchar con claridad como el corazón de ambos palpitaba de manera frenética a causa de los nervios, después de unos minutos los dos se sentaron en el suelo, a Akane le costó demasiado trabajo hacerlo y todo por evitar que la falda del vestido se arrugara, Ranma se sentó frente a ella.

-Eh... Kane- comenzó a decir con voz dudosa- ¿Por qué de repente... decidiste que si querías casarte conmigo?

-Bueno... me di cuenta de que...- comenzó a decir en voz baja mientras su rostro comenzaba a adquirir un leve sonrojo- Ranma ¡Tú me amas!- dijo finalmente afirmando algo que ella ya sabía.

-¿De... de que estas hablando?- se pregunta nervioso Ranma, evitando por todos los medios verla a los ojos.

-¿No recuerdas cuando estábamos en Jusenkyo... cuando estabas llorando y...?- le pregunto sorprendida y un poco dolida ante la expresión que tenia su prometido- ¿Acaso lo olvidaste?

Yo... yo nunca diría algo como eso- negocié vehementemente- por favor, no voy a caer en tu broma- dijo mientras se ponía de pie en un solo movimiento.

-Pero... yo te escuche...- contesto mientras intentaba contener las lágrimas que se agolpaban en sus ojos- Se que lo dijiste.

-Escuchaste mal Akane, yo jamás diría algo como eso- dijo de manera severa antes de salir de la habitación.

En cuanto la puerta se cerro, Akane dejo escapar las lágrimas que había retenido lo más que pudo, no podía creer que el negará lo que había dicho, en este momento ya ni siquiera sabía si lo que habían vivido las últimas semanas había sido solo un espejismo, una mala broma, no podía creer que él se atreviera a jugar así con sus sentimientos. Rápidamente se limpió las lágrimas, no quería que nadie la viera, lo mejor sería terminar con este circo causado por su padre y...

-¡RANMA!- grito mientras se levantaba rápidamente y salía corriendo de la habitación, había olvidado contarle sobre el agua de Nannichuan.

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Cuando llegó al dojo, después de pelear con ese estorboso vestido en las escaleras, se sorprendió ante lo que vio, se estaba desarrollando una verdadera batalla campal, vio como el tío Genma corría de un lado a otro cargando un enorme barril y detrás de él estaban Ranma, Mousse y para su sorpresa, Ryoga. Los cuatro estaban peleando por ver quién quedaba con el contenido de ese barril, su padre intentaba hacer que Genma le devolviera el barril y la tía Nodoka estaba peleando por poder desenvainar su katana, porque justo hoy tenía que atorarse, vio a Nabiki en la entrada cobrando a los invitados que iban llegando mientras los hacia pasar al interior para poder ver todo el espectáculo que se estaba desarrollando, más allá vio a Ukyo, con un elegante kimono y Shampoo con su mejor quipao, a los pocos minutos para su horror vio como llegaban los hermanos Kuno. Kodachi llevaba un vestido de novia de color negro y Tatewaki un kimono tradicional, este último primero se acerco a atacar a Ranma. También pudo ver como varios invitados veían con emoción las peleas que se estaban llevando a cabo, era un espectáculo que muchos ya habían visto y para otros era simplemente alucinante.

-¡Ranma -sama, casémonos!- gritaba frenéticamente la gimnasta- ¡Estoy lista amado mío!

-¡Mi dulce Akane Tendo, he llegado para que nos casemos!- grito el kendoista al solo verla, ella en respuesta le dio una patada en la cara que lo dejo inconsciente al instante.

Entro al dojo no había dado más que un par de pasos, cuando vio como pasaba justo al lado de su cara un okonomiyaki que acabo estampándose en una de las paredes, cuando volvió a enfocar la vista, vio a Ukyo completamente enojada y junto a ella estaba Shampoo que también le lanzo algunos panes chinos, que estaban duros como rocas, esquivo ese ataque por los pelos. De pronto las tres locas estaban frente a ella, cada una tenía sus armas en las manos, se veían fijamente y estaban a la espera del menor movimiento para poder comenzar el ataque.

-Ni creas que voy a dejar, que una plebeya como tú ose casarse con mi Ranma-sama- dijo Kodachi al atacar primero arrojándole su listón de gimnasia para poder inmovilizarla.

-¿Quien demonios las invito?- grito frustrado mientras esquivaba el ataque.

-Chica violenta hechizar a Airen para casarse con ella- dijo enojada Shampoo- eso no permitir. Tú impides que Airen se quede en China- en ese momento le lanzó uno de sus bomboris que afortunadamente alcanzo a esquivar, aunque eso hizo que la tela de la falda se desgarrará.

De un momento a otro las tres chicas comenzaron a atacar sin piedad a Akane, ella esquivaba los golpes lo más que podía y lo peor de todo es que no podía hacer mucho ya que ese horrible vestido le quitaba movilidad y la hacia aún más lenta, era tan pesado que con cada movimiento sentía que se sofocaba. No se había dado cuenta de que Ukyo había dejado de atacarla, hasta que sintió como los afilados bordes de las espátulas de la cocinera comenzaron a impactar en la pared que se encontraba detrás de ella, hasta que en un momento de distracción una de ellas le corto el brazo, pudo sentir como la sangre comenzaba a salir de la herida y a empapar la manga del vestido.

Se llevo la otra mano hasta la herida para hacer presión y evitar que siguiera sangrando, en ese momento las chicas decidieron lanzar un último ataque contra la que consideraban la más peligrosa de las prometidas, pero lo que no esperaban es que en ese momento Ranma apareciera para protegerla. Las tres se quedaron completamente sorprendidas ya que el aura que tenía en ese momento el azabache, era completamente peligroso, estaba sumamente enojado, podía ver las venas de su cuello y de su frente palpitar peligrosamente, las fosas de su nariz estaban completamente dilatadas y su mirada estaba completamente oscurecida. Akane no movía ni un músculo y todo se volvió peor cuando sintió como la mirada de si prometido se desviaba hacia la herida de su brazo, escucho como jadeaba ante la impresión de ver la tela pintada de color rojo.

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Ranma

Después de que salió de la habitación de Akane, se quedó recargado sobre la puerta pensando en todo lo que le había dicho y sobre todo en lo que no había dicho, le dolía de la peor manera el haber tenido que decirle que él nunca había expresado su amor por ella. Sabía que esas palabras la harían dudar de todo lo que había sucedido entre ellos las últimas semanas, pero algo dentro de él le decía que si aceptaba esas palabras era como aceptar que toda esa pesadilla había sucedido y por nada del mundo quería ligar el confesar su amor por ella con el peor día de su vida. Y aún así quería dar media vuelta, volver a entrar a su habitación y decirle que la quería, quería abrazarla... quería estar con ella. Pero no lo hizo, se alejo de esa puerta y comenzó a bajar las escaleras para ir hasta el comedor, se dirigió al engawa e iba a sentarse cuando escucho el alboroto que había en el dojo.

Fue hasta ahí para ver que es lo que estaba pasando y para su sorpresa vio a su padre discutiendo con el tío Soun, al parecer el primero le reclamaba no haberle dicho algo en primer lugar y de pronto lo vio. Su padre había tomado un enorme barril de madera en donde se veía una etiqueta que llevaba su nombre.

-¡Es mía!- grito su padre- ¡El agua de Nannichuan es mía!

-¿Qué?- dijo en un susurro demasiado sorprendido- ¡Espera viejo! ¡Eso es mío!

De pronto se vio persiguiendo a su egoísta padre para poder recuperar ese barril, no podía creer que tuviera la cura al alcance de la mano, solo tenía que quitar a su padre de en medio y todo se solucionaría, lo que nunca espero es que en esa absurda pelea apareciera Mousse y tan solo unos minutos más tarde el despistado de Ryoga se uniera. Los cuatro corrieron por todo el dojo en busca de hacerse de la cura de sus respectivas maldiciones. Iban corriendo entre los pocos invitados que ya se encontraban ahí, ese hecho paso desapercibido para él ya que su concentración estaba puesta tan solo en el barril.

No supo en que momento llegaron los Kuno, Tatewaki se interpuso en su camino y sin mediar palabra le lanzó un golpe con su espada de madera, que esquivo por poco y eso hizo que perdiera el poder capturar el barril.

-¿Cómo te atreves a proseguir con esta boda sin la autorización de Kuno Tatewaki?- dijo molesto y ofendido el castaño- No lo permitiré.

-¡Idiota! ¡No tengo tiempo para esto!- dijo al momento de lanzarle una patada al estómago y quitárselo de encima. ¿Quién demonios se creía él como para que le pidiera autorización de cualquier cosa?

Regreso a la pelea por el barril, aunque por un segundo desvió la mirada y vio como las tres locas estaban atacando a Akane, ¿En que momento había bajado? Ella se estaba defendiendo con mucho esfuerzo, era más que obvio que ese vestido le estaba quitando agilidad, de nuevo se aproximo hasta donde su padre se estaba peleando con Ryoga y fue ahí cuando vio como Ukyo atacaba de manera cobarde a Akane, vio como una de sus espátulas impacto en el brazo de ella.

En ese momento olvido por completo que estaba peleando por el agua de Nannichuan, en dos rápidas zancadas estaba frente a su prometida protegiéndola de cualquier ataque. Ukyo, Shampoo y Kodashi se quedaron quietas y sorprendidas de verlo frente a ellas, estaban esperando cualquier tipo de ataque, pero cuando vieron que Ranma se giraba para comprobar que Akane estaba bien, vieron como su gesto se transformo a uno de furia y todo porque vio como la manga del vestido se estaba tiñendo de rojo.

-¡¿Qué mierda les pasa?!- dijo en el tono más glacial que le habían escuchado.

-¿Nosotras? ¿Qué es lo que estás haciendo tú, Ranchan?- pregunto molesta a Ukyo mientras preparaba un nuevo ataque con sus espátulas- ¿Acaso pretende casarte con Akane?

-Tú deber explicación a Shampoo- dijo molesta la amazona- ¿Por qué querer casarte con chica violenta?

-Exacto Ranchan, nos debes una explicación- insistió Ukyo con ímpetu.

-Yo no les debo nada- dijo amenazante.

-Mi querido Ranma-sama- comenzó a decir frenéticamente Kodachi- yo vine a salvarte de las garras de la pobretona de Tendo, en cuanto termine con ella podremos casarnos.

-¡Están locas! ¡No quiero a ninguna de ustedes cerca de mi!

-¡Responde Ranchan!- dijo la cocinera molesta mientras tomaba mini espátulas en una pose de ataque- ¿Vas a casarte con Akane?

-Eso no es de su incumbencia- contesto serio.

Esa respuesta no le gusto a ninguna de las tres, por lo que la primera en atacar fue Ukyo. Lanzó varias de sus espátulas esperando que impactaran en Akane, pero Ranma fue más rápido y pudo evitar que la lastimaran, tomo varias de ella en pleno vuelo y las acabo lanzando contra las tres, que quedaron sorprendidas ante el hecho, así que decidieron atacarlo e impedir por todos los medios que esa boda se llevará a cabo.

Justo cuando comenzaba a pelear con ella los otros tres corrieron a atacarlo, habían dejado la pelea por el barril, porque el tío Soun con ayuda de Nodoka había conseguido recuperarlo. De un momento a otro se vio siendo atacado por seis personas distintas, "Todos presumen ser artistas marciales, presumen tener honor y es lo que menos tienen. No se atreven a atacar uno a uno" pensó con frustración el azabache. Lo que no esperaba es que su prometida se pusiera a su lado y comenzara a defenderlo de los ataques de Kuno y Ryoga, así fue como los dos regresaron a la pelea, peleando uno junto al otro, ninguno iba a permitir que el otro saliera lastimado.

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Mientras estaban en plena pelea con esa banda de locos, apareció el maestro Happosai feliz ante la idea de una boda tanto que ni siquiera presto atención a lo que estaba sucediendo a su alrededor, recorrió con la vista todo el dojo hasta que vio en las manos de Soun un barril, sin pensarlo mucho el pequeño hombrecillo dio un salto hasta donde se encontraba su alumno y le arrebato lo que el consideraba el tesoro de boda esa. Sin mediar palabra lo destapo y se bebió el contenido de un solo trago.

-¡SAKE!- grito Happosai- ¡Pero que diablos! ¡Solo es agua!- exclamo molesto al momento en que reventaba el barril en el suelo.

Cuando eso sucedió todo se quedó congelado, la pelea de los dos prometidos se de tuvo por completo ya que todos veían con asombro lo que estaba sucediendo, Akane se llevó las manos a la boca para evitar gritar; Ranma, Ryoga, Mousse y Genma gritaron de inmediato para aproximarse hasta donde estaba Happosai y el barril destrozado. Entre los cuatro lo sujetaron y comenzaron a intentar hacer que el escupiera el agua, aunque sabían que su única oportunidad había pasado.

El anciano se sintió estafado por el contenido del barril, tanto que en un ataque de rabia saco una de sus características bombas y el dejo caer al centro del dojo, haciendo que todo se estallará.

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Ranma se encontraba aturdido, sentía un intenso pitido en los oídos, el cuerpo le dolía por todas partes, casi podría jurar que tenia un hueso roto o varios, se sentía mojado por alguna razón y por un segundo había olvidado donde estaba o que había pasado, abrió los ojos con pesadez y justo vio un enorme agujero en el techo del dojo, alcanzaba a notar como algunos trozos de madera continuaban humeando, giró un poco la cabeza y a su alrededor solo podía ver una gruesa capa de humo, a lo lejos escuchaba al tío Soun llorar amargamente por la destrucción del dojo, a su madre amenazando a su padre, que cobardemente se había vuelto a transformar en panda. Giró hacia el otro lado, donde poco a poco el humo estaba disipándose y pudo ver a la maestra Hinako comiendo alegremente el pastel de bodas que había acabado en el suelo, varios de sus compañeros estaban ahí viendo todo como si esto fuera lo más normal del mundo, en la puerta alcanzo a ver a Nabiki cobrando a los invitados que seguían llegando a este desastre de boda. Volvió a cerrar los ojos con un gesto de dolor hasta que pequeños fragmentos llegaron a su mente, Akane vestida de novia, el barril de agua de Nannichuan, el trío de locas atacándola, los tres locos atacando, Happosai bebiendo el barril y la explosión.

-"Kane"- pensó de inmediato e intento ponerse de pie, pero el cuerpo le dolía demasiado, además de que se encontraba debajo de una pesada viga del techo.

Haciendo un esfuerzo sobrehumano, logró salir de debajo de esa viga, giro con mucho cuidado su cuerpo para poder quedar boca abajo, le estaba costando trabajo respirar, levanto un poco el torso y buscó con la vista a su prometida, de alguna manera tenía que asegurarse de que estaba bien que no había resultado lastimada en la explosión, pudo verla unos metros más allá siendo acosada por Kuno y por el maestro Happosai.

-¡Mi amada Tendo, es hora de casarnos! ¡Firmemos el koseki de mi familia!- decía completamente ajeno a la realidad- ¡Así serás Kuno Akane!

-¡Linda Akane! ¡Aquí esta tu esposo!- decía el maestro mientras intentaba sujetarse del vestido cual garrapata.

-¡Déjenme en paz!- gritaba desesperada mientras intentaba alejarse de esos dos.

Al ver esta escena, comenzó a arrastrarse lentamente, tenía que ir a protegerla, no podía dejar que esos dos locos le hicieran daño, iba avanzando poco a poco ayudado de sus brazos, hasta que fue tomado con fuerza del brazo derecho, volteo a ver quien estaba impidiendo que fuera con su prometida.

-¿Airén, lastimado? Shampoo cuidar- dijo mientras lo levantaba como si fuera una muñeca de trapo- Llevarte a restaurante y curar heridas.

-Su... suéltame- dijo con voz cansada, aunque tardo un poco en darse cuenta de que era su voz femenina con la que hablaba. ¿En qué momento se había transformado?

-¡Ranchan!- escucho el grito de su amiga mientras lo sujetaba por el otro brazo- ¡Vamos te llevaré a casa para cuidarte!

La amazona y la cocinera comenzaron a jalarlo en distintas direcciones queriendo tener el honor de cuidar de él, ninguna de las dos escuchaba las quejas que decía, no les importaba en lo más mínimo que pudieran estar lastimándolo más de lo que ya se encontraba, a ellas solo les importaba ver quien ganaba aquella absurda pelea. En su campo visual seguía viendo a Akane, cada vez se veía más enojada y en menos de un segundo saco ese maldito mazo que siempre llevaba y golpeo sin consideración alguna a Kuno y al maestro hasta dejarlos completamente inconscientes.

De repente en su cara tenía el rostro maniaco de Kodachi que estaba en busca de su "Ranma-sama", gritaba por todos lados, cuando tuvo a la pelirroja al alcance de su mano la vio con todo el desprecio que pudo, llevaba sujeto en la parte de enfrente el enorme vestido negro que llevaba, realmente se veía lista para ir al manicomio, el delineador negro de sus ojos caía en grandes surcos sobre su cara, el labial rojo se encontraba completamente corrido en su boca y daba la impresión. de ser una muy mala copia del Joker.

De nuevo busco a Akane y en ese momento sus miradas se cruzaron él se aseguraba de ver que estaría bien, quería de alguna manera pedirle ayuda pero ella solo lo miro por un segundo, pero su mirada era fría y dolida... sabía que la había lastimado unos minutos atrás pero jamás había visto que lo viera con tanto dolor, ella aparto la mirada y salió de ahí a toda velocidad.

-Kane...- murmuró pidiendo que regresará- Basta...-dijo en voz baja, pero esas molestas mujeres no lo escuchaban- basta... ¡BASTA!- pudo por fin gritar.

-¿Airen?

-¿Ranchan?

-¡BASTA!- dijo una vez más mientras se liberaba de las dos locas, aunque el movimiento hizo que cayera de rodillas, alcanzo a un metro las manos para evitar golpear su cara en el suelo. Pudo ver por el rabillo del ojo que las dos se querían acercar a ayudarle de nuevo- ¡No me toquen! ¡No las quiero cerca!

-Pero... - intento de nuevo acercarse a la amazona.

-¡Las quiero fuera de aquí! ¡Ahora mismo!- grito al momento de ponerse de pie- ¡Largo!

-Ranchan... tú no puedes decirnos...- comenzó a decir Ukyo sorprendida ante el rechazo de Ranma.

-¡Quiero a todo el mundo fuera de aquí! ¡O se largan o los saco yo mismo!- dijo como última advertencia.

Poco a poco todos los invitados que aún se encontraban al interior del dojo comenzaron a salir, entre murmullos comentando lo que acababa de suceder, Ryoga aprovecho para salir sin ser visto al ocultarse entre los que iban saliendo, Mousse se encontraba de pie en el jardín esperando cualquier tipo de ataque, Shampoo y Ukyo se negaban a irse, no entendían o más bien no querían entender la situación, intentaron una última vez acercarse a él, simplemente habían decidido ignorar su petición, así que en un nuevo intento intentar tomarlo por los brazos para ayudarlo, paso lo que nunca se hubieran imaginado, él las aparto de un empujón, realmente en ese momento no las quería tener cerca, sintió demasiado rencor en este momento, las miro una última vez de manera dura, esperando que por fin decidieran irse, cosa que hicieron a los pocos minutos.

Volvió a entrar al dojo y pudo ver de mejor manera el desastre que había quedado, había un enorme agujero en el centro del tatami, las tablas estaban completamente destrozadas, algunas aún humeaban, se veía que la bomba había caído lo suficientemente profundo como para levantar incluso parte del subsuelo del dojo, las paredes lucían varios impactos de distintas armas, algunos okonomiyakis y panes chinos estaban incrustados en varios lugares, podía ver un reguero de pétalos de rosas negras, algunos fragmentos de espátulas y mazas de gimnasia, había también regadas algunas cadenas y armas dejadas por Mousse, incluso pudo ver restos de algunas bandanas amarillas y de la espada de Kuno. ¿En qué momento todo se había vuelto un completo circo? Sintió como su corazón se estrujaba al ver como había quedado el dojo.

Cerca de las paredes pudo ver las mesas volcadas, la comida regada por todos lados, los restos del pastel, la vajilla completamente rota, el pequeño altar que habían construido para la boda y el kamiza habían sucumbido en algún punto de la batalla, era una imagen lamentable la que estaba ante sus ojos. El lugar al que más cariño le tenía había sido destruido, el lugar donde conoció a Kane, el lugar donde casi la había besado por primera vez, el lugar donde les gustaba refugiarse y simplemente pasar el tiempo... todo eso se había terminado, por un momento de egoísmo.

Kasumi se acerco hasta donde estaba, mientras esquivaba los restos de la boda, llevaba en sus manos una tetera con agua caliente, sin decirle nada le ayudaba a transformarse de nuevo, ella tenía una cara de decepción y molestia que no podía ocultar, era como si ella también estaba llorando por la pérdida del lugar, no sabía que decirle y solo le agradeció el gesto con una leve sonrisa que murió solo un segundo después. Incluso en ese momento se sintió como si el cantar de los pájaros o el sonido de la brisa habían desaparecido, era como si la misma naturaleza estuviera llorando por la destrucción del dojo.

Se aproximo hasta donde había quedado tirado Kuno, lo tomó de un brazo y comenzó a arrastrarlo hasta la calle, no quería tenerlo cerca y si era necesario tirarlo como la basura que era, lo haría, ojalá tuviera las fuerzas necesarias para mandarlo de un golpe hasta su mansión y con suerte cayera en el estanque del Señor Tortuga. Regreso al interior y encontró al maestro debajo de unas maderas, se quejaba levemente mientras se llevaba las manos al estómago, en cuanto lo vio hizo una mueca en busca de ayuda, pero Ranma lo miro con desprecio, antes de darse la vuelta e ir por una de las cadenas olvidadas de Mousse y rápidamente lo ato con ellas. Sabía muy bien que liberarse de ellas era bastante complicado y en este momento tenía que mantener al viejo pervertido contenido, así que al final acabo dejándolo colgando de la rama de uno de los árboles del jardín, más tarde se encargaría de él y lo haría pagar por la destrucción que ocasionalmente y por haber acosado a Kane.

-¡AAAAAHHHHHHHHH!- escuchó un grito desesperado.

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Akane

Cuando salió del dojo, puso sus manos sobre las rodillas e intentó comenzar a respirar, pero la ansiedad que estaba sintiendo estaba siendo demasiada. No sabía en qué momento todo se había vuelto un completo caos, hasta hace tan solo un par de horas todos en el dojo se encontraban en un frenesí de felicidad porque después de un largo año, por fin harían la boda que uniría ambas escuelas de artes marciales.

Cuando abrió los ojos, lo primero que vio fue la falda del vestido, esta estaba completamente hecha un desastre, se veía rasgada en varias partes, notaba grandes manchones de color negro ocasionados por la explosión de la bomba del maestro Happosai, incluso estaba salpicada de comida que suponía que se debía a los okonomiyakis y panes chinos con los que la había atacado. A sus espaldas todavía alcanzaba a escuchar el bullicio que seguía desarrollándose, así que antes de que alguien más saliera, decidió correr a su habitación.

De nuevo le costo trabajo subir por las escaleras, se atoraba a cada paso que daba y la ultima vez que paso eso, ya no le importo que es lo que le pasaría al vestido, dio un tirón tan fuerte que una de las costuras de la cintura acabaron cediendo. Entro a su habitación completamente cabizbaja, se dejo caer de rodillas sobre el suelo, se quedó ahí largos minutos analizando que es lo que había pasado, recordaba a sus hermanas arreglándola para la ceremonia, a su padre chantajeándola para que se casará a cambio de darle la cura a Ranma, Ranma negando lo que había dicho en Jusenkyo, esa absurda batalla en el dojo al darse cuenta de que su padre no había cumplido con su palabra, al tío Genma corriendo con el barril de agua. Mientras era perseguido por su prometido, Mousse y Ryoga, vio a Shampoo, Ukyo y Kodachi atacándola por haberse atrevido a querer casarse con Ranma, Kuno y Happosai acosándola, Ranma defendiéndola de esas locas, los seis atacando a Ranma y los dos defendiéndose de ellos... y lo peor la explosión en el dojo.

-El dojo- dijo sorprendida al recordar esa explosión.

Podía verse de nuevo peleando junto a Ranma, esquivando cada golpe que Kuno intentaba dar a Ranma, podía ver como uno de los ataques de Ryoga le había impactado en una pierna, escucho el grito de Happosai al haber bebido el agua de Nannichuan y como destrozo el barril, no pudo evitar ver en ese momento a su padre y verlo con odio, le había pedido de mil formas que le diera la cura, pero él le aseguro que lo haría y que el barril se encontraba completamente seguro, si como no, ¡Solo a él se le ocurrió poner ese barril a plena vista en una boda!

Solo un segundo después vio como Ranma y los otros se aproximaban al maestro con la intención de obligarlo a escupir el agua pero eso ya era imposible, el hombrecillo se libero y saco una de sus bombas de entre sus ropas, la encendió y arrojo con enojo al centro del dojo... todo paso como en cámara lenta, puso ver el momento preciso en que la bomba impactó contra el tatami y todo estallo. La onda de la explosión la arrojo un par de metros de donde estaba parado, cayó sobre su espalda, lentamente se sentó y con ayuda de sus manos bajo la enorme falda que le impedía ver bien a su alrededor, vio cuando el humo comenzó a disiparse y pudo ver los daños que su amado dojo había recibido, justo en el medio había un enorme cráter que subía hasta el techo, todo a su alrededor estaba destruido, se vio sola como nunca antes, pensó que en esa ocasión Ranma también la protegería pero él no estaba ahí, se levanto con mucho cuidado y en cuanto lo hizo vio como se aproximaban a ella Kuno y Happosai con sus asquerosas caras de pervertidos.

-¡Mi amada Tendo, es hora de casarnos! ¡Firmemos el koseki de mi familia!- decía completamente ajeno a la realidad- ¡Así serás Kuno Akane!

-¡Linda Akane! ¡Aquí esta tu esposo!- decía el maestro mientras intentaba sujetarse del vestido cual garrapata.

-¡Déjenme en paz!- gritaba desesperada mientras intentaba alejarse de esos dos.

Cada vez se sintió más harta de estos dos desquiciados, así que saco su infalible mazo y comenzó a molerlos a golpes, no se detuvo hasta que los quedaron completamente inconscientes y clavados debajo de los restos del tatami, soltó su arma de forma apática, levanto la vista y ahí vio a su prometido, esta vez estaba convertida en Ranko, estaba siendo jalado en direcciones diferentes por Shampoo y Ukyo que peleaban por ver quien sería la responsable de cuidar sus heridas, veía esa escena. como cientos de veces antes, a ellas solo les importaba ganar un trofeo, solo eso. Por un segundo su mirada se cruzo con la de Ranma y pudo ver que primero se estaba asegurando de que ella estaba bien y casi podría jurar que lo vio suspirar de alivio al no verla lesionada, pero ese sentimiento lo dejo de lado porque se dio cuenta de que las palabras que él le había dicho hacia un tiempo en su habitación eran ciertos, él no la quería, de haberlo hecho les pondría un alto a esas dos. Aparto su mirada, y como pudo salió del dojo esquivando los restos de toda la destrucción.

No sabía cuánto tiempo llevaba ahí, era como si hubiera pasado toda la vida, se levanto poco a poco, giro para ver por la ventana y se dio cuenta de que ya estaba comenzando a anochecer, volvió a girarse y de nuevo vio su reflejo en el espejo, esta vez la imagen que veía era aún peor que la de hace unas horas, estaba hecha un completo desastre. Y por primera vez en esas horas comenzó a llorar, a llorar con desesperación, sintió una gran opresión en el pecho y de nuevo se estaba quedando sin poder respirar, se levanto a trompicones, se recargo en su escritorio y de un solo movimiento tiro todo lo que había encima, tomo un adorno que había quedado ahí, corrió hacia su librero y tiro todos los libros, fotos, juguetes y todo cuanto poseía, incluso comenzó a destrozar la cama, tomo con furia el despertador y lo arrojo al espejo, donde volvió a ver su reflejo, pero esta vez completamente deformado.

Estaba haciendo tanto ruido que al momento de romper el espejo hizo que toda su familia viniera corriendo a verla, a la primera persona que vio ahí fue a su hermana Nabiki, que la veía con una cara asustada ante lo que estaba viendo, detrás de ella se encontraba Soun, Nodoka y Kasumi.

-¡Akane! ¡Tranquilízate!- le dijo con voz firme esperando que le hiciera caso.

-¡Tú!- le dijo fuera de si en cuanto la escucho hablar- ¡Tú eres la responsable de todo esto! ¡Tú invitaste a esos indeseables hoy!

-Akane...

-¡NO! ¡Cállate! ¿Acaso no has hecho suficiente? ¿No conseguiste ya suficiente dinero arruinando mi vida?- le contesto gritando desesperada.

-Akane...por favor...- dijo Kasumi asustada de ver el estado de su hermana.

- No puedo... no puedo... no puedo respirar- dijo mientras intentaba quitarse el vestido- ¡Quítamelo! ¡Quitamelo! ¡No lo quiero...!

Vieron como con desesperación quería salir de esa prisión de tela blanca, Nabiki intento acercarse para ayudarlo pero en cuanto la vio dio un paso lejos de ella no permitiendo que se acercará, se arranco las flores y el velo, prefirió destrozar con sus propias manos el vestido para poder quitárselo, arranco las mangas, destrozo el encaje, las costuras el corsé comenzaron a ceder, y el vestido cayó por fin al suelo, dejándola en ropa interior. Nodoka hizo el intento de entrar en la habitación, para tranquilizarla y apoyarla, fue cuando Akane la vio.

-No...-le dijo para impedir que entrará- quiero que me dejen sola.

-Pero mi niña... déjanos ayudarte- dijo en una súplica.

-¿Ayudarme? ¿Cómo planeaban ayudarme?- pregunto con ironía- ¿Acaso planean chantajearme para conseguir agua de Nannichuan? ¿Van a volver a planear una boda a mis espaldas? ¿Acaso no han juntado demasiado dinero y quieren seguir vendiendo mi vida? ¿Planean vender entradas para que Shampoo, Ukyo y Kodachi se regodeen con mi dolor? ¿Van a hacer que Ranma me ame?- su rostro estaba lleno de lágrimas que ni siquiera tenía intención de limpiar- ¿Dígame tía, cómo planean ayudarme?- pudo ver que con cada palabra que decía las caras de su familia se iban deformando cada vez más, al escuchar cada cosa que decía y le estaba provocando dolor en ese momento.

-Akane... por favor...- intentó mediar Kasumi.

-Quiero estar sola- dijo finalmente- no quiero ver a ninguno de ustedes.

Nabiki comenzó a caminar lentamente hasta la puerta, se veía realmente afectada por lo que había dicho pero sobre todo por como había visto a su hermana pequeña, su tía Nodoka solo se acercaba levemente mientras intentaba limpiarse las lágrimas que corrían por su rostro, Kasumi evitaba llorar aunque en su rostro se veía el mismo dolor que su hermana pequeña y Soun a pesar de estar llorando se veía completamente arrepentido de lo que había hecho. Una vez que su hermana salió, se acerco a la puerta y puso el seguro, regreso sobre sus pasos para hacer lo mismo con la ventana y además el bloqueo por completo con la espada de kendo que tenía, dio dos pasos hacia atrás y se dejo caer de nuevo sobre sus rodillas.

-¡AAAAAHHHHHH!- grito con frustración y dolor.

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Ranma

Cuando Ranma escucho ese grito sintió como un escalofrío lo recorría de pies a cabeza, giró la cabeza hacia la casa y de inmediato supo de donde había venido el grito. Corrió al interior, subió de dos en dos las escaleras para dirigirse al cuarto de Akane, en cuanto giro en el pasillo vio reunida ahí a toda su familia, su madre y Kasumi estaban llorando de manera silenciosa, el tío Soun estaba completamente pálido y con la expresión más triste que le había visto, incluso se sorprendió de ver a Nabiki completamente desencajada y respirando con dificultad.

-¿Qué paso?- pregunto asustado, pero nadie le contesto- ¿A... Kane esta bien?

-Ranma... ella...- intento explicar Kasumi pero el llanto se lo impidió.

Sabía que algo estaba mal se acerco hasta la puerta e intento abrirla, pero el pomo no cedió, toco de manera suave llamándola para que le abriera, pero el silencio al otro lado permanecía.

-Kane... por favor, abre la puerta- seguía sin respuesta- Por favor... abre... necesito hablar contigo- el silencio seguía presente y eso lo estaba desesperando- ¡Maldición, marimacho! ¡Abre la maldita puerta!- dijo molesto al momento de golpear con el puño la puerta- ¡Más te vale que abras! ¡No me voy a mover de aquí hasta hablar contigo!

Se quedo fuera de la habitación bastante tiempo, tanto que no se había dado cuenta de que toda la familia lo había dejado solo. Al darse cuenta de que ella no abriría la puerta, se fue directo a la pequeña habitación que le habían dado, se quito la chaqueta del traje, el moño, los zapatos y salió por la ventana, subió al techo y camino hasta llegar a la habitación de Akane, se descolgó y apoyo en el alfeizar, iba a abrir la ventana cuando a través de ella pudo ver dentro. Toda la habitación estaba a oscuras, forzó un poco la mirada y pudo ver que al interior todo estaba destrozado, podía ver varias de las cosas de Akane regadas por todos lados, vio el espejo roto y lo que más lo impacto fue ver el vestido de novia completamente destrozado en el suelo, incluso las flores y el velo estaban rotos, busco con la mirada a su prometida pero no podía verla, hasta que se dio cuenta de que estaba sentada abrazando sus rodillas, en el espacio que quedaba entre su cama y la pared. No necesitaba estar cerca de ella para darse cuenta de que estaba llorando completamente destrozada.

Quiso abrir la ventana, pero esta no cedía fue cuando se dio cuenta de que Akane la había no solo cerrado sino la había bloqueado por completo usando la espada de madera que tenía, si quería entrar tendría que romperla y no estaba seguro de querer hacer eso en este momento, quiso tocar y ver si ella quería abrirle pero algo le decía que esta vez no podría ser, en un último esfuerzo por verla comenzó a sacudir la ventana y logro de alguna manera tirar la espada, se quedo quieto esperando a ver si ella reaccionaba al sonido pero estaba tan perdida en su llanto que no lo escucho, así que con sumo cuidado abrió la ventana y entro, se quedo en cuclillas sobre el escritorio como muchas veces antes lo había hecho y pudo ver realmente los destrozos que había ocasionado.

Bajo con cuidado del escritorio, se guio con la poca luz que entraba gracias al brillo de la luna, comenzó a esquivar todo lo que había en el piso y en un mal paso acabo pisando un pedazo de espejo, siseo por el dolor que le ocasiono pero lo dejo pasar, camino con más cuidado hasta quedar frente a su prometida, se arrodillo, levanto lentamente una de sus manos e hizo el amago de querer acariciar el cabello de Akane, se detuvo a escasos centímetros y después de pensarlo un segundo, toco con cuidado su cabeza.

-Kane- dojo en voz baja y pudo sentir como dio un pequeño brinco al haberlo escuchado.

-Quiero estar sola- dijo lo más firme que pudo pero sin levantar la cabeza.

-Yo solo quiero asegurarme de que estas bien- le contesto un tanto nervioso- te escuche gritar y...

-¿Y qué? ¿Acaso te preocupaste?- le pregunto con ironía.

-Claro... que me preocupe- le dijo un tanto dolido por lo que escucho- Sabes que siempre me preocupo por ti.

-No necesito que te preocupes por mi- dijo finalmente levantando la cabeza- deja de considerarme una obligación porque no lo soy.

-No eres una obligación- dijo desesperado.

-Mañana, voy a hablar con papá para cancelar el compromiso- dijo finalmente mientras se limpiaba las lágrimas del rostro- así no tendrás que seguir atado a alguien por quien no sientes nada más que obligación.

-¿De que hablas?

-Es hora de que terminemos con toda esta locura- dijo mientras respiraba lentamente- así a partir de mañana podrás elegir a cualquiera de tus otras prometidas.

-No lo acepto- le contesto mientras tomaba su cara con ambas manos- Escucha bien lo que voy a decir, olvídate de esa tontería de terminar el compromiso, porque yo no voy a ir detrás de ninguna de esas locas. ¿Oíste?- "Eres tú o ninguna" dijo en su mente.

-Ranma...- se quedo sorprendida al oír todo eso, aunque también vio la duda en ellos.

-Vamos, es hora de que te bañes y vayas a dormir- dijo finalmente mientras se levantaba del suelo y le extendía la mano a Akane.

-Eh... no puedo levantarme- dijo en voz baja.

Ranma no entendía porque le estaba diciendo eso, hasta que cayó en cuenta de que Akane estaba casi desnuda, no se había dado cuenta de que después de que destrozara el vestido ella se había quedado solo con la ropa interior. En menos de un segundo su cara se puso sumamente roja, estaba seguro que incluso estaba saliendo humo de sus orejas, intento buscar algo que darle hasta que vio colgada en su puerta la bata de baño que solía usar. La tomo y se la extendió al momento en que se dio vuelta para que ella pudiera ponerse la bata. Una vez que estuvo lista y tomo una muda de ropa junto a su pijama, él la acompaño al baño y la dejo ahí para que pudiera relajarse un poco, diciéndole que volvería en un par de minutos.

Le dio una última mirada y se alejo de ahí, se llevó las manos a la cabeza y comenzó a sacudir su cabello con gran frustración, por momento parecía que quería arrancarlo de un tirón y de nuevo, volvió a llorar como lo había hecho unas semanas atrás. No sabía en qué momento todo se había ido a la mierda, en algún punto del día todo se había arruinado, su vida y la de Akane se habían arruinado por completo.

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Dirigió sus pasos de nuevo hacia la casa, fue directo al comedor, escucho a su familia hablando de lo sucedido, todos se oían bastante afectados por lo que había pasado, así que decidió quedarse fuera de la habitación y escuchar que es lo que decían, quería saber si de alguna manera ellos se daban cuenta de todo lo que habían provocado.

-No puedo creer que todo se haya arruinado- dijo con tristeza Kasumi.

-Todo lo que dijo es verdad- dijo en un susurro el tío Soun- hicimos todo mal, yo la chantajee para que... para...- ya no pudo continuar por que se había puesto a llorar de nuevo.

-Mis pobres niños- contesto su madre con la voz rota- este debía ser un día feliz y ahora mi Akane esta completamente destrozada y Ranma esta igual.

-Vamos querida, a Ranma no le afectan estas cosas- dijo Genma con un rin tintín en la voz- él es fuerte, cualquier cosa que tenga que ver con los sentimientos no le afectan- se sorprendió de lo que dijo, porque era más que obvio que no lo conocía y que no se había olvidado de todo lo que paso en China.

-Yo... siento haber provocado esto- dijo con voz triste Nabiki- jamás pensé que todo esto fuera a afectar tanto a mi hermana, pensé que todo sería como siempre pero...

-Tenemos que hacer algo para arreglar nuestro error.

-¿Que sugieres querida?- pregunto su padre.

-Creo que debemos...- se quedó en silencio por un par de minutos hasta que volvió a hablar- Soun, necesito de tú ayuda para poder lograrlo.

-¿Que necesitas Nodoka?- pregunta su tío con curiosidad.

-Lo primero que tenemos que hacer, es que los dos se sientan seguros en casa y para lograrlo necesitamos impedir que esos chicos vuelvan a poner un pie aquí- dijo con cierto optimismo- yo no puedo prohibirles la entrada pero tú si, al ser el dueño.

-¿Pero como lograremos eso?- pregunto sorprendida Kasumi- Nunca han querido hacer caso de que no son bienvenidos aquí.

-Bueno... Nabiki querida, ¿Puedes ayudarnos con eso?

-¿Yo? ¿Cómo quiere que ayude tía?- se sorprendió la mediana de los Tendo al ver que le pedían ayuda a pesar de saber que el desastre de hoy era en parte su culpa.

-¿Puedes ayudarnos a calcular los gastos de reparación del dojo, más todo lo que se debe de mi casa y todos los arreglos que han hecho en este año?

-Claro tía, tengo todas las facturas de los trabajos que han hecho- dijo un poco suspicaz- ¿Qué es lo que esta planeando?

-Fácil, si esos chicos quieren volver a poner un pie aquí tendrán que cubrir los gastos por los destrozos que han cometido- dijo con una sonrisa.

-¿Quiere cobrarles por todos los daños?- pregunto con incredulidad Nabiki.

-Por supuesto, creo que hemos permitido demasiado tiempo que todos ellos vengan, destruyan y se vayan como si nada hubiera pasado y después regresen como si nada. ¿Cuánto crees que es lo que deben?

-Veamos...- escucho como dijo Nabiki, mientras veía que sacaba una libreta de debajo de la mesa junto con su ábaco de madera, vio como pasaba hoja tras hoja- muy bien, según mis cuentas entre los costos de reparación de su casa y todos los daños que han provocado en el dojo, incluido lo de hoy, la cuenta asciende a unos treinta y cinco millones de yenes. Y si lo dividimos entre 6, cada uno tendría que pagar $5.833.333 yenes.

-Supongo que es una cantidad considerable para ellos y no les será tan fácil pagarla- escucho como decía su madre con felicidad.

-¿Sabe que los Kuno pagarán de inmediato?

-Con ellos tomaremos otras medidas, ahí también necesitaré de tu ayuda. Si como supongo, esos chicos no mostrarán la cara por aquí en un par de días, podemos aprovechar y sacar una orden de restricción contra ellos, aunque paguen no podrán acercarse.

-Si estás planeando evitar que entren de nuevo al dojo- dijo Ranma mientras entraba al comedor- quiero pedir que esa restricción también incluya a P-chan, no quiero ver de nuevo a ese maldito cerdo cerca de Kane.

-Cariño, ¿Cómo planeas que impida que un animalito como ese entre?- pregunto con curiosidad su madre.

-Ese "animalito" al que te refieres no es otro más que Ryoga y ya es hora de ponerle un alto. Se ha aprovechado de su maldición demasiado tiempo- finalizo molesto.

Vio como su madre puso una cara de sorpresa ante lo que dijo para solo un segundo después ver a todos que se encontraban completamente calmados, eso solo le demostró que todos sabían el secreto de Ryoga y ninguno había dicho nada, ni siquiera la muy rectada de Kasumi o el estricto tío Soun, ¿Acaso no en una ocasión lo acusaron a él de aprovecharse de Akane al estar en su cuarto por la noche? ¿Por qué nunca hicieron lo contrario con el maldito cerdo? Ese simple pensamiento hizo que se enojara aún más porque no podía creer que su familia hubiera permitido eso.

-¿Donde esta el maestro?- pregunto de repente Genma.

-El anciano esta atado a un árbol, no planeo dejarlo suelto... no después de lo que le hizo a Kane- dijo finalmente antes de levantarse- por cierto, Kane dormirá en mi habitación esta noche.

-No puedo permitir eso, Ranma...-comenzó a decir el tío Soun bastante nervioso- al final ustedes dos no se casaron y no sería correcto.

-Lo que nunca fue correcto es haber dejado que el cerdo estuviera con ella cuando se cambiaba de ropa o cuando se quedaba a dormir- dijo de manera seria- todos lo sabían pero a nadie le importo que el pervertido se aprovechará de ella- con eso zanjo el asunto y salió del comedor.

Volvió a paso lento hacia el baño, iba a tocar la puerta cuando esta se abrió dejando ver a Akane recién bañada, le dio una cálida sonrisa, la tomo de la mano y la llevo hasta su habitación, extendió el futón e hizo que se acostará, ella se negó al principio pero él acabo recordándole que en su habitación sería imposible dormir al menos por esta noche, después de pensarlo por un momento acepto quedarse ahí.

Se acomodo en el mullido futón y antes de quedarse dormida le pidió que durmiera con ella una vez más, el acepto pero le dijo que primero tenía que ir a darse un baño. Salió y 15 minutos después regreso y se acostó junto a ella, la abrazo por la cintura y se quedó dormido profundamente.

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N / A:

Hola a todos, aquí esta la actualización del día y como saben era el tema importante la boda fallida.

Para esta parte solo tome una pequeña parte de lo que ocurre en el manga, pero esta vez quise que la primera parte que se ve es la de Akane que es lo que no se ve en la obra original. Y obviamente subimos un poco más la intensidad de la escena del dojo destruido, recuerden que estoy adaptando esta parte de la historia a lo que ya había escrito previamente en otros capítulos y en "La enfermedad del insomnio", esto es para darle continuidad.

Los pensamientos de Akane sobre su vestido de novia, son enteramente míos, la verdad la idea de un vestido de corte princesa se me hace de lo más incomodo y estorboso por lo exagerado del tamaño y es algo que no me gusta del manga, no sé si eso lo usaría una chica de 17 años, aún contando la época de los 80's. También me tome la libertad creativa de cambiar el color del traje de Ranma, porque de la misma manera, no me agradan los trajes blancos en una boda, aunque esta sea de día.

Y bueno por que no hablar de la "muerte" del dojo Tendo, porque eso fue lo que le sucedió, y obviamente eso causaría un gran dolor no solo para Ranma y Akane, también para toda la familia porque esa estructura era lo que les unía como familia y ahora que ya no esta, todos sienten como si hubieran perdido una parte de ellos.

Me divertí escribiendo sobre el castigo a Happosai, que mejor manera que dejarlo colgado hasta que Ranma decida que castigo merece, y ni que decir de Kuno siendo arrojado a la calle. También ya vimos porque el maestro no ha aparecido en ninguna de las dos historias, aunque quisiera oponerse no se atrevía a enfrentarse a Nodoka.

Siendo honestos solo iba a dejar este capítulo hasta la primera parte de Ranma y ya cuando estaba a punto de publicarlo, esa vocecita en mi cabeza me hizo arrepentirme y ampliar un poco más el capítulo a lo que había pasado después del fiasco y como siempre visto desde ambos puntos de vista.

También pensé que sería bueno poner un pequeño colapso mental para Akane por todo lo de la situación y que de alguna maner pudiera decir a su familia que es lo que mas le molesto de todo lo que hicieron, en especial a Nabiki que solo estaba considerando hacerse de dinero sin pensar en las consecuencias, hasta que vio a su hermana sufrir de verdad. Por cierto esa escena de Akane queriendo quitarse el vestido esta inspirada en una escena de Grey's Anatomy, cuando Christina estaba a punto de casarse y también tiene un pequeño colapso y solo pide que le quiten el vestido porque estaba teniendo un ataque de ansiedad.

Y también podemos ver como es que lo que paso hizo que en cierta manera Nabiki haya dejado de hacer negocios con ellos, o al menos a venderles información al trío de locas ya los pretendientes, y sobre todo que fuera la que convenciera a Ranma de conseguir ayuda para poder procesar todo lo que había pasado. Si la culpa puede mover montañas.

No olviden dejar sus comentarios y gracias a Benani por los buenos deseos sobre mi salud, solo fue una gripe demasiado fuerte pero ya todo esta mejor.

La Condesa Crawley XOXO