Todos los días iba a visitar a Edward para ver su progreso y dejó la idea de suicidarse pero seguía siendo el imbécil de siempre. Tenía dos semanas de internamiento pero no le darían de alta hasta que cumpliera los seis meses reglamentarios.
En cuanto mi relación con Mike había ido viento en popa, no vivíamos juntos.
No sabía nada de mis padres y no me comunicaba con ellos.
Jacob se mostraba muy amable y me hacia reír todo el tiempo.
En cuanto a los Cullen…siempre los encontraba cada que iba a visitarlo.
Y en cuanto a mí, me sentía muy libre. Ya no tenía la sensación constante de asfixia, pero en el fondo de mi ridícula mente y corazón…lo seguía amando y tal vez era porque él siempre fue muy importante para mí.
Y ahora estaba con mi diente de león a un rumbo desconocido.
-¿A dónde vamos. Diente de león?- pregunté sonriendo por el apodo que le puse
-¿diente de león?- preguntó viéndome
-si ¿no te gusta el apodo?- pregunté desbordando inseguridad
-no me gustan los apodos- habló por lo bajo –solo no lo vuelvas a hacer. ¿De acuerdo?- pidió amablemente
Me sentí un poco herida. Y yo que quería ponerle algo más lindo que solo llamarlo por su nombre.
-no has respondido mi pregunta. ¿A dónde vamos?- pregunté
-a mi casa- habló sin más que decir
Lo notaba algo diferente, tal vez era por la universidad. No debía de sacar nada apresurado. En todo el trayecto no volvimos a hablar ¿y ahora que le pasaría? Antes íbamos cantando o platicando, y ahora estaba callado.
-te noto algo distante- susurré
Detuvo el coche y lo apagó
-no te voy a mentir, porque no te lo mereces. ¿Recuerdas que te hablé de mi mejor amiga?- preguntó
Su mirada azul verano se conectó con la mía y mi corazón trabajó de inmediato. ¿Su mejor amiga? ¿Y eso que tenia de malo?
-sí, recuerdo que me hablaste de ella. Jessica - hablé tranquilamente
Estrechó su mirada hacia a mí y recargó la cabeza en su asiento.
-es algo que me ha tenido carcomiendo desde hace días y me siento tan mal por lo que hice- su voz estaba teñida de culpa –ella y yo hemos sido amigos desde que éramos niños y ahora somos novios. Pero me comprometí con ella y nos casaremos muy pronto-
Todo me cayó como si un balde de agua fría me lo hubieran arrogado directo a la cara. Él me estaba mintiendo, lo sé, lo hace para ponerme celosa y que deje de visitar a Edward.
-no te creo- hablé fuerte –lo dices para ponerme celosa. ¿Cierto?- pregunté –no. Tu no me harías esto y yo no te lo haría a ti- hablé sin poder creer lo que me decía
El me miró con pesar y cerró los ojos. Mi corazón comenzó a doler tan fuerte que no lo resistí, tuve que aferrarme al asiento para soportar.
-es la verdad. Nuestra relación no puede ser, tú eres casada y sé que tarde o temprano volverás con tu esposo y yo me estaré casando con mi amiga y novia de toda la infancia- musitó
Limpie las lágrimas que caían. El destino si sabía cómo burlarse de mí, porque Tanya y Edward eran novios y amigos desde pequeños.
-¿es solo por eso? ¿Por qué soy una mujer casada?- pregunté herida y respiré para tranquilizarme un poco- tu sabias eso desde el principio y nunca te quejaste hasta ahorita. Entre mi esposo y yo no hay nada que nos una y que en cualquier momento él y yo nos divorciaremos. Y además, ¿Por qué no me dijiste que estabas comprometido?. Tu empezaste a cortejarme con tus caricias en el asiento trasero- hablaba con voz entre cortada
Negó con la cabeza repetidas veces.
-yo no te pediría que divorciaras de tu esposo, estoy seguro que las cosas se arreglaran. Y aunque me duela, nuestra relación tenía que acabarse. Y rompí dos reglas de oro, la primera era que no tendría relación amorosa con mujeres casadas, y la segunda era que nada haría cambiar mi amor por ella- habló secamente –pero cuando vi que te subías a mi taxi…yo me enamoré de ti- susurró
-y yo también me enamoré de ti. Te amo y lo sabes…pero…- dejé la frase incompleta en el aire
-no estas lista para iniciar otra relación- completó por mi –mejor deberíamos de terminar nuestra relación, justo ahora- tomó mi cara
Miré a sus bellos ojos azules y él a la vez me miraba. ¿Por qué decidió esto?
-no es eso- aclaré para que se le quitara esa idea de la cabeza
-se que tienes responsabilidades con él todavía. Pero siento que vamos tan rápido que en cualquier momento podemos despegar y arrepentirnos después. Estas enojada con él y por eso me tienes a mí, como una forma de lastimarlo- murmuró suavemente – y yo no puedo hacerle esto a Jessica por que no se lo merece-
Se alejó de mí y volvió a encender su auto, los neumáticos protestaron cuando se dirigieron al pavimento y otra vez nos volvió a invadir el silencio. Él estaba en lo cierto…buscaba lastimar a Edward de la misma forma que él lo había hecho, eso no significaba que Mike quedara en segundo lugar y que nuestra relación se cayera para volverá hacer otra ¿Quién dijo que se necesita mucho tiempo para conocer a una persona?, no importa cuánto tiempo se lleve conociendo a una persona, porque ni toda una vida basta para conocerla.
Así que ¿Por qué aplazar nuestro amor?
-¿Por qué no podemos ser amigos?- pregunté –sabes lo mucho que significas para mí- murmuré
-solo dejemos así las cosas- murmuró cortante-en verdad, nuestra relación se termina hoy y no puedo seguirle siendo infiel a mi futura esposa, amo a Jessica de verdad y no la voy a dejar por ti ni por nadie-.
Otra vez tuve el papel de meterme en una relación de dos.
Llegamos a su casa y pensé que no tenia caso estar aquí. Vivía en un suburbio de clase media y me sentí algo incomoda por que podría salir algún asaltante. Nos detuvimos afuera de una casa de color gris, con ventanas cubiertas de tela blanca, era un enorme contraste con la zona alejada y residencial en la que yo vivía.
-¿esta es tu casa?- pregunté señalándola con el dedo índice
-si- respondió- no es como la tuya pero es cómoda- murmuró
Los dos pasamos a la sala de estar y nos sentamos uno frente al otro.
-¿Por qué me terminas de esta manera?- pregunté
-ya te dije porque. Eres casada y yo no tengo relaciones con mujeres casadas, y me casaré dentro de dos semanas- habló –no podemos ser amigos per. Ya no podemos tener una relación amorosa, porque es inmoral… Y además…no te queda el papel de mujer infiel- terminó de decir
Las esperanzas de tener una felicidad plena se hicieron millones de pedazos muy pequeños.
-¿sabías que contigo me sentía con vida? Creí que por fin podría ser feliz- musité- no tiene caso estar aquí. Llévame a mi casa, por favor- pedí
-bella. Esto es un adiós. Yo también me sentí feliz a tu lado pero comprendí que tu destino es estar con tu esposo y aunque no lo parezca o no te guste- murmuró –y además…Jessica significa todo en la vida para mí y no la quiero perder, solo porque me enamoré fugazmente de ti- habló en voz baja
Salimos de su casa y abrió la puerta del copiloto, negué y le dije que quería sentarme atrás. Una vez en camino me quité el dije que me había regalado para devolvérselo, seguramente lo necesitaría. Las lagrimas quemaban atrás de mis ojos por querer salir a borbotones pero las contuve, si hubo algo que aprendí en mi vida fue a no llorar frente a los demás, que no vieran mi sufrir.
-toma. Esto es tuyo- dije tendiendo mi mano y solté un poco el collar para que lo viera bien.
-es tuyo- murmuró alejando mi mano
-no lo quiero y seguramente lo querrás de vuelta- murmuré fríamente
-claro que no, y además…yo no acepto que me devuelvan cosas que regalo- habló mientras manejaba
-¿Por qué me hiciste sentir especial?- pregunté
-lamento si te sentiste así, pero tu así lo pensaste- dijo sin importancia –yo no te hice sentir especial-
Regresé mi mano a mi regazo y lo guarde en el bolsillo de mi vestido, lo tendré como un recuerdo y lo esconderé.
Habíamos llegado a mi casa y le pagué por haberme llegado pero rechazó el dinero, aproveché su distracción para tomar su collar y ponerlo en el asiento del copiloto y me bajé rápidamente. Cerré fuertemente la puerta de su taxi y caminé apresuradamente hacia el enorme portón de color negro, sentí que las lágrimas salían sin esperar a que estuviera en la seguridad de mi habitación.
-¡BELLA!- gritaron
Me di la vuelta bruscamente para ver quien me había gritado y miré a Mike que corría hacia mí, me di la vuelta para seguir en el camino que se me hizo eterno. Una mano me tomó del antebrazo y me haló hacia un fuerte pecho que irradiaba calor. Miré quien era y me quedé muy congelada ante la mirada de Mike
-¡lo siento amor, si te herí! Pero sabes que nuestra relación no puede ser. Por favor, no me busques y aléjate de mí- susurró
Estampo sus labios contra los míos y comencé a moverlos insistentemente, mis brazos rodearon su cuello y sentí que sus manos se quedaron en mi cintura
-te amo- murmuré sollozando entre sus labios
Seguí derramando lágrimas sin parar.
-yo también te amo pero esta relación se acabó. Solo no me busques y ambos seguiremos con nuestras vidas matrimoniales- dijo en susurros
Deshizo el beso y se dio la vuelta.
Entré a mi casa y en el portón me deshice en amargos sollozos.
¿Por qué razón habrá terminado una relación hermosa, en donde él era mi sol?
