Cinco días después de que fui a visitar mi nueva oficina, había recibido la orden de último segundo de cambiarme porque hoy llegaría el CEO y que además no sabía su nombre.
Fui por un café para despertar completamente. Había tenido constantes sueños de Edward tocando la puerta de mi departamento y cuando le abría él me besaba.
Miré mi escritorio sin ganas y recordé que debí de haberme vestido más formal, pero con este vestido amarillo medio y un poco entallado, dudaba que funcionara.
Tomé mi café y le di un sorbo para tranquilizarme. Escuché un toc toc tímido y mi movimiento se cortó cuando mi talón se quedó atrapado. Me tambaleé en el lugar un momento y me las arreglé para no perder el equilibrio, pero no antes de derramarme el café por el brazo y por el suelo.
Maldiciendo por lo bajo, respiré profundamente y luego rodeé el escritorio, saqué un puñado de servilletas de mi bolso. Levantando el vestido una pulgada, me arrodillé en el suelo y empecé a limpiar mi desorden.
Alguien se aclaró la garganta, para ser más exacta, un hombre.
A un pie de distancia de mi, un par de zapatos de vestir de cuero italiano entran en mi campo de visión. Mi mirada asciende por unos pantalones negros, y que parece que envuelven unas piernas fuertes, gruesas y muy masculinas. Sin querer mis ojos pasan su entrepierna hasta un cinturón plateado.
Viste una camisa impecable blanca, corbata de seda negra…yo conozco a alguien que usaba corbatas de ese material. Mis ojos viajaron rápidamente para encontrarse con unos picaros ojos negros como el carbón.
¡Oh dios! Mi corazón se aceleró rápidamente.
¿Qué está pasando aquí?
Pasamos un momento mirándolos mutuamente, yo trataba de averiguar que pasaba aquí y él, tratando de medir mi reacción al verlo.
Dio un pequeño paso hacia a mí, estando increíblemente cerca. Su rodilla rozó mi pecho. Sus labios se contraen, e hizo un gesto hacia mi posición arrodillada en el suelo. Usó una mano para ajustarse el gemelo opuesto, su voz ronca invade mi cuerpo.
-he fantaseado con tenerte así.
Esto no está pasando
Se le escapó un gruñido y mi cabeza se movió bruscamente a otro lado, para evitar su mirada.
-no deberías de estar aquí. Tengo una cita- murmuré
-lo sé. El CEO que ha regresado de sus vacaciones. La entrevista. Y todo ese rollo- sonrió
Mis ojos se abrieron impresionados
-¿me estas vigilando? ¿Co…como sabias que estaba trabajando aquí o que vivía en esta ciudad?- tropecé con mis palabras
Tenía que irme de esta ciudad.
Interrumpiéndome lo que iba a decir, me tomó del brazo y tiró suavemente. Me puse de pie, y bajó el dobladillo de mi vestido sobre mis rodillas y anunció:
-soy el vicepresidente de esta empresa. Soy tu jefe, nena.
Mi quijada se aflojó y es una verdadera suerte de que no llegará hasta el piso.
-pe…pero pensé que nada mas eras un egocéntrico y arrogante actor porno- tartamudeé
Su cara adquiere una expresión de furia.
Dio dos pasos hacia atrás, movió lentamente la mano y cerró la puerta. Di un brinco de susto.
-como puedes ver, no soy solo un actor porno egocéntrico. Tengo más empresas- dijo secamente
Sus pies se paran frente a los míos y levanta una mano hacia mi mejilla. Con su dedo índice roza mi piel y luego desciende hasta mi mandíbula, mi cuerpo experimentó una extraña sacudida, como si estuviera en shock.
Apoyó su cabeza hacia la mía, rozando su punta de la nariz contra la mía.
-estoy dispuesto a pagarte más, si haces horas extras. Señorita swan- su respiración calentó mis labios
Sus labios se acercaron unos centímetros a mi boca. Se retiró rápidamente y agregó:
-¿Qué estas tu dispuesta a hacer por mi?- susurró
Mis ojos se encuentran con los de él y muchas emociones pasan a través de mí.
Ira. Emoción. Vergüenza.
Nos miramos intensamente unos segundos, hasta que perdí y bajé mi vista. Sus ojos negros se quedaron impresos en mi memoria.
-¿estás diciendo que no trabajaré aquí si yo no…-trago saliva y tropecé con mis propias palabras- …si nosotros no…quiero decir, si no dejo que tu…?
Aflojó su corbata y aspiró
-si es eso lo que necesitas oír. Si necesitas una razón para justificar chuparme el pene en tu nueva oficina a las nueve de la mañana de un lunes.
-hacer felaciones por dinero extra…-murmuró
Mis brazos se salieron y empujaron sus hombros con fuerza.
-no soy tu prostituta Jacob. No voy a hacerlo. Me ibas a contratar de todos modos- dije en voz alta
-si me la hubieras mamado ahorita, no te contrato- musitó indiferente –aquí se viene a trabajar. Y los asuntos personales son después del trabajo-
Nos sentamos y me preguntó qué era lo que estaba haciendo en esta ciudad, le conté que mi noviazgo había acabado. Edward seguía internado en el sanatorio mental, y yo buscaba una nueva vida.
-y el destino te mandó a mí- sonrió mostrando su dentadura que contrastaba con su piel
Y me recordó al gato de Alicia en el país de las maravillas.
-esta es tu agenda. Te anoté tus deberes de la primera semana, y siempre la tienes que tener a la mano- murmuró dándome una agenda forrada de terciopelo.
Abrí para ver que me deparaba en las siguientes horas y noté que todo estaba escrito.
-y ya te puedes retirar- habló –y una cosa más-
-¿si?- pregunté
-cuando estemos en público me dirás señor Black- dijo secamente
Asentí y salí a paso veloz hasta llegar a la seguridad de mi oficina. El teléfono timbró dándome un buen susto, me acerqué para contestar la llamada.
-¿hola?- pregunté
-no salgas corriendo de la oficina con tus zapatillas de nuevo y cuando suene el teléfono tienes que contestar "oficina de la presidencia" ¿entendido?- preguntó suavemente
-s…si señor- murmuré
-veras que no soy tan malo como todos dicen que soy pero encontraras que soy exigente. Y dime, cual es la cita para hoy- pidió
Tomé la agenda con mis temblorosos dedos y escuché su risa al otro lado de la línea. La agenda se me cayó y solté una maldición.
-tranquila. Ven a mi oficina- dijo entre risas
Colgué rápidamente y levanté la agenda. Llegué a su oficina y toqué suavemente su puerta, me abrió e indico que pasara y volviera a tomar asiento. Le dicté sus actividades para el día de hoy.
9:25 a 10:00 Reunión con Biers
10:00 a 11:00 Junta con ejecutivos de industrias Zeppco
11:30 a 12:00 cita en la corte del caso Flynn vs De Marco
12:00 a 12:35 ver al sastre
12:35 a 13:30 tiene una cita con Bradley Green
Y le seguí dictando hasta que la agenda terminó a las seis de la tarde. Después de eso me fui y comencé a hacer mi trabajo.
