Capítulo 7
Sentado en la cama, Kaname no hace más que pensar en aquello que Zero le ha dicho. Una y otra vez esas palabras taladran su cabeza.
"Él está cerca".
Kaname suspira y entonces levanta la mirada. ¿Cuánto tiempo ha estado sumergido en sus pensamientos? No lo sabe, pero dado que Zero frente a él está por terminar de arreglarse, intuye que ha sido mucho, y eso no hace más que acrecentar la molestia que en esos momentos siente.
El presentarse en la habitación de Zero era únicamente para poder hablar con él, convencerlo de no aceptar la estúpida beca que le están ofreciendo, pero ahora, sin el tiempo suficiente…
De repente algo llama su atención, si no mal recuerda es el libro que una noche antes vio en las manos de Zero. Lo toma y ojea mientras que el cazador frente a él continúa abotonando la chaqueta del uniforme.
Zeus, Hera, Athena, Hades…
—¿Desde cuándo te gusta la mitología griega? —pregunta deteniéndose precisamente en aquella hoja, un poco arrugada, del dios del inframundo, Hades.
Zero se tensa en un movimiento tan imperceptible para cualquiera, menos para el sangre pura.
—No lo sé. Anoche me llamó la atención ese libro y lo traje para leerlo.
Kaname no cree aquellas palabras, en especial por aquel pequeño movimiento que el cazador hizo.
—¿Seguro que es por eso? —Su mirada clavada en las letras que relata las obligaciones que el gobernante del inframundo tiene.
—¿Por qué otra cosa sería? —pregunta Zero volteando a ver al vampiro sentado sobre su cama.
"¿Tal vez porque quieres marchar a Grecia, sin siquiera decirme nada?"
Kaname suspira y se levanta de la cama, camina hacia Zero, y cuando lo tiene frente a él, toma sus mejillas mientras que su mirada se posa en los ojos del cazador.
—¿Te gustaría conocer Grecia?
Los ojos del cazador se agrandan y esa acción hace sonreír a Kaname.
—Si quieres ir, podemos ir. ¿Qué te parece en las vacaciones de verano?
—¿En verano? —Zero desvía la mirada al libro nuevamente en aquella mesa. "En verano será demasiado tarde", piensa antes de remover las manos del vampiro de su rostro—. Hablemos de eso después, ¿sí? Ahora tengo que ir a clases.
Kaname asiente y observa a Zero tomar sus cosas para después marchar. Aprieta los dientes a su vez que regresa la mirada al libro. Nuevamente, lo toma y abre aquella página, en aquel dios que gobierna el mundo de los muertos.
—No dejaré que marches, Zero, no ahora que sé, Rido llegará antes de lo previsto. —Después sonríe, al mismo tiempo que su aura comienza a desintegrar el libro en sus manos—. Lástima por la beca, pero tendrán que buscar a otro para dársela.
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Como todas las mañanas Zero toma su asiento, listo para comenzar sus clases. Sin embargo, esa mañana es diferente a otras, pues Zero no puede dejar de pensar en aquel sueño tan diferente que ha tenido. Sabe que el miedo que todavía siente recorriendo sus venas como la misma sangre, no es otra cosa que la confirmación a eso que se negaba a creer. Los dioses, esos seres con inmenso poder existen realmente, y él puede que esté ligado a uno de ellos. Le guste o no, él podría estar ligado a Hades.
Suspira con pesadez y, cuando una hoja es colocada frente a él, por inercia toma su bolígrafo, listo para responder las preguntas de aquel examen. Pero por más que quiere concentrarse, su mente no le permite pensar en otra cosa que no sea él.
El tiempo no se detiene, cada uno de sus compañeros va abandonando la clase hasta que él es el único que queda, pero Zero no se da cuenta de eso.
"¿Qué pasaría si no acepto ir a Grecia?" Zero sacude la cabeza cuando las imágenes de ese lugar tan majestuoso ahora son las ruinas de algo aterrador. "¿Si no acepto, aquello realmente pasaría?", se pregunta, pero en el fondo ya sabe la respuesta
—Zero —llama Yagari a unos pasos de él—. ¡Zero! —vuelve a llamar, ante la falta de respuesta, esta vez acompañando su voz con la palma de su mano dirigiéndose con fuerza sobre la hoja de papel que está sobre la mesa frente al cazador, que se sobresalta.
Zero al fin levanta la mirada, Yagari frente a él y recargado sobre la mesa lo mira con preocupación.
—¿Qué demonios te pasa? Tiene rato que te estoy llamando. Cross quiere verte, te espera en la dirección.
Zero asiente, se levanta de su asiento ante la penetrante mirada de su maestro que enseguida se da cuenta que algo no está bien con su pupilo. Bajo su mano, aquel examen está completamente en blanco, al igual que aquellos amatistas que parecieran perderse en algún punto distante en la mente de Zero.
—Zero, ¿hay algo que te preocupe? —pregunta Yagari llamando la atención de su aprendiz.
Zero aprieta los labios. Por supuesto que hay cosas que le preocupan; aquel sueño que como una especie de profecía continúa apareciendo en su mente. El hecho de que él podría ser la encarnación de Perséfone, la única capaz de detener a uno de los principales dioses del panteón griego que está a punto de despertar y desatar una guerra contra Athena para destruir la tierra… ¿Qué se supone que debería responder?
Niega con la cabeza, incapaz siquiera de levantar la mirada para ver a Yagari que continúa observándolo.
Yagari suspira, retira la mano sobre la mesa y se hace a un lado para que Zero pueda salir, no obstante, cuando pasa a su lado, Yagari sostiene su brazo y entonces Zero lo mira.
—Si hay algo que te preocupe, podemos solucionarlo, juntos, no es necesario que lo hagas tú solo.
Zero sorprendido por aquellas palabras, se debate en decirle lo que Saori le dijo. Pero ¿si en realidad, él no es Perséfone? ¿Qué tal si Saori está equivocada? Suspira para después simplemente asentir.
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Cuando llega a la oficina se sorprende no ser el único ahí, Kaname que está sentado frente al director, y que al parecer sostiene alguna clase de plática con él, voltea a verlo en cuanto entra.
—Qué bueno que has llegado —dice Cross que también voltea a verlo—. Han traído esto hace rato, es la propuesta de la fundación Kido —dice mientras recorre los papeles sobre su escritorio hacia él—. Explica con detalle los beneficios que obtendrás si aceptas la beca que se te ofrece. Asistirás a una de las mejores escuelas en Atenas, tendrás lo necesario para culminar tus estudios e incluso alguna maestría si así lo deseas. En fin, un futuro asegurado como Saori Kido te lo hizo saber cuándo estuvo aquí.
"Si, un futuro asegurado en el inframundo sí acepto ir a detener a Hades", piensa Zero que no puede dejar de ver aquellos papeles. "En el inframundo". Desvía la mirada y aprieta los labios.
—Lo único que necesitas es firmar estos papeles y mañana mismo podrás partir a Grecia —concluye Cross.
Los labios de Zero se aprietan aún más, mientras que Kaname y Cross intercambian una mirada al ver la duda en Zero, mirada que tienen que romper cuando este camina hacia el escritorio y toma los papeles para leerlos. Cada especificación, cada punto, todo finamente detallado para no despertar sospechas.
—No piensas aceptar, ¿o sí? —pregunta Cross mientras observa a Zero leer detenidamente—. ¡Zero!
—No... no lo sé. Pero debe de admitir que la oferta es buena.
Kaname y Cross fruncen el ceño ante aquellas palabras.
—Pero ¿y tus responsabilidades como cazador? —pregunta Cross más fuerte de lo que pretendía mientras se levanta de un salto de su silla—. Por muy buena que suene la oferta que te están ofreciendo, tus responsabilidades con la asociación son primero.
Zero frunce el ceño. Es cierto, él es un cazador y para su desgracia uno muy bueno.
—Podría hablar con la asociación...
Cross y Kaname abren los ojos con sorpresa, desconcertados y más que confundidos. ¿Acaso Zero, si piensa irse a Grecia?
—¿Y qué pretendes que les diga?
Zero levanta la mirada hacia Cross, y este se estremece ante la frialdad que refleja.
—No más que la verdad.
Cross suspira, y voltea a ver a Kaname que observa a Zero con detenimiento, como pidiéndole ayuda para evitar lo que, al parecer, ya es un hecho
—Por muy ventajosa que sea esta oportunidad, hay otros factores que tienes que considerar —dice Kaname con cautela. Y como si le hubieran aventado un balde de agua fría, Zero se estremece y muerde el labio.
"¿Otros factores que considerar?" Instintivamente Zero saca de entre su saco una pequeña caja negra, el único recordatorio que necesita para reconsiderar todo lo que ha estado pensando.
—¿Por eso estás aquí? ¿Para recordarme que a diferencia de los demás estudiantes a los que escoge la fundación Kido, soy diferente a ellos?
—Si quieres verlo de esa manera… —Kaname suspira—. Cross me ha hablado sobre esta propuesta que te están ofreciendo. Debo de admitir que es buena, una oportunidad única, y a la cual podrías ir siempre y cuando yo fuera contigo para mantenerte vigilado.
—No necesito una niñera —dice Zero levantando la mirada al sangre pura.
—Aunque te pese, es lo que necesitas en estos momentos. Tu sed de sangre comienza a descontrolarse, eres un Kiryuu y solamente por eso la asociación de cazadores se ha negado a terminar contigo, a pesar de que ya eres más un nivel E que un humano. Pero en Atenas, lejos de la asociación, lejos de la vigilancia que aquí tienes…
Zero frunce el ceño, la necesidad de refutar todo lo que el vampiro le ha dicho quema sus venas, pero ¿cómo refutar algo que él está consiente, es verdad? Al menos que le dijera cuál es el verdadero propósito para que él marche a Grecia. Pero ¿qué demonios le diría?: "Saori no quiere que vaya a Grecia a estudiar, quiere que vaya a detener al dios del Inframundo para que no sumerja a la tierra en una absurda guerra que por milenios se ha desatado, porque, ¿qué crees?, resulta que soy la reencarnación de su reina, de la diosa Perséfone, de la causante que todo esto pase".
—Lamentablemente —continúa Kaname, sacando a Zero de sus pensamientos—, no puedo salir del país en estos momentos. Tengo asuntos que atender, y no puedo darme el lujo de tener a un nivel E descontrolado en Grecia, y sin la garantía de ser exterminado en cuanto su sed de sangre se desate por completo.
—No podemos permitir que vayas —dice esta vez Cross tomando asiento nuevamente—. A pesar de que los pros con esta beca son algo único, los contras son los que pesan en esta balanza. Ahí no tendrás la protección que aquí tienes. Allá a diferencia de aquí, los cazadores son más escasos, y allá los Kiryuu no son respetados como aquí. Es una sentencia de muerte para ti, lo veas como lo veas.
Zero resiste las ganas de reír. "¿Sentencia de muerte?" Demonios, él iría a Grecia a conocer, a detener al dios que gobierna el mundo de los muertos, por muchos cazadores que hubiese allá, Hades jamás permitiría que lo tocaran.
Zero abre los ojos con sorpresa, ¿por qué de repente piensa que Hades pudiera salvarlo de esos cazadores? ¿Por qué de repente siente la creciente necesidad de irse a Grecia a encontrarse con él, y solo con él, sin importarle aquella absurda guerra que piensa desatar contra Athena?
Sacude la cabeza y Kaname suspira pesadamente.
—Cross, ¿podría dejarnos a solas un momento?
Cross desconcertado voltea a ver a Kaname que continúa observando a Zero con detenimiento. Asiente para después levantarse de su asiento y salir de su oficina.
Ya a solas, Kaname se levanta de su lugar y camina hacia Zero. Lo toma con delicadeza de las mejillas y levanta su rostro para verlo con mayor detenimiento.
—¿Por qué no me habías dicho sobre esto?
—Si te lo hubiera dicho, ¿cambiarías tu opinión y me dejarías marchar?
—¿Eso es lo que quieres, irte y dejarme atrás como si esto no significara nada?
—Tú tienes a Yuuki.
—Pero Yuuki no significa lo mismo que tú significas para mí. ¿Cuántas veces te lo tengo que repetir para que lo creas?
Zero desvía la mirada.
—Realmente quieres irte, ¿verdad?
La duda aparece en los ojos de Zero. ¿Sí? ¿No? ¿Qué se supone que tendría que responder? La verdad sería lo más correcto, pero ¿cómo decirle algo que de antemano no cualquiera puede saber?
—Tengo que ir…
—No, no tienes que ir. Por muy buena que sea esta beca, bien pueden dársela a otro. No eres el único sobre el planeta que puede tenerla...
—Oh, gracias por el cumplido —dice Zero zafándose del agarre del sangre pura, después da un paso hacia atrás, tomando distancia del vampiro
Kaname suspira.
—No malentiendas mis palabras. Sé perfectamente de lo que eres capaz, no por nada te están ofreciendo esta beca, sin embargo…
—Sin embargo, hay otros con más capacidad para obtenerla, ¿no es cierto?
—Te estoy pidiendo que no malinterpretes mis palabras —pide Kaname al mismo tiempo que da un paso hacia Zero, no obstante, antes de que pueda agarrarlo y convencerlo de la forma que quiere, la puerta de la oficina se abre.
—¡Kaname-sempai!—dice Yuuki, que al saber que su sempai está en aquella habitación, no ha dudado en entrar. En cuanto su mirada topa con la de kaname, una sonrisa se dibuja en sus labios, sonrisa que comienza a desvanecerse cuando nota la mirada fulminante de Zero —. Lo siento, no quise interrumpir.
—No te preocupes —dice Kaname que ahora desvía sus pasos hacia la chica, y como de costumbre, Kaname coloca su mano sobre la cabeza de Yuuki, haciendo que la sonrisa de esta crezca más. Zero frunce el ceño, "¿por qué tanto ímpetu de que me quede si me ignora en cuanto Yuuki aparece?", piensa mientras que observa la afectuosa muestra de cariño.
—Kiryuu-kun —habla Cross cuando entra a la oficina—. Si ya terminaste de hablar con Kaname-kun, es mejor que marches —dice mientras le extiende un sobre blanco con el sello de la asociación de cazadores—. Acaba de llegar esto para ti.
Zero asiente, agradecido de marchar lejos de aquella empalagosa escena. Toma el papel, no obstante, antes de que salga de la oficina, Kaname dice:
—Deberías de pensar bien las cosas antes de aceptar la propuesta, después de todo, ellos no saben lo que realmente eres.
Zero se detiene y voltea a ver a Kaname por encima de su hombro. Aunque le cueste admitirlo, el sangre pura tiene razón. Ellos…, él no sabe lo que en realidad es. Y si se llegara a enterar, ¿podría su condición cambiar los sentimientos de Hades hacia él?
Zero se sorprende al verse pensando aquello, y sin siquiera responderle a Kuran vuelve a retomar su camino. ¿Cómo es posible siquiera pensar en que el dios del inframundo tuviera sentimientos por él?
Él ama a Perséfone, a la diosa que cautivó su frío corazón, y le gustara o no, él no es Perséfone, él no es esa diosa, aunque, si Saori no se equivoca, sea su reencarnación.
