¡Saludos, queridos lectores!

Como he dicho en el capítulo anterior, habría más de un capítulo de esta historia n.n

No haré larga la introducción, así que los dejo con la nueva actualización n.n


Escuchar a su esposa preocupada por la impresión que había dejado en los gemelos, lo hizo sentir contrariado, pues después de tanto tiempo pensando que ella no tenía interés en tener una relación con los niños, le resultaba agradable ver qué sí le interesaba. Sin embargo, ahora que sabía el secreto de su esposa y era consciente de que la opinión de los niños la afectaba más que a cualquiera, le inquietaba el efecto que podría tener en ella cualquier comentario que los niños hicieran.

—No. Más bien estaban confundidos y curiosos. Me preguntaron cosas sobre ti —le respondió, esperando que su respuesta no la alterara y que supiera que los niños sentían curiosidad por ella.

Por el momento iba a evitar decirle que los niños parecían querer compararla con su madre, y esperaba que para cuando ella tratara con los niños, los gemelos dejaran de insistir con ello, o al menos que a su esposa no le fuese a afectar tanto.

—¿Qué preguntaron sobre mí? —cuestionó Karin sorprendida.

—Tu nombre, si tenías alergias, si cocinas, si te gusta el cereal… Cómo deberían llamarte.

—¿Y qué les respondiste?

—Les pedí que te llamaran Karin-san a menos que tú les dijeras otras opciones.

La pelirroja se dió un momento antes de responder, pues dudó que los niños hubiesen preguntado todas esas cosas, especialmente porque sonaban insignificantes. Sin embargo, sabía que su esposo difícilmente le mentiría.

—¿De verdad te preguntaron todo eso?

—Sí. Estaban disgustados porque les pusiste un programa diferente al que querían, pero se olvidaron rápidamente de ello y a lo largo del día me hicieron preguntas sobre ti.

—Aun así, no parece que haya sido una buena impresión —respondió inquieta.

—Tampoco les di una buena impresión cuando los conocí y no me odian.

—No es lo mismo. Tu eres su padre, yo soy una desconocida… incluso un obstáculo ya que desean ver a sus padres juntos.

—Ya les he explicado que su madre y yo no volveremos a estar juntos. Ella quizá tenga a alguien y yo te tengo a ti —abrazándola, acariciaba su cabello— No dejaré que te vean como un obstáculo. Además, estoy seguro que se aburrirían menos contigo que conmigo.

—Eso es cierto —dijo Karin aún llorosa, pero con una sonrisa. Ella aún se sentía muy insegura con la situación, pero no tenía sentido seguir dándole vueltas al asunto en ese momento— Tomaré la terapia.

Hasta ese momento, ella no había asegurado que tomaría la terapia, así que cuando lo dijo, Sasuke se sintió contento. Realmente quería que ella superara el trauma de su adolescencia.

—Vas a estar bien —Sasuke le aseguró y la besó con ternura.

—Siempre he sabido que eres menos frío de lo que aparentas, pero a veces lo olvido. Por eso me había costado mucho trabajo decirte todo esto —Karin comentó cuando el beso terminó, pues después de hablarlo y ver cómo había reaccionado su esposo, ahora se preguntaba por qué no lo dijo antes— Ojalá te lo hubiera dicho antes, quizá no habríamos peleado tanto, y quizá habría ido a la terapia antes y habría podido ayudarte con los niños.

—Yo soy quien debió ser más cálido —respondió Sasuke sintiéndose aún más culpable. De nuevo, su concentración en el trabajo, no le permitió darse cuenta que aunque ella no se quejaba de su frialdad, él no había conseguido hacer sentir a su esposa la suficiente confianza para compartirle algo tan importante.

Aquella charla había quitado un gran peso de encima de ambos, y naturalmente se sintieron mucho más cercanos uno del otro, ayudando en parte, a aliviar algunas de las preocupaciones de Karin sobre la crisis de su relación. Es decir, su inquietud no se trataba únicamente sobre tomar o no vacaciones, sino las prioridades en su matrimonio y Sasuke estaba demostrando que estaba reevaluando las prioridades en su vida, dándole a Karin un lugar importante.

—Me encanta que estemos juntos de esta forma, pero aún tenemos cosas que hacer. Si no hacemos las compras, nos quedaremos sin víveres y otras cosas para la semana —la pelirroja interrumpió ese momento de intimidad, aunque no se movió de los brazos de su esposo.

—Lo sé. ¿Por qué no vas a dejar tus cosas a la habitación mientras termino de sacar la ropa de la lavadora y meterla a la secadora? —propuso el azabache— En cuanto termine la máquina, iremos a comer y después al súper. Eso debería dejarnos tiempo suficiente para ver una película en el sillón.

—¿Y qué veremos? —preguntó Karin contenta con la propuesta.

—No sé. Tu eliges.

—¿Seguro? ¿Crees poder soportar una película cursi y aburrida después de haber visto aquella serie con tus hijos? —preguntó Karin divertida, pues sabía que su esposo tenía un límite.

—Sí —respondió Sasuke haciendo un esfuerzo para que su esposa no notara que la idea de mirar la película que ella describía no le gustaba. Sin embargo, haría el esfuerzo porque quería darle un momento de calma y tranquilidad a su esposa.

—No te preocupes, gatito, prometo elegir algo que no sea muy aburrido —ella sonrió y lo besó antes de levantarse del sillón— Hay que apresurarnos para poder descansar lo que resta del fin de semana.

Sasuke soltó un suspiro de resignación, pues era notorio que no había conseguido convencer a su esposa, aunque era de esperarse, ya que el que no le gustara ese tipo de películas era bien conocido. Sin embargo, ella parecía más tranquila y relajada y eso le complacía.

—¡¿Qué le pasó al cajón de mi ropa interior?! —Sasuke oyó el grito de su esposa antes de llegar al cuarto de lavado, así que fue a la habitación.

—Te dije que los niños estaban hurgando tus cosas y habían sacado toda tu ropa interior. Cuando los encontré, uno de ellos tenía el consolador en la mano, así que sólo metí todo sin cuidado —explicó Sasuke que era consciente que su esposa era muy cuidadosa con su lencería— Sakura dijo que hablará con ellos, pero también le dije a ella que tenemos que hablar sobre su crianza. Si mis padres vieran lo que los niños hicieron el fin de semana, estarían castigados largo tiempo.

—Hay algunos conjuntos muy delicados aquí y… ¡Espera! ¿Le dijiste a tu ex que "hablarías con ella sobre su crianza"? —Karin pasó de la angustia por su ropa a sorpresa por las palabras de su esposo.

—Sí. Entre venir a hurgar nuestras cosas, el asunto de las zanahorias y que les permita ver programas no aptos para niños, me preocupa que no esté haciendo…

—No, no, por favor Sasuke no hagas eso —ella se acercó a él suplicante y de nuevo ella se veía angustiada.

—¿Qué ocurre? —preguntó el azabache confundido.

—Si vas y le dices eso de forma inquisidora no sería tan diferente de lo que esas malditas mujeres me hicieron a mí en el convento —respondió Karin refiriéndose a las monjas— Decirle a los padres que hacen todo lo mejor que pueden para criar a sus hijos que no están haciendo un buen trabajo en tono que los juzgue, no ayuda a nadie.

—Sakura no…

—¿Sabes otro motivo por el que me afectó todo lo que se decía en ese horrible lugar? Porque mamá era madre soltera. No sabes la cantidad de veces que oí a otras personas juzgarla porque me dejaba mucho tiempo sola en casa, que no iba a los festivales escolares, ni me ayudaba con la tarea —explicó Karin— Todo lo que decían en el convento, respaldaba esas críticas, pero yo sabía que mamá no podía estar conmigo porque tenía que trabajar. Si no lo hacía, no comíamos y te puedo garantizar que aún si mamá no estaba conmigo, ella hizo un mejor trabajo criándome que mis padres adoptivos y todas sus "ventajas".

—Bien, lo entiendo, ¿pero cómo se supone que le plantee a Sakura que no estoy de acuerdo en todos los aspectos de su crianza? —preguntó Sasuke— Hasta ahora lo ha hecho sola, pero si voy a involucrarme en la vida de los niños, pienso que tengo voz y voto en su crianza.

Karin pareció un poco incómoda y titubeó un poco antes de responder mientras sacaba toda su ropa interior del cajón para acomodarla de nuevo dentro.

—Sólo no le digas que ha hecho un mal trabajo, coméntale tus desacuerdos y juntos lleguen a un punto medio. Deja que de sugerencias.

—¿Y si no coincidimos? —preguntó Sasuke, pues la visita le había dejado ver que no estaba muy de acuerdo en ciertos aspectos.

—Sé que estás acostumbrado a ser siempre el líder y que rara vez alguien se te pone y si lo hace, tu puedes elegir si escucharlo o no, pero creo que en este caso, deberías tratar de ser más flexible a las peticiones de ella en cuanto a su educación. Claro, principalmente en los puntos donde no coincidan y cuando no sea obvio que los perjudicará a largo plazo —sugirió Karin doblando y guardando la ropa sin mirar a su esposo— Recuerda que ellos están acostumbrados a su madre, así que es más sencillo encontrar un punto medio que de vez en cuando se incline a ella, para que los niños se adapten mejor a su nueva vida contigo. Claro que acá en casa podrías tener más libertad, pero te sugiero que no seas demasiado más estricto que su madre o a los niños podría no gustarles venir a quedarse con nosotros.

—¿Con nosotros? —preguntó Sasuke y Karin, al notar lo que había dicho, quedó paralizada.

—Yo… quiero intentarlo… ¡No ahora! Pero estoy tratando de hacerme a la idea —dijo nerviosa, sin darse cuenta que su esposo se acercó a ella y la tomó por la cintura.

—Es la primera vez que te oigo considerar conocerlos en el futuro —comentó Sasuke sonriendo.

—Después de contarte mi pasado, siento que si tú confías en que puedo hacerlo, quizá pueda intentarlo —confesó la pelirroja— ¡Pero no te emociones demasiado! ¡Aún ni
siquiera he ido a la terapia! Tal vez me declaren no apta para criar niños.

—Hace un momento, con tus consejos, me demostraste que eres más apta que yo —le besó la frente manteniendo su sonrisa y aunque Karin no dijo nada, tampoco pudo evitar sonreír.

El resto del día pudieron disfrutarlo más de lo normal, pues aunque sólo habían hecho las tareas del hogar, el haber tenido aquella plática tan tensa, les había permitido apreciar mejor su vida actual.

Se amaban, tenían un lindo hogar, les gustaba su trabajo, y a pesar de todo el dolor que habían enfrentado en el pasado, se tenían el uno al otro, así que mientras siguieran confiando en ellos como pareja, sentían que podrían enfrentar el reto de la aparición de los gemelos y su madre en sus vidas. Aún si Sasuke tenía que seguir viendo series o películas románticas y aburridas.

—¿Estás listo para la película? —Karin preguntó mientras Sasuke se sentaba junto a ella en el sillón con palomitas recién hechas.

El azabache apenas exhaló un monosílabo y su esposa soltó una risita.

—Sólo ponla —se metió debajo de la manta que ella había puesto para los dos.

—No te preocupes, te prometo que va a gustarte. Aunque quizá no la veamos completa.

Sasuke no prestó demasiada atención al último comentario de su esposa, y tras meterse un puño de palomitas en la boca, esperó a que iniciara el filme.

Karin sonrió, inició la película y Sasuke descubrió a los pocos minutos, que la película era una porno vainilla, y que su esposa se había puesto uno de sus conjuntos.

Hacía mucho que las discusiones y el estrés habían apagado el dormitorio, pero ambos estaban de mejor humor y se sentían más cercanos que nunca, así que volver a encender la llama fue muy sencillo.


¿Esta será una nueva etapa de mejora para el matrimonio de Sasuke y Karin? ¿O acaso sólo es la calma antes de la tormenta? ¿Cómo le irá a Karin en la terapia? ¿Podrá trabajar sus inseguridades antes de la próxima visita de los niños? ¿Sasuke seguirá los consejos de su esposa al tratar con Sakura? ¿Qué otras preguntas les han surgido al leer el capítulo?

Me encantará leer sus teorías y dudas en los comentarios n.n

Historias a actualizar:

*El cliché de los gemelos (cuádruple actualización)

*La marca del lobo

*Peligrosos deseos

*Inexperiencia

*Apuesta XL

Como saben, actualizo en tres plataformas diferentes, así que deben ser pacientes a que pueda subir todos los capítulo n.n

¡Hasta la próxima actualización!