Como si fuese producto de la magia los árboles que formaban la espesura del bosque parecían abrirse, mostrando un camino cada vez mas ancho ante sus ojos. Nanoha observaba con inquietud alrededor, una razón desconocida la estaba llevando hacía Fate, como un perro faldero, como un niño a las luciérnagas… Podía sentir el gélido aire suspendido a su alrededor, pero sus pasos iban fieles tras la espalda del vampiro.
—El calor proporcionado por mi sangre debe estar desapareciendo. —Comentó Fate, ladeando su rostro hacía ella.
—Ah? —Nanoha espabiló y se encontró así misma rodeándose con los brazos, sus ropajes desgarrados eran lógicamente insuficientes. —A… a donde vamos?
Antes de recibir una respuesta la maraña de ramas y hojas terminaron, dejando apreciar en medio de una llana y despejada superficie cubierta en opaco pasto, una casa, no… mas bien una casona de altas columnas, hecha en tablas de madera y de un blanco claramente desgastado, techo tejado color negro y ventanales amplios, cuyos vidrios estaban ya bastante empolvados, no tenía dudas que 50 años atrás aquella construcción fue preciosa, sin embargo ahora se veía tan acabada que daba mas miedo que otra cosa.
—Por favor, adelante. —Murmuró Fate deteniéndose en la puerta, la cual fue abierta de un simple empuje. Nanoha subió por los escalones hasta la entrada, observando a ambos lados, no era de extrañar que su interior fuese igualmente tétrico, incluso peor… Mas oscuro por supuesto, la única luz se agradecía a unas cuantas velas y los muebles cubiertos con sabanas tampoco ayudaban pero pese a ello, increíblemente se fue adentrando llevada cada vez mas por la curiosidad… Que clase de chica entraba a la morada de un vampiro con tanta facilidad? decía su mente, sin embargo un magnetismo impresionante la mantenía con los píes en el suelo, inmóvil y absolutamente perdida…
—Esto… —Murmuró, empezando a negar lentamente, aquella sensación, la ausencia total de sonidos externos, y tétrico placer de estar siendo acosada por algo siniestro la hicieron recordar o mas bien, revivir, lo sucedido en la tarde frente al ave, pero ahora no estaba su mejor amiga a sus espaldas, no… Ahora tenía a Fate y podía sentir lentamente como su torso se pegaba a su espalda con gran sutileza y aún con la ropa puesta, un agradable cosquilleo se hizo en su vientre.
—Esto…? —Fate soltó la pregunta, casi como si supiera que vendría después.
Nanoha se fue girando lentamente, notándose que no deseaba romper la distancia, mas bien permaneció al alcance de sus brazos, como suplicando ser tomada. Aún así Fate decidió darle mas tiempo a sus conclusiones.
—Eras tú, esta tarde.
—No te ha tomado demasiado tiempo, me sorprende.
—No es tan difícil. —Dijo, clavando sus azules sobre los rojos ojos de Fate, viéndolos a esa distancia, era bastante claro que aquel cuervo se había materializado ahora en una insoportablemente atractiva Srta, que desgracia la suya, pensó Nanohha, había estado soñando todo este tiempo con que el hombre de su vida la sacaría de su infierno, pero ahora esos planes le parecían tan irracionales, tan superfluos, cuando en frente tenía algo que estaba yendo más allá del sentido común. Por qué Fate le estaba provocando esto?
—Por qué? —Insistió Fate, regalando una caricia con los nudillos en la mejilla fría pero sonrosada de la menor. Y Por instinto o gusto, en respuesta la entregada Nanoha se recargó sobre la gélida palma, entrecerrando los ojos brevemente para después abrirlos tan solo para continuar con aquel contacto visual. Era como tener una tierna y dulce minina en busca de sus caricias, solo que aún mas hermosa…
—Nunca nadie me ha observado así.
—Oh, si, lo han hecho, pero no te has dado cuenta. —Apuntó Fate, apoyando la yema del pulgar a su boca, acariciando con tan delicadeza que Nanoha se vio sorprendida al entreabrirla, deseando tal vez aquel dedo en otro sitio… Incluso cerró los ojos y se dejó hacer, sintiendo el brazo contrario de Fate rodearla para ajustar su cuerpo a ella, sellando la cercanía y matando cualquier centímetro maldito.
—Me has salvado, me has… Protegido. —Con la voz hecha un susurro débil y sumiso confirmó, apoyando ambas manos sobre las clavículas de Fate, quien lentamente se fue inclinando para descansar los labios cerca de la frente, habiendo roto el contacto visual, aunque reemplazado por esa cercanía devastadora y superior a cualquier otra sensación conocida para una humana tan lejos de la experiencia como Nanoha.
—Y como saber que no voy a matarte ahora… a despellejarte, a abrir tu precioso cuello. —Con un movimiento sutil aunque rápido, sus labios recorrieron por la sien, la mejilla y mandíbula, llegando muy cerca al cuello para olfatearlo. Tal como previa Nanoha no hizo nada para evitarlo.
—Has podido matarme antes, pero sigues aquí… Sin hacerme daño. —Dijo, cada vez mas presa y embargada por el encanto, descubriéndose a si misma proporcionando el perfecto espacio para que Fate le clavara los caninos… Que diablos estaba pasando? su mente seguía preguntándose, pero lo primitivo, su instinto dominaba cualquier sentido y se nublaba de ese deseo a ser poseída que ya bastante habría matado a mas de una.
—Buena niña, esa ha sido una inteligente conclusión. —Admitió la inmortal, apretando la cintura de su pequeña humana, aferrándose a su nuca con largos dedos y abriendo la boca lo suficiente para echarle su frío aliento contra la piel. El corazón desbocado de Nanoha latía contra su inerte pecho, bombeando sangre con prisa en todas sus venas, enfocándose precisamente en la que cruzaba su cuello y que incluso podía escuchar con claridad si se concentraba. — Quédate quieta. —Dijo por última vez.
—Ah, Fa-Fate…
Cerró los ojos y apretó ambas manos sobre el cuello de la camisa de su adversaria, sintiendo el frío de los labios tocar su ardiente piel, la humedad prosiguió y se extendió haciéndole saber que antes de la fatal mordida, iba a lúbricar la entrada… De querer matarle no estaría bajo esas consideraciones, su cabeza podría ya estar colgando de un hilo pero allí estaba, a punto de ser mordida con mucha amabilidad de por medio y casi que suplicando por ello…
El seco golpe de la madera acabó destruyendo cualquier atmosfera, pudo ser ignorado de no ser porque después del primero, vino un segundo y un tercero, cobrando cada vez mas fuera.
—Fate Testarossa, policía de Uminari. Abra la puerta de inmediato.
Las figuras de Fate y Nanoha quedaron suspendidas, inmóviles por varios segundos antes de que la primera se reincorporara, tan enfadada como podría estarlo cualquier vampiro al ser interrumpido en pleno acto. Para un humano era el equivalente a ser separado del calor de su pareja en medio del mas fogoso de los sexos…
—Ten. —Retiró su gabardina y la ofreció a Nanoha, quien poco a poco recuperando la conciencia se dio cuenta que nada mas y nada menos que la policia estaba tras la madera, así que de inmediato se puso la prenda sobre los hombros, cerrando el frente lo mejor que pudo, mientras pensaba como diablos iba a explicarle al oficial Graham el estar allí…
—Es ud Fate Testarossa? —Fue la primera y clara pregunta que se clavó frente a Fate cuando abrió la puerta de mala manera, su cara de pocos amigos era igual que la de los 3 hombres que estaban en frente. El del medio mostrando su placa como el superior del trío contrastaba especialmente por su edad.
—Si, que sucede?
—Podemos pasar?
—Umm —Haciéndose a un lado tras un resoplo de contenida ira les dejó entrar.
—No es nuestro estilo llegar de esta forma, pero dadas las circunstancias, lamento informarle Srta Testarossa, que debe venir de inmediato con nosotros a la estación a rendir indagatoria por la sospecha de… —Sin darle espacio a hablar Graham fue soltando todas y cada una de las palabras que había practicado para llevarse a Fate con ellos, pero su cara inescrutable se deformó cuando a poca distancia del vampiro, vio a Nanoha. Como si la lengua hubiese sido comida por ratas, quedó en una pieza, incluso su mano levantada mostrando su placa se vio colgando de su costado, mientras pasaba saliva. Cuando sus ojos se cruzaron, probablemente ambos estaban pensando en lo mismo… Aquel recuerdo 7 años atrás exactos, donde rescataba a Nanoha del vehículo en el que sus padres habían sido hallados muertos, esa niña indefensa que apenas y podía hablar debido al trauma, ahora estaba allí.
Para Nanoha, Graham había sido la figura más parecida a un padre después de la muerte del propio. Su padre y aquel hombre habían sido grandes amigos, pudo ser su padrino, pero aquel imbecil de su tío tomo su lugar. Aún así Graham siempre estuvo allí, de una u otra forma, aquel hombre frente a ella la había protegido y fue entonces que cayó en cuenta de su situación comprometedora, se vio a si misma a medio vestir con tan solo la gabardina de Fate puesta, tal como un par de amantes luego de… Su cara se puso roja de vergüenza y por automático se hizo a espaldas de su salvadora, tres hombres frente a ella le intimidaban lo suficiente ya, incluso si uno de ellos era Graham…
—Que diablos quiere decir con indagatoria, Oficial? —De inmediato demandó Fate, a quien no le pareció indiferente aquel encuentro, sin embargo no podía evitar la indignación ante lo que ya sospechaba que sucedía.
—Vas a tener que explicarlo, junto con el hecho de tener a Takamachi Nanoha contigo también. —Como un resorte Graham y sus hombres agarraron sus armas y apuntaron de inmediato a Fate. Todos en esa habitación sabían que la policía contaba perfectamente con el equipo necesario para acabar con la vida de un vampiro, aquellas no eran balas comunes y corrientes. — Entrega a la chica de una vez.
—Eh? NO! —Saliendo de su escondite a espaldas de Fate, la mencionada se hizo en frente, entre ambas partes.
—Nanoha, apártate… —Demando el oficial, con la ceja temblando, pero con el pulso firme, lo suficiente para disparar en cualquier movimiento en falso.
—Estoy aquí bajo mi propia voluntad!
Como si hubiese soltado una bomba, los hombres y el oficial se quedaron por segunda vez de piedra, todo aquel escenario empezaba a resultar confuso y Fate quien como mera espectadora, se quedó observando, intrigada por el giro que tomarían las cosas…
—Si esta es alguna clase de truco vampiríco, vas a lamentarlo, Testarossa…
—No es ninguna clase de truco, soy… soy donante voluntaria de Fa-Fate-Chan. —Como si aquel tratamiento que solo pueden ser usados entre personas de confianza pudiera ayudar a que todo aquello fuese convincente, dijo. De cualquier forma, había estado minutos antes a nada de entregarle su cuello en bandeja de plata a la mencionada, esa misma que un alce de cejas quedó incluso tan sorprendida por la declaración como ellos… Aunque su rostro no lo reflejase.
Para el oficial aquello ya fue el golpe definitivo, sus hombres quedaron, mirándose confusos entre ellos, mientras él bajaba lentamente su arma en medio de la incredulidad.
"Fate-Chan"?
Que diablos… Su mueca de ira, temor y asco frente al vampiro que estaba dispuesto a matar, se convirtieron lentamente en pesar, pena y también decepción.
—Dos chicas mas fueron encontradas esta noche. No muy lejos de aquí. —Su voz que antes fue fuerte y determinada, ahora bailaba entre la vergüenza y la intriga… —Justo cuando ud, Fate Testarossa… Acabas de llegar a la ciudad.
—Si esas son todas sus pruebas oficial, me temo que no son suficientes. He regresado a Uminari justamente porque ahora que se ha aprobado la nueva enmienda, puedo reclamar finalmente esta propiedad. Los vampiros podemos heredar lo que alguna vez perteneció a nuestras familias… —Alejándose de Nanoha, Fate comenzó a caminar acercándose a los muebles, para acariciarlos con la yema de los dedos, sin despegar la vista del avergonzado oficial. — Tuve un hermano, su tataranieto… Giorgio Testarossa acaba de morir sin descendencia alguna. Vengo a ocupar este lugar, a hacerme cargo de el y recuperar lo que alguna vez fue la casa donde viví mi infancia. —Fate tragó largo frente a la atónita mirada de los presentes. Una sonrisa apareció en su rostro. —No tengo nada que ver con estas muertes.
—Puede que no, como puede que si. —Sentenció Graham. — Lo mejor será que rindas esta indagatoria ahora, en la estación…
—Ella no miente. —Esta vez Nanoha interrumpió, con la mirada gacha, sin atreverse a mirar al oficial, prosiguió. — He estado con… con Fate-Chan toda la noche, es imposible que haya estado en mas de un lugar al mismo tiempo, hemos… ella se ha alimentado de mi todo desde que ha llegado, es imposible que haya estado con alguien mas. —Esta vez levantó la vista, pero Graham observaba el suelo con una evidente decepción. Pero que mas podría hacer Nanoha? era consiente que Fate había matado al menos a esos hombres, pero salvó su vida… Por Dios, que tan loca estaba para mentir de esa forma? frente a Graham, que deseaba que la tierra se abriera y se lo tragara.
—Necesito entonces que pruebes que todos esos encuentros son ciertos. —Sacando voz de donde no tenía fuerza moral, pidió, esta vez mirando a Fate, si pudiera matarla lo haría… Como se atrevía? sus puños se apretaron y el vampiro pudo sentirlo, ese regocijo de causar dolor a otros incluso sino era físico le proporcionaba gran gusto, incluso se permitió el sonreír con grandioso ego.
—Temo que si está buscando la marca de mis colmillos, no va a hallarla en un lugar visible… me he asegurado, que fuese en un lugar… muy, muy privado. Entenderá que no deseo que Nanoha sea juzgada por su decisión. —Tomando aire, como si lo necesitara… Esta vez fue Fate quien continuó, caminando a espaldas de la mencionada para hacerse allí y acomodando una mano sobre la cadera. — Estando con Nanoha, no necesito a nadie mas, su sangre es realmente joven y fresca, incluso puede saborearse… su vigor e inocencia, ya sabe, para que buscar en mujerzuelas o motorizados de turno, lo que tengo en casa. —Volvió a sonreír, solo que mas amplio. Sus palabras eran libres de interpretación… Nanoha apretó sus manos, las mejillas se pudieron coloradas y bajó la mirada… Los tres hombres al frente, observaban con repudio, Graham ni con todos sus años había observado o escuchado tan detallada y placenteramente como un vampiro se refería a su modus operandi incluso si estaba cobijado por la ley. Para su desgracia, pese a ser menor de edad, después de los 16 años todo residente del estado estaba capacitado para vivir su sexualidad y bajo ese mismo parámetro los vampiros se aferraron a mantener dicha ley respecto a la alimentación, solo había algo que debía ser cumplido: siempre y cuando fuese consentido. Y estaba claro que así sucedía con ella… Con la hija del que fue su mejor amigo.
—Entiendo. —Carraspeó. — Vamonos muchachos. Nanoha, vienes con nosotros.
Esta vez no era la orden del oficial, no, era simplemente la orden de un hombre que la quería y esta vez, alejándose lentamente de Fate decidió seguirle, no contando con que esta agarrase su mano justo antes de alejarse por completo para depositarle un beso en el dorso, mientras ladeaba una sonrisa a medio lado.
—Te veré pronto… —Dijo Fate, asegurándose de decirlo lo suficientemente alto para que todos escucharan.
El asco se apoderó de Graham por enésima vez.
Maldita sea, quería matar a Fate, pero lentamente, sacarle los colmillos y luego crucificarla al amanecer, verle arder era poco. Por ahora sea lo que sea, tenía que recuperar a la chica de sus garras, así que iba a llevársela fuera como fuera.
Continua.
Estoy dispuesta a continuar con la historia.
Se preguntarán, como diablos Nanoha actua así? sé que pensarán que es un cliché, que es que es Fate y como esto es de ellas entonces cosas sin razón suceden… Pero saben que? dejaré que lo piensen.
Espero sus comentarios de verdad, con ansías.
