Una taza fría de café se mantenía sobre la mesa, en otra ocasión habría sido bebida con gusto y agrado, pero ahora los pensamientos tumultuosos de la última noche sumado a la presencia de Graham, lo mantenían completamente lejos de disfrutar cualquier placer mundano… Recién levantarse y recibir noticias perturbadoras lo hacían desear ser esa maldita taza, fría e indiferente, pero Kyouya siempre había sido lo opuesto a eso, mas bien sus emociones lo arrastraban en una espiral sin orden u objetivo, era un mar de furia o pasión, ante cualquier cosa… Hoy no sería la excepción.
—NO PUEDES HABLAR ENSERIO! ESTO… ESTO ES UNA BROMA! NO! MAS BIEN ESTAS CONFUNDIDO! MI HERMANA PUEDE SER ODIOSA, PODEMOS TENER UNA MALA RELACIÓN PERO JAMAS, OYEME BIEN! JAMAS ESTARÍA CON UN… —No era capaz de admitirlo.
Graham por su parte, se mantenía sentado en el otro extremo de la mesa, observando el espectáculo, no le era nada extraño ver aquella reacción, de cierta forma la esperaba, prefirió aguardar hasta que el joven se calmara, llegando a parecer imposible, no hacía mas que dar vueltas mientras enfurecido se sujetaba la cabeza, maldiciendo todos los vampiros sobre la tierra una y mil veces, incluso dando uno que otro golpe en el endurecido acabado de las paredes. De cierta forma lo entendía, y era que al menos él, era capaz de expresar lo que hubiese querido hacer la noche anterior al ser testigo directo de lo acontecido con Nanoha y Testarossa. Lo envidiaba quizá.
—Entiendo tu frustración, Kyouya, pero… —Cerró los ojos brevemente y apoyó un objeto sobre la mesa que captó de inmediato la atención del chico. Su mano descansando sobre este, le hacía saber al más joven, que un sermón sería el precio pagado para poder tomar aquel revolver. — Tal vez estoy a punto de cometer una estupidez, dándote "esto" —Ambos observaron el fierro, Graham aún sosteniendo bajo su protección el arma, mientras el contrario se acercaba lentamente, con furia contenida y con las manos apretadas… De repente, toda su ira fue canalizada.
—Sería aún mas estúpido dejar que ese demonio se siga aprovechando de mi hermana. Si estas mostrándome esto, es porque sabes que es necesario. —Respiró profundo, apoyando sus dedos sudorosos cerca de la boca de aquel artefacto, casi deseando arrancarlo de las manos de Graham, pero a decir verdad respetaba y temía a aquel hombre que prácticamente lo ayudo a convertirse en uno… Tal como para Nanoha, Gil Graham era una figura paterna.
—Lo que tienes en frente no es un arma normal, Kyouya… No sería legal que tuvieras en tu poder algo como esto, pero tampoco es que tenga muchas opciones. Mi trabajo no me permite cuidar al 100% de tu hermana por mas que quisiera, aún tengo mucho que hacer antes de entregar el cargo.
—Algo como encontrar finalmente al maldito muerto que ha estado matando a las mujeres de nuestra ciudad por ejemplo. —Soltó frustrado, mirando en dirección a las escaleras que conducían a la habitación de Nanoha. Su hermana era lista, sabría que Graham estaría a primera hora para tener una charla con ambos, así que sospechosamente salió tan temprano como pudo a la escuela, huyendo de esta conversación como sino se tratara principalmente de ella.
—Si, ese caso se ha consumido los últimos diez años de mi carrera. —Suspiró con el semblante cansado, apenas y había dormido unas 4 horas desde el desastre de la madrugada. — Como sea. Esta arma, no dispara balas comunes. Quiero que te quede lo siguiente muy claro, no es información realmente confidencial, pero tampoco de dominio público… Al menos no aún. —Se puso en píe, poniéndose a altura del menor sin dejar de recargar su mano sobre el fierro del revolver — Los vampiros no son inmortales, si… Es cierto que no envejecen, pero pueden morir, son más difíciles de matar, es todo. Tienen debilidades, es solo cuestión de explotarlas y esta arma, Kyouya… —Sus dedos se engarzaron sobre la agarradera del revolver, mientras con su mano libre le agarró de la muñeca al mencionado, ubicando la palma de su derecha boca arriba para que recibiera de un firme movimiento dicho objeto.
—Ve al grano de una vez, por favor. Estamos hablando de lo único que me queda en la vida. —Pidió, observando directamente a los ojos del oficial, pese a su tono afanado, le guardaba respeto al hombre, tanto que no era capaz de arrebatar el arma sin recibir lo que quedara por salir de su boca.
—Si atraviesas el pecho de un vampiro con una estaca, sería su fin, lo mismo sucedería si cortases su cabeza o si le arrancaras el corazón… Esto que tienes en tu mano optimiza la primera opción, tiene balas de madera y desde que estos infelices viven entre nosotros como un ciudadano mas, todos los departamentos o entidades de seguridad contamos con el equipo necesario para enfrentar situaciones en que estén involucrados. Kyouya. —Dio un paso al frente y sujetó al joven de la nuca mientras apoyaba su frente contra la de este, observando sus ojos fijamente y dando un par de palmadas firmes. —No me hagas arrepentirme de esta decisión. Esta arma, es solo para proteger a tu hermana, no la uses para matar indiscriminadamente. Solo debes hacerlo, si Fate Testarossa parece amenazar tu vida… o la de Nanoha. Tienes que cuidarla, pero de verdad.
—Todos dicen que no me importa mi propia hermana, pero mienten! es solo que… —Bajó la mirada brevemente, sintiendo la frustración crecer por sus venas. Jamas se habría imaginado que su descuido provocaría que Nanoha terminara involucrada con un chupasangre.
—Calma, ambos han pasado por una vida muy difícil desde lo de sus padres, no es tu culpa. No es momento para lamentarte, Kyouya.
—Lo es! he estado perdiendo mi tiempo con putas baratas, que se entregan sin pudor a estos desgraciados y ahora, ahora mi propia hermana esta cerca de ser una de ellas, es el ejemplo que le dado trayendo ese tipo de mujeres a esta casa. Es mi culpa, Gil, es mi maldita culpa. —Agarró de un todo el revolver, no para manipularlo, sino para eliminar el obstáculo que representaba entre él y lo mas cercano que tenía como padre desde hacía tiempo… Graham, a quien inesperadamente le dio un fuerte abrazo, ese que un hijo desesperado le daría a su viejo en medio de lágrimas de frustración y decepción. Gil no lo esperaba, mas bien todo aquello le parecía un tanto cursi y dramático, pero de cualquier forma devolvió el gesto, dejando que el joven descargara su furia y culpa en su hombro.
—Ya, ya… No es momento para ser tan débiles. Mas bien debes prometerme, que ahora si que vas a cuidar a Nanoha y que estarás más a su pendiente. Debes ser discreto, si en verdad Testarossa no es el asesino que buscamos, entonces quien este detrás de todo esto, tarde o temprano terminará hallando a Nanoha, el único patrón de este psicopata son mujeres relacionadas con vampiros.
—Joder, esta es una maldita locura. —Terminó de chillar el más bajo, alejándose de Graham un poco para poder limpiar sus lágrimas, lágrimas de ira y frustración. Como un pueblo tan pequeño podría estar tan maldito? o mas bien como diablos su familia parecía ser perseguida por la miseria. — Lo único que sé es que sea o no el asesino, al menos ya conmigo tiene mucho que pagar.
—No hagas movimientos sin mi permiso, recuerda esto es solo en caso de emergencia. Matar a Testarossa podría llevarte a la cárcel. — Dijo, mientras su contrario echó una risa corta y pesarosa, que los vampiros tuviesen derechos y fuesen protegidos por el gobierno tal como cualquier humano le tocaba las narices.
Graham dio un par de pasos atrás, se hacía tarde y su hora de servicio empezaría en 15 minutos. Tendría que ir volando a la estación y ponerse al día, habían 3 escenas de crimen, dos jóvenes mujeres, como siempre desde hacía ya 10 años, con los mismos patrones, pero para colmarla un par de hombres fueron hallados muertos de formas incluso más violentas que las anteriores… Maldición, Úminari era una carnicería y la gente estaba empezando a volverse paranoica, con toda la justa razón, solo pensar en lo que quedaba para poder jubilarse le daba dolor de cabeza, pero él mejor que nadie sabía que no podría ser capaz de abandonarlo sin encontrar los responsables de todo aquel desastre. Sería la misma persona? sería el mismo vampiro? era algo tan confuso… Lo único claro era que deshacerse de Fate le traería al menos regocijo y calma, pero no podía dejar eso en manos de chiquillos, se encargaría de ello después.
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Si algo podría agradecer a la temporada de invierno cualquier vampiro, era sin duda la puesta temprana del sol, poco después de las 4 de la tarde en el mes decembrino del año ya podían disfrutar de las bondades de la noche. En Michilda, distrito capital del estado, mismo donde se hallaba Uminari, no era la excepción… A diferencia del pequeño pueblo ubicado al noreste, en Michilda se respiraba un aire totalmente distinto, tanto cultural como socialmente, resultaba difícil creer que sitios tan opuestos fuesen separados por tan pocos kilometros, tomaba aproximadamente unos 45 minutos en coche atravesar la ruta rodeada de vegetación que les unía, pero a todas esas, cual era en realidad dicha diferencia? años atrás se hubiese dicho que el libertinaje, pero hoy día una mezcla aún mas peligrosa se juntaba en la ciudad: vampiros. Michilda para desgracia de Uminari, podría considerarse como la capital de los muertos, no era raro pensar que bajo la mesa un concejo de vampiros gobernara la ciudad a través de políticos corruptos, leyes como la que cobijaba a Nanoha sobre ser voluntariamente donante de un vampiro a tan tierna edad eran alcagüeteadas por dichos oportunistas, pero no convendría eso acaso para atraer mas y mas vampiros al estado? no ayudaría ello a llenar los hoteles, bares y cualquier negocio comercial, bajo el mensaje entre lineas -"Aliméntate de nuestros ciudadanos"- negocios que casualmente pertenecían a los vampiros en mayoría… todo era muy conveniente para ellos, descaradamente. En diversos pueblos se alzó la voz por las decisiones del gobierno de Michilda, aún así poco pudieron conseguir, las leyes estaban ya escritas y en eso pensaba justamente Graham… Mientras patrullaba una vez mas las calles de la ciudad, le impresionaba siempre el ambiente vivo y nocturno, el frío no impedía a los humanos que deseaban con ansías ser mascotas de cualquier vampiro, a estos últimos por supuesto el clima era lo de menos, ni habrían de sentirlo.
Desde su auto, a una velocidad moderaba se dirigía a uno de los tantos bares donde podrían apreciarse desde mordidas en vivo hasta el mismo sexo, hacía bastante tiempo que no 'gozaba' de dichos espectáculos debido a su trabajo, que mas de una vez lo trajo a esas podridas calles, aún así, hoy… después de meses o quizá mas de un año, volvía por el mismo motivo que las veces anteriores, y era que Graham siempre tuvo la sospecha de que el asesino que masacraba a sus mujeres en Uminari vivía aquí, cerca, en algún lugar… Pero sus investigaciones siempre terminaban en callejones sin salida. No habría vuelto de no ser porque habría recibido una llamada importante que podría dar un giro al caso. Por otro lado A esas alturas, a menos de un día de haber conocido a Fate, estaba empezando a enterrar la duda sobre su culpabilidad, durante la mañana habría pasado la mayor parte de su tiempo asegurándose de lo dicho por el vampiro, todo cuadraba y sus cólegas de otros estados donde Testarossa tenía propiedades aseguraban su veracidad, pero justamente allí radicaba su otra pregunta. ¿Que demonios hacía un vampiro como Fate en Uminari? un pueblo sin un ápice de entretención para uno de los suyos… Tal ves ese era otro capitulo de la historia, pero por ahora no tenía mejor cosa que hacer, que dirigirse al "Vamptasía" lugar mencionado en su última llamada.
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—Estas segura? —La serena voz de Fate, mas que una pregunta, le hacía pensar en sus palabras como una provocación.
—Ah, yo… yo creo que sí. —Nanoha dijo, en su voz el temblor era notable, pero mientras observaba los ojos de Fate, le resultaba complicadamente echarse para atrás. La noche anterior habría estado apunto de ser mordida y solo logró impedirlo la intromisión de Graham… Esta vez estaba segura no habrían interrupciones. Y allí, recostada sobre uno de esos muebles cubiertos por sabanas se encontraba. El vampiro a su lado, a su lado, apoyada en un codo, mientras su otra mano descansaba sobre el vientre de la pelirroja, apreciando el subir y bajar de una respiración agitada.
—Crees? —Una risa corta y poco animada sonó desde los labios entreabiertos de Fate, a esa distancia podría apreciarse el blanco de sus dientes, los caninos aunque no crecidos tendrían una predisposición natural a verse puntiagudos, quizá aún cuando era humana eran de esa forma… A Nanoha le pareció jodidamente sexy pensar que quien le estaba a punto de hincar el diente en el cuello, habría nacido para lo que era ya. —Sabes que estoy tomando, demasiadas consideraciones… —Un respiro profundo de aire acompañó las palabras de Fate al descender su rostro varios centímetros, dejando la punta de su nariz sobre la mejilla sonrojada de la colegiala. Por segunda vez en su vida las manos de Nanoha se fueron al cuello de la contraria, sujetándose como si fuese impedir tal cercanía, aunque ambas sabían que aquello era tan inútil como el aire lo era para un vampiro.
—Lo harás despacio, verdad? —Fue su última pregunta, puesto que aunque de volver a abrir sus labios, los de Fate ya se encontraban sobre la mandíbula, pudiendo sentir nitidamente la respiración fría en la piel, quemando y ardiendo pese a lo helado que resultaban esos labios.
—Haré lo mejor que pueda, de hecho podré distraerte un poco del dolor. —Dijo, dando una corta mirada hacía su mano descansando sobre el tembloroso vientre, sus dedos fríos y magistralmente habilidosos comenzaron a desunir los botones inferiores ante un millar de espasmos.
Que diablos pensaba hacer Fate? pensó Nanoha llevando su mano sobre el dorso de la ajena, aunque sin detenerla, mas bien resultó una momentánea presión, débil y sin voluntad cuando sintió que la piel cálida de su cuerpo hizo contacto con la fría y suave textura de los dedos que empezaron a hacer masajes circulares en el ombligo, robándole un corto suspiro, muy contenido.
—Que… que haces?
—Voy a follarte. —Murmuró al oído, en un tono totalmente bajo y grave, incluso para una voz tan femenina la suya. Tragó saliva, percibió el levísimo ruido de los colmillos creciendo y de un movimiento jodidamente rápido los dedos se perdieron en su entrepierna.
NANOHA, NANOHA!
—¿Eh?
—NANOHA!
El zarandeo de una mano conocida y el llamado de una voz chillona la hizo de repente abrir los ojos. Que diablos…
Sus azules de par en par quedaron frente a los de Hayate, quien con expresión preocupada se le quedó viendo. Lentamente se fue percatando de su alrededor, sus compañeros de escuela estaban recogiendo sus cosas, ya algunos incluso se marchaban por la salida mientras Grangeitz daba las últimas indicaciones… Toque de queda, no era para menos, las cosas estaban peor que nunca.
—Que, que está pasando Hayate-chan? —Parpadeó varias veces, lo último que supo de ella fue que estaba acostada en un sillón, en aquella casona vieja con Fate encima a punto de…
—Te quedaste dormida. Joder, estas hirviendo. —Comentó su amiga al acariciar su mejilla. — Y sonrojada… tendrás gripe Nanoha-Chan? —Preguntó, totalmente perdida ante la real causa y Nanoha ya no respondió. Prefirió levantarse enseguida y comenzar a organizar sus cosas dentro de la mochila escolar.
—Vivir en este pueblo se está convirtiendo en una grandísima mierda.
Algunos minutos mas tarde, ambas se encontraban caminando en el exterior, recorriendo ese gran y largo camino a la salida, ambas conversaban de temas triviales, realmente no tenía ánimos de contarle aún a su amiga las cosas por las que pasó el día anterior, eran demasiadas y pese a haber estado a punto de sufrir una violación, aquel recuerdo fugaz de esos hombres parecía haberse borrado sin mayor consecuencia, podría deberse a conocer a Fate? pensaba, mientras respondía por inercia a los comentarios de Hayate. Solo cuando llegaron finalmente al portón de altas rejas que dividía el andén peatonal del sendero de la institución se percataron de las medidas tomadas hoy por la dirección. Dos colectivos prestados por el servicio de transporte municipal esperaban por los estudiantes. Con la puesta de sol y con todo el peligro acechando no estaba demás llevar a cada estudiante a sus respectivos hogares, Uminari era un pueblo bastante pequeño y siendo su única escuela no era raro que estuviesen llevando a cada alumno hasta la puerta de su casa, a tiempos desesperados, medidas locas, pensaban.
En todo caso, en cada uno había una larga fila y mientras se decidían a cual ir para emprender su camino a casa se quedaron charlando, casualmente cerca del árbol donde ayer Nanoha habría experimentado su primer encuentro nada normal con el cuervo, o Fate.
—Tenían casi dos años de no hacer esto. Si las cosas siguen de esta forma, mis padres están pensando en mudarnos.
—Hablas enserio? —Por primera vez en la tarde Hayate logró captar la atención de su amiga y era que para Nanoha perder lo único bueno que tenía en aquel pueblo resultaría catastrófico.
—No, pero parece ser que si te importo. Me has estado ignorando todo el día, vamos Nanoha, me vas a decir que te pasa? no soy imbecil, son problemas con el inepto de tu hermano de nuevo verdad? verás… voy a contratar a unos buenos matones para que le den una paliza y …
Diablos, volvió a perder la atención de su amiga, Hayate iba a maldecirla pero se quedó piedra cuando se percató hacía donde estaba dirigida la vista de Takamachi y de paso, la vista de todo el estudiantado que quedaba por fuera.
Caminando a pocos metros y dirigiéndose en su dirección, se apreciaba una figura y características que coincidían con un vampiro… No era difícil, con el tiempo y desde que se dio a conocer su existencia, la gente aprendió a diferenciarlos, lo que antes podría parecer una particularidad genética o de herencia familiar, ahora era un rasgo de conocimiento público para la sociedad… Un vampiro era fácilmente reconocible por las siguientes razones; piel extraordinariamente blanca, pero un detalle infalible eran esas particulares ojeras sutilmente color rosa que rodeaban los lagrimales y todo el borde del ojo, haciéndose especialmente rojas sobre este último… Con el tiempo se llegó a descubrir que se debía a que al no tener ningún fluido natural además de la sangre, los vampiros al llorar la derramaban, pocos podrían comprobarlo, siendo un hecho que sucedía no demasiado. Cabría decir también que muchas personas también hablaban de un sexto sentido o un aura oscura y peligrosa, podría percibirse de ellos, estando muertos en vida, la empatía, la confianza y la alegro que cualquier humano pudiese brindar al presentarse, estaba anulada en el caso de un vampiro… Aunque otros tantos decían que eso quedaba a criterio personal. Hayate pensó en todo eso justamente y tenía que reconocer que la rubia mujer que se dirigía en su dirección, cumplía con todas las cosas que se cruzaron en su cabeza cuando hablaban de vampiros, incluso en esa particular vestimenta, donde todos estaban usando bufandas y abrigos pesados sobre sus uniformes escolares, aquella presencia siniestra andaba con una simple chaqueta estilo 'biker' color negro remangada a los codos, un color que predominaba en todo su atuendo por cierto, excepto por una camiseta blanca al fondo, colgada y de donde resaltaba algún logotipo de alguna banda que cualquier padre de familia pensaría como satánica y adoradora del demonio… Pantalones ajustados a los tobillos, botas con hebillas circulares en los costados. Desde luego tantas ligerezas con el clima no podrían ser de alguien mas que no sufriera la inclemencia del mismo.
Ambas estaban de piedra y a sus espaldas el estudiantado también, pero en medio toda esa gente, solo habían un par de ojos que se cruzaban y ese par de ojos ya se habían visto antes y muy de cerca… Hayate y el resto se fueron dando cuenta de que aquella mujer no estaba acercándose a ninguno de ellos, sino mas bien a la pelirroja que estaba al lado de Yagami.
—Nanoha… —Pese a que la llamada fue otra, Hayate iba a decir algo a protestar, pero antes de poder hacerlo, fue interrumpida. Era capaz de hablar vamos, no era como si esa mujer fuese a matarla delante de todos, en la seguridad que brindaba estar en público era posible.
—Dame un momento Hayate-chan. —Dijo Nanoha, aunque mirando a Fate, totalmente perdida y olvidándose del mundo a sus espaldas, un mundo asustado, de miradas aterrorizadas, aunque inertes, incapaces de huir o alzar la voz, debatiéndose entre la curiosidad de aquella presencia y el temor anclado de generación en generación…
—Pero Nanoha-chan… —Su voz hecha un hilo era apenas audible.
—Por favor, ya… ya te explico luego. —Esta vez, Nanoha le observó con una mirada que suplicaba comprensión, reflejando incluso algo de miedo, aunque no sabía si era del depredador que ambas tenían en frente o la gente que estaba dispuesta a lanzárla a la hoguera cuando descubrieran que había hecho una "amiga" que podría matarlos a todos si quisiera. —Por favor. —Insistió ante la persistente mirada de Hayate sobre ellas.
—Es-está bien. —La inseguridad en la castaña era notable, apenas se escuchaba. Antes de retirarse y dar la espalda, miró a Fate, de la misma forma que miraría una gacela a un leopardo… Quien le sonrió muy sutilmente con las manos metidas en sus bolsillos
Nanoha no estaba segura pero empezaba a pensar que cada que su ''amiga" vampiro hacía aparición, los sonidos huían de ella. Era incapaz de escuchar nada, salvo su propia respiración.
—Temo que llego en un mal momento… —Susurró Fate, desviando su atención muy breve sobre lo que estaba a espaldas de Nanoha, a sus ojos, un simple montón de presas, otras mas atractivas que otras, sencillo. Aunque se reservó el comentario.
—Diría que la discreción no es lo tuyo. —Tragó pesado la pelirroja, llevando su diestra a la nuca y acariciando nerviosamente allí.
—A decir verdad no estoy tan acostumbrada a llamar la atención de esta forma. Suelo vivir en lugares donde hay bastantes como yo…
—Creo que sería imposible no hacerlo aunque pasen años.
—Te sorprendería saber con que rapidez lo humanos pueden acostumbrarse a nuestra presencia en lugares menos… —Volvió a levantar la vista, entrecerrando los ojos y provocando que algunos subiesen más pronto al colectivo, otra buena parte, seguía preguntándose como diablos Nanoha Takamachi estaba allí de píe, delante de una asesina como si nada en la vida… Aunque estaban equivocados si ella lo sabía, también como los otros se preguntaba que estaba pasando con ella. — Menos solitarios.
—Seguro estas acostumbrada a entrenar a mas de una. —Susurró, pensando en la noche anterior, logrando sacar una risa corta a Fate, quien se acarició levemente el mentón con los nudillos, como evocando algún recuerdo.
—Pocas que valgan la pena recordar.
—Al menos lo has reconocido.
—Considerando que es mi fuente de alimento, digamos no tengo muchas opciones. —Encogió un hombro y el viento sopló, cubriendo parte de su rostro con cabellos rubios. Nanoha tembló, pero Fate se veía invulnerable, resultaba bastante obvio que no era como los demás en ese pedazo de mundo…
—Has matado, verdad?
—Creo que es una pregunta inoportuna estando aquí.
—De hecho, tu presencia lo es también, pero… por qué me has buscado, es mas… como sabes que estaba aquí? —Esta vez su voz cobró fuerza, aunque no altura, no quería que nadie escuchara.
—No pude resistirlo, Nanoha… He pasado mi día pensando en lo que pudo pasar ayer.
Inevitablemente a la pelirroja le llegaron recuerdos a la mente, incluso aquel perturbador sueño de media hora atrás…
—Debo irme, fue bueno verte… y gracias por ayer. No diré nada a nadie, lo juro por mi vida. —Mirando a Fate justo a los ojos lo dijo, quería que quedase claro que el proteger su vida de esa forma merecía guardar aquel secreto sin duda alguna.
—Te creo. —Sin meditarlo, alzó la derecha y con cuidado acomodó un cabello suelto y rebelde tras la oreja de Nanoha. Un simple acto como aquel en ese lugar o incluso en privado, para gente criada y nacida en Uminari como ella, era una herejía, un tabú… Tuvo que cerrar los ojos, incapaz de despreciar ese simple acto. — Sus vidas valían menos que una plasta de heces.
—Si esa es alguna clase de halago…
—No. —Rió de nuevo. — Te espero en mi casa… —Dio un paso al frente, repentino, interrumpiendo todo y provocando que Nanoha alzara ya no solo la vista sino el cuello para poder hacer frente a esa mirada que la estaba atravesando, casi nada separaba sus frentes y podía apreciar el sonido y aire provocados por las palabras de Fate a esa cercanía. — A terminar lo que hemos empezado, si hace falta que lo aclare. —Chasqueó los labios muy levemente, dando un pequeño y sutil golpe con el nudillo de su indice sobre el mentón de Takamachi.
—Te refieres a… a morderme —Tomó aire, sofocándose de solo pensar así fuese en esa posibilidad, pues ya eso generaba gran cercanía.
—Ah, es que acaso has pensado en otra cosa… —Si bien Fate ya no reía, su mirada ambigua y sus palabras hechas un murmullo, denotaban algo mas… Sabría Fate lo que sucedía en la mente de Nanoha? o estaría pensando solo en ella como una.
—No, nada que ver, yo solo. —Exhaló el aire contenido, dejando que el vampiro respirara por primera vez en la charla. Como podría Testarossa perder la oportunidad de dejarse acariciar por el aroma de ese dulce aliento? aunque Nanoha no percibió de inmediato aquel detalle… de haberlo hecho, habría comprendido que Fate en efecto también se refería a algo mas.
—No te preocupes por el camino y sus peligros. Sabes bien que puedo protegerte… tal como ayer. —Dijo esto último trasladando la caricia de la oreja al mentón, muy fugaz, muy sutil.
—El cuervo…
—Aja. —Asintió. —Eres una niña muy lista. —Siendo perfectamente consiente que atrás de Nanoha había un montón de gente, se atrevió a desviar el rostro mientras se acercaba cada vez mas al de la más baja, dispuesta a entregarle un corto y notorio beso en la mejilla, pero antes de alcanzar su destino una pesada mano se plantó en su hombro… Incluso llegó a sorprenderle la fuerza proveniente de esta, podría resistirlo pero dado el lugar donde estaba podría ser considerado una agresión, así que se dejó alejar, percatándose finalmente de la presencia de un hombre altísimo de piel bronceada y barba rasposa, no era Graham… se veía mucho mas rudo, pero aún así la mirada de desprecio era auténtica.
—Pro-profesor Grangeitz. —Soltó Nanoha, quien roto el embelesamiento sometido por Fate sintió que sus mejillas se llenaran de sangre y se sonrojaran…
—Takamachi-San, suba de inmediato. —Dijo en un tono alto. —Y todos ustedes, bola de perezosos también. —Volvió ahora al resto de estudiantes quien también embelesados, pero de terror… siguieron sus caminos uno a uno.
—S-SI. —Con una reverencia pronunciada pero corta se despidió, echándose a correr a uno de los colectivos. Gracias al barullo, esta vez uno diferente del de su amiga Hayate.
Un par de minutos después, con la mano de Grangeitz aún sobre el hombro del vampiro y con todos los estudiantes a varios metros lejos en la seguridad del colectivo, Fate apartó aquella mano de un movimiento poco amigable con el dorso de la suya.
—Ha interrumpido mi cena, eso ha sido muy descortés. —Murmuró, suspirando y fingiendo en una pésima pero intencional actuación, lo amargo de ese hecho.
—Cuido a mis alumnos como si fuesen mis propios hijos. Por su propio bien, lo mejor sería que se mantuviera lejos de esta institución, si está buscando jovencitas…
—No estoy buscando jovencitas, mas a una sola. —Se sujetó del mentón encogiendo ambos hombros, sin perder un segundo en el cruce de miradas que ambos batallaban. Con la calle ahora desolada, bien podrían empezar a matarse, pero no había que ser un genio para saber quien terminaría arrancándole la cabeza al otro y Grangeitz podría ser muchas cosas, pero ese no era su estilo, no ahora.
—Recuerde algo, esta es una institución educativa, no un antro. Esto es Uminari, no Michilda… podrán aprobar todas las leyes que mantengan sus inmoralidades, pero al menos en esta institución no se permite. —Volvió a posar su vista en Fate, con las cejas fruncidas pese a lo calmo y pasivo de su grave voz. — Tengo entendido además que… —Sin despegar los ojos de la más baja, fue llevando su mano dentro de su chaleco, sacando un puntiagudo lapiz de madera— Hay cosas a los que los vampiros son bastante… —Echó una risa corta. — Alérgicos, si. Y si a eso le agregamos a que ud duerme en una casa abandonada, medio día, mientras descansa… Cualquiera fácilmente podría irrumpir y hacer valer la ley que estas calles necesitan.
—Veo que está muy enterado de mi paradero. —La mirada segura de Fate fue dirigida a la punta de aquel lápiz, ambos sabían que algo tan simple como eso acabaría con la vida de un vampiro, solo bastaba clavarlo en el corazón, justo allí, sin lugar a fallos…
—Es el único maldito chupasangre que ha pisado este lugar en décadas. Piénselo, Testarossa… tiene mas enemigos que amigos y sobretodo, es menos fuerte de lo que piensa. No provoque la ira de nuestra gente, lo lamentará.
Dicho esto, Grangeitz dio media vuelta, guardando el lápiz en su bolsillo, mientras la mirada de Fate lo seguía hasta perderse… Parecía que cortejar a Nanoha estaría lleno de retos, pensó el vampiro, quien volvió a clavar las manos en sus bolsillos. Divertido, no había la menor duda.
oOoO
Muchas cosas le parecían humillantes a Kyouya, pero una imperdonablemente humillante era la de tener que contactar a alguien con quien había peleado en el pasado, peor aún si el pasado resultaba ser 18 horas antes… Pero recordaba las palabras de Graham y se animaba al pensar que al menos su llamada a Mariya estaba justificada. Era cierto, para Kyouya, su hermana era lo más preciado, pese a todo lo que sucedía en su vida y el desastre que él mismo ha traído a la de Nanoha, debía reconocer que le golpeaba fuertemente el ego y el honor que un vampiro pudiese tocarla, ya era suficiente con saber que a su 'novia' le hicieron lo que le hicieron, pero que fuese sangre de su sangre era terriblemente peor, era como hacérselo a si mismo…
Sentado en el sofá, frente a la puerta la esperaba. En su mano aún descansaba el arma entregada por Graham en la mañana y en la otra un montón de papeles que había impreso, resultado de una investigación en internet durante el día. Lo que estaba allí escrito acababa de ser corroborado por Mariya, rogaba a Dios que fuese lo que fuese, desde entonces el terror le había asaltado… Y si ese vampiro le habría hecho 'eso' a Nanoha?
La puerta se abrió tímidamente, se notaba que Nanoha pretendía entrar a escondidas, tal vez para irse de inmediato después de tomar algún par de cosas e irse a ya sabían qué? como era que sus vidas habían cambiado en menos de 24 horas por Fate Testarossa a quien no le había visto aún la cara.
—Como hemos pasado de discutir a que hagas esto. —La voz calma, raramente calma de Kyouya en la penumbra le hizo dar un salto a la colegiala, afirmándose al marco de la puerta y cerrándola tras de si nerviosamente.
—Kyouya…
—COMO HEMOS PASADO DE PELEAR… A QUE TE REVUELQUES CON UN VAMPIRO… CON UN MONSTRUO, NANOHA!
Explotó. Ella se sobresaltó y pasó saliva, había mucho que explicar, era cierto, pero… diablos, tenía que ir a ver a Fate, pero… espera, como podía pensar en eso ahora, cuando su hermano estaba en frente, caminando amenazadoramente hasta tomarla del ante brazo para zarandearla un poco. A esa distancia se percató que estaba llorando.
—Me estas lastimando. Por favor, suéltame. —Pidió retorciéndose sobre si misma, intentando liberarse en vano.
—Haces esto para humillarme, verdad? es eso, para hacerme sentir mal por todo este tiempo que te he abandonado, por otras.
—Por favor, hermano, no sigas, Kyouya me estas lastimando! —Incapaz de seguir permitiéndole hacer su voluntad ella también saltó, lográndose zafar y caminar varios metros lejos de él, hasta tropezarse con la mesa de centro.
—Solo dime que no has hecho esto…
—Que?!
Su hermano volvió a acercarse, lanzando el montón de papeles en la mesa de centro justamente.
—Lee. —Esta vez, vencido se dejó caer sobre el suelo, sentándose y agarrándose de la cabeza mientras volvía a sollozar de impotencia.
oOoO
Había corrido de una forma ridículamente rápida y constante desde que había dejado su bicicleta aparcada o mas bien tirada al final de cierta calle, pues partir de allí lo que quedaba era un terreno destapado, con césped húmedo y ramas secas en el suelo, ramas que se trituraban al son de sus pasos desesperados… Como era posible que Fate no le hubiese dicho nada? al llegar a la casona vieja en el medio del bosque subió las escaleras sonoramente y abrió la puerta tan rápido como pudo, o mas bien la empujó… Esta vez se había olvidado del temor que aquel lugar provocaba, estar allí por segunda vez iba a significar algo totalmente distinto de lo que pensó cuando Fate le invitó.
—Por qué no me lo has dicho?! —Dijo o mas bien gritó… Nanoha había estado llorando en el camino, hipando, agitada y con las lágrimas de rabia aún recorriendo sus mejillas.
No hubo respuesta inmediata, sus ojos tratando de acostumbrarse a la oscuridad observaron al fondo de la sala, junto a lo que parecía una chimenea en desuso se encontraba un sillón de un solo puesto, por su silueta se apreciaba alto y antiguo, como todo en la casa, lentamente sus ojos fueron divisando la figura de la susodicha, sentada con las manos sobre los reposabrazos tranquilamente… En ese instante se dio cuenta que sus ojos rojos brillaron tenuemente debido al ángulo de la luz de luna colándose sobre un ventanal al costado, para cualquiera una escena así resultaría siniestra, no habían muchas cosas buenas en un par de ojos carmesí mirándote en medio de la oscuridad, pero Nanoha sabía que era Fate y sabía que no iba a matarla.
—No sé de que hablas. —Fue lo que finalmente escuchó.
—Eres una maldita mentirosa. —Susurró con rabia contenida, dando varios pasos sonoros sobre la madera vieja en dirección a Fate. Esa acusación había sido muy fuerte y mas si se le dirigía en ese tono. Testarronas no pudo resistirse y dejó entrever un dejo de la diferencia entre ambas cuando de un movimiento rápido apareció frente a Nanoha, en menos de un parpadeo, provocando el sonido de el hoja de una espada cortando el viento…
—No deberías decir esas cosas. —Susurró. — Son palabras muy hirientes, Nanoha. Una buena niña no diría algo así… —Hizo el intento por levantar su mano y acariciarle, pero antes de conseguirlo las manos de la mencionada se plantaron sobre el cuello de su camisa, apretándolo fuertemente mientras observaba los ojos azules enojados y lagrimosos, pero esta vez no la estaba sosteniendo para que la besara en el cuello o la tocara como antes, no…
—Por qué no me has dicho lo de tu sangre?
—Mi sangre?
—De sus consecuencias, de las verdaderas consecuencias… —En un vano intento de empujar a Fate se tropezó, siendo de inmediato sostenida por esta desde la cintura, apegándola a ella… Comenzando a resistirse al instante, pero estaba muy lejos de conseguirlo, con una fuerza infinitamente superior a la de Kyouya, era como intentar oponerse a un par de cadenas.
—Nanoha…
—Suéltame. Sabías bien que al darme tu sangre ibas a atar mi voluntad a tus deseos, ibas a provocarme … esto que sea que estoy sintiendo. Los sueños, el sueño que he tenido esta tarde justamente gracias a eso… —Lentamente su cuerpo perdía fuerza pero su voz se comenzaba a alzar, en distintos tintes agudos y graves, subiendo y bajando de entonación debido a lo muy alterada que todo aquello la había dejado. — Incluso esto, el que me guste este contacto aunque este tratando de huir de ti… Dios soy una imbecil. —Finalmente dejó de resistirse, sucumbiendo ante la mirada de la causante de todo aquello, incluso sabiendo que todo era producto de la sangre de Fate corriendo por sus venas, mezclada con la propia… —Toda esta atracción, todo este extraño deseo que me muerdas como si fuese lo más importante en mi vida, no es normal.
—Hmm —Fate tensó las mandíbulas, podría mentir, decir que todo aquello era falso, podría intentarlo, pero tarde o temprano sería descubierto, así que optó por aceptarlo. — Tenía que salvarte y esa era la única forma, hubieras preferido morir? habría cambiado en algo de haberlo sabido antes de dárte a beber mi sangre? eh…
—Pudiste haberlo dicho al menos después, eso habría cambiado el hecho de que estuvieses aprovechándote de esa ventaja todo este tiempo… —Por un momento Fate le soltó, instante en que aprovechó para alzar su mano y clavarle una fuerte bofetada en la cara, para cualquiera hubiese sido inesperada, pero no para vampiro, Fate lo había previsto pero le permitió descargarse, su rostro apenas se movió un ápice y Nanoha sintió que su mano había golpeado un muro, lamentándose al instante y sujetándose la muñeca con una mueca de dolor.
—Lo siento, no por mentirte. —Escupió, rozando con sus dedos donde recién le habían golpeado… Aquello había sido más una caricia a decir verdad.
—Entonces por qué? por tratar de morderme todo este tiempo incluso frente de todos? crees que soy de tu propiedad?
—No a todo, si a tu última pregunta. —Chasqueó los labios y apretó las mandíbulas. — Hubiese querido que las cosas fuesen distintas. Hacía tiempo no veía a ninguna interesante, pero veo que no va a ser sencillo, veo que prefieres que sea a las malas. No tenía interés en hacerlo difícil para ti, es mas… quería que lo disfrutaras. —Dio un paso al frente, mientras Nanoha por el contrario retrocedía de espaldas, mirándola como si lo estuviese haciendo por primera vez… Mirándola como debería mirarla de no haber bebido jamas la sangre que ahora corría por sus venas y que le ordenaba que se lanzara a sus brazos para que le hiciera lo que quisiera.
—No te atrevas. —Su mirada de enojo, fue transformándose en una temerosa, ahora se daba cuenta. Toda esa atracción, toda esa necesidad de estar cerca del vampiro frente a ella, todo lo que creyó haber sentido, no era mas que una mentira, todo ello no era mas probablemente la trampa más sofisticada de la naturaleza para atraer una presa a su depredador.
—No te muevas. —Dijo, mientras abría los labios para que el filo de sus colmillos recién salidos de su sitio brillaran anunciando lo obvio…
Continua.
Soy pésima explicándome, de verdad. Cuando me refería a que quería que pensara que fuese un cliché, mas bien era porque al final de todo esto, había una explicación. En este fic, muy caprichosamente, me gusta dar una razón del por qué de las cosas, a TODO. Creo que es un poco loco, pero se van a dar cuenta.
Quisiera agregar, que pienso seguir actualizando seguido, la musa ha vuelto y debo decir que me gusta mucho leer comentarios, esperando que sea algo mejor que un Conti conti… Muchos de ustedes me han hecho sentir que la historia vale la pena y esas personas que antes venían, quisiera verlas aquí. Me ayudarán mucho a actualizar mas seguido.
Sabrán con esto, que Fate repito no es nada una buena persona o bueno, no un vampirito bueno a los que están acostumbrados en el cine actual… Realmente quiero alejarla de ese tópico y creo que la llevaré a niveles muy altos en la escala de grises, mas y mas oscuro de acuerdo a la situación. Está realmente Nanoha a salvo? todo tiene una explicación, incluso esa reacción cursi de Kyouya, ya verán.
