CAPÍTULO I: La historia de mi vida

Cada mañana al amanecer se despertaba con la esperanza de volver a sentir su perfume, pero la ausencia del ser amado lo invadía terriblemente. Solo podía refugiarse en el recuerdo que lo transportaba a la época en la que pudo amar verdaderamente. Entre los objetos que había colocado en su mesa de luz sacó un cuaderno y comenzó a leer con nostalgia aquellos tiempos en los que era feliz…

"23 de Mayo 8291-

Como toda historia tiene un principio, tal vez, el mío no sea la excepción, pero es tan particular… Mi nombre es Sigyn, este es mi diario, en el comenzaré a contar mi historia desde el comienzo, para no olvidar mis raíces y mi origen.

Todo inicio hace muchísimos años atrás, cuando los 9 reinos se dividieron cada uno en su espacio dentro de Yggdrasil, el supremo Árbol de los Mundos. Estos reinos se llamaron Asgard, Midgard, Helheim, Niflheim, Muspelheim, Svartalfheim, Alfheim, Vanaheim y Jotunheim.

Pero existía en ese entonces una raza que no pertenecía a ninguno, Los Celestiales. Ellos eran un grupo de seres divinos comparados con Odín y Frigga, eran de naturaleza cambiantes en personalidad y nómades, saltando de mundo en mundo. Los Celestiales no tenían dominio fijo y con el afán de tener territorios, se mezclaron con los habitantes de Midgard o como lo llaman ahora, la Tierra. El resultado de ese deseo nacieron los Eternos, una especie de semidioses, quienes eran seres pacíficos, de corazón noble e inteligente; la mejor combinación entre Celestiales y Midgardianos a pesar de las fallas de estos últimos.

Pero como en todo hubo una complicación… luego de muchos años, los Celestiales se arrepintieron de haber creado a los Eternos a causa de la envidia. Ambos clanes cultivaron en sus corazones pelea, odio y medio de ese clímax de enemistad profunda, el amor surgió. Dos seres se enamoraron a pesar de los conflictos... esta es la historia de mis padres.

Mi madre era la Diosa Kara de Los Celestiales, una mujer de extraordinaria belleza, benévola, siempre dispuesta a ayudar quien lo necesitara y mi padre era Prince Ezekiel de Los Eternos un gran guerrero, valeroso y muy buen compañero. Ellos se conocieron en Midgard y al poco tiempo su amor se hacía cada vez más grande y genuino pero debía ser secreto porque no era aceptado por las comunidades bajo ningún costo. De modo tal, cuando pudieron al fin hacer público su amor, se desató una gran disputa.

Los Celestiales estaban tan devastados por la noticia que se valieron de antiguos rencores y pusieron en marcha La Caída para destruir a todos los mundos y a sus habitantes. Esto no fue de agrado para Odín que unió fuerzas con los Eternos. Fue tan estrecha la alianza entre Odín y Ezekiel que se convirtieron en grandes amigos.

Luego de tanto enfrentamiento, la guerra al fin se desató, trayendo mucha sangre y destrucción a su paso que millones de vidas inocentes fueron consumidas por un capricho sin sentido. Debo decir que, hubo un día que marcó un antes y un después en medio de la desolación y el caos… ese día, ese maldito día en el que Ezekiel, mi padre, intentaba salvar de la muerte a mi madre.

Ella estaba en el palacio protegiéndose de los perseguidores cuando un grupo de rebeldes los sitió, el salió a defenderse y peleó con tal valentía y pasión que sus enemigos desistieron al cabo de 5 horas. Luego de la intensa lucha, regresó a buscar a su amada pero la encontró ya fallecida a mano de espada a causa de traidores en la corte. Según me contaron, ella me había escondido muy bien dentro de su armario que ninguno pudo encontrarme, mi madre lo resistió todo hasta dio su vida por mí, por no develar mi ubicación.

Mi padre no pudo sobreponerse por la gran pérdida, que estaba totalmente devastado sumado a sus heridas que eran de gravedad. Dos días después de la contienda, Ezekiel le encargó una importante tarea a Odín, que cuidara de su pequeña hija. Por eso, en su lecho de muerte le dijo:

"- Amigo mío, te pido una última cosa… Por favor escucha mis palabras…

Ezekiel... ¡Aquí estoy! Dime que quieres que haga por ti… -con lágrimas en sus ojos.

Cuida de mi pequeña Sigyn... ella es paz en medio de la guerra, una luz tan poderosa que cubrirá a todos los mundos con su protección, no lo olvides… Ella es lo único bueno que sobrevivirá a este maldito asedio.

-Sí, si lo haré amigo…¡ No te rindas! Vivirás...

Cuídala... Por favor Amigo... te lo suplico... Dile que siempre la amaremos y que siempre estaremos en su corazón…" -dicho esto murió.

La batalla seguía su curso, pero Odín estaba tan destrozado que ordenó finalizar con la pelea con todas sus fuerzas. Cuando todo estuvo en calma, él ordenó a la familia de Ezekiel, mi padre que me cuidara en Vanaheim. Luego de muchos años, crecí y cuando cumplí la mayoría de edad Odín mando a buscarme. Hoy recibí la noticia que debo irme para ir a vivir con él... ¿Para qué tengo que irme a otro mundo? No entiendo…"