Dr. Stone no me pertenece es propiedad de Inagaki y Boichi, yo sólo tomo prestado a los personajes para fines de esta historia.
Advertencias: Emparejamiento SenHaku explícito, otros Emparejamientos, Universo Alterno, Ooc (Personajes fuera de carácter).
~Inconveniente situacional.~
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La indecisión estaba matándolo.
La expectativa al ingresar al lugar fue obtener el objeto perfecto para cierta persona.
Senku paseó la mirada por la elegante vitrina, aún sabiendo que lo que estaba buscando no se encontraba ahí.
— ¿Quiere ver uno de nuestros diseños? —Una chica no mayor que él se acercó del otro lado del mostrador, señalando los objetos de supuesto interés.
—Estoy buscando a Kaseki o a Joel, vine por el encargo que pedí hace un mes. —le informó.
Ella pareció comprender, y con una simple sonrisa se disculpó con él, dejándolo un momento a solas mientras ella se abría camino hacia la tras tienda en busca de alguno de los solicitados.
Senku paseó la mirada por el lugar, deteniendo su inspección en la estantería y en las parejas contiguas que seguían inmersas en su conversación sin percatarse siquiera del escrutinio que él estaba dándoles.
Los pensamientos atajaron de nuevo.
¿Estaría haciendo lo correcto? ¿Sería el tiempo adecuado o estaba precipitando las cosas en un simple arrebato? ¿Debería presentar el objeto como un simple presente o entregarlo con el verdadero propósito?
Por primera vez en toda su vida, no estaba seguro de algo.
—No esperaba verte tan temprano Senku —Kaseki interrumpió la línea de pensamientos del joven cuando llegó al mostrador—. Joel y yo le dimos los últimos retoques esta mañana.
Con sumo cuidado, el anciano hombre dejó sobre el estante de vidrio una pequeña caja envuelta delicadamente en una manta negra aterciopelada. Senku observó la manera tan frágil en la que maniobró el objeto, con tal maestría, como si la vida se le fuese en ello.
Kaseki era un maestro artesano después de todo, sólo él sabría cómo cuidar de un trabajo impecable.
—Fue un poco difícil pulir el diamante que nos entregaste, pero conseguimos un trabajo decente.
Sí, tal vez el hecho de haber "cosechado" un diamante sintético representó para Kaseki y Joel un pequeño obstáculo debido a su dureza. Pero, obtener una gema tan preciosa a un módico precio fue una de las ventajas de trabajar en un laboratorio.
Además, de esa manera el objeto adquirió un toque mucho más personal y significativo.
—No podría esperar menos de los mejores maestros joyeros de la ciudad. —Senku le dio una mirada apreciativa al anciano.
—Todo lo que un antiguo artesano y un maestro relojero pueden hacer.
Estaba siendo humilde, Senku lo supo mejor que nadie. A diferencia de Kaseki, Joel, quizá habría alardeado de su trabajo sin parar. Como socios en la joyería, ambos se complementaban a la perfección con sus habilidades.
Llegó el momento. Pensó Senku.
Cuando Kaseki abrió la caja con delicadeza, los ojos de Senku adquirieron cierto brillo ante la belleza del objeto en su interior, esto representó la consumación de su deseo y la decisión que cambiaría su vida para siempre.
No hubo duda, fue hermoso a su manera, la sencillez no demeritó la belleza del anillo. Uno que, sin querer sonar presuntuoso, él mismo diseñó.
—Creo que a ella le gustará. —le dijo el anciano guiñandole el ojo en complicidad.
Senku sonrió en respuesta. Observó el anillo de oro blanco adornado con el corte de diamante, imaginando cómo éste se vería descansando en la mano de su novia.
Esa tarde Senku se atrevería a dar un paso importante en su vida. Después de pensar mucho al respecto, tomó la decisión de al fin sentar cabeza con la única mujer por la que sorprendentemente sintió atracción y en contra de todo pronóstico, amor.
Él, el hombre cuyo pensamiento inquebrantable sobre lo molestas que eran las relaciones… pensamiento que se vino abajo cuando ella llegó a su vida y se instaló con fuerza en su corazón.
El anillo no fue ostentoso como los demás en exhibición, incluso el diamante no era tan grande y no brillaba con tanta intensidad, un corte sencillo al igual que su color. Pero supo que tendría que ser ese, su instinto poco desarrollado en el afecto vibró cuando contempló el objeto en sus manos, gritando que ese era el indicado.
Después de todo, su novia no era una chica convencional que se obsesionaba o tomaba real importancia a ese tipo de banalidades, ella era diferente, sencilla y hermosa, por ende Senku supo de sobra que aquel anillo le encantaría.
—Es perfecto. —informó Senku. Sosteniendo el anillo entre sus dedos.
—Como un regalo por la ocasión y por nuestra amistad, Joel y yo decidimos ofrecerte un descuento por la pieza.
—No importa cuánto cueste, estoy dispuesto a pagar el precio. —le informó al anciano.
Senku no aceptaría tal oferta, la pieza era perfecta y la idea de pagar menos por él y el trabajo de Joel y Kaseki no se sintió bien.
De alguna manera, era como demeritar el esfuerzo invertido y sus excelentes habilidades. Definitivamente no.
El anciano negó con resignación, pero aún así sonrió al notar algo en la mirada de Senku. Una pequeña chispa que le llamó la atención. La devoción con la que miró el anillo, como si fuese el tesoro más preciado del mundo, y tal vez en ese momento lo era.
Senku recibió el anillo minutos después, acompañado de otra felicitación por parte de Kaseki.
Esa tarde marcaría un antes y un después en su vida.
O al menos eso creyó.
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Los preparativos estaban listos, Chrome y Ruri se encargaron de los detalles. Bueno, también Gen, Ryusui y en especial Francois, en realidad básicamente todo su círculo de amigos confabuló.
Senku sólo tenía que distraer a su novia para que ella no se diera cuenta de la sorpresa que le esperaba.
Caminaron un poco más, sólo un par de cuadras hasta llegar al departamento que compartían. Senku se cuestionó si hacer la propuesta antes de llegar a su destino, donde su padre y amigos esperaban con ansias a la cumpleañera, o esperar un momento específico después de la celebración. La pequeña caja de terciopelo aguardó paciente en el bolsillo de su pantalón.
—Estás muy callado Senku ¿Te pasa algo? —ella quiso saber.
La mujer captó su atención con la cuestión, fue increíble la rapidez y habilidad para saber cuándo las cosas no iban bien o cuando algo estaba molestándolo.
Él se recompuso adquiriendo un semblante más despreocupado y casi socarrón.
—Sólo estoy tratando de asimilar los huecos argumentales y de guión en esa horrible película —mintió a medias—. No puedo creer que me hicieras perder dos horas de mi vida en esa tonta adaptación live action del Manga que te gusta, Leona.
Ella refunfuñó por el comentario despectivo sobre la película y por el estúpido apelativo con el que Senku siempre la llamaba sólo para molestarla.
Las cejas de la chica comenzaron a crisparse. Senku era un fiel creyente de que la fantasía no supera a la ficción y en la basura de hechos irrefutables como principios del mundo y la realidad, obviamente él no sabía nada de cultura popular más allá de Doraemon Mario Bros y Dragon Quest, era como un troglodita que no sabía apreciar la belleza de los buenos mangas y obras de romance.
— ¡Estuviste dormido durante toda la función! —espetó la chica con fingida indignación, al menos ella disfrutó del espectáculo.
—Como sea, solo apresúrate Leona. —hurgó despreocupado en el interior de su oreja. Un viejo hábito para desestimar cualquier cosa.
Caminaron las cuadras que faltaban hasta llegar a su edificio. Todo aparentemente en calma, lo que fue un poco sospechoso para Kohaku y en más de una ocasión le dio un par de miradas a Senku tratando de ver más allá de lo aparente en esa situación.
Sin decir nada, ambos tomaron el ascensor y las puertas se abrieron en el quinto piso.
—Kohaku espera. —la detuvo Senku frente a la puerta del departamento, era ahora o nunca.
Ella lo miró expectante y un poco extrañada ante el repentino llamado, Senku pocas veces la llamaba por su nombre y sólo lo hacía en situaciones importantes y serias. Eso la alarmó.
Pero aún así trató de tranquilizarse.
—Senku lo que sea que quieras decir dímelo adentro, estoy cansada.
Él hizo caso omiso a Kohaku y palpó a tientas el bolsillo de su pantalón tratando de encontrar el anillo. Quería proponerse a su Leona y dar el anuncio oficial durante la fiesta.
Un buen plan. Así omitiría las molestas miradas de mirones entrometidos.
—Kohaku yo… —las manos le sudaban y el corazón golpeó su pecho con violencia, si no supiera lo que estaba a punto de hacer, pensaría que quizá estaba teniendo un ataque de pánico.
Senku mantuvo su mano firmemente aferrada al objeto dentro de su bolsillo.
Pero sus intenciones se interrumpieron.
— ¿Senku? —La dulce voz de una tercera persona cortó el momento.
La pareja miró más allá de su pequeña burbuja para percatarse de que no estaban solos.
Una chica permanecía entre las sombras observándolos a los dos, fue Senku quien reconoció a la desconocida mujer.
— ¿Luna? —interrogó anonadado.
Pasaron meses desde que la vio por última vez, desde su estadía en Estados Unidos cuando el Dr. Xeno le ofreció una pasantía de un año en las instalaciones de la NASA para la construcción de un nuevo cohete. No, en realidad, la última vez que supo de ella fue antes de regresar a Japón después de que ese año de pasantía finalizara.
Senku se dio cuenta de que era ella, Luna Wright, su apariencia estilo estereotipo Estadounidense la delató, el único detalle fue que se había teñido el cabello rubio de un rosa pálido.
—No quería presentarme así Senku, pero… —se detuvo, su voz fue dubitativa a causa de los nervios.
Todo ocurrió en un instante. Luna corrió hacia él para darle un abrazo, con lágrimas brotando de sus ojos.
Un sentimiento extraño invadió a Kohaku, quien hasta ese momento permaneció como una simple espectadora. Lo presintió, algo no estaba del todo bien.
Senku no hizo nada por apartarla debido a la impresión del momento, pero justo al final del sorpresivo abrazo cuando ella se apartó, se tensó.
Él lo notó.
— ¿Estás embarazada? —incómodo por el descubrimiento, Senku se alejó unos cuantos pasos, fue una pregunta estúpida ante la vista del enorme vientre de la chica.
Ella inspiró fuertemente antes de hablar.
—Senku, este hijo que espero es tuyo. —un gran peso se instaló en el pecho de Luna al decir esas palabras.
Ishigami sintió como si un balde de agua fría hubiese caído sobre él. La pequeña caja quemó como nunca en su mano y Kohaku sintió su corazón estrujarse por la revelación, estaba tan conmocionada como Senku ¿qué estaba sucediendo?
"Sorpresa"
El estrepitoso ruido se escuchó al abrir la puerta, contrastando con el aura de miseria que comenzó a formarse en el estrecho pasillo del complejo de apartamentos.
Todo se fue al caño en un solo instante y con unas simples palabras.
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N/A:
Chan, chan, chan *sonrisa malvada*
Esto es una adaptación de otro fic mío, no estoy muy segura si dejarlo aquí o darle la continuación con los otros 8 capítulos restantes…
Es más drama que otra cosa pero en esencia es un Senhaku.
Por si se lo preguntaban, estoy trabajando en las otras historias, ya tengo casi listo el capítulo 4 de Here to Stay, lo estaré subiendo a más tardar la próxima semana u.u
Y en dos semanas más, actualizaré el Fic de "La paradoja del afecto involuntario".
Lo siento es que a veces me dan ataques de inspiración y escribo Shots para sacar esas ideas que le dan vueltas a mi mente… por eso ven que estoy subiendo shots dos o tres días seguidos XD
En fin… me gustaría saber sus opiniones al respecto n.n
Nos vemos luego…
